Trabajo Obligatorio: Profesionalismo y activismo en salud mental .
Estimadas y estimados estudiantes:
Esta quincena trabajaremos sobre el tema Profesionalismo
y activismo en salud mental
Como hemos anunciado tenemos como docente invitado a
Sebastián Prieto, Psiquiatra, miembro fundador de SOSAMCHI (Sociedad de Salud
Mental Comunitaria de Chile).
El trabajo a realizar sobre Profesionalismo y
activismo profesional en salud mental está concebido en la siguiente
secuencia:
(i) Primero:
Lea "Los
Intelectuales y el poder", Capítulo 4 del libro MICROFISICA DEL PODER de
Michel Foucault.
Lea "De
las publicaciones de la AEN a la Colección salud colectiva: una mirada
comunitaria". Ponencia de Alberto
Fernández Liria en el Aniversario de la Asociación Española de
Neuropsiquiatría y Profesionales de la Salud Mental en 2015
(ii) Luego deben revisar los textos adjuntos,
• Activismoprofesional en salud mental. Capítulo 4 en Vicente Ibañez Rojo, en LOBO
ORTIZ, Alberto; HUERTAS, Rafael(coords.) Críticas y alternativas en
psiquiatría, . Los Libros de la Catarata, 2018.
• Manifiesto de la Salud Mental Comunitaria, SOSAMCHI y Declaración SOSAMCHI enviada (Rehabilitary Rehabitar).
Además se adjuntas 2 textos que pueden resultar
imprescindibles para la práctica, aunque no se revisarán detalladamente: Epistemologías del Sur y Resumen de Informe del Comité de Prevención de la Tortura
(iii) Sus comentarios en el Blog deben ser realizados
hasta la medianoche del sábado 30 de marzo
(iv) Finalmente cerramos con el taller sincrónico, el
lunes 01 de abril a las 19 horas
I parte.
ResponderEliminarDurante los días posteriores a la lectura estuve pensando quizás con un poco animadversión la ingente expectativa que se despliega continuamente sobre los profesionales de salud mental. A veces me parece tan avasallador y desgastante trabajar dentro del sistema, teniendo que además esforzarse por no ser un prosélito automático fruto de la sociedad capitalista, que me resulta difícil mantener a flote la motivación cuando ya de por sí el servicio público es una fuente infinita de frustraciones. Y argumentaba en mi mente (a riesgo también de ser ignorante en este aspecto): no he visto a pediatría haciendo amagos de generar cambios en Mejor niñez, o a los traumatólogos generando consciencia de los accidentes de tráfico, y ni siquiera he visto críticas al respecto, sin embargo, a salud mental continuamente le llueven comentarios en donde se deja todo el peso de la psiquiatría sobre los hombros de los funcionarios, o por el contrario, comentarios de no ser suficientemente activistas en lograr cambios sociales. Y quizás toda esta tormenta de pensamientos grises y desalmados se asientan en un contexto en que ha quedado en evidencia al rojo vivo cómo en Chile cuesta tanto hacer cambios aún cuando personas derramaron lágrimas y sangre por conseguirlo. Muchos y muchas perdieron la vista luchando en el estallido social, para que después de todo el sufrimiento y el esfuerzo la comunidad haya elegido finalmente mantener todo tal cual, y pensaba ¿qué sentirán esas personas que lo dieron todo y que perdieron tanto? ¿les quedará esperanza?
Entonces comprendo lo que plantean los textos, entiendo la importancia de lograr una unión entre todos y todas para lograr cambios, no dejar de luchar, forjar puntos de encuentro, descubrir qué nos une y trabajar en un gran propósito común para conseguir esa sociedad tan deseada en la que las personas puedan llegar a ser todo lo que quieran ser, pero a la vez se ve tan lejano, y me parece una tarea titánica tan compleja, llena de nudos, con tantos diferentes matices a considerar que pareciera ser un proyecto de nunca acabar, con más fracasos que logros, y esa idea termina apagando cualquier incipiente chispa que intente generar un destello.
A veces me gustaría estar a la altura de todos aquellos que no se rindieron, que estuvieron en cada enfrentamiento, que lograron cambios después de años y años de esfuerzo, como queda plasmado, por ejemplo, en el texto que aborda los inicio de AEN donde resumen décadas de energía invertida por Manuel Desviat y muchas otras personas en lograr un pequeño cambio, generando una chispa que prendió muchísimos destellos y que permitió nuevos proyectos posibilitando beneficios inimaginables en vértices incluso invisibles en la actualidad, abriendo opciones de forjar una mentalidad crítica más que convencer al consumidor de una verdad absoluta, y eso sin considerar otros documentos que hemos abordado donde personas provocaron cambios que significaron un vuelco completo en la vida de muchos individuos desprendidos a la fuerza de una dignidad mínima humana permitida en una sociedad que tiene aún un gran desequilibrio de poder.
III parte.
EliminarY quizás hoy mientras escribo estoy más gris que otros días, pero, no quiero terminar mi último párrafo de este curso con la impresión de estar en un día frío y nublado, por lo que me gustaría despedirme haciendo un compromiso personal, y es que de hoy en adelante durante el ejercicio de mi profesión recordaré que en cada decisión realizada hay un otro al que puedo vulnerar si olvido, si olvido los antecedentes históricos de la psiquiatría, si olvido las secuelas de la coerción y el estigma, si olvido los desequilibrios y abusos de poder, si olvido la desigualdad de género, si olvido la indecencia de la sociedad, si olvido las repercusiones socio-políticas, si olvido la empatía y la compasión. Me comprometo a no olvidar, por todos y todas quienes sufrieron las consecuencias de los que olvidaron ser-humanos.
hola ignacio, gracias por tu comentario tan reflexivo, yo cuando estaba leyendo tambien pense que como esta pasion por querer cambiar y forzar algo diferente movilizo a tanta gente, sobre todo al leer los inicios AEN, no dieron su brazo a torser, siempre buscaron nuevas estrategias para poder repatir conocimiento y como decia al texto que ellos estaban entregando un "instrumento para que un colectivo construya su propia visión de las cosas" . junto con eso y con todos lo expuesto en este curso me quedo con lo que el Dr Sepulveda nos ha reforzado en varias ocasiones, tomar la informacion con una mirada critica, y que nos ayuda a crear una vision mas amplia de la problematica de salud mental y que no solo influye su condicion de salud si no que factores externos que ya en varias ocasiones nos han hecho saber, como las determinantes sociales, politicas publicas, minorias entre otras cosas, eso me hace pensar mi rigidez cognitiva mucho antes de comenzar este ramo, cuando no me parecia tan importante ni influyente los determinantes sociales, de hecho esa frase que comentaste, era casi como un mantra para mi, “somos responsables de todo lo que nos pasa" , y así como lo creía para mi y lo creía para el otro, cayendo en varias ocasiones cometer el gran error de "juzgar a todos con la misma vara", no validando todas las situaciones no visibles de la realidad ajena.
EliminarAhora quisiera ser mas amable, y reflexiva, tomar en cuenta todas las cosas que son promotoras de una buena salud, sobre todo como la desigualdad social es un motor de mala salud, de malos tratos, de discriminación, y de abandono.
Hola creo que el comentario de Ignacio fue una excelente reflexión para cerrar este curso, eso que mencionas de continuar esforzándonos por un cambio pero trabajando en conjunto es lo que ocurre en instancias como estas y puede ser que sea lo que marca la diferencia con otras especialidades como mencionas tú.
EliminarMe quedo también con lo que menciona Verónica y creo que es algo que en el pregrado no se reforzó mucho, ser críticos con lo que leemos y con lo que se nos enseña. A pesar de todos los avances que han ocurrido en la medicina encuentro que la psiquiatría le ha costado avanzar, e ir despertando estas inquietudes y esta necesidad de cambio es un buen pilar para poder evolucionar.
Hola Ignacio, comparto mucho sobre todo lo que escribes en la primera parte, esa sensación desgastante, abrumadora, creer que no logramos nada, caer en la rutina burocrática, a veces incluso, dejarse consumir por el sistema y perder el norte. Pero hacer una reflexión de nuestras vivencias en esta área, darnos cuenta de lo incorrecto que a veces estábamos sin saberlo, nos permite entender mejor lo que debemos hacer. Creo que ahora tenemos herramientas para comprender que cada acto que hacemos si tiene un aporte, por muy pequeño que sea, y ahí es la clave para mantenerse activo y coherente en lo que hagamos en para generar un cambio en la salud mental. Es nuestra forma de mantenernos como activistas de la salud mental, y lograr llevar el mensaje de que la salud mental, es la sociedad, como se dice en el texto de activismo profesional "salud mental no es solo cosa de las personas consideradas locas o de profesionales, es también un asunto de toda la sociedad"; y la lucha por salud mental no separa por género, raza, educación, etc. Es un todo.
EliminarHola Ignacio! que importante reflexión hiciste al principio de tu comentario. Me pasa que sí es verdad que en ocasiones se nos pide a nuestra área ser mas activistas en todo sentido y no vemos a las otras especialidades. Creo que en nuestro país aún falta conciencia de salud mental, hemos avanzado muchísimo pero aún falta. Creo que el Modelo Comunitario es uno de los grandes avances.. sin embargo nos toca a nosotros ser mas activos, tanto en la parte de investigación como nombraban algunos textos como también "salir a la calle" y hablar con la comunidad, ver realmente lo que esta pasando hasta lograr conseguir que haya menos estigma y mas educación con respecto a la salud mental.
EliminarParte I
ResponderEliminarEn la actividad militante una siempre se encuentra con personajes conocidos como “Intelectualoides” por lo general hombres blancos heterosexuales universitarios que hablan de las carencias del pueblo sin haberlas pasado nunca, el texto de Michel Foucault me hizo pensar en ellos y como desde la psiquiatría y las sociedades científicas solemos hablar en “representación” de los pacientes sin nunca haber conversado con ellos y sus familias más allá de la enfermedad y la adherencia farmacológica. Es muy revelador el darse cuenta que podemos caer en los mismos errores de invisibilización incluso desde las buenas intenciones, por lo tanto siempre debemos estar atentos a las dinámicas de poder que estamos reproduciendo en nuestra práctica cotidiana.
Alberto Fernandez menciona cómo el capitalismo predice y evita las crisis. Desde los cuerpos militantes hablamos de cómo el capitalismo se ha ido adaptando a los tiempo incluso a las movimientos revolucionarios, ejemplo el feminismo liberal o feminismo capitalista en donde se cuestiona la posición de la mujer en el ámbito público, pero no se cuestiona al sistema hegemónico, visto de otra manera se busca que la mujer sea igualmente explotada por capitalismo que el hombre. En este primer año de beca estuve pensando mucho en la incorporación laboral de pacientes del COSAM, buscando alternativas de trabajo, pero también incentivando a los pacientes a incorporarse a estos para poder generar ingresos y mejorar sus condiciones de vida; pensaba que cuanto de mis palabras infravaloró a los pacientes y terminó reproduciendo el sistema de la productividad capitalista.
Parte II
EliminarRespecto a la actividad militante de les psiquiatras, pensaba que es necesario promover la producción de conocimiento a través de textos o material audiovisual elaborado por pacientes psiquiatrizados, es decir, ir más allá de la “defensa de los derechos de” sino que abrir y compartir espacios y dejar de hablar por ellos. También me hizo mucho sentido la pregunta ¿qué sacamos con difundir evidencia en revistas científicas, pero no nos preocupamos por la acción política necesaria para implementarlas?, durante este año los docentes nos han hablado mucho acerca de la necesidad de una Ley de salud mental, y no me puede parecer más clara la urgencia de ella. En el texto “Manifiesto por la salud mental en la comunidad” se menciona la búsqueda por liberar a lo comunitario de sus atribuciones diferenciadoras y posicionar la psiquiatría como naturalmente comunitaria. Integrando los elementos que mencioné un poco más arriba, creo que nuestra actividad política debe inspirarse en el feminismo socialista, es decir, promover cambios que se puedan llevar a cabo en el sistema imperante, pero al mismo tiempo cuestionarlo y revelar que se requiere un sistema social y político que cambie las condiciones que hicieron necesaria esta ley.
Me quedo con la enseñanza de siempre estar atenta a aquellas dinámicas de poder que estoy reproduciendo y con la tarea de hacer trabajo militante en mis espacios personales y laborales , pero también en aquellos espacios en donde se disputan las decisiones.
abrazos.
Estimada Tania: Me parece muy interesante tu comentario de cómo "desde las buenas intenciones", podemos nosotros como profesionales de salud mental ayudar a replicar y mantener estos sistemas hegemónicos imperantes. El tema del trabajo es un tema fundamental, como comentas en el contexto de este sistema capitalista, donde el acceso se ve determinado inexorablemente y lamentablemente por la capacidad adquisitiva, pudiendo caer en incentivar el trabajo de los pacientes, pero agregando como mencionas una cuota de presión significativa y pudiendo no tomar en cuenta qué es lo realmente importante para dicho usuari@.
EliminarPor lo que me parece nuevamente, de lo más importante que podemos incorporar es el dar las ayudas y seguimiento para acompañar a los usuari@s en un proyecto de vida que les haga sentido a ell@s, más allá de lo "económico" o de la "utilidad de que todos trabajen". Se necesita individualidad en el tratamiento, no recomendaciones generales que pueden ser dañinas en algunos casos, si no tomamos en cuenta la riqueza e individualidad de cada ser humano.
Mati gracias por tu comentario, creo que diste en el clavo cuando hablas de laa aplicación de estas recomendaciones generales que al final homogenizan el malestar y perdemos el enfoque de individualizar y por ende visibilizar al otro, gracias!
EliminarReflexionando sobre el tema del activismo profesional en nuestra área, queda en evidencia la importancia crucial que tiene en la promoción de cambios significativos en la salud mental y, por ende, en la calidad de vida de las personas. A lo largo de diversos textos, hemos sido testigos de cómo la falta de participación activa por parte de los profesionales de la salud ha generado una especie de desconexión con la toma de decisiones en políticas públicas y movimientos sociales. Esta ausencia de implicación ha contribuido a una suerte de anestesia social, debilitando los esfuerzos por instaurar transformaciones necesarias para una salud mental más equitativa y acorde con las necesidades de la sociedad, y que sean cambios que perduren en el tiempo.
ResponderEliminarSe comenta que el objetivo del altruismo en salud mental propone que una persona sea tratada sin discriminación, que hayan programas públicos de ayuda para sus estudios y para conseguir un trabajo, que ese trabajo tenga las condiciones que no lo conviertan en un estresor que mine su salud. Que pueda vivir en una comunidad amable en la que participe libremente y desarrolla una identidad. con esto es esencial reconocer como ya lo hemos visto a lo largo de este curso que la salud mental está profundamente influenciada por determinantes sociales como la desigualdad, la pobreza, la discriminación y la desigualdad de género, entre otros factores. Si estos aspectos ya han sido ampliamente demostrados, ¿por qué aún no se han tomado medidas concretas al respecto? Este vacío en la participación de los profesionales de la salud en la toma de decisiones de políticas públicas parece ser un factor determinante. Es un llamado urgente a adoptar una postura más activista y comprometida con la lucha por cambios sociales que perduren en el tiempo y que beneficien a toda la sociedad. Esto para mi es una revelación, ya que cuando decidí estudiar medicina, pensé que estaba muy alejado de lo político, pero ya se que la salud es política no podemos separlos. Esto refuerza la idea de tener una actitud activista en Salud, implica involucrarse en las políticas sociales.
En el textos relatan que existen diversas ramas de movimientos sociales que buscan cambios en diferentes aspectos de la sociedad. Sin embargo, es preocupante observar cómo cada uno de estos movimientos opera de forma independiente, centrado en sus propias necesidades, y muchas veces olvidando que todos compartimos un mismo fin: mantener una vida digna, mejorar la salud y respetar los derechos sociales y humanos.
Se hace evidente la necesidad de un cambio en la forma en que se toman las decisiones, donde se valore mucho más la opinión de las personas afectadas y se incluya activamente a sus familias en el proceso.
La investigación también debe desempeñar un papel fundamental, si bien es necesario mantener un ojo vigilante sobre posibles intervenciones políticas o comerciales que puedan distorsionar su integridad.
Se refuerza la idea de que más allá del cambio del modelo asistencial de salud mental hay que luchar de forma colectiva para cambiar estructuras de poder que sustentan la desigualdad generadora de pobreza discriminación racismo y que dañan la salud de la sociedad y de las personas.
En última instancia, esta reflexión nos invita a nosotros, como profesionales de salud mental, a asumir una postura más proactiva y comprometida en la promoción de cambios sociales que beneficien a todos. Es momento de dejar de ser espectadores distantes y convertirnos en agentes de transformación, trabajando juntos para construir una sociedad más justa, equitativa y respetuosa de la salud mental de cada individuo.
EliminarHola Vero! Estoy muy de acuerdo con tu comentario en el hecho de que como profesionales desde el ejercicio de nuestra área debemos dejar de ser espectadores o activistas pasivos, más que ser la voz de aquellos que no son escuchados, podemos apoyar y promover el abrir caminos para que puedan comunicar sus preocupaciones y malestar. El manifiesto de la salud mental comunitaria aborda esto mencionando que se debiese promover el fortalecimiento del ejercicio de derechos, ciudadanía y participación comunitaria con pertinencia cultural, con el fin de generar una salud democrática, inclusiva y fraterna. Considero que el tema de esta semana es una invitación para que nos movilicemos por el bienestar de nuestros pacientes, para que se reconozca su valor en la sociedad que aunque suene de pero grullo, no siempre sucede, en una localidad como la que me encuentro ahora en el sur de chile lo he visto bastante, el predominio del estigma. Pero aún así me mantengo firme en la esperanza de que si bien los cambios pueden tardar, van a llegar.
Hola Vero al igual que Ana concuerdo con lo que escribes, me parece después de las lecturas de esta quincena , fundamental nuestro activismo como médicos, somos una profesión con un estatus social importante que nos permite movilizar respuestas probablemente en un tiempo mas acotados que otros trabajadores y nos vemos al igual que muchos afectados por las modificaciones en políticas publicas y en materia legislativa; me gusto mucho leer como se implementaba este activismo en España y tal como tu mencionas la investigación y la difusión de esta información por medios escritos permite transparentar a otros de lo que esta ocurriendo y hacerlos participes de esta lucha, siendo una oportunidad de unión y camaradería con nuestros pares y la comunidad.
EliminarParte I
ResponderEliminarHola a tod@s! Me parece que el tema de esta sesión, recapitula y ayuda a repensar mucho de los contenidos que hemos visto a lo largo del curso, como lo es el estigma, discriminación, interculturalidad, pero desde un fondo mucho más empírico y práctico, pudiendo visualizarlo de manera más realista para incorporar a nuestra práctica.
Es innegable que al lograr adentrarnos en comprender y escuchar a nuestros usuarios, no sólo para llegar a un "diagnóstico" y "tratamiento", si no para llegar a una real compenetración, de comprender cuál es lo esencial que determina el sufrimiento psíquico de aquel que nos consulta, los determinantes estructurales y sociales que nos rigen de una manera diría yo a veces casi invisible en el día a día, deben ser develados e intervenidos.
Inicialmente en mi práctica clínica en APS, viendo usuarios que consultaban por problemáticas de salud mental, me percaté de muchos factores que intervenían más allá de lo psicopatológico: problemas de vivienda, dificultades laborales/económicas, familiares enfermos, dentro de otros. Incorporaba estos elementos como "un factor más" en mi proceso diagnóstico, y en caso de no responder al tratamiento (que frecuentemente se centraba en el modelo biomédico de los psicofármacos), se catalogaba como "depresión refractaria", "trastorno de ansiedad refractario" y los derivaba a atención secundaria para evaluación por psiquiatra.
Cuando veía nuevamente a estos usuari@s, por otros motivos (consulta de morbilida, cardiovascular, etc), me percataba de que no había muchos cambios en su sintomatología psiquiátrica, preguntándome ¿Por qué no mejoraban al haber escalado en su nivel de complejidad de atención?
Hoy después de llevar casi un año de residencia de Psiquiatría, empapándome de esta visión, y de haber sido testigo y participado en intervenciones en un centro de atención comunitaria (COSAM El Bosque), me doy cuenta de cuán equivocado estaba. Estos "factores" que denominaba yo, como anexos, accesorios al cuadro, realmente eran el sufrimiento principal, y la manera como se presentan (lo más externo) era en la forma de un trastorno depresivo, un trastorno de ansiedad.
Este cambio de paradigma progresivo que se fue dando, me ha hecho replantearme notoriamente el cómo realiz(amos) un plan de tratamiento consensuado y coherente desde y para el usuari@.
Parte II
EliminarAhora bien, concuerdo con algunos de los comentarios de nuestros compañeros, que al ver la tarea titánica de no solamente entender el cambio de paradigma, si no ser un actor activo en lograr cambiar estas condiciones inherentes al modelo, puede ser difícil pensar en cómo podemos llevarlo a cabo.
Una experiencia que siento puede ir en esa línea, es una actividad que desarrollamos los residentes de Psiquiatría en el COSAM El Bosque que corresponde a un taller de psicoeducación para pacientes con TAB.
Aparte de ver temas esperables (como los síntomas, tratamiento, etc), dejamos algunos temas para trabajar en sesiones propuestos por l@s usuari@s, resultando en sesiones muy estimulantes e interesantes, como por ejemplo abordar el estigma asociado a TAB, en contexto de trabajo, relaciones de pareja, y una sesión que fue también muy interesante fue el de invitar (de manera online) a un amigo, profesional de salud, con la experiencia de ser paciente con TAB. Pudimos conversar de muchas dudas de cómo es por ejemplo, la relación con la familia, con pareja o en el trabajo, sumado a la incertidumbre de los períodos de eutimia, por ejemplo. Recuerdo que fue muy bien valorado por tod@s, el diálogo que fue surgiendo de manera muy fluida.
Creo que aunque una experiencia pequeña en rango de acción y temporalidad, fue significativa para tod@s. Por lo que espero poder seguir aprendiendo y realizando actividades que puedan ir en esta línea de acción.
Saludos
Matías
Matias que bueno poder leer como ha ido evolucionando el taller de psicoeducación de TAB, encuentro genial que hayan involucrado temas propuestos por los mismos pacientes!.
EliminarMe hace mucho sentido y me queda dando vuelta lo que mencionas del paciente refractario, ya que tendemos a utilizar mucho ese concepto incluso tenemos esquemas farmacológicos dirigidos a los pacientes "sin respuesta" o "refractarios" pero claro al final lo que es refractario es el sistema que mantiene el sufrimiento y la precariedad que terminar sosteniendo el malestar. Creo que muchas veces, en el fondo, sabemos que los pacientes "no están respondiendo" por sus condiciones de vida, pero ante la dificultad de cambiar esos elementos decidimos parchar con fármacos; coincido con los comentarios en que es dificil la tarea que nos hemos adjudicado, me quedo con la visión positiva de que al menos sabemos hacia donde debemos apuntar, abrazos
Hola Matías! que interesante leer al respecto de lo que hacen con los pacientes con TAB. Creo que es enriquecedor y una ayuda "extra" fundamental que necesitan. Como bien tu dices muchas veces pasamos de largo caracteristicas fundamentales que podrian determinar la refractariedad a tratamiento, como las condiciones sociales, familiares, educacionales, etc de los pacientes. No es tan facil como subir la dosis de medicamentos, derivar a atencion secundaria y ya, porque no es ese el problema principal. Siento que este curso ha hecho que muchos nos replanteemos la manera de abordar y manejar a nuestros pacientes.
EliminarMientras leía los textos pensaba, ¿Qué tanto puedo aportar en el cambio? ¿Seré sólo una profesional que seguirá replicando el modelo biomédico con sólo intentos frustros de ir más allá, hacia una salud mental comunitaria? Pero a medida que avanzaba, comencé a llenarme de esperanza…es increíble lo mucho que se puede realizar desde la posición en la que nos encontramos para poder movilizarnos hacia la búsqueda del bienestar de nuestros pacientes, familiares y comunidad, es algo que justamente nuestra profesión nos lo permite, si bien, de forma limitada, igual se pueden realizar cosas, desde la búsqueda de inserción en la comunidad, asambleas entre profesionales, familia y usuarios, creación de contenido (como se nos muestra en el texto de la AEN), entre tantas otras medidas.
ResponderEliminarComo plantea Foucault, el poder no es simplemente represivo, sino que también es productivo, al crear nuevas formas de conocimiento y subjetividad y en esto está la clave. Si bien, hay muchas figuras de poder que impiden el progreso hacia una salud con enfoque comunitario, manteniendo este sistema individualista y capitalista, igualmente de a poco se están tomando pequeñas medidas para lograr cambiar la mirada , y eso parte desde nosotros, tenemos ese poder para generar pequeños impactos que para alguien pueden ser significativos.
Pienso que gran parte de las decisiones y conductas que tomamos tienen un poco de activismo en ellas…y de política, por lo que el activismo entre profesionales de la salud mental puede ser una fuerza poderosa para el cambio social y la promoción de la salud mental, abogando por políticas que mejoren el acceso a la atención de salud mental, reduzcan el estigma asociado con las enfermedades mentales y promuevan entornos más saludables para el bienestar integral de las persona.
Hola Camila.
EliminarMe parece muy interesante tu comentario ya que refleja una serie de reflexiones profundas sobre el papel que tenemos como profesionales en el campo de la salud mental y nuestra capacidad para generar cambios significativos. Es cierto que, al comenzar en este camino, pueden surgir dudas sobre el impacto real que podemos tener y si estaremos simplemente replicando modelos tradicionales o si podremos avanzar hacia un enfoque más comunitario y holístico.
Por lo anterior es que me parece que tu reflexión aporta esperanza, ya que muestra la capacidad de transformación y la voluntad de buscar el bienestar de los pacientes y la comunidad en general, llegando a alegrar el cómo planteas la posibilidad de movilizarse desde la posición actual, aprovechando las oportunidades que se presentan para crear cambios significativos, aunque sean pequeños.
La referencia a Foucault y su visión del poder como algo no solo represivo, sino también productivo me pareció muy interesante, ya que recuerda que, a pesar de las estructuras de poder existentes que pueden dificultar el cambio, cada acción que realizamos como profesionales de la salud mental puede tener un impacto en la construcción de nuevos conocimientos y prácticas que favorezcan un enfoque más comunitario y humano.
Ahora, además de reconocer el poder transformador que tenemos los profesionales de la salud mental en la búsqueda del bienestar comunitario, es importante también el poder reflexionar sobre la necesidad de una constante autocrítica y autorreflexión en nuestra práctica. Esto implica cuestionarnos constantemente sobre nuestros propios sesgos, privilegios y limitaciones inherentes al sistema de salud mental.
Al analizar las estructuras de poder que influyen en la práctica de la salud mental, es fundamental considerar cómo podemos desafiar esas estructuras desde adentro. Esto implica no solo abogar por cambios a nivel político y social, sino también realizar cambios significativos en nuestras propias prácticas clínicas y enfoques terapéuticos.
Me llamó mucho la atención tu comentario Camila. Concuerdo cuando dices que cada decisión que tomamos posee una parte de política en sí. Y en esto quiero profundizar porque, como muchas veces se ha mencionado antes, toda postura, idea o acto que realizamos es en sí político, es imposible tomar una postura “a-política” y pretender que la política es algo ajeno que no nos influirá en nuestro actuar en cuanto a que no nos importe o no nos interese. Es relevante ser consciente del trasfondo de nuestros actos: por qué los realizamos, en busca del favor de quién, cuáles son los valores y motivaciones de fondo, etc. Sólo de esta forma podremos tener una práctica consecuente a nuestros principios y evitar volvernos títeres del orden establecido, cuya influencia actúa de formas imperceptibles para quien no quiere verlo.
EliminarLa opción de tomar una postura activista en nuestra práctica clínica sin lugar a dudas es una buena alternativa para llevar a la práctica los principios de la Psiquiatría y Salud Mental Comunitaria que tanto hemos estudiado. Me genera esperanzas constatar que cada vez son más los psiquiatras formados bajo este enfoque, ya que, mientras más profesionales compartan nuestros ideales y principios, más factible será que este activismo se unifique y logre llegar más lejos.
Saludos!
PARTE 1
ResponderEliminarMe pareció muy interesante y fundamental los textos de esta sesión ya que, a mi impresión, en un mundo cada vez más consciente de la importancia de la salud mental, el tema del profesionalismo y el activismo en este campo cobra una relevancia significativa. Muchas veces ya hemos abordado y reflexionado sobre que no se trata solo de diagnosticar de manera precisa o de brindar tratamientos clínicos efectivos, sino también de abordar las barreras sociales, económicas y políticas que afectan el bienestar psicológico de las personas. Y es que, con relación a lo anterior, me hicieron mucho sentido frases que hacían referencia acerca de cómo los servicios de salud mental deberían estar mucho más involucrados en los problemas culturales y sociales de su comunidad local en lugar de hiper diagnosticar e hipertratar a las personas. Y es que a través del curso hemos podido ir reflexionando acerca de a que podría corresponder real y profundamente conceptos como la salud mental y la Psiquiatría Comunitaria, creo que la temática de esta sesión es fundamental para poder pensar acerca del rol que queremos ejercer en nuestras diferentes laborales y día a día para sumar nuestro grano de arena a una sociedad mas justa y con mejor salud mental, con todo lo que ello involucra.
Durante los textos pude ir reflexionando sobre varias temáticas que me hacían ruido al recordar experiencias ya sea desde incluso antes del pregrado hasta ahora en camino a ser especialista en el área. Situaciones como la de tantos casos y casos de usuarios vistos en atención primaria, donde claro si bien técnicamente uno podía dejarse llevar por la formación y hacer calzar un diagnostico para poder indicar un tratamiento farmacológico, total: ¿para eso fuimos entrenados y formados y somos médicos?, la mayoría de las veces pasaba por mi cabeza la frustración de no poder “cumplir” con este rol o encomienda que la sociedad “hace” a mi profesión ya que uno veía que la mayoría de las veces, el origen y por lo tanto el abordaje de los “trastorno mentales comunes”, o aun mas simple, del malestar y sufrimiento psíquico de los usuarios, claramente no pasaba ni se acercaba por una etiqueta diagnostica, ni mucho menos por indicar tal o cual medicamento, sino por ya ser capaces de reconocer el conjunto de factores y determinantes sociales que están convergiendo en la situación actual de las personas y que claramente si bien “escapaba de nuestras manos”, si creo era un paso ya el poder darse cuenta de esto y ser capaz de amplia la mirada y no dejarse llevar. Ahora creo que esto, como se menciona en los textos, muchas veces también podía transformarse en un arma de doble filo, ya que, si bien podíamos ampliar la mirada y por lo tanto educar a los usuarios y “empoderarlos” de su realidad para poder abordarla de manera integral, también podíamos terminar cayendo en culpar o patologizar el sufrimiento psíquico por contextos socioculturales y por lo tanto responsabilizar a los usuarios y no darnos cuenta de lo que hay más allá.
PARTE 2
EliminarCreo que a mi parecer el profesionalismo en salud mental se podría o debería reflejar en el compromiso de los profesionales de proporcionar cuidados respetuosos, considerando la autonomía y la dignidad de cada paciente, complementándose este enfoque con el activismo, que implica acciones concretas para transformar políticas, combatir estigmas, educar sobre salud mental y asegurar una distribución justa de recursos. Ahora, como mencionan compañeros, muchas veces puede terminar siendo frustrante el por un lado poder entender todo el contexto que hay en salud mental y las comunidades, y el ver como se plantea en los textos, que todo el contexto y teoría acerca de como se ejerce el poder en la sociedad y uno pensar que puede hacer uno contra eso, pero a la vez fue muy interesante reflexionar acerca de cómo se plantea que también puede ser una oportunidad para poder aportar en realmente mejorar la calidad de vida de los usuarios, más allá de mejorar a un “enfermo” o muchas veces peor a un “diagnostico”, sino en aportar herramientas para que el objetivo primario sea la vida de las personas con las que tratamos. Esto en un enfoque holístico que reconoce las dimensiones sociales y sistémicas de la salud mental.
Aunque enfrentamos desafíos al confrontar las estructuras de poder y la complejidad del sistema de salud, al fusionar el profesionalismo con el activismo, podemos contribuir a crear una sociedad más empática y equitativa en materia de salud mental. Esto no solo beneficiará a los pacientes, sino que también promoverá una cultura de cuidado y apoyo mutuo en el camino hacia el bienestar psicológico.
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ResponderEliminarEl cómo llevar a la práctica lo que estudiamos a lo largo de todo este curso es una interrogante que me ha seguido durante el primer año de beca. Sin lugar a dudas, gracias a las lecturas y discusiones, hemos aprendido a notar problemáticas sociales donde antes sólo habían “desajustes neuroquímicos” o “conflictos psíquicos internos no resueltos”. Y gracias a este develamiento, hemos podido constatar qué tan determinantes son estos factores a la hora de propiciar la aparición o prevención de la enfermedad, sobre todo en el campo de la atención en salud mental, donde muchas de las patologías que vemos se ven fuertemente determinadas (si no causadas) por conflictos económicos, laborales, de vulnerabilidad, etc.
ResponderEliminarDe esta forma, el activismo surge como una forma de incidir en estos elementos estructurales que sabemos determinan la salud de nuestros pacientes. Lo comprendo como una forma de dejar de ser un ente pasivo, postura que inevitablemente lleva a la frustración al evidenciar las problemáticas sociales de nuestros pacientes y sentir que no podemos hacer nada al respecto. A través del activismo como profesionales, nos situamos junto a los pacientes (no dirigiéndolos, pues son ellos los objetos de su lucha y quienes determina el norte de esta) y podemos hacer uso de nuestro saber técnico para colaborar donde se necesite de nuestra experticia. De esta forma, es importante buscar herramientas que permitan incitar a los propios pacientes a que se empoderen y tomen las riendas de su futuro. Esto muchas veces puede verse dificultado por la gran desfuncionalización que la sociedad otorga a los pacientes psiquiátricos, viéndolos como elementos mal funcionantes del engranaje social y apartándolos, o por características propias del proceso mórbido del paciente, como los síntomas negativos en la esquizofrenia, por ejemplo. Aún así, es importante sortear estos obstáculos trabajando desde la perspectiva del recovery, para que nuestros pacientes logren al fin hacerse partícipes de su propio tratamiento y decidir por sí mismos qué es lo que quieren representar en su lucha.
Finalmente, quisiera rescatar lo mencionado con respecto a Virchow en el capítulo 4 del texto “Críticas y alternativas en psiquiatría”. Específicamente se le propone como el primer profesional en enunciar al ámbito social como parte del terreno de acción de la medicina, plasmando esta idea con una frase concisa pero fuerte: “La medicina es una ciencia social”. Y si bien sabemos que no es solamente una ciencia social, dado su fuerte componente biomédico y científico, a mi parecer esta frase logra rescatar un aspecto muchas veces olvidado de nuestra profesión. En particular, el hecho de que los determinantes sociales de la salud existen y son una fuerza clave en el proceso de salud-enfermedad de la población en general. De esta forma, si sólo nos dedicamos a evaluar los niveles de neurotransmisores en un determinado circuito de una determinada región del cerebro, y pasamos por alto las condiciones de pobreza, inequidad, hacinamiento, vulneración de derechos, etc; estamos reduciendo un problema cuya causa principal es social, a un problema biomédico. Con el riesgo consiguiente de “empastillar” al paciente para palear las injusticias de la sociedad.
Hola Nicolás.
EliminarMe sumo a tu comentario.
La manera en que te refieres a el trascender la visión tradicional de los "desajustes neuroquímicos" para entender las complejidades sociales que influyen en la salud mental es un llamado de atención necesario.
Apoyo la idea de "abrazar el activismo " como una vía para abordar esto , actuando no solo como observadores sino como participantes activos al lado de quienes enfrentan estos retos diariamente.
La cita de Virchow que traes a colación, que señala a la medicina como una ciencia social, es un recordatorio muy bueno de nuestro deber más allá del consultorio. Aborda la esencia de lo que a menudo se pasa por alto: que los factores sociales desempeñan un rol fundamental en la salud y el bienestar y es algo de lo que se ha hablado bastante en este curso.
Este enfoque holístico desafía la tendencia de reducir las experiencias humanas a condiciones médicas, subrayando la importancia de considerar el contexto más amplio de la vida de los pacientes.
Creo que como conclusión se requiere de manera "urgente" adoptar una práctica médica que no solo alivie síntomas sino que también busque cambiar las circunstancias que los provocan.
saludos!
Hola Nico! Comparto totalmente tu reflexión sobre cómo llevar a la práctica lo aprendido durante nuestro primer año de beca. Es cierto que las lecturas y discusiones han sido muy provechosas, permitiéndonos identificar problemáticas sociales detrás de lo que antes solo veíamos como desequilibrios neuroquímicos o conflictos internos. Esta conciencia nos ha mostrado cuán determinantes son estos factores sociales en la salud mental de nuestros pacientes, especialmente en un campo donde las patologías están estrechamente ligadas a conflictos económicos, laborales y de vulnerabilidad.
EliminarEn cuanto a lo del activismo, siento que nuestra tarea como profesionales es utilizar nuestra experiencia técnica para apoyarlos en sus esfuerzos y empoderarlos para que tomen las riendas de su propio futuro.
Sin embargo, creo que este proceso puede ser complicado debido a la estigmatización que enfrentan los pacientes psiquiátricos y a las barreras propias de su enfermedad. Es importante superar estos obstáculos y trabajar desde la perspectiva del recovery, permitiendo que los pacientes se conviertan en agentes activos de su tratamiento y tomen decisiones sobre su propia vida.
Me parece relevante destacar la referencia que haces a Virchow en el capítulo 4 del texto "Críticas y alternativas en psiquiatría". Su afirmación de que "la medicina es una ciencia social" resalta la importancia de considerar los determinantes sociales de la salud. Si ignoramos estas condiciones sociales y nos limitamos a tratar los síntomas biomédicos, corremos el riesgo de medicalizar problemas que tienen raíces sociales profundas. Es crucial que como profesionales de la salud mental reconozcamos y abordemos estas injusticias sociales en lugar de simplemente recetar medicamentos para paliar sus efectos. Saludos!
Estimado Nicolas:
EliminarEs crucial lo que tu dices, que es importante desde el punto de vista estructural que estamos formando, ya que importa mucho quien lo haga y como se diga, quien tenga el poder y lo que pretenda con él, ya que, de una manera macro va afectar a nuestros pacientes. Por estos últimos, es que tenemos que ser de las polis, enter politicos, que hagan que su ciudadania valga y también enseñarles hacer que su palabra/acciones valgan por ellos mismos.
Fue bastante interesante profundizar en parte de la vida de Manuel Desviat, además de poder condensar gran parte de lo que hemos visto en las sesiones anteriores.
ResponderEliminarDurante gran parte del tiempo que leía los textos (sobretodo “los intelectuales y el poder” y aún más con “activismo profesional en salud”), recordé las consignas del estallido social. Sin embargo, mí experiencia fue diferente a cómo se vivió en las ciudades, ya que me encontraba en mí destinación en Cochrane, donde realizamos cabildos ciudadanos en la plaza y conversábamos cómo ciudadanos de distintas esferas, una instancia muy enriquecedora. No puedo no asociar “la lucha contra el poder” donde se repiten las consignas de hacer una sociedad más humana, solidaria y justa. Cambiar nuestras condiciones de vida y darle la vuelta a una sociedad asfixiante, competitiva, individualista, alienante. En ese entonces, la principal consigna era la dignidad, y otra cosa que caracterizo este movimiento fue que no era un representante claro o un partido político propiamente tal, sino que era una sensación de “justicia social”.
Comentó esto, ya que en los textos se mencionaban también la necesidad de instaurar un sistema de conexiones laterales de bases populares (cómo en aquella ocasión fueron los cabildos). También, me parece importante destacar que actualmente gracias a la existencia de internet, las redes sociales y otras fuentes de información no oficiales, hay una rápida difusión de la información, casi de forma inmediata, permitiendo tener múltiples miradas y visiones de los hechos, pero también abre la posibilidad del “ciberactivismo” (puede convocar a un mayor número de personas, pero individual, desvinculado a una pertenencia colectiva).
Otro concepto que me parece muy interesante de vislumbrar, es que las luchas se encuentran parcializadas, donde se ha perdido la movilización colectiva global por defender valores éticos o con el objetivo de una justicia social, sino que se defienden los derechos de una parte de nuestra identidad “la que nos sentimos atacados”, lo que mantiene la desvinculación de las luchas sociales y perpetua un sistema individualista. También, se plantea lo difícil que es conseguir una unificación de estos aspectos y cómo la industria farmacéutica puede vincularse por medio de organizaciones para dirigir la movilización a su interés. Sin embargo, el llamado no es al rechazo de la industria, sino más bien a estar atento a estas posibilidades, no cerrarse a los beneficios que nos entrega en la ayuda de las personas.
Según la frase de Rudolf Virchow “La medicina es ciencia social, y la política no es otra cosa que medicina en gran escala”, y al entender que las enfermedades derivan de las condiciones sociales (pobreza, baja escolaridad, discriminación, entre otras), es necesario que cómo profesionales de la salud estemos involucrados más allá del solo trabajo clínico, y mantener una actitud que facilite a evidenciar estas necesidades, denunciar lo injusto, conversar de política, y abrir instancias de dialogo cómo también, es fundamental, comenzar a cuestionar y dejar de lado, el poder que se entrega en una relación de contexto clínico paciente-tratante.
Pienso, que todo lo descrito en está sesión, nos entrega bastantes lineamientos en los que debemos comenzar a integrar a nuestra práctica diaria, no solo clínica, sino en nuestra participación comunitaria (lo que es y hacer psiquiatría comunitaria), hay que cambiar las estructuras y relaciones de poder (cómo bien lo mencionan algunos compañeros y compañeras en sus comentarios), la pirámide con el psiquiatra en la cúspide y el paciente en la base, mantener siempre el respeto con las personas que trabajamos y buscar alianzas tanto con otros profesionales que puedan entender está problemática, cómo también, con familiares, usuarios y la comunidad.
Al ver el tema de esta sesión y leer los textos, me ayudó a reafirmar que el ejercicio de la medicina no va sólo en el acto clínico, sino que a través de nuestro actuar podemos ayudar a crear conciencia y nos volvemos activistas, algunos más activos que otros, pero según lo que hemos visto, el quehacer médico también implicaría un acto político. Al igual que a algunos de los compañeros que ya comentaron, siento que, en el área de la Salud mental, se exige ser más participativos debido al estigma que aún existe respecto a muchos temas. Así el texto de Fernández Liria menciona la importancia de las publicaciones como instrumento para la difusión del conocimiento científico, como para la articulación de esfuerzos colectivos y la transformación de realidades insatisfactorias de las que podemos ser testigos día a día con nuestros pacientes y sus familias. Esto se refuerza con la propuesta de Foucault que plantea que los intelectuales tienen un papel en desafiar el poder a través de la teoría y la práctica, cuestionando la noción de reforma y abogando por acciones revolucionarias que cuestionen la totalidad del poder y su jerarquía.Desde la perspectiva de la AEN como instrumento de convergencia y debate, resulta importante para la participación en los temas atingentes y propuestos la creación de espacios, como las revistas en donde se puedan exponer estas temáticas, no sólo de índole biomédica, sino también tener la oportunidad de el aporte de ideas desde otras áreas como la filosofía, antropología etc, como la revista Atopos que toca temas de salud mental y cultura.
ResponderEliminarActualmente en conjunto con los becados de 2do y 3er año que estamos en el Hospital de Angol, en el sentido de vincularnos con la comunidad, acercando la salud mental a las personas, es que se ha gestionado un espacio radial en una emisora que es muy popular, se inició esta semana y el tema elegido fue el estigma, en donde se pudieron plantear los más grandes mitos al respecto, favoreciendo la participación mediante preguntas. Si bien es una instancia diferente a la de una revista, creo que es un comienzo favorable en el trabajo de ser agentes activos de la salud mental, con un enfoque en la lucha por los derechos humanos, la participación de las personas usuarias en todos los niveles y la lucha contra el estigma, no simplemente ser reduccionistas con nuestros pacientes viéndolos como un conjunto de síntomas que hay que tratar, sino que viéndolos desde la integralidad, como se menciona en el texto de Alberto Ortis Lobo, volviendo a destacar algo que ya hemos comentado en sesiones anteriores y es destacar la importancia de reconocer que el sufrimiento psíquico no solo es una cuestión individual, sino que también es un reflejo de la mala salud de las sociedades.
Tal como se menciona en el Manifiesto por la salud mental comunitaria el ejercicio de esta debiese promover el fortalecimiento del ejercicio de derechos, ciudadanía y participación comunitaria con pertinencia cultural, con el fin de generar una salud democrática, inclusiva y fraterna, que también se cruzan con lo propuesto por la Asociación mundial de la psiquiatría que abogan por mejoras en la atención y apoyo a las personas con diagnósticos de salud mental.
Como lo mencioné antes, el ejercer la medicina ya es un acto político, tenemos la posibilidad más que ser la voz de otros, de poder abrir espacios para que estos puedan por ellos mismos expresarse, ser incluidos, respetados y valorados.
Muchos de mis compañeros han mencionado lo importante que es, qué como médicos o profesionales de la salud nos involucremos en las decisiones que se toman en este ámbito. En mi opinión creo que esta es un área que no es para todos, pero eso no quita que no podamos aportar de otra forma, como se muestra en el texto de la AEN, como es el caso de la creación de contenido, ya que como planteaba Foucault el poder no es solo represivo sino también productivo. Si bien, con el activismo lo que buscamos es generar cambios significativos en la salud mental y mejorar la calidad de vida de las personas, y como lo comenté más arriba con instancias como estas donde podemos leer y hacer reflexión de nuestras atenciones y actos vamos haciendo pequeños cambios. En todo este año que llevamos me he dado cuenta que a varios nos ha pasado que leemos y nos damos cuenta que cometíamos discriminaciones o caíamos en estigmas sin darnos cuenta pero que ahora somos conscientes de eso y podemos corregirlo. Y es en estas mejoras o cuando educamos y empoderamos a los usuarios que estamos siendo activistas. Como nos dimos cuenta en uno de los textos, cuando uno tiene deseos de hacer las cosas y generar cambios buscará estrategias, no todos tenemos las mismas herramientas o habilidades pero si tenemos el interés de mejorar la salud mental y mejorar la calidad de vida de las personas, siempre podemos hacer algo.
ResponderEliminarHola Gabi! que importante lo que dices respecto a la discriminación, ya que como bien tu expones es probable que hayamos caído en ese sesgo de manera casual. Lo importante es que poco a poco vamos adquiriendo los conocimientos y experiencia necesaria para evitarlo a futuro.
EliminarSaludos!
Muy de acuerdo Gabriela, pienso que ya al ser conciente de los momentos en que pudimos ser coercitivos o perpetuar el estigma en determinadas situaciones, nos ayuda ahora a no seguir repitiendo la misma conducta. Tener más herramientas en enfrentar estas situación y siempre validar la postura de las personas con las que trabajamos. También, ahora cuestiono la relación de poder entre "médico-paciente" que se da en la atención clínica, y como es posible que de esta jerarquia, pase a una relación simetrica que entrege e incluya las opiniones de todos y todas. Siento que nuestro rol como profesionales de salud en el activismo si es fundamental, ya que las transformaciones necesarias son profundas reformas sociales en las que nos corresponde informar, esclarecer y aportar (no obligar, no convencer). Sin duda hoy en día hay varias formas de como mantenernos como activistas. Saludos!
EliminarHola a todos! fue muy motivador e interesante leer los textos de esta quincena y siento que es una gran manera de reflexionar en este término de curso.
ResponderEliminarEfectivamente a los profesionales de salud mental se les exige de manera tácita (y a veces no tanto") el involucrarnos más allá, crear consciencia y de cierta manera demostrar que estamós haciendo más. Como comentaba Ignacio, esto no pasa con otras especialidades o al menos no es tan evidente.
Pero nosotros como profesionales de la salud mental, siento yo, tenemos un compromiso con nuestros pacientes que debemos cumplir. Hacer crear consciencia al resto, demostrar que la patología mental no es una discapacidad, crear redes de apoyo y centrarnos no sólo en lo biomédico si no también en lo psicosocial.
Por ello me hace sentido el enfoque genealógico que hace Foucalt respecto al poder. Las dinámicas de poder en una sociedad son complejas y a ratos hay que trabajar a favor de ellas, mientras que otras veces será en contra.
No podemos "hacer vista gorda" en esto que afecta de manera directa a nuestros pacientes, quienes muchas veces son personas vulnerables que terminan siendo una suerte de víctimas de la sociedad. Es nuestro trabajo luchar por y junto a ellos para asegurar condiciones dignas de vida y tratamiento.
Que importante Gabi como destacas las exigencias sociales que se ejercen sobre los profesionales de salud mental que no se aplican a otras especialidades. Si bien se nos exige un compromiso mayor con nuestros pacientes y la comunidad, creo que no existe otra forma de hacerlo. Es una especialidad tan humanista que requiere que dejemos de lado nuestro lado mas cientifico y nos conectemos más socialmente con el otro. Cualquiera podria pensar que en realidad esa deberia ser la base de la medicina, pero vivimos en una sociedad tan aislada y una medicina cada vez mas deshumanizada que es importante parar y repleantear la forma en que estamos haciendo las cosas.
EliminarNuestro compromiso siempre va a ser con el paciente y bienestar biopsicosocial y eso requiere de forma tácita nuestro involucramiento con la comunidad.
Hola!!!!
ResponderEliminarFue particularmente fascinante examinar las lecturas asignadas en estas dos semanas, especialmente centradas en dos áreas que despiertan mi interés: la salud mental y el activismo. Reflexioné sobre cómo podemos contribuir y actuar como catalizadores de cambio desde nuestra posición, en lugar de limitarnos exclusivamente a la práctica clínica.
Ortiz y Huertas discuten en su obra cómo, al tratar a los pacientes, a menudo se ignora que el origen de su angustia y sufrimiento emocional puede radicar en la persona misma, incluyendo su biología y conflictos internos. Sin embargo, se pasa por alto la posibilidad de que las circunstancias sociales del individuo sean una contribución significativa o la causa principal de su descontento. Sugieren que el recurso a medicamentos o terapias, sin más, puede obstruir la capacidad del paciente de modificar su situación. Proponen que, si estas personas tuvieran la oportunidad de dialogar y compartir sus experiencias y situaciones vividas con otros en circunstancias similares, podrían encontrar juntos soluciones o alivio a sus problemas.
Creo que el activismo es esencial para combatir las desigualdades que afectan la salud mental, impulsando cambios sociales y sanitarios y también por otro lado, veo crucial el aporte de las disciplinas psicosociales que ofrecen una perspectiva más social y centrada en el usuario y su entorno. Paralelamente, se observa en varios centros de salud la implementación de iniciativas comunitarias, incluyendo la creación de espacios de consulta comunitaria, lo que fomenta una mayor cercanía
Especialmente en Chile, tras el estallido social y el proceso constituyente, hay un mayor compromiso con las necesidades comunitarias, donde se ha ido promoviendo un enfoque de cambio más inclusivo y horizontal.
Como vimos en foros anteriores, el movimiento feminista es un claro ejemplo de esto, donde, más allá de lograr cambios significativos aunque aún insuficientes, ha fomentado un aprendizaje constante en la comunidad.
Saludos!
Estimada Carolina, muy de acuerdo contigo con el crucial aporte del equipo psicosocial, quienes tienen un rol clave en combatir la desigualdad. Quisiera destacar también, la importante labor de l@s trabajadoras/es sociales, quienes considero que son l@s que enfrentan y buscan soluciones de una manera más directa sobre los factores sociales y la desigualdad. Donde no solo ayudan a los usuario a enfrentar y superar desafíos sociales, emocionales, económicos y de salud, si no que también tienen la importante labor de facilitar el acceso a recursos que intentan disminuir de manera práctica la desigualdad, como brindar asistencia financiera, vivienda, servicios de empleo y educación, entre otros. Lo que me lleva a destacar la importancia del activismo en salud mental en todo el equipo de salud, un activismo interdisciplinario, y aún más, un activismo común con la comunidad, familiares y usuarios.
EliminarEstimada compañera de Beca, Tus comentarios sobre el trabajo de Ortiz y Huertas son muy acertados. También reflexioné sobre cómo el enfoque en la comunidad y el activismo pueden ser herramientas poderosas para abordar las desigualdades en salud mental. Me impresiona cómo has destacado la importancia de las iniciativas comunitarias y el compromiso creciente con las necesidades de la comunidad, especialmente en Chile después del estallido social y el proceso constituyente.
EliminarEs interesante observar cómo el movimiento feminista ha ejemplificado este enfoque inclusivo y horizontal de cambio social. Creo que estas reflexiones nos recuerdan la importancia de trabajar juntos para crear un entorno más compasivo y solidario para todos.
Comentario Parte 1:
ResponderEliminarQuisiera comenzar resaltando la importancia del tema que abordamos hoy: "profesionalismo y activismo en salud mental", y cómo este nos impulsa a convertir nuestra labor en un espacio de integración, igualdad y justicia social.
El capítulo 4 "Activismo profesional en salud mental" de Rafael Huertas presenta el activismo en salud como la lucha por la igualdad y la promoción de prácticas saludables, criticando el modelo socioeconómico vigente que influye en múltiples enfermedades, especialmente en salud mental.
Es fundamental dirigir nuestro trabajo hacia el cambio social, más que hacia el tratamiento médico en sí y sus condiciones de administración. Debemos tener una visión crítica de cómo se generan y perpetúan las problemáticas de salud mental. Reconocer nuestras limitaciones en el tratamiento es crucial, ya que en ocasiones no es posible abordar completamente ciertas patologías con psicofármacos debido a la violencia estructural presente en la sociedad.
El libro nos invita a reflexionar sobre las palabras de Virchow, quien planteó que si la enfermedad deriva de las condiciones sociales, los profesionales de la salud deben comprometerse en la acción política.
En relación al texto de la revista oficial de la asociación mundial de psiquiatría, destaco la pregunta final del editor sobre nuestra credibilidad y relevancia social como profesionales si difundimos evidencia en revistas científicas pero no nos preocupamos por la acción política necesaria para implementarla.
Desde mi experiencia en APS, ya sea como interno, médico, he observado cómo los determinantes sociales influyen fuertemente en el desarrollo de patologías de salud mental. Muchos usuarios del programa presentaban antecedentes de pobreza, violencia intrafamiliar, desempleo o trabajos mal remunerados, discriminación, entre otros. A pesar de los esfuerzos del personal por aplicar un enfoque biopsicosocial en los tratamientos, los problemas sociales eran tan complejos que escapaban de nuestra intervención, revelando la necesidad de abordar las estructuras sociales subyacentes. En mi práctica actual como becado de psiquiatría en el CDT, he observado que los mismos problemas asociados a los determinantes sociales tienden a desencadenar problemas de salud mental más graves, lo que crea un ciclo vicioso donde la falta de conocimiento de la sociedad, el estigma y el aislamiento empeoran las condiciones de vida de los pacientes, afectando directamente el tratamiento.
Destaco del texto "manifiesto de la salud mental comunitaria" su enfoque en los valores relacionales del individuo y cómo la comunidad influye en su integridad. Además, resalta el concepto de libertad como la finalidad de acción de la sociedad y cómo se relaciona el cuidado con el control social.
Hola Bernardo, efectivamente pienso que es muy importante el intentar abordar las patologías de salud mental no sólo con psicofármacos o desde el enfoque puramente médico sino que adoptar un enfoque más amplio y crítico que considere a los determinantes sociales de nuestros pacientes, pues muchas veces son estos los que impiden su correcta recuperación. Pienso que es complejo, pues muchos de ellos se escapan de lo que actualmente podemos hacer e intervenir, lo que hace necesaria con urgencia un cambio en las políticas públicas para que se facilite poder entregar ayuda y herramientas desde todos los ámbitos y de forma integral a nuestros pacientes y sus familias.
EliminarEspero realmente que cada vez nos acerquemos a una atención con enfoque cada vez más social para poder tener un mayor impacto y ayudar con más herramientas.
Durante el desarrollo de este curso se me ampliado la mirada sobre el sufrimiento de los humanos más vulnerables, dentro de ellos, los que padecen enfermedades mentales. Así como también, la percepción y vivencias de lo que me ha tocado experimentar durante el desarrollo de mi carrera.
ResponderEliminarEl concepto de profesionalismo, que es la manera de desarrollar actividades en el trabajo con compromiso, responsabilidad y eficiencia, aplicando las herramientas de una formación específica, y respetando las pautas preestablecidas socialmente y el lugar de trabajo; es insuficiente si nuestro compromiso con los pacientes es mayor, en esta búsqueda nace el activismo, el cual es un método para lograr cambios. Sin embargo, esto se ve entorpecido por los grupos que están a cargo de la gobernanza de nuestro mundo, esto favorece que se muchos de estos activista vayan quedando en el camino, y en algunos reforzados por su egocentrismo, lo que provoca división de estos grupos, generando la debilidad de estos; contribuyendo con esta actitud a reforzar la sociología de las audiencias, que invisibiliza y denigra el sufrimiento de los vulnerados, manteniendolos en la ignorancia.
Contrario a estos existe un grupo de activistas que son perseverantes, comprometidos y resistentes a la frustración; los que visibilizan estas necesidades y sufrimientos, además, relevando sus saberes, generando así nuevos conocimientos, con el fin de hacer valer sus derechos (sociología de las emergencias). También luchan por modificar el monoculturismo imperante, cómo es el cientifismo, el cual deja fuera los conocimientos ancestrales, denigrandoles e invisibilizandoles.
Después de este análisis, me entra la duda sobre el futuro del activismo, la historia nos muestra que cada vez que la sociedad está a punto de lograr este cambio, nos viene la noche negra que impide su realización. Cómo ejemplo, tenemos los golpes de estado en Latinoamérica. Sin embargo, como alguien dijo "lo peor es quedarse en la inacción", por lo que cambio debe comenzar en nosotros, generando así una masa crítica para lograr nuestro objetivo.
"¿Cómo podemos – en nuestra función de académicos o clínicos de la salud mental – saber la importancia central de factores sociales para la salud mental y no exigir a viva voz y con claridad la acción política para mejorarlas? "
ResponderEliminarLos textos de esta quincena reflexionan profundamente sobre la relación entre el profesionalismo, el poder y el activismo en salud mental, algo que es crucial actualmente, en donde los desafíos de salud mental tienen una gran complejidad y en donde ya se sabe muy bien lo que contribuye a una salud mental deficiente (condiciones adversas en la infancia, guerras, persecución y tortura, aislamiento social, desempleo y exclusión social, ser parte de minorias de genero y sexuales, pobreza, educación deficiente y baja posición socioeconómica y desigualdad social).
Me sentí muy identificada con lo que plantea uno de los autores, que dice que él tiene la noción de que la práctica clínica en sí misma no es suficiente para abordar los problemas subyacentes que afectan la salud mental de las personas. Y esa sensación es algo que he vivido mucho el último año, con bastante frustración, tristeza e impotencia, frente al sentimiento de no tener como solucionarlo. No se puede estar bien si vivo inmerso en la desigualdad social y económica, si vivo en un ambiente violento, si soy discrimand@, si no tengo acceso a un hogar con las necesidades básicas, etc. No existe fármaco ni psicoterapia contra la desigualdad social, y muchas de las enfermedades (tanto físicas como mentales) derivan de las condiciones sociales en las que viven las personas. He sentido mucho mi práctica clínica que el box de atención, nos queda chico, no alcanza para solucionar todas las problemáticas y alcanzar el bienestar, ya que la salud mental de las personas está intrínsecamente ligada a factores sociales, económicos y políticos, que no se pueden solucionar en el box clínico, y como dije antes, no existe psicofármaco ni psicoterapia para aquello.
Es por esto, que tenemos que buscar soluciones que no encontraremos en nuestra atención clínica, lo que nos lleva a buscar una participación activa en la esfera política para impulsar cambios significativos, y buscar la justicia social y la igualdad, para abordar las raíces estructurales de los problemas de salud mental.
”La medicina es ciencia social, y la política no es otra cosa que medicina en gran escala”.
EliminarAbordar las desigualdades sociales y trabajar hacia un cambio estructural se convierte en una prioridad tanto ética como profesional, hay que luchar por la mejora de los determinantes sociales, luchar contra la desigualdad y la injusticia social. Como plantean los autores, los servicios de salud mental (incluyéndonos) deberíamos estar mucho más involucrados en los problemas culturales y sociales de su comunidad local en lugar de hiperdiagnosticar e hipertratar a las personas. Tenemos que construir comunidades y sociedades saludables.
Me llamo la atención también la advertencia a no caer en la fragmentación de los esfuerzos y la competencia por recursos en las distintas luchas y activismos, a no caer en que “cada uno lucha por su parte del pastel”, olvidando que la mejora de las condiciones generadoras de mala salud es una lucha común, es importante ir conectando nuestras diversas causas y trabajando hacia un cambio duradero y equitativo.
Necesitamos sociedades que cambien y que implementen todos los factores que favorecen la salud mental. Una sociedad sana, equitativa y justa, debe proporcionar ciertos mínimos, como condiciones de crianza protectoras y de apoyo, asegurar la paz en los países y entre ellos, erradicar la pobreza, garantizar una educación satisfactoria y digna, luchar por un empleo pleno, promover la cohesión social y sociedades funcionales, y tener poca desigualdad social (como mínimo).
Para cerrar, creo que nuestro profesionalismo en salud mental está intrínsecamente ligado con el activismo, debemos reconocer nuestro rol como agentes de cambio social y tenemos que ir descubriendo como llevarlo a la práctica, lo cual considero que es un enorme desafío para cada uno de nosotros. Personalmente con estas lecturas, creo que he logrado ponerle nombre a algo que sentía que me faltaba en mi formación y práctima médica, a esa inquietud que sentía al ser testigo día a día de como la injusticia e inequidad social es un factor que genera y perpetua la enfermedad. Me llevo como tarea profundizar aún más en esto y ver como aportar al activismo. Muchas gracias por las lecturas, creo que han removido mucho en mí.
Muy de acuerdo con lo que dicho Ma Cristina, respecto a lo dicho, mencionar la larga tradición de activismo en salud pública y la lucha por las desigualdades que es lo que la moviliza. Una convicción de la importancia de luchar contra los elementos desiguales, y las injusticias en el nivel más social. Y De esta manera modificar el sistema económico y social que fomenta las injusticias. Y en este contexto es que los distintos determinantes sociales, van también generando las distintas enfermedades en la población.
EliminarComo agentes de salud mental, creo que el activismo forma parte de la misma, ta que si ahondamos en las temáticas que tratamos, nos damos cuenta que la salud, va muy íntimamente ligada con la política, y con los elementos más sociales de la misma. Por ello, la resistencia de alguna manera, debe ser llevada a cabo mediante el activismo, que es ser parte de la discusión social, para ir en pos de establecer reformas y buscar combatir con las injusticias, en distintos ámbitos, sociales físicos, de minorías, y en los distintos eslabones de los segmentos y determinantes sociales.
Así no solamente estaríamos desarrollando un activismo teórico, sino que una activismo práctico y amplio social.
Estimada María Cristina concuerdo con tu comentario, especialmente con "el box nos queda chico", esto debe motivarnos a ampliar nuestra visión para trabajar en redes con equipos multi profesionales, multisectorial es y con inclusión de nuestros usuarios.
EliminarEl texto de Alberto Ortiz y Rafael Huertas ha generado un gran impacto en mí, especialmente su crítica hacia aquellos que buscan ser agentes de cambio a través de las redes sociales. Disiento con su opinión, ya que creo que promover la conciencia sobre la salud mental va más allá de las manifestaciones físicas. Durante este curso, he resaltado la falta de aprovechamiento de las plataformas digitales en Chile. Observo cómo profesionales, influencers y pacientes comparten su experiencia, desempeñando un papel que debería ser asumido por las autoridades gubernamentales.
ResponderEliminarDesde mi experiencia en la beca de psiquiatría comunitaria, veo cómo se trabaja por reintegrar a los pacientes en la sociedad, pero se carece de las herramientas necesarias para difundir este trabajo de manera efectiva. Seguimos dependiendo de terceros para avanzar. Mi objetivo es impulsar la recuperación de los usuarios y ayudarles a desarrollar una vida más allá de su enfermedad. Es esencial que realicemos visitas domiciliarias para comprender las necesidades reales de los pacientes y abordarlas de manera integral.
Considero que los objetivos de la sociedad de salud mental comunitaria de Chile son insuficientes y obsoletos. Es fundamental que nos tracemos metas más ambiciosas y específicas, que aborden de manera más precisa las necesidades de nuestra comunidad. Necesitamos avanzar más allá de las bases establecidas y evolucionar constantemente para enfrentar los desafíos en salud mental de manera efectiva.
Preguntas como: ¿Existe un equilibrio adecuado entre mantener la objetividad y comprometerse activamente en la promoción de cambios sociales y políticos en el sistema de salud mental? y ¿Realmente estamos comprometidos con el bienestar de nuestros pacientes? son esenciales y nos obligan a reflexionar sobre nuestra labor y responsabilidad como profesionales de la salud mental. Estamos en un momento crucial en el que debemos cuestionar y replantear nuestras prácticas para asegurarnos de que estén alineadas con el verdadero bienestar y la autonomía de aquellos a quienes servimos.
A pesar de los desafíos que enfrentamos, no todo es desalentador. Estamos avanzando, aunque sea a paso lento pero seguro, en el camino hacia una comprensión más profunda y una atención más efectiva de la salud mental. Sin embargo, es evidente que necesitamos explorar más alternativas de difusión para llegar a un público más amplio. Debemos invitar a más personas a unirse a nosotros en la lucha por desestigmatizar la salud mental y reconocer su importancia en la vida de cada individuo.
Estimado Julio, comparto lo que comentas respecto a la realidad que vivimos con la falta de recursos para poder, por ejemplo de acuerdo a lo que mencionas, poder realizar más visitas domiciliarias. Lo lamentable de esto es que no se trata de una situación aislada, sino más bien de una realidad país, en la cual muchas veces todo depende de "la buena voluntad" de un funcionario que se sobreexige para lograr abarcar a mayor población y más trabajo del que le permiten sus horas de trabajo regular.
EliminarJulio, no puedo estar mas de acuerdo con lo que señalas, efectivamente las plataformas digitales son un excelente y desaprovechada herramienta que puede ser de reelevante importancia para impulsar reformas, visibilizar, concientizar y potenciar los recursos que tenemos! Al leer tu comentario me anima mas a formar un grupo que nazca dd este curso con los que deseen unirse y empezar a trabajar bajo este enfoque con ayuda cd las herramientas digitales y formar comunidad!
EliminarLos textos de esta semana me parecen una conclusión adecuada para el curso en general, donde hemos visto distintos aspectos de la psiquiatría comunitaria desde multipels aristas, promoviendo ahora nuestra participación activa en este ámbito. Al finalizar este curso puedo afirmar con toda seguridad que no existe otra opción de psiquiatria que la comunitaria, que toda medida en pro de la salud mental debe ser para y con la población, sin embargo, este es una orientación que actualmente no siguen todas las casas formadoras de especialistas, por lo que me parece fundamental el texto de Desviant, en el que nos invita precisamente a promover una visión comunitaria y critica de la salud mental, que sugiere una conexión con movimientos sociales que busca transformar las realidades en este campo.
ResponderEliminarLa publicación de la revista oficial de la asociación mundial de psiquiatría nos explica que para lograr mejorar los determinantes de salud y, en consecuencia, la salud mental de la población se requiere compromiso y participación política, como para todo cambio. Si bien nuestros esfuerzos pueden parecer insuficientes en el común de la población, debemos generar el ruido suficiente para lograr el compromiso de autoridades capaces de generar cambios a nivel más global.
Sin embargo, desde nuestra vereda podemos aportar un granito de arena y abarcar, por lo menos, nuestra comunidad más próxima. Para esto me parece fundamental el uso apropiado de los recursos con los que contamos, por ejemplo el internet, para asi llegar a otros sectores de la población y abarcar mas canales de comunicación. Personalmente encuentro muy útil los blogs o páginas de personas con patologías que comparten tips, demuestran al resto de la población los desafíos con los que se encuentran día a dia y como mejorarlos.
En nuestra formación, los viernes trabajamos con una de las doctoras en un proyecto de intervención precoz en preescolares con trastorno del espectro autista y las familias agradecen inmensamente los grupos de apoyo que organiza la asociación encargada el proyecto, donde se comparten consejos y recomendaciones que entregan otras madres con más experiencia en le manejo de sus hijos, compartiendo además inseguridades y miedos de ellas mismas, sirviendo como un espacio de contención y mejorando, en consecuencia, su propia salud mental, dándoles a entender que no están solas, que se tienen entre todas, que es un proceso, que todas pasaron por lo mismo y que no todos los niños son iguales. Es impresionante el impacto que tiene ese apoyo entre las familias y como se nota, por ejemplo, al atender a madres que llevan más tiempo en el programa, que se muestran mas relajadas, mas abiertas a opciones y con mayores herramientas.
Creo que este tipo de intervenciones se podrían replicar fácilmente para otras patologías, después de todo, el ser humano no es tan distinto a un animal acostumbrado a vivir en manadas, estamos insertos en una comunidad y nos necesitamos entre todos.
Hola Daniela, muy interesante tu comentario y la experiencia que cuentas del trabajo con familias. Me parece que es un buen ejemplo de lo que se plantea en las lecturas, principalmente cuando pensamos en cómo se puede cuestionar y modificar la asimetría de poder entre médicos y paciente, principalmente asumiendo tanto teóricamente como en la practica que quienes más saben respecto a sus padecimientos y cómo resolverlos son los mismos pacientes o quienes comparten sus condiciones, por tanto quienes pretendemos aportar en aquel proceso de resolución de problemas, debiésemos disponer de nuestros recursos para potenciar las herramientas existentes ya en las poblaciones con las que trabajamos, y el primer paso me parece siempre es el cuestionar la dinámica oficial e intentar revisar con mayor profundidad el fenómeno social que se nos presenta. Saludos!
EliminarMuchas gracias Daniela por compartir tu experiencia, me parece bastante interesante el que estén trabajando con las familias de niños con trastorno del espectro autista de forma temprana, y sería bastante interesante poder replicarlo en pacientes con otros otros trastornos y sus familias, como podría ser por ejemplo el trabajo con pacientes con un primer brote psicótico o con pacientes con TEA en edad adulta, donde la disfunción familiar, en especial la alta expresividad emocional, puede ser un factor que empeore el curso de los pacientes. Tal como dice Juan Pablo, son finalmente los mismos pacientes y sus familias quienes tiene un mayor saber sobre su padecimiento, y que podemos aprender mucho de ellos, y que nos enriquece en cuanto a ir adquiriendo estos saberes y mayor experiencia para poder intervenir de forma mas eficaz e integral a nuestros pacientes. Estas instancias creo que son fundamentales para poder obtener cada uno en sus respectivos centros los tiempos y recursos para lograr realizar actividades con las familias y comunidades, porque muestran que son altamente costo-efectivas que el solamente ver pacientes en un policlínico de forma individualizada y aislada sin lograr intervenir los problemas perpetuadores o desencadenantes de descompensaciones o de un peor curso de enfermedad.
EliminarInteresante como en uno de los textos se comenta que ninguna teoría puede desarrollarse sin
ResponderEliminarencontrar una especie de muro, y se precisa la práctica para agujerearlo. Brillante este punto del texto, ya que creo es una de las bases para ir comprendiendo cómo podemos ir impregnando en nuestro entorno y en la sociedad, respecto a elementos que deseamos sean movilizares de cambio. Sin poder dejar de lado el aspecto que frente a cada nuevo elemento que deseemos incorporar y transmitir, debemos ir haciéndolo en un contexto local propio y particular, que según su dinámico interna, tendrá una resistencia determinada, elemento que deberemos ir derribando con la transmisión de nuevos ideales, y de una retórica potente que pueda impactar y permutar lo preestablecido en elementos de nuevo tinte, con nuevas miradas y así ir generando el proceso de los cambios en la sociedad y en el nivel local al que deseemos apuntar.
Recuerdo cuando me tocó pasar por el internado de salud familiar comunitaria, donde había un gran docente, de importante dedicación. Recuerdo cuando siempre se dedicaba con esmero a escuchar a sus pacientes, sin discriminación, y acogiendo de gran manera lo que le decían. El anotaba cada extracto de lo que le comentaban en una libretita, y después les decía que la salud era poder devolver mayor justicia y dignidad a las personas. También tenía dentro de sus planes publicar en alguna revista los alcances que iba recopilando en su quehacer cotidiano. Fue una tremenda experiencia compartir con él, un hombre sencillo y dedicado, no me cabe duda que muy recordado por sus pacientes.
También quería señalar, que me parece digno de análisis cuando en uno de los textos, citando a Foucault se menciona la idea de que las masas no tienen necesidad de los intelectuales para conocer el saber, porque ya lo saben, pero el problema radicaría en que existe un sistema de poder que obstaculiza, que prohibe y no permite, que invalida ese discurso y ese saber. Y en ese contexto es donde se hacen necesarios los intelectuales, que además de poseer un saber, son pioneros en hacer notar ese saber, en impartirlo a nivel social, incluso desafiando los poderes anteriores predominantes, a expensas de ser catalogados y tildados de disrruptores, de agitadores, de transgresores, pero finalmente llevando el mensaje del saber ante las esferas de la sociedad para ir permeablizando el saber anterior, e ir agregando reformas en los colectivos sociales.
Notable el punto analógico donde el texto toca la prisión, y la comparar con un sistema del mes alto poder, una forma en que se priva de todo la individualidad y colectividad, de forma totalitaria y casi delirante, manifestando gráficamente una máxima aberración de poder. Y también de alguna manera, justificar ese poder con un argumento moral.
Interesante cuando en el texto se menciona la idea de que nuestra dificultad para encontrar las formas de lucha adecuadas, provendría más bien de que ignoramos realmente en qué consiste el poder. Crucial este punto, ya que si bien se tienen ciertas nociones del poder, en qué consistiría, pero resulta no del todo claro lograr una definición a su respecto.
ResponderEliminarResulta casi como una nebulosa, etérea, del que existen nociones, pero pocas precisiones.
Muy clarificador resulta lo que menciona Foucault en uno de sus textos, al exponer que cada lucha se desarrolla alrededor de un centro particular del poder, una especie de micropoder local, propio en sí mismo, con sus características, son formas de operar, y sus entendimientos particulares. De alguna forma la sociedad y las sociedades, estarían conformadas por este poder, que es como de una forma eterna, pero a la vez palpable, presente, pero no fácil de definir.
Me resulta de gran agudeza que pese a lo etéreo del poder y su dificultad para su definición, resulta de un forma muy identificable y movilizador, para los que son oprimidos por el, y de esta manera, se conforma un bloque al unísono, que son movilizados por un elemento central común, luchar contra este poder y contra la represión. Lucha en la que conocen perfectamente el blanco, y de la que pueden determinar el método, y así agruparse en este nuevo colectivo movilizador conformando el proceso revolucionario.
También resulta de gran interés lo que se explaya en uno de los textos, cuando se aborda la temática de los movimientos sociales. Uno de sus supuestos básicos que se menciona era que la
transformación radical que buscaban estos movimientos sólo podía provenir de la autoorganización de los propios implicados y que las publicaciones escritas, podían ayudar en ese fin de autoroganizarse. De gran interés como la revista AEN, se instaló y fue ganando terreno en la disidencia intelectual desafiando a la revista de psiquiatría oficial. Llevando a cabo de esta manera una resistencia en el plano intelectual, y permitiendo la lucha con respecto al poder imperante. Y en ese respecto no se puede dejar de mencionar la labor que ha impulsado Manuel Desviat, aportando desde la resistencia, generando debate, impulsando un movimiento social e intelectual movilizador, aunando las disidencias en contra del poder, o del micropoder de la psiquiatría.
De alguna forma podemos ver que la resistencia, la movilización, se generan por medio del debate, de la reflexión, de la interacción entre distintos puntos de vista. Para de esta forma aunar criterios y generar una emancipación mejor orquestada.
Creo que fue un sentimiento que se comparte con varios compañeros, el sentir que a veces lo que hacemos no influye en nada a nivel macro, que lo que se intenta hacer es tan poco que no realizará un cambio, sentir inseguridad, miedo quizás, por caer en el mismo sistema burocrático individualista que se mantiene y ser parte de este perdiéndonos. Pero leer lo de esta sesión nos permite ver como la resiliencia y estas acciones, que a veces parecieran pequeñas, si pueden generar un cambio a gran escala.
ResponderEliminarLa lucha por una salud más igualitaria, como dicen los textos, parte considerando que la sociedad es salud mental, y por ende, abarca cada una de las diversas ramas que hoy tienen o buscan una voz para exigir igualdad. Al final, todos buscamos un mismo fin, pero pareciera que el individualismo no permite que compartamos ese fin.
La salud es política, y eso es un punto que se debe entender para mantenerse activo en busca de un cambio; y con esto viene el poder, un poder que se puede usar de forma productiva, en pos del bienestar de nuestra sociedad. Y también de combatir el individualismo que se ve hoy en día, donde cada uno intenta salvar lo suyo sin siquiera ver cómo esto afecta al resto.
Creo que las lecturas permiten reflexiones bien importante en cómo podemos ser nosotros activistas en nuestra profesión, la importancia de mantener un ideal a pesar de las adversidades, comprender el poder que podemos ejercer e intentar ejercerlo de una forma beneficiosa para el resto, y por ende, para uno.
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EliminarHola Jorge! creo y comparto que estas lecturas nos permiten reflexionar respecto a la comprensión del poder y cómo es que nosotros podemos ejercerlo. Sin embargo, me quedó dando vuelta las palabras de M. Foucault respecto al poder validado que entrega "el saber" en nosotros como profesionales que dice "el papel del intelectual no es el de situarse un poco en avance o un poco al margen para decir la muda verdad de todos; es ante todo luchar contra las formas de poder allí donde este es a la vez el objeto y el instrumento: en el orden del saber, de la verdad, de la conciencia , del discurso" por lo que pienso que también es una opción válida el soltar el poder y luchar contra este, todo desde la perspectiva de que, más allá de ser profesionales debemos ocupar el privilegio de ser intelectuales. El conocimiento adquirido en este curso es un claro ejemplo de lo privilegiados que también somos desde el intelecto pero principalmente, desde la validación que estos saberes tienen en nuestra sociedad y esto se debería ver reflejado en el futuro, en nuestro cotidiano como personas, como profesionales y también en el activismo.
EliminarEn una de las sesiones recuerdo que un Doctor invitado dijo: ¿y entonces cómo vas a poner resistencia?, eso en respuesta a una serie de argumentos en donde comentábamos que el sistema mismo nos hacía caer en tanto desgaste que terminábamos aceptándolo tal cual es. Desde entonces, a veces me cuestiono si estaré en sintonía con el sistema, algo así como ¿defendiéndolo?, y respecto a esto me ha pasado que siento que voy transitando por periodos, algunos muy agotadores en donde solo puedo dar lo mínimo que se espera de mí y periodos en donde doy el máximo y más. Me gustaría poder sentirme siempre en el activismo, pero creo que es un trabajo muy consciente que aún no he logrado pulir. En este contexto los documentos de esta sesión me han hecho pensar que trabajarlo en equipo podría servir para no tener una lucha individual donde haya que estar siempre arriba, sino que más bien puede ser un equipo en donde todos apuntemos a lo mismo, con periodos en donde cada uno pueda ir sumando a sus ritmos, quizás así podría sentirme parte de un colectivo que está siempre dándolo todo, y no sentirme aislado resistiendo un sistema que no para de empujar.
EliminarBuenas noches a todos
ResponderEliminarBuen tema para cerrar este curso de Salud mental, Activismo y profesionalismo en Salud Mental.
Me deja pensando la frase NO es el “QUE ” que provoca cambios, es la “FORMA” que llegamos ahí, nos quedamos, actuamos juntos y que tipo de organización construimos.
Soy parte de la generación que ha visto formase agrupaciones sociales en pro del bien común,como Asociacion de TDAH, Autismo , donde se valora la presencia física para compartir vivencias, en muchas ocasiones catarsis, plantear nuevas ideas y estrategias, pero en los últimos años caDa vez se ve mas presente el activismo digital, no estoy en contra de la teconologia pero las nuevas generaciones son mas hábiles en usarlas sin tener en cuenta de la barrera como humanos ponemos, nada mejor que conversar de persona a persona, mirarse a los ojos y planificar estrategias para un objetivo en común.
Hago el alcanze en la consulta tuve la oportunidad de enviar a mi paciente al interconsulta a Hospital digital y me expreso que no quería ir porque se sentía incomoda ya estuvo en esa modalidad, me expreso que preferia contarle su Sufrimiento a otro ser humano presente .
Entonces importante es la FORMA como llegamos a OTRO, nos quedamos y actuamos para lograr nuestro objetivo como profesionales de salud mental, siendo este el punto de partida verrnos como HUMANOS.
Debemos sacar a flote nuestras habilidades de LIDERAZGO , conocer a nuestros pacientes y entorno y sacar de ellos las virtudes y fortalezas que llevan intrínsecas todo ser humano, con estas pequeñas acciones estaremos aplicando el activismo en nuestro quehacer diario.
Hola Diana, de acuerdo en buena forma de terminar el curso. Con respecto a lo que expresas es real, la dualidad del uso de plataformas digitales en la atención, y como una crítica social a nosotros mismos, por la creciente despersonalización que eso conlleva en las relaciones interpersonales, sobre todo en nuestra área de salud mental. Pero también, quisiera poner sobre la mesa, el aspecto positivo de las plataformas digitales y los medios en nuestro quehacer y para un activismo. Durante 6 años me desempeñé como medico EDF en Lonquimay, una zona rural, precordillerana, con una distancia de 2 horas a nuestro centro derivador. Donde la posibilidad de contar con un hospital digital, y las consultorías por videollamada, beneficiaron en gran medida a nuestros usuarios. Muchas veces no podemos contar con lo "ideal" que nos gustaría, pero sin duda en condiciones adversas, el tener esa luz, puede significar grandes cambios. Pero a la vez, como dices tu tiene su lado negativo. Ahora en cuanto al activismo digital. Puedo decir que si bien las reuniones con los equipos mas centralizados por medio de videollamadas, nos permitía un intercambio más expedito y rápido, pero a la vez dichos referentes eran conscientes de nuestra realidad adversa, solamente cuando se movilizaban durante 2 horas, en condiciones de nieve y lluvia para poder hablar con nosotros en la ciudad. Es ahí, donde lograban entender las condiciones en las que vivíamos como tratantes y en las que vivían nuestros usuarios. Y de ese modo, generar cambios en los flujos de acción, ya que no se puede trabajar en todos lados, de la misma manera, con métodos de acción centralizados, generados en grandes urbes, siendo Chile un país tan extenso y rico en diversidad geográfica. De este modo el activismo, la política, sin duda con mejores como dices tu de forma PERSONAL. Pero a la vez la digitalización nos acerca cada día más a poder lograrlo. Así como ayuda, a tantos usuarios dentro de las diversidades de género, cultura, etnia, a empoderarse y buscar redes de apoyo.
EliminarUn abrazo para ti.
parte I: El Activismo y la psiquiatría con enfoque comunitario, como bien hemos visto en otras sesiones, es imposible concebirlas por separado en la lucha por la igualdad de condiciones y el mejoramiento de determinantes de salud. El enfoque biomédico, lleno de listados diagnósticos y criterios psicofarmacológicos, dista mucho de ser solución ante las problemáticas que nos enfrentamos en el diario de nuestro quehacer. Asi como también el no quedarnos en una teoría muerta de conocimientos sociológicos, sino aplicada a la práctica profesional, es decir a la realidad de nuestra sociedad. Es así como médicos, y mayor aún como médicos de salud mental, y como en mi caso del área de psiquiatría infanto adolescente, estamos llamados al activismo, al actuar pragmático, a la política… a no investigar someramente la fenomenología de la psicopatología actual del paciente, sino en comprender dentro de mi análisis psicopatológico, los determinantes que hicieron posible dicha trayectoria. Qué vinculo de apego existe, cómo es la estructura familiar, las transacciones de sus subsitemas, los límites, la jerarquización presente, las coaliciones, las alianzas, el tipo de crianza, los métodos disciplinarios utilizados, la calidad de espejamiento, de comunicación y cómo actúan los diferentes microsistemas y macrosistemas en este sistema familiar, cómo la exposición a factores estresantes, predisponen, precipitan y perpetúan enfermedad. Para así poder corregir trayectorias psicopatológicas en los menores, trabajando su entorno, su familia, su colegio, su vecindario, su condición socioeconómica... Abriendo puertas a un trabajo multidisciplinario e interinstitucional, para abordar la raíz de las problemáticas, y asi también prevenir en los hermanos menores posibles desenlaces adversos.
ResponderEliminarEs asi, como el activismo, y el trabajo comunitario, lo encuentro en el diario de nuestro quehacer. Donde sobre todo en niños, el uso de psicofármacos es bastante acotado en comparación a los adultos, lo que nos llama aún más en generar cambios en la higiene mental. Asi también, como esto produce elevados índices de burnout, cuando nos encontramos en escenarios sociales adversos, familias desligadas, poco comprometidas y con un servicio de mejor niñez que muchas veces no funciona del todo bien.
parte II: De este modo, en la salud mental se puede encontrar un activismo que integra todo tipo de lucha disgregada en la sociedad, como las de diversidad sexual, interculturalidad, desigualdad socioeconómica, discapacidad, etc. Ya que todas estas temáticas, las tocamos diariamente, por el hecho de ser PERSONAS, que trabajan CON PERSONAS.
EliminarSin duda las gestiones, reuniones, salidas a terreno, los conversatorios interinstitucionales son importantísimos para abordar a las familias. Lamentablemente nos encontramos muchas veces con las restricciones en agenda, para cumplir rendimientos en número, lo que impide poder llevar a cabo dichas acciones. Y además nos encontramos con que muchos clínicos, podemos contar con los conocimientos adecuados en medicina, para abordar a los pacientes, pero somos incultos en gestiones de salud pública y política. Sumado a que muchos agentes políticos, pierden el rumbo de su labor ética, y buscan la vanagloria personal y el enriquecimiento monetario. A esto se le suma las influencias de las farmacéuticas, como barrera en la difusión de las problemáticas y soluciones alternas a psicofármacos. Con lo que es necesario realizar cambios en la jerarquía de poder, que ejercemos con ellas, lo cual es difícil, por cierto.
Lamentablemente en mi quehacer como EDF en Lonquimay, me toco ver esta cara del activismo y la política. Como los “lobos políticos”, persiguen y buscan dejar en los puestos de liderazgo en salud pública, a personas de su mismo partido, aún no contando estas con conocimientos y expertiz en el área, y buscando con intensidad desplazar de los cargos a quienes aún contando con la sabiduría necesaria, no forman parte de sus ideologías políticas. Me toco ver, tanto político y pseudoactivista en salud, posando para fotos, prometiendo a la gente condiciones no factibles, todo para tener reconocimiento, fama, dinero, poder. Mientras que otros, con ideas ingeniosas, ejecutivos y humildes, su humildad y buen corazón, hicieron en muchos casos que otros se robaran sus triunfos intelectuales. Y así, es como en salud nos estancamos muchas veces, con la misma política. La política que debería ser precursora de beneficios y avances para las personas, muchas veces nos traiciona, porque el poder corrompe.
El generar recursos en salud, siempre esta acompañado de robos. La generación de excedentes en dinero en los hospitales pequeños, no se logran evidenciar en mejoras para el mismo hospital, sino que se deriva a una especie de olla común donde nadie más logra ver su paradero.
Ahora no todo es negro, en este mundo, sin duda han habido cambios y reformas que van en pro de la salud de las personas, y gente que trabaja arduamente para llevar a cabo dichos cambios. Y en este curso, hemos sido testigo de agentes muy activos en el logro de estos cambios, y lo cual me enorgullece y estoy agradecida.
parte III: Por último, un tema que me gustaría tocar a causa del activismo, es la importancia del activismo en la educación de profesionales de la salud mental, como una oportunidad de mejoramiento continuo, siguiendo la analogía del enfoque “comunitaria”, en el sentido de ser no “para”, sino “CON” la comunidad, y por tanto “CON los estudiantes”. Es decir, una posibilidad de reformulación, reevaluación y replanteamiento constante, intercomunicado, para el mejoramiento, ya que cómo poder mejorar un plan de formación sino es con los mismos usuarios. Existen universidades que han logrado instaurar cursos transversales, para unificar conocimiento, dentro de esto debo mencionar precisamente este curso, el cual me parece fascinante. El lograr comunicación e instancias de discusión con otros alumnos y profesionales, de distintos lugares de Chile y poder todos aprender de los mismos textos, los mismo expositores y la sabiduría del Dr. Sepúlveda, me parece fantástico. Así como también puedo mencionar, como las sociedades científicas, como la sociedad de oftalmología, logró unificar los conocimientos teóricos, en clases, y pruebas que son aplicados a todos los becados de oftalmología del país. Lo que pone de manifiesto lo leído en los documentos con respecto a la labor de las sociedades científicas en el activismo en formación de los profesionales.
EliminarEs asi, como estamos llamados a ser activistas como universitarios que somos, y como profesionales que fuimos y seremos.
Hola Paulina, quisiera tomar tu último punto, ya que al igual que tu siento que este curso ha logrado generar una instancia de discusión con creces. Es genial como está elaborado, los contenidos entregados y como uno se da cuenta de que el tiempo pareciera no ser suficiente para abordar cada uno de los temas tratados. Concuerdo en la necesidad de generar mayor expansión de estas temáticas en los currículos formales de todos los médicos en especialización en Salud Mental y, evidentemente ya sabiendo que la salud mental de la población es mucho más que el abordaje biomédico y farmacológico, también creo que, en un futuro, se pudiesen abrir espacios de activismo dentro de los programas para así disminuir, al menos este factor de distanciamiento con el activismo que se genera debido a la obligatoriedad de responder con la asistencialidad, la vida personal o la necesidad económica de algunos (por ej. residentes autofinanciados).
Eliminar¡Hola! Primero decir que me gustó mucho el tema de cierre de este ramo, bueno en realidad los dos últimos. Posterior a leer los textos de esta sesión siento aún más la importancia de la unión que debemos crear y mantener en salud mental, la importancia de generar conciencia en esta rama de la salud. Como ya hemos visto en otras sesiones el estigma esta “a la orden del día” y creo que para ir mejorando esto y más temas asociados a la salud mental debemos ser más activos. Como ya comentaron algunos compañeros, es difícil ver a otros especialistas ser activistas y más participativos, sin embargo, aunque eso no suceda, creo que para nosotros es imprescindible ser activos y unidos, y esto es porque, en mi opinión a nuestro país aún le falta conciencia de salud mental y como ya dije antes el estigma es demasiado. Quizás nos toca trabajar el doble para que esto cambie, pero con un excelente fin, que es crear un lugar mejor para nuestros pacientes. Puede sonar cliché esta frase, sin embargo, es algo que trato de proponerme día a día al estar trabajando en esta área. En el texto de Michel Foucault me hizo sentido el que los intelectuales tienen un papel crucial en ir combatiendo el poder a través de sus conocimientos y actos, y así unirse de cierta manera a esta totalidad de personas que luchan con la jerarquía. Finalmente, nuestro papel lo veo como ir demostrando poco a poco a la parte política en base a conocimientos e investigación. Como en la AEN propone la importancia de los espacios para todas las áreas, en este organismo es donde se pueden exponer las diferentes opiniones y también investigaciones de cada tema, generar ese espacio de conversación y convergencia. Por otro lado, según los textos se propone la participación activa en cuanto a temas de investigación, publicaciones, esto lo veo como lo que escribía Foucault, como una forma de ir desafiando al poder. Dentro de nuestro Hospital de Angol, junto con los demás becados estamos realizando esta “visibilidad” hacia la comunidad a través de jornadas de capacitación, presentaciones en congreso y programa radial, quizás no es tanto, pero creo que es un principio para esta gran comuna. Es nuestra parte activa o granito de arena que aporta a esta visibilizacion y además de eso, como hemos visto en sesiones anteriores el ser médico igualmente te involucra en la política, por ende, podemos llegar más lejos representando a muchos. Es por esto que ,es relevante que las personas sensibilizadas con el modelo comunitario incorporado y arraigado en nuestro país, y conscientes de la vulnerabilidad en su implementación, se constituyan grupal y coordinadamente como evidencia de efectividad y coherencia de dicho modelo, tanto en el discurso teórico como en su acción práctica. Según como se habla en el texto “Manifiesto de la Salud Comunitaria”. En acuerdo con esto creo que la construcción que se sigue realizando en el modelo de salud mental comunitaria es importante convocar a distintos actores, tanto a los “intelectuales” como también incluir a la comunidad, para que así siga creciendo como un modelo en donde se priorice la salud mas democrática, sin estigma.
ResponderEliminarHola Paulina, muchas gracias por compartir tu visión del tema, me llama mucho la atención cómo integras el activismo y el quehacer diario, porque siento que, como mencionas, algunos compañeros lo separan y desde ahí se genera un frustración que mas limitante que movilizadora. ¿Podrías contarnos un poco mas en cómo se gestionó estos espacios de radio, y jornadas de capacitación? Creo que es una buena estrategias de replicar.
Eliminar“¿Qué credibilidad y qué relevancia social tenemos como profesionistas, si difundimos evidencia en revistas científicas, pero no nos preocupamos por la acción política necesaria para implementarla?” Esta es una de las frases que más me marcó de la editorial respecto a la misión política de la psiquiatría, haciendo énfasis en que no podemos, o más bien, no debemos contentarnos sólo con cumplir nuestro rol clínico dentro de la sociedad, sino más bien un rol protagónico (o por lo menos intentarlo) a la hora del desarrollo de políticas públicas, llevando lo estudiado en la teoría, a un plano terrenal y la realidad local de cada uno. La creciente complejidad de los sistemas de atención médica ha dejado a los pacientes abandonados. Estos sistemas, impulsados principalmente por intereses económicos, tienden a priorizar a aquellos pacientes que representan mayores beneficios financieros, dejando a un lado a aquellos que son menos rentables desde un punto de vista económico. En sociedades con marcadas desigualdades, este problema se agrava, ya que los pacientes menos productivos económicamente corren el riesgo de ser excluidos y quedarse rezagados en términos de atención médica. Es crucial que estos pacientes reciban el apoyo necesario para enfrentar los desafíos de su vida diaria y que cuenten con representación tanto a nivel profesional como político. Necesitan un grupo dedicado que abogue por sus necesidades y que, en la medida de lo posible, respalde sus derechos en el ámbito político. Esta representación es fundamental para garantizar que no sean marginados y que tengan acceso equitativo a los servicios de salud que necesitan para mantener su bienestar.
ResponderEliminarPara comenzar mi comentario quisiera decir que el contenido que se entregó para la lectura reflexiva de estas semanas lo encontré fascinante. Desde el inicio de este curso hice mención, en algunas ocasiones, a lo importante que es para mí el activismo y como este ha tenido que ir mutando a través de los años dependiendo del contexto, la contingencia o mis propias vivencias y decisiones personales. A lo largo de las lecturas pude ir fortaleciendo teóricamente aquello que sostengo respecto a que nosotros somos seres políticos (que claramente no es lo mismo que participar de los partidos políticos o menos pertenecer al "establishment") y que, necesariamente al posicionarnos como profesionales en la sociedad, tenemos la obligación casi moral de tener que participar tanto desde nuestra cotidianidad como también desde lo que pudiese significar un sacrificio o esfuerzo extra. El problema de esto es que la vida, sus ritmos y los desafíos que uno adquiere como metas personales, van disminuyendo proporcionalmente las condiciones, los tiempos y la motivación para trabajar activamente en lo quisiéramos cambiar. Actualmente, me atrevería a decir que muchos de los que, entre los 18 y 30 años estábamos organizados en activismos locales o nacionales, nos encontramos en el "activismo de sillón" o el "ciberactivismo" debido a que el propio sistema imperante también nos consume y hace que, de alguna manera, nos parezca una opción real el tener que participar de esta forma. Hoy en día sabemos que las redes sociales o los medios digitales se han convertido, para muchos, en los medios de información más utilizados por lo que, a lo menos, se logra masificar, "viralizar" o poner en circulación algunas de las necesidades de cambio que pretendemos difundir o poner en discusión y, al igual que lo menciona Alberto Fernández en su texto, las publicaciones son un instrumento poderoso para que un colectivo construya su propia visión de las cosas. Si bien me parece importante tener la claridad de que el activismo no puede ser tan individual y solo desde el sillón, es bueno reconocer que hay nuevas formas de conexión y comunicación masivas que pueden ser usadas a favor del activismo real y donde la teoría del intelectual puede, a gran escala, ser transmitida para generar prácticas reales en las luchas que debemos dar contra el poder con el fin de generar cambios en los esquemas sociales.
ResponderEliminarComparto plenamente la idea y sentimiento de algunos de mis compañeros respecto a la frustración que muchas veces genera el no poder estar en todas las luchas posibles de manera activa, pero creo que lejos lo peor, es que nos olvidemos de que nuestro discurso es tan importante como eso y que precede a cualquier acción llevada a cabo de manera concreta. Esa bajada de lo intelectual a lo práctico es muy necesaria, pero debe siempre situarse desde la idea, firme y teórica, de que la lucha es contra todas las condiciones sociopolíticas y culturales que afectan a las condiciones de salud mental de la población en todas sus expresiones (como menciona Vicente Ortiz en el cap 4 “activismo profesional en salud mental”, incluye la lucha contra la homofobia, la explotación de clase, raza, género, capitalismo salvaje y el imperialismo) y que ese puede ser un frente de lucha válido para algunos, al menos en ciertas condiciones o circunstancias de la vida personal.
(Parte I)
ResponderEliminarQuería comentar que al igual que mis compañeros, estas lecturas fueron bastante importantes porque resumen de cierta forma lo que hemos visto durante el curso, y reforzando también lo que habíamos comentado en las primeras sesiones. Desde nuestra posición de becados, y a futuro, como psiquiatras con formación en psiquiatría comunitaria, es que no basta solamente con atender los factores individuales del paciente (la neurobiología, la psicopatología, las circunstancias individuales y tratamientos que podemos otorgar en el COSAM), sino que debemos posicionarnos también frente a los grandes problemas que finalmente son la causa o los perpetuadores de los problemas de salud mental. Y esto se lleva a cabo a través del activismo, a través de una lucha continua que permita realizar un cambio en los determinantes sociales de los procesos de salud-enfermedad, contra las injusticias sociales tales como la inequidad en el acceso a salud o educación, las discriminaciones de todo tipo (genero, orientación sexual, raza, nacionalidad, entre otros) y contra el estigma enraizado en nuestra estructura social que limita y perjudica especialmente la vida de nuestros pacientes, entre otros obstáculos que deben ser superados para que puedan ser sujetos que puedan ejercer su rol como ciudadanos. En la práctica diaria del COSAM es habitual que la piedra de tope en muchas de las intervenciones con los pacientes sean las inequidades de nuestra sociedad, la discriminación y el estigma, como mencionaba la vez anterior la paciente que producto de la visión machista y patriarcal de su familia era obligada a cuidar a su padre, quien estuvo ausente durante gran parte de su vida limitando su proyecto vital, no pudiendo estudiar o tener pareja. O un paciente que recuerdo con esquizofrenia que sentía una enorme frustración porque no lograba superar las entrevistas de trabajo y se mantenía cesante, siendo un hombre joven y con las capacidades y la energía para realizar un trabajo sin dificultades. Cito a Martin Tellez quien dice que no se puede hablar de activismo efectivo si no se incluye la lucha contra la homofobia, la exploración de clase, raza, genero, el capitalismo salvaje y el imperialismo; no se logrará una mejora alguna si la finalidad ultima no es un cambio en los esquemas sociales, es decir, una revolución social que suprima las causas de la injusticia social, donde la relación entre las personas no se basen en competitividad y privilegios, sino en la solidaridad y apoyo mutuo. El activismo puede tomar muchas formas, y como mencionan mis colegas, también puede estar en la forma de ciberactivismo a través de las redes sociales, que pueden llegar a una mayor cantidad de personas. Aunque creo que no es suficiente, por la gran cantidad de información que difunden día a día, si es un medio efectivo como difusor de información y de campañas de todo tipo, pero no lo es todo, el activismo no tiene por que limitarse solo a la difusión. Se requieren otras acciones que permitan llevar esto a algo concreto como puede ser la firma de un proyecto de ley que respalde y legitime las demandas ciudadanas en torno a los problemas actuales en salud mental.
(Parte II)
EliminarTambién quería destacar lo dicho por Foucault y que puede ser aplicado en lo que significa el activismo en salud mental: clásicamente ha sido el llamado “intelectual”, que en nuestro caso sería la figura experta del psiquiatra, quien tiene la palabra que develaba una “verdad”, pero, como afirma, las masas no tienen la necesidad de ellos para saber, porque saben claramente y perfectamente, mucho mejor que nosotros cual es su propia realidad, son también una fuente de saberes. Pero existen un sistema de poder que obstaculiza, que prohíbe, que invalida ese discurso y ese saber, que se hunde en toda la malla de la sociedad. Los mismos intelectuales forman parte de ese sistema de poder, la idea de que son los agentes de la “conciencia” y del “discurso”. Esto es lo que vimos anteriormente en sesiones anteriores, el discurso psiquiátrico esta influenciado por su contexto, y por quienes tienen el poder en un determinado contexto histórico, como puede ser la industria farmacéutica y el discurso biologicista, que es una fuerza importante en el entramado de poder, en un contexto histórico anterior la modernización y la clase burguesa no quería “locos” sueltos en la calle por lo que fueron creados los primeros hospitales psiquiátricos. Por lo tanto, son las propias personas con padecimientos mentales quienes saben perfectamente cuales son sus demandas y necesidades, y cuales son los cambios que necesitan para mejorar su calidad de vida, el activismo debe ser en colaboración con los pacientes, no desde una perspectiva de desigualdad o asimetría. Es inevitable de todas formas que nos encontremos con grandes barreras y dificultades, como las citadas barreras estructurales de nuestro sistema de salud de infraestructura, recursos humanos y tiempos para trabajo comunitario; pero es un trabajo permanente y que no puede ser resuelto desde la individualidad, sino que es un trabajo colectivo.
Parte I:
ResponderEliminarLa perspectiva iluminada por autores como Vicente Ibáñez Rojo, S. Priebe, y especialmente la discusión entre Michel Foucault y Gilles Deleuze, me ha permitido reflexionar profundamente sobre el entramado de poder y control que se extiende más allá de los confines de las instituciones de salud mental. En sus diálogos, Foucault y Deleuze desentrañan la compleja relación entre poder y deseo, argumentando cómo las prácticas de poder se incrustan profundamente en la sociedad, moldeando no solo las instituciones sino también los deseos individuales y colectivos. Esta comprensión me ha llevado a cuestionar cómo, en mi práctica como médico general, he navegado y, muchas veces, me he visto obstaculizado por la estructura y las condiciones impuestas para la atención.
En el contexto de la red comunitaria chilena, los esfuerzos para abordar la salud mental a menudo chocan con las realidades de metas cuantitativas, rendimientos exigidos y asuntos administrativos que priorizan la eficiencia sobre la empatía y el cuidado integral. Como residente de psiquiatría, pero primero como médica general, he experimentado la frustración de querer proporcionar una atención que considere el contexto social y emocional de mis pacientes, pero me encontré atrapada en un sistema que mide el éxito en términos de números y resultados tangibles. Este sistema, como Foucault podría argumentar, es una manifestación del poder que se ejerce sobre tanto los profesionales de la salud como los pacientes, dictando cómo se debe brindar la atención y qué se considera un "tratamiento exitoso".
Los esfuerzos individuales para resistir o desafiar estas estructuras a menudo parecen insuficientes frente a la magnitud de la maquinaria burocrática y administrativa. Esta realidad resuena con la discusión de Deleuze sobre las inversiones de deseo, donde incluso aquellos que podrían no tener un interés directo en el mantenimiento del poder, como los trabajadores de la salud, se encuentran perpetuando sus estructuras. En mi caso, y el de muchos colegas, el deseo de ayudar y curar se ve cooptado por el sistema, obligándonos a operar dentro de parámetros que pueden no alinearse con nuestras convicciones o con las necesidades reales de nuestros pacientes.
Parte II:
EliminarEl activismo, entonces, debe extenderse más allá de las prácticas clínicas individuales y hacia el desafío de las estructuras mismas que configuran nuestra práctica. Esto incluye abogar por cambios en cómo se valoran y se miden los cuidados de salud mental, luchando por sistemas que reconozcan la importancia del tiempo, la escucha activa, y el apoyo comunitario como componentes esenciales del cuidado de la salud mental. También implica un compromiso con la educación, tanto de otros profesionales de la salud como del público en general, para fomentar una comprensión más profunda de la salud mental que trascienda los estigmas y los prejuicios.
La tarea social pendiente del funcionario de la salud mental en materias de activismo es vasta. Requiere una reevaluación crítica de las normas y prácticas actuales, así como una disposición para imaginar nuevas formas de organización y atención. Inspirado por las reflexiones de Foucault y Deleuze, estoy comprometida a contribuir a este cambio, reconociendo que, aunque los esfuerzos individuales pueden sentirse insuficientes, son los primeros pasos necesarios hacia una transformación más amplia del cuidado de la salud mental en Chile y más allá.
El activismo en salud mental me parece una de las áreas mas interesantes y comfortables de hacer en nuestro trabajo, desde las distintas oportunidades y disciplinas que tenemos en el conjunto, considero que algo que siempre nos pasa en las conversaciones durante el Curso, es llegar a la conclusión de que todo malestar proviene de una estructura mas grande de la que podemos cambiar de forma individual —como se ve una atención clínica tradicional— y es algo que en varias ocasiones, siento yo, ha estancado la conversación a un más allá de producción de nuevos conocimientos, explicado en parte por la necesidad primaria de tener un espacio donde poner criticar(nos) en conjunto. Me he dado cuenta que a veces nos quedamos en la queja de que el sistema es mas grande que nosotros y que nunca lo vamos a cambiar, esto si bien me parece una visión objetivamente realista, creo que también da permiso a la inmovilización de recursos propios, la mayoría en este curso, por ej. son médicos y medicas, que su opinión es escuchada con mucha más validación que otros trabajadores de la salud. Eso es algo que no debe darse por sentado, y cada uno desde su lugar de privilegio debe aprender a usarlo para transformarlos en derechos para todos.
ResponderEliminarCreo que estas lecturas dan un pase hacia avanzar de lo puramente reflexivo y nos invitan a tomar acción desde lo que cada persona aquí puede aportar. Consolidar la información que hemos estado aprendiendo en proyectos, propuestas formales, abriendo canales de comunicación, para el bien de nuestras comunidades y con las comunidades. Que el trabajo sea atingente con la población usuaria permitirá que participe activamente de la toma de decisiones y que se responsabilice de su integración en las intervenciones. Esto desde un punto de vista clínico, como señalas los textos, donde no solo se vea desde una perspectiva diagnóstica, sino un enfoque crítico de problematización de las estructuras opresoras en conjunto con todo el trabajo que se realiza en una atención en salud.
Para mi, este activismo se ve desde la conformación de mesas de trabajo interseccionales con comunidades, participación en comités, la protesta social, creación y participación en grupos de institucionalización de demandas, consultas ciudadanas, sociabilización de los conocimientos, entre otros.
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ResponderEliminarCreo realmente importante las lecturas y el enfoque en el cierre de este curso, con un tema que requiere aún de tanto trabajo como el activismo en salud mental, la concientización y el trabajo en derrumbar estigmas.
ResponderEliminarCreo fielmente que en la medida en que seamos una comunidad abierta y dispuesta al cambio, que se enfoque en poder compartir conocimiento más que imponerlo es un camino que conducirá a mejorar el afrontamiento de la salud mental y la inclusión que tanta falta hace aún a los pacientes y sus familias.
Creo además que el ejemplo de la difusión que se logró por medio de la revista EAN en los tiempos de la dictadura de Franco en España fue una real proeza, ya que era inclusiva, diversa, con cabida a darle voz a los que no tenían voz en esos difíciles momentos.
Además expresar cómo está año del curso ha generado un cambio en mi actuar tanto como médico, como persona y miembro de una comunidad.
He entendido que aveces solo tienes que escuchar al otro, no apagar quien es para que encaje en la “normalidad” si no al contrario potenciarlo a que sea parte de un algo pero aún siendo él y con esto no quiero decir que cuando sea Psquiatra ( aún no lo soy, sueño con serlo) no actuaré frente a un intento suicida, o frente a un psicosis, pero si creo que escucharé más, trataré de ser más empatica, construiré más en vez de imponer y seré más abierta a la diversidad, además de compartir lo aprendido en este curso que sin lugar a dudas es un aprendizaje para la vida!
Muy feliz de haber coincidido en este camino, muy feliz de evolucionar y aprender, por lo que seguiré persiguiendo mis sueños en pro de otros!
Que bueno seria formarun grupo de trabajoaue naciera ddeste curso, dejo la idea y disposición para hacerlo.
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ResponderEliminarEn esta oportunidad después de las lecturas de esta quincena y al leer sus comentarios me sentí esperanzada en como podemos intervenir en este sistema que muchas veces hemos comentado que nos decepciona o nos frustra con las metas, estadísticas, tiempos de atención, etc.
ResponderEliminarCoincido con gran parte de mis compañeros en el impacto y la oportunidad que genera el activismo, el movilizarse, unirse, trabajar en equipo y difundir una información que nos preocupa; me dio gusto leer la organización y logística implementada en España y como pudieron utilizar como recurso el Apoyo de un Laboratorio por 10 años, ya que frecuentemente tiendo ( no se si ustedes) a criticar a las farmacéuticas o instituciones que pretenden tener una ganancia de la situación, pero pocas veces me he detenido a considerarlos como opción para llevar a cabo proyectos individuales o colectivos que podrían eventualmente tener un fin ultimo preventivo o terapéutico.
Quisiera también destacar El rol del poder y como nos vemos insertos en una sociedad que se moviliza, funciona y se constituye mediante cargos de poder, hemos estado durante tantos años " acostumbrados" a este sistema, que incluso me atrevería a decir que lo normalizamos, lo que nos lleva en su perfil mas extremo a normalizar el daño, el maltrato, el acoso, la tortura y situaciones que evidentemente podríamos decir que no toleramos o frente a las que constantemente luchamos, pero que lamentablemente forma parte de nuestro vivir como se describía en el texto esta ahí en lo mas profundo , escondido como un secreto, del que no se habla, que no ve la luz; me removió el leer eso , me hizo mucho sentido y me llevo a cuestionarme nuestro sistema de gobierno, de educación, legislativo y de justicia, en donde queremos mayor tolerancia por la diversidad de genero, etnia o neurodivergencia, pero sin embargo ni nosotros mismos, como adultos hemos podido desenvolvernos totalmente exentos de represión.
Finalmente agradecer esta instancia de aprendizaje , que me permite ampliar la mirada hacia los otros, pares y ciudadanos, personas , que requieren el mismo respeto y atención, promoviendo un manejo desde su propia vivencia y malestar .
En este curso, hemos adquirido una valiosa caja de herramientas que nos permite visualizar el camino hacia el cambio social. Es importante mantener el optimismo y la ilusión, ya que cada uno de nosotros, como terapeutas y ciudadanos comprometidos, tiene un papel fundamental en este proceso. El activismo y la movilización son poderosas herramientas que pueden catalizar cambios significativos en nuestra sociedad.
EliminarMe parece muy interesante tu reflexión sobre el rol del poder en nuestra sociedad. Es cierto que muchas veces se normalizan situaciones dañinas o injustas, lo que nos lleva a cuestionar profundamente el funcionamiento de nuestros sistemas gubernamentales, educativos, legislativos y judiciales.
Es necesario promover una mayor tolerancia y respeto hacia la diversidad en todos los aspectos de la vida, ya sea en términos de género, etnia, orientación sexual, religión, habilidades, entre otros.
Este curso nos brinda la oportunidad invaluable de expandir nuestra visión y comprensión hacia aquellos que necesitan atención y respeto en el ámbito de la salud mental. A través del aprendizaje y la reflexión, podemos contribuir de manera significativa a la construcción de una sociedad más inclusiva, justa y compasiva.
A medida que leia los textos recordaba mi experiencia en revuelta. Con esporadicas apariciones en marchas como agente de soporte y mas frecuentes en asambleas. Esto posteriormente fue cuajando en comunidad, acción y unidad que genere con compañeros, quienes cada uno tenia sus valores y activismo particulares pero nos unian los valores y la esperanza detras de la revuelta social.
ResponderEliminarEntonces las frustraciones posterior del rechazo a la constitucion ecologica, (y feminista que tanto deseaba una compañera, diversa que desaba otra, indigenista que soñaba otro y socialista que deseaban otros) qué tanto yo deseaba, que esperaba fuera el punta pies inicial de un proceso de cambios fundacionales y culturales de Chile no fue tanta.
La comunidad de Activismo que se generó vivio a pesar de la muerte del ideal por el que se formó (al menos al corto plazo). Y fuimos concientes de que la comunidad es el fin en sí mismo y el mejor resultado de aquel proceso.
En paralelo existio un gran impulso a nivel institucional en mi cesfam por generar comunidad. Que si bien no cambiaba las determinantes sociales que nos limitan, si generaban una dinamica fraterna, (mas fluida desde la comunidad que de lo profesionales debo admitir) que me impresiona alivia y empodera. En ese papel me posicionaban como el doctor con un titulo casi de nobleza y sabiduría, que yo rehuia siendo horizontal, amable y humilde. Sin embargo me era imposible no caer en la jerarquia o el poder, no solo en ese espacio sino en la práctica clinica.
Ahora me imagino en esa misma posicion pero intentando propiciar el conocimiento sobre activismo aprendido en esta sesión y transparentando la importancia de hacerlo en coherencia, a ver como me va, ya que volveré tras mi especialidad a la misma de ciudad, Ovalle.
Ahora, y pensándo que sere psiquiatra infanto juvenil, me imagino propiciando el activismo entre loa jovenes (o los padres). Sin caer en la jerarquia ni el verticalismo, pensándolo asi... nadie me enseñó como sumergirme en el agua y siempre me dolian los oidos cuando llegaba a cierto nivel, si tan solo un viejo sabio me ubiese enseñado algo tan simple como ecualizar quizas sería campeon de apnea hoy con tanto tiempo que estuve en el agua sin ese saber. Me imagino propendiendo a la gestacion de estas instancias y quizas de aportar con herramientas tecnicas y fundamentos filosoficos y científicos como los aprendidos acá.
Ahora ya fuera de mis imaginaciones y planes, concluyo que asumir una posicion activista por la salud mental en mi localidad es esencial. No me bastara con trabajar lo individual, el estilo de vida y familiar. Sino que contribuire en poner en evidencia y dialogar sobre los determinantes sociales, mercantiles y de poder, que determinan los limites para la satisfaccion con nuestras vidas y desarrollo de nuestro potencial.
Veremos que piensan ellos, quizas no tengo que propiciar nada, quizas ya es.
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EliminarTrabajar en salud mental en un hospital me brinda la oportunidad de ver desde una perspectiva singular, las diversas experiencias que las personas enfrentan al lidiar con trastornos mentales. Me permite comprender las diferentes situaciones y desafíos que enfrentan los pacientes en su proceso de tratamiento y recuperación de estos trastornos. Desde la vereda del terapeuta he podido observar la resiliencia de los pacientes, su capacidad para encontrar esperanza incluso en los momentos más difíciles, lo que despierta una gran motivación para mí.
EliminarAunque en el hospital mi participación en actividades comunitarias es más limitada, tengo la posibilidad de involucrarme en talleres grupales u otras iniciativas similares. Estas actividades no solo brindan apoyo a los usuarios, sino que también les ayudan a empoderarse y a combatir el estigma asociado con la salud mental. Además, les orientan sobre cómo mejorar sus interacciones sociales y crear entornos más saludables. Desde mi perspectiva, aunque estas acciones ocurren a nivel local y pueden parecer pequeñas, representan un importante paso hacia el cambio social en el ámbito de la salud mental.
Cada vez, me hace más sentido, la importancia de abordar no solo los síntomas de las enfermedades mentales, sino también las complejas interacciones entre los factores psico sociales que influyen en la salud mental de mis pacientes.
He tenido el privilegio de trabajar con profesionales de diferentes disciplinas, desde psicólogos hasta trabajadores sociales y he visto cómo esta colaboración puede marcar una diferencia significativa en la recuperación de nuestros pacientes.
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