TRABAJO OBLIGATORIO DEL 14 al 27 de NOVIEMBRE : Estigma y discriminación; Apoyo Social y Expresividad emocional. Evidencia sobre aspectos psicosociales fundamentales en salud mental y psiquiatría comunitaria.

 

Gabriel García Márquez, Premio Nóbel de Literatura 1982

Dado que cualquier intento de establecer una estructura comunitaria de atención en salud mental y de mejorar la situación de las personas con trastornos mentales graves, desde una óptica de recuperación y ciudadanía activa, implica el esfuerzo continuado por mejorar las actitudes sociales negativas que englobamos bajo el término estigma, ésta es también un área de intervención de interés creciente. 

Y ahí, junto a iniciativas exitosas, hay experiencias de escasa o nula utilidad. Por ello, pensamos que podía ser útil considerar críticamente el conocimiento acumulado para intentar mejorar nuestras posibilidades de intervención, evitando malgastar esfuerzos y dinero en intervenciones poco útiles o contraproducentes. 

Así, hemos resumido la bibliografía que parece más relevante y articulado un marco razonable que nos ayude a organizar la actividad en este frente, uno más junto a los muchos otros en que, continuando con la metáfora bélica, se desarrollan hoy distintos "combates" por mejorar la atención a este sector bastante abandonado de nuestras poblaciones. 

En definitiva se trata de intentar que también esta área de la intervención social se beneficie de una base tecnológica y no solo de buenas (o no tan buenas) intenciones

Párrafo del texto La lucha contra el estigma y la discriminación en salud mental. Una estrategia compleja basada en la información disponible, de Marcelino López et. al.

LECTURA OBLIGATORIA

Lea el artículo La lucha contra el estigma y la discriminación en salud mental. Una estrategia compleja basada en la información disponible, de Marcelino López, Margarita Laviana, Luis Fernández, Andrés López, Ana María Rodríguez y Almudena Aparicio.

Lea el Capítulo 1 (página 3 a 104, que corresponde al Marco Teórico)  de la Tesis Doctoral (2006): VARIABLES MODIFICADORAS DE LA ASOCIACIÓN EXPRESIVIDAD EMOCIONALFAMILIAR-RECIDIVAS EN PACIENTESESQUIZOFRÉNICOS. De FRANCISCO BELLVER PRADAS, Universitat de Valencia.

Lea el artículo: Ana Barrón López de Roda y Esteban Sánchez Moreno (2001). ESTRUCTURASOCIAL, APOYO SOCIAL Y SALUD MENTAL. Psicothema, Vol. 13, nº 1, pp. 17-23

Lea el artículo Estigma hacia los trastornos mentales: características e intervenciones, de Franco Mascayano Tapia, Walter Lips Castro, Carlos Mena Poblete y Cristóbal Manchego Soza

Lea el cuento SOLO VINE A HABLAR POR TELÉFONO, que además de mostrar el talento de su autor, ocupa un lugar clásico en la pedagogía de la psiquiatría crítica. Este cuento hace parte del libro DOCE CUENTOS PEREGRINOS (1992) de Gabriel García Márquez, -Premio Nóbel de Literatura 1982-, Lea el cuento entrando por AQUI.

COMPLEMENTARIAMENTE: 

Lea el Ensayo El modelo biopsicosocial en evolución de Francesc Borrell i Carrió , del Grupo Comunicación y Salud. España. Profesor Asociado de Medicina de Familia. Universidad de Barcelona. ABS Gavarra. ICS Cornellà de Llobregat. Barcelona.

Vea el video del Seminario sobre Participación Social en Salud Mental: efectuado el el 17 de Noviembre de 2020

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Comentarios

  1. Parte I.
    Mientras cursaba la enseñanza media el director de mi colegio nos llevó a conocer un hospital psiquiátrico. No recuerdo exactamente los motivos por los que se había propuesto esa actividad, pero sí la tarea encomendada: establecer alguna conversación con algún paciente. Entramos a un cuarto amplio, sombrío y pálido, donde sólo se oía el eco de nuestras pisadas intentando huir entre las rendijas de las puertas que fueron cerradas con llave una vez que estuvimos adentro. Tengo vagas imágenes plasmadas de emociones, en general manchadas de miedo e incertidumbre. No había nadie más que nosotros, en silencio, y un montón de sillas ordenadas en los bordes de las paredes. El director nos dejó solos, se abrieron las puertas y comenzaron a entrar personas que se fueron disponiendo en grupos aislados en cada esquina de la habitación. Un trabajador del hospital trajo una radio y la puso en una mesa en la que ya había un grupo de pacientes esperando, el silencio sepulcral desapareció en segundos y música antigua con un volumen elevadamente molesto comenzó a hacer vibrar el recinto. Recuerdo haberme quedado pasmado mirando a dónde ir, o para ser sincero, dónde esconderme. Estábamos todos apilados en medio inmóviles. Algunos pacientes comenzaron a bailar en medio de la sala, y los compañeros más valerosos se lanzaron a bailar con ellos. Yo fui uno de los últimos en moverme, estaba atónito frente a lo surreal de la situación. El ruido de la música era demasiado alto como para intentar hablar, pero el grupo de personas que estaban manejando la radio no parecían amigables. Recuerdo haber evitado continuamente la mirada de uno de ellos, tenía un semblante inescrutable, no habían emociones en su rostro y eso me generaba mucho más nerviosismo. Entonces muchas cosas sucedieron, sería difícil resumirlas, pero la que me dejó más estupefacto fue una joven que parecía de nuestra edad, estaba bailando animadamente, sola, parecía tan jovial que entre varios compañeros nos dirigimos hacia ella, cuando nos vio acercarnos se detuvo, su corporalidad cambió y en un susurro nos dijo, ayúdenme, aquí me golpean. Regresé esa tarde a mi casa más angustiado de lo que había llegado, porque no podía parar de darle vuelta a esa develación ¿Qué pasaría si efectivamente decía la verdad? Se lo comentamos al director, como en un intento desesperado y mediocre de elevar una acusación, pero nos miró y nos dijo: “estábamos en un psiquiátrico”. Fin. La respuesta entregaba conclusiones por sí misma, y silenciaba cualquier contra argumento. Entonces, esa vez, decidí quedarme con esa versión, porque era mil veces más fácil desacreditar que imaginar el cúmulo de horribles posibilidades que se desentrañaban si decidía creer.

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    1. Parte II.
      Y quería iniciar mi comentario con esta historia, porque la tenía olvidada, y resurgió mientras iba leyendo el cuento de Gabriel García Márquez. Lo más interesante de esa historia es que por muy cuento que sea sabemos que cosas así sí sucedieron. El modelo manicomial permitió mucho más, y es que he estado pensando que de esa historia se logran desprender tantos fenómenos a discutir, no solo la importancia de la comunicación que entreteje una serie de mal entendidos, sino que también las múltiples formas de violencia patriarcal, psicológica, física, sexual, de género, institucional, que hicieron que finalmente María terminara recluida y etiquetada en un sistema que nunca la iba a defender. Históricamente el hecho de ser mujer ha significado una exposición a múltiples formas de discriminación en la que los hombres hemos sido los artífices, y el cuento logra mostrar una pincelada no solo de lo que significa hoy en día tener un diagnóstico de salud mental, sino que de la facilidad con la que María es continuamente desacreditada, quedando institucionalizada sin su consentimiento y en una especie de historia de terror en la que debe comenzar a sobrevivir, lo que acaba finalmente por acostumbrarla a una vida asilar, con un esposo cómplice de un psiquiatra que ha medicalizado a una mujer en base a sus reacciones violentas y peligrosas que justifican mantenerla prisionera. Y es que probablemente ninguna reacción de María hubiese sido considerada adecuada una vez que estuvo etiquetada de “loca”.

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    2. Parte III.
      Y el cuento viene como anillo al dedo con el resto de los textos que abordan el estigma. Es enriquecedor poder leer de forma objetiva lo que significa estigmatizar, y es que dentro de todas las acepciones la que me gustó más fue la de Erving Goffman “un atributo profundamente desacreditador”, es simple, pero certera. Nunca había considerado las múltiples asociaciones que se desprenden de esta palabra, pero que me parece importante conocerlas, como el estigma a la persona, a la familia, institucional, público, y uno muy invisibilizado, el autoestigma; respecto a este último, uno de los textos indicaba que el 40% de las personas con trastornos mentales graves presentan altos niveles de autoestigma, y lo más probable es que una de las causas sea una sociedad poco educada. Algo que me gustaría recalcar es que en “lucha contra el estigma y la discriminación en salud mental” comentan que aunque hay poco estudios al respecto, llama la atenciones que los profesionales de salud, pese a que tenemos mayor conocimiento, mantenemos opiniones que en general no difieren de las del resto de la población, y ejemplifican en el párrafo siguiente que en el caso de los psiquiatras, una historia previa de violencia en un paciente tiende a determinar más fácilmente el diagnóstico de esquizofrenia, y ahí pensé lo sencillo que es realizar una etiqueta, sin detenerse a considerar las múltiples consecuencias que se van a iniciar al segundo después de confirmarlo.

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    3. Parte IV.
      Me gustaría finalizar mi comentario con el texto que habla de la expresividad emocional. Había escuchado múltiples veces en el CDT el término, y pese a que infería su significado no imaginaba todo el trasfondo. Una de las cosas que destacaría es que el documento no se mantiene enfocado sólo en mostrar los estudios que avalan el término, si no que me deja la sensación de querer ser muy franco en exponer detalladamente en qué año y qué estudios confirman las hipótesis, pero de forma inmediata adiciona igualmente otros trabajos en donde no se encontraron asociaciones significativas, entonces más que llevarnos dirigidamente a un punto determinado, nos entrega abiertamente información con la que uno puede decidir cómo relacionarse. Y en la parte final exponen evidencia en donde se indica que lo más efectivo son las estrategias de intervención familiar, pero que no son suficientes las sesiones educativas aisladas, justificándolo en algo que me hace mucho sentido, “cuanto mayor tiempo de evolución lleve el paciente, el sistema de creencias familiar puede haber tenido más tiempo para fijarse y puede resultar más difícil cambiarlo”. Es en este contexto que se plantea que las intervenciones familiares parecen ser más exitosas cuando se llevan a cabo por tiempos más prolongados, y uno tendería a pensar casi automáticamente que algo que necesita ser aplicado por demasiado tiempo no sería costo efectivo, mucho menos considerando las limitaciones que tiene actualmente la salud pública, sin embargo, cuando se estudiaron los costes directos se evidenció que era más costo-efectivo para el sistema realizar estas intervenciones que los gastos que significan las recaídas y las rehospitalizaciones. Entonces quizás vale la pena facilitar e incentivar a los profesionales de salud mental en realizar formaciones en programas de intervención familiar, no solo por el hecho del gasto de recursos, sino porque los textos son enfáticos también en indicar que de esta forma se puede combatir el estigma que se crea dentro de la familia, y además el autoestigma del paciente cuando es apuntado con un diagnóstico en el que casi no se dedica tiempo a la entrega de información básica para comprender la profundidad de la nueva etiqueta que acaba de quedar estampada en su historia personal.

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    4. La lectura de estos artículos proporciona una perspectiva integral sobre la salud mental, considerándola como un fenómeno determinado tanto social como psicológicamente. Desde mi práctica médica en SAPUs (Servicios de Atención Primaria de Urgencia) y en un hospital privado, este enfoque tiene implicaciones significativas. Por ejemplo, al tratar a pacientes con síntomas de depresión, se consideraría no solo la evaluación clínica de los factores psicológicos individuales, como la autoestima y los estilos de afrontamiento, sino también la influencia de factores sociales y ambientales, como el estrés y la integración comunitaria.
      En la atención primaria en SAPUs, donde a menudo se encuentran pacientes en situaciones de urgencia, comprender la relación entre la estructura social y la personalidad podría ayudar a los profesionales de la salud a abordar de manera más efectiva los determinantes subyacentes de la salud mental. Por ejemplo, al evaluar a un paciente con síntomas depresivos, sería crucial considerar no solo los aspectos psicológicos individuales, sino también su entorno social, identificando posibles fuentes de estrés o falta de apoyo social.
      En el ámbito hospitalario, la aplicación de este enfoque podría llevar a intervenciones más completas y personalizadas. Los profesionales de la salud podrían colaborar con trabajadores sociales y otros especialistas para abordar tanto los aspectos psicológicos como los sociales que afectan la salud mental de los pacientes.
      Eliminar los estigmas asociados a los trastornos mentales es esencial en ambos contextos. Desde SAPUs hasta hospitales públicos, los profesionales de la salud desempeñan un papel clave en educar a la sociedad sobre la naturaleza multifacética de la salud mental. Esto incluiría promover la comprensión de que los trastornos mentales no solo tienen raíces individuales, sino que también están fuertemente influenciados por factores sociales y ambientales.
      Para fomentar la participación de las mujeres en este ámbito, se podría proponer la implementación de programas de concienciación y capacitación que aborden las barreras de género en la práctica médica y la investigación en salud mental. Además, se podrían establecer políticas que promuevan la igualdad de oportunidades y la diversidad de género en puestos de liderazgo y toma de decisiones en el ámbito de la salud mental.

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    5. Parte II
      En conclusión, adoptar un enfoque integral en la práctica médica, considerando factores sociales y psicológicos simultáneamente, puede mejorar la atención y el tratamiento de la salud mental en entornos como SAPUs y hospitales. La eliminación de estigmas y la promoción de la participación de las mujeres son pasos cruciales para avanzar hacia una atención de salud mental más equitativa y efectiva.
      Me llama poderosamente la atención como dar un diagnostico de síndrome somatomorfo puede llegar a cambiar el abordaje de un paciente y como esto puede ocasionar graves lesiones y secuelas en los pacientes, este mes vi un caso de un paciente que al tener dicho diagnóstico se desestimo el estudio de su dolor abdominal de 2 meses de evolución, y que desafortunadamente al comentarlo con un colega, me dice que yo por que le creo si tiene un trastorno somatomorfo y esta “LOCO”, a lo que le conteste que le iba a tomar un tac de abdomen con contraste ya que el “LOCO” como el lo llama también tiene apéndice, vesícula, etc… resultado tenia un pinzamiento de arteria mesentérica que termino en pabellón… no se hasta que punto realmente alana vez hemos y me incluyo iatrogenia…. Pero en este caso todo fue bastante lógico para mi pero para mi colega segado por el estigma, siento que fue un poco complejo, no quiero parecer reduccionista pero realmente esto me hizo pensar mucho en si realmente siempre puedo ver desde mi lugar las cosas y situaciones de forma lógica, me hizo reflexionar en si muchas veces esto me ha pasado a mi y me cuestione muchas practicas que tenemos “normalizadas”.
      Quiero pensar en que este curso me ayude a ser un gestor de cambio, me ha ayudado a pensar y a abrir mi mundo reduccionista a uno mas amplio.

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  2. Parte I
    Las lecturas de esta semana, han sido para mí extremadamente interesantes, ya que intersectan mucho de los conceptos vistos anteriormente en este curso, junto a experiencias clínicas previas y actuales.

    Me gustaría referirme inicialmente respecto al estigma, descrito en 2 de los textos presentados. He tenido la experiencia y la fortuna de participar este año en el desarrollo de taller de psicoeducación para paciente con trastorno de ánimo bipolar, y un tema que se repite inexorablemente es el estigma.
    Cómo es descrito en el texto no es algo simple de definir, ya que cuenta con aspectos cognitivos, afectivos y conductuales. Por lo tanto sólo mejorando un área (como por ejemplo la educación e información), puede ser del todo insuficiente.

    Una experiencia que ha sido común al escuchar las vivencias de los pacientes que acuden a nuestros talleres, es el hecho de querer ser más transparentes con el resto, informándoles sobre su diagnóstico y que esto haya provocado el efecto contrario al que esperaban, empeorando el estigma y las conductas de hostigamiento.
    Es impactante escuchar los relatos en el cómo en diversos contextos, ya sea laborales, de pareja o incluso familiares, el ser honesto y querer transparentar una información sensible de la persona, para mejorar la relación y explicar conductas que a lo mejor la otra persona no entendía, sea finalmente tomado como un chivo expiatorio para todo. Pasa frecuentemente , que luego de revelar su diagnóstico, ya cualquier conducta y afecto presentado lo asocian inmediatamente al diagnóstico, siendo una negación de la persona, "te tomaste las pastillas?" "estás deprimido hoy o no?", siendo algunos ejemplos que grafican esta situación.

    Una experiencia que hemos conversado y que sentimos ayudó en el taller recién pasado, fue la de tener un experto por experiencia, donde se logró dialogar sobre el estigma y experiencias que han tenido respecto, y que en el fondo siento que más que sólo la información fomenta el empoderamiento de los pacientes respecto a quiénes son ellos, a siempre dejar en claro la persona que tiene un diagnóstico, y no ser sólo un conjunto de síntomas.

    Definitivamente es algo en lo que trabajar, como el fomentar agrupaciones de usuarios que también tengan posibilidad de opinar sobre estrategias y acuerdos que se tomen a nivel de COSAM por ejemplo

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    1. Parte II

      Me gustaría también referirme a la expresividad emocional, ya que me gustó mucho cómo en la tesis se abordaban argumentos y contraargumentos basados en la evidencia de los estudios.
      Me hizo mucho sentido ya que fue como ponerle nombre y describir conceptos de situaciones que he observado este año al desempeñarme en el COSAM El Bosque.

      Tengo la suerte de poder realizar visitas domiciliarias frecuentes a pacientes con trastornos mentales graves, como la esquizofrenia, y al leer este texto me pude imaginar completamente las características de una familia con Alta Expresividad Emocional, donde las conductas del usuario realmente son criticadas continuamente por un familiar, muchas veces por cansancio y sobrecarga familiar, ya que nadie más apoya en el cuidado del paciente, y como menciona el texto describiendo muchas conductas del paciente en términos caracterológicos, más que secundarias a la propia enfermedad.
      Esto a su vez lleva al paciente a estar más intranquilo, lo cual aumenta la reacción del familiar en un círculo vicioso.

      Por lo tanto intervenir en ese sistema familiar, tanto en el paciente como el familiar, teniendo en cuenta la posibilidad de ser un aliado terapéutico, me pareció muy interesante y una posibilidad que encaja completamente con el enfoque comunitario que cómo es mencionado en el texto, tiene múltiples ventajas incluso desde el punto de vista del gasto público en salud mental-}.

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    2. Parte III

      Por último me gustaría referirme al cuento de Gabriel García Márquez, ya que me parece resume y ejemplifica de manera impresionante los aspectos discutidos en esta sesión.
      ¿Cuán rápidos somos en juzgar a alguien? Esta es la pregunta que nos realiza continuamente el texto, el etiquetar continuo de ida y vuelta, tanto de María como Saturno.
      Esto tiene profundas implicancias no sólo para la sociedad en general, si no especialmente para nosotros como profesionales de salud mental, somos susceptibles de efectuar y perpetuar el estigma, y como aparece descrito en los textos y en el cuento, tenemos una posición de poder que es necesario nunca olvidar, en el sentido que nuestra determinación puede llevar a coartar la libertad a una persona, por lo que nunca hay que perder de vista que nosotros muchas veces realizamos estigma aunque no estemos conscientes de ello, y es necesario realizar un análisis y nunca dar por hecho que no lo hacemos.

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    3. Mati, gracias por tu reflexión, me gustaria agregar unos elementos a lo que mencionas acerca del empoderamiento de los pacientes. No me habia dado el tiempo de pensar en como el que los pacientes se empoderen y se vuelvan protagonistas de su historia, promueve su autodeterminación.
      Cuando los pacientes tienen voz y participación activa en sus decisiones se fomenta y fortalece su autoeficacia, la autoeficacia de los usuario finalmente desafia la idea de que son pasivas o incapaces.

      En relación a lo mismo y al taller que comentas, creo que el conocimiento es poder. Este poder permite ser visibles y generar defensores de la salud mental, desafiando los estereotipos y la desinformación que contribuyen al estigma. Finalmente este taller esta creando comunidad, redes de apoyo y espacios seguros .formando comunidades de apoyo. Estas redes brindan un espacio seguro contrarrestando así el aislamiento y la marginación social.

      Secos!

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    4. Hola Matías! Me gustó mucho tu comentario acerca de las visitas domiciliares que uno hace y donde puedes observar también como los mismos familiares tratan al usuario con patologìa de salud mental. Es duro, pero tambien comento que me tocó ver una adolescente en visita domiciliaria donde era continuamente devaluada por su patologia de salud mental de base por parte de la madre y se notaba en su cara cada vez que su madre hacía un comentario negativa de ella . Que importante es trabajar con todo el equipo de salud y no solo evaluar al "paciente" en cuestión, si no que evaluar todo el entorno familiar y como se desarrolla la familia en si con respecto a ese "diagnóstico" que puede cambiar la vida de un paciente. Educar no solo a la familia, si no que también a la comunidad donde está inserta para que el trabajo sea en conjunto y se logren buenos resultados.
      Con respecto a lo que comenta Tania, creo que lo he comentado en varias oportunidades. Siento que es muy importante empoderar al paciente acerca de su propia enfermedad, darle las herramientas para poder actuar y tener una información detallada de lo que le sucede, para que ellos mismos sean los que producen cambios en su propia red y con el apoyo de la red de salud mental. Con esto, disminuimos el tan frecuente "autoestigma" del que hemos hablado y asi con esto el aislamiento social y todo lo que conlleva.

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    5. hola matias!, que interesante tu comentario, a mi no me ha tocado la experiencia de escuchar en primera persona las vivencias de estigmas de nuestros usuarios, pero es muy real eso de que la persona tiene una conducta que le "choca" a la persona que le esta conversando y le dice te tomaste las pastillas, es muy similiar al estigma de la mujer cuando esta en " sus días", siempre me he cuestionado el concepto de estigma mas alla de lo relacionado con las patologias de salud mental, mas de alguna vez he escuchado en los servicios de urgencia uso de etiquecas como HI, en el servicio de medicina referirse a los pacientes de enlace como el psiquiatrico!! en reuniones con profesionales no del area de salud ( abogados ) decir tengan cuidado con los pacientes locos son peligrosos!, y asi podría seguir nombrado situaciones que me ha tocado presenciar. pero el tema del estigma va mas alla, por ejemplo mas popular el cambio del nombre del dulce negrita a choquita por ser menos discriminatorio.
      en otra oportunidad me toco escuchar la historia de una usuaria con dg de colitis ulcerosa que estaba con crisis aguda y estaba haciendo fila en la caja preferencial y la cajera le exigio que le mostrara el diagnostico, y la usuaria le mostro el documento que acreditaba su enfermedad y dijo y que es eso!. me parecio una situacion mas que intolerable.
      Ella misma se austoestigmatizo y ya no sale de su casa practicamente por sus cuadros severos pero finalmente no era esa la solucion.

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    7. Hola Matías, aprecio tu comentario, ya que me enfrento a situaciones similares en los talleres de psicoeducación de mi unidad. En mi opinión, el tema del estigma es de gran relevancia para los usuarios, quienes participan activamente compartiendo historias y experiencias en las que han sido estigmatizados. Al igual que tú, entendemos que la entrega de conocimientos es una herramienta crucial. Finalmente, los usuarios logran comprender y concientizar, empezando por sus familias, en temas que no siempre son comprendidos ni validados en su entorno.

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  3. Parte II
    El énfasis en el éxito económico, productividad, superficialidad e individualismo del sistema imperante, impide que busquemos una comprensión más profunda de las personas y que conectemos, por lo tanto es difícil que se logre disminuir el estigma de la violencia o agresividad respecto al “loco”. El ritmo acelerado de la vida sumado al temor al rechazo genera que las personas con enfermedades psiquiátricas oculten sus experiencias, lo que dificulta que otros los conozcan auténticamente y profundiza aún más el estigma. Entonces, al final la participación ciudadana y generación de comunidad, es sumamente revolucionario en cuanto crea otras posibles realidades y oportunidades de conocernos, perdernos el miedo y darle un sentido diferente a lo que nos da el valor en esta sociedad.

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  4. Tania, que real y doloroso lo que expones. Es una lástima que los pacientes que sufren alguna patología de salud mental sean estigmatizados de esa manera. No es infrecuente escuchar historias como las que cuentas y como proximos profesionales de salud mental no podemos permitir que esto siga sucediendo. es utópico pensar que se erradicará, pero podemos poner de nuestra parte para que disminuya.

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  5. El estigma de las patologías de salud mental es un problema que ha afectado a las personas que padecen trastornos mentales durante mucho tiempo. A menudo, las personas con enfermedades mentales son marginadas y discriminadas por la sociedad, lo que puede llevar a la exclusión social y a la falta de acceso a la atención médica adecuada. La psiquiatría comunitaria puede ser una herramienta valiosa para abordar el estigma y mejorar la atención en salud mental.
    Algo que destaco de los textos leídos es cómo se insta a la colaboración entre profesionales para poder dar cara a esta estigmatización. Atender de manera multidisciplinaria junto a la comunidad es útil para disminuir esta brecha.
    Un punto que desconocía es cómo la Expresividad emocional puede afectar las recaídas en pacientes esquizofrénicos, ya que una alta EE se ha relacionado con una mayor tasa de recaídas. Creo que muchas veces nos gana la subjetividad al evaluar pacientes de salud mental, pero hay estudios y variables que pueden ser objetivas y ayudarnos a analizar la situación desde una mejor perspectiva.
    Respecto al cuento "Sólo vine a hablar por teléfono", creo que plasma de muy buena manera la exploración de temas de identidad, cordura y la línea borrosa entre la realidad y la ilusión, todo ello tejido con el estilo único y la maestría narrativa característica de García Márquez, uno de mis autores favoritos por cierto. Recomiento también el libro "Los renglones torcidos de Dios" de Torcuato Luca de Tena, que si bien no trata de lo mismo, la narrativa del manicomio es similar.
    Por último, al hablar de este tema me es imposible no recordar pacientes que he atendido, los cuales de manera activa tratan de esconder su enfermedad porque creen que el mundo los mirará distinto. Una paciente en particular, adolescente de 16 años, con un cuadro de alucinaciones visuales y auditivas que simplemente dejó de asistir a controles porque se negaba a creer y a contarle incluso a sus hermanas que pudiera sufrir esquizofrenia u otra patología. Para ella era más fácil negárselo a sí misma, con el sufrimiento que eso implica, antes que aceptar tratarse y pedir ayuda.

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    1. Si, el autoestigma que mencionan los textos lo vemos a diario. En este momento tenemos un paciente en la Unidad de Paciente Agudo que tiene 38 años y su padres que son adultos mayores, ya preocupados por la parte económica solicitan que tenga una pensión pero el paciente llora y me dice que él no quiere porque a la gente con "estos" diagnósticos los tratan mal. Él es un paciente con un diagnóstico de TAB hace 20 años aprox y siempre se ha negado a su diagnóstico y le ha solicitado a sus tratantes bajar la medicación, probablemente porque no quiere ser discriminado.

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    2. Hola Gabrielas, es angustiante ver cómo les afecta a los pacientes el estigma de una enfermedad, y más aún cuando esta no corresponde. En policlínico hemos visto a una paciente que mantuvo durante muchos años el diagnóstico de esquizofrenia, el cual se descartó (diagnóstico actual TEA), y como ya está registrado en su ficha clínica, cuando es evaluada por otras especialidades la consideran como paciente EQZ, a pesar de haber registrado una alarma emergente donde se indica que dicho dg ya no corresponde. Esto la afecta, mayormente cuando debe acudir a Urgencia e inmediatamente solicitan evaluación por psiquiatría, sólo por ese antecedente antiguo, y sin corresponder su motivo de consulta a patología de salud mental.

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    3. Para comenzar quiero mencionar el cuento de Gabriel García Márquez, y debo reconocer que al finalizar la lectura tuve que retomar los primeros párrafos porque no entendía como ella había llegado ahí y había estado tantos años sin tener una enfermedad, cómo nadie se había dado el trabajo de escucharla, llegué a pensar que me había saltado alguna parte de la lectura pero luego me di cuenta que no era así. Espero realmente que en la actualidad eso no ocurra, aunque pienso que muchas veces los pacientes no son escuchados o son estigmatizados por su apariencia en los servicios de urgencia o por sus antecedentes médicos o farmacológicos y se repiten patrones similares. Por dar ejemplos, en este momento se me vienen muchos a la mente, lo cual es lamentable. Hace muy poco tuvimos un paciente hospitalizado por intento suicida que se había lanzado a un camión, el paciente tuvo múltiples contusiones e iba a requerir cirugía y posterior evaluación por cirugía plástica, una vez estabilizado fue derivado a nuestro servicio donde evolucionó favorablemente desde el punto de vista psicopatológico pero requería continuar con su tratamiento quirúrgico, pero desde ese servicio el equipo de enfermería se negaba a recibirlo por sus antecedentes psiquiátricos. Era una completa discriminación, se estaban negando a prestarle la atención que necesitaba solamente porque tenía un diagnóstico psiquiatrico y les daba temor no poder manejarlo, finalmente luego de conversaciones entre jefaturas tuvieron que aceptarlo. Pero siendo profesionales de la salud me pareció vergonzoso ese tipo de actitudes, entonces que esperamos para los demás suponiendo que nosotros contamos con la información necesaria.
      Dentro de los dispositivos ambulatorios, me tocó al ingreso participar en un taller que realizaron sobre estigma y discriminación, era un taller enfocado en los usuarios. En este taller pude observar varias de las cosas que se mencionan en los textos por ejemplo el autoestigma, en estos talleres utilizaban las estrategias que se sugieren en las lecturas como el empoderamiento, la psicoeducación, el hacerlos participes de sus tratamientos. Acá a ellos se les enseñaba que significaba estigma y discriminación, conversaban en que situaciones habían sido víctimas de aquellos y reflexionaban sobre esto, las reflexiones eran variadas desde algunos que mencionaban que no les importaban porque ellos eran personas con X características independientes de su enfermedad como otros que aun tendían a ocultarse, pero lo interesante es que tanto usuarios como profesionales participaban por igual en las actividades, y pienso que eso es importante para romper esas barreras de estigmatizar a los usuarios.

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    4. Hola Gabriela coincido contigo y que bueno que hayas abordado el trabajo en equipo de los funcionarios tratantes, me parece fundamental que nuestra visión como pares sea similares , con un fin en común y así de esta manera poder otorgar una atención integral , centrada en la persona , con una intervención multidisciplinaria en donde aspiremos a mejorar la calidad de vida y la funcionalidad de las personas , proporcionando un espacio de acogida, confianza y desestigmatizacion.

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  6. Para comenzar quiero mencionar el cuento de Gabriel García Márquez, y debo reconocer que al finalizar la lectura tuve que retomar los primeros párrafos porque no entendía como ella había llegado ahí y había estado tantos años sin tener una enfermedad, cómo nadie se había dado el trabajo de escucharla, llegué a pensar que me había saltado alguna parte de la lectura pero luego me di cuenta que no era así. Espero realmente que en la actualidad eso no ocurra, aunque pienso que muchas veces los pacientes no son escuchados o son estigmatizados por su apariencia en los servicios de urgencia o por sus antecedentes médicos o farmacológicos y se repiten patrones similares. Por dar ejemplos, en este momento se me vienen muchos a la mente, lo cual es lamentable. Hace muy poco tuvimos un paciente hospitalizado por intento suicida que se había lanzado a un camión, el paciente tuvo múltiples contusiones e iba a requerir cirugía y posterior evaluación por cirugía plástica, una vez estabilizado fue derivado a nuestro servicio donde evolucionó favorablemente desde el punto de vista psicopatológico pero requería continuar con su tratamiento quirúrgico, pero desde ese servicio el equipo de enfermería se negaba a recibirlo por sus antecedentes psiquiátricos. Era una completa discriminación, se estaban negando a prestarle la atención que necesitaba solamente porque tenía un diagnóstico psiquiatrico y les daba temor no poder manejarlo, finalmente luego de conversaciones entre jefaturas tuvieron que aceptarlo. Pero siendo profesionales de la salud me pareció vergonzoso ese tipo de actitudes, entonces que esperamos para los demás suponiendo que nosotros contamos con la información necesaria.
    Dentro de los dispositivos ambulatorios, me tocó al ingreso participar en un taller que realizaron sobre estigma y discriminación, era un taller enfocado en los usuarios. En este taller pude observar varias de las cosas que se mencionan en los textos por ejemplo el autoestigma, en estos talleres utilizaban las estrategias que se sugieren en las lecturas como el empoderamiento, la psicoeducación, el hacerlos participes de sus tratamientos. Acá a ellos se les enseñaba que significaba estigma y discriminación, conversaban en que situaciones habían sido víctimas de aquellos y reflexionaban sobre esto, las reflexiones eran variadas desde algunos que mencionaban que no les importaban porque ellos eran personas con X características independientes de su enfermedad como otros que aun tendían a ocultarse, pero lo interesante es que tanto usuarios como profesionales participaban por igual en las actividades, y pienso que eso es importante para romper esas barreras de estigmatizar a los usuarios.

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    1. Hola Gabriela, comparto tu perspectiva sobre la importancia de escuchar y validar al usuario en su testimonio, evitando caer en situaciones como las descritas en el cuento de Gabriel García Márquez. Creo que, como profesionales de la salud, es crucial cambiar nuestro enfoque y concienciar a otras áreas del campo de la salud. Resulta desalentador leer la experiencia de tu paciente que finalmente logró estabilidad psicopatológica, pero es preocupante y muy agobiante que algunos profesionales hayan ejercido prejuicios y estigmas innecesarios.

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  7. Comentario Parte 1

    La extensa bibliografía para esta sesión, reafirma unos de las temáticas importantes que se han ido abordando en el curso: el cómo establecer una etiqueta frente a las personas que padecen una patología de salud mental conlleva a una exacerbación, mantención o mejora en cuanto a su funcionamiento en la sociedad, y como la estructura y apoyo social, pueden ser determinantes en la prevención y rehabilitación de estos individuos.
    En el documento de “estigma hacia los trastornos mentales: características e intervenciones”, se profundiza como el estigma en torno a la salud mental es un fenómeno complejo que afecta profundamente a individuos y comunidades. Las ideas de Goffman sobre la discrepancia entre la identidad social virtual y la actual arrojan luz sobre cómo las personas con enfermedades mentales enfrentan el estigma. La asociación de etiquetas y estereotipos con la patología mental lleva a percepciones erróneas por partes de la sociedad en cuanto a peligrosidad, debilidad e inutilidad, lo que genera una profunda desvalorización social. En cuanto a los distintos tipos de estigma me pareció interesante instruirme como por ejemplo el estigma internalizado es especialmente perjudicial, puesto que merma la autoestima, la autoeficacia y puede agravar los síntomas, impactando directamente en su calidad de vida. Me parece importante destacar como la familia también sufre las consecuencias, enfrentando discriminación y a menudo experimentando estigmatización en diversos aspectos de sus vidas, siendo que se debe cuidar e impulsar a la familia como primer motor de cambio e impulso en la rehabilitación de las personas.
    Entre otros puntos abordados, me parece preocupante como las mismas instituciones y las personas que las conforman pueden tener una consecuencia negativa tanto para las personas que padecen algún trastorno mental como a sus familias, lo que se ilustra en el estigma institucional. Aquí me quiero detener y hacer un símil con el cuento de Gabriel García Marquez, en donde se puede desprender como el solo hecho de estar en un manicomio, da por sentado que María está loca, nadie indaga más, hay estigma, poca comunicación y dificultad de conectar con los demás. Abordando como el estigma de que alguien esté en un sanatorio, da por sentado que de verdad tiene un trastorno mental, y como este estigma se refleja en la sociedad, a tal punto que el resto de las personas da por hecho que una persona tiene un trastorno mental, por estar institucionalizada. Esto puede influir en el acceso a tratamientos adecuados y en la manera en que se aborda la recuperación.
    Las estrategias que se proponen para abordar el estigma buscan empoderar a las personas afectadas y a su familia, a través de estrategias como la psicoeducación, el contacto interpersonal, que pueden tener efectos positivos, no obstante es fundamental que se implementen dentro de programas más amplios y sostenidos en el tiempo, con un robusto apoyo social que impacta directamente en la salud mental de las personas, como se aborda en el texto de “estructura social, apoyo social y salud mental”, donde el apoyo social juega un papel vital en la salud mental. Las provisiones instrumentales y expresivas provenientes de la red social (ya sea ayuda tangible o emocional) tienen una influencia significativa en el bienestar mental y emocional de las personas, impactando de manera positiva en ellas, su familia y comunidad.

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    1. Comentario parte 2

      A mi parecer que uno de los tópicos fundamentales de este curso es el abordado en la tesis doctoral con respecto a la Expresividad Emocional: “variables modificadoras de la asociación expresividad emocional familiar-recidivas en pacientes Esquizofrénicos”. El término “esquizofrénico” utilizado en el título resulta ambivalente con respecto a las temáticas abordadas en esta sesión, puesto que el tildar de “esquizofrénico” a una persona, ya trae consigo un estigma. No obstante la temática abordada en la tesis, me parece imprescindible para entender el rol de la familia como ente fundamental en el cuidado y relación que tiene con el paciente que tiene esquizofrenia u algún otro trastorno mental grave. Me pareció interesante como se aborda la relación entre la alta expresividad emocional y las recaídas, sugiriendo una especie de ciclo retroalimentado entre las conductas disruptivas del paciente y la respuesta emocional negativa de la familia. También como la EE pareciera estar condicionada por las características del paciente y su familia, más que por la intensidad de la enfermedad en sí misma. Según lo abordado acá, se tiende a establecer correlaciones directas entre la alta expresividad emocional de la familia y las recaídas del paciente. No obstante, me parece que esta generalización puede pasar por alto las variaciones individuales y los contextos específicos que podrían influir en las dinámicas familiares y la condición del paciente. Por lo que cabe preguntarse: ¿La alta expresividad emocional causa las recaídas o viceversa? La conexión entre la expresividad emocional y las recaídas podría no ser lineal ni unidireccional. Es importante destacar que, si bien el estrés familiar es un factor relevante, centrarse únicamente en él puede obviar otros aspectos, como el apoyo social y la interacción del paciente con el entorno más amplio, que también pueden influir en las recaídas.
      En cuanto al enfoque terapéutico, creo que es fundamental el centrarse en una intervención familiar: Mientras se reconoce la eficacia de la intervención familiar, creo que es esencial comprender mejor la diversidad de contextos familiares y la adaptabilidad de estas intervenciones a diferentes realidades familiares. Pienso que como profesionales de salud mental debemos orientarnos en responder a: ¿cómo se adaptaría esta intervención a diferentes contextos familiares o culturales?, dado que los enfoques terapéuticos pueden variar significativamente según la dinámica familiar, y es nuestro rol determinar los aspectos a intervenir en cada familia.

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    3. Comentario parte 3

      Al leer estos textos me ha hecho sentido como la EE se relaciona con los pacientes con esquizofrenia de más difícil manejo, que he podido ver en el CDT. He podido observar como familias, que tratan de reflejar preocupación, dedicación en el cuidado de los usuarios, han tenido peores experiencias en cuanto a la compensación de sus familiares. He podido darme cuenta como el hecho de criticar fuertemente el comportamiento del familiar con la enfermedad, incluso con actitudes peyorativas hacia éste, genera una relación familiar conflictiva constante, conllevando a un mayor número de recaidas que se evidencia en los reingresos de estos usuarios a los distintos dispositivos de la red, como la Unidad de corta estadía u Hospital de Día del Hospital Barros Luco. En cuanto al sobreinvolucramiento, he podido visualizar, como miembros de la familia, intentan “proteger” del mundo externo al individuo afectado, no dejando que participe en actividades sociales, aislándolo, sobreprotegiéndolo. Creyendo que de esta manera la persona se encontrará de mejor manera y se podría contribuir a su estabilización. Sin embargo, es aquí donde he podido darme cuenta de la mayor sintomatología negativa y afectiva que presentan los usuarios con esquizofrenia. Si bien, la familia se da cuenta de ello, pero persisten en esta dinámica como queriendo mantener esta homeostasis que los hace ser menos flexibles y proclives al cambio.
      Para finalizar, creo que el papel de los profesionales de la salud es crucial. La estigmatización proveniente de los servicios de salud puede perpetuar el estigma debido al poder social que representan. Es esencial que nosotros como equipo de salud mental, adoptemos posturas desestigmatizadoras y trabajemos para eliminar prejuicios y estereotipos en sus interacciones con los pacientes.
      En cuanto a la EE y su relación con las recaídas, es importante abordar estos hallazgos con cautela y reconocer la complejidad de los factores involucrados. Una comprensión más holística y menos estigmatizadora de las dinámicas familiares podría enriquecer significativamente las estrategias de intervención.

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    4. Concuerdo contigo Bernardo y también comentar que en una ocasión me toco abordar un caso, en donde existía una familia que se mantienen sobre involucrada, sobre protectora y dependencia con el paciente, pero a su vez y de manera inconsciente la preocupación de ambos padres, era para evitar abordar una dinámica en tensión, que mantenían en la relación matrimonial, a modo de ejemplo.

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  8. me gustaría comenzar mi comentario no centrado en los aspectos académicos con datos duros y relaciones conceptuales de los textos, sino de la lectura del cuento de Gabriel García Marquez, "sólo vine a hablar por teléfono", donde se nos expone cómo la falta de comunicación efectiva por nuestras concepciones pre hechas, llenas de prejuicio y consiguiente estigma entre los individuos, ya sea provenientes del personal de salud, quienes muchas veces por falta de interés, conocimiento y compromiso, así también de la comunidad y las redes de apoyo de los usuarios, representadas aquí por el esposo de la protagonista principalmente, pueden generar malas interpretaciones y juicios de valor errados, que nos llevan finalmente a tomar decisiones equivocadas con los pacientes, convirtiéndonos como comunidad entera en fuente de iatrogenia, faltando al principio fundamental de no hacer daño. Pero existiendo la esperanza de que basta con una persona que incluso tenga que ir a veces en contra del sistema, para poder generar el cambio, y pueda unir finalmente los cabos. Y como finalmente, en la medida que esta luz de esperanza llega tardíamente, nuestros usuarios pueden finalmente en este transcurso iniciar, o intensificar síntomas psicopatológicos, ver desvalorada su autoestima y fragmentada su identidad.
    Es así que esta lectura nos propone lo que los demás textos nos quieren mostrar, la importancia de considerar el prejuicio por parte de la comunidad, empezando no solo por la sociedad en general, sino también el efecto de las mismas familias y los agentes de salud en perpetuar estos aspectos y cómo una correcta concientización, educación y generación de red de apoyo eficaz, nos convierte en vez de generadores de prejuicio internalizado en el paciente, sino también de factor protectores, terapéutico y rehabilitador.
    Dentro las causales multifactoriales de recidiva en nuestros pacientes, como se expone en estos casos de aquellos con Dg. de EQZ, tenemos a la expresividad emocional de las familias con respecto a sus integrantes con dicho diagnostico, y cómo la pesquisa, intervención psicoterapéutica y apoyo psicosocial a estas familias, pueden mejorar esto índices de recidiva. Así también, es de importancia los determinantes sociales del macrosistema, teniendo a la situación socioeconómica del usuario como punto clave por haber mayor predisposición a factores estresantes ambientales y menor red de apoyo e inserción y bienestar de salud en aquellos usuarios de menos estatus.
    Con lo que finalmente, volvemos al concepto de la psiquiatría comunitaria que no sea solo para la comunidad y de la comunidad, sino CON la comunidad. Donde la participación activa de redes de apoyo psicosocial, pueden generar un mejor bienestar integral de nuestros pacientes. En lo personal como becada de psiquiatría infanto adolescente, nuestro quehacer se enfoca primordialmente en las familias y de estas en su comunidad de inserción, para nosotros los psicofármacos son solo una pequeña ayuda dentro de todo el espectro de intervenciones necesarias para producir cambios en las trayectorias de psicopatología de los pacientes. Como la generación de vínculos de apego seguro, una segunda piel que genere confort, un espejamiento lleno de respuesta afectiva positiva, con una exposición a factores positivos y apoyo durante las crisis normativas, por parte de las familias y cuidadores a los niños, así también como grupos de apoyo a estas familias, cargadas de estigma y estrés, pueden generar cambio.

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    1. Querida compañera de beca,

      Tu reflexión sobre la psiquiatría comunitaria resuena profundamente y resalta la esencia de una práctica no solo para o de la comunidad, sino con la comunidad. Al observar la psiquiatría comunitaria como un proceso colaborativo, no solo entre profesionales de la salud mental, sino también con las comunidades a las que servimos, se abre la puerta a una transformación más profunda y sostenible. La inclusión de las experiencias y conocimientos de la comunidad en la planificación y ejecución de intervenciones puede fortalecer la eficacia y la aceptación.

      Aplaudo tu compromiso con la construcción de un entorno que va más allá de la prescripción de medicamentos y se adentra en la creación de un tejido social que respalda el bienestar emocional de niños y adolescentes. Sigamos trabajando juntos para tejer una red de apoyo fuerte y comprensiva, donde cada intervención sea un paso hacia el cambio positivo y duradero.

      En relación con ello, pienso que debemos utilizar las redes sociales y la tecnología para derribar las barreras de la estigmatización y los prejuicios en las comunidades donde están insertos nuestros pacientes. Estas herramientas pueden ser fundamentales para difundir información, desterrar mitos y fomentar la comprensión. Implementar estrategias online puede ayudarnos a llegar a un público más amplio, derribando barreras físicas y sociales que a menudo contribuyen a la estigmatización.

      Sigamos explorando formas innovadoras de utilizar la tecnología para fortalecer nuestra conexión con las comunidades y construir puentes hacia un entendimiento más profundo y una aceptación más amplia de la salud mental.

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  9. hola carolina, con respecto a tu comentario y como colega, efectivamente los efectos del estigma internalizado son gravísimos, sobre todo si consideramos a nuestra población infanto adolescente, la cual es mas vulnerable, ya que de su óptimo desarrollo dependerá la formación de aspectos básicos y elementales de las personas, como la identidad, el autoconcepto y autoestima, lo cual tiñe finalmente todas las dimensiones del individuo y su forma de relacionarse con los demás. Por tanto, un diagnóstico, un estigma asociado, va en directa relación, al autoconcepto que desarrolle el paciente, donde finalmente el todo, su identidad, se ve influenciado primordialmente por el circulo social al que esté expuesto, por tanto un paciente con TEA (trastorno...), se considerará diferente a uno con CEA (condición..), un paciente esquizofrénico, a uno CON esquizofrenia, y así sucesivamente. Y con estos ejemplos, también quiero exponer, como bien dices tu, la importancia del lenguaje y la educación que generemos nosotros como agentes de salud.
    saludos compañerita.

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  10. Parte I
    ¡Hola a todos! Quiero comenzar mi comentario reflexionando sobre el cuento del escritor colombiano Gabriel García Márquez. La obra sugiere que la falta de comprensión y empatía puede llevar a la estigmatización de las personas con problemas de salud mental. Es un recordatorio de que, a menudo, detrás de las apariencias hay historias más profundas y complejas que merecen ser comprendidas antes de emitir juicios. La narrativa plantea preguntas sobre la fragilidad de la percepción humana y cómo la falta de comunicación efectiva puede contribuir al estigma y los malentendidos en torno a la salud mental.
    La historia reflexiona sobre la importancia de una comunicación efectiva y la necesidad de evitar juicios apresurados basados en la apariencia o el comportamiento superficial, que no solo afectan a quienes enfrentan desafíos de salud mental, sino que se extienden a diversos grupos marginados, incluidas personas LGBTQI, comunidades racializadas y migrantes. Leyendo el cuento y toda la literatura asignada para esta sesión me surgen varias preguntas: ¿Cómo podemos, como comunidad y profesionales de la psiquiatría, desafiar la tendencia de juzgar basándonos en apariencias superficiales y trabajar hacia una comprensión más profunda de las experiencias de aquellos que enfrentan múltiples formas de discriminación? ¿Cuál es nuestro papel en la psiquiatría comunitaria para abordar estos patrones de juicio y construir más espacios de apoyo inclusivos que reconozcan la complejidad de las identidades y experiencias individuales?
    Desde mi experiencia personal y profesional, puedo decir que la clave está en fomentar la conciencia sobre la diversidad de identidades y experiencias, capacitando a profesionales de la salud mental para abordar los sesgos y estigmas arraigados. También es fundamental promocionar políticas y prácticas inclusivas, así como aumentar el número de establecimientos o entornos donde las personas se sientan seguras al compartir sus historias sin temor a juicios. El servicio de salud de Talcahuano cuenta con múltiples dispositivos comunitarios; sin embargo, la infraestructura y su ubicación representan para muchos un problema. Los usuarios se sienten señalados por sus comunidades cuando los ven ingresando, lo que hace que pierdan su adherencia al tratamiento y participación en el centro comunitario. Más de un paciente en la consulta del policlínico me ha comentado que prefiere seguir sus controles en dispositivos lejos de su comunidad debido a la simple estigmatización y prejuicio que han experimentado a lo largo de su vida.
    La transformación real comienza con una auténtica autoevaluación de nuestros propios prejuicios y una disposición constante a aprender y evolucionar. Al desafiar los patrones de juicio, podemos contribuir activamente a la construcción de una psiquiatría comunitaria más inclusiva, donde cada individuo se sienta reconocido, respetado y apoyado en su viaje hacia el bienestar mental.

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  11. Parte II
    De la tesis doctoral rescato que en el complejo entramado de la salud mental, la familia emerge como un aliado terapéutico esencial, especialmente en sociedades donde se ha arraigado como el elemento comunitario básico para la rehabilitación de pacientes. La familia es el epicentro tradicional de la convivencia; la familia lo es todo. Sin embargo, este núcleo de apoyo no está exento de desafíos, especialmente cuando se enfrenta al estrés de vivir con alguien afectado por trastornos de salud mental. Pienso que, como agentes de cambio, la psiquiatría comunitaria desempeña un papel crucial al facilitar intervenciones que promuevan una expresividad emocional saludable. La comprensión y abordaje de estas dinámicas permiten no solo mitigar el impacto del estrés en la familia, sino también fortalecerla como un cimiento fundamental para el bienestar mental. La terapia, la educación y el fomento de estrategias saludables de afrontamiento son herramientas clave en este proceso de transformación, donde la familia no solo es importante, sino que se convierte en el pilar esencial para la sanación y la resiliencia en el camino hacia la salud mental.
    El breve pero contundente texto de Ana Barron resalta la necesidad imperativa de programas de intervención comunitaria para abordar las condiciones de vida que afectan negativamente la salud mental. Enfatiza la importancia de no solo optimizar el acceso a los recursos existentes, sino de abogar por la creación de nuevos recursos. Este enfoque va más allá de la atención individual y reconoce la influencia de las condiciones sociales y económicas en el deterioro de la salud mental. La llamada a programas que generen recursos y mejoren las condiciones de vida subraya la importancia de un enfoque holístico y comunitario para abordar las raíces sistémicas de los problemas de salud mental, buscando así un impacto duradero en el bienestar de las personas. Sin embargo, desde mi perspectiva, la política está centrada en otros intereses que dejan de lado el crecimiento de las comunidades y, por lo tanto, entorpecen la creación o proyección de programas que beneficien a nuestros pacientes con problemas de salud mental.
    Quiero culminar con el artículo de Mascayano, donde aborda la importancia de nuestro rol como profesionales con la comunidad y la familia. Simplemente, somos influyentes sociales, verdaderos agentes de cambio. Creo que, en el delicado tejido social, el estigma que envuelve a la salud mental actúa como una sombra que oscurece las vidas de aquellos que luchan con desafíos psicológicos. Este estigma, a menudo invisible pero tan penetrante como un viento frío, perpetúa la marginación y la discriminación, creando barreras que son más difíciles de superar que las enfermedades mismas. No es simplemente un concepto abstracto; es una fuerza tangible que nubla la percepción y, en última instancia, limita la capacidad de las personas para buscar ayuda sin miedo al juicio. Desafiar el estigma no es solo un llamado a la empatía, sino una urgente demanda de justicia social. Es hora de deshacernos de las etiquetas que pesan sobre la salud mental y abrazar la verdad: la fortaleza radica en la vulnerabilidad, y la curación comienza cuando levantamos el velo del estigma para revelar la humanidad que yace detrás de cada batalla interna. En este viaje hacia la aceptación y la comprensión, cada palabra, cada acto de resistencia contra el estigma, se convierte en un paso hacia la construcción de un mundo donde la salud mental no sea un motivo de vergüenza, sino un faro de compasión y apoyo mutuo

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  12. Es interesante y aclarador el tema sobre estigma y discriminación en personas con discapacidad mental.
    En general las personas con esta discapacidad no son agresivos, pero los que son se hacen notar más, y por estos casos se reforzó la necesidad de aislamiento, con tratamiento reduccionista y una invisibilizacion de la sociedad. Todo esto reforzado por los medios de comunicación en dónde se destacan los hechos negativos reforzando con ello el temor de la población hacia estos pacientes.
    Es loable es esfuerzo que se ha hecho por mostrar esta realidad con estudios científicos, en dónde se estudian las posibles causas de la enfermedad, mejorando los esquemas de tratamiento, favoreciendo la des institunalizacion de los pacientes, promoviendo el trabajo con la familia y la reinserción social. Quierasmolo o no estos pacientes son parte de la sociedad. Esto me trajo a mi memoria los discapacitados físicos que antes de la Teletón eran totalmente invisibilizados.
    La importancia de la funcionalidad en la familia o el lugar donde llegan estos pacientes es básico para su estabilidad y disminución de sus crisis, demostrando con ello de un trabajo mancomunado, debemos tener en cuenta que las sociedades van evolucionando y ella la comunidad.
    Ante todo esto me surgen las siguientes preguntas:
    Qué entendemos actualmente por comunidad?
    Actualmente existe real participación de la comunidad?
    Las organizaciones extramurales son representativas sea la comunidad?
    El saber profesional hablará de igual a igual con el saber ancestral o comunitario?

    El cuento de Gabriel García Márquez muestra una realidad de esa época, dónde estos pacientes no tenían derechos,; esto me hizo recordar un libro que leí hace muchos años. " juicio a la psicoterapia" , dónde se describía la cruel realidad del sistema de salud mental en los Estados Unidos , dónde estos pacientes no eran escuchados, a veces con internaciones forzadas y sin un diagnóstico claro o a veces internaban personas sanas.

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  13. Respecto al cuento de Gabriel García Márquez es un cuento breve pero intenso, donde se usa un lenguaje sencillo y directo para contar una historia compleja. El cuento explora temas universales como la comunicación, la soledad, la alienación y la libertad, y puede interpretarse como una crítica a la institucionalización psiquiátrica y a cómo la sociedad, en ocasiones, malinterpreta o etiqueta erróneamente a las personas. La historia plantea preguntas sobre la autoridad médica y la validez de los diagnósticos psiquiátricos. Como comenté más arriba, una paciente ha tenido que cargar con un diagnóstico erróneo desde hace al menos 5 años, que se encuentra registrado en la ficha clínica, y que a pesar de ya haberse desestimado, sigue apareciendo en su registro.
    Me parece clave, que los profesionales de la salud mental desempeñemos un papel en la lucha contra el estigma, colaborando activa y estrechamente con movimientos asociativos de usuarios y usuarias, además de generar conciencia en los otros equipos de trabajo que no se dedican a salud mental, donde la discriminación es muy frecuente. Aunque trabajar en la conciencia de la enfermedad y la adhesión al tratamiento es esencial, existe la preocupación de que esta implicación pueda aumentar el estigma, especialmente para los psiquiatras, dada la naturaleza estigmatizante de la psiquiatría tradicional. Por lo tanto, se necesita un enfoque colaborativo y multidisciplinario para abordar el estigma y mejorar el acceso a la atención en salud mental. Una estrategia efectiva para respaldar a las personas con trastornos mentales y fomentar una vida ciudadana activa es facilitar la interacción y los contactos sociales. Esto implica promover formas de interacción y trabajo en común, así como integrar a personas con problemas de salud mental en la vida cotidiana.
    Las actitudes sociales negativas hacia las personas con enfermedades mentales pueden incluir estereotipos como peligrosidad, extrañeza e impredictibilidad, dificultad de relación e incapacidad para manejar su vida, creencia de incurabilidad y atribución de responsabilidad y "culpa" sobre lo que les sucede. Estos estereotipos pueden estar asociados con sentimientos de miedo, rechazo y desconfianza.
    La participación activa de los movimientos asociativos de familiares y personas afectadas también es esencial, desempeñando roles normales para cambiar percepciones y emociones, interactuando en contextos diferentes a los estereotipados. Destaco la necesidad de desarrollar intervenciones coordinadas y planificadas para mejorar las actitudes sociales y abordar las discriminaciones hacia aquellos con trastornos mentales graves. Estas intervenciones buscan contribuir a la desestigmatización y aumentar la tolerancia social hacia la diversidad. En conjunto, tanto la colaboración entre profesionales de la salud mental y movimientos asociativos como la implementación de estrategias que fomenten la interacción social son componentes esenciales en la lucha contra el estigma y la promoción de la salud mental. En mi experiencia como becado, cada semana se realiza una reunión multidisciplinaria del equipo de Trastornos Mentales Severos (TMS), donde se abordan casos en conjunto con psiquiatra, enfermera, psicóloga, trabajadora social y terapeuta ocupacional y es increíble ver el compromiso que hay en el equipo con cada usuario, no sólo desde una mirada biomédica, sino con un enfoque biopsicosocial.

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  14. Hola Tania! Me pasó lo mismo que tú, también tuve que leer el cuento, yo lo hice el año pasado en el internado de psiquiatría, pero nunca le di un significado como ahora. Al relacionarlo con es concepto de estigma, le pude dar una mayor comprensión al mensaje del cuento. Es super preocupante lo que el estigma instirucional trae consigo, el hecho de que María haya llegado por accidente al sanatorio, por esto ya es estigmatizada como una persona, sin opinión, sin derechos, dependiente totalmente de la institucionazlicación. El como los profesionales no fueron capaces de relaizar una nueva anamnesis, revisar más en detalle el porqué estaba ahi. Sólo la tildaron de "loca" y que necesitaba medicamentos, por el solo hecho de estar ahí. Esto en alguna medida se visualiza en el marco institucional de hoy en día, lo cual es lamentable, sin embargo siento que se ha ido avanzando en poder ir dejando de lado lo que conlleva el estigma, al ir fortaleciendo la red de salud mental y favoreciendo la reintegracion de las personas a la comunidad. Otro punto que me pareció interesante de tu comentario fue los ejemplos que diste de acuerdo a tu experiencia. Se ha hecho común ver a familias con alta expresividad emocional y como el hecho de centrarse en la crítica, sobreinvolucramiento en el familiar que tiene patología mental, se merma su autoconfianza, autoestima y capacidad de agencia, lo que favorece a recaidas y mayor disfuncionalidad de los usuarios. Siento que muchas veces las familias no se dan cuenta de ello y las consecuencias nefastas que tiene, tanto para ellos como para el usuario. Es por esto que nuestro rol como futuros psiquiatras es visualizar estos aspectos y poder encontrar la forma de intervenir para que estas familias se tornen más susceptibles y flexibles al cambio. Saludos

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  15. Con respecto a la lectura del cuento de Gabriel García Márquez veo a todos los personajes están bien ubicados y bien representados en este drama de la vida real de nuestro paciente sufridor psíquico.
    Por circunstancias de la vida podemos estar en el lugar equivocado y el momento equivocado y ser confundidos y por ende estigmatizados por siempre.
    En nuestra sociedad la importancia que se da a un diagnostico psiquiátrico es relevante si somos del equipo de salud,; si me pongo del lado de la familia es catastrófico a nadie le gusta lidiar en su entorno mas cercano con alguien con un diagnostico psiquiátrico ; , si lo veo desde punto de vista social es incomodo lidiar con personas con estos problemas , y si lo enfoco desde punto vista del paciente es lapidario ya que me puede llevar a la anulación como persona, sino tengo fortalece de espíritu y buena red de apoyo.
    Como equipo de salud Vale la pena ser tan rígido y encasillar a un paciente con patología psíquica?
    Como familia somos lo suficiente mente comprensivos con nuestro entornos mas cercano.?
    Como sociedad toleramos la diversidad mental?
    Creo que nuestro éxito estaría en nuestro equilibrio juzgar menos , comprender y aceptar a los demás.

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  16. Me gustó mucho conocer e informarme más acerca del estigma hacia los trastornos mentales, y de todas las aristas que conlleva este complejo concepto, que abarca desde multiples áreas, desde el autoestigma, el estigma familiar, el institucional y el público, y todas las consecuencias y sufrimientos que esto genera en las personas desde distintos angulos. Estoy de acuerdo con que actualmente el estigma hacia la enfermedad mental es una prioridad dentro de la salud pública, razón por la cual se justifca y se requiere de una inversión contundente tanto por parte de las autoridades como de la comunidad en conjunto. Además, considero que es muy importante combatir el estigma en nuestras instancias sociales cotidianas del día a día, psicoeducando a las personas en cosas tan pequeñas como que no corresponde usar ciertos diagnósticos de patologías psiquiátricas como adjetivos tipo: “que bipolar eres”, o una especia de tendencia en las redes sociales que hacen videos y dicen “en mi momento más esquizofrénico”, y concientizar del daño que generan estas expresiones. Es importante que seamos agente des-estigmatizadores no solo en el box clínico, si no que en todas partes, y logremos ir acabando con el estigma que tanto daño hace a las personas.
    También consideré muy enriquecedora la tesis de alta expresividad emocional familiar, ya que es algo que he visto bastante en las familias de usuarios, lo cual nos entrega otro target en los procesos terapéuticos, convirtiendo a la familia en un aliado y no en un factor de descompensación del paciente, que perpetua y empeora la enfermedad y las recaídas.
    Respecto al cuento, son increíbles las malas condiciones del sanatorio y como María es etiquetada y estigmatizada, prácticamente destruyendo su identidad y su humanidad, atentando contra sus derechos de manera reiterada. Me genera mucha tristeza que esto no haya sido solo un cuento, si no que personas hayan vivido situaciones y condiciones similares en el pasado. Espero que no se repitan estas condiciones en el presente y que podamos reparar con nuestras acciones futuras el pasado herido de muchas víctimas de situaciones así.

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    1. Me resulta muy interesante tu comentario. Sin lugar a dudas el estigma es la gran piedra que deben acarrear día a día nuestros pacientes. Recuerdo varios pacientes preocupados por elementos referentes a pistas que puedan evidenciar que tienen algún trastorno psiquiátrico. Pacientes preocupadas por el temblor de manos que les causa el litio, y que de ser evidenciado, esto lleve a que sus colegas de trabajo sepan que tiene un trastorno afectivo bipolar. Pacientes preocupados porque en la licencia médica aparezca el diagnóstico de base que motivó su emisión, y que esto ponga en conocimiento a su empleador sobre su condición. Así como pacientes con un fuerte auto-estigma, que se resisten a iniciar tratamiento con litio en cuanto a que manifiestan "eso es para gente que está realmente loca, si yo llegara a tomar eso, siento que habría tocado fondo; no quiero llegar a eso". Son varios los ejemplos de cómo el estigma hacia la patología psiquiátrica limita fuertemente la vida cotidiana de nuestros pacientes, cosa que no se replica con las enfermedades somáticas (creo jamás haber escuchado que a alguien se le invalide su opinión por "ser un diabético", o que se le prive de ser autónomo por "ser un dislipidémico").

      Y con respecto a lo que refieres sobre el cuento de García Márquez, me recordó bastante a la anécdota relatada en uno de los textos de Habilidades sobre el constructivismo. En pocas palabras, contaba cómo una persona común y corriente que estaba esperando para visitar a un familiar en un Hospital Psiquiátrico, fue trasladada en ambulancia hacia otro hospital al confundirla con una paciente, frente a lo cual, lógicamente, respondió agitándose y tornándose agresiva; conducta que fue interpretada como gatillada por su supuesta psicopatología, bajo la suposición de que tenia un trastorno psiquiátrico. En base a estos ejemplos me resulta curioso pensar en cuánto de la conducta de los pacientes institucionalizados es realmente gatillada por su patología psiquiátrica, y cuánto de esa conducta es generada por las mismas condiciones paupérrimas en que se vive en dichos recintos. Tal vez nosotros, al igual que María o que la señora que fue confundida por paciente, si estuviésemos encerrados en un manicomio terminaríamos igual de desajustados y defectuales que los propios pacientes "descompensados" que allí residen.

      Saludos.

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    2. Maria Cristina, estoy de acuerdo lo importante que es mantener nuestro rol como agentes des-estigmatizadores, y como lo habíamos mencionado en nuestra primera sesión, lo importante que es no usar las etiquetas en las personas que atendemos. Esta tan interiorisado en nosotros mismos, que hasta entre colegas ocurrén bromas al respecto y contribuyen a perpetuar el estigma. Eso si, destacó el profundizar en las estrategias que proponen los distintos autores para combatir el estigma, de cierta forma nos entregan más herramientas para saber como y hacia donde aportar nuestra energía y participación en nuestro rol.
      Respecto a lo comenta Nicolas, también, me ha pasado que muchas personas con solo escuchar un diagnostico asumen aspectos negativos popularizados o asociados a ciertas enfermedades mentales, y más aún, estas personas que no quieren iniciar tratamiento o consultar por que eso "es para personas locas", y comparto tu reflión en cuanto a otras patologías médicas en las que jamás se cuestiona el hecho de ser hipertenso. En respuesta a esto, en el video el profesor Benedetto comentaba que parte de la lucha que quizas deberíamos hacer, es seguir incluyendonos dentro de la salud publica y consideradas las patologías de salud mental, como patologías crónicas, de la misma forma, de esta forma igualar en parte esta comparación.

      Respecto al relato, sin duda angustiante el proceso que vive María, que ejemplifica una realidad de esos años, lo increible que eran estos sanatorios, la falta de empatia o de escucha, viendo a la persona como un sujeto sin ningun derecho (en este caso, nisiquiera oportunidad de duda). Concuerdo con la reflexión de Nicolás, donde en estos ejemplos, al parecer lo más "cuerdo" o respuesta normal, es agitarse y darse a entender "lo que seria parecer un loco" o finalmente, volverte loco.

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    3. Me parece muy interesante María Cristina lo que comentas y lo comentado por los colegas, en cuanto a nuestro rol como agentes des-estigmatizadores no solo en el ámbito clínico con nuestros pacientes, sino también en el día a día, y debo agregar también que también con otros profesionales de la salud. Las redes sociales pueden ser beneficiosas como medio para difundir material de psicoeducación cuando está en manos de profesionales o de personas que sufren determinado trastorno, como he visto por ejemplo de usuarios que tienen TEA y quieren educar a los demás al respecto, pero en manos no expertas, es decir, puede ser también una herramienta de difusión de estereotipos discriminatorios.
      También me ha ocurrido con frecuencia ver como están asociados los estereotipos negativos con determinados diagnósticos, además de los trastornos psicóticos también otros como el TOC, los trastornos de la conducta alimentaria, los trastornos de personalidad. Esto genera que tarden mucho tiempo en consultar por miedo al estigma, retardando el inicio de tratamiento. Por dar algunos ejemplos que he visto, en el caso del trastorno de personalidad borderline, por lo que he visto es un diagnóstico que es altamente estigmatizante al ser un diagnóstico referido a lo "estructural" y por ende visto como incurable y "sin remedio", y ante discusiones familiares sean tratados de "loco/a" lo que es altamente perjudicial para ellos y ellas. Sobre el trastorno de conducta alimentaria, es visto por familiares o la gente en general como "causado voluntariamente" y por lo tanto ante la falta de mejoría visto por los familiares como que "el o la paciente no quiere cooperar", cuando la alta expresividad emocional a nivel familiar también está jugando un rol en la falta de respuesta a tratamiento.
      Es habitual en la práctica clínica ver los efectos deletéreos de la alta expresividad emocional, y como mencionan es un factor que se debe detectar e intervenir.

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  17. Disfruté bastante leyendo la bibliografía asignada para la presente tarea, sin lugar a dudas, el estigma asociado a los trastornos de la salud mental es un tema frecuente en al día a día de nuestros pacientes y que, además, se interrelaciona estrechamente a los contenidos vistos en sesiones anteriores, en particular, a los textos que analizamos con respecto al peso que traen consigo las “etiquetas diagnósticas” y todo lo que estas acarrean.

    Curiosamente, en el área de la salud mental ocurre algo que no pasa en el resto de la medicina: existe una fuerte tendencia a denostar a quien requiere ayuda por problemas en esta área, una propensión de la población general a anular los derechos de estos pacientes, mirándoselos en menos y viéndolos como personas menos válidas sólo por poseer un diagnóstico de la esfera de la salud mental. Esta tendencia, lamentablemente, se extiende a nuestro rubro de la salud, tal como hemos escuchado en comentarios de compañeros en las sesiones anteriores, en reiteradas ocasiones son los mismos dispositivos de atención en salud y el personal que allí trabaja los que reviven este estigma hacia nuestros pacientes, considerándolos como “los pacientes cacho”, “los pacientes que nadie quiere ver”, “los pacientes cuyo discurso se puede desestimar en vista de su diagnóstico”. A mi parecer, esta es una situación sumamente peligrosa, sobre todo si tenemos en cuenta la fuerte aversión que suele tener el personal sanitario no especializado en salud mental hacia el tratar patologías referentes a esta área; esto debido a que los pacientes psiquiátricos están en todo su derecho de presentar la misma gama de patologías somáticas que presentan los pacientes comunes y corrientes, no obstante, abundan las historias sobre pacientes con diagnóstico de trastorno por crisis de pánico, trastorno de personalidad o esquizofrenia, entre otros diagnósticos, que presentaron algún síndrome coronario agudo o abdomen agudo, que simplemente se desestimó en el servicio de urgencias porque “este paciente es psiquiátrico, probablemente está exagerando” o porque “a este paciente no hay que pescarlo, si está loco”.

    Si bien me parece sumamente triste y frustrante que el mismo sistema que está encargado de velar por el bienestar y la salud de la población, le niegue este derecho al paciente psiquiátrico, las brechas asociadas al diagnóstico psiquiátrico y el estigma que este conlleva no se restringen sólo a este ámbito. Dificultades para encontrar trabajo, problemas para ser validado como un ser humano autónomo y digno de confianza dentro de su familia y entre sus pares, la desinformación perversa respecto a su condición llevada a cabo por los medios de comunicación sensacionalistas. Sencillamente, hay un sin número de limitaciones a las que debe sobreponerse una persona que porta una de estas “etiquetas diagnósticas” si es que desea llevar una vida normal como todos nosotros. No sólo debe esforzarse y poner de su parte por adherir al tratamiento y lograr el control sintomático de su cuadro psicopatológico, sino que además debe luchar (y junto a él, su familia en cuanto a principal red de apoyo) con todas estas murallas que como sociedad edificamos entre nosotros y ellos; segregándolos como si de parias se trataran.

    (Continúa)

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    1. Sin lugar a dudas, el estigma es un tema que urge abordar activamente dentro de nuestros planes terapéuticos; tanto a nivel macro, por dar un ejemplo, explicitando lineamientos con respecto al tipo de intervenciones a incorporar a través de un plan nacional de salud o de una norma técnica que aborde estas temáticas; como a nivel micro, incorporando nosotros como psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales, terapeutas, etc, estrategias dirigidas hacia la reducción del estigma dentro del plan de tratamiento integral que buscamos ofrecer. En este sentido, las intervenciones que mayor beneficio han demostrado serían aquellas intervenciones dirigidas al compartir y convivir con pacientes psiquiátricos. Tal vez si existiera una alternativa de talleres comunitarios, ya sea que involucraran trabajos o actividades recreativas, en las que participaran indistintamente pacientes psiquiátricos y pobladores comunes y corrientes, podría ser una vía para intentar reducir el estigma a nivel de esa comunidad en particular. Mucho mejor aún si esto se acompaña de programas psicoeducativos dirigidos a elementos claves de la sociedad (por ejemplo, las familias o grupos primarios de apoyo, los empleadores, figuras clave de la comunidad, encargados de los medios de prensa, etc). Y, finalmente, en el marco del modelo comunitario, una medida que aporta sustancialmente a la reducción del estigma es la desinstitucionalización de los pacientes psiquiátricos en cuanto a que el manicomio, figura aterradora y siniestra en la cosmovisión popular, sólo contribuye a reforzar la idea del paciente psiquiátrico como un ser incurable, impredecible, peligroso y que debe ser extirpado de la sociedad y puesto en custodia, alejado del resto de la población. En este sentido, potenciar la presencia de dispositivos de atención en salud insertos en la comunidad y dejar las opciones de atención cerrada como la última opción, sin lugar a dudas contribuye a combatir la visión del paciente psiquiátrico como un “otro distinto y peligroso”, ya que, al tener sus controles y atenciones en un lugar mucho más ameno, menos atemorizante y más insertado en la comunidad, resalta menos como un ser extraño y diferente al resto de la comunidad.

      Finalmente, si bien la mayor parte de mi comentario se centró en torno a la temática del estigma en salud mental, no quisiera dejar pasar la oportunidad de referir algunas palabras a la tesis sobre la expresividad emocional, en cuanto fue la lectura que más disfrute de esta quincena, y la que sentí más ilustrativa y patente en mi práctica clínica habitual. Ya en el ramo de Habilidades Básicas del Médico Psiquiatra desde la Perspectiva Sistémica hemos analizado la importancia de entender al paciente situado en su contexto y, dentro de este, en relación a su sistema familiar. De la mano de este proceso, siento que el leer con respecto a las familias de alta expresividad emocional calza perfectamente con el camino ya pavimentado a través de dicho curso, en cuanto a que este tipo de familias abundan entre los pacientes que veo día a día en el CDT.

      (Continúa)

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    2. Sin ir más lejos, me hace pensar en un paciente que vi el pasado viernes. Un paciente complejo, con un diagnóstico de trastorno esquizoafectivo junto a un trastorno por abuso de sustancias, el cual ha rotado por períodos de leve mejoría y fuertes recaídas. Si bien en varios controles anteriores, el tema de su familia de origen (con quienes conviven en la misma casa, ya que él, su pareja y sus 3 hijas viven en una pieza pareada al resto del hogar) nació como un elemento descompensante, al centrarme en los aspectos más concretos del control y la parte “más médica”, nunca me había dado el tiempo de indagar a fondo en cómo era esta dinámica familiar disfuncional que él me refería. No obstante, en este último control acudió este paciente junto a su pareja en una evidente crisis, y procedimos a discutir en detalle el tipo de relación que se daba dentro de su hogar. Es así como los contenidos leídos en la tesis iban emergiendo mientras los escuchaba hablar: la presencia de figuras paternas sumamente críticas hacia el paciente, la constante afectividad negativa que imperaba en la casa, la relación temporal entre los períodos de mayor estrés y sus descompensaciones, el cómo había mejorado su cuadro en los breves períodos en que había logrado irse de dicho hogar junto con su pareja, y el cómo en respuesta a los períodos de mejoría del paciente eran sus propios familiares los que lo saboteaban (en particular la madre, que se arrojaba fuertemente al alcohol, tornándose más crítica y disruptiva con el paciente). Es a raíz de este ejemplo que pretendo ilustrar cómo hay toda una esfera de elementos que a veces por tiempo no consideramos en los controles, pero que sin lugar a dudas impactan en la salud de nuestros pacientes, y que, como en este caso, podrían explicar una refractariedad al tratamiento.

      Si bien siento que en este momento cada vez logro identificar más este tipo de factores en los pacientes que veo y sus familias, sigo sintiendo que hace falta el paso siguiente, referente al como intervenir estas variables tras identificarlas. Espero que con el pasar de la beca, ya sea en este curso o en algún otro, pueda ir adquiriendo las herramientas necesarias para entregar una atención lo más integral posible.

      (Fin)

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    3. Hola Nicolas.
      Me parece muy interesante tu aporte a la discusión respecto al tópico del estigma sobre como efectivamente ojala fuera anecdótico pero no es una lucha el cómo el resto del equipo de salud incluso de desentiende y desliga de la atención de "usuarios psiquiátricos” donde si bien aun falta mucho al respecto, son competencias y conocimientos que al menos en medicina se nos entrega en el pregrado, pero a mi parecer la mayor parte no tiene que ver con falta de conocimientos sino con el estigma y el prejuicio asociado a los usuarios, lo cual influye negativamente en el inicio del acceso de estos al sistema de salud que es la APS. Esto ya que generalmente son consultas en hora de morbilidad con medicina general, donde me toco ver en mi experiencia como EDF, que si no “tenían la suerte de que le tocara un medico que fuera afín a la salud mental” ni siquiera era adecuadamente evaluado para ni siquiera descarte de otras situaciones, siendo derivado de inmediato al programa de salud mental, lo cual claramente favorecía la rápida saturación del programa con la correspondiente lista de espera lo cual suena impensado para un CESFAM pero esa era la realidad y al momento de lograr ser atendido muchas veces me tocaba ver situaciones que ni siquiera eran relacionadas a salud mental o que podrían haber sido abordadas al menos inicialmente por el resto del equipo, lo cual es un claro ejemplo del estigma y prejuicios que influye negativamente en nuestros usuarios.
      Ahora el punto que tocas respecto al de la Expresividad emocional me parece muy acertado ya que efectivamente es un tema que si bien es bastante presente no es abordado de la manera adecuada como un elemento muchas veces clave en la “mala evolución o refractariedad”. Ahora un punto que me gustaría agregar es que si bien mencionas y comparto que seria ideal poder contar con mas herramientas como profesionales médicos, creo que esto es y debería ser un trabajo de todo el equipo multidisciplinario, el cual muchas veces ya en su formación inicial cuenta con muchas y diferentes herramientas para poder realizar aporte en esto y a mi parecer debería ser una tarea clave en las visitas domiciliarias realizadas por el equipo ya que muchas veces, si bien es necesario, a veces no pasa por lo farmacológico sino por este tipo de trabajo con las familias, los usuarios y la comunidad, el cual debe ser tarea de todo el equipo, el cual puede y debe aportar en las intervenciones necesarias a los usuarios como parte del manejo integral que mencionas.

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  18. PARTE 1

    Me pareció muy interesante e importante los temas que se abordaron en esta sesión con las múltiples lecturas al respecto. Creo para partir que el estigma es un tema que si bien todos sabemos o conocemos que existe a veces lo evadimos ya que tendemos a externalizarlo y no hacernos cargo en quizás no solo como “cómplices” sino en agentes que pueden intervenir en esta en favor de nuestros usuarios. Dentro de las lecturas uno de los puntos que llamo mi atención profundamente respecto a este primer punto es donde se mencionaba que “el miedo al diagnóstico” y “lo que los otros pudieran pensar “, eran de las principales justificaciones mas utilizadas para evitar la solicitud de ayuda al sistema de salud mental. Y esto me impacto ya que ni siguiere estamos hablando de usuarios ya con patologías de salud mental comunes ni mucho menos complejas o graves, sino en que en la puerta de entrada o el acceso al sistema ya se vive muy profundamente y aun en el presente la carga del estigma la cual incluso impide la solicitud de primera ayuda o evaluación. Y es que como plantean las lecturas el estigma al definirlo como atributos de un individuo que le generan profundo desacredito y desvalorización social, son términos tan fuertes que incluso me llamaron la atención en como si bien hemos avanzado mucho como sociedad en tolerancia con muchos temas, aun nos falta mucho para lograr una real “inclusión”. Y es que ya anteriormente habíamos hablado acerca de la teoría del “etiquetamiento” y los riesgos que involucra este poder ya que pueden ir asociados a múltiples prejuicios y estigma sobre características como peligrosidad, debilidad e incluso inutilidad, lo cual claramente influye en nuestros usuarios. Y es que ya hemos visto como a diferencia de patologías CV nos parecería impensado que alguien dijera “es diabético”, pero si muy escuchado lamentablemente el “es esquizofrénico”, con todo lo que conlleva esta categorización en la sociedad o que usuarios con estas condiciones se desacredite su relato en servicios de urgencia al pensar que “es psiquiátrico debe estar exagerando o mintiendo”.
    Ahora un punto que lo veo día a día al realizar ingreso y controles junto a mi tutor en el CDT es el de evaluar si el usuario tiene “conciencia de enfermedad” lo cual como se plantea en el texto por un lado esta demostrado que favorece la adherencia a tratamiento, pero a la vez puede implicar un estigma aun mas acentuado. Al respecto se me viene a la cabeza una experiencia cuando participe en una pasantía por el Servicio de Psiquiatría y en una visita a un usuario que se iba a realizar una cirugía electiva, acude el equipo de Psiquiatría de Enlace a evaluar una interconsulta por el equipo tratante al respecto a “que medidas tomar con el usuario esquizofrénico”. Y es que esto genero en mí y en el equipo un profundo malestar dado el prejuicio y estigma asociado al usuario el cual era catalogado con un trato diferente solo por su condición y el equipo tuvo que realizar una intensa psicoeducación al equipo sobre como realmente manejar la situación y que se deberían tomar las medidas habituales como con cualquier usuario que se operaria y no “tenerle miedo a que se descompensara y se pusiera agresivo”.
    Ahora respecto al tema del estigma me llamo mucho la atención las medidas que se plantean podrían ser útiles para poder afrontarla y donde claro se pensaría que las medidas de protesta o educación breve seria útiles que es lo que uno ve se ha hecho y se hace pero donde al parecer la evidencia no demostraría un real o profundo impacto sino medidas como el contacto social, es decir que la sociedad pudiera interaccionar con los usuarios como iguales y así poder generar un cambio en el trato y mirada hacia estos, al igual que programas de “empoderamiento personal” y la terapia cognitiva conductual como medidas útiles, y esto es creo evidencia que debería generar cambios en como abordamos la “psicoeducación” hacia medidas que realmente tengan impacto.

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    1. PARTE 2

      En relación con esto último es que el concepto de apoyo social definido por los autores como “provisiones instrumentales y/o expresivas, reales y percibidas, aportadas por la comunidad, redes sociales y amigos íntimos” es otra poderosa herramienta que incidiría de manera positiva en el bienestar psicológico de los usuarios. Y es que fue muy interesante el ver como se planteaba el efecto que podría tener a través del efecto directo y amortiguador en los usuarios. Y es que conectado con esto resulta incluso sorprende ver como la salud mental plantea ya problemas devenidos por la enfermedad en sí y como también secundario al estigma. Y con relación a esto fue muy interesante el cuento de Gabriel García Márquez ya que es un claro ejemplo del estigma al que fue sometido María y los prejuicios en contexto de un hospital psiquiátrico y los factores que fueron perpetuando su prejuicio y estereotipos negativos como incluso por su género.
      Ahora el otro punto muy interesante abordado fue el de la Expresividad emocional (EE) el que muchas veces había tenido la oportunidad de leer en fichas incluso fuera del área de la psiquiatría, donde si bien el concepto teórico aboga por las manifestaciones de estrés sobre el clima emocional familiar lo que genera critica, sobre implicación y hostilidad familiar, muchas veces se usaba simplemente como una categoría negativa sobre la cual nada se podía ser e incluso pasaba a ser anecdótico. Fue muy interesante el leer como si bien antes se analizaba en relación como probable factor etiológico, ahora se analizaba la influencia en la evolución de los usuarios sobre el riesgo de recaídas o descompensaciones. Y es que esto me pareció muy necesario de conocer el como se ha estudio que la EE y la medicación tienen efectos independientes y sumativos en la reducción de recaídas. Ya que la EE no es solo una característica inmutable y sobre la cual no se pueda hacer nada, sino todo lo contrario ya que si se abordan los puntos mencionados como la legitimación de la enfermedad, expectativas ajustadas, respeto y adecuadas reacciones emocionales se fue trabajar mucho con las familiar de los usuarios y estos para favorecer en su buena evolución y pronostico favorable. Y es que es necesario y fundamental el poder hacerlo a mi parecer ya que existe la evidencia de que la adición de un tratamiento psicosocial a la farmacoterapia induce un efecto beneficioso mucho mayor que el cambio de los antipsicóticos antiguos a los nuevos, lo cual me sorprendió al reflexionar al respecto ya que efectivamente podría ser una medidas mas costo efectiva sobre todo en países con menos recursos y que permitirían una mejor evolución, punto donde se plantea que un programa de real y efectiva intervención familiar seria lo mas beneficioso, y esto por supuesto que requiere cambios en la manera de hacer Psiquiatría Comunitaria para su real concreción y realización más allá de las jornadas psicoeducativas puntuales, ya que no es algo que haya que hacer sin razón, sino que es una intervención que puede y debe hacer todo el equipo multidisciplinario como parte fundamental de su tratamiento y no solo quedarse con la visión biomédica de tener expectativas demasiado altas en lo psicofármacos sino en el real trabajo en equipo con el usuario, su familia y la comunidad, lo cual podría traer grandes resultados.

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  19. Hola! Me pasa similar a lo que comentas, este último mes he visto en controles varios casos de pacientes que han tenido problemas en diversas áreas de sus vidas debido al estigma del diagnóstico de salud mental, el más reciente es de una paciente de 19 años que quiere valorar realizar una salpingoligadura ya que según lo que le ha dicho su familia "alguien como ella, con su diagnóstico no está en condiciones para ser madre y cuidar de otra persona", resulta doloroso y en mi caso indignante que ese tipo de comentarios vengan de su propia familia, entiendo que muchas veces viene de la preocupación, tal vez mal canalizada, pero han habido otros casos donde la misma familia sabotea el hecho de que se consigan trabajos o posibilidades de estudios; por supuesto sin contar los problemas que presentan en su incorporación a la sociedad de por sí. Creo que de las intervenciones propuestas una de las más importantes es la educación, siento que falta tanto en este tema, debiese ir de la mano con la participación social, hacer partícipes tanto a la comunidad como a nuestros pacientes. A veces me siento un poco desesperanzada pero si bajamos los brazos en los intentos no podremos ayudar a nuestros pacientes a tener una mejor calidad de vida y a dejar de temer o avergonzarse de tener un diagnóstico de salud mental

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  20. Hola buenas tardes , Estigma hacia los trastornos mentales:
    En relación a la importancia de todos los temas revisados para esta oportunidad decidí realizar un punteo con los puntos que a mi parecer fueron relevantes.
    Los textos en general hablan del estigma a la salud mental, sobre todo a los trastornos graves, existen creencias culturales difícil de eliminar ya que en ciertas ocasiones se refuerzan con los medios de comunicación: como que ciertas patologías, especialmente la esquizofrenia esta relacionada con mayor violencia, peligrosidad.
    Además se habla que incluso las mismas familias de los pacientes tiene ideas respecto a ciertos síntomas siendo mejor tolerados los síntomas positivos ( asociados directamente a la patología), pero no comprenden del todo los síntomas negativos, asociándolos mas la voludad , a flojera entre otras cosas.
    Se comenta además que existe la necesidad de educación, pero no tipo propaganda ya que esto no se ve un beneficio a largo plazo, incluso se comenta que en situaciones se ha capacitado a profesionales de la salud para utilizar ciertas herramientas para intervenir frente a las familias con Alta expresividad emocional y que estos no se desarrollan a largo plazo por ser estrategias no compatible con los modelos de trabajo que se llevan haciendo.
    Llama la antencion lo multifactorial y lo muldimensional que abarca el estigma que en gran medida para desde el diagnóstico asignado a una persona. Esto conlleva consecuencias negativas tano para la persona como a su familia.
    El cuento de Gabriel García Márquez refuerza la idea de la etiqueta, no había tenido la oportunidad de leerlo antes, pero increíble como se muestra de forma tan bien descrita las etapas de estigmatización, de creencias frente a una condición, a la perdida de libertad de la persona catalogada por enferma, la perdida de credibilidad de su palabra frente a las decisiones de su propia vida.
    También se comenta a Erving Goffman y su definición estigma, el etiquetamiento: clasificación y discriminación. Esto no se ve solo en la parte de salud mental sino también en grupos minoritarios.
    Como dije anteriormente me llamo la atención lo multidimenional de los niveles del estigma y por nombrar algunos de ellos están:1.Dificultad en la inserción social. 2.Relaciones de amistad. 3. Entorno laboral. 4 Ambiente escolar. 5. Adquisición de vivienda. 6.Estigma institucional y público. Y lo más llamatico fue el Autoestigma que se desarrolla.
    Me llamo la atención cuando se refieren a que adoptar una perspectiva causal neurobiológica puede aumentar el apoyo al tratamiento pero no necesariamente disminuye la estigmatización.
    Dentro de los distintos textos se hablan sobre diferentes estrategias de intervención: Programas que potencian los recursos personales de cada individuo.Promover relaciones más equitativas con profesionales, fomentar un rol más activo.Terapias de grupo. terapia cognitivo-conductual (TCC) para aumentar la autoestima, autoeficacia y reducir creencias negativas asociadas a la enfermedad. Intervenciones comunitarias: el papel del profesional como agente estigmatizador o desestigmatizador, la importancia de los medios de comunicación en la percepción del estigma.

    Relación entre estructura social, apoyo social y salud mental: de esta parte destaco que se de mención importante a que se debe abordar la complejidad de la salud mental mediante un modelo integrador. Que existe una necesidad de intervenciones que consideren factores individuales y sociales. Se enfatiza en la importancia del apoyo social y abogar por la construcción de sistemas adecuados de apoyo.

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    1. continuacion :
      Expresividad emocional y estrés familiar: respecto a esto, el concepto es nuevo para mi, tenia en conocimiento que cierta estruturas familiares eran potenciadoras de algunas patologías de sm como TCA pero desconocía la teoría de la Expresividad Emocional en el contexto del estrés familiar.
      Me llamo la antencion como se ha tratado de buscar todos los puntos por los cualres están relacionas estas manifestaciones del estrés en el clima emocional familiar y su relación con las recidivas de los pacientes altamente complejos como los EQZ.
      También en este mismo texto se comento que incluso los grupos sin intervesión podían fluctuar de AEE a BEE. Y que eso podía estar relacionado a varios factores como personalidad de los familiares, experiencias previas como ser hijos de padres con depresión, por ejemplo. También se comento que podría existir una estabilidad de la Expresividad Emocional en momentos de crisis y en periodos estables.
      Intervenciones familiares y su impacto a largo plazo: por lo descrito el seguimiento de los estudios . de las intervenciones fue a corto plazo con un seguimiento de 24 meses. Pero pese a eso yo creo que quizás con un modulador intermitente que les refuerce ciertos conceptos importantes puede ayudar a la adquisición de herramientas por parte de las familias que se transforman en hábitos positivos, que los ayuden a mejorar las variables que se comentaron como importantes determinantes de funcionalidad, recaídas, de apoyo, de carga al cuidador, entre otras variables.
      Creo también al igual que el texto que es importante beneficios personales de los cuidadores con estas intervenciones. Si existen cambios significativos sobre la sobre carga subjetiva que cambia cuando retoman una vida “mas normal”, con mayor actividad social entre otros

      Se comentar sobre las dificultades en la implementación de intervenciones:
      Desafíos desde el lado de los profesionales y las propias familias.
      La falta de financiación específica para terapias psicosociales.
      Interesante leer las vivencias de mis compañeros y me hizo recordar que incluso teniendo orientaciones profesionales en esta área uno es estigmatizado incluso recibiendo comentarios de como , te vas a volver loco con tantos locos, y no te aburre estar con los locos, entre otro tipo de comentarios.

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  21. El estigma y la discriminación hacia las personas con problemas de salud mental son grandes desafíos en nuestra sociedad. Quienes a menudo enfrentan actitudes negativas que las excluyen y dificultan su acceso a la ayuda, lo que, a su vez, daña su autoestima.
    Como médico, me he percatado cómo esto afecta a los pacientes. Es lamentable ver cómo se sienten juzgados y marginados debido a su condición. Es fundamental que trabajemos juntos como sociedad, educándonos y comprendiendo mejor las experiencias de las personas con problemas de salud mental. No debemos relegarlos a instituciones aisladas, sino integrarlos en la comunidad.
    Los medios de comunicación, los profesionales de la salud mental y la mejora de los servicios de salud mental son clave para cambiar estas actitudes y garantizar el acceso a tratamientos adecuados. El estigma tiene graves consecuencias, como la exclusión social.
    En mi experiencia, he observado que las familias desempeñan un papel importante en la rehabilitación de quienes tienen trastornos mentales. La teoría de la Expresividad Emocional (EE) muestra cómo las familias expresan sus emociones y actitudes hacia sus seres queridos afectados. Reducir la EE a través de intervenciones familiares es crucial para aliviar el estrés en la familia y prevenir recaídas.
    En cuanto a la historia de María y Saturno, es una experiencia angustiante. María lucha por mantener su cordura en un sanatorio psiquiátrico hostil, mientras que Saturno representa la impotencia de alguien que intenta salvar a un ser querido atrapado en una pesadilla. Esta historia nos recuerda lo frágil que puede ser la realidad y cómo la percepción puede alterarse en situaciones extremas, haciendo difusa la línea entre la realidad y la fantasía. Es esencial trabajar como sociedad para abordar el estigma y garantizar un tratamiento justo y comprensivo para quienes tienen problemas de salud mental.

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    1. Coincido contigo Fiorenza, resulta muy angustiante ver la experiencia de María en el cuento de García Marquez, y también muy clarificador como el modelo impositivo, violante de los derechos individuales, va siendo un ente generador de la patología mental, y del gran estigma circundante al mismo.
      Llega a ser indignante ver la frialdad ante el sufrimiento del otro, la poco capacidad de empatía.
      Creo que con el modelo comunitario, se han dado tremendos pasos, peor creo que todavía falta.
      Falta mayor educación en muchos niveles sociales, y en distintas instancias.
      Creo que así, se podrá ir avanzando en la salud mental, que probablemente también puede estar muy intervenida por este estigma, que menoscaba en el silencio pero arduamente, tal como María en el Cuento del teléfono.

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    2. Estoy de acuerdo contigo en lo fundamental que es el trabajo no solo con el paciente sino tambien con su familia en el contexto de las enfermedades de salud mental, asi como también lo que señalas respecto a la estigmatizacion. Pero lo que me llama la atencion es el análisis extraido del cuento de Garcia Marquez, no habia visto a Saturno como lo mencionas: la representacion de un familiar con impotencia por intentar salvar a un ser querido de una pesadilla, sino como un familiar que, dentro de su ignorancia respecto a la salud mental y sus propias inseguridades, se dejó llevar por el diagnostico de un tercero que no conocia para nada a su pareja. Pero tu visión por supuesto aporta un nuevo águlo completamente distinto y destacable, lo cual es lo lindo del arte. Asi que muchas gracias por tu comentario!

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  22. Como profesionales en el campo de la salud mental, estamos directamente involucrados en el combate contra el estigma que afecta a nuestros pacientes y sus familias en su vida cotidiana. El estigma, cuando proviene tanto de la sociedad en general como de las propias familias de los pacientes, puede ser tremendamente perjudicial. Los ejemplos que mencionaste, donde pacientes se enfrentan a obstáculos debido a malentendidos sobre su condición, son ejemplos reveladores de la importancia de abordar el estigma no solo a nivel comunitario, sino también dentro del entorno familiar.
    Es crucial que identifiquemos estrategias efectivas para cambiar actitudes y reducir el estigma. Comparto la idea de que la educación desempeña un papel fundamental en este proceso, ya que crear conciencia sobre las creencias erróneas es un primer paso importante para lograr cambios significativos.
    Comprender la expresividad emocional en las familias de pacientes con trastornos mentales, mejora la calidad de la atención y el apoyo que brindamos a estos pacientes y sus familias.
    Como profesionales de la salud mental, tenemos una oportunidad única y valiosa para contribuir a una sociedad más inclusiva y brindar un apoyo más efectivo a quienes lo necesitan.

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  23. El estigma puede manifestarse de diversas maneras, sin importar la gravedad del trastorno mental. Tanto en trastornos severos como en trastornos más leves, las personas afectadas pueden experimentar un impacto perjudicial en su vida diaria. La sociedad a menudo asocia erróneamente los trastornos mentales con la peligrosidad y la exclusión, lo que puede llevar a los pacientes a sentirse culpables y menospreciados. Estos sentimientos complican su proceso de recuperación y pueden contribuir a un círculo vicioso de mala comunicación entre los afectados y su entorno, lo que dificulta la búsqueda de ayuda y el acceso a un apoyo adecuado.
    El ejemplo que mencionaste sobre la paciente que busca recuperar la custodia de su hijo, ilustra de manera clara cómo el estigma puede tener implicaciones legales y sociales. Lo que generan obstáculos adicionales para las personas con trastornos mentales y subrayan la necesidad de abordar el estigma en todos los niveles, desde lo personal, social y legal.
    Como profesionales de la salud mental, es nuestra responsabilidad continuar trabajando en la des estigmatización y la inclusión de las personas con trastornos mentales.

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  24. Leyendo los comentarios de mis compañeros y en relación a los temas tratados en está sesión, también me parece de suma importancia haber profundizado de mejor manera en el estigma asociado a los trastornos mentales que representa un gran desafío y no solo afecta la calidad de vida de las personas que lo experimentan (por supuestos los más afectados, considerando también el autoestigma), pero repercute en sus círculos sociales y familiares, cómo en las instituciones (y profesionales de salud mental). Detenernos y profundizar en el peso que tiene el estigma en las personas con trastornos mentales (baja autoestima, reducción de redes sociales y pareja, limita el acceso a oportunidades laborales y educativas, exclusión social), desde prejuicios en el ámbito laboral hasta la percepción de que son potencialmente peligrosas o incapaces de realizar ciertas actividades, repercutiendo severamente en la calidad de vida.
    Lo más interesante, a mí parecer fue interiorizarnos en las estrategias de intervención propuestas en los textos, de las que destaco; potenciar los recursos personales, establecer relaciones equitativas entre profesionales y pacientes, promover la autonomía, el apoyo psicológico (como terapia cognitivo-conductual) para abordar el estigma internalizado, intervenciones antiestigma a largo plazo que incluyan pacientes y familiares, la colaboración entre actores clave (empleadores, periodistas, profesores y profesionales de la salud) difundiendo información desde diversas perspectivas, la protesta (útil para reducir el estigma público), y mencionar la importancia del apoyo social, y su efecto en la mitigación de los efectos del estrés psicosocial (solo por mencionar algunos ejemplos).

    La tesis de la expresividad emocional, al igual cómo mencionaron algunos compañeros, es sumamente interesante, ya que muchas veces en la practica clínica nos toca ver distintos tipos de familiasde las personas que atendemos, claro que sin la realización de escalas, pero comparten aspectos de las familias de alta expresividad emocional, y en otros casos de baja expresividad emocional (considerando los aspectos de crítica, sobreimplicación, hostilidad, afecto) y cómo estás se vinculan cómo un factor protector o de riesgo para las recaídas de las personas con esquizofrenia o la adherencia al tratamiento farmacológico.

    Respecto al video que se encontraba en el material complementario, las reflexiones abordadas en esa sesión me hicieron mucho sentido, sobretodo los comentarios respecto la gobernanza, el reconocimiento y valoración al saber comunitario (y cómo este debe ser validado y combinado con el saber experto, profesional), pero además, la paradoja que planteaban respecto la participación comunitaria (y la opción de la no participación). En mí desempeño profesional, me tocó también observar (en ese momento sin un mayor cuestionamiento) el hecho de que la participación comunitaria es medida en base a metas (cómo indicador, lo que de cierta forma “impone la participación”), y concuerdo con qué esto es una rotunda contradicción al hecho mismo de lo que significa la participación comunitaria (que debe ser gestada desde la comunidad, y nosotros entregar la confianza y está coparticipación en su desarrollo), además de visualizar las instituciones públicas cómo espacios abiertos a la comunidad que permitan esto.

    En conclusión, la lucha contra el estigma en la salud mental y la promoción de la participación comunitaria son elementos esenciales para avanzar hacia una sociedad más inclusiva y empática, que nos permita avanzar en el desarrollo de políticas públicas que respondan las necesidades de la comunidad, que nos permitan cambios estructurales y sociales que desafíen las percepciones estigmatizadoras y fomenten la colaboración entre instituciones y comunidades.

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  25. Estimada Tania, es muy importante lo que describes en tu comentario, sobre las dificultades innegables que experimentan muchos de nuestros usuarios que necesitan reincorporarse a su trabajo después de un proceso de reposo derivado de su sufrimiento psíquico. ¿Se cuestiona igualmente a alguna persona después de que haya sufrido un infarto al miocardio?. Probablemente no, se le reincorpore lentamente y bajo la exigencia que vaya tolerando paulatinamente.
    ¿Qué es lo que marca la diferencia en estos casos? Innegablemente el estigma como nos recalcan los textos, es algo prevalente a pesar de relativamente mayor visualización a nivel informativo. Como vimos la información por si sola no es suficiente.
    Nuestro marco cultural evidentemente juega un papel, al ser "medidos" en base a nuestra productividad, en vez de lograr una reinserción plena donde el usuario y la sociedad se pueda beneficiar sin el ojo descarnado del capitalismo.
    Finalizando, la estrategia del empoderamiento parece ser la que más nos serviría en conjunto con una educación y sensibilización temprana en nuestra población, especialmente en los colegios.

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  26. Muy de acuerdo compañeras con lo que plantean, el lenguaje construye realidades y ayuda a significar lo que es la enfermedad. Creo que es algo muy importante e impacta hasta en el autoestigma de los pacientes. Quienes muchas veces sientes que "son esquizofrenicos", ahogando su identidad como persona e individuo en la enfermedad, considerando que SON su enfermedad. Ahi considero que es importante reforzar que uno no es su enfermedad, si no que uno la tiene, pero eso no hace desaparecer mi identidad personal, ni mi capacidad de vincularme con otros y desarrollarme como persona. Creo que es importante empoderar a los pacientes, mostrándoles que su enfermedad no los define como seres humanos ni les da su identidad.

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  27. Creo que es como todo los otros un tema interesante y sobretodo en nuestra labor. Quiero partir comentando el cuento de Gabriel García Márquez, no lo había leído nunca y creo que es impactante el final. Sabemos que el modelo manicomial existió, pero leer esto hace reflexionar sobre la realidad que se vivía en ese entonces. María la protagonista llega por casualidad a ese bus y finalmente a ese “manicomio”, el tema es cómo es que la dejan ahí sin saber nada mas de su vida, del contexto. Solo se asume que está enferma. Finalmente me hace pensar que todos podríamos ser pasados como “enfermos” si estamos exaltados por querer llegar a algún lugar rápido, o en la desesperación de que este pasando algo que sabes que está mal y es aquí donde la psiquiatría comunitaria hace la diferencia, quizás si María hubiera estado en ese bus en esta época, el equipo se hubiera intentado comunicar con alguien de su familia, o con Saturno o simplemente escuchar cómo llegó ella ahí. Qué triste el terror de esa vivencia.
    Mi pregrado fue en un hospital psiquiátrico, no recuerdo haber escuchado de malos tratos hacia los pacientes, pero si fue un impacto para mí llegar ahí los primeros días, y a pesar que nos habían enseñado del estigma, también caí en eso, como en ese “miedo” previo a no saber qué pasará ahí o si se parece a las películas. Nuestro lugar de clases era al fondo del pasillo en donde pasabas por todas las piezas de los pacientes y fue un real desafío llegar al fondo. Pasando los días me di cuenta que no había peligro, que no era como las películas y que podía conversar con ellos, compartir, etc. De verdad doy gracias que me haya cambiado esa perspectiva en ese momento. Lo que sí me di cuenta fue que el mayor contacto que tenían los pacientes era con los terapeutas. El Doctor solo dejaba indicaciones y tenía conversaciones cortas y ajustadas, algo que me hacía ruido, pero al menos pasar por ahí sirvió para sacar mi propio estigma. Hoy en día estando en el Hospital de Angol me doy cuenta como todo puede ser diferente, como nos enseñan a estar más con el paciente, escucharlo y conocerlo hasta lo más profundo si es necesario, sin ningún estigma. Creo que elegí la beca correcta.
    Los demás textos abordan el tema del estigma con mayor profundidad, estoy de acuerdo con todas sus definiciones de los autores. Una de las cosas que me llamo la atención en el texto “La lucha contra el estigma y la discriminación en salud mental” es el estigma por parte de nosotros mismos, los profesionales y va enlazado a justo lo que comentaba antes en mi historia. Es increíble que los profesionales de la salud tengamos una opinión muy parecida a la población general, incluso los profesionales de salud mental. La pregunta es cómo no caer en el estigma, ya que da ejemplos en donde por ciertas conductas uno etiqueta con un diagnóstico, que es lo que hacemos, evaluar conductas y diagnosticar. Pero creo que más allá de eso me quedo con que debemos conocer bien al paciente, escuchar y se cautos en la etiqueta (diagnostico) hasta que estemos seguros. Por otra parte, en uno de los textos se expone la importancia de la terapia familiar, como esto termina siendo útil en el sistema, son terapias prolongadas, pero a la larga con buenos resultados. Se le debería dar más pie a generar estas terapias, a veces no se hace pensando en los rendimientos, profesionales, etc.

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  28. parte 2

    Quisiera comentar también y según mi experiencia el alto grado de autoestigma que vemos día a día en los pacientes. Estando en la especialidad me ha tocado ver muchos por no decir la mayoría con autoestigma alta. Hace poco vi un paciente que tiene habilidades para trabajar en cosas más complejas y que le gusten, sin embargo, el prefiere buscar trabajos que no le agradan y menos complejos y es difícil convencerlo de que sí puede. Por otro lado, y con tristeza lo digo, es que también me he dado cuenta que a veces el paciente ya tiene la etiqueta del diagnóstico y se deja ahí, sin buscar mayores desafíos para él y “sentenciándolo” a estar en casa. Un día después de ver esto me dedique sola a hablar con él, escucharlo y me decía que estaba aburrido en casa y quería trabajar, lo que me alegro muchísimo ya que sentí que sí había algo en donde trabajar y fomentar el entusiasmo. En fin, este tema es extenso y largo de hablar, y hay que seguir trabajándolo nosotros mismos para no generar ese “estigma sin querer” y además educando.


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  29. Hola Ana, comente algo parecido acerca de lo que nos toca ver en el CAE y bueno me imagino que a nuestros colegas también debe tocarles en donde están rotando. Y si también me pasa mucho ver el autoestigma en nuestros pacientes en el CAE. Su visión personal es sin oportunidad, como que se acaba su vida con la etiqueta del diagnostico. Algo que tienes razon y no me había dado cuenta es que sí, al parecer el autoestigma es mayor en el nivel secundario mas que en APS, es algo que no había reflexionado y quizás pensándolo ahora puede ser por diagnósticos mas complejos y ese mismo diagnostico lleva al autoestigma mayor. Por otra parte es verdad que se habla en el CAE de qué hacer con este tema frecuentemente, sin embargo es algo desgastante para el equipo, a veces no se sabe por donde empezar. Genera como cierta angustia de no saber que hacer con el tema.

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  30. Si bien es algo que se repite con frecuencia en los comentarios de mis compañeros, también quiero destacar la importancia del estigma y el autoestigma en la salud mental, pues es algo que está tan presente en nuestro diario vivir.

    Lamentablemente, es una realidad común que puede obstaculizar la búsqueda de ayuda, el temor al rechazo social o al juicio puede llevar a que aquellos que necesitan apoyo no busquen tratamiento o lo hagan demasiado tarde. Además, el estigma contribuye a la exclusión social, la pérdida de oportunidades laborales y educativas, aislarse por miedo a molestar, aburrir o por el “que dirán" social, afectando negativamente la autoestima y la calidad de vida en general.

    Me ha tocado atender a pacientes que demoraron en buscar ayuda debido a este temor del "qué dirán" o a la resistencia a iniciar tratamientos por miedo a sentirse "dopados" o "dependientes"...y es interesante observar cómo la percepción de la salud mental difiere de otras condiciones médicas, pues cuando les planteo la comparación con enfermedades como la HTA y tuviesen que tomar fármacos de por vida y realizar cambios en su estilo de vida por ello, ni se lo cuestionarían...pero cuando es de salud mental hay resistencia.

    También el cómo la sociedad, y nosotros mismos a veces, vemos las patologías de salud mental… como aparece en el cuento de Gabriel García Marquez… solo por el hecho de que pensaban que la protagonista tenía una enfermedad psiquiátrica, su relato dejaba de tener validez…por ningún momento se cuestionaron la realidad de ella (o el normalizar conductas, como las del marido).

    Es importante trabajar para cambiar las actitudes y percepciones en torno a las enfermedades mentales. La educación pública, la conciencia y la promoción de la empatía son herramientas clave para combatir el estigma. La comprensión de que los trastornos psiquiátricos son condiciones médicas legítimas y que las personas que las experimentan merecen apoyo y comprensión, al igual que cualquier otra persona con una enfermedad física, es esencial.

    Además, es crucial fomentar un ambiente en el que las personas se sientan cómodas hablando abierta y honestamente sobre su salud mental sin temor a ser estigmatizadas. La representación positiva de las experiencias de salud mental en los medios de comunicación y la promoción de historias de recuperación pueden ayudar a desafiar estereotipos perjudiciales.

    Por otro lado, pienso que hay que ser cuidadosos, ya que aunque se está volviendo más común hablar sobre problemas de salud mental en Chile, se sigue tratando distinto a aquellos que presentan esquizofrenia, trastorno afectivo bipolar, trastornos de la personalidad, entre otros. Y por otro lado, se están sobrediagnosticando muchas otras patologías, poniendo el foco en personas que quizás no tienen nada o que son víctimas del sistema capitalista del producir y ser una máquina o número más, dejando de lado a aquellos que realmente necesitan de la integración en la sociedad. Con esto no quiero decir que no todos somos relevantes, sino que es una crítica al sistema, donde de verdad la salud mental debería importar y el estigma social no debería existir…pero desde una mirada humana y compasiva, no desde una mirada neoliberal.

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    1. Muy de acuerdo contigo Camila, coincido en que , en la actualidad se aborda de manera más abierta el tema de salud mental, pero aún sigue habiendo este estigma que mella en el paciente de salud mental.
      Creo que la forma en que nos referimos al concepto es de real importancia, y creo que también instancias donde usuarios hayan hecho una reinserción social, puedan ser parte de campañas informativas al la comunidad al respecto. En ese contexto nuestro modelo comunitario tiene enormes posibilidades de contribuir en la desestigamtización, y en la educación con respecto a esto de la población.

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    2. He estado pensando cómo realizar un plan de acción respecto a disminuir el estigma, cómo masificar la información y que la gente sepa que en las personas con trastorno mental grave el riesgo de recibir violencia es mucho más alto que el riesgo de generar violencia. Leímos en los documentos que los estudios lo asocian a solo un 5% de los casos, me parece quizas que este miedo en la población debe estar arraigado a principalmente a la forma en que se entrega la información en los medios de comunicación más utilizados, es fácil encontrar noticias con títulos sensacionalistas donde se utiliza el diagnóstico de salud mental para justificar un acto de violencia, y también para desacreditar a una persona. La titánica tarea sería entonces evitar la desinformación de los medios de comunicación, algo que por lo bajo, parece muy dificil. Pensé entonces que quizás un trabajo a menor escala, pero posible, sería iniciar actividades de entrega de información en los servicios de salud pública, para comenzar con la reducción del estigma en los profesionales de salud, algo que los documentos también plantearon, por muy increíble que parezca, siendo visible en nuestras prácticas diarias cuando desde otros servicios nos derivan casos en los que se desacreditan síntomas de pacientes debido al hecho de tener una patología de salud mental.

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  31. Concuerdo mucho con tu comentario, escribí el mío antes de leer este y efectivamente las etiquetas per sé son un gran peso, no solo en personas con patología de salud mental, incluso etiquetas pueden llevar a estrés y ansiedad muy importantes…pero sí es increíble como las puertas se cierran a aquellos que presentan condiciones psiquiátricas.

    Respecto al trabajo y las patologías de salud mental, frustra lo poco comprendidos que muchos pacientes se sienten por sus colegas y jefaturas por tener una enfermedad, sea crónica o transitoria..el temor de ser juzgados, cuestionados e incluso despedidos…es abismante… lo que nos lleva a cuestionar, como bien tu lo escribes, al modelo capitalista imperante actual…pues efectivamente bloquea muchas veces el camino a una recuperación, e integración…elementos que sí podemos entregar a través del modelo comunitario. Lo bueno es que están existiendo pequeñas instancias donde la participación ciudadana para un mayor conocimiento de las enfermedades psiquiátricas está ocurriendo pero aún falta mucho por recorrer, espero podamos ser parte de este crecimiento e integración.

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  32. Como comenzar a hablar de los temas de estas semanas, creo que lo primero que se me viene a la mente es frustración. Decidí partir las lecturas con el cuento de Gabriel García Márquez, que no había tenido el privilegio de leer, y la verdad que durante la lectura me gobernaba la frustración de todo lo que le acontecía a María, sin encontrar ninguna persona que la comprendiera, que la ayudara, o hiciera el mero esfuerzo de escucharla, incluso cuando el psiquiatra la entrevista, no es capaz de procesar y escuchar lo que está diciendo, sesgado por su visión de médico, porque asume que todos los que estaban ahí efectivamente son sus pacientes, en vez de dar ese beneficio de la duda y evaluar su historia.
    Creo que siempre he tenido presente el estigma que generan los diagnósticos y tratamientos asociados a la salud mental, pero no había tenido un espacio o la oportunidad de estudiar este tema y leer información que intentara objetivar y demostrar el efecto negativo del estigma. Las lecturas de estas semanas lograron esto, nos demuestra la importancia de un apoyo externo en las personas con diagnóstico de salud mental, tanto familiar, social y/o comunitario, que sepa comprender las dificultades de las personas y que sean un factor positivo, protector y terapéutico. El estigma es un tema complejo, aborda muchas aristas, depende de muchos factores, pero el apoyo y conocimiento que podemos entregar a pacientes, familiares y comunidad, es fundamental para ir cambiando esto, y de a poco ir cambiando el estigma por comprensión, entendimiento y conocimiento. Lo que se demuestra en los textos, es que el éxito de una terapia depende de los factores sociales, mientras más apoyo tenga el paciente de parte externa, y más comprensión tenga de lo que le sucede, mayor adherencia tendrá al tratamiento, menos autoestigma se generará, menos recaídas presentará (como se describe en la tesis, donde se presume que el estrés genera una alteración biológica que predispone a una posible recaída), y más reinserción tendrán nuestros pacientes.
    La evaluación de la expresividad emocional en los familiares toma mucha importancia para objetivar y predecir futuras recaídas de los pacientes, a pesar de tener estas discrepancias que se explicaban en la tesis, por lo menos en los pacientes con esquizofrenia si tomaba relevancia y se lograba dar un respaldo al concepto de que los pacientes con familiares con alta expresividad emocional tienen mayor riesgo de presentar recaídas, por lo que el manejo con estos pacientes debe contar con mayor enfoque familiar, en que se trabaje sobre todo la crítica, la sobreimplicación emocional “negativa” y la hostilidad.
    Quedo con la esperanza de que lo que hemos hablado durante este curso, la importancia del trabajo comunitario, la conversación con los familiares, la integración del paciente y sus cercanos en el trabajo terapéutico, el empoderamiento de la comunidad en los temas de salud, etc, es el camino correcto por seguir para generar un cambio en la salud mental de todos nosotros. Parafraseando una frase del Dr Cordero, la psiquiatría comunitaria no es un pedazo de la psiquiatría, la psiquiatría comunitaria es psiquiatría, y toda la psiquiatría es comunitaria.

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    1. Hola Jorge, sabes que me pasó exactamente lo mismo con el cuento. A ratos me constaba incluso seguir, o incluso me tuve que devolver para ver si había omitido algún elemento importante, porque no era capaz de entender el motivo del encierro de María. Me resultó profundamente triste, a ratos angustiante, y una vez finalizado solo pude quedarme en silencio, con una sensación hasta de culpa, pensando en las veces en que también fui cómplice o responsable de situaciones como esta. Sin duda permite mirar con otra sensibilidad nuestro ejercicio. Saludos

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  33. Los textos de esta semana me parecieron muy interesantes, dado que abarcan un tema central en psiquiatría y salud mental: el estigma. El estigma es un fenómeno social, en general, las personas en general tienden a tener actitudes mas negativas hacia las enfermedades mentales que las físicas, asociándolos a ciertos estereotipos, entre los mas frecuentes el de peligrosidad, extrañeza, Impredictibilidad, dificultad para relacionarse, incurabilidad, entre otros. Las personas suelen atribuir a las enfermedades mentales la percepción de peligrosidad y violencia, cuando los datos epidemiológicos muestran que el riesgo atribuible de actos violentos a causa del diagnóstico es mínimo. En esto tienen influencia los medios de comunicación en la formación de estos estereotipos, presentados visiones extremas de lo que significa la enfermedad mental, asociándolo en general a los asilos, a la criminalidad o la dependencia. El estigma es altamente dañino para las personas con trastornos mentales, constituye una barrera significativa para el acceso a atenciones de salud en general, generan un enorme menoscabo en la calidad de vida de nuestros pacientes, afectando sus relaciones sociales, de pareja, oportunidades de empleo, de acceso a vivienda y de salud en general. En la lucha contra el estigma y los prejuicios, es que la psiquiatría comunitaria ha tenido un rol fundamental al ir reemplazando al tradicional modelo donde los servicios psiquiátricos están separados del resto del sistema de salud, integrando estos servicios en las redes generales de atención y al permitir a través de diversas intervenciones en la comunidad abordar el estigma.
    Del texto me llamó la atención, y también es preocupante, que los profesionales del área de la salud, y en especial los de salud mental, también pueden mantener actitudes estigmatizantes hacia aquellos a quienes están destinados a ayudar, lo que refleja la arraigada naturaleza de estos prejuicios en la sociedad. Esto es algo que había comentado anteriormente, donde personalmente presencié varias situaciones en el CESFAM donde fui médico EDF; desde comentarios por parte de profesionales en que desestimaban las consultas o reclamos de los usuarios (que podían ser o no justificados como los de cualquier otro usuario) con la frase “es que es salud mental” con tono condescendiente, comentarios de parte de TENS en que decían que las horas de salud mental eran para “locos”, en las unidades de urgencias (SAPU, la urgencia del hospital base) que no realizaban la correcta atención de pacientes con alto riesgo suicida dado que existía la tendencia a minimizar las consultas de salud mental, incluso no realizando los traslados correspondientes y entregando el alta sin resguardos adecuados. Como encargado de salud mental me eran notificados los casos de riesgo suicida atendidos en el SAPU del consultorio donde estaba, por lo tanto tenía el registro de las atenciones y podía constatar esta situación, por lo que tenía que rescatar y gestionar los casos, muchas veces teniendo que volver a derivar a hospitalización pacientes que habían sido “desestimados” en su atención de urgencias. En el cuento de García Marquez también vemos esto, la protagonista, sin tener una enfermedad mental, y solo estando de forma casual en la entrada del asilo, es ingresada sin que en ningún momento sea escuchada por el personal, fue inmediatamente etiquetada y su opinión totalmente anulada.

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    1. Los estereotipos están tan arraigados en nuestra sociedad qe muchas personas con trastornos mentales viven los sentimientos públicos hacia ella de manera perjudicial, internalizándolos, asumiendo estos estereotipos de peligrosidad, incapacidad e incurabilidad. Esto puede generarles una desmoralización, sentimientos de vergüenza, menor autoestima, favorece el aislamiento, se constituye un factor de estrés (aumentando las recaídas) y dificulta la petición de ayuda. Incluso puede aumentar las tasas de suicidio. El mismo sistema de salud puede ser hostil para los pacientes. En el CESFAM donde estaba trabajando como médico EDF estaba inserto en una red de salud que no estaba organizada de forma coordinada, comprensible ni eficiente para la atención de pacientes que requierían hospitalización psiquiátrica. Por lo tanto, los pacientes cuando tenían una urgencia evitaban muchas veces acudir a los servicios de urgencia porque la conducta del personal de salud los hacía sentirse discriminados. Recuerdo una paciente de unos veinticinco años que consultó en la unidad de urgencias por ingesta medicamentosa, quien me contaba que la enfermera que le realizó el triage le comentó “tenemos cosas mas importantes ahora, puedes esperar pero no esperes que te atiendan pronto” lo que generó que desistiera de seguir esperando en la sala de espera. Por suerte no ocurrió un desenlace fatal, pero son situaciones recurrentes en los servicios de urgencias generales no solo en aquel servicio, sino que también situaciones similares ocurren en el servicio de salud donde está inserto el COSAM donde estoy realizando la residencia.
      Sobre el texto sobre la tesis que aborda la expresividad emocional, se menciona que esta incluye en la evolución y las recaídas no solo de los pacientes con esquizofrenia, sino también en un amplio grupo de trastornos mentales. Constituye un factor de estrés basal y crónico, que también es factible de abordar.
      Finalmente destaco que si bien el estigma es un fenómeno social, generalizado, es posible de abordar a través de una serie de estrategias de intervención desde intervenciones individuales (programas de empoderamiento personal y terapia cognitivo conductual), programas que intervienen a nivel familiar, hasta intervenciones a nivel comunitario como son la educación de los profesionales de la salud quienes pueden adoptar un rol desestigmatizador, la protesta, la psicoeducación y el contacto interpersonal con grupos de pacientes.

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    2. Hola, estoy muy de acuerdo con tu comentario, las mismas personas somos las culpables de los resultados que nos toca vivir en el día a día sobre el estigma social que ha provocado un sin fin de resultados negativos, exclusión, distinción, donde nuestros usuarios se sienten discriminados y no se consideran parte de esta sociedad quedando excluidos. Me ha tocado vivir desde mi experiencia, cuando tratas a un usuario como una persona más, es capaz de se incorporarse de manera facil y responsable en los quehaceres de la cotidianidad.

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  34. Son varios los sentimientos que afloran luego de leer los textos y el cuento de esta sesión.

    Muchas veces intentamos ponernos en el lugar del sufrimiento del otro, empatizar con el, ponernos en sus zapatos, pero resulta muy difícil la tarea, resulta difícil dimensionar las vivencias del otro.

    Luego de leer el cuento, y los textos previos, me aparecen interrogantes varias, me pregunto hasta que punto como nosotros los médicos, o el gremio de salud, los que mantenemos y formamos este estigma de los enfermos mentales.

    Creo que el cuento de García Márquez, es un cuento realmente acertado en cuanto nos lleva en un viaje al epicentro de una persona que no tenía patología mental, y resulta casi ser patologizada a la fuerza, resulta chocante ver la falta de autonomía de la paciente, el exceso de violación de sus derechos, y el aniquilamiento de la voluntad propias.

    No es raro, que muy probablemente el antiguo modelo asilar fuera un gran contribuyente a la génesis del agravamiento de las patologías mentales, asociado también al estigma asociado al mismo.

    Creo que un contribuyente al estigma, son todos los tratamientos fuera de foco que se presentaban en el modelo asilar, estar recluido ahí, era por decirlo poco terrible.

    Las condiciones inhumanas a las que se enfrentaban los pacientes, creo que agravaban aún más su condición, y quitaban cualquier anhelo de esperanza.

    Esta sesión resulta muy interesante, en el análisis del estigma que sufren los pacientes de la salud mental, un estigma que afecta tanto a los pacientes como a la familia, y que afecta rotundamente en la autoestima y valía de los usuarios.

    Considero que las formas de enfrentar este estigma social, cultural, laboral, requiere de harto esfuerzo, y mancomunar las tres formas que se mencionan en los textos de abordaje del mismo.

    Creo que la educación y la integración con la sociedad de lo que implican las distintas condiciones de la salud mental, resulta fundamental.

    Creo que deben desarrollarse más políticas de salud pública que integren la educación transversal en distintas escalas, para desmitificar, e ir derrumbando la estigmatización.

    Desde los lugares de trabajo, los centros educacionales, hasta los centros de salud, porque también ocurre que hay colegas que mantienen fuertes estigmas hacia los enfermos mentales.

    Recuerdo una vez que rotaba por un internado de Ginecología, y en ese entonces había una paciente que tenía una trastorno Bipolar, recuerdo que el ginecólogo que estaba pasando visita, al ver sus antecedentes la trató de loca y no la dejó expresar abiertamente su decisión en cuento al tratamiento. Después pude ver a escondidas las lágrimas que brotaban por las mejillas de la paciente. Fue un hecho muy triste para mí, pero hoy con estos textos logro comprender que hay que abordar el tema del estigma, porque creo es uno de los elementos también de gran importancia para la reinserción de nuestros usuarios.

    Para finalizar, mencionar que creo esta psicoeducación también debe abarcar a las familias, sobretodo las que presentan un estilo de alta expresividad emocional, considero que en algún momento la dinámica de salud migrará más a los enfoques más nucleares que van acentuando tanto sufrimiento en nuestros usuarios, y he ahí el estigma y la forma en que logramos involucrarnos de una manera más sana como sociedad con el resto que a veces no entendemos, o que etiquetamos por el hecho de nos ser predecibles a nuestros preceptos socio-culturales. Creo que tenemos una gran invitación en esa senda.--

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    1. Francisco, que importante lo que comentas, ante tu ejemplo en el internado, se me viene a la mente las decenas de veces que he visto cómo no se piden estudios para descartar patologías ante algunos síntomas de dolor físico por ej. y se asocia todo de inmediato al estrés (y similares), si ven en la ficha clínica que alguna persona tiene atenciones en salud mental o solo se pone a llorar en el box de atención. Considero que son practicas muy naturalizadas, y que es en parte, nuestro deber ser garante de derechos de las personas y abogar por una atención de salud adecuada y libre de violencia.

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  35. Para comenzar, debo reconocer que las lecturas de esta semana me costaron mas (y retrasaron además mi participación) respecto a sesiones anteriores debido a vivencias personales respecto al tema. Conté en una clase online casi a principio del curso como en los últimos años había sido estigmatizada por mis propios colegas en distintos servicios por tener una patología de salud mental (trastorno de estrés post traumático secundario a múltiples hospitalizaciones en cuidados intensivos, en mi caso), lo cual he notado que ciega completamente otra posibilidad de enfermedad ante los ojos de los profesionales de la salud, ignorando cualquier otro síntoma que los dirija en otra dirección y cuya omisión pueda resultar en consecuencias catastróficas. “Tiene disnea? Es por su salud mental. Tiene taquicardia? Es por su salud mental. Tiene un rash cutáneo? …No importa, todo lo otro es por salud mental asi que así lo manejaremos”. Ese tipo de razonamiento fue lo que me dejó en ventilación mecánica en la UCI en múltiples oportunidades producto de un shock anafiláctico. Oh, sorpresa! No era por mi salud mental.

    Es por esto que el texto de Marcelino López y compañía, asi como el de Franco Mascayano, además de ser profundamente gatillante, no me sorprende para nada y no puedo evitar mirar con un dejo de desesperanza las estrategias para combatir este problema. Creo que, si como profesionales de la salud no podemos dejar de lado nuestra estigmatización y dejar que esta nuble nuestro juicio respecto a el tratamiento y manejo de un paciente, más difícil aun será generar ese cambio en la población general.

    El otro tema planteado en el trabajo de Mascayano es el estigma no solo a el paciente sino además a su familia, sucede por ejemplo en las familias de niños, niñas y adolescentes con esquizofrenia, en que el manejo para sus crisis o la evitación de estas en ocasiones puede ser enjuiciado por terceros que no comprenden lo difícil que es lidiar con esta condición y como esta representa un cambio en estilo de vida para todo el grupo familiar.

    Eso me lleva a la tesis doctoral de Francisco Bellver, en que se menciona en reiteradas oportunidades la psicopatología del cuidador y creo que este es un punto fundamental en todo tratamiento de salud mental. En mi caso, becada de psiquiatría infantojuvenil, no solo es esencial sino además un requisito que se evalúe todo el ambiente familiar y la salud mental de todo el entorno del paciente, asi se puede realizar un abordaje integral a todo el grupo familiar en pro de la mejoría de paciente. Lamentablemente, eso no es tan frecuente en adultos y quizás sería una buena estrategia a implementar, tal como lo plantea el trabajo de Anna Barrón López de Roda y Esteban Sánchez respecto al apoyo social, ya que, en muchas oportunidades, este pasa a cumplir el rol que la familia no alcanza.

    Y, finalmente, respecto a la historia de García Marquez, creo que retrata de forma muy clara no solo la estigmatización sino además la relevancia de la respondabilidad en “el diagnostico médico” para una persona y la capacidad de convencer a su pareja de la existencia de la misma. Por otra parte, nos muestra como nuestros propios prejuicios, creencis y conocimiento respecto a un tema pueden nublar nuestra visión, en este caso, las monjas no conocían otra realidad que las de estas mujeres enfermas, por lo que cualquier actitud de María era producto de su enfermedad, sin considerar en ningún momento que esta fuera una persona sin patologías con una reacción normal de una persona en su situación. Fuera de eso, hay varios temas más en los que no profundizaré pero vale la pena revisar, como la celopatía de El Mago, el funcionamiento del hospital psiquiátrico, el diagnostico en sí y la cadena de errores que ocurrieron a lo largo de la historia, mas alla que sea fantasia o no. Creo que un análisis al respecto sería un buen trabajo más a futuro.

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    1. Daniela recuerdo tu historia, me parece que la medicina lamentablemente ha derivado desde un rol eminentemente humanista a otro que me resulta más cercano al concepto de alienación que se trabaja en los textos. Lamentablemente siento que se estigmatiza rápidamente a los pacientes, lo que como señala Goffman lleva a la desvalorización y descrédito de estos, centrándose la atención más en esto último, y menos en el sufrimiento humano, sea esta de carácter físico o mental. Concuerdo que el panorama es un poco desalentador, pero aún así pienso que es posible asumir los roles que se nos propone en los textos, donde comprendamos que el soporte social es importante, que las emociones asociadas a la enfermedad la sufren los pacientes así como también su entorno cercano y que podamos contribuir desde la posición que nos toque ocupar en fortalecer las herramientas que humanicen el trato con los pacientes y entre los individuos de la sociedad.

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  36. Siempre me ha parecido que la demarcación entre las personas estigmatizada es parte de una sociedad, sin conocimiento en salud mental, sin tomar en cuenta que en cualquier momento cada uno de nosotros, no estamos libres y podemos llegar a padecer alguna enfermedad psiquiátrica. Hay un grupo de personas capaces de desacreditar o rechazar a una persona o grupo solo por considerarlos diferente. También el estigma que existe dentro de la familia conlleva a que no seamos capaces de reconocer cuando algún miembro de familia tiene una situación de salud mental que lo aqueja, “no puede haber un loco en la familia” es imposible como se les puede ocurrir, es una vergüenza para familia. A modo personal cuando entre a trabajar a psiquiatría mis mismos pares (T.S) me preguntaban “como están tus loquitos” sin ir más lejos mi familia y amigos, me decían “no te vayas a volver loca, así como casi te vas a contagiar” al principio me molestaba, debo reconocer honestamente que nunca me he sentido ofendida la contrario me he fortalecido y cada día más amo la psiquiatría. Por otro lado, en el mismo personal que trabaja en salud mental he escuchado comentario fuera de lugar, a pesar de tener conocimiento han sido palabras negativas hacia nuestros usuarios.
    No es fácil vivir en una cultura que todo el tiempo se refiere a otros de muy mala manera. La discriminación, los prejuicios y estereotipos aún esta incorporado en nuestra sociedad. Aun en los medios de comunicación escuchamos y vemos noticias sobre, asesinatos y mal tratos, rechazo, negatividad a personas que la ven diferentes.
    La expresividad emocional familiar, frente a la enfermedad de EQZ, demanda un gran costo en recursos sobre cuidados y fármacos, ya que carece de un tratamiento curativo. Ha llevado a realizar varios estudios y la utilización de instrumentos de evaluaciones, para lograr en la investigación lo que con lleva a estudiar la población sobre tipos de conductas en la familias y cuidadores, en su culturalidad, idioma, creencias etc. Es importante considerar que estos estudios continuaran, porque la población se va transformando y también surgirán nuevos autores para aportar en los mismos. Desde mi experiencia con mis pacientes EQZ, he notado cuando aparece un estresor familiar u entorno social, se descompensa, dejando el tratamiento farmacológico, por eso es importante siempre apoyar y acompañar en su tratamiento farmacológico, al usuario y familia, por ahora continuara siendo pacientes cautivos.
    Sobre la narración de la historia de María, he visto dos películas similares. Tengo dos opiniones diferentes.
    Primero me he preguntado será realmente una persona que ha perdido el juicio basado en la razón, está enferma de SM.
    Segundo será la mala intención de otra persona por conseguir su objetivo de provocar una enfermedad de SM a sentenciado a una persona sana a su fin más cruel.
    No es fácil entender quién tiene la razón, más allá de la medicina, en salud mental existe un hilo muy frágil donde podemos caer en el estigma de creer que la persona ha enloquecido.

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  38. Las lecturas de esta semana tuvieron un fuerte impacto en mí, ya que el tema de "Estigma" ha adquirido considerable relevancia en el último tiempo. Me es muy grato impartir talleres de psicoeducación para usuarios y sus familiares en la unidad de Hospital de día, en colaboración con otros profesionales del equipo. El mensaje central que promovemos en cada taller es dejar de lado los estigmas y prejuicios, y hacer sentir que los usuarios sean capaces de generar educación y promoción de salud para aquellos que no comprenden las razones detrás de los acontecimientos en el ámbito de la salud mental. Durante estos talleres, los usuarios comparten sus experiencias en las que se sintieron estigmatizados por la sociedad, y es realmente alarmante escuchar como se sienten, lo cual además es muy triste y agobiante, ya que cada situación afecta negativamente en cada aspecto de sus vidas. Entre los temas mas mencionados que me ha tocado escuchar, es que al ser diagnosticados la sociedad deja de verlos como una persona natural lo que afecta negativamente en sus vidas, y el proceso de reinserción social es mucho mas complejo por el simple hecho de padecer de algun diagnóstico de salud mental. Por esta razón, nos esforzamos por hacerlos sentir escuchados y validados en cada oportunidad.
    Además, en los talleres para familiares, implementamos prácticas que coinciden con lo expuesto en la lectura "La lucha contra el estigma y la discriminaciónen salud mental", las cuales menciona: implementar estrategias de apoyo, contención, psicoeducación y entrenamiento para manejar posibles crisis. Además es un espacio de fortalecimiento y aprendizaje respecto a la situación que está viviendo su familiar.

    En el relato de Gabriel García Márquez, se evidencia cómo María enfrenta una invalidación, cuestionamiento y falta de respaldo en su testimonio, generando un impacto considerable que afecta negativamente su futuro. Este episodio refleja una realidad que aún persiste en nuestra sociedad.

    Es evidente que como sociedad tenemos un camino considerable por recorrer en el abandono de los estigmas. El cuento busca hacernos reflexionar sobre la escasa empatía, la comunicación deficiente y la prevalencia de prejuicios en relación con la diversidad existente tanto por los profesionales de salud como la sociedad. Estos factores limitan nuestro progreso en términos de desestigmatizar, subrayando la necesidad de un cambio cultural para construir una sociedad más inclusiva y comprensiva.

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  39. PARTE I

    En esta sesión abordamos más extensamente la temática de estigma en salud mental, lo qué me resulto especialmente conmovedor, sobre todo cuando se finaliza el ciclo leyendo el cuento de García Márquez. Fue inevitable recordar las decenas de historias similares a las qué me he visto enfrentada durante mi ejercicio profesional y no profesional.


    Cuando se padece una condición de salud mental, no solo se sufre lo propio de la enfermedad, se carga con la etiqueta del enfermo cómo quien carga una condena. ME parece muy fuerte, porque en el relato de muchos pacientes, más de alguna vez me han dicho “siento qué llevo un cartel qué dice qué soy tal o cual cosa”, de tal modo que incluso me he ensañado en evaluar qué tan sobrevalorada está esta idea, si es capaz de confrontarla con la realidad. Creo que esto último cada vez lo veo y a bordo de una forma más amplia, dado que esto ha sido un tema ampliamente discutido en el presente foro (y si, ahora debo decir qué reparo mucho más en el sistema de creencias de la persona, de su entorno, de cómo se comportan a su alrededor, de qué recursos cuenta en su biografía cómo para explicar en sus propias palabras el sentimiento de esta, a veces, condena). Me he visto en el último tiempo mucho más involucrada y comprometida a discutir respecto a estos temas con mi familia y amigos, en donde muestran preocupación por los supuestos riesgos a los qué me expongo por “trabajar con locos”, y se han llevado la sorpresa de encontrar cómo respuesta de qué los más peligrosos son justamente las personas qué están más cuerdas, las qué pueden deliberadamente planificar dañar a otros, y qué la maldad no es una enfermedad. Y es lo que muchas veces los medios de comunicación defienden, qué solamente una persona enferma puede actuar con cierto nivel de malicia. Afortunadamente he encontrado un círculo de personas que están abiertas a deconstruir su sistema de creencias (en mi familia ya somos 3 los qué nos dedicamos a la salud mental, creo que eso tiene mucho que ver también a la hora de validar ciertos discursos).


    Me hizo mucho sentido también el texto qué aborda cómo es necesario profundizar la relación que existe entre la estructura social y los determinantes sociales influyen en el malestar mental, qué es algo qué creo que todos intuimos un poco, pero es necesario elevarlo a evidencia estadística, para movilizar políticas públicas.

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    1. PARTE II

      Una vez más queda en evidencia la necesidad de articular distintos niveles de la sociedad en contra del estigma, partiendo nosotros desde nuestros lugares en donde nos encontramos más concientizados, hasta otras esferas de encuentro social. Y en el punto de los programas antiestigma creo muy necesario poder extender está visión a otros niveles de atención, tal cómo se fue extendiendo la perspectiva de derechos humanos. Los usuarios muchas veces se encuentran con violencia institucional en urgencias o en otras especialidades. Y es qué es infrecuente qué en nuestra área dejemos de hacer cosas por qué el paciente tiene enfermedad renal, hipotiroidismo, o está fracturado, sin embargo, es sabido que en otros niveles de atención con frecuencia se responsabiliza a su condiciones de salud mental y se invalida el sufrimiento incluso en el contexto de su propia enfermedad. Esto también tal cómo se menciona en el artículo debería ser transversal a otros grupos clave, cómo usuarios de la red de justicia, diseñadores de políticas, medios de comunicación, empleadores.


      Por último me gustaría hacer mención al cuento “Solo vine a hablar por teléfono” de Gabriel García Márquez. Me emocionó casi hasta las lágrimas, porque una vez más la realidad puede ser tan sorprendente como la ficción. En el cuento de Gabriel García Márquez, vemos a María de la Luz Cervantes, una mujer atrapada en un malentendido trágico que la lleva a ser confundida con una paciente mental. Este relato no es solo una obra de ficción, sino un espejo de la realidad que enfrentan muchas personas con trastornos mentales, una realidad marcada por el estigma y la incomprensión. María, en el cuento de García Márquez, es víctima de una serie de desafortunados eventos que la llevan a un hospital de enfermas mentales, donde es tratada como una paciente. Su experiencia refleja la desorientación, el miedo y la desesperación que muchas personas con trastornos mentales enfrentan debido al estigma y la falta de comprensión

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  40. Estamos en una carrera hacia la no discriminación o abandono frente a los estereotipos que cargan pacientes con ciertas patologías graves, como la protagonista del cuento de Gabriel García Márquez. Retenida de su libertad, aislada y sin dejar de cumplir su objetivo. Donde un marido celoso la busca por cielo, mar y tierra. La encuentra y la ayuda, pero su lenguaje corporal daba otra señal. Ella se da cuenta, alejándose, finalmente dividiéndose por los prejuicios y etiquetas.
    Estamos frente a un hecho donde la estigmatización, etiquetación y más importante, la propia del paciente, la de la familia y la de la sociedad, se estampan en un Ouróboros (sin fin y cíclicos).
    Esta triada que puede ser enfrentada en procesos educativos, pero que deben tener un alcance más allá del box, de manera más macro y no tan solo en aulas profesionales, si no en los colegios dónde se enseñen la cívica y la filosofía, que no se enseñan nuevamente a pensar y a cuestionarnos.
    Sin embargo, no puedo dejar de lado mis nociones protestantes, no con el fin de la destrucción, si no como una especie de conmemoración donde por parte de grupos de profesionales puedan entregar información abierta al público. O mediante programas de los medios de emisión masiva, para invitar a charlas focalizadas como lo hace el grupo polar, pero más global. O simplemente tener el espacio para demorar el problema a nivel global chileno, para que la gente “sansa” tome conciencia de lo que se podría lograr si paramos con estos parámetros autodestructivos a la sociedad.
    Si bien aún no hay evidencia sólida, la única manera en mostrar la punta del iceberg para que sepan qué hay detrás de todo ese fondo, son movimientos prácticos y no con tendencia a campañas “políticas”.
    Pero creo que para ello el destruir el autoestigma y el estigma familiar son esenciales como punto de partida, ya que es donde se va fraguando más estos alcances. Donde a los pacientes se les infantiliza, se les imponen límites, se les ayuda a hacer cosas que “pueden ser incapaces de realizar por su condición”, o el otro extremo, del abandono por el “no va a cambiar” “es crónico no mejorará”.
    En las familias con personas con trastornos mentales graves, donde el estrés que se vive en el ambiente familiar puede traer repercusiones reflejadas en recidivas, más aún en casos donde no hay una terapia activa ni tampoco un buen manejo farmacológico por parte del paciente.
    Es aquí donde aparece el concepto de expresividad emocional como una teoría que relaciona las intervenciones familiares como elementos para reducir los niveles de estrés y aportar a disminuir las recidivas y cumplir un buen manejo terapéutico familiar desde la educación y la tolerancia.
    Una vez hecho el diagnóstico de esquizofrenia en un miembro de la familia, se crea un ambiente ambivalente desde la sobreprotección junto con la sobreimplicación emocional, negación, hostilidad, de crítica y frustración en un concepto llamado “Expresividad emocional”.
    Donde las intervenciones familiares tienen como propósito disminuir los factores de estrés, evitando de esta forma las recaídas, convirtiéndose las familias en un sostén en la rehabilitación, dejando atrás el concepto de que eran las propias familias las causantes de la enfermedad del enfermo esquizofrénico considerando que hasta ahora no existen los recursos necesarios la estabilidad del paciente se dé sin la intervención familiar necesaria, considerando el apoyo necesario para disminuir la carga familiar y contribuir en la rehabilitación.
    Si bien la familia tiene mucha incidencia en el curso de la enfermedad, el personal de salud también implícitamente colaborará a la aparición de las recaídas o el manejo del cuadro del paciente si no tienen un manejo de la expresividad emocional relacionado a la intolerancia y la crítica respectivamente, que deberíamos estar capacitados para interactuar de forma correcta en este tipo de situaciones.

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  41. desde tus emociones y la lectura (cuento, sobre todo) encuentro que tiene razón, este estigma producido por una etiqueta debe ser terrible y muchas veces peor aún el silencio que deben sufrir los paciente con una patología psiquiátrica sobre todo grave. Silencio de no poder comunicas y también de sufrir hacia sus interiores.
    Por otro lado, tenemos que dar cuenta de ello y hacer que sea más notorio, para poder asi dar cuenta este problema, y que tomen voz y voto, para que puedan ser tomado en cuenta como ciudadanos que son.

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  42. Muy interesante los comentarios de los compañeros y compañeras. Me parecería importante reflexionar en torno al impacto que puede generar el fenómeno de la estigmatización en la población infantil. Actualmente me encuentro en formación de psiquiatría infantil por tanto he podido experimentar el proceso de configuración de lo que Goffman llama identidad deteriorada a partir del estigma, es decir el desarrollo de baja autoestima a partir del descrédito fomentado por el entorno y la desvalorización social. Por ejemplo el caso de jóvenes con antecedentes de dificultades en la atención y algunos de ellos con hiperactividad que bajo el modelo de educación tradicional muchas veces se ven expuestos a críticas constantes y pueden llegar a ser tildados de conflictivos o problemáticos, generando altos niveles de estrés. Como esto tiende a ocurrir en etapas del desarrollo críticas respecto a la identidad y personalidad es frecuente observar que estos jóvenes pueden crecer con una baja autoestima y desarrollar dificultades conductuales a partir de ello, consumo de sustancias o trastornos del ánimo. Todo esto podría ser influenciado precisamente por esta identidad deteriorada de la que nos habla el autor.
    Frente a lo anterior está demostrado que el soporte social juega un papel fundamental en la configuración del problema, pero también en cuanto a la posibilidad de detenerlo a partir de un efecto directo mediante ambientes cálidos y sensibles a las necesidades de los niños, así como también amortiguando (por ejemplo la familia) el estrés otorgado por un sistema educativo estructurado y tradicional que puede generar altos niveles de frustración dentro del proceso de aprendizaje y socialización. De aquí surge como relevante incorporar dentro de los planes terapéuticos el fortalecimiento del soporte social de aquella persona con la que estemos trabajando. Considerando también, según lo revisado, que dicha familia a la que pertenecen los pacientes también se ven sometidas al estrés y estigma.

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  43. Las lecturas de esta semana me parecieron súper relevantes. El estigma y la discriminación son temas que se visualizan enormemente en salud mental y que se vuelven un desafío importante tanto para nosotros como profesionales de la salud y como sociedad.
    Como Terapeuta ocupacional, dentro de mis funciones en el dispositivo Hospital de día, esta el desarrollo del taller de psicoeducación de usuarios en conjunto con otros profesionales del equipo. Me he percatado que el estigma es un tema súper relevante para nuestros usuarios, quienes implementan una discusión grupal y reflejan experiencias, demostrando como la estigmatización afecta en sus vidas. Se busca en paralelo educar en relación a este tema. He visualizado que las familias desempeñan un papel fundamental en sus procesos de rehabilitación y que muchas veces implementan el concepto por desconocimiento, es aquí la relevancia de los talleres de psicoeducación a familiares. No debemos olvidar la importancia de fomentar la inclusión en la comunidad. Debemos trabajar en conjunto para derribar el estigma. Colaborar como sociedad resulta fundamental para abordar la discriminación y estigmas de salud mental que impactan directamente en el usuario de forma negativa, generando la exclusión social y dificultando el acceso a obtener ayuda. Es fundamental asegurar un trato digno y equitativo hacia aquellos que enfrentan desafíos de salud mental.

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  44. Me parecieron necesarias las lecturas de esta quincena que vienen a complementar lo que hemos estado analizando, Fue interesante observar como la discapacidad funcional no es secundaria tan solo a las consecuencia de las enfermedades mentales , sino que tambien e incluso aveces mas al estigma que este genera dentro de la familia, en su individualidad y dentro de la misma sociedad , a esta "etiqueta" que tal como algunos compañeros comentaban genera que la persona deje de tener voz, provocando repercusión en diversas esferas de su vida como posibilidades laborales, académicas y sociales , pareciera existir incluso mas miedo al diagnóstico y al estigma que esto acarrea que a la enfermedad en si , se describen cifras cercanas al 40%  respecto al propio autoestigma , lo que es muy elevado,  provocando evitación de las personas para consultar por su salud mental . me sorprendió la estrategia " programa de empoderamiento personal" era algo que desconocía y me parece muy útil y factible de realizar incluso desde APS, coincido en el rol del profesional de la salud en poder actuar como estigmatizador o desestigmatizador en enfermedades mentales, somos la figura de apoyo en muchas situaciones y debemos ser prolijos con nuestras palabras que son capaces de crear realidades en nuestros pacientes, me parece fundamental iniciar con el autocuidado y capacitación del equipo tratante , que es algo que también mencionan en los documentos. En mis propias experiencias he podido apreciar que el contacto interpersonal con personas de grupos estigmatizados es algo que logra favorables resultados, presencie terapia grupal de abuso de drogas y alcohol en donde se generaba un sentido de pertenencia y libertad al abordar sus propias realidades, situación que frecuentemente les generaba ansiedad y malestar a los pacientes cuando intentaban compartirlo en otros espacios, demostrando el beneficio de la existencia de estos espacios de inclusión dentro de la salud comunitaria y el efecto tanto directo como indirecto que genera el apoyo social en la salud mental.

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  45. Las lecturas proporcionadas para esta semana, generan relevancia por lo que significa el concepto de Estigma y sus repercusiones. Claramente una sociedad que estigmatiza la salud mental, es manifiestamente la falta de conocimiento, sin considerar que la misma población se encuentra con indicadores altos en patologías de la salud mental. Desde la lógica de individualismo producto del sistema neoliberal instaurado, que hemos dejado de visualizar a otro desde una perspectiva de aceptación y terminamos excluyendo a cualquier ser humano que sea considerado distinto. De esta misma línea, existe dentro de las familias con deprivación sociocultural que, desde el desconocimiento, terminan no visualizando a sus familiares con alguna dificultad en salud mental, cuando ya se encuentran con tratamiento se debe realizar socioeducación a la familia para educar sobre el diagnóstico y también aclarar todas las dudas que presenta la familia, para reducir ansiedad y miedos que le provoca un diagnostico recientemente declarado.

    En la actualidad y desde mi ejercicio profesional en el hospital, existe desde otros servicios formas y tecnicismos no acordes, cuando se refieren a pacientes con diagnóstico en salud mental. Paralelamente en el servicio de urgencia, dónde ingresan los pacientes en crisis de salud mental, se generan tratos distintos, para los pacientes que se presentan con otra sintomatología.
    En una ocasión en el área de hospitalizado, una colega de trabajo social me pide apoyo en ir a dejar a un paciente que era dado de alta hacia el hogar protegido, donde habitaba el paciente. La petición se solicita desde el temor en enfrentar el traslado por ser un paciente con un diagnóstico de salud mental.
    También la idea o estereotipo que se crea desde los que no conocen Hospital de Día, un espacio para atender paciente con diagnóstico de alta complejidad, pero se cree desde los profesionales que solo se realizan talleres para jugar, sin comprender que cada acción que se desarrolla en el espacio es con finalidad terapéutica y que permite que un paciente logre la estructuración de rutinas entre otras variables. También escuchar a los pacientes desde su diario vivir, como comentan situaciones en donde como personas vivieron una experiencia de exclusión y poder relatar estos momentos les permite liberarse, empoderarse e insertarse en la medida de lo posible en la sociedad.

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  46. Hola Ana, encuentro sumamente enriquecedor leer experiencias como las que compartes. Resulta abrumador y desesperanzador escuchar a los usuarios relatar sus vivencias y darnos cuenta de que como sociedad hemos fallado en algunos aspectos. Me pregunto si solo quienes trabajamos en el ámbito de la salud mental podemos empatizar y validar sus experiencias?, pero ¿qué sucede con el resto de la comunidad? Estoy de acuerdo contigo en que la educación es una herramienta crucial para generar mayor conciencia , el tema es como generar mayor impacto a través de estas intervenciones para que en definitiva podamos dejar de lado los prejuicios y estigmas.

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  47. Si bien me demoré en leerlos textos, por diversos factores, el principal mi TDAH que está recientemente diagnosticado y en reciente inicio de tratamiento, encontré fascinantes estos textos y el cuento de GGM.

    No puedo evitar pensar en mis experiencias tanto médicas como personales al leer sobre el tema de la estigmatización. Durante mi crianza mi madre siempre enfatizó su virtud de no discriminación, de inclusión. Se incomodaba siendo amiga exclusivamente de las ricas, las lindas o las “inteligentes” (ella pertenecía a clase media alta y es bastante hermosa físicamente), quienes en general tendían a juntarse en grupos de personas con fenotipos a fin. Esta característica también la comparte mi padre. Obviamente esta virtud permeó en mí.
    Con esta actitud, siendo médico recién egresado, trabajando en mi ciudad natal, Ovalle, con un sueldo que dedicaba exclusivamente a mis gastos y a devolverle la mano a mis padres, en dos ocasiones acogí en mi casa a 2 personas que diversos motivos vivían en condición de calle (en diferentes momentos). Si bien tenía yo prejuicios y cogniciones estereotipadas, me atreví a realizar tales acciones y convivir con ellos. Con el principal objetivo de ayudarles mediante el amor y el entendimiento (no como médico). A ambos obviamente les ayudé a conseguir atención médica, psicológica, de servicios sociales y a activar sus redes familiares.

    Para ellos estas experiencias fueron muy significativas. Uno de ellos falleció por un tumor cerebral dentro de poco tiempo (Quizás fue eso lo que lo tuvo “loco” por tanto tiempo), y el otro fue posteriormente recibido por su hermano, sin embargo, no continuó en tratamiento y la última vez que lo vi sigue igual de “loco” y e condición de calle.

    Por esto y más me generó cierto entendimiento catártico leer los textos, porque, aunque bien intencionadas, evalúo que mis acciones no fueron efectivas en sus tratamientos ni reinserción. Y esto hasta hoy yo me reprochaba. Pero, con la luz de esta nueva información leída. Ahora puedo ver que esta interacción social profunda que tuve podría haber contribuido de una manera que difícilmente puedo ponderar tanto en mi como en ellos y en mi entorno a disminuir el estigma hacia las personas con trastornos mentales graves y situación de calle.

    No lo había visto desde esta perspectiva antes y es un alivio. Como la interacción social es sanadora, especial de algo tan culturalmente instaurado como la estigmatización.

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  48. Al pensar en el estigma que se da en Salud Mental, me recuerda la frase "debes tener mucha paciencia para trabajar en un lugar así".
    Desde la historia de la Salud Mental se cree que el que atiende en SM está loco, mal de la cabeza "encierro", por qué siempre esta acompañado de un "cuando uno quiere sale de los problemas" "no es capaz de hacerlo por sus hijos" y tantas mas que me ha tocado escuchar.
    Es difícil poder explicar como es el trabajo, la importancia de pedir ayuda, de ocuparse de uno como sujeto de bienestar que pertenece a una sociedad, suelo expresar que la SM en un estado complejo es el resultado de una familia enferma, por lo que debemos curar nuestra mente.

    Creo que el trabajo que hoy se esta realizando en los servicios, sobre crear conciencia sobre la importancia de la SM es fundamental para avanzar en la concientización social, en la inclusión, eliminar barreras, prejuicios y tantos otros que hoy son necesarios, a través de espacios públicos que muestren el trabajo de la SM, crear políticas publicas actuales que permitan generar cambios.

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  49. Si bien, en esta ocasión, se analizan varios conceptos importantes por separado, es muy interesante el cruce que existe entre ellos cuando se habla de salud mental. Parte de las actividades que se intentan hacer para poder disminuir el estigma y la discriminación están fuertemente cimentadas en el apoyo social y, además, este apoyo social permite que las familias o “cercanos” disminuyan su alta expresividad emocional que se ve acrecentada por el estigma que existe al relacionarse con personas psiquiatrizadas de manera cercana. El estigma asociado a la esquizofrenia (y muchas patologías de salud mental) no solo afecta al paciente sino también al clima emocional dentro de la familia. La estigmatización puede aumentar los niveles de alta expresividad emocional, lo cual, a su vez, puede contribuir a un mayor estrés y a un peor pronóstico para el paciente. Esto subraya la importancia de las intervenciones que no solo se centran en el paciente, sino también en educar y apoyar a las familias para reducir el estigma y sus efectos negativos.
    Muchas veces vemos, que la alta expresividad emocional en las familias de las personas con enfermedades de salud mental existe en todas sus manifestaciones, lo que supone un desafío respecto al trabajo que se debe realizar con aquellos que rodean al sujeto que sufre esta discriminación. Ya sea por hostilidad o sobreinvolucramiento, es impresionante el efecto que uno ve en ellos cuando transparenta que es lo que les genera esta respuesta de sus familias o apoyos. En el poco tiempo que llevo de segundo año, he tenido la posibilidad de participar en intervenciones de psicoterapia grupal a usuarios de un hospital de día, donde ellos manifiestan abiertamente cuales son las sensaciones que les genera la alta expresividad emocional sin siquiera conocer el concepto desde su significado semántico, lo que les hace aun mas sentido cuando se explica la relevancia e importancia que tiene en su proceso de recuperación. Un efecto muy parecido ocurre, cuando hemos participado de la psicoeducación de las familias de los usuarios. Agradecen profundamente que se les entregue esta información porque muchas veces están recién asimilando la idea de un diagnóstico y no es ni cercano a una real intención de hacerlo, por lo que verlo de manera teórica y desde el exterior facilita el trabajo hacia enmendar este rumbo. Es muy lindo ver, por un lado, que la psiquiatría comunitaria se hace cargo de estos efectos sociales y del entorno que rodea a una persona, pero, por otro lado, es muy emocionante ver, como es que esto tiene un alcance terapéutico tan potente y permeable al trabajo en el territorio de la mano de la educación comunitaria. Creo que la tesis leída es una contribución valiosísima al campo de la psiquiatría comunitaria, particularmente en el tratamiento de personas con diagnósticos severos. Su enfoque en la expresividad emocional y su impacto en las recaídas proporciona una perspectiva integral que combina elementos clínicos, familiares y culturales que son distinguibles al tener un acercamiento clínico fuera de la clásica dinámica “intrabox”. Por lo tanto, entender estas dinámicas y aplicar intervenciones adecuadas puede mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes y sus familias, planteándonos que la lucha contra el estigma, el fortalecimiento del apoyo social y la adecuada gestión de la expresividad emocional son desafíos que debemos enfrentar para garantizar una mejor calidad de vida para todos los pacientes y su adecuada recuperación.

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