TRABAJO OBLIGATORIO DEL 12 de diciembre al 8 de enero: La salud mental chilena y su trayectoria, mirada con ojos críticos

 


Michel Foucault (1926- 1984), fue un filósofohistoriadorsociólogo y psicólogo francés.
Fue profesor en varias universidades francesas y estadounidenses y catedrático de 
Historia
de los sistemas de pensamiento
 en el Collège de France (1970-1984). Su trabajo ha influido en importantes personalidades de las ciencias sociales y las humanidades.

 “…la indistinción y la articulación de la salud y la salud mental se dan casi en el mismo movimiento. En ocasiones, salud y salud mental son cosas distintas; ambas tienen no solo sus propias definiciones, sino también sus especialidades y organismos. Sin embargo, en la definición, el componente mental aparece subsumido en el interior de la salud, brindándole integralidad, a tal punto que sin salud mental no hay salud. De este modo, la salud mental se presenta como una fórmula práctica para superar la distinción entre cuerpo y alma, distinción que ligaba la salud a cuestiones exclusivamente corporales. 

Para que la salud pueda propagarse sobre el conjunto del cuerpo social es necesario abandonar su relación exclusiva con el cuerpo. Así, la indistinción entre salud y salud mental permite borrar ciertas fronteras conceptuales y prácticas, favoreciendo la propagación de la lógica de la salud en la vida cotidiana de las personas y, a partir de la instalación de ciertas instituciones internacionales, su propagación a todo el mundo. 

La indistinción no opera de un modo continuo; es necesario que, en ocasiones, ambos conceptos se diferencien, dando lugar a su posterior articulación. 

Esto es lo que permite que haya toda una serie de dispositivos, instituciones y prácticas propias de la salud mental cuando bien podría desplegarse una perspectiva integral de la salud. Al ser articuladas, estas diferencias propician una serie de mecanismos de especificación y estratificación: por ejemplo, la clasificación de ciertas prácticas como estresantes y su articulación con entornos concretos…” (Agüero y Correa, 2018: 552)

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Michel Foucault es conocido principalmente por sus estudios críticos de las instituciones sociales, en especial la psiquiatría, la medicina, las ciencias humanas, el sistema de prisiones, así como por su trabajo sobre la historia de la sexualidad humana. Sus análisis sobre el poder y las relaciones entre poder, conocimiento y discurso han sido ampliamente debatidos. 

En los años sesenta, Foucault estuvo asociado al estructuralismo, un movimiento del que se distanció más adelante, aunque haya usado de un modo personal los métodos de dicho enfoque: su libro Las palabras y las cosas puede entenderse como una crítica a la pretensión sígnica, dejando de lado su interés por las condiciones de modificación histórica del sentido. En ulteriores trabajos y cursos desarrolló conceptos como biopoder y biopolítica, de especial relevancia en la obra de pensadores políticos contemporáneos como Antonio Negri, Michael Hardt, Giorgio Agamben y Roberto Esposito.

Foucault rechazó las etiquetas de posestructuralista y posmoderno, que le eran aplicadas habitualmente, prefiriendo clasificar su propio pensamiento como una crítica histórica de la modernidad con raíces en Immanuel Kant. En el texto «¿Qué es la ilustración?» definió mejor su proyecto teórico como una ontología crítica de la actualidad siguiendo la impronta kantiana.

Fue influido profundamente por la filosofía alemana, en especial por la obra de Friedrich Nietzsche. Precisamente, su «genealogía del conocimiento» es una alusión directa a la idea nietzscheana de «la genealogía de la moral». En una de sus últimas entrevistas afirmaría: «Soy un nietzscheano». Reconocería también una deuda con el pensamiento de Martin Heidegger y sus críticas al sujeto cartesiano y la techné occidental: «Heidegger ha sido un filósofo esencial para mí», declararía en junio de 1984, aunque criticaría varias veces posiciones esenciales de Heidegger tales como su interpretación de la historia de la verdad en occidente como un olvido del ser.

En el año 2007 Foucault fue considerado por el The Times Higher Education Guide como el autor más citado del mundo en el ámbito de humanidades en dicho año.​ Foucault murió en París de complicaciones por VIH. Su pareja, Daniel Defert, comenzó la fundación AIDES en su honor.

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Durante esta quincena conoceremos el trabajo sobre salud mental  y psiquiatría en perspectiva crítica de dos académicas chilenas: Jimena Carrasco,  Académica de la Universidad Austral, Terapeuta Ocupacional, Doctora en Psicología Social de la Universidad Autónoma de Barcelona y María José Agúero, Psicóloga, Investigadora independiente y Doctora en Psicología Social de la Universidad Autónoma de Barcelona.

En ambas, el pensamiento de Michel Foucault es muy influyente.

Sus textos develan aspectos relevantes de la salud mental y la psiquiatría, habitualmente invisibles para la enseñanza de la psiquiatría

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Lea el artículo Salud mental y psiquiatría comunitaria en chile: El proceso de configuración de un objeto de gobierno , de Jimena Carrasco, Capítulo en el libro Biopolíticas, gobierno y salud pública. Miradas para un diagnóstico diferencial. Tuillang Yuing y Rodrigo Karmy, editores

Lea el artículo Interventores en salud mental y psiquiatría como interfase de un orden colonialde Jimena Carrasco, Revista Sociedad Hoy, 2013, Vol. 25, 79–93}

Lea el Capítulo  Las políticas, los planes y los programas de salud mental en Chile:entre la gubernamentalidad y la utopía liberadora. Sepúlveda, R (2021), Capítulo de libro de Madariaga, C; Oyarce, C; Martínez-Hernáez, A y Meléndez, E, (Editores) REPENSAR LA SALUD MENTAL COLECTIVA. DIALOGOS, SABERES Y ENCRUCIJADAS. Editorial Contrakorriente. Santiago de Chile, 2021

Lea el artículo Salud mental y ciudadanía: Una aproximación genealógica, de María José Agüero y Gonzalo Correa, Revista de Historia de la Psicología, 2018, Vol. 39(1), 40–46

Lea el artículo Gobernando la experiencia: salud mental y ciudadanía de María José Agüero y Gonzalo Correa, Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq. 2018; 38(134): 547-565

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Comentarios

  1. Siempre es un poco desesperanzador leer respecto la historia de la psiquiatría, inexorablemente mi mente divaga en las miles de posibilidades en que los humanos pudieron aprovecharse decidiendo qué era lo correcto y cómo corregirlo. Y es en este contexto muy interesante abordar los conceptos que desarrolla Foucault, dado que permite pararse desde una vereda que es muy crítica y que mirado profundamente no deja de ser verdad, una verdad dolorosa, porque es una realidad que se puede superponer todavía debido a que la sociedad sigue decidiendo qué es correcto y cómo corregirlo, pero supeditado a un eufemismo que busca endulzar estas conductas bajo las promesas de hacerlo por la gente y resguardado bajo el derecho a la protección de la dignidad humana. Así los textos nos van revelando la evolución de la casa de objeto público, que, si bien hoy en día no podría presentarse de forma tan burda, el núcleo del asunto ha perdurado a los largo de los años, y es por esto que tener en mente los términos de biopolítica y biopoder permiten hacer una mirada diferente a las formas actuales de control. Foucault comenta respecto a biopolítica una oración que quisiera recalcar “caracteriza un poder cuya más alta función no es ya matar sino invadir la vida enteramente”, así las prácticas psiquiátricas no solo abordan las necesidades individuales, sino que también están profundamente conectadas con la regulación y gestión de la vida en la sociedad. Entonces hoy en día podemos analizar que las políticas de salud mental, formuladas por gobiernos y entidades de salud, ejercen biopoder al determinar la prevalencia y la gestión de trastornos depresivos a nivel poblacional, y es así como bajo la biopolítica se generan programas de concienciación, acceso a tratamientos y enfoques terapéuticos que están influenciados por decisiones políticas que buscan abordar los diagnósticos nosológicos no solo como una cuestión individual, sino como un fenómeno que afecta a la sociedad en su conjunto, generando una idealización de cómo debe ser vivida la vida y promoviendo continuamente la corrección, además de la desmedida propuesta de medicalización obligatoria en el campo de la psiquiatría para obtener el ideal propuesto, entonces en resumen, es como si los profesionales de salud mental nos hubiésemos abanderado inconscientemente al servicio de la sociedad, defendiendo la mantención de la productividad, amoldando a las personas para que independiente de la causa que pueda estar generando dificultades, la sintomatología se mantenga controlada para no romper la estructura de la casa de objeto público, porque necesitamos que la funcionalidad se mantenga, a cualquier costo.

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    1. Nacho, al igual que tú, sentí un tanto desesperanzadoras o preocupantes las lecturas de esta quincena. En cierta forma, tras ver toda la evolución y logros del modelo comunitario, se nos iba formando una cierta fantasía de que era “el modelo perfecto”; aunque parezca ser el camino a seguir para lograr una atención adecuada y justa de nuestra población, no está exento de trabas.

      En particular, en base a lo que comentabas con respecto a la biopolítica, me llamó mucho la atención como en todos los criterios que sustentan la noción de salud mental, los motivos para enunciarla y promoverla en sus orígenes y en las conceptualizaciones que de ella tenemos actualmente, invariablemente está siempre presente el criterio económico. Me hace bastante sentido lo que comentas al escribir “… pero supeditado a un eufemismo que busca endulzar estas conductas bajo las promesas de hacerlo por la gente y resguardado bajo el derecho a la protección de la dignidad humana”, porque es precisamente lo que se ve al analizar estas medidas. Pregonamos que van dirigidas hacia lograr “el máximo nivel de bienestar del sujeto”, “una sensación de bienestar y equilibrio en la esfera biológica, social y personal”, etc; pero lo que sin faltas vemos son términos basados en criterios de costo-beneficio, en cómo las estrategias de prevención-promoción permiten “ahorrar gastos” al evitar el desarrollo de trastornos psiquiátricos que resultan costosos para la sociedad y que previenen a los trabajadores seguir funcionando para aceitar los engranajes de la maquinaria de la sociedad. Bajo este punto, a veces me pregunto: En el fondo, ¿hacemos realmente todo esto porque tenemos buenas intenciones y deseamos ayudar a las personas, o somos cómplices de la maquinaria disciplinaria que opera desde las esferas de poder para mantener a la población siendo útil y generando ganancias para el modelo económico? Siento que es una respuesta difícil y que, en cierta forma, se cumplen ambas aseveraciones. La gran mayoría entramos a esta disciplina por gustos personales, pasión, vocación, etc; pero también es innegable el rol de la psiquiatría y las disciplinas de la salud mental como herramientas disciplinares de la autoridad establecida para regir la vida cotidiana de la población.

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  2. Me resultaron interesantes las lecturas propuestas para esta larga quincena. Siento que voy comprendiendo la estructuración del curso, donde comenzamos viendo los antecedentes de la psiquiatría comunitaria y varios conceptos claves para entender las críticas a la visión tradicional de la psiquiatría, pasando por los planteamientos base de Gerard Caplan hasta sus aplicaciones en Europa con la Reforma Psiquiátrica de Manuel Desviat en España, y Latinoamérica con los proyectos intracomunitarios de Juan Marconi, para evaluar finalmente la aplicación actual de toda este proceso histórico de avances en lo comunitario, sintetizado a través de la Red Temática de Salud Mental. Siento que tras este recorrido histórico, hemos podido comprender “¿Qué es lo comunitario” y, en cierta forma, encantarnos con ello y percibirlo como la mejor alternativa para abordar la salud mental de la población. Pero no todo puede ser perfecto, y es así como en las últimas 2 quincenas hemos ahondado más en posturas más críticas con respecto al actual modelo. Primero en lo referente a la coerción, y esta quincena, con respecto a los problemas de la gubernamentalidad, el biopoder y la colonialidad que permea a través de nuestro modelo comunitario.

    En cierto sentido, la lectura de estos textos, personalmente, me cayó como “un balde de agua fría” dado que, después de haber analizado a fondo los inicios y desarrollo del modelo comunitario, sus valores, objetivos y logros conseguidos con el increíble esfuerzo que ha conllevado su implementación, poco a poco me he ido encantando con esta idea, considerándola como la mejor opción para organizar un sistema de salud que de respuestas efectivas a los problemas psiquiátricos de la población, y que se encargue además de su salud mental, a través de la promoción y prevención. No obstante, encontré sumamente llamativa la idea de la salud mental vista bajo la óptica de la gubernamentalidad, como una expansión de la disciplina médica sobre áreas de la sociedad que antes no le incumbían, permeando a través de las distintas esferas del ser humano y regulando su conducta y actuar cotidianos. En cierto sentido, cada vez somos menos “dueños de nosotros mismos” y más objetos de estudio y de la acción de los saberes expertos, lo cual sin duda posiciona a estos últimos en una situación de poder por sobre la población general, replicándose la jerarquía y falta de horizontalidad que buscamos combatir con el modelo comunitario. Y esta situación me resulta aún más preocupante al sumarle la visión crítica referente a la colonialidad y como esta ha perpetuado a través de los siglos. De forma similar al período de la Colonia, donde el saber médico venía exportado desde Europa y, en calidad de ciencia proveniente del primer mundo y, por tanto, confiable, se le otorgaba la categoría indiscutidad de “verdad”, adoptándose como la norma sobre la cual analizar cualquier otro intento de concepción sobre la enfermedad y salud, o las intervenciones terapéuticas. De forma similar, hoy en día todos nuestros conceptos referentes a la salud mental y el modelo comunitario son heredades desde la cultura europea y estadounidense, incluso, desde la misma declaración de la OMS se asume que la concepción occidental de “salud mental” correspondería a la mejor alternativa para hacer frente a las situaciones y problemas que esta engloba.

    Sin lugar a duda, estos avances y conceptualizaciones desde la óptica comunitaria han sido provechosos, y parecen pavimentar el camino hacia un mejor futuro. Pero me gustaría ver cómo esto se desenvuelve en las realidades locales, relacionándose con los elementos idiosincráticos de cada población particular, influyéndose mutuamente; para generar un “modelo comunitario” más adaptado a las realidades no hegemónicas de otras culturas no pertenecientes al primer mundo, a modo de ver una concepción de salud mental más propia y menos determinada unidireccionalmente desde los países que ostentan el poderío político y económico a nivel mundial.

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    1. Nicolas, encuentro sumamente interesante tu reflexión sobre el desarrollo del curso, que ha trazado una línea que nos ha permitido comprender la evolución de la Psiquiatría Comunitaria desde sus inicios hasta convertirse en el modelo predominante en la actualidad. Estas últimas sesiones nos han brindado la oportunidad de analizar críticamente dicho modelo, ampliando nuestra perspectiva a través de la visión de diversos autores. Estos textos han revelado la complejidad de la salud mental, su arraigo en la sociedad y su vinculación intrínseca con aspectos políticos y económicos. Aunque inicialmente se podría considerar la Psiquiatría Comunitaria como una respuesta al modelo neoliberal, también surgen críticas respecto a una posible maquinaria de "intervención social" que ha permeado la historia de la Psiquiatría y sus motivaciones en servicio a los fines de la sociedad.
      Tu observación acerca de la herencia colonial del modelo local, influenciado por Europa y Estados Unidos, resalta la necesidad de adaptar el enfoque comunitario a nuestra idiosincrasia. A pesar de las similitudes teóricas, reconocemos que en la práctica existen diferencias que se han ido incorporando. Comparto tu perspectiva de que aún falta la creación de una versión única que refleje nuestra realidad nacional. Es esencial tener presente la conexión profunda entre la salud mental y lo socio-político y económico, evitando idealizaciones o desvalorizaciones. El autor nos invita a considerar que, más allá de la desviación de la "normalidad" o del funcionamiento del actual modelo económico, el trabajo en equipo de todos los actores sociales es crucial para el desarrollo continuo y la actualización de la Psiquiatría. Este enfoque colectivo busca una visión compartida en pro de la salud mental comunitaria, aprendiendo de diversas perspectivas para construir una versión propia y efectiva del ejercicio de la Psiquiatría.

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    2. Me gustó mucho que hicieras un resumen de cómo se ha vivido el curso, porque efectivamente es como si estuvieramos ahora en la parte donde todo se termina romper. Comenzamos el año pasado a construir los primeros cimientos respecto a la psiquiatría comunitaria, la que ha sido nuestra bandera de lucha constante en el CDT, sin embargo, en las últimas dos clases me he replanteado todo, incluso lo que creía que estaba haciendo bien. Se agradece estar continuamente expuesto a diferentes miradas respecto a la psiquiatría, porque siento que la hemos abordado desde tantos ángulos, que para mí actualmente es difícil decidir hacia donde ir, pero creo que también todo esto es parte del proceso de crecer y desarrollar una forma propia de la especialidad, en la que teniendo los conocimientos a mano, se pueda tomar una decisión lo más informado posible, teniendo en consideración siempre el poder que podemos llegar a ejercer y el daño que se podría causar.

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    3. Nicolás me parece muy interesante el como abordaste ambas posturas contrapuestas, el saber construido por el que junto a ti comparto he apoyado la psiquiatría comunitaria y lo ultimo estudiado esta quincena, que como bien tu has mencionado nos sorprende , aunque a mi me parece mas como crónica de una muerte anunciada, llega ser un poco frustrante objetivar o visibilizar lo que ocurre realmente cuando intentamos implementar este sistema y me impresiona, que quizás una o por lo menos yo me sentiría "tranquila" al sentir la permanencia de un sistema en el tiempo, sin embargo al observar sus aristas , sus melladuras y sus vulnerabilidades , me obliga a estar atenta a decidir informada y con una vision critica lo que se pretenda lograr.

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  3. PARTE 1

    Me parece muy interesante y necesario los temas que se abordan en esta sesión, ya que siento que hemos podido ir recorriendo el camino de este curso hasta llegar hasta un par de sesiones atrás a la Psiquiatría Comunitaria, que la teníamos vista como un modelo en cierta medida “ideal” o la “solución” al desarrollo del área y ver como se aplicaba localmente en nuestro país, hasta ahora poder tener una visión muy critica sobre este misma y su gestación a través de la óptica de Foucault. Y es que a través de los diferentes artículos se van planteando conceptos muy interesantes como el de la biopolítica y el biopoder, lo cual nos hace continuar el objetivo reflexivo sobre si la Psiquiatría Comunitaria es la panacea o es realmente otra forma de ver el control de la sociedad.
    Y es que me pareció muy interesante el hacer leer este análisis crítico sobre el recorrido histórico en Chile acerca de se fue transicionando hasta el presente. Y es que frases como “la naciente institución psiquiátrica llego luego a convertirse en un espacio que reproducía el orden propio de la industrialización, y respondía así a un cambio en las formas tradicionales de control social” me hizo preguntarme sobre si esta alusión en contexto de la naciente “Casa de orantes de Santiago” no se aplicara también a nuestro presente, donde claro si bien en lo concreto ya no existe estas instituciones maniacales, si seguirán existiendo de otra manera menos obvia las “casa de objeto público”. Ahora un punto que rescato de manera positiva sobre esto es lo interesante que me pareció fue el poder leer el como los inicios de la Psiquiatría en Chile están fuertemente asociados a la “cuestión social”, ya que, si bien fue un gran avance de la medicina el poder tener una visión “clínica”, el que pudiera comenzar a verse esta visión mucho mas amplia de las enfermedades y la salud mental igual fue inquietante el ver como se planteaba a la vez esto como los inicios del proyecto biopolítico. Y es llamativo como para Foucault esto era “…poder indispensable para el desarrollo del capitalismo, que requería insertar de forma controlada los cuerpos en el aparato de producción, y ajustar los fenómenos de la población a los procesos económicos”, conectando con el concepto de biopoder planteando como que la vida deja de ser algo que emerge o termina por azar, para pasar a ser objeto de conocimiento e intervención.
    Y es que esta última conexión es interesante ya que como se plantea en los textos, se refuerza la idea que antes veníamos gestando sobre la ineludible conexión entre en el desarrollo de la salud mental y la configuración política y sobre todo económica, con un fin de mantener la funcionalidad y salud de los “engranajes” de este sistema para que continue su desarrollo. Y es que como se ve, en la actualidad donde predomina el modelo socioeconómico neoliberal, es innegable el poder preguntarse de si la Psiquiatría comunitaria estará en su contra o a su favor.

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    1. PARTE 2

      La idea que plantea fue medio desalentador acerca de que el criterio económico no esta presente solo en la administración del sistema de salud, sino también la definición de esta de lo que es el ámbito para intervenir, que ahora se establece en términos de la productividad de las personas. Esto uno lo podía ver en el día a día como EDF en el programa de salud mental de APS, ya que como se planteaba en ejemplos en los textos, muchas veces uno pensaba que si acaso con psicofármacos o el diagnostico de ciertos casos no se estaría tapando la consecuencia del malestar socio económico de los individuos.
      Creo que ideas como sobre si la salud mental comunitaria como practica de control, donde se puede plantear el concepto de gubernamentalidad, entendido como el ejercicio estratégico de control de la conducta ajena, permite hacer y plantear un análisis crítico sobre si será una “forma de intervención social” que busca alinear los fines de gobierno con las subjetividades de ciertas personas y grupos, permitiendo concluir parafraseando acerca de que la Psiquiatría Comunitaria será hoy un territorio ambiguo, donde creo el objetivo de esta sesión no es devaluar la visión quizás idílica que tenemos de esta como la solución perfecta, sino como una visión que debe continuar desarrollándose y adaptándose, teniendo una visión crítica de esta visión actual que predomina para así tener una visión general de su conexión con el poder y tipo de política, económica y sociedad en la que nos encontramos y por lo tanto, los cambios que deben surgir.

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  4. Comentario Parte I

    En los temas abordados en esta sesión me pareció muy interesante como se vuelve a abordar un poco de la historia de la consolidación del modelo de Salud Mental Comunitario en Chile y como se ha intentado aterrizar, para ejercer una influencia significativa en la Población general, de riesgo y aquella que padece de un trastorno de salud mental. La evolución del concepto de salud mental a lo largo del siglo XX marca un cambio significativo en la forma en que se percibe y se aborda la salud psicológica y emocional de las personas. En el texto “Gobernando la experiencia: Salud mental y ciudadanía”, es llamativo como se abordan dos series de transformaciones que intentan emancipar la noción de salud mental de su anterior conexión exclusiva con la enfermedad mental y la psiquiatría. Esto me parece fundamental porque con la primera serie: la universalización, internacionalización y globalización del concepto de salud mental, intenta llevar concepto integral de salud Mental más allá de límites geográficos y culturales. Para esto es importante lograr la interconexión entre la salud física y la salud mental, proporcionando una visión integral de la salud, consolidando una indistinción entre ambos conceptos, para poder así propagar la idea de que la salud mental como un componente esencial de la salud en general, lo cual es importante a la hora de implementar políticas públicas en un determinado territorio.
    Otro punto que me llamó la atención fue el de "tecnologías del yo" como dispositivos para el gobierno y autogobierno individual, destacándose una serie de herramientas destinadas a influir en la experiencia y la conducta de las personas. Lo cual es un mecanismo poderoso de autogobierno, que permite a las personas reflexionar sobre sus vidas y producirse como sujetos autónomos y responsables de su bienestar. Y esto, ¿en qué ayudaría actualmente?, creo que generaría un mayor empoderamiento de la población para ejercer presión y visualizar sobre los cambios que se necesitan actualmente en salud mental y las necesidad que aún son muchas en la población chilena, en éste y otros temas de interés nacional.
    El panorama en relación a la Salud Mental es bastante amplio, complejo y a la vez crucial. En el artículo “Salud mental y ciudadanía: una aproximación genealógica”, me parece fundamental como se hace énfasis en el reconocimiento de la salud mental como una condición de equilibrio, no solo vinculada a trastornos psicológicos, sino también a la funcionalidad cotidiana en diferentes esferas como el trabajo, la educación y la familia. Es así, como esta evolución sugiere la necesidad de considerar la salud mental como parte integral de la vida diaria y no solo como la ausencia de enfermedad. Lo anterior lleva a generar una visión contemporánea de la salud mental como una “tecnología de subjetivación” para la ciudadanía mundial, con el fin de lograr una conexión entre salud mental y aspectos económicos, sociales e incluso culturales, a mí parecer, haciendo más holística la visión del ser humano y como éste debe empoderarse en pro de su salud mental y salud general.

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    1. Comentario Parte II

      Todo lo expuesto hasta ahora se consolida con lo planteado por el Dr. Sepúlveda en “Las políticas de salud mental en Chile: El modelo comunitario entre la gubernamentalidad y la utopía liberadora”, donde resulta muy interesante observar cómo la evolución de las políticas de salud mental en un contexto post-dictadura, refleja no solo avances significativos, sino también desafíos profundos y persistentes. Por lo que, la transición democrática no solo implicó una reconfiguración política, sino también una reevaluación de los sistemas sociales, incluida la salud mental. Avances que hemos podido discutir y estudiar en varias sesiones anteriores, como la Reforma de Salud, Plan Nacional de Salud Mental y la Red Temática de Salud Mental. Sin embargo, a pesar de estos avances, persiste el desafío fundamental del concepto mismo de salud mental con el que opera el Estado. Por lo que, es necesario no sólo reconocer los problemas y escasos recursos, sino también repensar el paradigma subyacente sobre la salud mental, alejándose de visiones reduccionistas o funcionalistas para abrazar una comprensión más amplia, inclusiva y dinámica de la salud mental.
      Este enfoque más integral y holístico de la Salud Mental, pude verlo reflejado en mi internado de APS y cuando trabaje como médico general en un CESFAM. Acá el enfoque de Salud Mental se enfocaba tanto desde el aspecto psíquico y físico de las personas. Habían talleres de ejercicio y educación en juntas de vecinos, donde iban los distintos integrantes del equipo de salud territorial, donde se hacía énfasis en cómo mantener un buena estado de salud físico y orgánico al mantener compensada las ECNT, repercutía fuertemente en la Salud Mental, donde cuerpo y mente tenían un enfoque bidireccional. Por lo que en cada consulta se reforzaba la importancia de asistir a talleres de ejercicios, realizar actividad física, mantener actividades socioculturales, puesto que todo esto ayudaba a mantener un nivel adecuado de salud física, mental y otorgar un grado de funcionalidad acorde a la etapa del ciclo vital de cada individuo.

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    2. Comentario Parte III

      Continuando con el análisis de los textos, me parece trascendental como el concepto de biopolítica, introducido por Michel Foucault, es esencial para comprender cómo el poder estatal se entrelaza con aspectos vitales de la sociedad, abarcando la salud, la reproducción, la longevidad y otros aspectos biológicos y poblacionales. En el documento sobre "Biopolíticas, Gobierno y Salud pública", se revela cómo este concepto ha influido en la configuración de la salud mental y la psiquiatría comunitaria en Chile, haciéndose evidente la intersección entre el poder estatal, la gestión de la vida colectiva y las prácticas de gobierno en el ámbito de la salud. Foucault, a través de su teoría sobre biopolítica y gubernamentalidad, provee un marco para analizar cómo se ejerce el poder en la sociedad moderna, particularmente en relación con la salud mental. Destaca que el poder no se limita a la coerción directa, sino que se manifiesta en relaciones sociales, conocimientos y prácticas cotidianas, donde la bidireccionalidad entre la “calle” y las autoridades es imprescindible para la implementación de acuerdos y políticas de salud Mental que abarque a la población en su conjunto, donde este enfoque se manifiesta en las prácticas de gobierno y las mentalidades en torno a la salud, moldeando las políticas y la institucionalidad.
      A modo de conclusión, Foucault ofrece una mirada crítica que permite entender cómo se gestiona y se ejerce el poder en la sociedad contemporánea, incluso en ámbitos fundamentales como la salud mental. Su enfoque desafía a reflexionar sobre las relaciones de poder, la gestión gubernamental y el control sobre la vida de las personas en contextos específicos, como el sistema de salud en Chile. La evolución de las políticas de salud mental en Chile muestra avances notables, pero aún enfrenta desafíos en la comprensión y aplicación de un paradigma más integral y humano en este ámbito. La reflexión continua y la adaptación de enfoques más inclusivos y transversales son esenciales para garantizar una atención más efectiva y equitativa en salud mental para todas las personas.

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  5. Hola Matías! Me parece super interesante tu pregunta al finalizar el comentario: ¿Curar para qué, o mejor dicho para quién (es)? En el pregrado nos enseñan bastante con respecto a la promoción y prevención a modo de evitar que las enfermedades aumenten en prevalencia e incidencia, más que todo mirado desde el punto de vista de salud pública. Y hacer diagnóstico, tratamiento y mantener compensadas las ECNT a nivel de APS para no congestionar el nivel secundario y terciario. y esto para qué o para quienes? claramente tiene que ver con un factor de mantener a la población lo más compensada posible para que se pueda desempeñar en la fuente laboral, con el fin de poder mantener activa la productividad de un país y para determinados sectores privados que resultan beneficiados de esto. Con esto, se deja un poco de lado la salud mental que es fundamental para mantener una adecuada salud física. Creo que en esto se ha ido avanzando con los años, en poner el ojo en esta materia, implementándose políticas públicas. Con esto le encuentro sentido a lo que Foucault plantea con respecto a la gubernamentalidad que se refiere como se ejerce el poder en las sociedades modernas, donde se enfoca en la población en su conjunto, no sólo enfocándose en el estado sino que también en el entorno del individuo, como la familia, colegio, salud, cultura, haciendo que las personas reflexionen sobre su salud de manera integral y que el enfoque sea bidireccional entre la fuerza política y las personas

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  6. El papel del gobierno en la atención de personas con enfermedades mentales y problemas de salud mental en Chile ha experimentado transformaciones significativas a lo largo del tiempo. Desde una perspectiva de gobierno, se ha observado la creación de la Red de Salud Mental y Psiquiatría, compuesta por diversos dispositivos pequeños que atienden las diferentes necesidades de las personas con problemas de salud mental o enfermedades psiquiátricas, con estrategias que evitan la hospitalización. Dentro de este punto, considero importante destacar la promulgación de la ley TEA en marzo de 2023, que establece la promoción de la inclusión, la atención integral, y la protección de los derechos de las personas con trastorno del espectro autista en el ámbito social, de salud y educación. La nueva normativa, además, promueve un abordaje integral de dichas personas junto con concientizar a la sociedad sobre esta temática. Lo anterior, sin perjuicio de los demás derechos, beneficios o garantías contempladas en otros cuerpos legales o normativos y en los tratados internacionales ratificados por Chile que se encuentren vigentes.

    Respecto al texto “Repensar la salud mental colectiva” rescato las diversas perspectivas que pueden ser aplicadas en la práctica profesional de la salud mental: enfoque crítico y multidimensional, al considerar de manera integral los factores que influyen en la salud mental de los individuos y las comunidades. Trabajo en red y colaborativo, desarrollando la promoción de alianzas intersectoriales y trabajo en red con otros profesionales de la salud, servicios sociales, educativos y comunitarios para abordar de manera integral las necesidades de salud mental. Recuperación y rehabilitación psicosocial, a través de la promoción de programas y estrategias que apoyen la recuperación de las personas con trastornos mentales, centrándose en sus fortalezas y capacidades. Participación comunitaria, desarrollo de programas de promoción de la salud mental a nivel comunitario, la participación de usuarios y familiares en la toma de decisiones y la implementación de estrategias de prevención a nivel local. Dentro de los dispositivos pertenecientes al Servicio de Salud Talcahuano, en el que me encuentro en proceso de formación, está el Centro Terapéutico “Luz de Luna”, que otorga atención ambulatoria de rehabilitación para personas sobre 16 años, pertenecientes al sistema público de salud y con residencia en la comuna de Talcahuano y Hualpén y que cuenten con diagnósticos de esquizofrenia, trastornos psicóticos, retrasos mentales leves a moderados, trastornos bipolares, depresivos orgánicos y Síndrome de Asperger. El centro busca reinsertar al usuario a nivel familiar, comunitario y de sus redes, favoreciendo la mayor autonomía posible por medio de la mejoría en su calidad de vida. El trabajo es desarrollado por un equipo integral, conformado por psicólogos, trabajador social, terapeuta ocupacional, monitores comunitarios, técnico paramédico y personal administrativo, que permite otorgar atenciones individuales, apoyo familiar e intervenciones grupales por medio de talleres prelaborales, terapéuticos y recreativos, donde se insertan nuestros usuarios.

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    1. Hola Andrés! Concuerdo contigo respecto a lo de la ley TEA. Cada día más pacientes son diagnosticados y requieren atención, por lo tanto, estandarizar y legislar al respecto me parece imperativo. Sí estoy en la disyuntiva de cómo resultará en estos momentos ya que creo que en algunos aspectos es bastante ambiciosa. Esperemos que siempre sea lo mejor para nuestros pacientes, que se logre implementar lo mejor posible y se fortalezca la atención.

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    2. hola Andrés, con respecto a la Ley Tea y el enfoque que quise dar en mi comentario esta vez sobre los determinantes de salud mental y su visión integradora. Esperamos con emoción que los cambios establecidos para abordar socio sanitariamente a estos pacientes, logren su cometido esta vez, ya que esta acompañado por un cambio político, una LEY, que los sustenta, por tanto los vuelve obligatorios a realizar en plazos. Lo que afirma como la política, y la salud pública deben ir de la mano, para poder obtener cambios firmes. Asi que totalmente de acuerdo con tu ejemplo práctico. Y a este me sumo a los abordajes de duplas psicosociales, de diversos centros comunitarios, que logran realizar "barridos sociales", que van en apoyo a alejar al paciente de gatillantes negativos de su realidad social, y acercarlos a aquellos protectores, que logran finalmente alejar a muchos adolescentes de las drogas y conductas antisociales, como el centro el FARO en Talcahuano.

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    3. Estimado compañero de Beca, tocas un tema muy interesante en esta sesión. Si bien la ley TEA en Chile es un paso positivo, me surge la pregunta crítica sobre si el gobierno tiene una estrategia clara y recursos suficientes para enfrentar los desafíos de implementación. Además, ¿es realista esperar una mejora significativa en la calidad de vida de las personas con TEA sin una inversión sustancial y un cambio cultural profundo? En un contexto donde los recursos son limitados, ¿se están priorizando adecuadamente las necesidades de la comunidad TEA sobre otras demandas igualmente apremiantes en el ámbito de la salud mental y psiquiatría comunitaria?
      Pienso que La efectividad a largo plazo de la ley TEA dependerá no solo de la acción gubernamental, sino también de la participación activa y la comprensión de la sociedad. El cambio cultural es un proceso continuo que requerirá esfuerzos conjuntos de la comunidad, organizaciones y el gobierno. La promoción de la conciencia y la comprensión sobre el TEA es parte integral de este proceso, y se deberían implementar campañas educativas para sensibilizar a la sociedad, el cual es el talón de Aquiles de este tema.

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  7. parte I: Realmente como se deja entrever en el texto de los interventores en salud mental, el despojarse de esta cosmovisión de racionalidad universal, proveniente de una cultura colonial, que aún mantiene raíces profundas en nuestro ser, tiñendo nuestras formas de pensar, relacionarnos y abordar ciertas “problemáticas”, finalmente nos separa como grupo humano, en personas de poder y razón y otros de menor posición, los “enfermos”, “delincuentes” y “vagos”. Y asi es, como la psiquiatría, disciplina, ciencia aplicada, tecnología relacional y social, donde este pilar nos mueve en cada momento, finalmente se enfrenta a esta intermediación en la que nos situamos actualmente al acoger el enfoque comunitario como nuestra bandera, donde su paradigma principal es la psiquiatría CON los usuarios y no PARA los pacientes. Donde hemos migrado desde una psiquiatría coercitiva a una psiquiatría participativa, simétrica, y a mi pensar humanitaria. Durante nuestros años de formación de medicina, nos formamos con este precepto más colonial, o como dice el documento de “gobernando la experiencia en salud mental”, de una búsqueda de ideal de salud en un colectivo virtual, donde se pierde el poder de “yo”, hacia un “nosotros”, el cual está teñido de una hegemonía de tecnicismo médico que se cree superior a la cultura del individuo, y que ha llegado a derrumbarse de a poco, al comenzar nuestra formación en psiquiatría, y como dice la terapia DBT que me encanta, el “validar” y la aceptación, es la única forma para poder obtener un “cambio” a largo plazo en nuestros pacientes, por tanto como podemos ser interventores en una mejor calidad de vida, sino apoyamos codo a codo, dentro de la cosmovisión del mismo paciente, su proceso terapéutico.
    Ahora habiendo escrito sobre la evolución de la psiquiatría desde una mirada cultural-social, pasamos al otro determinante igual de importante, lo político, y como sus diferentes regentes, con sus respectivos discursos hegémonicos a través del tiempo, han impedido o posibilitado, según el punto de vista, la aplicación de una psiquiatría amigable con el usuario. Que han tenido como pilares fundamentales el cambio de una dictadura a una democracia electoral, la reforma del sistema sanitario, y la creación del primer plan nacional de salud mental, con enfoque comunitario. Dentro de este punto, sería interesante ver algún documento que mire este aspecto desde partidos centro derechistas y no solo centroizquierdistas, para poder tener una visión mas imparcial. Como leímos anteriormente en este mismo curso, es importante al estudiar, tener en cuenta la vereda de donde provienen los autores correspondientes, y ser capaces de reflexionar en forma crítica cada aspecto, no asimilando todo precepto como verdad absoluta.

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    1. parte II Asi es como pasamos ahora al aspecto social, desde la base de una calidad de vida digna, ligado directamente a las gestiones políticas en salud pública del ítem anterior, donde la cobertura de las necesidades básicas, son fundamentales para poder hablar de una salud mental. Muchas veces como profesionales de la salud, nos encontramos con esta gran piedra de tope, donde a pesar de nuestras intervenciones, estas son superfluas, comparado con las condiciones de vida de muchos de nuestros pacientes, que termina afectando su desempeño y nivel de salud. Ejemplo de esto, puedo hablar de una adolescente a la que le hicimos una visita domiciliaria, con trastorno depresivo y suicidalidad, que no adhería a terapia psicológica, por desencantarse, al no obtener resultados a pesar de aplicar todo lo aprendido en terapia, por el motivo de tener una mamá con EQZ y Di, sin las habilidades marentales de comunicación, compañía, validación y cuidados básicos que amerita una hija. Además de estar insertas en un ambiente vulnerable, de pobreza, en barrio con violencia y sin redes de apoyo, y donde las discusiones más grandes se daban por la falta de higiene y orden que mantenía la madre, donde no se respetaba y no se podía lograr un espacio íntimo en el departamento para la adolescente.
      Asi finalmente, para mi el documento de salud mental y ciudadanía, logra resumir todos estos aspectos, donde la salud mental ya no es vista solo desde un aspecto biomédico de curación y ausencia de enfermedad, sino que abarca todas estas esferas y ámbitos, lo económico, político, social, cultural, afectando directamente como cada uno ejerce finalmente su ciudadanía y su derecho inequívoco de dignidad por su humanidad.

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  8. Hola a todos, quisiera comentar algunas ideas y conceptos que llamaron mi atención de todos los textos de esta quincena XL.
    En primer lugar, el análisis crítico de Michel Foucault sobre la práctica médica en el siglo XX, donde destaca la medicalización indefinida que amplía el ámbito tradicional de la medicina, convirtiendo la salud en un fenómeno de autoridad, especialmente evidente en el ámbito de la salud mental. Encontré muy interesante la noción de una racionalidad biopolítica, donde se propone que la salud se convierte en una estrategia de poder que se aplica a la población, estableciendo objetivos de control específicos relacionados con la optimización de la vida.
    Con lo anterior se relaciona también la hipótesis de que la salud mental ocupa el territorio existencial de las tecnologías del yo en la actualidad, definiendo a estas como la reflexión acerca de los modos de vida, las elecciones de existencia, el modo de regular su conducta y fijarse uno mismo fines y medios. Se la considera una tecnología gubernamental que, mediante procedimientos técnicos y estadísticos, incide en la conformación del individuo y su pertenencia a la especie. De esta manera, su influencia no se limita solamente al ámbito médico, si no que se extiende a la configuración de la identidad individual y colectiva, integrándose con el concepto de salud y regulando la experiencia cotidiana más allá de los espacios institucionales. Este entrelazamiento destaca la complejidad de las fuerzas que moldean la percepción de la salud y subraya la necesidad de un análisis crítico del papel de la salud mental en la conformación de la experiencia humana.
    También me llamo la atención el concepto de gubernamentalidad, entendido como el ejercicio estratégico de control de la conducta ajena, el conjunto constituido por las instituciones, los procedimientos, análisis y reflexiones, los cálculos y las tácticas que permiten ejercer esa forma bien específica de poder que tiene por blanco principal la población. En donde se plantea de manera crítica que la psiquiatría comunitaria y la salud mental son una forma de intervención social, enmarcada en la política de salud, que para su análisis crítico, puede ser comprendida desde una perspectiva de gubernamentalidad, es decir, como una serie de tecnologías que buscan alinear los fines de gobierno con las subjetividades de ciertas personas y grupos y que también son objeto del control constante de un nuevo saber: la contabilidad y la gestión financiera. Así, estas nuevas experticias modifican las acciones de profesionales y técnicos, en pro de la buena gestión y optimización de los recursos. Esto implica que las acciones de los interventores ya no radican solo en sus propios criterios y campos de experticias, sino que deben ajustarse a criterios de otros expertos economistas.
    Considero que es una perspectiva interesante de conocer e importante de tener en mente en nuestra práctica clínica, para así cuestionarnos nuestro ejercicio médico, y ver con ojos críticos que decisiones e intervenciones son en pos del bienestar del paciente o como una manera de controlar y regular la conducta ajena para los fines de control del gobierno.

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    1. Creo que el llamado a estar atentas/os a que decisiones e intervenciones son en pos del bienestar del paciente o una manera de control y adaptación al modelo es clave, porque claro no podemos cambiar la historia en el sentido del origen de la psiquiatría o a los fines a los que sirvió en su momento, pero si podemos cambiar hacia donde se dirige... el involucramiento del usuario en todas las decisiones, no ocultar, no mentir, creo que es clave

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  9. Nuestro país ha estado dentro de la vanguardia en enfrentar problemas sociales, cabe destacar:
    _ ley del seguro obrero y EMPART
    _ creación del Servicio Nacional de Salud .
    _ley de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales.
    _ preocupación por las enfermedades relacionadas con la salud mental.

    Sin embargo, la población no se siente satisfecha, se por:
    _ Recursos insuficientes.
    _ Incumplimiento de las leyes, sea por falta de fiscalización y/o favocer la cantidad sobre la calidad.
    _ Siente que, estos cambios y mejoras, responden más y a problemas económicos que a la persona en sí.

    Estoy de acuerdo que la salud mental auna, ve y trata a la persona de distintas perspectivas, lo que deberían entender los gobiernos y la población en general. A los gobiernos y a la población les pesa el colonialismo tanto a públicos cómo privados, esto baja en cascada a toda la población. Esto es un lastre que nos dificulta el avance, es como un "vis a tergo", tan enraizado en nuestra cultura, lo que dificulta el cambio de paradigmas , esto no afecta la y sino también a otras áreas como la educación.

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    1. Buenas tardes Hector, quisiera sumarme a tu hilo conductor, y mencionar también que aparentemente lo que dábamos por hecho y creíamos tan bueno, podría no ser sino una planificación por un sector del poder, que de una manera habil ha ido imponiendo su visión.
      Y en base a esto, quería señalar que resulta interesante cuando en los textos se menciona que la locura se constituyó como enfermedad, y por lo tanto como un evento positivo y a la vez validado socialmente, por lo tanto pasó a ser gestionado por una ciencia como la medicina, y así adquirió causa y a la vez solución. De esta manera la constitución del manicomio, se justificó como forma de tratamiento, y no solo como aislamiento del resto de la sociedad. Evento que claramente estaba teñido por otro tipo de intereses oligárquicos, ensuciados por el período histórico y político imperante.
      Elementos que no dejan otra opción más que pensar.

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  10. Una de las cosas que más me llegó de la literatura de esta sesión fueron aquellos que hablan de colonización, ya que a modo de historia personal tengo ascendencia indígena por parte de mi abuela paterna, que era Aymara, por lo que siempre llevé conmigo un espíritu y un discurso anticolonial y crítico hacia conceptos como “descubrimiento” de América y “civilización” porque entendía que la colonización, llevada cabo a través de la invasión por parte de Europa, fue en realidad la interrupción de un desarrollo natural y propio por parte de diversos pueblos que vieron su historia, y por lo tanto su identidad, por lo bajo desviada. Entonces el repensar mi ejercicio médico desde este punto de vista, me deja al menos contrariada, porque probablemente hay muchas conductas que estoy realizando que reproducen lógicas colonizadoras; y ahora que le doy vueltas, me hace sentido que palabras como “compensar” “adecuado” “normal” “loco”, etc respondan a la misma lógica de “civilizar a los salvajes” aplicado en la historia para los pueblos indígenas y en la psiquiatría para los pacientes con esquizofrenia.

    Esta sesión, también me permite revivir un comentario que hice en una sesión sincrónica muy a principio del curso frente a frases como “enseñar/mostrar a los pacientes que es lo que los enferma o cual es el modelo que los enferma”. Si bien es una crítica que comparto hacia el modelo capitalista y neoliberal, busco recalcar que seguimos usando frases como “educar, enseñar” etc como si tuviésemos que revelar un conocimiento que a nuestro parecer es desconocido por los pacientes, esta posición en donde nosotros tenemos el conocimiento real de cuál es el modelo adecuado, tiene que ver más con la forma que con el fondo, ya que desde no dejamos espacio para las propias contradicciones que pudiesen o no tener los y las pacientes.

    Esta reflexión la fui complementando al revisar los textos que hablaban de las expectativas que tenemos como sociedad de cómo “debemos ser” como nos debemos sentir y como buscamos que todos y todas encajemos en la norma.. y me hace pensar en un chico que vimos en el COSAM que en realidad asiste por que a su mamá le preocupa que no socialice y no tenga intereses en ello, pero a él no le preocupa y no se siente enfermo, entonces pensaba que este paciente no encaja en lo que esperamos que sea para su vida productiva, por lo tanto está enfermo. Y así con tantos usuarios que catalogamos como enfermos porque no responden a las expectativas que la sociedad capitalista actual espera de ellos y aparece este “biopoder” y queremos calcular y administrar la vida de la comunidad, a través de diagnósticos y fármacos y estrategias que permitan adaptar y manejar.

    Tengo muchas cosas en mi cabeza, cuestionamientos, pero también claridades, así que gracias nuevamente por provocación a reflexionar, abrazos!

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    1. Estimada Tania, después de leer tus reflexiones, particularmente acerca del "deber ser" en la sociedad, y el papel innegable de garante y custodio de fiscalizar que esto se cumple que recae en la psiquiatría, resulta importante hacer un análisis del caso del chico que nos mencionas: en este caso la idea de nuestras intervenciones es que podamos ayudar a alcanzar un proyecto de una vida que nos haga sentido, pero no debiera ser sentido a "nosotros", ni " a la familia", si no a nuestros propios usuarios.
      Si no, solamente nos convertiremos en herramientas que sirvan para etiquetar y administrar tratamientos sin llegar a un diálogo real con el otro.
      Incluso si uno revisa dentro de nuestro propio lenguaje en psiquiatría, está lleno de comparaciones con "tipos" ideales sociológicos, desde los síntomas de estado, los aspectos caracterológicos. Pero, aquí cabe preguntarse nuevamente ¿De qué utilidad sirve este lenguaje y entramado si no es para alcanzar una respuesta que le haga sentido a la persona que nos consulta?

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    2. Estimada Tania, es complejo lograr marcar un límite entre hasta qué punto estamos haciendo un bien y en qué punto ya estamos presionando y gestionando estrategias que "obligan" a la persona a tomar medidas que esta no desea. Es más complejo aún entender si lo que hacemos "es un bien" y bajo qué concepto se considera bien.
      Creo que las lecturas de esta semana nos hacen ver desde otro punto de vista estas ideas, dándonos otra perspectiva, y logran que dudemos de que es realmente lo "bueno". Bajo estas dualidades y conflictos, creo que lo que podemos hacer es ir integrando las opiniones y conceptos que nos hagan sentido en base a nuestra propia moral, a favor de dar siempre lo mejor a las personas que serán nuestros pacientes, ya sea ir integrando cada vez más una relación horizontal, el trabajo conjunto en los tratamientos, la escucha activa de las opiniones y los pensamientos de ellos, y como dice Matías, trabajar en pos de lo que le haga sentido a cada persona, aplicando nuestros conocimientos en todas las áreas que vamos abarcando para intentar guiarlos de la mejor forma posible.

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    3. Estimada Tania, sobre el caso del joven que no quiere socializar que mencionas al final, y tal como dicen mis compañeros, es complejo colocar un limite entre lo mejor para el paciente y las expectativas que tenemos nosotros como tratantes, las de la madre que esta preocupada por la conducta de su hija y las de la sociedad. El paciente puede que esté estable, conforme y no sea una preocupación el no socializar, que no cuadre con las expectativas que otras personas tengan de él, o lo que esperan que él sea o pueda hacer, sobre todo lo que tiene que ver con que no realice una actividad productiva, en nuestra sociedad regida por los criterios neoliberales de productividad. También me lleva a cuestionar, hasta que punto podemos o debemos intervenir pensando en el bien del paciente, ¿debemos aspirar a que el paciente tenga interés en socializar (si es que no es su motivo de consulta)? ¿O que por ejemplo trabaje y se integre plenamente al "sistema productivo"? Mas bien, lo que podemos hacer es ayudar al paciente a armar un proyecto de vida que le haga sentido, y que en terapia se vayan co-construyendo las metas de tratamiento.

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  11. Me pasa con lo que dices Mati y con los textos que leeimos que me preocupa que nos parezca peligroso que ciertas politicas de salud favorezcan al gobierno, puesto que es reflejo de que no contamos con una intitucionalidad que vea realmente por el bienestar de la población .. porque si contaramos con un gobierno colectivo garante de derechos quizas querriamos que las politicas apoyaran y protegieran el rol del estado, pero al contrario las queremos lo más lejos posible...entonces habria que apuntar a hacia el rol, enfoque y finalidad que cumple el tipo de estado que tenemos y para quien "trabaja"

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  13. Quiero iniciar mi comentario de esta quincena aludiendo a la frase del texto de introducción: "sin salud mental no hay salud"
    Me parece real e irreal a la vez, pues se ha demostrado consistentemente que muchas veces no existe una salud mental adecuada, pero continúa habiendo salud necesaria para seguir adelante. No debería ser así. Y por lo mismo es de suma importancia todo lo que hemos analizado en el curso y que hoy analizamos respecto a Chile.
    Respecto al texto que alude a la psiquiatría comunitaria en Chile, mi opiniónes que este análisis pone de manifiesto la importancia de comprender las complejas interacciones entre el poder político, las estructuras sociales y las prácticas de salud en la configuración de los sistemas de atención en salud mental. Además, resalta la necesidad de adoptar un enfoque integral que considere no solo la enfermedad mental en sí, sino también las condiciones de vida de las personas y las comunidades. Este enfoque comunitario es fundamental para promover la equidad en el acceso a la atención de la salud mental y para abordar las necesidades de las personas en un contexto más amplio.
    La perspectiva crítica y reflexiva que ofrecen los textos de esta sesión sobre la salud mental colectiva, destacando la importancia de abordar esta temática desde una manera interdisciplinaria y considerando los determinantes sociales de la salud me hace pensar que el enfoque que ponemos en este curso y el tiempo que dedicamos es el camino correcto para ser buenos profesionales del área de salud mental.
    Sabemos que la salud mental comunitaria busca promover la participación activa de la comunidad en la identificación y solución de problemas de salud mental, y en la creación de entornos que fomenten la salud mental y el bienestar. Esperemos siempre hacerlo de la mejor manera para nuestros usuarios y por nosotros mismos.
    Creo que en el contexto histórico actual, que se le está dando mayor énfasis a la salud mental, es el momento para poder mantener esto y que no se escape entre los dedos.
    Personalmente me emociona la promulgación de la ley TEA, ya que muchos de los pacientes que atendemos en campo clínico se verán beneficiados por la nueva regulación. No será fácil implementar todo de manera perfecta, y por supuesto, tendrá algunas deficiencias. Pero el hecho de lesgislar al respecto es ya ir por buen camino

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    1. Gabriela!
      Estoy de acuerdo con lo que planteas, creo que aunque existen desafíos y problemas persistentes en la salud mental, existe la necesidad crucial de abordar esto de manera integral, considerando tanto los aspectos individuales como los contextuales y sociales.

      Es relevante verlo de un enfoque comunitario para garantizar la equidad en el acceso a la atención y para abordar las necesidades de las personas en un contexto más amplio, así como reconocer la importancia de un abordaje interdisciplinario y la consideración de los determinantes sociales de la salud para formar buenos profesionales en el área de la salud mental.

      Con respecto a lo que dices de la Ley TEA, considero que la implementación de esta podría presentar desafíos y deficiencias, pero legislar esto ya es un paso positivo en el avance de la salud mental de todos los chilenos. Creo que se verá con esto un mejor panorama en la Salud mental chilena.
      Cariños!

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  14. Hola a todos!
    Considero que las lecturas de esta semana vienen siendo como un repaso de la historia de la salud mental en Chile. Se mencionan temas que ya habíamos abordado anteriormente, pero como dice el título, esta vez desde la perspectiva de nosotros, los chilenos.
    En los textos, Carrasco nos narra que desde principios del siglo XX conviven diferentes formas de concebir las políticas sociales y de salud. Los criterios que se han impuesto en diferentes momentos de la institucionalidad se pueden comprender como el resultado de procesos de conflictos y negociación en relación a el rol del Estado y al derecho a la salud pública.
    También expone que la visión de biopolítica de Foucault se ha ido cambiando, modificándose la propia noción de vida, ya que la biopolítica no tendría que ver solo con los procesos biológicos de la especie, sino que con “hacer vivir y controlar las condiciones de vida de las personas” , es por esto por lo que la preocupación de las autoridades va hacia promover estilos de vida saludables, intervenir en nuevas esferas de vida que no son solo controlar tasas de natalidad y mortalidad. Las estrategias apuntarían a que las personas lleguen a ser autónomas y libres.

    En la década de los 70s, al existir un modelo neoliberal durante el periodo de dictadura, trajo consigo una transformación social, lo que afectó en el modelo de salud. La creación de las ISAPRES, las cotizaciones individuales, entre otros procesos, aún siguen siendo factores que influyen en la toma de decisiones.
    Rose propone que la idea de un gobierno neoliberal del sujeto libre solo es posible en cierta condición social y cultural, con lo cual concuerdo plenamente.

    Los posteriores gobiernos elegidos al término de la dictadura, aunque heredaron el modelo establecido en la constitución, de a poco van mostrando algunas modificaciones y vamos viendo críticas al modelo institucional. Hitos claves como la publicación del primer documento “Políticas y Planes de SM en 1993” o finalmente la elaboración del “Plan nacional de SM y Psiquiatría en el 2000 “ nos vuelven a acercar más al enfoque comunitario. 

    Para concluir, creo que es la educación de la población general la que puede, no tan solo ayudar a eliminar el estigma en salud mental, sino que también abordar por sí mismo el cuidado de la salud mental del individuo, utilizando las herramientas que el sistema de salud pueda ofrecer en todos sus niveles y ámbitos.

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    1. La concepción de biopolítica de Foucault arroja luz sobre cómo la gestión de las condiciones de vida de los individuos ha experimentado una evolución a lo largo del tiempo, transitando desde aspectos demográficos hasta la promoción de la autonomía y la adopción de estilos de vida saludables. Este cambio profundo refleja una transformación en la forma en que se aborda la salud mental y la manera en que se busca influir en las decisiones personales relacionadas con el bienestar.
      El período de dictadura y la posterior transición a la democracia han dejado una huella significativa en el sistema de atención de salud en Chile, y, por extensión, en el ámbito de la salud mental. La implementación de modelos neoliberales, como las ISAPRES y las cotizaciones individuales, ha tenido un impacto considerable en la accesibilidad y la prestación de servicios de salud mental en el país.
      Con el paso del tiempo, se observa una evolución gradual hacia un enfoque más orientado hacia la comunidad y un aumento en la concienciación sobre la importancia de la salud mental.
      La educación de la población desempeña un papel fundamental en la transformación del panorama de la salud mental en Chile. Al proporcionar a las personas información y herramientas que fomenten el autocuidado y al eliminar el estigma asociado a la salud mental, podemos avanzar hacia una sociedad más saludable y comprensiva en la que todos puedan acceder a la atención que requieren sin temor a ser juzgados o discriminados.

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  16. Al leer en el artículo "Repensar la salud mental colectiva", la palabra que resuena con mayor profundidad es "construcción". Este vocablo evoca una iniciativa deliberada y planificada en la formulación de la política pública de salud mental en Chile. Sugiere un esfuerzo activo por parte de las autoridades para establecer una forma específica de gubernamentalidad, entendida desde una perspectiva biopolítica. Este enfoque proactivo revela una intención de no solo abordar las necesidades inmediatas, sino también de moldear las percepciones y comportamientos en el ámbito de la salud mental. Esta aproximación estratégica y consciente en la construcción de políticas podría ser fundamental para avanzar hacia un sistema más efectivo y humano que responda a las complejidades de la salud mental en Chile.
    Desde el fin de la dictadura militar en Chile, el sistema de salud mental ha atravesado transformaciones notables, con cambios significativos desde los años noventa. Esta trayectoria refleja una adaptación gradual hacia un enfoque más integral y comunitario en la atención de la salud mental en Chile. No obstante, se me presenta la necesidad de una crítica visionaria. ¿Estamos realmente logrando una transformación significativa en la percepción y atención de la salud mental, o simplemente estamos ajustando estructuras superficiales dentro de un marco neoliberal persistente? La inclusión de la comunidad y la redefinición de objetivos son pasos positivos, pero ¿cómo podemos asegurarnos de que estas transformaciones se traduzcan en mejoras tangibles en la calidad de vida de las personas y no solo en ajustes burocráticos? La visión a futuro requiere no solo cambios estructurales, sino un compromiso genuino con la salud mental como un componente vital de la salud pública, con recursos y estrategias que reflejen esta importancia.
    ¿Cuántas veces hemos postergado discutir abiertamente nuestra salud mental? Hace seis años, observaba las agendas de salud mental en Chile y me intrigaba la alta tasa de inasistencia de pacientes. Con el tiempo, descubrí que el tabú envolvía estas conversaciones, una barrera que la comunidad no estaba lista para derribar. Hoy, en un contexto transformado por la pandemia, pareciera que la conciencia sobre la importancia de la salud mental ha aumentado. Notamos un creciente interés en la comunidad por acudir a los Centros de Salud Familiar (CESFAM) y confiar su bienestar psicológico a los profesionales del programa. Sin embargo, aunque este cambio es alentador, queda un largo camino por recorrer. Necesitamos expandir aún más el diálogo, convertirnos en agentes de cambio que lleven el mensaje sobre la salud mental a aquellos que aún se muestran escépticos. La misión es clara: crear conciencia y fomentar una transformación completa en nuestra sociedad.

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    1. Compartir nuestras vivencias personales y alentar a otros a hacer lo mismo es un paso importante, pero no debemos detenernos ahí. Necesitamos seguir impulsando la conversación en todos los niveles, desde el ámbito comunitario hasta el gubernamental. Esto implica abogar por una asignación de recursos más equitativa y el desarrollo de programas efectivos que estén al alcance de todos los que los requieran. Al invertir en servicios de salud mental accesibles y promover un enfoque integral que aborde los determinantes sociales, culturales y económicos de la salud mental, podemos avanzar hacia una sociedad donde la estigmatización deje de ser una barrera. Debemos comprender que la salud mental es un componente esencial de nuestra calidad de vida y bienestar, y trabajar incansablemente para construir un entorno que promueva la inclusión, el apoyo y la igualdad, sin importar las circunstancias individuales de cada uno.

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    2. Hola Julio, creo que lo que mencionas es lo que varios veíamos a diario cuando trabajábamos en APS, en un momento era la inasistencia a controles, la poca oferta de horas que también había. Es verdad que de la pandemia hasta ahora se ha puesto sobre la mesa la temática de la salud mental, sin embargo aun creo que falta que los profesionales que prestan esas atenciones, sobre todo el personal médico en APS sea consciente de la importancia de la atención que está brindando y como mencionas tú sea un factor de cambio, ya que como hemos comentado en otras ocasiones no es raro que entre nuestros colegas muchos se nieguen a atender usuarios de salud mental o no entreguen el mejor trato.

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  17. La evolución de la Salud Mental y la Psiquiatría Comunitaria en Chile es un proceso dinámico, fuertemente influenciado por factores sociales y narrativas históricas. Los principales actores en este desarrollo son las políticas de salud y la percepción de la sociedad hacia la enfermedad mental.
    Desde la década de los noventa, tras el fin de la dictadura militar en Chile, se han producido notables cambios en la atención de personas con trastornos mentales o problemas de salud mental. El "Plan Nacional de Salud Mental y Psiquiatría" (PNSMP), lanzado en 2001, desempeñó un papel crucial al establecer directrices a nivel nacional para abordar estos temas.
    Una de las innovaciones clave introducidas por el PNSMP fue la promoción del enfoque comunitario como un enfoque más efectivo para comprender y abordar la enfermedad y la salud mental. Este cambio buscaba transformar tanto los problemas que se debían tratar como las estrategias de intervención.
    Para comprender esta evolución, es fundamental considerar los procesos sociales e históricos que han dado forma a las categorías y conceptos que definen la salud mental y la psiquiatría comunitaria en la actualidad. Esto incluye la configuración de la política social y de salud en Chile, así como el surgimiento de la psiquiatría y la salud mental como campos interconectados.
    Es relevante señalar que, a pesar de su aparente enfoque en el bienestar individual, las políticas de salud mental pueden a veces centrarse en la gestión y el control de la sociedad en su conjunto. Los enfoques terapéuticos y de tratamiento pueden mantener la estabilidad y la productividad social, en detrimento de abordar de manera integral las necesidades individuales de salud mental.
    Además, es importante destacar cómo las definiciones de "normalidad" en el ámbito de la salud mental pueden ser influenciadas por factores culturales y políticos, lo que plantea interrogantes sobre la objetividad en la determinación de lo que se considera una enfermedad mental. Esta falta de objetividad puede llevar a la estigmatización de ciertos grupos o comportamientos, así como a la medicalización excesiva de problemas que podrían abordarse de manera más holística.
    En última instancia, se podría argumentar que la salud mental es un terreno donde se libran luchas de poder, con implicaciones significativas para quienes definen la "normalidad" y se benefician de esta definición. Esto subraya la necesidad de un enfoque ético y centrado en las personas en el campo de la salud mental, priorizando el bienestar genuino de las personas sobre otras agendas.

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    1. Muy de acuerdo con lo que comentas Fiorenza, cuando mencionas que esta supuesta definición de normalidad que más bien obedece a conceptos políticos y económicos. De tal forma como lo argumenta Foucault cuanod menciona que , el gobierno es resultado del pensamiento político reciente y da cuenta del proceso a través del cual surge una cierta racionalidad intrínseca al arte de gobernar, que es el arte de ejercer poder en la forma y según el modelo de la economía.
      No se trataría tanto de imponer leyes, sino de utilizar distintas tácticas y de esta forma posicionar las cosas para que así múltiples fines sean alcanzados.

      Son elementos sutiles aparentemente, pero que abordan enorme trasfondo, y nos invitan a reflexionar y a replantear distintas temáticas. Sesiones cómo esta, nos permiten ver elementos que antes se pasaban por alto, pero que son cruciales para la especialidad comunitaria.

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  18. Nuevamente las lecturas para esta semana nos muestran una nueva perspectiva y en este caso es sobre el concepto de la salud metal, considero que algo distinto al que revisamos al iniciar este curso. Ahora como varios mencionan en sus comentarios, este nuevo concepto suena un poco desalentador, el darnos cuenta como fue la transición hasta el concepto de salud mental o como se “manipuló” políticamente para que finalmente su objeto ya no se centre en la enfermedad sino en el funcionamiento de la persona tanto en su trabajo, familia como en otros aspectos de la vida cotidiana. Y es así como se muestra en el texto de Salud mental y ciudadanía, donde se analiza como la salud mental se terminó convirtiendo en una tecnología de gobierno que finalmente terminó impactando todas las esferas de la vida, y como las experiencias vitales de las personas se convierten en objetos de estas tecnologías de gobiernos. Si lo pensamos esto nos lleva a tratar de mantener todos una salud mental o un rendimiento similar para poder encajar en una especie, generando un constante circulo que lleva a las personas a solicitar ser medicados para alcanzar este estándar y la frustración de no sentirse como los pares. Esto es algo que uno veía mucho en la atención en APS, desde los niños que eran derivados desde los colegios para ser medicados porque no tenían un comportamiento o rendimiento similar a sus pares, personas adultas buscando rendir con expectativas que quizás muchas veces iban más allá de sus capacidades. Y nosotros como médicos más de una vez caímos bajo esa presión. Bajo este concepto creo que no solo la psiquiatría comunitaria, sino que la salud comunitaria tienen un trabajo importante, que es poder entender a la persona como un ser individual y abordarlo de esa forma, pensarlo como una persona que está inserta en una comunidad y que debe ser vista de forma integral. Sin embargo, me parece que la mirada que nos muestra Foucault nos ayuda a comprender como ocurre esta coerción sobre la sociedad, que sin darnos cuenta abarca ámbitos tan importantes como la salud mental.

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    1. Gabriela, estoy completamente de acuerdo con tu comentario, caimos en un sistema que nos obliga a estar en condiciones adecuadas para rendir de la forma que se espera, no para estar bien propiapemente tal, en APS se ve mucho más esta situación, principalmente con los niños, como mencionas. Sin embargo, ahi creo que es importante esta definicion que hace la OMS y que llega un poco a revolucionar esto y es que no hay salud sin salud mental. Si bien, la situacion actual no es de lo más alentadora, cuando se pone en perspectiva el avance que hemos tenido, es mucho mas favorable. Queda mucho por avanzar aun, si, pero no podemos desconocer lo mucho que ya se ha logrado.

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  19. En el capitulo del libro “repensar la salud mental” y en el articulo de Salud mental y psiquiatría en Chile se habla de la instauración de esta en el sistema de salud y la evolución que ha tenido en las ultimas décadas, lo que nos hace poner en perspectiva múltiples aristas. Cuando trabajaba en APS era tan útil y tan común derivar pacientes al programa de salud mental y el trabajo conjunto entre todos los profesionales, entre ellos psicólogos y otros profesionales no médicos, que es difícil imaginarse un momento no tan lejano de la historia en que ellos no estaban presentes. Solemos quejarnos mucho de las falencias del sistema, pero no nos hemos detenido a evaluar lo mucho que este ha avanzado desde el regreso a la democracia. El plan nacional de salud mental y Chile Crece contigo son de las mejores políticas publicas que se han implementado, siendo esta última, por lejos, la que mejor funciona. Si bien es cierto que post pandemia ha habido una explosión de enfermedades de salud mental y el sistema ha resistido precariamente, esta en una posición considerablemente distinta a la que se encontraba post dictadura, siendo un gran punto el enfoque comunitario al que se le ha dado auge desde la década del 90. Y si bien, estas políticas publicas fueron instauradas por algun gobierno en particular, los textos de Maria Jose Agüero nos demuestra la globalización del problema y la implicancia que ha tenido la OMS en los cambios que se han realizado en los distintos países solo al modificar el concepto global de salud mental, lo que va mas alla del gobierno de turno, lo cual es fundamental para lograr evoluciones favorables en los pacientes ya que su salud no puede depender de los planes que tenga quien nos gobierne en ese momento.
    De forma independiente a lo expuesto, quisiera agradecer y destacar la consideración de tomar en cuenta nuestra opinión en foros anteriores y lo comentado en clases también respecto al enfoque que se le daba a las lecturas semanales, incluyendo en esta oportunidad no solo la realidad local, sino también con autoras femeninas, lo cual se valora.

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    1. Hola daniela comparto tu opinon, cuando era pequeña, creia en las ideas de que la salud publica era mala deficiente incluso incompetente, cuando entre a estudiar medicina entre con la ilusion de "mejorar la salud publica entregar una atencion de calidad " pero cuando entre al sistema asistencial siento que forma en la que esta hecha no es mala, el modelo asistencial multidisciplinario, integral basado en la persona ha sido una buena forma de volver al usuario como una persona y no como una patologia.
      Los equipos de trabajos multidisciplinarios que se presentan en aps , la cercania con el usuario y la comunidad son cosas que hay que valorar.
      Si es cierto que aun queda mucho por delante, y creo que la reflexion es que los cambios no llegan solos, siempre haay que tener una mirada critica pero sin olvidar o ignorar el trayecto de cada logro que ya se ha conseguido, valorarlos, apreciarlo y no dejar que avanzar en el progreso social universal.

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  20. Hola a todos. creo que esta quincena es una especie de sintesis los temas visto a lo largo de las sesiones anteriores, especialmente en torno a la historia de la psiquiatría en Chile. Me gustaría resumir los altibajos en su desarrollo y la persistencia de la importancia de la psiquiatría en la salud mental y la comunidad.

    En nuestras sesiones anteriores, he notado aspectos que ya habíamos abordado y que también han sido mencionados en otros textos. Uno de ellos es la relación inicial entre la salud y la industria, vinculada al trabajo y no de manera universal. Obtener bienestar fue una lucha(y aun lo es), y cuando finalmente se logró avanzar es este ambito, la conexión no era directa con la salud individual, sino más bien con el crecimiento político y económico del país, subrayando la necesidad de la salud física y mental para proteger la fuerza laboral.

    Es evidente que a lo largo de los años ha habido una preocupación limitada por la salud por parte del Estado. Esta falta de atención ha generado una lucha constante, donde es necesario reforzar continuamente la importancia de la protección de la salud como un bien social y universal, un derecho fundamental en la vida.

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    1. En la lectura, destaco la relevancia del filósofo francés Foucault, quien introdujo una mirada clínica influenciada por la tradición europea. También exploramos la incorporación de la visión europea de la medicina, enfatizando la importancia de examinar el cuerpo en busca de causas y consecuencias. Asimismo, se abordan las creencias sobre las causas psiquiátricas, inicialmente más sociales y respaldadas por información psicosocial.

      Es interesante observar cómo el gremio médico fue ganando fuerza con el tiempo, pasando de una posición subordinada en los hospitales a ocupar roles directivos. Además, destaco la variabilidad del concepto de normalidad, dependiendo de las personas y de lo que buscan los pacientes. Esto refuerza la idea de que la salud física y mental es fundamental en la vida cotidiana y no solo se centra en lo interno, sino que también se relaciona con el entorno.

      La lectura también explora la experiencia del tiempo y su subjetividad, así como las sujeciones positivas y negativas en las diferentes etapas del ciclo vital. Se destaca la idea de que en el siglo XX existe una cantidad inimaginable de información sobre los seres humanos, pero a menudo nos convertimos en desconocidos para nosotros mismos, aspirando solo a reconocernos en las ideas dobre como debiese ser la vida.

      En cuanto a la reflexión personal, abordo la paradoja de la era actual, donde la población tiene acceso a información sobre cómo llevar una vida saludable, pero existe una falta de conocimiento sobre uno mismo. Esto se atribuye a la presión de cumplir con las expectativas sociales y a la creación de normas que a veces generan crisis existenciales.

      Otro punto relevante es la constante lucha en el ámbito de la salud mental, con un enfoque en la “resistencia activa” que lucha por el bien social, derecho a salud mental, democracia, justicia social, de los desafíos, se busca lograr acceso a la salud mental para la población, a pesar de los recortes y la falta de financiamiento y apoyo permanente al fortalecimiento de esta área.
      Se destaca que la formación no fue lineal, aun no se asegura la persistencia ni el perfeccionamiento de los modelos de trabajo.
      Es notable que este progreso al no haber sido lineal, ha experimentado altibajos significativos, especialmente durante la dictadura, lo cual genera reflexiones sobre las razones que llevaron a la persistencia de las reformas neoliberales incluso después de ese período. A treinta años de su finalización, surge la pregunta sobre la necesidad de reformular las constituciones. La disconformidad en la población chilena, evidenciada en el trato, la remuneración insuficiente, el limitado acceso a la salud y las extensas listas de espera en los hospitales públicos, plantea desafíos que deben abordarse.
      El actual modelo de libre elección y la privatización mixta en salud mental generan una brecha considerable en el acceso a especialistas, con largos tiempos de espera en el ámbito público en comparación con la opción privada, que a menudo implica costos elevados. Estos son aspectos críticos que no deben pasarse por alto, ya que, al leer los textos, se refuerza la idea de que la salud física y mental están intrínsecamente relacionadas con las condiciones sociales, culturales, económicas y el ciclo vital de las personas.

      La lucha por una salud mental digna y accesible sigue siendo un desafío, marcado por la necesidad de reformas y la conciencia de la interconexión entre mi salud individual y el bienestar colectivo. Esto requiere un esfuerzo reformador, una mirada critica y reflexiva del actual de los profesionales, de las políticas publicas que nos rigen y de los poder políticos que nos Gobiernan.

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    2. Hola! Concuerdo contigo en varios puntos, sobretodo en lo que respecta a que lo económico siempre está presente en salud ya sea implicito o explicitamente, es doloroso ver como en ocasiones los pacientes no pueden acceder a atenciones rápidas por los tiempos de espera en el sector público, pero por su condición tampoco tienen la oportunidad de hacerlo en el área privada, en salud mental no es distinto. Un aspecto que me llamó mucho la atención de estas lecturas fueron los conceptos de biopolítica y biopoder aplicados respecto a la gubernamentalidad, considero importante estar atentos a los avances que se vayan generando, que sean reales beneficios para nuestros pacientes y no una estrategia política, para ganar aprobacion en el gobierno de turno, propuestas políticas populistas siempre han existido, es nuestra labor como profesionales también velar porque sean reales beneficios.

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    3. Verónica, concuerdo contigo en muchos aspectos sin embargo quedó resonando en mi dos aspectos fundamentales: La relevancia del uso inadecuado de la información o del interés y la atención hacia aspectos que parecieran más que preventivos - terapéuticos guiados por sus propias creencias y corrientes momentáneas, sin que se notara un ápice de curiosidad ante las leyes, normativas y beneficios tangibles, existentes y a los que tienen acceso de manera habitual. Un ejemplo que puede relacionarse es la cantidad de personas que cursan con alguna patología que sea parte del GES y cómo desconocen de ello y desde nuestro lado de la baranda, como los profesionales también lo desconocen aumentando la brecha comunicacional. Y el segundo aspecto que va de la mano es la "resistencia activa" como energía principal para luchar contra estos desafíos, no dejando de lado lo que ocurra actualmente a nuestro alrededor, sino rescatar lo que tenemos en nuestras manos y compartirlo con mucho mayor hincapié educando y fomentando la cultura del interés, la equidad y el resultado de años de cambios en nuestro sistema de salud para que la ciudadanía logre hacer uso de ello.



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  21. Buenas noches a todos
    Fue muy interesante conocer la línea del tiempo de la PSiquiatria en CHILE, una de las cosas que mas me hizo ruido de estas lecturas fue la evolución en época colonial.. Estamos concientes que somos producto de una invasión a America, por parte de Europa se nos quito la oportunidad de evolucionar como pueblos autóctonos. Aunque somos un mestizaje como sociedad tenemos una ambivalencia de conocimientos, es decir nuestros genes gritan LA SABIDURIA ancestral.
    Llevo a colación esto porque como mestiza que soy en mi pais Ecuador en los últimos años , las etnias todavía existentes han sabido sostener sus costumbres ancestrales, en los últimos años se han abierto Universidades en los mismos sitios donde nuestros antepasados vivieron y están dando clases sobre la cultura indígena, costumbres, rituales, enseñándonos a vivir nuevamente con la naturaleza, pero lo mas interesante es que mucha gente se ha volcado a estudiar la cultura ancestral, no por curiosidad sino porque ha comprendido que son nuestras raíces y es parte de nuestro ser, gente de otras profesiones con una mentalidad abierta y respetuosa de las diferencias acude a escucharlos y validarlos. Se dan clases de medicina ancestral, como cultivar y
    respetar la naturaleza y convivir con ella.
    Como profesionales de la salud debemos tener esa mentalidad abierta a conocimientos que llevamos inmersos e nuestro ADN, creo que seria una forma de ejercer bien nuestro BIOPODER en estos tiempos, me parece que no somos nadie para cambiar a un otro , por el hecho de creernos que tener la RAZON por lo menos con lo que respecta a SALUD.
    Sabemos que en todas épocas hubieron enfermos mentales, como lo manejaron en diversas épocas seria nuestro desafio actual. Tengo experiencia en mis país que personas con TEA antiguamente los médicos indígenas (shamanes ) recomendaban convivir con la naturaleza, además se aconsejaba que aprendieran los pacientes a tocar algún instrumento, creo que no han cambiado las indicaciones en la actualidad.
    Cuando mis pacientes me preguntan si tal remedio ancestral le haría bien, solo le pregunto le tiene FE , si me contesta si doy mi afirmación que lo use , obviamente dentro de los parámetros de mi conocimiento . Creo que deberíamos volver a nuestra escencia como humanos.

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  22. Los textos de esta sesión me generaron un gran impacto. ¿En qué se está transformando hoy en día la salud mental? ¿Las estrategias que se han implementado con esfuerzo hasta ahora son suficientes? ¿Estamos dentro de nuestra práctica médica avalando al sistema neoliberal imperante? Me gustaría partir con la frase “no era depresión era capitalismo”. En la consulta llegan muchas personas con sintomatología depresiva pero que a la base y génesis de ello está el sistema neoliberal: altas demandas por parte de los empleadores, problemas económicos, etc, elementos que no se solucionarán con dar pastillas y mandar a psicoterapia al individuo, finalmente son parches, es más, es una forma de seguir avalando un sistema que está mal y que cada vez con mayor claridad está mostrando los estragos y daños que está generando en la población chilena.
    Y ¿Cómo solucionar esto con tantas limitantes? Por un lado se ve desesperanzador pero por otro está la esperanza de que se podrán hacer las cosas mejor, sin embargo, en estos casos cambiar las políticas de salud mental no sería suficiente. Pienso que entre las estrategias posibles surge la importancia de mantener y abordar a la salud mental desde un enfoque interdisciplinario o, incluso más allá, transdisciplinario, lo que implica reconocer la interconexión entre factores económicos, sociales y psicológicos.
    Junto a lo anterior, la necesidad de cambiar el enfoque hacia intervenciones que aborden las condiciones sistémicas, como las demandas laborales desmesuradas y los problemas económicos, es fundamental para abordar la raíz del problema. Simplemente dar pastillas o derivar a terapia puede ser insuficiente e incluso perpetuar un sistema que contribuye a la crisis de salud mental.
    La mención de los interventores en SMPC ajustándose a criterios económicos resalta la realidad de que las decisiones en el ámbito de la salud mental están influenciadas por consideraciones financieras. Esta dinámica destaca la necesidad de una colaboración más estrecha entre profesionales de la salud mental y expertos en economía para desarrollar estrategias que aborden tanto las necesidades individuales como los desafíos sistémicos y finalmente abogar por el bien común, más allá del color político o necesidades individuales.

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    1. Camila, al leer tu texto siento empatía cuando dices que es difícil poder atender los conflictos sociales en relación a lo económico.
      Entiendo y veo que desde la salud mental muchas veces los conflictos vienen del querer estar bien y para ello necesitan "trabajar ", por que así es la forma de favorecer la calidad de vida, y ha sido un constructo de mucho tiempo, desde la cultura chilena, "donde el pobre es pobre porque quiere".
      Se requiere de grandes cambios, mejoras en la calidad de las atenciones, compromiso, condiciones adecuadas laborales y justas, derechos y deberes en igualdad de condiciones.

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    2. Estoy de acuerdo contigo Camila, el sistema imperante es sombrío y nefasto, pero por otro lado, las luces se ven desde las peleas de las aulas médicas y de los ya profesionales que se esmeran en algo comunitario y/o biopsicosocial (interdisciplinario).
      Es verdad, ya no sé en qué lugar estoy parado, en el sentido si mí ejercicio será por el bien del sistema económico político (de unos pocos) o por ayudar las personas o de ambos (lo más probable y benefactor para mí mente, son ambos).
      A mí me nace otra pregunta ¿Cómo hacer un cambio más macro desde nuestra profesión? ¿Cómo pelear para que todo este mejor? ¿Pero cómo hacerlo si, de una u otra manera el país, su gente y población, perdió la fé del cambio? Esto último posterior a la elección de la nueva constitución. Respuesta “Incierta”, pero necesaria.
      Saludos y que estés bien.

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  23. Se me hace muy interesante los conceptos y las ideas que abarcan las lecturas de esta larguísima “quincena”, y también me generan muchos conflictos y dudas con respecto a que es lo “bueno” o lo “correcto” al momento de dar un manejo a los pacientes que nos vamos enfrentando. Este análisis de la historia chilena en la salud mental me ayudó a apreciar otro punto de vista que no había considerado, como el concepto de “colonialidad”, que calza perfecto en la descripción de cómo se va modernizando nuestros modelos, siguiendo patrones y estructuras que vienen de otra realidad completamente distinta a la nuestra, considerando esta “verdad” en base a un hombre blanco europeo como objeto de normalidad y aplicar esos objetivos a alcanzar para la población de Chile de aquel tiempo, que vive este cambio de población rural a población urbana, y que claramente traía una forma de vida distinta y conflictiva para la realidad urbana.
    Pero también se puede apreciar como en la actualidad, este concepto sigue siendo aplicable a lo que se ejerce en la relación médico-paciente, en donde el médico hace de interventor y aplica todo este conocimiento como una verdad de saber que es lo correcto y lo bueno para la persona que está atendiendo, sin enfocar o comprender la realidad de la persona ni considerar su opinión. Para mi es fundamental siempre considerar la opinión y entender la realidad de cada persona que atiendo, con el fin de poder enfocar junto a esa persona, un entendimiento mutuo de que se puede realizar o mejorar para manejar ese malestar que está sintiendo, por lo que surge una duda, ¿es el poder malo, o es beneficioso si el que lo ejerce mantiene una postura moral y de igualdad con el Otro quien es “sometido”? Considerando que, independiente de esta relación horizontal que tenemos con el modelo actual en donde se intenta hacer partícipe a todos los diferentes actores que complementan la comunidad, la realidad es que los que tenemos más información siempre ejerceremos un tipo de poder sobre el otro que acude a nosotros.
    Otro punto que me parece interesante es como se describe esta relación de poder que ejerce el gobierno, este control a través de estas diferentes estrategias y acciones públicas en salud mental sobre la población y los participantes de estas estrategias (ya que estamos controlados bajo criterios de otros profesionales, como economistas, que no conocen nuestra área y realidad de trabajo), y que no siempre busca lo mejor para la población. Lo que nos queda como desafío a enfrentar en búsqueda de una realidad más justa para nuestra población.

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    1. Hola Jorge, estoy muy de acuerdo con tu comentario. Es interesante revisar cómo se sostienen practicas "colonizadoras o coloniales" en nuestra práctica cotidiana. En mi caso que trabajo en la región de la Araucanía siento que muchas veces me encuentro con dificultades al intentar buscar puntos de encuentro entra perspectivas mapuches y occidentales en la comprensión de los fenómenos de salud mental. Pienso que en la medida en que logremos mayor conciencia de la posición que ocupamos como trabajador de la salud, sobre nuestra formación y perspectiva, se nos puede hacer más fácil reconocer nuestros sesgos y así tener la prudencia en la interacción con los pacientes, valorando y considerando sus creencias y explicaciones en el proceso de intervención. Saludos

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    2. Estimado Jorge, concuerdo plenamente con lo que mencionas, las lecturas actuales ofrecen una perspectiva intrigante sobre la salud mental en Chile. Y cómo bien mencionas la herencia de está “colonialidad” ajeno a nuestra realidad local se mantiene. Sí bien la medicalización e instrumentalización motivada por estrategias de control social de un determinado poder político es una brecha que se mantiene, es necesario mantener nuestro compromiso, y también, comparto contigo el hecho de buscar el mayor beneficio a las personas con quienes trabajamos, participativamente, manteniendo la dignidad y evitando caer en el imponer una voluntad.

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    3. Estimado Jorge, muy cierto lo que planteas, cuantas de nuestras acciones pueden ser colonizadoras desde cierta perspectiva con nuestros pacientes, lo cual creo que también tiene algunas similitudes con el paternalismo. Por esto siempre hay que considerar como uno de los pilares clave la perspectiva y opinión de los usuarios, así lograr hacer un plan de cuidado integral construido en conjunto y de manera horizontal, y no impuesto por el equipo tratante de manera vertical.

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  24. El artículo "Salud mental y ciudadanía: Una aproximación genealógica" ofrece una perspectiva interesante sobre la evolución de la noción de salud mental a lo largo del siglo XX y su relación con la ciudadanía. Se plantea la idea de que la salud mental se ha convertido en un proyecto político y sanitario separado de la enfermedad mental y la psiquiatría, presentando un enfoque más integral que aborda diversos aspectos tambien integrando a más profesionales en la labor del cuidado. Considero que se vuelve menos medico céntrico el cuidado favoreciendo las intervenciones no sólo farmacológicas siendo importante como lo hemos mencionado en sesiones anteriores valorar el contexto en que cual están insertos nuestros pacientes, tal como se menciona en el texto de María José Agüero.
    La distinción entre la salud mental y la psiquiatría moderna es un aspecto destacado del artículo, resaltando que la salud mental introduce una discontinuidad con respecto al enfoque tradicional en trastornos mentales. Mientras que la psiquiatría se centra en el tratamiento de enfermedades mentales específicas, la salud mental se orienta hacia la creación y mantenimiento de un ideal de salud ligado a la experiencia cotidiana, contribuyendo así a la formación de un tipo particular de ciudadanía, noción que emerge como una respuesta a la necesidad de abordar la salud de manera integral. El artículo también destaca la conexión entre la salud mental y un proyecto mítico de comunidad mundial, donde la política y la ciencia convergen en la noción de ciudadanía global.
    La propuesta de pasar de una estrategia exclusivamente institucional a una intersectorial, llevando la salud mental al centro de la salud global, es una sugerencia práctica y relevante. Me parece que es necesario darle un lugar primordial a la salud mental en las estrategias que los gobiernos implementen y que haga de esto políticas de estado para el beneficio de los ciudadanos, más que un acto de control sobre la población, en favor de ciertos grupos en los cuales siempre se encuentra presente lo financiero.
    Me parecieron lecturas interesantes, con las cuales se puede hacer una reflexión sobre la salud mental como un proyecto político y sanitario, para entender sus raíces históricas y su impacto en la ciudadanía.

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    1. hola ana! estoy completamente de acuerdo con lo que mencionas , es verdad que estas lecturas llaman a hacer una reflexion sobre todos los temas vistos a lo largo de este curso. y Tambien pienso lo mismo que tu, se deberia dar un valor primordial a la salud mental , siento que a pesar que ha ido cobrando importancia a travez de los años, aun falta . Destaco nuevamente los avances que ha tenido, pero pareciera que para el gobierno aun no resulta ser tan importante avanzar y seguir avanzando. y claro como mencionas a veces pareciera como si estuvieran ejerciendo un acto de control mas que una ayuda .

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  25. Muy interesantes las lecturas de este periodo, como señalan algunos compañeros me parece que permiten hacer por una parte un recuento de elementos ya revisados que tienen relación con la historia del concepto de salud mental, así como de cómo esta se ha institucionalizado a nivel mundial y también nacional, revisando los diferentes periodos de la psiquiatría y de las instituciones de salud mental. Por otro lado, las lecturas me parece que incorporan al análisis realizado hasta la fecha, el concepto de gobernabilidad, tomado de los aportes de Foucault, este concepto se nos presenta como aquellas “tecnologías que buscan alinear los fines del gobierno con las subjetividades de ciertas personas o grupos”, es decir, en las sociedades tienden a producirse relaciones de poder, en estas se establecen dinámicas que permiten sostener las posiciones asimétricas de los participantes, manteniendo el orden establecido, para ello los subalternos deben permanecer y comulgar con los estándares propuestos por quienes ejercen el poder o los “gobernantes”. Foucault comprende que estas dinámicas se plantean en diferentes ámbitos, uno de ellos muy relevante es el control de los individuos, sus cuerpos y comportamientos, organizando este fenómeno en torno al concepto de biopolítica. Los autores revisados se toman de estas ideas para explicar el surgimiento y evolución de la psiquiatría e instituciones de salud mental, planteando que estas serían una más de las tecnologías que utilizarían quienes ostentan el poder, para sostener el orden que los beneficia, manteniendo en este caso, a quienes padecen algún “trastorno mental” en instituciones, tratamientos o condiciones determinadas que sostienen el orden político y social.
    A mi parecer un ejemplo claro de esto es el desarrollo de los manuales de salud mental y la utilización de estos para representar a la población y traducirlo en determinado gasto per cápita. Actualmente en nuestro sistema de salud es necesario plantear un diagnóstico al atender a los pacientes, este diagnóstico que debe ser traducido a alguna categoría planteada por la clasificación internacional de enfermedades, se integra en una base de registro que finalmente se utiliza para caracterizar a la población que atiende una determinada institución, según el diagnóstico asignado y la prestación realizada muchas veces se asignan aportes económicos que permiten sostener las atenciones en el tiempo. El problema a mi modo de ver es que esta dinámica se basa en categorías que pocas veces logran representar la complejidad de los fenómenos, tienden a encasillar a las personas y limitan el desarrollo de instancias de diálogo nuevas entre los trabajadores de salud y la población, ya que estas instancias no definidas aún encuentran poco sustento en las categorías y programaciones establecidas por las instituciones de salud.
    Debido a lo anterior me parece interesante la invitación que hacen las autoras a repensar la forma en que van interactuar los diferentes involucrados en la comprensión del fenómeno de salud mental.
    Saludos

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  26. Hola a todos, esta vez quería comentar algunas ideas que quería destacar de los textos leídos esta quincena, donde se analiza el avance de la psiquiatría comunitaria en Chile desde una mirada crítica. Quería destacar el relato de cómo han evolucionado las políticas de salud mental en el contexto post-dictadura (desde 1990), desde un periodo de oscurantismo fueron produciéndose avances significativos, no exento de desafíos importantes que pudimos revisar en sesiones anteriores. La vuelta a la democracia se intentó superar el orden neoliberal impuesto en dictadura y devolver al Estado y a la sociedad el predominio sobre el mercado y los intereses capitalistas, pero lamentablemente los enclaves capitalistas se mantuvieron, vetando un completo desarrollo en la vía opuesta. Se inicio ese periodo con presupuestos bastante disminuidos en áreas tan importantes como salud, educación y vivienda. De todas formas, existía el imperativo de mejorar la atención de las personas con trastornos mentales y de reparar a las personas víctimas de la represión y violaciones de DDHH, sumado al llamado a reestructurar los servicios de salud mental apuntando al desarrollo de servicios comunitarios de salud mental. La salud mental comenzó a ocupar un espacio importante a nivel institucional; el plan nacional de salud mental y psiquiatría el año 2000 que consolidó al modelo comunitario de salud mental como el eje articulador de la red de servicios, en 2005 se creó el sistema GES, la formación de la Red Temática de Salud Mental. Sin embargo, nuestra sociedad todavía adolece algunos problemas heredados del modelo neoliberal, y los textos nos plantean la Salud Mental Comunitaria como una practica emancipatoria en este sentido, pero que cuyo impacto puede pasar desapercibido frente a otras inequidades que no han logrado ser transformadas todavía en el tiempo que llevamos post-dictadura.
    En cuanto a la óptica de Michel Foucault sobre la práctica de la medicina y en especial de la psiquiatría. Foucault veía el manicomio como un reordenamiento social, que instauró el encierro como una práctica política, con el objetivo de mantener el orden social, no de sanar a quienes estaban adentro, como un espacio de control social y espacial. La enfermedad mental sería un producto de una reconfiguración de la locura en el espacio salud-enfermedad. Un concepto bastante interesante planteado por Foucault fue el de gubernamentalidad, que permite dar cuenta de la mentalidad con que se gobierna a las personas y cómo es posible el ejercicio del poder en los Estados modernos. Se pone de manifiesto en el desarrollo de una “genealogía del estado” y por otro “genealogía del sujeto”. Para poder ejercer el poder sobre la población, como objeto que se desea controlar, se debe conocer de forma precisa para gobernarla por reglas racionales. En el caso de la Salud Mental y Psiquiatría Comunitaria, los profesionales y técnicos conforman los agentes de intervención; sus prácticas son promovidas y direccionadas por políticas y programas de gobierno, y se constituye un importante recurso de gubernamentalidad. Esto quiere decir que sus acciones no solo dependen del criterio de los interventores, sino que deben ajustarse a los criterios de quienes ejercen el poder, como por ejemplo durante la época de dictadura militar que se regía bajo el modelo neoliberal.

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    1. Desde esta perspectiva y correlacionándolo a lo que he podido ver en el ejercicio como médico EDF en un CESFAM y en mi pasada en el COSAM como becado, es que el uso de la coerción en sus diversas formas es una forma de ejercer poder. A la persona que hemos definido bajo nuestros criterios establecidos como “loco” o “peligroso”, a quien se le solicita una internación involuntaria, estamos ejerciendo el poder excluyéndolo de la sociedad para ser internado en un hospital psiquiátrico, contribuyendo al mandato desde el punto de la gubernamentalidad de mantener el orden social. No es un mandato que venga como una orden “de arriba” directa, sino que es un micropoder porque esta difundido en la sociedad. Cuando recetamos psicofármacos a pacientes con esquizofrenia, logramos controlar los síntomas positivos, aunque generemos de paso efectos adversos como el parkinsonismo o un empeoramiento de algunos síntomas negativos, estamos ejerciendo desde la perspectiva de Foucault una medida de control y disciplinamiento, para normalizarlos y hacer que sean funcionales también al sistema de dominación.
      En conclusión, Foucault ofrece una mirada crítica de cómo se ejerce el poder en la sociedad contemporánea, incluso de forma sutil e invisible, en el ámbito de la salud mental. Es una perspectiva que es importante tener en cuenta en nuestro quehacer, en el diá a día en nuestra práctica clínica y en el ámbito de la gestión en salud. Si bien ya no estamos en una época oscura como la dictadura militar, si estamos bajo la influencia de diversos poderes que hemos comentado en sesiones anteriores: los grandes poderes económicos, incluida la industria farmacéutica, el poder político, o incluso a nivel mas micro en la forma de micropoderes, que se hallan en las instituciones (servicios de salud, hospitales psiquiátricos, etc) y que permiten la perpetuación de los mecanismos de dominación gubernamental.

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    2. Felipe, me parece super importante lo que mencionas en tu comentario respecto a lo de ejercer un poder sobre el paciente, finalmente se busca la estabilidad por medio de los psicofármacos, sin embargo vemos las rams asociadas a su uso, las cuales pueden ser innumerables, me pasa que cuando atiendo a pacientes noto su estabilidad psicopatológica pero veo un daño colateral tras eso, que si bien en algunos puede ser recuperable finalmente en otros no. Es una práctica que no tiene otra alternativa quizás? ya que siempre a través de la historia "se ha hecho así". Allí es cuando debemos pensar en que debemos equilibrar eso por medio de nuestras acciones comunitarias e intervenciones, intentar amenizar de alguna forma el peso que genera en el paciente todo lo farmacológico, no invisibilizar la carga que genera en la vida de cada paciente.

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  27. En sesiones anteriores estuvimos explorando algunos temas abordados en está sesión. Considero que al ir integrando y comprender el contexto en el que se desarrolla la “Salud Mental” y los aspectos históricos, tanto a nivel mundial y en nuestro país, me siguen aportando a una visión más completa de lo que es la Salud Mental.

    En sesiones pasadas revisamos que la salud mental va mucho más allá que un “enfoque biomédico”, sino que abarca aspectos tanto políticos, sociales, económicos y culturales, implicando a la ciudadanía y los derechos de la dignidad humana. Ahora, aplicando la perspectiva de Foucault, comparto el sentirme sorprendido (cómo lo han mencionado previamente algunas y algunos colegas) al cuestionar la medicalización y tecnificación de la medicina mediada por la biopolítica y el biopoder, como estrategias de control espacial y social, y la ineludible interrogante sobre si las intervenciones están realmente dirigidas al beneficio del paciente o si sirven a los intereses del gobierno o el modelo predominante.

    También, al repasar en mayor profundidad las transformaciones de la historia de la Salud Mental de nuestro país, es aún más evidente el continúo avance y retroceso que ocurre en las políticas de salud pública repercutiendo en el modelo de psiquiatría comunitaria estando truncadas en dictadura, y cómo posteriormente en democracia se avanzó desde la creación de la Red de Salud Mental y Psiquiatría hasta la promulgación de la ley TEA en 2023, entendiendo la importancia de ampliar el trabajo en red, la recuperación, la participación comunitaria, la participación de un equipo multidisciplinario, la participación de usuarios y familiares en la toma de decisiones.

    A su vez, es importante mantener énfasis en la transición de una psiquiatría coercitiva a una participativa, simétrica y humanitaria. La necesidad de validación y aceptación en el proceso terapéutico, no solo abordar la enfermedad mental, sino también las condiciones sociales que la rodean. Conceptos como "compensar" y "normal" se entrelaza con la reflexión sobre la expectativa social y se cae en etiquetar.

    En resumen, trabajar en salud mental es un desafío complejo desde su conceptualización hasta su aplicación práctica, engloba mucho más que solo la atención clínica. Es necesario cuestionar modelos preestablecidos y adaptar las intervenciones a las distintas realidades, manteniendo el enfoque en la autonomía, la participación comunitaria y la atención integral promoviendo la dignidad de cada persona.

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    1. Destaco la importancia de cuestionar los modelos preestablecidos y adaptar las intervenciones a las realidades individuales, manteniendo un enfoque en la autonomía, la participación comunitaria y la atención integral. El cuestionar la medicalización y tecnificación de la medicina en el contexto de la biopolítica y el biopoder. La interrogante sobre si las intervenciones están realmente dirigidas al beneficio del paciente o sirven a los intereses gubernamentales o del modelo predominante es crucial y resalta la necesidad de un enfoque crítico en el ámbito de la salud mental.
      El repaso de las transformaciones históricas en la salud mental del país proporciona un marco sólido para entender la evolución de las políticas de salud pública y cómo estas afectan el modelo de psiquiatría comunitaria. La consideración de conceptos como "compensar" y "normal" refleja una conciencia de la influencia de las expectativas sociales y la etiquetación en el tratamiento de las enfermedades mentales.

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    2. PARTE II
      Respecto a las ideas de Foucault y en relación a lo que nos establece está Biopolítica en los ámbitos sociales, y cómo se esperan de nosotros cómo profesionales de la salud ciertas acciones en determinados casos de salud, me gustaría comentar el caso de una paciente en relación al debate planteado por comentarios previos, donde me paso con una paciente P. de 32 años con diagnóstico de Esquizofrenia, actualmente cursando un estado psicótico, pero con una actitud muy tranquila, muy cómoda con las pseudoalucinaciones y sin ningún deseo de tratarse (solamente acude porque la lleva su padre, que la ve 1 vez al mes y la decide llevar al centro), nadie en su casa se asegura de que tome los medicamentos y la usuaria tampoco los desea tomar. Entonces reaparece la misma idea que se propone en sesiones anteriores, donde es el límite entre realizar lo correcto normado por cierta evidencia que habla de psicosis neurotóxica o resistencia a tratamientos antipsicóticos y respetar los deseos de la usuaria y su voluntad.

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    3. Muchas gracias por comentar Camila, y en relación a lo mismo es que desarrollé la parte II del comentario, me parece sumamente necesario darnos estos espacios para replantearnos desde donde ejercemos y para quien estamos tomando nuestras decisiones.

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  28. Considero desde una postura personal y como médico extranjera, que conocer el contexto de la evolución de la psiquiatría comunitaria en Chile, es esencial y para ello es necesario remontarse a los primeros años de independencia del país. A sabiendas que anteriormente el médico se encontraba arraigado en reconceptualizaciones medievales, y la formación de los médicos se basaba en el comentario de textos y la especulación sobre el cuerpo humano y como hasta la llegada de médicos europeos fue que se inició un proceso de transformación, marcado por la importación de conocimientos médicos desde Europa.

    Como esta transición, a mediados del siglo XIX, marcó un hito en la historia de la medicina chilena y sentó las bases para el cambio en la percepción y práctica médica. pues anterior a ello sólo eran empleados subordinados a las decisiones de benefactores por ejemplo y saber el momento en que fueron considerados considerados para la dirección de los establecimientos hospitalarios. Este cambio en la dinámica de autoridad marcó un paso crucial hacia la autonomía y profesionalización de la medicina en el país. Permitiendo la reconfiguración de la realidad social, dando cabida a la psiquiatría comunitaria incorporación enfoque más holísticos y centrados en la comunidad en la atención psiquiátrica refleja la constante búsqueda de mejorar la calidad y humanizar la atención médica en Chile, en línea con las tendencias internacionales en el campo de la medicina y la psiquiatría.

    Así mismo, saber que tras la llegada de la democracia a Chile en 1990, se produjeron cambios significativos en el sistema de salud del país, cambios de reformas importantes para abordar las inequidades y mejorar la accesibilidad a la atención médica, reduciendo las brechas en el acceso a la atención médica y mejorar la calidad de los servicios ofrecidos. Porque es tan importante recordar a cada paciente y usuario que dichos logros fueron parte de grandes cambios a nivel nacional producto de grandes luchas y cómo nuestro rol es recordarles sus derechos y como su calidad de vida puede mejorar haciendo uso correcto de la información.

    Otro aspecto relevante es como la planificación de políticas sociales, al incorporar aspectos subjetivos como características personales, género, raza y etnia se consideraron como parte de las necesidades de salud de la población. Siendo la muestra tangible de dicho esfuerzo por mejorar la equidad y la calidad en el sistema de salud chileno, haciendo hincapié en el acceso universal y en garantizar ciertos estándares mínimos de atención médica para todos los ciudadanos. Es aquí donde logré identificar el impacto del que hablaba Foucault sobre Las tecnologías del yo y su relevancia para alcanzar la autorreflexión, el autoanálisis y la formación ética como parte de la construcción de sus propias identidades en relación a las normas y valores sociales de su tiempo. Conocer la “temporización” más allá del rol en el estudio clínico de cualquier patología y como tiene un impacto esencial en el desarrollo histórico en la vida de todo ser humano, logrando facilitar la asimilación de las transiciones, la adaptación a cambios significativos que movilizan a la sociedad para que surjan enfoques de apoyo, afrontamiento y resolución.

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  29. Al leer los textos de este periodo me hace sentido lo enunciado por el texto de JIMENA CARRASCO donde menciona "Se asume que la salud mental no es solo el resultado de factores biológicos, si no la conjugación de múltiples factores psicosociales, en los que juegan un rol fundamental las condiciones de la comunidad donde las personas viven.
    Las estrategias de las intervenciones con los sujetos debe estar relacionada con el intersector y la participación de quienes son parte de ellas, donde se pueda involucrar a las personas como sujetos activos del cambio, no solo a la persona como foco de intervención si no que todo lo que lo rodea como la comunidad, familia amigos u otros que sean significativos para el proceso de cambio.
    para ello se requiere que la sociedad y la comunidad sean quienes apoyen y aporten el el bienestar de la persona.
    A lo largo de la hostiria de Chile, de alguna u otra forma hemos sido sujetos de cambios sociales constantes, donde los movimientos van generando nuevas oportunidades y necesidades, de ello entiendo y he visto que desde la salud mental no ha sido simple y facil el cambio, ya que se mantiene estancado el poder generar cambiso reales en la sociedad, esto puede estar marcado por multiples facroess, como políticos, donde se espera un cambio desde lo "esperado" "lo que se necesita" "o lo que podemos hacer" noes simple, y facil de explicar, pero pasa que muchas veces las problematicas de salud, van desde lo económico, donde el "pobre" debe trabajar y el doble para mejorar su calidad de vida, donde el ingreso económico es probable que sea el bienestar que necesitamos para cambiar la "calidad de vida" de las personas, pero hoy es mas fácil entender esta problemática con un diagnóstico y medicar para "estar bien", quizás en algún momento si podría ser un factor para favorecer los cambios necesarios, pero va de la mano con las necesidades reales de cada historia y proceso de vida.
    Se requiere de tiempo y calidad en la investigación de la salud mental, no solo un código o de un número que factura dentro de un centro de salud, quizás estamos más avanzados que en años anteriores, pero entiendo que hoy nos quedamos con lo que nos pide el sistema para facturar y cumplir ciertas necesidades de los establecimientos para mantener los programas e ingresos que estos mantienen los diferentes programas en pie dentro de los centros de salud. Atendemos en formas acotadas, en tiempos prolongados para nuevos controles, donde se pierde el trabajo y seguimiento con cada personas, quizás no siempre es así, pero es lo que hoy veo, correr para alcanzar la meta "numérica" y mantener el proyecto, más que ocuparnos de la necesidad real, "el sujeto".

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  30. Buenas tardes, lecturas como estas nos llevan a pensar y cuestionarnos lo que damos por hecho como evidente y establecido.
    No podemos dejar de lado tal como se menciona en los textos, que el nacimiento de la salud mental y mental comunitaria, es resultado de un proceso histórico, de confluencia entre un sistema político cambiante, período marcado por el termino de la dictadura militar, y la iniciación de un nuevo período histórico marcado por el inicio d ella democracia.
    Es en este seno, donde fuera de a opresión se hace evidente la emergencia del sistema de salud mental chileno, dando rienda suelta al inicio de una serie de nuevas dinámicas y nuevos lineamientos en torno a la consolidación de distintos elementos que irán cimentando lo que vamos conociendo hoy en día como nuestro sistema de salud mental chileno comunitario. Gracias al empuje y esfuerzo de distintos protagonistas que ya hemos revisado, lo cuales en distintos lugares geográficos y mediante distintas maneras fueron elaborando y construyendo un sistema más adecuado y cercano a las dolencias de la ciudadanía, focalizando la mirada en el enfoque rehabilitador.
    Esta historia nos da cuenta de una variedad de formas de organización de las entidades abocadas a la intervención, y de transformaciones en clasificaciones y categorías, identidades profesionales y campos disciplinarios, que han dado un sello muy particular en nuestra sistema de salud mental chileno.

    Pero siguiendo el enfoque de Foucault, podríamos preguntarnos si realmente este sistema de salud mental comunitario es tan maravilloso?, aunque de alguna forma podríamos intentar respondernos esta pregunta, diciendo que la salud mental comunitaria obedecería a un proceso de intervención psicosocial, enmarcada en la política de salud, y de esta manera también podríamos respondernos que obedece al poder político y a ciertos intereses particulares que permanecen en el poder.
    El manicomio, según Foucault, es posible por un reordenamiento social a partir del siglo XVIII en Europa, que instauró el encierro de indigentes como una práctica política. De esta manera EL renombre de la salud mental surge como el producto de una reestructuración de la locura, en la delimitación entre lo sano y lo enfermo.
    Podríamos pensar así mismo, que el sistema manicomio obedece a un sistema de feudo y de súbditos, y que cuando los sirvientes no son parte de alguna institución, vagan libremente sin la vigilancia del dueño del feudo, por lo tanto el manicomio emularía la labor del feudo y del dueño del feudo con los sirvientes manicomiales en la institución.
    Son elementos que creo en esta sesión nos invitan fuertemente a pensar y a revisar, a indagar y meditar en ellos.

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  31. Yo recuerdo cuando estaba en mi internado, y me tocó rotar por el Instituto Psiquiátrico, que me llamó mucho la atención un día en la tarde, que estábamos en la pasantía caminando por el patio, y había dos enfermos que estaban en el patio compartiendo y riéndose sanamente, y de pronto irrumpió una enfermera con dos camilleros corpulentos, y los agarraron fuertemente del cuello, los inmovilizaron y los recondujeron a sus sectores y habitaciones.
    Fue una una situación impactante, que me llenó de asombro e impotencia por la forma en la que los mismos funcionarios sin ningún dejo de humanidad trataban a los enfermos mentales de ahí, de una manera por decirlo poco sin dignidad.


    Llama la atención como la Casa de Orates de Santiago comenzó poco a poco a convertirse en un lugar de encierro moralizador y disciplinario de ciertos grupos, manteniendo así el reclutamiento y el control de unos pocos miembros de la elite, y del poder oligárquico, contra los mas, que salen de la norma y que según el poder imperante deben estar bajo raya, y con esto sujetos de encierro.
    Resulta también de interés, lo que menciona Foucault, respecto a que las medidas de cuidado de la salud mental de la población, obedecerían más bien a un interés capitalista del cuidado de la fuerza de trabajo, y de la población en pos del capitalismo y la producción. Lo que el denomina como Biopoder. También de gran interés como los textos van mencionando la historia de la incorporación de la salud mental comunitaria, siendo de una manera subrepticia pero bajo los intereses políticos y económicos imperantes del capitalismo.
    Luego de leer estos textos, nos cuestionamos mas bien si lo que aparentemente resulta ser motivado por el bien común y el bienestar salubre de la población, no obedece más bien a fuertes intereses de unos pocos con intenciones no develadas.
    Lecturas como estas nos amplían la manera de ver nuestro quehacer, y creo nos invitan a estar alertas a las nuevas políticas y nuevos modos de instalación de la salud mental que se vayan dando en nuestro especialidad.

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    1. Francisco, Me identifico tanto con tu comentario!!! Me pasa que en mi lugar de trabajo actual esta muy estigmatizado "el paciente psiquiátrico", "el cacho", "el paciente demandante", "el paciente ganancial", por Dios y como esta de normalizada la agresión, la no escucha, la vulneración, la poca empatía, en un sistema donde esta contabilizado máximo 20 minutos por paciente, donde si te demoras mas no hay eficiencia en tus box y debes mejorar la Gestion, pero de que gestión me hablas si la gente sufre, es vulnerada y tengo que perpetuar esta vulneración por cumplir indicadores, como es posible que se den diagnósticos si ser supervisados por un psiquiatra y encima que se le vulnere el derecho al paciente de hablar, expresarse y ser parte activa de su evolución y encima "si no cumple con las indicaciones, hay que explicarle articulo 33" para excluirlo de la mutualidad. Siento que mi forma de pensar y ver la salud mental ha ido cambiando, siento que llego en un momento en donde yo necesitaba este curso, no para entrar a la beca sino para la vida, siento que ha sido un tiempo muy valioso y lo agradezco mucho al Dr. Sepulveda.
      Ahora ya emancipada de muchos estigmas y trabajando algunos otros, siento que "somos agentes de cambio"

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  32. Durante la lectura me he percatado del avance de la psiquiatría desde algo incierto y solo teórico, hasta lo más técnico, como también desde las medidas de control hasta la llegada de la psiquiatría comunitaria. Hermosos pasajes resumidos en pocas líneas de tiempo.

    Sin embargo, me quedan muchas dudas e inquietudes desde los modelos de control, que se inician con “las casas de objeto público” dónde todas las personas no circunscritas a un territorio “patronal” eran encomendadas para su vigilancia y trabajo, dónde asistían “vagos”. Hasta que llegamos a la desinstitucionalización con el modelo comunitario.

    Todo lo anterior no va de la mano, sólo del hacer y haber médico, sino, que como se refiere de Foucault, “el gobierno es resultado del pensamiento político reciente y da cuenta del proceso a través del cual surge una cierta racionalidad intrínseca al arte de gobernar”. Sin embargo, si bien los modelos que están surgiendo y imperando en nuestro país, presentan el problema de la no coerción, pero con políticas de estados que la impiden, pese al valor social que se le da a la comunidad.

    La política resta importancia a la SM, ya que no logra visibilizar, más allá de lo económico y controlador, la dignidad que entrega y menos su importancia; por lo que de una u otra manera, sigue un modelo colonial (dirección de unos pocos, para lograr un mayor rendimiento para ellos).

    Esta falta de importancia se hace notoria, la importancia de la salud y la sociedad, durante la dictadura militar, ya que ellos “Los militares desorganizaron violentamente a la sociedad y los economistas neoliberales sometieron las relaciones sociales al mercado. Estas dos dictaduras echaron las bases del tipo de sociedad actualmente existente en el país”.

    Dando paso a un modelo neoliberal, volviendo al inicio del comentario, colonizador con tintes de modernidad. Por esto último, los esfuerzos de unos pocos son notables, para intentar dar cuenta y revertir, al menos, la forma de operar en un sistema nefasto y maligno. Peleando en una amplia red y un efecto macrosocial, impactar y acercar a la salud, a los que escasean de ella.

    Los esfuerzos de estos notables actores, llevaron a distintos elementos como “sujeción de experiencias vitales a ciertos ideales colectivos, que, a su vez, son un producto de la estandarización política y estadística. Estas sujeciones permiten el paso de una situación vital a través de distintas redes que establecen ciertos órdenes de equilibrio caracterizados por un concepto ideal del ser humano”.

    Por lo que podemos concluir, que si bien el sistema es macabro, hay personas que buscan la luz para una aceptación y moderación social inclusiva, como es el modelo comunitario.

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    1. Tu comentario sobre la evolución de la psiquiatría en Chile refleja una comprensión profunda del cambio desde un enfoque teórico a uno más técnico y práctico.

      La referencia a Foucault y su concepto de biopoder me hizo mucho sentido. Los modelos de control inicial, como las "casas de objeto público", y la transición hacia un enfoque más comunitario y menos coercitivo, son ejemplos claros de cómo la salud mental ha sido moldeada por la política y la sociedad.

      Sin duda la influencia del neoliberalismo y la dictadura militar en Chile, calaron hondo en el bienestar social y la salud mental. Esto concuerda con la idea de que la salud mental en Chile ha sido históricamente marginada en términos de políticas públicas, reflejando un modelo de gobernanza más preocupado por la productividad y el control que por la dignidad humana.

      Finalmente, tu punto sobre los esfuerzos de individuos y grupos para revertir estas tendencias y promover un modelo de salud mental más inclusivo y comunitario es alentador. Muestra que, a pesar de los desafíos, hay un movimiento creciente hacia un enfoque de salud mental que valora la diversidad y promueve una sociedad más justa e inclusiva.

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  33. La salud mental en Chile, tal como la presentan Agüero, Correa, Carrasco y Sepúlveda, es un terreno donde confluyen la política, la cultura y las prácticas sociales. La evolución de la salud mental no es solo un progreso técnico o médico, sino también un reflejo de cómo la sociedad y el Estado interpretan y gestionan la "normalidad" y la "anormalidad".

    Agüero y Correa, en "Salud mental y ciudadanía", argumentan que la salud mental debe verse más allá de una extensión de la psiquiatría moderna, como una construcción vinculada con la experiencia cotidiana y la ciudadanía. Esta perspectiva es crucial para comprender cómo la salud mental se relaciona con una ciudadanía global y su gobernanza. El enfoque en la producción y reproducción de un ideal de salud vinculado a la experiencia diaria destaca la importancia de problematizar la relación entre salud mental y ciudadanía, especialmente en el contexto de la gobernanza global.

    Carrasco, por su parte, en su análisis sobre la psiquiatría comunitaria en Chile, destaca el cambio hacia un modelo más inclusivo y participativo. Resuena con mi percepción de que la salud mental debe abordar no solo aspectos clínicos, sino también la inclusión social y los derechos humanos. Sin embargo, la influencia de las políticas neoliberales, como señalan los autores, plantea desafíos significativos, limitando los recursos y la efectividad de estos programas.

    Sepúlveda discute la tensión entre la gubernamentalidad y la utopía liberadora en las políticas de salud mental. Esto me lleva a reflexionar sobre cómo la salud mental en Chile está atrapada entre la necesidad de control gubernamental y el deseo de justicia social y emancipación.

    Estos textos me permiten entender mejor la complejidad de la salud mental en Chile. Destacan la necesidad de un enfoque más integral y colaborativo, considerando la salud mental no solo como un asunto de atención médica, sino como un componente esencial del bienestar social y la justicia.

    La historia de la psiquiatría en Chile es desalentadora al considerar cómo se ha manipulado históricamente la definición de lo "correcto". La perspectiva de Foucault sobre biopolítica y biopoder sugiere un poder que invade toda la vida. Las prácticas psiquiátricas actuales en Chile no solo abordan necesidades individuales, sino que también están arraigadas en la regulación social.

    Las políticas de salud mental actuales reflejan este biopoder, determinando cómo se abordan los trastornos depresivos y otros problemas de salud mental a nivel poblacional. Estas políticas, bajo la premisa de la protección de la dignidad humana, a menudo resultan en una idealización de cómo debe vivirse la vida y en la promoción de una corrección continua. La medicalización en psiquiatría puede verse como una forma de mantener la productividad social, amoldando a las personas para que se ajusten a la estructura social existente, independientemente de las causas subyacentes de sus dificultades.

    En conclusión, al reflexionar sobre la salud mental en Chile, es fundamental reconocer el papel que juegan estas dinámicas de poder. Las políticas y prácticas de salud mental deben ser examinadas críticamente para asegurar que no perpetúen sistemas de control social, sino que verdaderamente aboguen por el bienestar y la autonomía de los individuos.

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  34. Cuando nos referimos al contexto histórico de la psiquiatría, me pregunto si el sistema de salud en Chile ha tenido una serie de transformaciones, donde estamos situado hemos avanzado o seguimos en el mismo lugar, sin duda continuamos siendo controlados por los estados modernos donde su principal objetivo es tener a una población controlada, ser dueño de nuestro actuar y sentir. Principalmente los más afectados son las poblaciones más vulnerables, las personas con menos recursos y estos son los que se encuentran sometidos a circunstancias estresantes de la vida diaria. Me llamo mucho la atención sobre un posible reordenamiento social se llevo a cabo en Europa, donde se encerraron en un manicomio a unos indigentes con el fin político no medico, separar a la población, solo para mantener un orden afuera y no sanar a los que estaban adentro. En salud mental nos encontramos con la sujeción como individuos es conveniente encontrarnos sometidos en ciertos ordenes de equilibrio caracterizado por un concepto ideal de ser humanos y operar con ciertos atributos normativos. Los gobierno se encargan de nuestro control y nos guían nuestras vidas en lo más cotidiano. Es una forma de estrategia de dominio de todas las personas." Los gobierno ejercen biopoder subyugar los cuerpos y controlar a la población" (Foucault)

    Desde mi mirada y experiencia en SM debemos de generar cambios, en el sentido cómo pregunta, que es lo que queremos o realmente necesitamos, continuar manteniendo a nuestra población se mantenga en tratamiento farmacológico para mantener su sintomatología sin importar el costo que le genere y continúe siendo guiado a nuestro propia conveniencia. Nos falta mucho todavía recorrido en SM para llegar a comprender esta sociedad, por conseguir sus propios objetivo ya sea político de productividad etc. Y no el sueño de cada persona.

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    1. Jazmín que importante lo que comentas, creo que es tremendamente importantes hacernos esta pregunta, me pasa en las sesiones (como psicóloga) que estoy co-construyendo los objetivos terapéuticos de las personas y muchas me refieren que es la primera vez que le pregunta qué desean trabajar, la mayoría de los equipos de salud le dicen: "esto es lo que tiene, esto es lo que le voy a hacer" y desde ahí se mantiene este poder, y con este poder, difícilmente estaremos atentxs a preguntarle a la sociedad qué necesita, qué requiere de nuestra praxis, y también de si le hace sentido a la persona.

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    2. Jazmín, concuerdo contigo en lo que plantes, dado que cotidianamente nos damos cuenta que lo que hacemos es intentar mantener al paciente estable y que adhiera a su tratamiento, sin embargo, se planteará en cada atención que objetivos requiere ese paciente para sentirse mejor? sentirse aceptado socialmente?. Considero que es de suma relevancia poner en una balanza las temáticas a trabajar, ya que no es sólo "el paciente", sino como lo revisamos también a lo largo de las lecturas se debe velar por una valoración completa de su estado.

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    3. Concuerdo absolutamente con lo que indicas colega, si bien hemos avanzando incorporando al usuario en la elaboracion de su PCI, se mantiene con farmacos a diarios, ue le generan otras complicaciones, pero finalmente es viable, dado que los mantiene en estados acorde a lo normado por la sociedad. Es lo que buscamos?

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  35. Me han parecido muy interesante las lecturas de esta quincena y coincido con algunos compañeros , respecto a la sensación de incomodidad que me ha generado leer documentos criticos acerca de la psiquiatria comunitaria, que a su vez me han parecido certeros y vienen a ampliarme un tanto la mirada respecto a lo que ha significado su implementación en nuestro sistema ,a ratos me sorprendí al leer el transcurso y la evolución de este modelo en nuestro país, en donde previamente como ya hemos visto se tendia a estigmatizar y aislar a las personas con patologías de salud mental, lo que poco a poco fue perdiendo valor. Respecto a lo mismo  quisiera destacar el concepto de biopolítica que viene una vez más a agrupar  y privar de libertad a los ciudadanos, impidiendoles la libre elección y es ahí donde el modelo comunitario y las estrategias de salud pública cobran  valor otorgando herramientas que promuevan el bienestar y autonomía de las mismas personas . Pese a este ideal con el que concuerdo, aun considero que debemos seguir trabajando en promover mayor educación a la comunidad, a fin  de que las personas puedan decidir informados y ojalá más pronto que tarde se logre instaurar el enfoque de promoción de salud mental y prevención de psicopatología, en donde cada uno se empodere de su propia salud y se pueda disminuir el abordaje tardío frente a patologías ya instauradas o que tienden a la cronicidad.

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  36. Pienso que la relación entre el biopoder y la salud mental puede interpretarse como un paradigma que tiende a medicalizar y patologizar las experiencias humanas. que de hecho va en sintonía con el regimen actual, donde la preocupación por la funcionalidad y salud de los "engranajes" del sistema puede pasar por alto la diversidad y singularidad de las experiencias psicológicas y en general de lo que viven las personas. La psiquiatria comunitaria, en este contexto, podría ser criticada si se percibe como una extensión de la medicalización y la normalización de la diversidad psicológica, y eso pasa por el hecho de que entre pacientes esta normalizado el vengo por el medicamento, vengo por la licencia y entre nosotros como profesionales igualmente, de hecho me ha pasado en las ultimas dos semanas, en donde pienso si realmente el paciente necesita medicalizar su sufrimiento o lo que necesita son otras acciones y de hecho tuve un caso de una paciente con dolor crónico de difícil manejo con una polifarmacia mas de 9 medicamentos para el dolor mas los de sus patologías de base, donde le explicaba a ella que a mi juicio mas medicamentos no la iban a favorecer y educarla, hablar con ella y darme el tiempo de escucharla aprox 45 minutos, que por cierto se sale de la regla de tiempo de la urgencia, fue un aprendizaje no solo para ella, sino para mi.
    Ella sin saberlo se volvió activamente la parte fundamental de mi intervención, por que empecé a preguntarme cual era el origen de su dolor, y si esa ayuda era mas a su alma que a su cuerpo.
    En cuanto a la pregunta sobre si la Psiquiatría comunitaria está a favor o en contra del sistema neoliberal, esta cuestión es compleja. Podría argumentarse que, al centrarse en la comunidad y en la atención integral, la Psiquiatría comunitaria busca contrarrestar algunas de las consecuencias negativas del sistema neoliberal, abogando por un enfoque más humano y social en la atención de la salud mental. Sin embargo, también se podría argumentar que, al trabajar dentro del marco institucional existente, la Psiquiatría comunitaria puede estar limitada en su capacidad para cuestionar las raíces profundas de las inequidades sociales y económicas. En última instancia, la postura de la Psiquiatría comunitaria respecto al sistema neoliberal puede variar según la interpretación y el enfoque específico de cada práctica o profesional; y es asi como podríamos hablar de las Psiquiatrías, ya que cada institución tiene su propio enfoque y practica y cada profesional escoge y ve en el hacer lo que va de acuerdo a su propia filosofía

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  37. Es interesante explorar la evolución de la historia de la psiquiatría y cómo ha ido moldeando sus enfoques a lo largo del tiempo.
    Considero que el cambio hacia un modelo comunitario en la atención de la salud mental ha sido beneficioso para los pacientes. Este modelo se encuentra en constante proceso de avance, aunque enfrenta desafíos significativos, especialmente en países como Chile, donde los recursos disponibles son limitados para abordar la compleja realidad que tenemos en la salud mental.
    Resulta llamativo e impactante observar cómo la psiquiatría, en sus primeros años, adoptó modalidades de tratamiento basadas en el castigo y el control social. Estas prácticas generaron daño y estrés en los pacientes, lo que evidencia la necesidad de una transformación en los enfoques de tratamiento y cuidado de la salud mental.
    Las medidas de encierro, implementadas por el gobierno con el objetivo de controlar la conducta de los individuos, son un ejemplo claro de cómo la psiquiatría históricamente ha recurrido a métodos coercitivos en lugar de centrarse en el bienestar y la recuperación de los pacientes.


    En la actualidad, es crucial reconocer que nos enfrentamos a restricciones de recursos y a desafíos globales en materia de salud mental, los cuales se han visto agravados además por la pandemia reciente. Resulta fundamental considerar las repercusiones de nuestras decisiones al elaborar un plan terapéutico, reconociendo que no solo impactan al individuo en cuestión, sino que también deben dirigirse hacia una perspectiva comunitaria que aborde su entorno social, familiar, etc.

    Creo que una estrategia clave para fomentar la salud mental consiste en brindar psicoeducación tanto al usuario como a sus familias. De esta manera, se les proporciona herramientas y se les empodera en relación con su situación, lo que les permite comprender mejor su cuadro y así enfrentarla de manera más efectiva.

    A través de las lecturas y el desarrollo del curso, he logrado comprender de manera más clara la dirección en la que se está moviendo la psiquiatría y el enfoque que se busca adoptar. Este proceso de aprendizaje resulta especialmente valioso, ya que nos proporciona una mejor comprensión de las temáticas que enfrentamos diariamente en la práctica clínica con los pacientes. Además, esta comprensión mejorada nos capacita para mejorar nuestra atención y proporcionar espacios de educación y conocimiento a la comunidad de manera más efectiva.

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  38. La opinión expresada en el texto refleja una apreciación consciente y crítica de la evolución de la psiquiatría en el transcurso de la historia, destacando la transformación hacia un modelo comunitario en la atención de la salud mental. Claramente los beneficios de este enfoque han favorecido a la comunidad, aunque de igual forma, aún existen retos importantes, especialmente en contextos con recursos limitados, como nuestro país. Además, también es importante considerar las complejidades culturales para una implementación efectiva de la psiquiatría comunitaria.

    Como consecuencia, no deja de impresionar cómo la psiquiatría, en sus inicios, acogió prácticas basadas en sanción y dominación, obteniendo como resultados deterioro y retrocesos en los pacientes. Este análisis permite reconocer la necesidad imperante de cambios en los enfoques de tratamiento y cuidado de la salud mental, alejándose de medidas coercitivas hacia un enfoque centrado en el bienestar y la recuperación.
    La mención de medidas de encierro implementadas por políticas públicas, resaltando el historial de métodos coercitivos en la psiquiatría, evidencia la importancia de un cambio de paradigma, hacia un cuidado más compasivo y respetuoso de la autonomía del paciente y también de sus familias.
    La conciencia de las restricciones de recursos y los desafíos globales en salud mental, demuestra la necesidad de considerar cuidadosamente las opiniones psicosociales. El énfasis en una perspectiva comunitaria que aborde al paciente, su entorno social, familiar y ambiental, resalta la interconexión entre la salud mental individual y el contexto más amplio.
    La propuesta de brindar psicoeducación tanto a los usuarios, como a sus familias es relevante, para fomentar la salud mental, es destacable. Empoderar a las personas con herramientas para comprender y enfrentar sus situaciones, obtiene impacto significativo en la mejora del bienestar psicológico.
    Finalmente, la reflexión sobre el proceso de aprendizaje a través de lecturas y el desarrollo del curso, destaca la importancia de percibir la orientación presente de la psiquiatría y la dirección buscada. Este conocimiento mejorado, no solo beneficia la experiencia adquirida, sino que también habilita para ofrecer una atención más positiva, con una formación hacia la sociedad de manera integral.

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  39. Tras leer los textos y pensar mi comentario, que iluso sería pensar en la psiquiatría, la salud pública y la salud mental como prácticas y conceptos inocentes, sin intenciones controladoras, alienantes y colonizadoras.
    La pandemia del COVID nos enseñó, dentro de muchas enseñanzas, que se pueden tomar decisiones globales drásticas y rápidas. Que llevan a cambios en el modo de vivir de las personas, incluso con el peso de la ley, los medios, la ciencia y los poderes militares justificándose por el fin de la justicia y la salud global.
    Y esto no es historia reciente. Y la psiquiatría y salud mental no son ajenos a estas estructuras. Menos en Chile, donde la globalización, el relato individualista y el capitalismo han calado fuerte.
    No puedo dejar de pensar ahora de manera desconfiada del rol del Estado y sus instituciones para perseguir sus fines, mostrándolos además como “nuestros fines”. Entre el Estado y el capital existe una fuerza tremenda, que si no los observamos con mesura, pueden infiltrar en nuestro inconsciente colectivo y determinar nuestras decisiones, pensamientos e incluso en nuestros sentimientos, sueños y frustraciones.
    No puedo dejar de percibir cierta intención anarquista o libertaria como vía de escape a todo esto y la salud mental comunitaria me impresiona que en esencia fundamentalmente anarquista. Y como buenos anarquistas, tenemos que estar siempre atentos a ser influidos por las jerarquías de poder y de influir a otros con nuestro poder. Y aceptar la contradicción de que son las mismas estructuras de poder las que están permitiendo el surgimiento de la salud mental comunitaria.

    Y ahora entro en tremenda paradoja, deseo salud mental para mi comunidad, trabajaré desde el sistema público por ella, pero las políticas que enmarcan mi labor están en este contexto no solo estatal sino que global de control y producción. Para quienes la salud mental y el bienestar de las personas son un medio para la producción capitalista y no un fin en sí mismo. ¿Me declaro en rebeldía? ¿Renuncio? ¿Me voy a vivir a campo o a trabajar para alguna ONG ambientalista (que debo admitir lo he pensado siempre)? ¿Me infiltro en el Estado en sus estructuras de poder?

    Como resolver este dilema… Lo bueno de estar atrasado en la lectura de los textos y opiniones, y no contagiarme con esa desesperanza que leí en algunos comentarios de mis compañeros, es que yo estoy leyendo estos textos de manera desordenada y ya leí y participé de diálogos y exposiciones que muestran salidas a esto, como la interculturalidad y el activismo.

    Mi camino aún está por definirse dentro de este entramado. Agradezco tan buen material y comentarios para mi perspectiva en este camino profesional.

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