TRABAJO OBLIGATORIO DEL 04 DE JULIO AL 17 DE JULIO: LOS ENCARGOS DE LA SOCIEDAD A LA PSIQUIATRIA en voz de Alberto Fernández Liria
Sobre el libro LOCURA DE LA
PSIQUIATRIA:
La tesis de Fernández Liria, que la psiquiatría no sería una ciencia, pues no es el logro de un
saber que se ha demostrado esquivo, sino que sería una tecnología,
es decir, un dispositivo para alcanzar una utilidad. Una utilidad, es preciso
señalarlo, definida por la sociedad que crea dicho dispositivo. Para el autor,
es el sistema sociocultural de un determinado momento histórico el que
realiza un encargo a la psiquiatría, la cual, como herramienta
de dicho sistema sociocultural, se apresta a llevar a cabo. Solo aposteriori,
de forma inmediata pero siempre como consecuencia de ese encargo primigenio, es
cuando la psiquiatría desarrolla determinadas teorías para justificar la
pertinencia y el sentido de las prácticas que realiza a la hora de cumplir con
dicho encargo. Es la infraestructura, en forma en este caso de encargo social,
quien determina el funcionamiento de la psiquiatría como institución y
disciplina y sus teorías son pura superestructura, juegos de humo y espejos por
decirlo de otra manera.
Sobre el Autor: Alberto Fernández Liria
Alberto Fernández Liria, trabajó en el Hospital Príncipe de Asturias, en el que fue Jefe de Servicio y Director del Área de Gestión Clínica de Psiquiatría y Salud Mental y en la Universidad de Alcalá en la que fue profesor asociado, donde creó y dirigió, junto con Beatriz Rodríguez Vega un máster en psicoterapia.
Ha estado involucrado en los movimientos de transformación de la asistencia psiquiátrica desde 1980, orientando a ello su actividad en los servicios públicos de salud mental primero en Leganés y luego en Alcalá de Henares (Madrid) y la desarrollada desde asociaciones profesionales como la Asociación Española de Neuropsiquiatría (AEN), o institucionales como el Comité Técnico de la Estrategia en Salud Mental del Sistema Nacional de Salud o la Comisión Nacional de la Espècialidad de Psiquiatría.
Participó en la trasformación del Hospital Psiquiátrico de Leganés en una red de servicios comunitarios y posteriormente en la articulación de la red de servicios de salud mental de Alcalá de Henares (Madrid).
Se ha interesado especialmente en el campo de la psicoterapia y otras intervenciones psicosociales en el que ha desarrollado una labor clínica docente y de investigación.
Ha contribuido al desarrollo de programas psicosociales y de protección de los derechos humanos de las personas diagnosticadas de trastornos mentales en distintos países y en diversas situaciones de violencia o conflicto armado, donde ha trabajado como Consultor y Cooperante.
Ha realizado una cantidad de publicaciones que están en buena medida disponibles en la página http://afliria.info/
- Lea el libro LA LOCURA DE LA PSIQUIATRIA de Alberto Fernández Liria.
- Vea el Video: Funciones sociales de la Psiquiatría y la Salud Mental, Conferencia de Alberto Fernández Liria en el Taller Internacional de Salud Mental y Psiquiatría Comunitaria, Escuela de Salud Pública-MEDICHI, Universidad de Chile.
- Participe en los Comentarios del Blog hasta el sábado 16 de julio.
- Envíe su Reacción (Cometario) al Blog hasta el sábado 15 de Julio, hasta las 23:00 hrs.
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I Parte.
ResponderEliminarAgridulce. Sinceramente me costó encontrar una frase con la cual iniciar el comentario de esta sesión (sin ánimos de parecer desesperanzador), y tras estar varios minutos sin ideas decidí partir con la palabra que describe este exacto momento en que acabo de terminar la lectura. En otros ramos hemos estado argumentando respecto a si la psiquiatría es o no una ciencia, y en este libro se le asigna un término que me parece más apropiado: “una tecnología”, y claro, concuerdo y apoyo la idea de que la psiquiatría es una forma de producir un bien social, y no una forma de producir conocimiento. Durante mis últimos años como médico general viendo salud mental comencé a cuestionarme mi rol como médico, recuerdo que durante la pandemia llegó al box una adolescente sola, se sentó tímida en la silla, mirando al suelo, y se quedó en silencio, le consulté a qué se debía la solicitud de esa hora, a lo que ella respondió: “¿me puede dar un remedio para concentrarme y para estar más feliz?” Inmediatamente mi mente, formada en el pregrado para actuar y generar respuestas expeditas, se activó para especular causas y posibles alternativas según las etiologías, solucionar el tema rápido para poder prescribir esa pastilla que venían a buscar. Comencé a realizar un check list robótico, pero mientras más preguntaba menos información obtenía. Recuerdo haber respirado hondo y haber pensado “típico de adolescente”, y en medio de una sesión poco fructífera decidí adoptar una postura diferente, mientras en mi mente se debatía elegir el camino corto, prescribir, o elegir el camino largo e indagar. Los minutos avanzaban y no estaba llegando a esa solución rápida que se espera lograr en 15 minutos en una consulta de APS. Y fue entonces cuando de a poco, y enfocándome en una atención individualizada logré que comenzáramos a generar una alianza. Esa chica que había venido sola a inscribirse a un CESFAM a pedir ayuda para concentrarse había escapado desde Perú junto con su madre a principios de año debido a la violencia física del padre, no tenían redes, vivían en una pieza que arrendaban cerca, su madre para poder mantenerlas trabajaba como asesora de hogar puertas adentro en Las Condes, tenía a veces los domingos libres donde volvía a Pudahuel a ver a su hija. A la madre no la dejaban salir durante la semana y tampoco permitían que la hija fuera a verla durante su horario laboral. Aquella adolescente estaba sola todo el día, casi toda la semana, le daba vergüenza salir de la pieza a comer por lo que no almorzaba y se escabullía en las noches cuando la familia de la casa se iba a dormir para ver si encontraba algo que hubiesen dejado en la cocina. Recuerdo haberme quedado pasmado pensando, la paciente viene por una pastilla, pero ¿qué voy a solucionar con ello? Activé todas las alarmas, asistentes sociales, exámenes, nutricionista, matrona, director, todo. Finalmente, las asistentes lograron comunicarse con la madre, y en conjunto la ayudaron a buscar un mejor trabajo con mejores horarios y un arriendo más adecuado. La paciente no necesitaba medicamentos, pero durante ese tiempo en que se comenzaron a realizar las evaluaciones con el resto de los profesionales pensaba constantemente en lo valiente que ella había sido, y lo normalizado que tenía vivir así. Esa fue una de las primeras veces que pensé ¿he sido estos años sólo un prescriptor? Un pequeño abstracto del libro dice: “Quizás a nuestro pesar, hemos tenido que contribuir a configurar la psicopatología que sirve para guiar y dar cuenta de nuestro trabajo como artífices o prescriptores de los remedios cuya venta mueve, hoy por hoy, el negocio de la salud”. Y remarqué esa parte, porque efectivamente los médicos somos los que hacemos que se mueva la industria farmacéutica, somos los que participamos activamente en ese negocio, sin siquiera recibir beneficios más que el de seguir alimentando el sistema capitalista que busca que la gente siga produciendo, muchas veces incluso indicando medicamentos que sabemos que no tienen ninguna evidencia.
II parte.
EliminarY quizás hoy puedo reflexionar que me mantuve años como médico de salud mental siendo testigo y partícipe de un sistema que busca por todos los medios producir, sin mediar costos, costos que generalmente terminan pagando los pacientes, ¿nunca me paré a cuestionarlo? El autor escribe “el objetivo de la psiquiatría viene definido por la sociedad en cada momento histórico”. Y es que el libro es muy agudo en pincelar de forma rápida e impactante el resumen de la evolución de esta tecnología hasta el momento actual, la cual eventualmente vamos a ejercer. Tratamos con personas, y hacemos lo que nos enseñaron, pero no puedo evitar cuestionarme ¿esta forma es el mecanismo correcto, hemos estado trabajando ciegos para un sistema que no le importa en absoluto el ser humano? El libro agrega: “el concepto de adecuación es, sin duda, políticamente problemático en la medida en que suscita la pregunta sobre quién y en base a qué establece lo que es o deja de ser adecuado”. Y claro, la psiquiatría ha evolucionado no solo en lograr hacer millonarias a la farmacéuticas, sino en utilizar herramientas cuestionables para generar una adecuación del ciudadano de lo que algunos establecieron como apto y necesario en el contexto social actual, y así, rápidamente reintegramos a la persona al ciclo sin fin de la producción, pero en el núcleo neurálgico del asunto no ha cambiado nada, no mejoró nada, apagamos al sujeto para que deje de sentir y pueda volver al sistema; “porque el mercado del trabajo sigue siendo un lugar de explotación y el mundo laboral un escenario de relaciones de poder a las que, en muchas ocasiones, lo sano no sería adaptarse sino reaccionar contra ellas… La falta de adaptación puede estar diciendo algo no sobre la persona que enferma, sino sobre el medio que la hace enfermar”. Y me hace tanto sentido esta propuesta, es impactante cómo se ha normalizado este estilo de vida actual, porque el escritor agrega una pregunta muy válida entonces: “¿antes la prevalencia de los trastornos depresivos era menor y ha aumentado ahora? De ser así ¿qué ha producido ese aumento? ¿O es más bien que el malestar que ahora atribuimos a la presencia de los trastornos mentales antes los atribuíamos a otras cosas? De ser así ¿Ha disminuido su prevalencia al empezar a utilizar los remedios apropiados?” Y sin querer esas preguntas se responden de manera tácita.
III parte
EliminarAgradecí profundamente que el libro no solo fuera establecer estas interrogantes y dejarlas palpitando en un lector principiante que está comenzando a entender recientemente la psiquiatría, porque en la medida que más avanzaba, más desalentadora era la lectura. Ya hemos visto en otras sesiones la importancia del rol social, pero ¡qué difícil aterrizarlo a la práctica!, cuando lo pienso imagino una tarea titánica tan difícil de asentar. Mientras estuve en APS y comencé a aprender de la SOCHIMEV respecto a estilos de vida saludables, encontré tanta razón en que si nos enfocáramos en el antes podríamos prevenir las futuras secuelas, pero pese a los continuos esfuerzos solemos llegar siempre tan tarde. Y es que la responsabilidad suele recaer de forma indiscutible en los profesionales de salud, y en lo que concierne a los médicos el autor lo describe con gran asertividad “a los oficiantes de la salud mental nos ha tocado el papel de sostener la idea de que la intimidad, la vida emocional, el sufrimiento, tampoco puede gestionarse sin el concurso de un experto e, incluso, en el mejor de los casos, sin el concurso de un experto que no haga ver que para afrontarlo del mejor modo posible, hemos de consumir una mercancía industrialmente producida, como un fármaco”. Y en ese sentido somos responsables de haber perpetrado esa idea. Ahora que estoy aquí, leyendo y analizando el libro es que me hace mucho sentido la necesidad de lo que él dice "una cooperación solidaria" de todos los participantes de esta sociedad, entendiendo que todos tenemos algo que aportar y decir, y que los esfuerzos deben estar también complementados indiscutiblemente por políticas públicas. Resulta muy interesante cómo el autor logra ir plasmando estas inquietudes en orden, y con gran lógica, dejando entrever varias problemáticas que en este comentario se me quedan en el tintero, pero que me incentivan a seguir buscando respuestas a cuestiones que antes ni siquiera estaban en el margen de mi conciencia.
Me hizo mucho sentido el leer tu reaccion, ya que en el claro y muy buen ejemplo que pones a mi parecer, es que se manifiesta la realidad a la que muchas veces se encuentran los medicos de APS, donde ante las presiones del sistema, y a mi parecer, mas enfocados en la cantidad que en la calidad, es que siempre esta la opcion de "cumplir con ver al usuario" aunque esto no haya significado impactar de alguna manera en este. Esto sobre todo en salud mental, donde como plantea el texto, es que la funcion que se le fue dando a la APS de abordar la salud mental fue un arma de doble filo ya que si bien permitio abordar la creciente demanda y permitir "tratar y mejorar" para volver al trabajo y ser funcionales, muchas veces esto no pasa por "sobre diagnosticar" o continuar con fomentar el rol, quizas excesico, que tienen los psicofarmacos.
EliminarAdemas tambien estoy de acuerdo con el punto que planteas en agradecer que se hayan abordado y desarrollado el punto de vista del autor y no solo dejarlas planteadas. Esto sobre como muy bien finalizar para asi poder continuar buscando respuestas a cuestiones que antes dabamos por sentadas o que jamas nos cuestionamos, punto esencial de este curso a mi parecer.
Ignacio coincido contigo, me parece una muy buena comparacion haber ejemplificado con nuestra realidad como medicos en APS, es algo que se ve con frecuencia y en donde aveces sin percatarnos nos dejamos llevar por las metas o exigencias cuantitativas que se nos exigen , impidiendo esa alianza y entrevistas que estan necesario para lograr una intervencion significativa para esa persona, es dificil, dificil es poder darnos cuenta , visibilizarlo y no caer en el sistema automatizado , mantener la calma pese a la tormenta de atenciones de morbilidad; es ahi donde me cuestiono nuestro fin , el para que estamos en ese lugar , me pasa que me genera curiosidad nuestro real rol , estaremos realmente ahi para ayudar a las personas o realmente el sistema quiere que aparentemos eso sabiendo que es casi imposible lograrlo en el tiempo asignado, sera que la industria nos necesita como prescriptores de farmacos , que a todo esto es mas simple que una atencion integral.
EliminarIgnacio, desde tu comprensión y mirada de tu reflexión del libro como medico, dejas plasmado una intensión que no se ha hecho lo correcto en una atención de calidad a las personas, no dejamos llevar por un sistema capitalista, convirtiendo la salud en un negocio en todos sus campos, olvidando la real realidad que padecen cada persona donde deberíamos cambiar nuestras formas de intervención con nuestros usuarios aquejados de salud mental, de un sistema complejo donde cada día hay que saber sobrevivir, enfrentar este mundo lleno barreras. Tenemos que enforcarnos en la calidad y no en la cantidad, ser mejores profesionales enfocarnos en la necesidad, en lo que les pasa y quieren, también en la atención, escucha y demostrar una verdadera preocupación de lo que le aquejan a nuestro usuarios. Tuve el gusto de realizar una visita contigo y tienes una gran entrega para nuestros usuarios vas muy bien encaminado, tienes calidad y una gran preocupación como medico.
EliminarIgnacio, que importante es leer toda tu reflexión y que todo lo expuesto hace ver a una persona preocupada y ocupada de generar y profundizar para dar atenciones integrales, razón del porque los cuestionamientos y que como tu señalas te mantendrá en búsqueda de mas respuestas, para abordar tus atenciones con dedicación. Excelente!!
EliminarFue un agrado Ignacio leer tu reacción, efectivamente no es cantidad es calidad, hiciste mas por ella que cualquier antidepresivo!
EliminarPARTE II
EliminarAhora en relacion a lo que planteas, si bien se pudo abordar de buena manera el caso que pones de ejemplo, logrando confrontar el "reduccionismo biomedico", siento que es necesario aportar otra linea en sentido a como la misma sociedad es la que nos exige muchas veces el rol de "diagnosticar y prescribir" ya que si bien como planteas como profesionales de la salud mental, estamos respondiendo al "encargo del modelo neoliberal" actual, tambien los usuarios lo estan, por lo que siento que esta muy bien que nosotros hagamos el ejercicio con estos textos y en la sesion de reflexionar y tener un pensamiento critico, ojala la sociedad pudiera hacer el mismo ejercicio de cuestionar o replantearse muchas cosas, para que asi fuera mas productivo trabajar en equipo para ver realmente el trasfondo o que es lo que pasa mas alla de un posible diagnostico, sino todo el contexto que quizas pueda ser mas importante abordar y en el que quizas como medicos, no nos toca tener el rol principal, sino al resto del equipo, incluido en labores preventivas y de promocion.
PARTE 1
ResponderEliminarMuy honestamente, es que debo partir mencionando que quedé gratamente sorprendido con la lectura y análisis del material de esta sesión. Si bien encontré en un inicio “fuerte” el punto de vista global que plantea el autor, siento que fue útil, para continuar articulando en mi reflexionar el concepto con el cual parte, y del que ya habíamos podido conversar en sesiones anteriores, acerca de que la Psiquiatría no es una ciencia. Y es que la manera en como lo plantea el autor y la analogía que hace con otras profesiones, me hizo mucho sentido, en decir que es una tecnología, ya que su fin es producir un bien social, ya que al final de cuentas, trabajamos con personas por un fin mayor. Ahora luego de este interesante punto, siento que se da un vuelco, al luego plantear que hay un devenir histórico de la psiquiatría pero no una historia de esta en sí, y a partir de la cual comienza el desarrollo del tema y un análisis que me siento muy agradecido de haber podido conocer y reflexionar durante la lectura, ya que como mencioné, da un giro en plantear que en especial esta área de la medicina, como la conocemos actualmente, ha estado al servicio de lo que la sociedad le ha ido solicitando a través de sus diferentes etapas, con lo bueno, y lo no tanto bueno que ha generado esto.
Pienso que durante la lectura critica del texto hubo muchos puntos que me hicieron sentido ya que siento que comparten la visión general y en particular a través de mi vida personal y profesional que me hicieron decidir por la Psiquiatría como camino y en particular por la Psiquiatría Comunitaria. Uno de ellos es el de “confrontar el reduccionismo biomédico”. Y es que esto se me viene a la mente múltiples ejemplos durante mi trabajo en el programa de salud mental en APS, pero que de manera común presentaban el factor de “la excesiva importancia” que se le daba al “rol médico”, donde muchas veces, si bien a mi parecer lo que hubiera correspondido por ejemplo es hacer un ingreso multiprofesional tanto por uno, como por psicólogo y trabajador social, lamentablemente esto en mi realidad local no era así, y donde sentía la presión impuesta durante mi formación, y la del resto de mis colegas, de tener que “diagnosticar” al usuario para que así el resto pudiera “comenzar a trabajar”. Un caso que nunca olvidare es el de cuando en una consulta de ingreso a salud mental, realizada de manera individual, acude una usuaria menor de edad traída por su abuela, donde esta relata la preocupación por su nieta por algunos síntomas de esta, esto en contexto de aparentes situaciones de negligencia en sus cuidados por sus tutores, parentalización y otras. Al enfocarme inicialmente en los síntomas por lo que consultaba y en esta premisa de tener que cumplir mi “rol para el que fui entrenado” de diagnosticar a toda costa, es que comencé a realizar un check list de los síntomas para lograr encontrar donde lograba “encasillar” a la usuaria. Luego de un buen rato y ya sintiendo la frustración de no lograr el objetivo, es que tuve que ser honesto con ambos y plantear que a mi parecer profesional no había un diagnostico ni mucho menos un tratamiento farmacológico que pudiera ofrecer para “mejorar o tratar” el motivo por el que venían, pero que conversaría con mi colega psicólogo encargado del programa NNAJ que me podría ayudar a encontrar una manera de ayudarlas. Luego de la grata conversación sobre el caso que tuve con mi colega, es que él me pudo ayudar con la manera de abordar la situación, donde después, al conversar con calma a posterior, fue que pude llegar a la conclusión que si bien no había un diagnostico ni medicamentos que les pude ofrecer, si pude ser empático y captar que si había una situación de salud mental debido a factores psicosociales que debía ser escuchada y atendida para comenzar a abordarla, por lo que sentí muy satisfecho con haber resonar con esta otra manera de poder ayudar, algo lejana de lo que se asume es “ser médico”.
PARTE 2
EliminarOtro punto que me interesa comentar es el de que se plantea de: “deconstruir las falsas expectativas depositadas en la acción de los expertos para dar cuenta y afrontar el malestar emocional”. Múltiples preguntas resonaron de mi pasado por atención primaria como: ¿mientras más fino se hile en los diagnósticos, para lograr encontrar el “calce perfecto” a la situación de los usuarios, esto de verdad repercutirá positivamente en estos?, o, ¿Cómo logro enfrentar las expectativas que los usuarios y la sociedad tiene de uno?, sociedad que siempre he pensado esta en un punto donde quiere todo de inmediato y de manera rápida, efectiva y sin un trabajo en sí. Esto lo viví tantas veces en el día a día en salud mental en APS, donde en muchas ocasiones si bien uno lograba pesquisar, aun a costa de omitir inicialmente el famoso “check list”, factores psicosociales que eran el verdadero motivo de origen y por lo tanto foco a trabajar para lograr avances y mejoría en los usuarios, me encontraba con la barrera y las expectativas de los usuarios, o incluso de algunos profesionales, de que lo que se me pedía era apagar o evitar los molestos síntomas para que les permitiría volver a ser funcional (o volver a “amar con letra minúscula y trabajar con mayúscula” como se plantea en el texto).
Lo anteriormente planteado, junto con otros puntos que llamaron mi atención, como: “la irrupción de los trastornos mentales comunes”, o que de verdad quizás “no existe la evidencia científica” para los tan vendidos psicofármacos, es que me ha hizo reflexionar, en momentos con alegría y en otros con perplejidad, de cuál es la Psiquiatría que actualmente se practica, de donde viene, cuales son sus objetivos y la verdad es que el resumen es positivo, ya que me alegro de ver que los temas que siempre me han hecho sentido, son analizados y trabajados por autores, con el fin de no caer y continuar siendo “llamados” al momento socio económico imperante, sino de lograr algo mayor y mejor por los usuarios y por la sociedad en general.
Estmados compañeros, Ignacio y Sebastian, estoy de acuerdo con vuestros comentarios, en mas de alguna vez hemos tenido experiencias similares a la de ustedes, asi como tambien, cuestionamiento a nustro quehacer.
EliminarEs cierto que este libro nos ha venido a dar un golpe para ver la realidad en que nos desempeñamos y que hasta el momento
hemos sido participe de el, al tratar las consecuencias del problema y no poder intervenir en su origen.
Me pregunto ¿tenemos algun poder para lograr este cam
bio?
cipe de el al tratar
ento hemos sido parcicipe de este sistema
e sistema
Comparto tu crítica al diagnóstico tipo cheklist y la dificultad para poder establecer un vínculo terapéutico con el objetivo de comprender el malestar del paciente. El libro lo ubica históricamente con la implementación del DSM-3, que intenta reconstruir la taxonomía inspirada en Kraepelin pero también la Fenomenología con su destacada descripción de síntomas. El problema está siempre en el reduccionismo y en la utilización del saber para fines no clínicos, como las ganancias de aseguradoras e industria farmacéutica
EliminarSebastián comparto tu critica, con respecto a las expectativas de los usuarios y de muchos profesionales, donde si bien uno podía pesquisar que los síntomas que aquejaban a las personas tenían un origen netamente sociocultural donde la psicoterapia y el trabajo social o ocupacional era el tratamiento, existía la presión de "apagar este incendio" de la sintomatología de manera de "ver al paciente más estable" como lo escuche de un psicólogo en mi internado de APS, donde le pedía al médico por favor medicar a la persona porque él no quería verlo así, o netamente porque la próxima hora de atención psicológica era en un mes y medio más. También la presión de los usuarios de querer tomárse una pastilla y querer sentirse bien al otro día, y que "para que me va a mandar al psicólogo, es pura pérdida de tiempo", es por esto que yo consideraba que el ingreso de salud mental multidisciplinario era tan importante porque muchas veces se podía explicar a las personas esto y ayudar a quitar muchas barreras culturales.
EliminarLamentablemente dada esta presión asistencial, por parte de los usuarios, de profesionales, se tiende a caer en este reduccionismo biomédico que se plantea en el libro, a la sobremedicación de los usuarios, en donde el mismo sistema muchas veces lleva a que según la tesis de Fernandez Liria, a decir que "La psiquiatría, como tecnología, se ha organizado de modo necesario para dar satisfacción a demandas sociales" que priman en determinados contextos
La tesis principal del libro, que la psiquiatría como disciplina práctica se va definiendo según las exigencias que el resto de la sociedad le va a asignando para resolver los problemas del alma, me parece un abordaje necesario porque reconoce esa realidad bastante más aceptada en esta especialidad "híbrida" en términos de Berrios que en el resto de la biomedicina.
ResponderEliminarEso sí, no estoy de acuerdo con la definición de ciencia, tecnología y técnica que sale en las primeras páginas, porque se atribuye a la ciencia una construcción teórica racional y lógica de la verdad, a la tecnología como producción de un bien social con métodos racionales pero enfocados a resolver problemas y no sólo hacer teoría, y la técnica en relación a la producción de objetos útiles. Esta posición del libro no me parece realista considerando que pese a la crítica (que comparto) de la falsa pretensión de objetividad de la psiquiatría sobre todo biologicista, precisamente su legitimación en la sociedad se debe a declarar una "verdad científica" sobre la enfermedad mental y las consecuencias de atribuírsela, y por otro lado el desarrollo de los últimos siglos de la física y la biología está tan relacionada con la tecnología (el colisionador de hadrones, el código genético, la neuroimagen, etc) que no permiten hacer esta distinción.
Pese a lo anterior, me parece un ejercicio intelectual necesario por el compromiso que el autor plantea al final del libro sobre las perspectivas críticas ante las 4 exigencias de la sociedad hacia la psiquiatría, resumidas en:
1. El encierro y hacerse cargo de las personas incompatibles con la vida urbana.
2. Preservar y reparar la fuerza de trabajo
3. Sustituir los mecanismos de apoyo y solidaridad con servicios de expertos y mercancías.
4. Justificar la desprotección sanitaria en nombre de la autonomía y responsabilidad individual.
Esta mirada permite posicionar a la psiquiatría como disciplina dentro de un contexto histórico, línea de investigación que la escuela francesa de la epistemología con la idea de "historia de las ideas" ha desarrollado en profundidad y creo que encaja en esa tradición.
Me pasó algo parecido a ti Diego, nose si con la definición de los 3 conceptos que nombraste, pero sí con la definicion de psiquiatria que siento que ademas de ser una ciencia tambien puede ser una tecnologia, lo que comparto es que finalmente pueden compartir funciones y no ser unicamente una.
EliminarDiego, también "me hizo ruído" las definiciones o más bien "reducciones" que propone el autor en estos terminos de "ciencia", "tecnologia" y "tecnica". Concuerdo con Dr Berrios en esto de la psiquiatría como esta especialidad "hibrida", pero como el autor extrapola este concepto a la medicina basada en la evidencia, me genera cierta duda. Pienso que dada nuestra formación, sustentada de alguna manera en el modelo cientifico, nos hace pensar o convencernos de cierta manera como en "lo cientifico" es "lo cierto", y de como tu lo explicas que las tecnologías se han ido complementando en otras especialidades médicas, que de alguna u otra forma van generando conocimiento y pudiesen entenderse como Ciencia o cientificas. Pero, como lo comenta paulina, pienso que tiene más sentido el verlo como "comparten funciones", se sobreponen en cierta forma y es dificil reducirlo de esta manera.
EliminarMe pareció una lectura muy interesante de analizar, siento que me permite una visión mas amplia de lo que estamos ejerciendo, con un contexto histórico y social, al leer me identifiqué con el termino de tecnología, me parece llamativo el concepto utilizado , ya que muchas veces me he percibido como un instrumento laboral , siendo en el área de salud mental donde menos sentido me hacía; me era difícil poder lograr el objetivo de análisis, alianza, diagnóstico, tratamiento en un tiempo tan acotado de forma individual, sabiendo que muchas veces son casos que requieren intervenciones multidisciplinarias, el sentir de presión constante por alcanzar en los tiempos asignados pocas veces me permitida la interacción con mis pares o con el resto de equipo de profesionales , interfiriendo negativamente en el tratamiento de algún paciente . Durante mi periodo de médico general de zona esto ocurría en múltiples ocasiones, recuerdo casos de adultos mayores que muchas veces acudían por la necesidad de sentir a alguien, de conversar, de interactuar, donde me solicitaban un fármaco “ mágico” para poder dormir o para recuperar las “ganas” , sin embargo sabía que esto no era la solución al problema, pero que es realmente lo que podía ofrecer? Que expectativas podía ofrecerle respecto a su vida?, como le explicaba yo que vivimos en una sociedad que al parecer nos enferma , donde la televisión o las redes sociales nos muestran una realidad ficticia, que nos genera ansiedad de soluciones rápidas y efectivas, en donde cada día pareciera ser más importante el individualismo e independencia y menos las interacciones interpersonales, como le explicaba que esto no era culpa de ella ni mía, que podíamos respirar juntas y sentir, que es normal sentir , que las emociones son humanas y que nos necesitamos unos a otros como especie para lograr subsistir.
ResponderEliminarMe genero curiosidad el cómo se abordan los “encargos” me parece envolvente la critica a una sociedad que nos sostiene y enferma , que nos intenta clasificar en algún sitio , reduciendo el sentir a patologías y los tratamientos a medicamentos, incluso en ocasiones me sentí como marioneta , me cuestione el como no me había dado cuenta o como quizás no lo quería ver , porque siempre estuvo y está presente ; creo que es necesario observar de otra perspectiva , permitiéndonos equivocarnos y crecer dentro de esta labor.
Javiera tu comentario me llamó mucho la atención porque contiene frases que resuenan mucho en mi cabeza " me he percibido como instrumento laboral" " como le explicaba que esto no era culpa de ella ni mía, que podíamos respirar juntas y sentir" me pareció muy bonito y creo que ahí esta la clave, si bien no podemos brindar una pastilla mágica o solucionar todos los problemas de nuestros pacientes la vivencia colectiva y la empatía que intentaste transmitir en tus atenciones de seguro marcaron una diferencia, abrazos!
EliminarHola Javiera, estoy de acuerdo contigo, tambien me paso algo parecido al ser EDF , la mayoria de mis pacientes que eran adultos mayores querian ese medicamento magico para las ganas y que finalmente si querian soluciones rapidas quizas por esto mismo que nombras de las redes sociales que impulsan eso. Por mi parte trataba de educarlos y bajar su ansiedad para poder continuar con su intervencion integral y multidisciplinaria. Pero comparto la experiencia. saludos!
EliminarJaviera hola, super interesante tu comentario. A partir de este me queda dando vuelta el concepto de "encargo" que traes a la discusión y que se plantea en el texto. A mi parecer, muchas, si no todas, las disciplinas cumplen con algún rol dentro del engranaje social, que permite que esta misma sociedad se reproduzca y mantenga en el tiempo, pero si me parece que hay algunas de estas que son más sensibles o resuenan más. Tiendo a pensar que esto se podría deber a que el objeto que estudian y manipulan se acerca demasiado a la identidad misma del ser humano, lo que probablemente puede resultar más amenazante, pero en su esencia, me parece, no se aleja tanto de las consecuencias que pueden tener diciplinas tales como la genética, la antropología o la educación. Lo que me parece clave es la conciencia que podemos tener respecto al espacio y rol que podemos estar jugando dentro de ese engranaje de relaciones, y la postura que ofreceremos a dicho espacio, en base al modelo de sociedad que pretendamos construir. Pienso que el texto nos ayuda a hacernos consciente de esto ultimo. Saludos
EliminarHola Javiera, coincido mucho contigo. No sé si es el "ritmo" o las exigencias por cumplir metas que nos imponen en la atención es parte de lo que nos hace sentir como instrumentos, la semana pasada comentaba algo similar que leí hace un tiempo de que los médicos terminábamos siendo el medio para conseguir el fármaco y creo que es una responsabilidad compartida, entre el poco tiempo que nos entregan, la presión por cumplir esas metas y que no nos damos el tiempo de poder revisar cual es la verdadera necesidad de la persona que tenemos en frente. Como le pasó a Ignacio en su comentario al principio del blog, que se dio el tiempo de escuchar a esa adolescente y encontró todo un mundo detrás de esa petición de una pastilla para concentrarse.
EliminarDonde trabajaba antes, eran muy comunes las consultas por alteración del sueño o muy común escuchar que estaban "nerviosos", pero detrás de eso habían hijos consumidores, entorno de delincuencia, los pacientes me relataban que escuchaban balazos en las noches o que tenían temor de que alguien entrara a sus casas, incluso tenía pacientes que debían estar arrancando por amenazas. Entonces frente a eso no hay fármaco que pudiera solucionar su problema, pero cambiar su contexto igual era complejo.
Estimada compañera empatizo contigo, creo que en nuestra sociedad actual, en la que el individualismo y la independencia parecen prevalecer, es importante reflexionar sobre el papel de los profesionales de la salud y cómo interactúan con la comunidad. Tu comentario me hace analizar y me invita a explorar las tensiones y desafíos que enfrentamos al ejercer nuestra labor en un sistema que a menudo nos limita a ser meros instrumentos laborales, en lugar de fomentar la verdadera interacción humana y el cuidado integral de las personas.
EliminarConcuerdo con la dificultad de brindar un análisis, alianza, diagnóstico y tratamiento individual en un tiempo limitado por el simple hecho de cumplir metas sanitarias, nuestro sistema de salud no reconoce que las restricciones de tiempo pueden interferir negativamente en la calidad de la relación profesional-paciente y tratamiento. Esto nos lleva a cuestionar cómo podemos superar estas limitaciones y garantizar una atención integral que considere las necesidades individuales y de nuestra comunidad.
Siempre he comentado que La sociedad actual se caracteriza por la búsqueda de soluciones rápidas y efectivas, a menudo promovidas por los medios de comunicación y las redes sociales. Esta expectativa de resultados inmediatos puede ser especialmente desafiante en el campo de la salud mental, donde el cuidado y la recuperación requieren tiempo, paciencia y una comprensión profunda de las emociones y circunstancias individuales. Estamos mal utilizando las plataformas digitales, no se esta proyectando lo que define nuestra Tecnología : El bien social.
Concuerdo con ustedes colegas, también me resuenan muchas de las frases mencionadas por Javiera, esta muy interiorizada la visión de que existe un "medicamento mágico" para cada síntoma que uno presente, el medicamento para dormir, el medicamento para tener mas apetito o el medicamento para sentir "mas ganas de". Como menciona el libro, ha sido importante la difusión de la farmacoterapia por parte de los propios profesionales de la salud mental que ya esta interiorizada en los pacientes, quienes incluso van a la feria a comprar medicamentos para automedicarse por tal o cual síntoma. Muchos adultos mayores no tienen una patología, no es suficiente un checklist como el Yesavage, lo que buscan es poder sortear la soledad, el abandono, buscan tener alguien con quien hablar. Como mencionan los tiempos son limitados, y si bien muchos factores que pueden estar aquejando a los adultos mayores estan fuera de nuestro alcance, podemos brindar una contención y otorgar una atención lo mas integral posible. Es clave mantener una buena comunicacion con el resto del equipo para poder otorgar, dentro de las posibilidades, una atención lo mas integral posible.
EliminarConcuerdo con el profesor Fernández al considerar la medicina y psiquiatría como una técnica y no como una ciencia. La medicina es una técnica, un bien social y un arte para lograr lo mejor posible este bien social.
ResponderEliminarÉl también hace una buena reseña histórica de la psiquiatría al dividirla por encargos en los diferentes periodos de su desarrollo, porque responde a las necesidades de una sociedad y ésta encarga a ciertas personas para dar solución a
esta necesidad, lo que le lleva a pensar la psiquiatría como un hecho histórico y social.
Para enfrentar el sinsentido de la psiquiatría propone una serie de actividades con el fin de lograr una buena psiquiatría. El problema radica que buena parte de esta
propuesta no depende de nuestro quehacer, por lo que deberíamos partir colocando al paciente en el centro de la atención, respetando su autonomía y una buena buena calidad de atención; así podemos lograr una masa crítica para lograr algún cambio importante.
En otro párrafo nos propone rehabilitar al paciente, lo que es muy bueno, pero también deberíamos rehabilitar a la familia e integrantes de su lugar de trabajo para que acepten al paciente como es y así lograr una mejor inclusión social. Con respecto a este tema, años atrás, me tocó el caso de un funcionario auxiliar de un hospital el cual iba a ser despedido por el subdirector administrativo, ante esta situación habló conmigo una dirigente de la FENATS si yo podía hacer algo; fuí a conversar el tema con este jefe, luego de saludarnos, me dijo que yo quería torcerle
la mano, le manifesté que no era esa mi intención sino que solución le dabamos al caso en cuestión, además, le pregunté si el funcionario faltaba mucho, llegaba tarde o no realizaba bien sus tares, a lo cual me respondió que no; ¿entonces cual es el motivo para despedirlo? me respondió que estaba pasado a alcohol, ante esta respuesta le manifesté que esto era una enfermedad y que debíamos ayudarlo siendo el trabajo algo importante para su recuperación. Ante esto accedió a dejarlo, a los meses después me fui de vacaciones y despidieron al funcionario. A los 3 meses de despedido el ex-funcionario estaba muerto a consecuencia de una riña callejera.
Hector, lamento esa situación que atravesaste. Es un ejemplo bastante usual pero no adecuado donde se desplaza con inmediatez a una persona que está necesitando apoyo. Evidentemente era necesario un seguimiento, intervención y un manejo colectivo que le ofrecieran soporte y mantener trabajo a el caballero. Sin embargo, existe una excesiva frecuencia a no rescatar, no apoyar y no recuperar. Dar por perdido a una persona, dar por abandonado a un paciente y culpar o estigmatizar ante el consumo. Actualmente soy parte del Programa Ambulatorio Intensivo donde veo a mujeres embarazadas con consumo quienes tienen un manejo multidisciplinario, medidas cautelares, limitación de lactancia, entre otras medidas y uno de los eventos más frecuentes es un trato despectivo por ser "mujer - embarazada - con abuso de sustancia" siendo minimizada, desplazada o ignorada, inclusive por personal de salud, durante el parto o cualquier atención médica, minimizando sus crisis de pánico o abstinencia siendo mujeres con entornos sumamente vulnerables. Fue una lectura muy importante para generar desde nuestro alcance indicios para estructurar lineas de acción.
EliminarComentario Parte N 1
ResponderEliminarLa visión del autor me pareció controversial, interesante y da para debatir con respecto a los temas que se han discutido en estas sesiones del curso. En un principio encontré que fue una especie de “balde de agua fría” el hecho como el autor presenta a la psiquiatría a lo largo de diferentes periodos históricos, hizo que me planteara: ¿Escogí una especialidad que solo nace y se adecúa a las diferentes necesidades sociales, políticas, empresariales?; ¿Por qué la psiquiatría no puede ser autónoma en el desarrollo de conocimiento?, ¿Acaso no es una ciencia? Muchas preguntas fueron surgiendo de la lectura, pero a medida que iba avanzando en el libro, me fui dando cuenta que la tesis planteada por el autor tiene sentido en como la va fundamentando y expresando sus planteamientos y posibles soluciones a los problemas que hoy en día enfrenta la salud mental y psiquiatría.
“La psiquiatría no es una ciencia porque no quiere generar conocimiento, el objetivo es producir un bien social, es decir es una tecnología”, es la tesis que me generó algo de discordancia por lo que yo creía y por lo que he visto en otras asignaturas. El autor plantea que “la psiquiatría es una tecnología porque tiene eficacia, eficiencia y efectividad. Es hacer posible la producción de algo que la sociedad considera un bien deseable, como la salud, hacer viviendas, no son producto de una lógica interna”, esto último me genera un poco de controversia, porque para mí la psiquiatría tiene una lógica interna, como dice Berrios que los síntomas mentales son como “objetos híbridos”, constituidos por una amalgama especial de señales biológicas y configuradores personales, familiares, sociales y culturales. La psiquiatría busca generar conocimiento, con la estrategia de la epistemología, con el ejercicio metodológico de ¿dónde parto? Para mí la psiquiatría tiene componentes orgánicos y socioculturales donde cada uno de ellos tiene una importancia primordial, y la mayoría de las veces complementarios. Se realiza un diagnóstico, se hacen intervenciones, pronóstico, donde los factores socioculturales y determinantes sociales juegan un papel muy significativo. A través de esto se puede predecir que puede suceder, establecer una probabilidad. Lo anterior fue lo que generó más controversia en mí.
A lo largo de la lectura se puede ir viendo como la historia de la creación de las instituciones psiquiátricas van surgiendo y cual era su objetivo principal, primero era aislar a las personas de otras; “proteger a la gente normal de los otros con comportamientos anormales”, lo que después va evolucionando a intentar sanar a estas personas y poder insertarlos a la sociedad o realizar su rehabilitación dentro de un contexto comunitario, naciendo la psiquiatría comunitaria. Se explica que a medida que esta idea va tomando fuerza se van cerrando instituciones psiquiátricas y se deja en la calle a algunos individuos sin centros comunitarios: me pregunto: ¿No sucede esto hoy en día? Muchas personas con criterios para entrar a centros comunitarios de adicción a drogas, rehabilitación psicosocial donde el sistema público no da abasto para toda la demanda, en otras palabras estas personas quedan en seguimiento por los distintos dispositivos de APS que también se encuentran sobrepasados, por lo que las personas, muchas veces van quedando fuera o “en la calle” volviendo a consumir sustancias, seguir insertas en el contexto que las lleva a ello.
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EliminarComentario Parte 2
ResponderEliminarOtro hecho planteado en el libro es cuando el autor detalla como la salud mental se lleva a la población en general para los trastornos mentales menores o neuróticos, donde el enfoque comunitario ayuda a esto, señalando que el sistema se ve sobrepasado; pero esto ¿No ocurre el día de hoy? Lamentablemente si, se pueden ver las listas de espera para médico de salud mental, psicólogo, donde para una terapia psicológica las personas deben esperar una hora de atención cada 1 o 2 meses, ¿esto ayudará realmente? Lo otro muy importante señalado en el libro, es cuando el autor menciona que el sistema de salud mental incorpora a la salud primaria. Acá se recalca que la psiquiatría es una “tarea inminentemente interprofesional, imprescindible la intervención de todos los intervinientes (médicos no psiquiatras, enfermeros (as), trabajadores sociales, psicólogos, terapeutas ocupacionales”, lo cual comparto desde la convicción más profunda. Durante mi corta experiencia como médico, pude evidenciar la importancia de este punto. Trabaje 4 meses en un CESFAM donde existían las horas de ingreso multidisciplinario, donde se realizaba el ingreso de los usuarios con médico general, psicólogo y asistente social, lo cual era muy útil porque se complementaban los distintos enfoques, y en un solo ingreso se podían abordar las distintas necesidades de las personas, optimizando los tiempos para ir avanzando en mejorar y trabajar en aquellos determinantes sociales que eran fundamentales y que de por sí provocaban los distintos motivos de consulta de las personas. La asistente social podía evaluar inmediatamente en que áreas podía empezar a trabajar inmediatamente con las personas, lo mismo la psicóloga en donde su aporte era fundamental, porque muchas veces los motivos de consulta respondían netamente a factores psico reactivos que con una buena intervención psicológica y social podían atenuar significativamente la sintomatología del usuario. Sin embargo los controles con psicólogo eran escasos, cada un mes y a veces cada 3 semanas. Si bien es cierto, como plantea Alberto Fernandez Liria en su conferencia donde dice que la terapia cognitivo conductual ayuda mucho en usuarios con depresión, sin embargo, son muy pocos los profesionales capacitados en ellos y más escaso se hace el acceso a este tipo de terapias. También me vi enfrentado al otro lado, al exceso de medicación o mal enfoque diagnóstico de otros médicos, pues vi muchas veces a personas, que indagando más en la anamnesis me podía dar cuenta de otras cosas que los aquejaban y que eran la “piedra de tope en su mejoría”, donde me referían que otros médicos solo le preguntaban como se sentía, como estaba durmiendo, le renovaban la receta y aumentaban medicamentos, sin indagar más allá. Lo que me parece preocupante porque con una anamnesis más detallada uno se puede ir dando cuenta de diversos factores de riesgo psicosociales y que optimizando la red se puede, quizás, dar una asistencia un poco más oportuna a las personas.
“La locura de la psiquiatría”, es un libro que da para mucha reflexión, autocrítica, sobre las problemáticas actuales que enfrenta la salud mental tanto en Chile y el mundo. Siento que en algo se ha ido avanzando, sin embargo ¿qué es lo que hacemos cada uno de nosotros? Siento que este libro al ir abordando los procesos históricos, sirven de base para ir modificando ciertas cosas que se tornan más cuestionadas, como por ejemplo, el enfoque mas psiquiátrico que se le está dando al dolor, el abuso de psicofármacos, el paradigma del reduccionismo biomédico.
Me gustaría desarrollar mi opinión con una experiencia personal, en la universidad tomé el desafío de ser la presidenta de mi Centro de Alumnos, en ese entonces tenia actividad militante en una organización que habíamos formado con un grupo de compañeras/os que se llamaba " Hemisferio Izquierdo" este colectivo tenia la expectativa de generar debate y crítica respecto al rol que teníamos como futuros médicos en nuestra sociedad, principalmente en una región como es la de Antofagasta donde el aislamiento y el extractivismo representa un determinante social en salud clave. En el colectivo organizamos debates abiertos a la carrera y universidad e invitamos también a docentes que quisieron aportar con distintas perspectivas, además participamos de distintas movilizaciones de otros grupos organizados de la comunidad (sindicatos, colegio de profesores, etc). Una vez instalados en el centro de estudiantes impulsamos este mismo espíritu crítico al modelo biomédico, sin embargo la respuesta que tuvimos dentro de nuestra carrera fue totalmente lo contrario a lo esperado. Hubo un inmenso rechazo a la "politización" de la medicina, la que se expresó con una baja participación en las instancias de debate y una evidente hostilidad de los docentes hacia nosotras/os, como presidenta y mujer recibí un intenso hostigamiento que finalmente terminó por agotarme al punto de que una vez egresada decidí mantenerme al margen y lo "más neutral" posible en mis lugares de trabajo. La experiencia de las últimas lecturas y este ramo me ha motivado nuevamente a ver la medicina, especialmente la psiquiatría, como un territorio que vale la pena disputar para movilizarla a responder a las necesidades de la sociedad.
ResponderEliminarCreo que si bien el origen de los/as psiquiatras ha sido de la mano del aislamiento e injusticia social, también su desarrollo se ha dado paralelo a la formación de otra psiquiatría crítica y comunitaria que "valora el discurso de sus pacientes más allá de lo que es leído como síntomas de una enfermedad". Concuerdo que tenemos un desafío titánico, ya que nuestro ejercicio hoy se desarrolla en un sistema capitalista e individualista que busca destruir los mecanismo colectivos de cuidado, donde se coloca la mayor parte de la carga en un empobrecido sistema público de salud que es utilizado como camuflaje para decir que el estado se hace cargo de sus ciudadanos, sin embargo son estas instancias formativas una excelente plataforma para formar nuevos profesionales que busquen dar una nueva dirección a esto, aún así creo que el inicio de este desafío esta en la decisión de "cual psiquiatría" queremos transitar. El "loco" como ciudadano, como sinónimo de derechos y no de "anulado", el valor de su discurso y la crítica de como la psiquiatría ha sido instrumentalizada para responder al interés de un sistema contradictorio son postulados que me dejan llena de cuestionamientos, pero sin duda llena de motivación, se podría decir que "instrumentalicé" el libro para sacarme una pequeña espina que traída desde mi pregrado. Agradecida de esta experiencia
Abrazos!
Me alegra leer que hayan intentado implementar este espíritu crítico que se acerca más al enfoque comunitario, a pesar de la negativa de la escuela…lamentablemente eso es algo común en varias escuelas de medicina, en mi caso también tuve que mantenerme al margen en mis años de estudios y tratar de pasar lo más desapercibido posible. Pero es reconfortante ver que cada vez somos más los que tenemos esta mirada y que esta residencia nos inspiren a tener una mirada más crítica y política de lo que es la psiquiatria.
EliminarInteresante libro para complementar nuestro aprendizaje. Partiré hablando de como el termino salud mental llega a unirse a lo que en ese entonces se conocía como psiquiatría, a ser un complemento a esta función y no a reemplazarla, y así tener una visión más amplia del concepto y también integrar a todo el equipo dentro de estos conceptos “psiquiatría y salud mental” , como bien sabemos la salud mental no solo depende de una persona, sino que siempre tenemos un equipo detrás, trabajador social, terapeuta ocupacional, psicólogo, etc., a mi parecer no somos nada sin un equipo completo. Quizás la palabra psiquiatría sola, la siento mas como algo unitario o de una persona según lo aclarado por el libro. Agregando a esto me llamó mucho la atención lo del concepto de “tecnología” y que no sea una ciencia, esto me parece controversial, a mi parecer creo que la psiquiatría es una combinación de tecnología y ciencia ya que sí produce conocimientos y también produce un bien social, quizás se refiere más bien a que como dice el libro la psiquiatría viene definida por la sociedad en cada momento histórico, finalmente fue y es una necesidad que parte desde un requerimiento social, requerimiento social que va cambiando según la época en que vivamos, al ser así sería una tecnología dedicada al bien social.
ResponderEliminarPor otro lado, que importante fue reconocer al enfermo como tal, a esto me refiero a un estado definido como no deseable y que necesita ayuda para poder reincorporar su funcionalidad entre otras cosas.
Es impactante conocer la historia y saber que hubo un periodo en donde simplemente se sacaba de la vista de la sociedad a las personas con “conductas anormales” (llamadas anteriormente) y llevadas a un encierro que en muchos casos podía ser eterno. Afortunadamente esto fue cambiando a través del tiempo. Ahora cabe destacar la función de Pinel en su observación y la clasificación que pudo dar a las distintas personas que habitaban ahí, podríamos decir que fue el primero quien se dedico a observarlos y de esto sacar algunas conclusiones, para posteriormente llegar a los DSM -CIE de hoy en día. Sin embargo a pesar que han pasado años y como hemos visto en otras oportunidades, aun no tenemos quizás algunas definiciones completamente claras como lo es la de salud mental.
A lo largo del libro también me hace reflexionar acerca de la importancia de la psicoterapia como tal, que también es a raíz de una demanda social, ya que necesitaban que los trabajadores “enfermos” se reincorporaran pronto a sus labores y como la psicoterapia tenia un aporte gigante en esto, tanto así que se comenzó a priorizar.
Igualmente siento que hay una ambigüedad de opiniones cuando las personas criticaban el manicomio, sin embargo, tampoco aceptaban que las personas diagnosticadas con alguna enfermedad mental compartieran el mismo lugar físico que ellos, creo que eso pasa aun hoy en día. Hace un par de días me pude dar cuenta de eso, atendí a un paciente con diagnostico de esquizofrenia de años, estable hace años y además viviendo toda su vida en el mismo lugar, por ende, conocía a sus vecinos, entorno, etc. Sin embargo, él contaba como la gente se aleja de él, cuando va a los negocios no lo saludan o simplemente le gritan “loco” en la calle, me dio una tristeza enorme darme cuenta que estas cosas siguen pasando y al leer esa parte del libro lo recordé a él. A pesar de ir avanzando y aceptando, aun existe una cultura en donde no aceptan 100% a todas las personas.
El gran tema es que se predijo en algún momento de la historia que para el 2030 la depresión seria la principal causa de morbilidad a nivel mundial, y la verdad es que aun no llegamos al 2030 y por diversos motivos hay una salud mental muy deteriorada, será que hay sobre diagnóstico, o realmente han sucedido muchos sucesos o cambios culturales que aumentan esta prevalencia o quizás hay de ambos factores.
"El gran tema es que se predijo en algún momento de la historia que para el 2030 la depresión seria la principal causa de morbilidad a nivel mundial, y la verdad es que aun no llegamos al 2030 y por diversos motivos hay una salud mental muy deteriorada, será que hay sobre diagnóstico, o realmente han sucedido muchos sucesos o cambios culturales que aumentan esta prevalencia o quizás hay de ambos factores." Estimada Paulina, cito la ultima parte de tu comentario por que creo que efectivamente en el ultimo tiempo ha pasado de todo y OJO, No digo que no tengamos sobre diagnostico, pero si creo que los últimos sucesos han precipitado el deterioro de la salud mental en la población. El confinamiento forzoso durante la pandemia fue aplastante, los seres humanos vivimos en comunidad, no sabemos estar aislados, la forma en que muchas personas debieron despedir a sus familiares sin un funeral según sus creencias, no fue normal, la forma en como el sistema colapso y vimos morir a nuestros pacientes no era normal, así que si, creo que todo lo ocurrido en los últimos 4 años por lo menos tendrá impacto en nuestra salud mental.
EliminarComprendo tu preocupación, Paulina. Al leer tu último párrafo, percibo la angustia y la sensación de desesperanza frente a las cifras desgarradoras de morbilidad y los desafíos que enfrenta nuestro sistema de salud. A pesar de los esfuerzos con recursos limitados, la situación sigue siendo difícil. La pregunta que surge al finalizar la lectura es hacia dónde dirigir nuestras acciones como profesionales para realmente reducir estas cifras.
EliminarAsí como lo han planteados los compañeros y compañeras, partir del texto es posible complementar reflexiones previas acerca del cuestionamiento respecto al rol que asume la psiquiatría dentro de la sociedad, desde el momento en que se problematiza la precisión del concepto de salud mental, hasta la practica misma como disciplina que asume rasgos en muchos momentos más bien técnicos (en el sentido más original del concepto), que científicos, aunque a mi parecer estos pueden convivir sin la necesidad de opacar el uno al otro. Lo peligroso de no reconocer dichos márgenes es que se podría actuar desconociendo el rol de control social que se podría estar ejerciendo, considerando un análisis de la sociedad donde existirían relaciones asimétricas y de dominación, como se deja ver en el texto.
ResponderEliminarEn nuestro caso en la práctica diaria, es posible ejemplificar lo anterior en el momento en que se pone en cuestión, por ejemplo, la relación entre niños y niñas diagnosticados con TDAH y el sistema educativo en el que participan. Este ultimo se caracteriza por presentar patrones normativos y metodologías de enseñanza que se alejan de la naturaleza del momento evolutivo del niño o niña, con lo cual se puede generar tensión en las relaciones que ahí se producen y sobreestimar el patrón de conductas y de desarrollo descrito en el TDAH. Entonces en dichas situaciones, surgen las dudas respecto al rol que estarán asumiendo los profesionales de salud que registran dicho problema como un problema de salud mental, desconociendo en algunos casos, al sustrato social que lo rige, que reproduce individuos y modos de vida que pueden tender más hacia el sufrimiento que hacia el desarrollo pleno.
Saludos
Hola Juan, me hace mucho sentido el punto que realizas. Considera que una reflexión interesante en torno al contenido visto. Recuerdo trabajando como EDF me vi muchas veces en esta posición, donde las proyecciones de un sistema educacional, obsoleto en muchas sentidos, genera una instancia de psiquiatrización de los alumnos, forzando muchas veces al tratamiento incluso farmacológico. Creo que es necesario el replantear esta ética profesional que se considera desde los privilegios que involucra el enjuiciar el estado mental de otra persona en esta asimetria que comentas.
EliminarEstimado Juan, también creo que planteas una dificultad que lamentablemente se ha vuelto muy común en estos últimos años, y también refleja el planteamiento del mismo texto, la creación de nuevas necesidades mercantiles, como lo ha sido el sobre diagnóstico del TDAH.
EliminarSin embargo, también creo que sugiere un desafío mayor, por lo que implica el diagnóstico en nuestra sociedad, ya que se refleja habitualmente para dar respuesta a niñxs vistos como "disruptivos" que amenazan en este aspecto, la realización normal de la clase. Pero al mismo tiempo, va creando estigmas muy potentes, y a distintos actores, tanto para niñxs diagnosticados (dispuestos muchas veces a fármacos o terapias que siendo adultos no comprenden), o también para padres y madres que lo ven en ocasiones como algo limitante y "malo". El desafío está en el abordaje, rescatanto el sustrato social que mencionas, cuestionando la conducta, rescatando a la persona.
Primero quisiera mencionar que la lectura me sorprendió gratamente, comencé la lectura sin muchas expectativas pero la forma en que relata como se ha ido conformando la psiquiatría, y describe cada uno de los encargos hace que uno se cuestione si efectivamente ha existido un progreso o quizás seguimos repitiendo algunas de esas cosas pero ocultas bajo otros nombres. Menciono esto porque creo que todo surge como una forma de "liberar" a las sociedad de estas personas que no cumplían con el estándar aceptado y eran trasladadas a estos hogares caritativos como menciona el autor en el video. En la actualidad, creo que muchas veces tendemos a patologizar conductas o a personas porque no coinciden con lo que aceptamos socialmente como "normal". Esto se ve mucho en televisión y también lo vi en mi práctica como médico, el paciente que presentaba múltiples consultas, o demandaba más atención que el promedio, el paciente que se ponía a llorar en una consulta de morbilidad, todas esas atenciones eran derivadas a salud mental sin la intención de ver cual es su verdadera necesidad.
ResponderEliminarAsí mismo, captó mi atención cuando en el video el autor menciona que los fármacos fueron creados como algo muy específico para tratar algo puntual, y terminó siendo un caballo de batalla para tratar todo. Esto es muy evidente en la búsqueda constante de los fármacos, tanto desde el paciente como desde los profesionales de salud. Cuando recién egresé y llegué a trabajar al cesfam me llamaba mucho la atención y me causaba un poco de molestia que todos los pacientes que me derivaban a atención de salud mental era en busca de fármacos, y muchos de ellos impulsados por otros profesionales que le decían vaya al médico para que le de "algo", entonces ya llegaban con una idea que era difícil de retirar y reconozco que muchas veces igual cedía para ahorrarme el conflicto con el paciente, sin embargo en más de una ocasión estos no eran necesarios. Por eso creo que esto es una responsabilidad que no solo tenemos los médicos, sino todos los profesionales de la salud.
Entendiendo ahora la diferencia, con lo que propone el Dr Fernández, de que la Psiquiatría es una tecnología, considero que efectivamente nuestro fin es causar un bien social, y enfocamos nuestras prácticas en base a lo que nos pide la sociedad. Pero también tenemos una formación científica como él menciona, y debemos usar este conocimiento para mejorar la sociedad a la cual servimos.
Hola Gabriela, estoy muy de acuerdo contigo en la perspectiva relacionada con el uso o "sobreuso" los psicofármacos y de que en muchas ocasiones se sobrediagnostican patologías que en verdad son respuestas normales, ya sea ante pérdida de un ser querido o una reacción ante una vivencia de impacto emocional, también trabajé en APS y me tocó verlo mucho, desde los pacientes que abiertamente decían que iban por la receta y que no estaban interesados en tener un proceso terapéutico más allá, hasta aquellos en lo que luego de un tiempo de controles pude dar de alta. Me pasó mucho que también los más jóvenes llegaban consultando por medicamentos que vieron o leyeron en redes sociales. Se vive el concepto de que si no eres un médico que indique fármacos eres un mal profesional. Es algo ciertamente a mejorar. Saludos!
EliminarComparto tu experiencia en el servicio publico, cuando trabaje en cesfam tambien me molestaba y cuestionaba que me mandaran tanto paciente para que le dieran "algo" siendo que muchas veces no lo necesitaba pero la gran carga asistencial y presion social de los mismos pacientes y familias hacia que uno cayera en sobremedicar a algunos usuarios, como futuros psiquiatras debemos evitar seguir fomentando esas practicas. saludos!
EliminarHola gabriela, totalmente de acuerdo contigo, y citare algo que expresaste y también me toco vivir en mi práctica profesional: "paciente que presentaba múltiples consultas, o demandaba más atención que el promedio, el paciente que se ponía a llorar en una consulta de morbilidad, todas esas atenciones eran derivadas a salud mental sin la intención de ver cual es su verdadera necesidad". Aquí me gustaría hablar sobre lo que expresa el autor tanto en su libro como en su charla educacional, cuando habla de del tercer encargo de la historia de la psiquiatría, donde actualmente los profesionales de salud, derivamos en demasía a los pacientes, y promovemos el uso de dispositivos de atención, consulta por expertos y uso de psicofármacos en respuesta a vivencias y problemáticas que pueden ser elaboradas por el propio paciente, en una especie como de "evitar vivir el sufrimiento", lo que genera finalmente que aunque con el tiempo hayan mas medios para tratar problemas de salud mental, que deberían disminuir la prevalencia de estos, finalmente produce el efecto contrario. A mi parecer, en vista de mi experiencia, esto podría ser en respuesta al mecanicismo de la medicina, la rapidez del sistema, las exigencias estadísticas de pacientes tratados en salud mental y a la conciencia colectiva, producto de las farmacéuticas, sobre la relación imperiosa diagnostico- farmacológica que existe actualmente.
EliminarUn abrazo Gaby.
Locura de la psiquiatría parte describiendo como el concepto de psiquiatría fue reemplazado por el de salud mental buscando dar un enfoque hacia la Salud pública, pero luego muta y se entiende como un complemento a la psiquiatría haciendo referencia a su carácter multiprofesional en el ejercicio, es muy importante este cambio ya que el trabajo a realizar no se puede cerrar sólo a la labor médica, entendiendo que los pacientes deben ser abordados como un todo, con su malestar, su entorno, historia, miedos y creencias, desde este punto de vista el concepto de salud mental como el quehacer en equipo parece más adecuado.
ResponderEliminarMe pareció interesante la propuesta inicial del libro de la que se desprende su desarrollo: la psiquiatría no es una ciencia, sino más bien una tecnología. Es una idea que personalmente no me llega a convencer del todo, afirmar que la psiquiatría y la medicina en general son una tecnología porque no ayudan a crear conocimiento sino que aporta un bienestar social me parece reducir su función y desarrollo a lo largo del tiempo. Personalmente considero que lleva de ambas, aporta un bien social indispensable como lo es mejorar la salud mental, pero también ha aportado conocimiento con investigaciones y estudios que iniciaron con algo tan simple como la observación, algo que realizó Pinel quien con los recursos que tenía en su tiempo buscaba una manera de estudiar y abordar a los usuarios del hospital.
Luego se menciona que el nacimiento de la psiquiatría se produjo en respuesta a demandas sociales que van cambiando según el período histórico y describe como está ha respondido a estos requerimientos. Hemos visto en sesiones anteriores en textos como el de Desviat como ha cambiado lo que actualmente se espera de la psiquiatría, soluciones rápidas, no importa el mecanismo sino el resultado, un fármaco específico que tenga resultado.
Se marca el cambio de mirada hacia las personas con enfermedad mental que va desde el aislamiento, relegados al encierro a entender que hay una causa por la cual su conducta se ve afectada. Me parece importante este cambio de perspectiva ya que muestra la necesidad de estudiar y entender el por qué de los trastornos mentales, más allá de sólo buscar su alteración neurobiológica, lograr comprender que factores se vieron involucrados en ello y también la importancia de qué es lo que se entiende como enfermedad ya que va siendo un constructo dependiente de cada sociedad. Otro cambio también se vió con el amplio desarrollo industrial donde se empezó a ver como el ritmo de vida y jornadas de trabajo afectaban a los trabajadores, planteando que no sólo los “locos” necesitaban acceder a estas atenciones sino también personas que sufrían de lo que posteriormente se llamaron trastornos neuróticos, necesitando replantearse el abordaje de estos pacientes, dándose cuenta que sólo con fármacos no es suficiente, sino que es necesario apoyarse en otros métodos como la psicoterapia.
Creo importante reflexionar sobre el deconstruir falsas expectativas en pacientes, que llegan buscando soluciones a sus problemas sobretodo mediante el uso de psicofármacos, algo que viví mucho en el tiempo laboral en APS donde muchas veces los controles eran para solicitar medicamentos y cuando les explicaba que más que medicamentos se necesitaban otras estrategias, ya que sólo con fármacos no se podía avanzar muchas veces recibí, insultos y rechazo por parte de los pacientes.
Además de invitarnos a conocer sobre cómo la psiquiatría fue respondiendo a las demandas sociales, finalmente propone lineamientos de acción sobretodo a las nuevas generaciones, para que no perdamos la visión de lo importante en nuestro ejercicio que son nuestros pacientes.
"El derecho a adoptar (o no) el rol del enfermo. "
ResponderEliminarFue uno de los apartados que impactó de gran manera en mí.
En especial, al abordar cómo en nuestra cultura el hecho de adoptar el rol de enfermo tiene como precio recibir un diagnóstico, una etiqueta, una posición categorial en la sociedad. Cabe destacar la diferencia de los diagnósticos psiquiatricos a otras especialidades médicas y como es posible diferenciar a una persona que padece un trastorno , a diferencia de otra persona a quien se le "bautiza" y cambia su identidad: pasando a ser "el trastorno".
Así mismo, es fundamental reconocer que las enfermedades mentales pueden generar discapacidades significativas en quienes las padecen, aunque en algunas oportunidades esto no es un motivo suficiente de discapacidad y aún así pueden recibir términos como: "enfermos y vagos y cobardes". Aunque estas discapacidades pueden ser invisibles para los demás, tienen un impacto profundo en la vida diaria de los pacientes. Es esencial comprender y respetar estas limitaciones, y no minimizar ni estigmatizar las dificultades que enfrentan las personas con sintomatología que dificulte la posibilidad de amar y trabajar como relata el autor.
Iniciar una linea de acción desde el análisis de la carga mundial de obstáculos que contribuyen a mantener la salud mental en el mundo y no la carga mundial de enfermedad mental, deja claro los elementos que en el día a día podemos aplicar desde nuestras prácticas diarias, desde nuestros espacios, disminuyendo el enfoque biomédico, evitar el uso sesgado de datos empíricos, fomentar la participación multidisciplinaria, fomentar el debate, invitar el dialogo, fomentar la autonomía del usuario, potenciar la solidaridad y la prevención de salud, aumentar el actuar colectivo.
Desde mi punto de vista, cada palabra, cada viaje y cada experiencia leída fue una etapa enriquecedora. A pesar de que pudo teñirse de muchas dificultades, existen herramientas, recursos y análisis que dieron un cierre agradable cargado de mucho aprendizaje.
Me hace sentido tu comentario, recuerdo al trabajar en APS que los usuarios siempre mencionaban su diagnósticos médicos pero nunca los psiquiátricos que en muchas de las ocasiones eran pesquisados cuando mencionaban sus medicamentos o se indagaba en la anamnesis. Muchos de ellos experimentaban vergüenza y la sensación de no ser valorados por tener ese diagnóstico. Creo que es relevante no ser enjuiciador respecto aquello y entender el impacto para el usuario ser esa etiqueta, esa enfermedad, y que debe vivir un proceso respetando sus tiempos que debemos respetar, reforzando la diferencia de tener algo que puede cambiar en el tiempo pero que no es ese diagnóstico y no puede ser definido por ello.
EliminarComparto la opinión de ambas. Es muy común ver a los pacientes sentir vergüenza de sus patologías, y como no hacerlo si la sociedad, las familias, los amigos e incluso el personal de salud los estigmatiza. Pero considero que ahí entramos nosotros, tenemos que ayudar a nuestros pacientes a dejar atrás ese tipo de temores, sabiendo que esto puede tomar tiempo, pero hay que estar presente en ese proceso y dejar en claro que él/ella es mucho más que un diagnóstico.
EliminarCuando el autor refiere que tendrá una visión desde el lado oscuro y que la psiquiatría puede ser muy peligrosa, pienso que eso se puede expandir a toda la medicina y no sólo a un área de ella. Entiendo la crítica desde la revisión de la historia, una que no tiene mas de 200 años de ¨formalidad¨ como señaló Berríos, entonces desde esa perspectiva es bastante incipiente y, dado lo desconocido y nuevo pueden existir errores, que desde nuestra parte es deber conocer, reflexionar y no repetir.
ResponderEliminarFernández relata la historia de una persona que observó a un grupo de personas “normales” golpear a un “débil”, lo que instó en él brindar protección y hospitalidad en forma de encierro, excluyendo a estos débiles del daño ejercido por la sociedad. Me pregunté ¿qué es la normalidad? y si esas personas que ejercieron violencia hacia un otro ¿pueden ser consideradas dentro de esa concepción? ¿Quién debía ser excluido? ¿es esa la vía correcta ante ese actuar? Yo creo que esa explicación la responde el autor en el texto, aun cuando trata de explicar otra idea en su exposición. La idea de que el contexto cultural modifica el actuar en psiquiatría. Me hace sentido aquello y también con la idea de que no existe una historia lineal si no que es más bien un devenir, donde el bienestar y progreso no iba a destinado al “débil” si no a la necesidad y bienestar de la sociedad. Refiere el uso de un criterio utilitario a lo que la sociedad quiere, ejemplificándolo con la necesidad de los manicomios hace algunos años y como eso ha cambiado hasta la actualidad, donde los que se espera es la atención en centros de salud mental comunitario.
Entonces se excluía al diferente, al débil, al que se escapa de la norma de la sociedad. Donde se desarrolla, quien puede ejercer daño y la que a su vez, necesita para desenvolverse y crecer...
Discrepo a la afirmación que realiza respecto a que no se existe creación de conocimiento, entiendo y es necesaria una mirada crítica, pero eso no puede dejar de lado los avances científicos que se han dado en la psiquiatría en pro del cuidado y bienestar de las personas. Tengo mis dudas respecto al planteamiento inicial de que no es una ciencia si no una tecnología y si dentro de esa afirmación, la tecnología vista como una utilidad no puede generar conocimiento en su proceso.
Definitivamente la idea que ha prevalecido a lo leído es el rol de la sociedad como un modificador de la salud/enfermedad en cuanto a la significación de uno o lo otro y a la vez, como un causante de malestar y enfermedad.
Hola Camila, tu comentario me hace mucho sentido y me adhiero a las críticas que realizas. Creo que el papel de la sociedad como un factor que influye en la salud y la enfermedad, subrayando su capacidad para modificar y causar malestar y enfermedad es algo que tenemos que tener presente, pero sin duda los avances en el plano de creación de conocimiento guiado por los avances científicos y tecnológicos para mi tienen igual relevancia.
EliminarEstoy completamente de acuerdo en lo que planteas que desde la psiquiatria no existe creacion de conocimiento, probablemente ahora no, quizás es porque nos hemos dedicado (tal como plantea el libro) a ser y transformarnos en lo que la sociedad exige, no en entes activos de la misma y, debido a esto, tampoco nos hemos dedicado a investigar o aportar mayor conocimiento al tema, tomando como pilares teorias de años de antiguedad y asumiendolas como verdaderas. Creo que, si nos lo proponemos, como especialidad tenemos mucho que aportar.
EliminarCamila, me parece muy interesante el planteamiento que das. Ciertamente concuerdo contigo y mis otras colegas en la idea de que la psiquiatría si ha generado conocimientos a lo largo de su desarrollo histórico. Sin lugar a duda, éstos están teñidos por la realidad social y cultural de su época, pero no por ello son inexistentes, y también hay que considerar que esto es algo que ocurre con prácticamente todas las otras áreas del saber. En mi opinión no es el camino a seguir borrar la existencia de la psiquiatría hasta este momento, sino abrir el conocimiento a que nuevos actores, en general grupos hasta ahora menos escuchados, puedan pasan también al frente y decir que es lo que lo psiquiatría puede hacer por ellos. Me parece muy acertada la idea de que la psiquiatría ha realizado enromes avances científicos en pro del cuidado y bienestar de las personas, y agregaría que ahora es necesario ampliar estos conocimientos, es pos de incluir nuevas voces y no dejarnos dominar por solo una perspectiva de nuestro tiempo histórico.
EliminarEstimada Camila, yo creo que al excluir al débil se estaba tratando de protegerlos a ellos y a la sociedad en general, no hubo mala intención, pero de forma practica había que dejar a los llamados "normales" en asilos? no pudo haber sido así porque claramente las personas que tenían vivencias que no eran aceptadas por otros eran los menos. Por otro lado hay medico y psiquiatras que se dedican a ciencia pero no todos, la mayoría vemos enfermos y tratamos de ayudarlos con el conocimiento que otros han descubierto así que si creo que la psiquiatría no es una ciencia ni nosotros científicos, creo que la medicina en general es una profesión humanista también porque tratamos con personas, cada una distinta y única y es por eso que buscamos un bien social. en ese sentido si estoy de acuerdo con el autor.
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ResponderEliminarEl libro de Alberto Fernández Liria examina de manera crítica la evolución histórica de la psiquiatría, centrándose en sus fundamentos teóricos y prácticos. Según el autor, la psiquiatría adolece de una falta de base empírica contrastada y sus teorías se perciben como construcciones ideológicas que han justificado las prácticas adoptadas en distintos momentos históricos y contextos socioculturales. El autor identifica cuatro "encargos" que la sociedad ha encomendado a la psiquiatría a lo largo del tiempo, los cuales han contribuido a moldear su desarrollo: El primero de estos encargos fue justificar el encierro de individuos que perturbaban la convivencia en los núcleos urbanos en los albores de la era de la razón. En una segunda etapa, se requería a la psiquiatría restaurar la capacidad de amar y trabajar, en concordancia con las demandas emergentes del sistema capitalista. Posteriormente, la gestión del malestar humano se convirtió en un nicho de mercado rentable, mediante la medicalización y la prescripción de psicofármacos, lo que llevó a la psiquiatría a desarrollar teorías que justificaran dichas prácticas. Y, por último, en tiempos más recientes, la privatización y el fomento del individualismo han sido promovidos, generando un desequilibrio en menoscabo del cuidado mutuo y la solidaridad.
ResponderEliminarDesde mi perspectiva, considero relevante analizar estos encargos y su influencia en el desarrollo de la disciplina a lo largo del tiempo. Además, coincido con el autor en la necesidad de una reflexión crítica y la búsqueda de una psiquiatría que sea verdaderamente útil y se enfoque en ayudar a las personas, evitando la sobremedicalización y promoviendo valores de apoyo mutuo y cambio social. Sin embargo, es importante reconocer que existen diferentes perspectivas en la comunidad psiquiátrica y que este texto representa una interpretación específica.
Este viaje por al cual nos lleva el autor a través de la historia desde la perspectiva de cómo se vincula la sociedad con el ejercicio psiquiátrico hace reflexionar en torno al verdadero objetivo que se suscita en la práctica de nuestra profesión. Generalmente nos vemos envueltos en la vorágine educacional que implica estudiar esta especialidad, donde el hecho de comprender y ejercer en el marco de sus cimientos teóricos nos hace fluir a fomentar sus mismas prácticas.
ResponderEliminarEs refrescante el hecho de poder reflexionar no solo sobre el nuestro objetivos reales en tono al ejercicio como prestadores de salud en el marco de la salud mental sino, también, en torno a la historia con una óptica vinculada a la comunidad y la forma que la psiquiatria se articula con ésta. En este punto me gustaría hacer hincapié en como las necesidades de la sociedad en torno a las problemáticas sociales se ven reflejadas en el surgimiento de la psiquiatria. Algo que nace desde la necesidad de aislar de la comunidad a la gente que no parecen entender de un modo que la mayoría de la población considere razonable, forma las bases para que la intelectualización de esta práctica se constituya como los inicios de la psiquiatria. Para luego, visto la utilidad de esta práctica, continuar formalizándose en torno a la necesidad de grandes instituciones neoliberales. Creo que es fundamental la necesidad de exponer la forma como las industrias farmaceuticas han tomado parte del control del sufrimiento humano y la el hecho de la capitalización de esto a través de freud en la necesidad de formar y rehabilitar a los trabajadores capaces. Sin embargo creo que el texto es muy categórico en estas afirmaciones, dejando de lado aportes reales a la salud mental de la comunidad durante los años.
Por otro lado, con respecto a la crítica de la formación de conocimiento de la psiquiatría, me parece interesante el poder cuestionarnos el real aporte cientifico a la práctica clínica. Me parece sensato el poder analizar este concepto de religión cientifica que se ha formado a través de los años y que guía la mayoría de nuestra práctica clínica lo cual desacredita, en cierta medida, la humanidad y sus relaciones emocionales llevándola a un reduccionismo que puede llegar a ser utilizada en pos de la mercantilización del sufrimiento. Sin embargo, encuentro que tampoco es posible desacreditar años de investigación donde efectivamente se han visto resultados tangibles. Es por esto que creo que lo ideal es una mirada constantemente crítica a la evolución cada vez mayor de estudios de este tipo.
Por último me gustaría poder resaltar el hecho de que el autor no solo ejerce estas críticas sino, también, nos guía en como poder enfrentarnos a estas problemáticas. Recalco en este ámbito el concepto que se repite en forma lineal en sus lineas de acción que es el empoderar al paciente y su red en los dilemas de salud mental, lo cual recupera el concepto de autonomía del paciente orientado a su recuperación, ademas de horizontalizar la relación médico-paciente. Descartando la mirada impositiva mercantilista de nuestro ejercer profesional.
La idea de poder enfrentarnos a esta historia de utilitarismo psiquiatrico es un hecho necesario en nuestra practica.
Muy buen aporte colega, totalmente de acuerdo con que el material expone la forma como las industrias farmaceuticas han tomado parte del control del sufrimiento humano y el hecho de la capitalización de esto y como nos aporta otras visiones de como lidiar con este problema, la necesidad de empoderar a los pacientes y su red y horizontalizar la relacion medico paciente.
EliminarEstoy de acuerdo, en que no podemos desestimar los avances de las investigaciones en psiquiatría. Sin embargo, aunque haya evidencia sólida, no debemos aceptarla de manera dogmática, sino que debemos mantenernos abiertos a la revisión y la mejora continua, considerando siempre las necesidades y particularidades de cada paciente.
EliminarEn cuanto al empoderamiento del paciente y a la idea de establecer una relación médico-paciente basada en la horizontalidad. Esto implica reconocer la importancia de respetar la autonomía de los pacientes y trabajar en colaboración, reconociendo que cada persona tiene un conocimiento único de sí misma y puede contribuir de manera significativa en el proceso de toma de decisiones sobre su propia salud.
Respecto al libro lo encuentro muy controversial y me produce una ambivalencia en sus postulados mas extremos. Por un lado encuentro mas que necesario el cuestionamiento a las teorias y practicas comunes en psiquiatria y considero que deberia ser de lectura obligatoria para entender el desarrollo historico de la psiquiatria y como sus practicas funcionan segun como las sociedades piden de ella muy bien plasmado en lo que denomina sus encargos que yo resumo como: 1) Usar y justificar el encierro como forma para hacerse cargo de las personas incompatibles con los cada vez mayores nucleos urbanos. 2) Restaurar a las personas la capacidad de amar y trabajar, sin duda mas enfocado en trabajar para producir para el emergente sistema capitalista, misma practica de la medicina tradicional. 3) Contribuir al crecimiento del sistema capitalista al introducir y justificar las practicas del mismo en la gestion del malestar psiquico y emocional humano y 4) Justificar el individualismo y la desconexion social de ayuda de unos con otros usando el respeto a la autonomia y el cese del autoritarismo. Pero por otro lado muy extremista al básicamente que haya progreso que si ha existido por ejemplo en la psicopatologia y en el manejo y abordaje de los enfermos o el manejo de sintomas que pueden llegar a ser altamente disruptivos para las personas en la vida moderna y que no tienen las redes o el nivel intelectual del autor como para resolverlos por si mismos, por otro lado al negarla como ciencia ya que seria un dispositivo para alcanzar una utilidad estaría negando como ciencia a la gran mayoria de disciplinas que si aportan a la sociedad tambien buscando una utilidad y tambien en respuesta a lo que las sociedades les exigen como por ejemplo la quimica al desarrollar antibioticos o las ciencias de la ingenieria al desarrollar edificios antisismicos, no porque una disciplina responda a las necesidades especificas de la sociedad en un momento deja de ser cientifica.
ResponderEliminarRespecto al video muy interesante en el cual Fernandez Liria aborda de una manera agradable un tema tan controversial, como nos expone su interpretación respecto a los hitos de la psiquiatria y resumir muy lucidamente sus postulados con datos fundamentados, comparto su analisis de como la psiquiatria responde a los encargos de las sociedades y a la enorme influencia del neoliberalismo en el desarrollo de la misma, sobretodo en el ultimo tiempo al medicalizarlo casi todo, pero difiero en su postura tan idealista sobre lo que deberia ser una ciencia para ser llamada como tal por lo que expuse con anterioridad y lo que me parece un excesivo negacionismo a los logros que si se han logrado.
Yo estoy de acuerdo a que la psiquiatría no es una ciencias ni los médicos somos científicos, claro que nos ayudamos de la ciencia pero no creamos conocimientos si no que tratamos con lo que aprendemos de ayudar a otro que esta enfermo, no descubrimos la pólvora, solo tratamos de hacer lo mejor con lo que estudiamos
EliminarDebo confesar que comence leyendo el libro sin muchas expectativas, pero me gustó mucho la forma en que el Dr Fernandez plantea cada una de las situaciones, con un tono lúdico, sin un lenguaje complejo y con ejemplos comunes que hacen de su entendimiento algo mucho mas fácil tanto de entender como analizar, mismo tono que plantea en el video presentado igualmente.
ResponderEliminarTal como menciona una compañera previamente, me parece muy curioso como se presenta el rol de la psiquiatría en la sociedad como “encargos”, destacando que desde su creación el rol siempre ha sido reactivo, nunca anticipatorio, es una especialidad creada y moldeada según las necesidades de su entorno y quizás eso sea gran parte del problema. Si actuáramos de forma anticipatoria quizás podríamos evitar muchas de las consecuencias que hoy vemos, por ejemplo, post pandemia. Siendo que se mencionó que post confinamiento aumenatarian las consultas de salud mental, sobretodo en población infantil, no hicimos nada por anticiparnos a aquella situación.
Otro punto que me llamó la atención y me hizo mucho sentido es cómo el ser humano busca una forma de justificar ciertas cosas como la maldad, tratando de atribuir las actitudes o acciones de la gente a una enfermedad mental porque no es posible que alguien sea así de malo.. pues si, hay gente que naturalmente lo es y, como dice el Dr Fernadez, no hay diagnóstico que lo explique.
Lo mismo pasa con el dolor, a veces el dolor simplemente hay que sufrirlo, por ejemplo el de la muerte de un ser querido, llorar y sentir no es una patología, no siempre requiere ayuda y no siempre “viene para enseñarnos algo”, a veces necesitamos conectarnos con esa parte de nosotros mismos y no buscar soluciones a problemas que no lo son solo porque nos sentimos incomodos en nuestros propios sentimientos, porque apologizamos el sentir y buscamos darle soluciones, de una u otra forma, todas patrocinadas por asuntos económicos: la industria farmacéutica, los cursos de mindfulness, los libros de autoayuda, etc. Cuando pensé en esto, me fue inevitable acordarme de una frase de Leila Guerriero, una escritora argentina, que decía “¿Cuántas toneladas de autoayuda y mindfulness hemos tragado para engendrar esa necesidad maniaca de encontrarle a todo una enseñanza? El dolor, a veces, es simplemente dolor. No purifica, no nos hace mejores. Solo daña.” O el poema de Oivero Girondo “llorar a lagrima viva”, que destaca la necesidad de llorar solo por hacerlo, pero hacerlo bien. Esto no es una enfermedad, es sentir.
Además de todo esto, esta esa necesidad social de otorgarle un aspecto casi heroico a la dedicación al trabajo y considerar el descanso como una “flojera” en vez de un tiempo necesario, asi como lo es comer, dormir, etc. El “burnout” existe porque hemos hecho del descanso una recompensa mas que un derecho y una necesidad, pero padecerlo es de “débiles”.
Quizás la promoción y prevención en salud tan promovida por entidades como la OMS podría abarcarse de una forma integral y asi como se realizan campañas para disminuir el consumo de azúcar y sal, hacer campañas para prevenir patologías de salud mental en las personas y explicar, a su vez, que no todo es una patología. Eso podría aumentar las probabilidades de acceso a una atención oportuna y de calidad a gente que realmente la necesita y al costo que sea realmente accesible y no exorbitante y no cubierto, además, por ningún seguro de salud debido, nuevamente, al estigma que este conlleva.
Creo que, como sociedad, nos falta mucho que aprender respecto al tema no solo de manejo y tratamiento, sino también de prevención y promoción a cuidar nuestra propia salud mental. Dejar de ser una especialidad reactiva y empezar a hacer más proactivos: por nuestros pacientes, pero también por nosotros mismos.
Hola Daniela, concuerdo con lo que dices en relación a la cita que comentaste de Leila Guerrero. Muchas veces se trata de buscar una respuesta o una solución a situaciones que son no normativas, y escapan de la lógica o lo que uno podría esperar. Tratar de justificar o buscar una enseñanza, puede ser agotador para quien lo sufre, incluso frustrante, y finalmente provocar más daño que el mismo evento sufrido. Además, deja abierta la puerta para personas, instituciones o industrias ofrezcan terapias o fármacos, y en los cuales realmente no existe un fin sanador, sino más bien lucrativo, pueden aprovecharse del dolor y la vulnerabilidad de las personas.
EliminarDaniela! Que importante lo que dices acerca de la promoción y prevención de la salud mental. Tal como digo en mi comentario, aún tengo esperanza que esto vaya mejorando y que nuestros hijos-nietos y bisnietos sean parte de un mejor mundo con respecto a la salud mental.!
Eliminarsaludos!
Concuerdo colega, existen tantas limitantes que afectan a la ciudadanía y más aún se complejiza para los pacientes por diversas variables tales como, vulnerabilidad, condiciones sociales de habitabilidad compleja, dinámicas familiares disfuncionales, deprivación socio cultural que restringe en muchas ocasiones la autonomía de los usuarios y usuarias y es en ese momento que debemos actuar desde la socioeducacion y realizando un trabajo continuo y de seguimiento, activando vínculos y potenciándolos para que se logre el trabajo en equipo, sin caer en el asistencialismo.
EliminarPrimero que nada me gustaría comentar que leer el libro fue bastante dinámico, fue una lectura fácil de comprender, el autor logra explicar de un modo sencillo, educativo y hasta esquematiza y sintetiza sus ideas centrales, ayudando a mantener cautiva la lectura y avanzar con rapidez. Por otro lado, ver el video luego de la lectura, me pareció interesante para evidenciar la narrativa del autor y como va forjando su tesis con respecto a la psiquiatría y la historia social que lleva a mover su acción en vista de diferentes necesidades.
ResponderEliminarAhora en cuanto a lo que expresa el autor, logra sintetizar en su primera parte del libro, sobre lo que ya hemos hablado en otros módulos de este curso, sobre como entender la salud mental, el constructo social de enfermedad, el situar a la psiquiatría no como ciencia, y en este caso la explica como tecnología, por tener como fin un bien social (lo cual lo encuentro mas coherente que la explicación de la psiquiatría como ciencia hibrida que veíamos anteriormente). Por tanto para mi personalmente, mi síntesis sería considerarla una tecnología, por su fin de utilidad a la sociedad, pero en cuanto a la epistemología que se refiere, esta última es la que usa "lo híbrido", en cuanto que se ayuda de conocimientos por parte de las ciencias sociales y ciencias naturales. En cuanto al concepto de salud mental, también me cuestioné el hecho de cómo nos llamamos a nosotros mismo o cómo nos deberíamos llamar, "somos psiquiatras?" o "deberíamos llamarnos profesionales médicos de salud mental infanto adolescente en mi caso?". ya que para hablar de las prácticas usadas en cuanto a la salud mental de los pacientes, necesitamos excluirla de la palabra psiquiatría que solo incluye el quehacer médico, de enfoque biomédico, y cambiarlo a uno de salud mental, más general, que incluya lo interprofesional, lo integral y lo socio-comunitario. Por otro lado, en cuanto a los 4 encargos de la sociedad en su contexto histórico y sus respuestas por parte de la psiquiatría y sus intenciones primeras, sus bondades y sus consecuencias adversas para la dignidad del paciente, no me referiré a cada una para no agotar los caracteres del comentario, sino a mi reflexión final. Para un estudiante como yo, becada, me fue de suma importancia saber como las intenciones de los diversos profesionales a través de la historia, han ido cambiando en favor de una necesidad social concreta histórica, actualmente tenemos plasmados diferentes terapias, tanto psicológicas, como farmacológicas y diversas perspectivas de evaluación y entendimiento de la psicopatología, pero es importante para plasmar el conocimiento, saber de dónde proviene esto, "el por qúe", sino se vuelve un conocimiento mecanizado sin fundamento. Por otro lado, me causa tensión, el ver como nuestro actuar es importante, influyente, beneficioso, pero también peligroso, pudiendo caer en la iatrogenia basada en buenas intenciones, y la importancia de aprender del pasado para evitar esto. Asi comprender el origen de la institucionalización y sus consecuencias, el deseo de mantener una buena salud mental de forma utilitarista, para lograr una mayor fuerza de mano de obra, dejando de lado lo humano de la atención, asi como a la expansión masiva de los psicofármacos, producto de una consciencia del comercio y consumismo y finalmente, caemos en la despersonalización de los intereses sociales del estado. Como le comentaba a mi compañera Gabriela, todo esto lo vemos a diario, padres que desean institucionalizar a sus "hijos problemas" y falta de recursos que eviten esto, el uso indiscriminado de psicofármacos y diagnósticos a modo de check list de DSM, la sobre-problematización del vivenciar del paciente, con la necesidad cada vez más creciente del uso de metilfenidato, y finalmente la falta de políticas públicas con enfoque social, como respuesta primaria preventiva y no como recuperadora cuando ya los resultados adversos están establecidos.
Hola Paulina! Leyendo tu comentario, comento que a mí también me llamó la atención esto que la psiquiatría no es una ciencia. Uno podría pensar todo lo contrario, no? Ya que en estricto rigor pertenece a la medicina. Pero concuerdo contigo y con el dr. Fernández, ya que el fin de la psiquiatría es un bien social. Es entender al paciente y su relación tanto con él mismo, como con otros.
EliminarSiento que la tecnología y los avances muchas veces nos pueden jugar una mala pasada, como tú bien expones respecto al uso de metilfenidato por ejemplo. Estamos acostumbrados a arreglar todo rápido, "sacarnos el problema" y la psiquiatría debería ser lo contrario a rapidez. Es un acompañamiento, la mayoría de las veces lento pero siempre brindando apoyo.
Creo que es muy importante entender la historia y los orígenes de la psiquiatría para poder comprender donde estamos parados y tener una visión crítica de hacia donde estamos yendo y hacia donde no queremos volver.
ResponderEliminarConsideré muy interesante la tésis de este libro, que propone que no hay una historia interna de la psiquiatría, si no que sus cambios de objetivos y explicaciones, solo pueden entenderse comprendiendo las sociedades a las que ha servido, como resultado de un cambio en los encargos que definen una función social. Ósea que el objeto de la psiquiatría viene definido por la sociedad en cada momento histórico, en relación con la necesidad de resolver problemas planteados por los cambios sociales
Y que cada nuevo encargo de la sociedad se suma, no sustituye al anterior. También me llamó la atención y encontré muy interesante el concepto de que la psiquiatría es una tecnología, ya que su objeto es producir un bien social y no una ciencia, ya que el objetivo de la ciencia es producir conocimientos.
Hacia finales del libro, resoné mucho con 2 temas que plantea el autor.
En primer lugar donde plantea que uno de los problemas de los diagnósticos psiquiátricos es que oímos con frecuencia decir que alguien es una esquizofrénica, un bipolar, un anoréxico o una borderline, pareciendo ser no algo que le ocurre a la persona, si no a su misma identidad, confiriendo carácter. Lo cual no pasa con las enfermedades físicas, en donde decimos que alguien padece cáncer, gripe o artritis, no que es un griposo, o un canceroso o un artrítico. Creo que esto es un concepto muy importante, ya que muchas personas con diagnósticos psiquiátricos sienten que ellos son su enfermedad, que las define como humanos, lo cual considero puede tener repercusiones negativas en ellos, en su identidad y en su calidad de vida. Por esto es importante el lenguaje y como nos referimos a las enfermedades, para evitar estos efectos dañinos y reduccionistas.
También me llamo la atención cuando plantea que las altísima tasas de lo que llamamos trastornos mentales comunes (ansiedad y depresión), podrían estar surgiendo desde unas exigencias para la que nuestros organismos están escasamente preparados y la ausencia de redes sociales y mecanismos de apoyo mutuo que han servido a la especie humana para afrontar la adversidad. De esta manera, hay problemas cuya solución estaría mas en el campo de la acción social o la política que en el de la clínica. Esto es algo que yo siempre he pensado, que la sociedad actual es tan rápida, individualista, exitista, con poco sentido de pertenencia y preocupación por el otro, que ha llevado a las personas a vivir de un modo en el que nuestros organismos no están preparados, lo que lleva a las personas a enfermar o a sentirse enfermos por no poder llevar el ritmo que demanda la sociedad.
Me gustó mucho el libro, el enfoque crítico que tiene, pero que a la vez plantea posibles soluciones para poder cambiar y mejorar las cosas, labor que será nuestro desafío, como las nuevas generaciones que podemos realizar cambios y mejoras.
Estoy completamente de acuerdo contigo. Creo que entender la historia es fundamental para tener una visión de hacia dónde nos dirigimos y qué aspectos queremos evitar repetir. Además, es esencial ser conscientes del lenguaje que utilizamos al referirnos a las enfermedades mentales, ya que un uso inapropiado puede perpetuar estigmas y tener efectos perjudiciales en nuestros pacientes.
EliminarTambién concuerdo contigo en la importancia de abordar los problemas mentales desde un enfoque amplio que involucre políticas públicas y acciones sociales. Es necesario trabajar en forma intersectorial, involucrando diversos actores y disciplinas, con el objetivo de intervenir en los determinantes sociales que influyen en la salud mental de las personas.
En definitiva, creo que es fundamental cuestionar el paradigma actual de la psiquiatría y buscar nuevas formas de abordar los problemas mentales, centradas en la atención integral de las personas y en la promoción de entornos saludables y equitativos.
Muy interesante análisis, sin duda el ritmo de vida que exige la sociedad en que vivimos tiene gran parte de la responsabilidad de la génesis de lo que en el libro se refería como "trastornos mentales menores". Y es precisamente por eso que a veces podemos vernos frustrados en nuestra práctica clínica si nos atenemos a un enfoque puramente biomédico, en el que pretendamos tratar alteraciones a nivel de neurotransmisores, y no atender a la persona como tal.
EliminarEn este contexto, el abordaje biopsicosocial resulta fundamental; y dentro de este, el trabajo interdisciplinario es la mejor vía para lograr un real impacto en la calidad de vida del paciente.
Agradezco nuevamente la oportunidad de aproximarme a esta materia. Jamás me imagine que existiría un análisis con tanta altura de miras de la psiquiatría cuando decidí esta espacialización.
ResponderEliminarSaber ahora que el devenir de la psiquiatría es en son de los encargos de la sociedad en cada momento de la historia es para mi algo que me hace mucho sentido. Que esto para más remate, en los encargos de hoy, está muy influenciado por el capital, mercado, ideología y poderes neoliberales, uff. Es un saber revolucionario. El hecho de saberlo es liberador y me da humildad para mi futuro quehacer. Es tan así que ahora sé con certeza que con la tecnología de la psiquiatría solamente no basta. Y que para que esta se optimice, necesito acoger este devenir, sobreponerme a los encargos y actuar congruentemente.
No será fácil, sin embargo, pienso que esta perspectiva, así como me hace sentido a mi, le hará sentido también a mis pacientes y sus familias. Es algo que siento que debo transparentar. Y por lo tanto contribuir también a la reflexión y la liberación de mis pacientes. También me potencia como agente de salud comunitario, me llena de energías para unirme a otros en nuestra sociedad y cultura para revolucionarnos y cambiar lo que genera miseria y desgracia a favor de unos pocos.
Hay algo de esperanza, como dicen los The Who, We won’t get fooled again.
PARTE I
ResponderEliminar¡Fascinante! Este libro sobre la evolución de la Psiquiatría y sus desafíos en la actualidad ofrece una visión profunda y reflexiva sobre un tema de vital importancia en nuestra sociedad. Al desglosar los puntos clave de la misma, se revela una cruda realidad que la Psiquiatría ha enfrentado a lo largo de la historia.
Es difícil digerir la información que se va leyendo , nuestra formación académica siempre se ha basado en lo biológico, por lo tanto siempre creí que era parte de una ciencia, al igual que las lecturas anteriores he quedado sorprendido, admito tener una discrepancia con el autor y el termino tecnología, en realidad creo que no lo aceptaba, pero como dice el Dr. Fernandez en el video siempre resulta mas fácil hablar de lo bueno, admiro como se atrevió a hablar del lado oscuro de la psiquiatría y al mismo tiempo agradezco que desamarrara el vendaje de mis ojos, es bueno tener otras hipótesis, otras visiones, los dogmas no tienen la verdad absoluta y eso es lo interesante de esta asignatura. Hoy entiendo lo que durante mucho tiempo se movía en mi y no podía describirlo… el objetivo de la tecnología, el bien social pero pienso que la psiquiatría ha estado influenciada por múltiples enfoques teóricos y ha experimentado cambios significativos en sus diagnósticos y tratamientos a lo largo del tiempo. Esto ha llevado a críticas sobre la falta de consistencia y estabilidad en la disciplina, lo que dificulta su consideración como una ciencia en el sentido tradicional.Sin embargo, hay elementos en la práctica psiquiátrica que se asemejan a la ciencia. Por ejemplo, se llevan a cabo investigaciones empíricas en el campo de la psiquiatría, donde se recopila y analiza información para comprender los trastornos mentales y mejorar los tratamientos. Estos estudios pueden seguir metodologías científicas rigurosas, incluyendo la recolección de datos, análisis estadístico y revisión por pares.Además, la psiquiatría utiliza herramientas científicas, como la neuroimagen y la genética, para investigar las bases biológicas de los trastornos mentales. Estos enfoques pueden proporcionar evidencia objetiva y respaldar la idea de que la psiquiatría tiene una base científica. Es interesante la evolución de la psiquiatría y como se ha moldeado social y culturalmente en cada evento histórico.
Estimado Julio, estoy de acuerdo con tu planteamiento, creo que la psiquiatría también tiene un componente que la hace ciencia, y el decir que es exclusivamente una tecnología, sería quizá algo reduccionista. Ya considero que si existe en la psiquiatría esa búsqueda de crear y producir conocimiento propia de la ciencia, con metodologías que tienen que ver con la observación o la comprobación experimental, lo que puede llevar a la publicación de textos que recogen el consenso de la comunidad científica. Bajo este concepto, la psiquiatría seria una ciencia y una tecnología al mismo tiempo, busca conocimiento y a la vez busca producir un bien social, labores que se complementan y que no son excluyentes una de la otra.
EliminarPARTE II
ResponderEliminarFui coordinador de sector durante tres años en un CESFAM, y en ese tiempo pude ver, oír y palpar las necesidades de la comunidad, familias sumergidas en el dolor de tener a un postrado al que no podían cuidar, ya que debían elegir entre brindarle cuidados o generar dinero para comer, también vi a adultos mayores que solo buscaban ser escuchados y a niños que nacieron en medio de una pandemia, enfrentándose a un mundo distinto al que estaban acostumbrados debido al confinamiento. Estos son solo algunos ejemplos.Después de leer esto, me pregunto si he nadado a favor o en contra de las corrientes del paradigma teórico y sus intereses.
Si bien es cierto hay que deconstruir las falsas expectativas depositadas en la acción de los expertos para dar cuenta y afrontar el malestar emociona,pienso hay que promover la autonomía y recuperación de los pacientes, fortalecer los mecanismos de solidaridad para el cuidado de la salud y abordar los determinantes sociales de la salud mental mediante acciones colectivas. Estos objetivos reflejan el enfoque integral y comunitario de la Psiquiatría en busca de mejorar la calidad de vida y el bienestar de las personas, esto lo vivi en el modelo integral comunitario del hospital las higueras, campo clínico de nuestra formación en psiquiatría (UCSC), los distintos dispositivos insertados en la comunidad son un vivo ejemplo de la linea de acción ante el cuarto encargo. En los dispositivos pude interactuar con este hermoso sistema donde se fomenta la participación de familiares y cuidadores en el proceso terapéutico, brindándoles apoyo emocional y herramientas prácticas para cuidar a sus seres queridos. Vi como se Establecieron grupos de apoyo comunitarios donde las personas compartían sus experiencias y recibían apoyo mutuo. Es crucial mantener un enfoque comunitario en la atención de salud mental, asegurando que los servicios sean accesibles, equitativos y culturalmente sensibles. La colaboración entre profesionales de la salud, pacientes y comunidades es fundamental para promover la inclusión, el bienestar y la calidad de vida de las personas con trastornos mentales
Compañero, empatizo con sus experiencias, habitualmente estamos cerca de la realidad de los más necesitados y por esto es importante el compromiso de ejecutar nuestras acciones desde la responsabilidad, es así como coincido con usted en la importancia de generar comunidad a través de un equipo multidisciplinario, se relata en el libro de las lineas de acción con respecto al modelo biomédico, resulta prioritario trabajar en conjunto con una mirada integral, todos con el mismo objetivo. Sin duda es una estrategia que facilita el bienestar y la calidad de vida de los individuos.
EliminarEn el texto “Locura de la Psiquiatría. Apuntes para una crítica de la Psiquiatría y la salud mental” de Alberto Fernández Liria, se presenta una visión analítica sobre la evolución de la psiquiatría y su papel en la sociedad.
ResponderEliminarSe plantea que la psiquiatría ha perdido su rumbo y ha adoptado prácticas y enfoques cuestionables. En esta línea el autor señala que la psiquiatría no es una ciencia, sino una tecnología orientada a producir un bien social, la salud, y su valor se mide por su utilidad y eficacia.
Comprender la historia de la psiquiatría implica considerar el contexto social en el que se desarrolla. De este modo, los cambios en esta disciplina son vistos como respuestas a las demandas y cambios en la sociedad
A lo largo de la historia se identifican varios encargos o responsabilidades que la sociedad ha asignado a la psiquiatría, desde su origen en instituciones de caridad en la Edad Media hasta su papel moderno en la gestión de la Salud Mental.
El documento menciona cuatro encargos principales:
1. Primer Encargo: Gestionar y justificar espacios de exclusión (asilos, manicomios) para personas con comportamientos considerados incomprensibles para la mayoría de la sociedad. Los médicos justificaron la existencia de estos espacios argumentando que los comportamientos eran consecuencia de enfermedades tratables. Los médicos fueron llamados por primera vez a los hospitales para determinar la incapacidad de someter los actos a la razón, lo que marcó el inicio de la psiquiatría como disciplina médica.
2. Segundo Encargo: Preservar y reparar la fuerza de trabajo cualificada. La psiquiatría amplió su alcance más allá de los "locos" para incluir a personas con trastornos neuróticos que afectan su capacidad para trabajar y tener una vida familiar satisfactoria.
3. Tercer Encargo: Justificar y promover el uso de productos y servicios de la industria farmacéutica y la atención a la salud mental, en sintonía con la expansión del mercado. Se presenta el malestar como consecuencia de trastornos tratables de alta prevalencia, lo que ha llevado a la medicalización de los problemas emocionales.
4. Cuarto Encargo se refiere a la tarea de desmantelar los mecanismos colectivos de protección contra la adversidad y adaptar los sistemas de atención médica y sanidad a los principios neoliberales. Esto implica la destrucción de los mecanismos de solidaridad existentes, que son fundamentales para brindar apoyo y cuidado a aquellos que enfrentan situaciones de infortunio.
A lo largo de mi experiencia personal, he observado que en lugar de profundizar en las causas subyacentes y brindar un enfoque holístico, a las personas que sufren de trastornos mentales, a menudo se les ofrece una solución rápida, a través de la medicación. Sin considerar las necesidades individuales de los pacientes y explorar otras opciones disponibles.
Compañera, me parece muy importante su comentario final en su escrito, creo que tal como menciona la lectura sólo hemos ido cambiando las formas de sacar de la vista a las personas con sufrimiento psiquico para que no tengamos que lidiar con los verdaderos problemas, como decia: "Porque atar a los locos tranquiliza a los cuerdos". Sin duda se ha avanzado en tratamientos mas alineados con los derechos humanos, pero seguimos bajo la misma logica.
EliminarEl autor nos muestra una visión distinta de la psiquiatría, planteándonos que no es una ciencia, ya que su objeto no es producir conocimiento, sino generar un bien social, convirtiéndose en una tecnología. Aunque no tengo las bases necesarias para apoyar o refutar este planteamiento, me lleva a pensar en cómo la Psiquiatría ha estado al servicio de lo que la sociedad requiere…y mientras leía los 4 encargos, no dejaba de cuestionarme: ¿se ha logrado realmente ayudar a la sociedad? ¿La psiquiatría tiene como objetivo satisfacer las demandas sociales? O bien, ¿su existencia ayuda a mantener la hegemonía del poder? Es importante recordar que la psiquiatría nació en el contexto de justificar y gestionar espacios de exclusión para personas que no eran "deseables para la sociedad" y en la historia, en nombre de "ayudar" a estas personas, se han llevado a cabo acciones terribles que no mencionaré ahora, desde donde se desprende la gran deuda histórica de los psiquiatras hacia la sociedad.
ResponderEliminarA partir de lo expuesto anteriormente, surge la pregunta de si en estos tiempos estamos haciendo las cosas correctamente. En una sociedad capitalista, dominada por el exitismo, la rapidez y la necesidad de rendir en los tiempos y exigencias actuales, se nos pide medicar a las personas para que estén aptas en el menor tiempo posible y puedan continuar en esta montaña rusa de demandas. Además, la privatización de la atención de salud mental ha llevado a que cada individuo intente resolver de forma independiente su sufrimiento psíquico. Sin embargo, también existe una psiquiatría de enfoque comunitario, que busca ejercer desde una posición crítica, insertando a las personas con problemas de salud mental en su comunidad y empoderándolas para que sean partícipes de sus vidas y de lo que sucede en su entorno.
Últimamente, debido a circunstancias de la vida, me he encontrado trabajando en el sistema privado, y me he enfrentado a muchas limitaciones, principalmente porque carece de un enfoque multidisciplinario. En esta situación, el motivo de consulta más común es el estrés por las exigencias laborales, y es entonces cuando me cuestiono cómo estamos ejerciendo la psiquiatría. Me pregunto si realmente estoy ayudando a la persona al medicarla con algún ISRS, benzodiacepina SOS y darle licencia por unos días para que descanse. ¿Es eso lo que quiero hacer con mis pacientes? La respuesta es no. Mi deseo es poder ayudar a través de un trabajo en equipo, permitiendo que las personas se empoderen y realicen acciones para mejorar su calidad de vida. Anhelo generar cambios en la comunidad y ser parte de ello cuando salga de la residencia. Aspiro a esforzarme al máximo dentro de mis habilidades, cuestionándome continuamente junto a los equipos con los que trabaje, para asegurarnos de que estemos haciendo un buen trabajo y de qué manera podemos mejorar para brindar el mejor servicio posible, porque sí, estamos aquí para nuestros pacientes y su entorno, para servir a la comunidad.
Me gustaría finalizar mi comentario con la siguiente cita del autor con la que resueno: "La atención a la salud mental solo puede entenderse como una acción colectiva guiada por la solidaridad entre individuos con los mismos derechos".
Hola Camila, sabes que me hice las primas preguntas. si es verdad que la psiquiatria tiene un fin altruista social o es una tecnologia para mantener el poder de quienes lo sustentan. La verdad es que me conflictua pensar que la respuesta se incline hacia la segunda opcion. En mi corta trayectoria en esta especialidad veo la verdadera itnencion altruista de los equipos, asi que al menos... la intencion apunta hacia el camino bien intencionado. Encuentro clave lo que menciones respecto a la accion colectiva en equipo multidisciplinario. No podemos cargar los psiquiatras con el peso de la responsabilidad y la sabiduria, y tampoco el enfoque en salud mental cargar con toda la respuesta que se le deben dar a los problemas de la mente y animo, como bien dice el autor tambien.
EliminarEs verdad que desde la parte privada la situación es tal como lo describes, lo que me hace cuestionar constantemente qué solución se logra desde ese tipo de atenciones. Pienso que está tan normalizado solicitar controles con psiquiatría para conseguir licencias que muy frecuentemenete están relacionadas al estrés laboral, y en ese contexto el libro es muy certero en cuestionar genuinamente ¿de qué lado estamos? a propósito de considerar que efectivamente el rol de la psiquiatría ha sido cumplir a cabalidad los encargos que la sociedad ha ido requiriendo, por lo que me parece imperioso dedicar un tiempo a cuestionar las cosas que hacemos bajo el ¿por qué las hacemos así? Creo que si las nuevas generaciones de psiquiatría se unen, podríamos ayudar a seguir avanzando en este proceso de cambio.
EliminarCamila, me parece muy valiosa la experiencia que compartes en tu comentario. Precisamente, uno de mis grandes temores personales es verme en un futuro, ya como psiquiatra, dedicándome solamente a ajustar dosis de medicamentos y preguntarme exactamente lo mismo que tú: ¿realmente le estoy ayudando al paciente?
EliminarComparto tu crítica a la individualización de la atención en salud mental; extirpar al paciente de su comunidad y verlo en un setting aislado confiere grandes limitantes a la hora de buscar generar cambios importantes en su calidad de vida. Y a ella sumo además la crítica a enfocarse puramente en intervenciones farmacológicas, pues prestar poca atención a los factores sociales que determinan el bienestar de nuestros pacientes sin duda nos llevará al fracaso terapéutico.
Camila, que interesante reflexion. Me hago las mismas preguntas, y en ese sentido cargamos, como tu bien lo mencionas, con una serie de acciones en la historia de la psiquiatria que nos hace darnos cuenta de esta "deuda historica". En la clínica, muchas veces me he preguntado lo mismo y comparto la esperanza de poder realizar el ejercicio de la profesion con este mismo objetivo, de mantener una visión crítica en cuanto a nuestro trabajo y esforzarnos en entregar una atención eficaz (sin que se entienda como pretensiosa).
EliminarMuchas gracias por tu comentario.
El punto que menciona Camila es muy importante, en referencia a la problemática de cuándo los pacientes consultan por sufrimiento debido a circunstancias claramente fuera de nuestro campo de acción, como los conflictos laborales. Muchas veces los pacientes (y hasta los empleadores) nos demandan una respuesta desde nuestro ámbito de expertir, siendo que muchas veces sabemos de manera cómplice que nuestras intervenciones no ayudarán realmente al caso. Por eso es importante trabajar el desmontar estas idealizaciones que presentan los pacientes y a manera general la sociedad sobre los aspectos que piensan que son competencia de la psiquiatría: enfermedades de familiares, conflictos laborales, habitacionales, etc. Esto también requiere evaluar el grado de responsabilidad de otros órganos del Estado que sí pudieran tener mayor competencia y capacidad de intervenir, por ejemplo en la creación de un permiso de ausencia laboral por enfermedad de familiar.
EliminarMe pareció bastante interesante la lectura y el video, especialmente por la mirada de el psiquiatra como encargado de facilitar solicitudes de la sociedad. La comparativa que se entrega con el arquitecto me deja bastante clara esa idea. El psiquiatra en función de un orden social, especialmente urbano, patriarcal y económicamente capitalista. En la historia de la psiquiatría, planteada en la primera parte del texto, y también relatada en el video, entendemos que el origen del hospital psiquiátrico emerge desde el requerimiento de orden, que no altere rutinas, exigencias y responsabilidades. Al comprender ello, me pregunto ¿Cuánto ha cambiado? o ¿Cuánto de ello seguimos realizando actualmente?. Me gustaría pensar que estamos lejos de los "locos encadenados", pero creo que en la actualidad son otras las cadenas que se arrastran. Continuamos, lamentablemente, en ese modelo social que expuse inicialmente y en torno a ello, cegados por las metas que debemos cumplir dentro de ese sistema, arrastramos las nuevas cadenas. Y aquí pienso en la tercera parte del libro, que se refiere especialmente a los tratamientos. Muchos de los síntomas, como piezas del rompecabeza de la vida actual, los organizamos en síndromes, damos nombres y tratamos. ¿Cuándo entonces rompemos las cadenas?.
ResponderEliminarEn mi práctica, como residente de psiquiatría infanto- adolescente, es una pregunta continua y que espero jamás dejar de hacerme, ¿ Cuánto de lo que estoy tratando es un problema para el niño y cuánto es un problema del adulto o adultos a su alrededor?. Es difícil definirlo, cuando es el padre o madre el que le presta lenguaje a ese niño, y expresa la necesidad. Pienso que es labor del psiquiatra infantil mantener el espacio del niño, siendo niño, en una sociedad adulta. No doblegarse ante el requerimiento que la sociedad le puede exigir de hacer de ese niño un instrumento útil. Tal como lo menciona mi compañero Matías Zúñiga en unos comentarios anteriores, nos hemos vistos miles de veces como médico generales expuestos a medicalizar a niños, con el fin de cumplir una norma que nuevamente responde al modelo expuesto previamente.
En respuesta a tu comentario compañera, el cual encuentro acertado, se podría destacar que la importancia de una evaluación integral debe incluir una comprensión profunda de la dinámica familiar y social, sin embargo que sucede cuando el padre/madre no aportan nada a la anamnesis? O no están de acuerdo con la hipótesis diagnostica o forma de abordar el problema de su hijo?, que difícil tarea la de los psiquiatras infantiles que aveces se ven sesgados por la poca o nula información que le brindan los familiares de sus pacientes y que estos mismos familiares solo se limitan únicamente a la perspectiva individual del niño. Asimismo, empatizo la necesidad de resistir las presiones de medicalizar innecesariamente a los niños para cumplir con normas predefinidas, y en su lugar, adoptar un enfoque colaborativo y empoderador que promueva el bienestar del niño en su contexto familiar y social.
EliminarHola Linda. Hago este comentario como respuesta a tu análisis, debido a que lo que comentas me parece super importante. Con respecto al tema de que se nos solicita medicalizar a un niño por "la incomodidad" que le genera a los adultos con los que convive y en ocasiones sin tener el manejo adecuado por los padres en la casa. Tal como dice mi compañero Julio también, que importante es la evaluación integral de la dinámica familiar, del entorno, de la vivienda y no solo recolectar información de parte de los padres o de la casa, si no que lo importante de visitar todos los lugares donde el niño frecuenta. es el caso del colegio, iglesia, actividades recreativa, etc. Se que pare eso uno necesita mucho tiempo, se necesitan recursos no tan solo humanos, sino que también recurso monetario y físico. Encuentro que lo lindo de nosotras como futuras psiquiatras infantiles será tratar de cambiar esto y no solo "medicalizar", sino que también hacer un análisis y ver a un niño como un todo, en su contexto, tal como hemos hablado en clases anteriores.
EliminarNos vemos!
hola !, También disfruté la lectura del texto y del del vídeo y fue muy interesante ver la comparación qué hacían respecto a la evolución de la arquitectura en base a las necesidades de la sociedad en cada tiempo y cómo se fue desarrollando también la evolución de la psiquiatría dependiendo de las necesidades de la sociedad en dichos contextos sociales.
EliminarMe gustaría recalcar y señalar que para mí fue muy bonito escuchar al psiquiatra hablar sobre la necesidad de proteger a las personas más débiles frente a las crueldades de las personas normales y que a través de esta necesidad se creó hoy la institución hospitalaria que finalmente se transformó en algo totalmente diferente a esa creencia ideal de protección. Después fue un poco chocante saber que realmente era de forma de exclusión para que no molestarán al desarrollo de las ciudades, ya que nos eran personas capaces de adaptarse a los requerimientos que iban apareciendo en estos contextos sociales me entristeció mucho saber que ciertos movimientos no son más qué estrategias de marketing o del mercado para mantener la funcionalidad de las personas pero más que nada con el fin de mantener la máquina funcionando y no el bienestar de la persona individual.
Con esto me gustaría finalizar mi comentario y decir que de cierta forma tenemos que romper un poco este esquema y darle la importancia a los mecanismos de ayuda que no tengan que ver con la medicina farmacológica sino que más bien como crear o restablecer de nuevo las herramientas básicas de las personas para su manejo de su bienestar.
Me gustaría recalcar lo que han mencionado los compañeros previamente, en relación al contexto en que uno trabajando en APS se siente dentro de una maquinaria de cifras y metas. El trabajo se siente muchas veces como algo mecánico, en el cual los profesionales de salud somos un engranaje dentro del sistema sanitario, es decir, entra un “problema” al box, y debe ser salir una “solución”. El tema es que en algunas patologías puede llegar a funcionar así, principalmente en otras condiciones de origen orgánico. Pero al enforcarnos en Salud mental, sabemos que discrepa de este esquema, ya que muchas veces el problema va más allá de los síntomas que presenta el paciente, sino que existe un trasfondo complejo, y muchas veces se aleja un poco del alcance al que podemos acercarnos. Además, podría provocar eventualmente un quiebre en la relación médico-paciente, ya que genera la sensación de distancia entre lo ofrecido y lo que el paciente busca dentro de una atención. Comparto lo expresado previamente por los colegas, muchas veces los pacientes acuden refiriendo un síntoma en particular, sin ahondar en el verdadero problema que los aqueja, y existe la opción (o tentación) de querer solucionar ese síntoma, sin ahondar en el verdadero trasfondo que está aquejando a ese usuario. Esto por evitar el riesgo de atrasarse con las atenciones, lograr las metas y rendimientos establecidos, o incluso “abrir una puerta” que luego será difícil de cerrar. Pero también debemos reconocer que no ahondar en la problemática, estamos siendo de alguna forma negligentes en nuestro trabajo. Una de las implicancias de este enfoque de la psiquiatría es que no se enfoca en las causas subyacentes de las dificultades emocionales y mentales. En lugar de esto, se diagnostican y medican a las personas sin tener en cuenta las circunstancias específicas que pueden estar causando sus problemas. Según Fernández Liria, "La paradoja de la salud mental es que, aunque se presenta como ciencia, cuanto más se avanza en ella más se descubre que es una ilusión". Esto quiere decir que, a medida que se profundiza en las teorías y prácticas de la psiquiatría, se hace evidente que su enfoque no es realmente efectivo en el tratamiento de los problemas de salud mental.
ResponderEliminarEn relación a lo que hace referencia el primer encargo, y un poco distante o discrepante a lo que expuesto, es que vemos a un grupo de pacientes que cursan con patologías psiquiátricas complejas, con síntomas psicóticos, sin redes de apoyo, sin recursos socioeconómicos ni culturales, con frecuentes episodios de auto y heteroagresividad, y en algunos casos se suma que viven en situación calle y presentan consumo de drogas. Todo esto hace que su recuperación y rehabilitación ambulatoria sea realmente compleja, y en los cuales, tal vez, un establecimiento de larga estadía podría ser una alternativa viable, considerando las condiciones sanitarias adecuadas, con el respeto a los derechos humanos y la dignidad de las personas. Sin embargo, vemos que estos centros son cada vez menos frecuentes en la actualidad, y estos pacientes se quedan sin alternativas para mejorar su calidad de vida. Si bien no son un grupo numeroso de usuarios, sí existen, e invisibilizarlos es esconder un problema para el cual actualmente no existe una solución práctica por parte del sistema sanitario. Ahora, en relación a lo que comenta el autor en el video analizado, refiriéndose a que la Psiquiatría y la Medicina, además de otras disciplinas, no son una ciencia, sino más bien una tecnología, me hace sentido, pero dándole un poco la vuelta, entendiendo que el objetivo principal de estas disciplinas es lograr un bien común o social como fin último, pero también con la compresión de que está fundado en bases científicas que son los cimientos del conocimiento como lo conocemos actualmente. En el libro, el autor cuestiona la práctica de la psiquiatría y argumenta que ésta no es una ciencia objetiva, sino una disciplina basada en prejuicios, con la que se etiqueta y medicaliza a las personas que no se ajustan a las normas sociales.
Me parece que el contenido de la lectura ofrece una interesante visión histórica de los procesos que ha atravesado la psiquiatría a lo largo de la historia, entendiendo estos “encargos” que le realiza la sociedad como la razón de su devenir temporal. El libro tiene una interesante postura de parte del autor, especialmente en su primera parte, pues el hecho de exponer el cómo ha operado la psiquiatría hasta el día de hoy puede generar en quienes estamos involucrados en campo cierto desazón. Sin embargo, luego rescata esta incomodidad generada para proponer un camino a futuro, invitando al lector a elaborar también su propia perspectiva de cambio radical, por lo que me parece que es un libro que cala diferente en cada individuo que lo lee. En mi opinión, sería interesante mirar más en profundidad desde donde vienen estos discursos imperantes que elaboran cada encargo al que la psiquiatría se aboca, para entender su propósito y existencia misma.
ResponderEliminarEn general, son los grupos sociales que poseen el poder, ya sea de carácter sociocultural, económico, gubernamental o intelectual; quienes se pueden situar en el lugar capaz de dictar que encargo merece la atención la psiquiatría a su época. Pero este discurso, si bien imperante, no es el único existente a su tiempo, lo cual significa que podemos mirar a los grupos que no dictan el alegato psiquiátrico y entender qué es lo que ellos dicen de la especialidad: este es el quehacer de la psiquiatría comunitaria. Ciertamente hay conocimientos que a grupos desaventajados no le será posible acceder, pues se escapan del dominio de sus lenguajes o saberes teóricos; pero eso no significa que no tengan conocimientos propios, resultados de sus experiencias diferentes a la de los grupos dominantes, que se puedan hacer surgir y poner también como objetivo del dispositivo psiquiátrico. No creo que debamos pensar en la psiquiatría como una tecnología negativa para la sociedad, o que el hecho de que ha funcionado por tantos años de la forma que describe el autor implique que debe ser del todo erradicada, sino que debemos romper con su protegido y cerrado discurso, permitiendo incluir en él nuevas perspectivas, para hacer de esta una tecnología que pueda ocuparse, sin imposiciones, de ayudar a la gente que se afectada por dificultades médicas del tipo mental.
El texto no sólo abre una interesante perspectiva al entendimiento histórico de la psiquiatría desde su nacimiento hasta el momento en que nos encontramos parados, sino que también moviliza el interior de sus lectores para recordar que se trata de una disciplina intrínsicamente humana, que muchas veces ha perdido su humanidad, quedando su ocupación perdida en medio de las influencias e ideas dominantes de su tiempo. Podemos rescatar el sentido de esta entendiendo que no existe un sentido último absoluto, que las personas padecen de diferentes formas y en los sentidos más diversos, y que los profesionales podemos estar para movilizar los propios recursos de las personas y comunidades para poner en ellas la posibilidad de mejorar su situación de salud. No existe una respuesta, un fármaco o una psicoterapia absoluta que se ajuste a la necesidad de cada persona, comunidad, pueblo o nación; sino que es nuestra labor ensanchar el campo de lo que consideramos psiquiatría para incluir tanto los saberes provenientes de la biología, psicología, filosofía, historia, otras especialidades médicas y tantas otras fuentes más como malestares mentales existan.
Estoy muy de acuerdo compañero con lo que propones sobre ampliar el campo de la psiquiatría a lo que cada persona requiere, más que intentar ajustar y limitar lo que la persona necesita a una psiquiatría rígida y tradicional..
EliminarReflexionar acerca del video de Alberto Fernández Liria y del libro “La locura de la Psiquiatría” nos lleva a analizar todo lo que hemos conversado en los foros anteriores.
ResponderEliminarPara iniciar, me gustaría hacer hincapié en lo entretenido y “llevadero” que fue ver el video. Se hace mucho más entretenido con un expositor con esas características.
Que interesante es poder escuchar de manera tan clara y con tanta sabiduría acerca de la historia de la psiquiatría, las problemáticas y desafíos a las que ha estado expuesta la psiquiatría en si desde sus inicios. Me pareció tan interesante comprender el cambio drástico que ha habido en el último tiempo con respecto a los hospitales y como surgen estos a principios del año 1400. Lo explica de una manera tan didáctica y clara que deja para pensar en muchas cosas. Haciendo un recorrido de la historia de la psiquiatría nos encontramos con que al principio nacen los hospitales gracias a la acción del “Padre Jofré” quien dedica su vida a la atención de las personas que en ese entonces “eran distintos a las personas normales” o eran “personas débiles” luego de ver como maltrataban a un “loco” en la calle, creando así servicios de hospitalidad y alejándolos de la sociedad que le producía daño. Interesante es analizar que al principio y por mucho tiempo estos “hospitales” no contaban con médicos, no eran instituciones sanitarias, eran instituciones de caridad y que se relacionaban más que nada con el orden público. Aquí es donde se ve la presencia de Philippe Pinel, médico francés dedicado a el estudio de enfermedades mentales. Conocido por su método en establecer la primera clasificación de las enfermedades mentales y su trato a los pacientes.
Llamaba la atención en ese entonces por su primera medida contra los pacientes de eliminar su encadenamiento a las paredes. Fernández Liria nos hace una invitación a conocer la historia y como ha ido variando con el paso del tiempo. Hay algo que hace reflexionar y es cuando habla acerca del trabajo que tenemos los trabajadores de la salud que es restituir la capacidad de amar y de trabajar. Se ha dedicado mucho a lo ultimo y poco a lo primero. Estamos envueltos en una sociedad donde el trabajo parece ser lo más importante y dejamos de lado lo esencial en la profesión. Como muy bien dice Fernández Liria los profesionales de la salud mental no solo son los Psiquiatras. Es fundamental la acción de los trabajadores sociales, enfermeros, psicólogos, terapeutas, con un trabajo interdisciplinario. Con esta unión entre el trabajo de cada profesional de la salud se ha visto una mejora considerable en el tratamiento del paciente. No hay un beneficio mayor solo con el uso de un medicamento, pero si lo hay con la ayuda de una terapia cognitivo conductual y educación por parte de enfermera(o) o trabajador social. Ahí es donde nos hace reflexionar y continuar con la tarea de ver a un paciente como a un todo.
ResponderEliminarPara finalizar, me gustaría tocar el tema que plantea Fernández Liria al referirse a que “La psiquiatría no es una ciencia” si no que esta al igual que la Medicina tienen por objetivo generar tratamientos efectivos, producir un bien social y no crear conocimiento. Además, referirme un poco a lo que nos plantea. Nos plantea cuatro encargos y cada uno de ellos en un contexto histórico distinto sin contraponerse unos con otros.
El primer encargo se relaciona más con el nacimiento de las distintas ciudades, la migración del campo a la ciudad y que como este ultimo miraba como “desadaptados” a los que provenían del campo y “fuera de lo que se consideraba normal” para esa época. Acá las personas de la ciudad tenían temor y querían mantenerlos lo más lejos posible. La idea era separar al “loco” del resto de la población. Acá es la iglesia quien crea instituciones con fin de caridad para acompañar en este proceso a los más “débiles”. Se crean manicomios, hospitales psiquiátricos etc.
Como reflexión con respecto a este punto. ¿Ha cambiado en algo el primer encargo? Después de ya pasado muchos años, puedo opinar que si, ha habido un cambio, pero aun continua una diferencia impuesta por la sociedad a las personas no solo que vienen del campo, o de zonas rurales, si no que también existe en algunos casos una discriminación a gente migrante. Refiriéndome a la gente con problemas psiquiátricos, ¿Está totalmente superado este estigma? ¿Se puede hablar el año 2023 de una sociedad inclusiva total?
Con respecto al segundo encargo, se refiere a mantener a la gente “normal” bien mentalmente para que siga siendo parte de lo laboral, trabajando de manera eficiente y sin problemas. ¿Es así hoy en día? Si bien se han creado mas leyes que protegen y cuidan a la sociedad, se es más empático con la salud mental de las personas y se conversa más acerca de lo importante que es mantenerse “sano” emocionalmente, considero que aún nos falta por avanzar, pero si no pierdo la esperanza que más adelante sea tomado enserio el tema de “la salud mental importa”
El tercer encargo habla de generar un “mercado” a través de los expertos y los fármacos, que permita “quitarle” a los más pequeños productores la sanidad mental de la población y con esto la salud mental se pueda comercializar.
Para concluir, debo indicar que es fundamental continuar con los modelos de salud comunitario, sobre todo en salud mental y además incluir a todos los profesionales de la salud. Incluir al usuario y hacerlo partícipe de su enfermedad para que se responsabilice y tome conocimiento de su persona como un todo, no solo de su patología.
Hola Carolina! Me queda resonando tu primera oración ya que hasta que leí el libro nunca había pensado más allá en el dicho "loco de atar". El hecho que los pacientes tuvieran que estar encadenados, amarrados da mucho que pensar. Es importante ver el contexto histórico y apreciar como hemos avanzado desde ese entonces.
EliminarConcuerdo plenamente contigo sobre continuar con los modelos de salud comunitarios, incluyendo al usuario y haciendolo partícipe de su enfermedad.
Cada persona es un mundo y debemos respetarnos y cuidarnos como tal.
EliminarCarolina, agradezco tu reflexión y me gustaría referirme específicamente a la parte en la que profundizas sobre el segundo encargo.
Al igual que tú, considero que, aunque ha habido avances importantes en salud mental que han servido para generar conciencia y disminuir el estigma, aún queda mucho trabajo por hacer.
Es innegable que los gobiernos tienen un interés legítimo en mantener a su sociedad mentalmente sana y productiva. Una población con una buena salud mental tiende a ser más creativa y capaz de enfrentar los desafíos que se presentan. Sin embargo, resulta lamentable que en muchos casos los gobiernos no prioricen adecuadamente las políticas de salud mental en beneficio de sus pueblos.
Considero que los profesionales de la salud mental tenemos la responsabilidad de dar voz a aquellos que más sufren, transmitiendo sus problemáticas y necesidades al gobierno. Nuestro papel va más allá del diagnóstico y tratamiento; debemos abogar por políticas y recursos que promuevan una atención adecuada y accesible.
Carolina, me parece de suma importancia lo que refieres en tu primer párrafo, ya que como enfermera y la posibilidad que he tenido de pasar por un hospital de día me ha dado la oportunidad de realizar psicoeducaciones tanto a usuarios como familiares lo cual va más allá de un ambiente ambulatorio, he podido ver y analizar como el rol de cada profesional es de suma relevancia y como el trabajo multidisciplinario permite otorgar la respuesta que el cada usuario único requiera. De todas formas considero que la psicoeducación puede llevar a un gran avance en la forma de ver la psiquiatría, el sello comunitario sin duda le ha dado a este mundo de salud mental una autenticidad que no se logra en cualquier otra área.
EliminarLa lectura de esta clase y el video, tocaron varios temas importantes en el quehacer de la salud mental, como ya lo han expuesto en los comentarios anteriores. A mi, en particular, me gustaria enfocar este espacio que tengo para ponerle espacial atención a la tematica de los cambios en la presentación en dificultades en salud mental en la población segun el contexto historico que están viviendo. Como ya lo hemos hablado en clases anteriores, la persona responde a su entorno y vice versa.
ResponderEliminarEn la actualidad, estoy trabajando desde la Unidad de Salud del Trabajador, que tiene un nombre bastante representativo de la idea orginal por la que fue fundada; el objetivo de facilitar el acceso a la salud de las personas funcionarias de hospitales para que puedan ser atendidos durante su jornada laboral y cerca de su puesto de trabajo, para hacer más eficiente su tiempo (y por ende la remuneración asociada) a que se presenten constantes permisos para salir a atenciones externas. Desde ahi, se presenta la idea tratada en el material complementario, la unidad está creada para mantener la productividad de las personas y disminuir el ausentismo, por lo que a veces se genera esta dinamica reduccionista en la que caemos, de intentar hacer a la persona "funcional" o traves. Siempre me ha creado conflicto esta idea, por que se reprenta a veces en que las personas que asisiten no tienen muy claro si los podemos atender como persona o sólo como trabajador, preguntando por ejemplo, si es que pueden hablar de temas que no tiene que ver con el trabajo.
Tambien asi, se dan los casos donde los trabajadores van porque requieren atención por estar en situaciones de acoso y maltrato laboral, y creo que es una intervención importante poder criticar y facilitar las lineas de acción de denuncias, acceso a atención especializada, seguros asociados, organismos disponibles, etc. como se describe en las recomendaciones de lineas de acción. Comentar con la persona que lo que vive sí es acoso, que sí es importante, y sí, es valido su malestar es una de las formas mas significativas que he encontrado para dejar que reproducir las dinamicas abusivas que estan normalizadas entre trabajadores de la salud, quitar el secretismo, empoderar a la persona para que luego pueda replicarlo en otras areas de su vida (que tambien hay espacio para trabjar en sesión, interviniendo en la persona como alguien integral, y no solo en su rol de trabajador).
Caigo asi mismo a veces en el pensamiento que, desde la unidad, debemos intentar "parchar" la violencia institucional que se dan en estos espacios, intentando hacer un cambio mayoritariamente desde lo individual, y dejando lo comunitario a un lado. Existe comunicación con otros departamentos que se encargan de romper con la violencia, pero no hay un esfuerzo lo suficientemente importante [desde una insitucionalidad con el poder de hacerlo] para detener una historia de decadas de malos tratos, jerarquias, y abusos que se ha logrado transformar y adaptarse para mantenerse, y que no se puede tapar con un medicamento o una licencia medica.
Querida compañera, en primer lugar, que agrado significa trabajar con una profesional como tú.
EliminarCreo que lo que reflejas muy bien lo que propone el texto, cómo la mantención de la fuerza de trabajo es más importante, que el malestar mismo de cada persona. Y sí, la unidad de salud del trabajador, en planteamiento de Fernández Liria, no es sino, otra estrategia mercantil para solventar necesidades creadas por esta temática, en nuestro caso, disminuir el ausentismo y apoyar a la "salud" de las personas y su funcionamiento.
Sin embargo, creo que tu actuar refleja la propuesta que se realiza en el texto justamente, cuestionar ésto, desde los abordajes biomédicos, como también el uso (o mal uso) de estos diagnósticos en salud mental, y construir desde ahí, un trabajo con cada persona.
Sin duda es un desafío constante, pero también se cuestiona la misma institucionalidad reflejando este malestar e intentando proponer la conexión con las redes existentes, o creando nuevas, para proponer abordajes comunitarios que puedan, ojalá, ser espacios más significativos.
Es interesante como Alberto Fernández Lira intenta ir realizando una línea de tiempo con respecto al nacimiento y crecimiento de la Psiquiatría desde una comprensión sociológica, situada en los hechos históricos, y principalmente, económicos existentes durante su historia.
ResponderEliminarTampoco es sorpresivo cómo acoge a elementos reduccionistas o duales, para la época, como la diferencia entre la normalidad y anormalidad, explicando los comportamientos distintos y estableciéndolos como objeto de estudio, y de abordaje para aquellos vistos como excluídos.
Lo planteado en los 4 encargos, a través de distintas realidades socioeconómicas, muestra cómo la psiquiatría también ha sido una disciplina ceñida a las grandes potencias mundiales y dictámenes neoliberales que la época, en cómo se refleja con la aparición de PROZAC o la creación constante de distintas necesidades mercantiles a ser solventadas, no como un abordaje centrado en la persona, en su contexto, sino como una "solución" brindada por un fármaco o una terapia en específico.
Me parece que lo propuesto en el epílogo es lo esencial, poder conformar constantemente un pensamiento crítico y consciente en la realidad de cada consultante, en poder comprender cómo el malestar que se presenta acoge a una cosmovisión única para esa persona, y que implica a su vez, ir constantemente en sintonía con ese discurso, no así, con el cumplimiento de la necesidad mercantil.
Del mismo modo, siento muy frustrante visualizar, cómo estas necesidades siguen existiendo al día de hoy, en la creación cada día más habitual de "soluciones eficaces" para la angustia, mediante el sobrediagnósticos y esquemas farmacológicos para cada uno de ellos, abordajes terapéuticos cada día más guiado a la reducción de una conducta, autoayuda y demáses, fiel a lo propuesto por Baumann para una modernidad líquida.
Intentando mostrar mi realidad laboral, también puedo ver lo propuesto en la "Locura de la Psiquiatría", en cuanto a la atención de funcionarias y funcionarios de los hospitales públicos de la zona metropolitana sur, vistos en muchas ocasiones sólo como la fuerza de trabajo que debe mantenerse "sana" para evitar su ausentismo, en donde a veces criterios diagnósticos como la depresión y la ansiedad imperan, no visualizando temáticas estructurales, como cultura de malos tratos que no valida ni cuida a las personas que trabajan en estos espacios. En ella, también es difícil generar una visión de trabajo, cuestionando estos modelos de relaciones, laborales como humanas, pero perteneciendo al mismo tiempo, a la misma institucionalidad que las enferma. Ahí, en contacto subjetivo, construyendo objetivos atingentes a cada persona que consulta, se ha vuelto un desafío constante, que también invita la discusión diaria, para problematizar e intentar promover mejores formas de intervención.
Muy interesante lectura, entretenida de comienzo a fin y que sin duda nos invita a reflexionar.
ResponderEliminarPara comenzar, resoné mucho con la idea de la necesidad de que nuestra práctica como psiquiatras sea hecha desde una perspectiva crítica, con una postura política y teórica bien definida. Corremos el riesgo de convertirnos en marionetas del orden social establecido si no cuestionamos los fundamentos de nuestra práctica, a través de los cuales operan los intereses de las clases dominantes. Podemos tener las mejores intenciones del mundo, verdaderamente sentir la vocación de ayuda hacia nuestros pacientes, pero, de todas formas, caer en prácticas contraproducentes tanto para su salud como para su dignidad como personas.
En el libro se ilustran múltiples ejemplos a través de la historia de movimientos e ideas que, aunque originados desde una genuina voluntad de mejorar la atención en salud mental, terminan volviéndose elementos a favor de la perspectiva biomédica dominante y de los intereses económicos de las grandes farmacéuticas e instituciones que la secundan. De cierta forma, el pensamiento neoliberal se ajusta de forma camaléonica a los intentos de cambio para adaptarse y sobrevivir. Ejemplos de esto fueron el intento de implantar la perspectiva comunitaria en salud mental, al propiciar que los médicos generales de APS se hicieran cargo de la mayoría de los “trastornos mentales menores”, a modo de generar un primer filtro en la atención en salud mental (con lo que se propició la medicalización de problemas que son, esencialmente, psicosociales). Otro ejemplo, más vil aún pues se aprovechó de la iniciativa de los mismos usuarios de la salud mental, fue el movimiento del recovery, con su propuesta de asegurar la autonomía y horizontalidad en la atención en salud mental (con lo cual se prestó de excusa para justificar los intentos neoliberales por desmantelar los organismos y sistemas de ayuda social, abogando por el principio de “autonomía”, tergiversado desde la óptica de la individualidad).
(Continúa)
Llevándolo hacia experiencias más cercanas, esto me recuerda las veces en que amigos de la carrera me realizan alguna pregunta respecto al manejo farmacológico en pacientes de los programas de salud mental de los respectivos CESFAM donde trabajan. No dudo de su vocación ni de su calidad como profesionales, son excelentes médicos. Pero se ve como el sistema está diseñado para buscar en la psicofarmacología la solución a problemas que son eminentemente sociales, atingentes a las condiciones de la vida misma. La duda siempre es referente al “¿qué dejarle?, ¿qué medicamento utilizar para calmar la dolencia del paciente?”. Obviamente esta pregunta nace desde la empatía, desde la iniciativa por encontrar alguna solución práctica que ayude al paciente a calmar su dolor. Pero la verdad es que poco podremos incidir realmente en la génesis de su sufrimiento mediante el psicofármaco, si no logramos cambiar los determinantes sociales que operan de fondo. Por ejemplo, por mucho que ajustemos dosis de antidepresivos, la depresión y la ansiedad seguirán allí si no ha cesado la VIF en su hogar, si continúa en una situación de inestabilidad laboral, si sufre un estrés tremendo dentro de un trabajo que su economía personal no le permite abandonar, entre otras situaciones. A raíz de esto, llama la atención que la duda siempre se dirija al: “¿qué medicamento le dejo?”. Puesto a que, a mi parecer, esto deja entrever dos cosas. La primera, la visión general que se tiene sobre el rol del psiquiatra, visto como “el médico de la mente”, cuyo rol es lograr ajustar a los pacientes mediante combinaciones de medicamentos; como si la génesis de todos los trastornos residiera en alguna causa específica demostrable y totalmente atribuible a algún desajuste biológico. Y lo segundo, el cómo la visión biomédica preponderante (bajo la cual nos formamos en salud mental a lo largo del pregrado de medicina) nos lleva a pensar que todo es solucionable con alguna pastilla. Pocas veces se pregunta: “¿cuáles son las intervenciones psicosociales que podemos realizar en tal o cual caso?”, o algo por el estilo. El foco siempre está en empastillar al paciente para que vuelva a ser funcional, de la misma forma en que se repara a una máquina cuando esta deja de funcionar.
EliminarAsí, para terminar, vemos como en distintas oportunidades los intereses de quienes ostentan el poder hoy en día, de una forma u otra, siempre logran imponerse para mantener su dominio; y dentro de las herramientas que han empleado a lo largo de la historia está la Psiquiatría. Por lo que, finalmente, el adoptar una postura crítica frente a lo que aprendemos y hacemos no es simplemente una posibilidad que podamos decidir si asumimos o no, sino una obligación para todo profesional que se desempeñe en la atención a salud mental.
(Fin)
Primero que todo, buenas noches compañeros y docentes, quisiera dar mi opinión sobre el libro la locura de la psiquiatría y el video. Lo primero que me llamó la atención es aprender que la psiquiatría, así como la medicina y la arquitectura no son una ciencia sino que una tecnología, porque no buscan hacer conocimiento sino crear un bien social, en el caso de la psiquiatría dar salud mental, aunque claro, el objetivo de la psiquiatría ha cambiado a lo largo de la historia.
ResponderEliminarEL primer objetivo fue el del asilo, que lo que esperaba era resguardar a las personas mas débiles mentalmente de las personas " normales" en el inicio de las grandes urbes. Esto antecedería casi cuatro siglos la llegada de médicos, se habló del GRAN ENCIERRO.
Cada encargo de la psiquiatría del que habla el libro se suma y no sustituye al anterior, dado la aparición de nuevas demandas sociales.
Del video me llamo la atención que se utilice el término salud mental de sinónimo de psiquiatría y que se de énfasis a que es un área multiprofesional, claramente no podríamos cumplir con objetivos terapéuticos sin los psicólogos o asistentes sociales.
A quienes debemos ayudar, a los enfermos, pero qué se entiende como enfermo, según Parson el rol de enfermo tiene 4 funciones: 1.- eximir de ciertas obligaciones, 2,. eximir de responsabilidades, 3.- ser considerado en un estado como no deseable que debe ser erradicado lo antes posible, 4,. ser considerado con necesidad de ayuda. me parece útil delimitar que quienes son los enfermos, de esto deduzco que son personas que necesitan ayuda.
En los próximos párrafos tratare de opinar sobre los 4 encargos.
ResponderEliminarprimer encargo; de la exclusión al encierro: para ayudar a las personas débiles mentales llamadas loco que ven una realidad que los demás no ven y protegerlos es que el padre jofre llevó a estas personas a un lugar donde les dieran hospitalidad y así nacieron los hospitales. Los funda y sostiene la iglesia, no hay médicos ni un concepto elaborado de enfermedad mental. Luego en el año 1973 llego Philippe Pinel y con esto los jueces ya no se hicieron cargo de ver quien entraba o no a estas instituciones, si no que lo hicieron los médicos, y quien entra a estos manicomios entonces, pues personas que presentan conductas estadísticamente anormales y socialmente inaceptables que son jurídicamente irresponsables. Es por esto que Pinel en su ilusión llega a romper cadenas, el loco ahora es un enfermo que hay que cuidar y ayudar a sanar. Desde aquí creo que la psiquiatría toma sentido, pues lo que mas me gusta de esta especialidad es que ayuda al ser humano como un todo, y no solo como un conjunto de órganos.
a la llegada del siglo XX el psiquiatra Kraepelin define la enfermedad mental, como la parálisis general progresiva, la fase cuaternaria de la enfermedad sifilitica y que esto se explicaba por alteraciones anatómicas del aracnoides cuando se les practicaba autopsia. Así nacieron la esquizofrenia y la psicosis maniaco depresiva. Esto nos daba la posibilidad de entender la enfermedad y darle un tratamiento.
DE la observacion de las enfermedades mentales nace el DSM y el CIE que entendía los trastornos mentales como formas de reacción ante estados mentales provocados por circunstancias de la vida, así nació el termino neurosis.
En resumen este primer encargo nos habla como nació la psiquiatría, como evoluciono de ser algo con fines caritativos a fines médicos y como se logra identificar estas formas de ser de " los locos" para definirlos como enfermedad y darles u tratamiento, son alguien para acompañar y sanar.
EL segundo encargo nace en 1885: restituir la capacidad de amar pero sobre todo la de trabajar. Acá se habla sobre como el capitalismo llegó al mundo y cómo se necesita de personas que sepan hacer un producto, con la revolución industrial se dieron cuenta que había que cuidar a las personas puesto que no todos, sabían hacer estos productos, se comenzó a cuidar a la mano de obra.
Freud identifico desde muy pronto la salud con la capacidad de amar y trabajar y por tanto el objetico de la cura era la restitución de esa capacidad. A mediados del siglo XX llega a ser hegemónico en los países desarrollados el movimiento que pretende abordar la salud y los problemas de salud mental desde la óptica de la salud publica. Así nace en EEUU en 1963 el acta Kennedy: primera ley de protección de la salud mental por un estado.
Comenzaron a cerrarse manicomios y con la emergencia de enfermedades de salud mental comunes comenzaron a ver paciente desde lo ambulatorio, lo que hizo que la psiquiatría naciera como una especialidad más de la medicina.
Tercer encargo: año 1987: destruir la capacidad de gestionar el malestar ara generar un mercado. Nacen acá los psicofármacos que han contribuido a que la industria farmacéutica produzca beneficios económicos altos solo por detrás del armamento.
EL cuarto encargo podría resumirse así: el neoliberalismo propone la eliminación de los mecanismos de solidaridad gestionados por el estado y si esto ocurre se va por la borda el tratar de ayudar al que mas sufre.
DE todo lo anteriormente expuesto puedo decir que me parece que hay esperanza para nuestros pacientes en el sentido que una persona que pierde su salud mental tiene la opción de verse como enfermo, tiene derecho a ser cuidado y puede recobrar la salud, su capacidad de amar y trabajar, lamentablemente aun vivimos con el estigma de las enfermedades mentales, aun hay locos y son relegados por la sociedad y en eso aun queda mucha historia de la psiquiatría por escribir.
Para empezar destaco la frase con la que Fernández inicia el vídeo: “La psiquiatría es peligrosa, pero hay que saber porque puede ser peligrosa, y como se convierte en peligrosa para conseguir que acabe haciendo más bien que daño”. Frase que da para reflexionar, ya que muchas veces en la práctica uno cree que ayuda al paciente sólo con dejarle medicamentos (los cuales no están exentos de efectos adversos) entregarle un diagnóstico, pero no nos detenemos en lo que hay detrás de todo. En el texto leído se aborda como ha ido evolucionando históricamente la psiquiatría y critica los fundamentos teóricos y prácticos de esta. Según el autor, la psiquiatría no es una ciencia, no tiene una base empírica contrastada y sus teorías son construcciones ideológicas que justifican las prácticas que se han llevado a cabo en un determinado momento histórico y sociocultural. La psiquiatría tiene una actitud científica que tiene como objetivo el bien social.
ResponderEliminarSe identifican en el libro, los cuatro encargos que la sociedad ha hecho a la psiquiatría a lo largo del tiempo. Estos son: justificar el encierro de personas que perturbaban la convivencia en los núcleos urbanos y para proteger a los débiles de los “normales”. Restaurar la capacidad de amar y trabajar, en línea con las necesidades del capitalismo que va emergiendo. Gestionar el malestar humano y convertirlo en un mercado rentable, a través de la venta de medicamentos y prescribir constantemente psicofármacos. Promover prácticas privatizadoras y fomentar el individualismo, en deterioro del cuidado mutuo y la solidaridad. Se argumenta que estos encargos se acumulan a lo largo del tiempo, pero se van adaptando a los cambios sociales. Se plantea la necesidad de modificar la psiquiatría para que sea verdaderamente útil para las personas y la sociedad, enfocándose en ayudar a los que sufren y superar la medicalización excesiva.
Destaco también la crítica del autor hacia la psiquiatría y su propuesta de buscar una psiquiatría diferente, que se le dé importancia a la ayuda, solidaridad y cambio social. Algo donde nosotros podemos actuar como médicos en formación. Podemos ayudar a nuestros pacientes y ser parte de un cambio que definitivamente puede cambiar el futuro de muchos de ellos.
Es interesante lo que plantea Don Alberto Fernandez, relatando los inicios de la psiquiatría, comenzando con el primer encargo, en el cual se relata la exclusión de los que no encajan con la sociedad siendo maltratados y marginados, refugiándolos en instituciones que se caracterizaban por malas condiciones. Se comienza a entregar la responsabilidad a la ciencia de dar explicación a estos comportamientos, resulta paradójico el trato desde las personas consideradas “normales” hacia los individuos que no lo son.
ResponderEliminarYa en el segundo encargo, se refuerza la marginación a las personas que padecen de algún trastorno mental, ya que afecta negativamente la actividad económica de los grandes poderes de la sociedad, por lo que se decide intervenir en este ámbito, es así como surge el programa de IAPT, con la finalidad de entregar psicoterapia a los individuos que padecen un trastorno leve mental. Este apartado, si bien, denota esperanza en aordar la salud mental desde un enfoque humano, se repite en mi reflexión, las acciones planificadas or la gente “normal”, no tiene un enfoque altruista, más bien es en el objetivo de aumentar la riqueza.
En el tercer encargo, posiciona la salud mental en un mercado fructífero, que funciona a través de la industria farmacéutica, se establece la solución a este tipo de padecimientos mediante una píldora, lo que genera un consumo significativo con resultados finacieros positivos transformando la enfermedad mental en un gran negocio.
Es conocido que la salud está fuertemente ligado con la política de un país, los intereses se vuelven personales, en su mayoría, cuando hay beneficios económicos de por medio, lo que se sustenta en el cuarto encargo, en el cual se menciona, las estrategias del estado con respecto a la psiquiátria y como repercute en el aspecto económico de una nación. El discurso de los países desarrollados es que si hay apoyo estatal hacia la población afectada, existe pérdida de responsabilidad de enfermedad y de libertad del individuo.
A causa de las distintas aristas mencionadas previamente se concluye que las acciones a tomar en el ámbtio psiquiátrico deben estar directamente enlazadas con el contexto social en el que está, esto se justifica con lo emitido en el video, la humanidad es distinta en la línea de tiempo que se encuentra, las conductas adaptativas como parte de la evolución, son visualizadas como trastornos que interfieren en las actividades de la vida diaria en algunos casos.
Como a su vez impresiona los matices de la humanidad frente a las personas que no encajan a los canones establecidos, sentenciando a los marginados a unos tratos peyorativos. Lo que ha perpetuado por muchos años y aún prevalece. Esto me conduce a la interrogante ¿Quiénes son los desaptados de la sociedad?, los que lucran con los psicofármacos y el acceso inequitativo a la terapia de salud mental, transfórmando la enfermedad en una industria económica exitosa o los individuos que tienen una mirada distinta de la realidad que provoca incomodidad en la sociedad.
Sin duda concuerdo con muchas opiniones que han escrito l@s colegas previamente en este blog, en cuanto que es una lectura muy interesante, incluso “reveladora” en varios aspectos que no había considerado de la psiquiatría, sin embargo, ya es algo que hemos ido desentrañando desde que iniciamos este curso. Empezar definiendo a la Psiquiatría como una No Ciencia ha llamado profundamente mi atención, si bien, comparto la visión de que es la especialidad médica que “esta a caballo” entre las ciencias sociales y naturales, es interesante la propuesta de establecerla como una tecnología, que también se extrapolaría para toda la medicina “basada en la evidencia”, más por la aplicación y el fin que tiene en sí mismo. El autor, vuelve a enfatizar lo importante que es conocer la historia de la psiquiatría, y cada vez me hace más sentido para poder entender “por qué” nace esta especialidad, cómo una necesidad “político-social” donde finalmente es asumida por los profesionales de la salud, muy diferente al orígen de las otras especialidades médicas, y es entonces así, cómo es que debemos seguir resolviendo o respondiendo a estos “encargos” de la sociedad, que a medida que evoluciona surgen, se suman, y a su vez modifican el rol de los profesionales que trabajamos en salud mental (desde un inicio con “la ilusión de pinel“, y posteriormente, aplicando el DSM o CIE, utilizando psicofármacos y trabajando en la “rehabilitación”).
ResponderEliminarEstos encargos ya lo han resumido muy bien algunos colegas en sus post, y como lo ha explicado Diego O. lo podemos entender así:
1. El asilo y hacerse cargo de las personas con conductas incompatibles con la vida urbana.
2. Preservar y reparar la fuerza de trabajo (idealmente el amor y el trabajo)
3. Sustituir los mecanismos de apoyo y solidaridad con servicios de expertos y mercancías.
4. Justificar la desprotección sanitaria en nombre de la autonomía y responsabilidad individual.
Muy interesante profundizar en cada uno de estos aspectos que nos expone el autor, esta visión crítica de la psiquiatría a lo largo de su historia, pero el autor se aventura aún más y nos propone “líneas de acción” ante cada encargo. Aprender la historia de la psiquiatría, contrasta muchos sentimientos y reflexiones, siento que este curso es una buena demostración de cómo podemos ir aplicando parte de estas “líneas de acción” para seguir mejorando nuestro rol en función de cada uno de estos “encargos”. Estoy de acuerdo con el autor en que es necesario reflexionar en estas problemáticas y mantener nuestra labor crítica, reconocer nuestros avances, como también lo que hemos seguido perpetuando. Me quedo con la esperanza, de cómo en este curso, se está realizando parte de lo que sugiere el autor, en ampliar la visión de nosotros “los profesionales” que trabajan o trabajarán en salud mental, y como podemos avanzar en un modelo eficaz, solidario y respetuoso para nuestros pacientes.
Sin lugar a dudas ha sido una lectura muy interesante la de este libro, asu vez quisiera agregar que gran parte de las reflexiones que expone el autor me dejan abrumados y darme cuenta en lo que se ha convertido el modelo actual de salud en funcion a estas demandas sociales politicas, no siempre han apuntado al bienestar de l@s pacientes. Pienso que aquí , como también es comentado al final del texto, es donde nos corresponde desarrollar nuestro rol. Si bien la tarea que tenemos en salud mental es mucho más compleja de lo que se me había enseñado en el pregado y habia logrado "entender" durante mi practica como general de zona, sigo esperanzado... como lo ha dicho German Berrios continuar abiertos continuamente a nuevas propuestas que pudiesen entregar una mejor oportunidad a los usuari@s.... Además, contribuir en los diversos espacios y compartir el conocimiento son pilares fundamentales. Mantener siempre una visión crítica y contribuir en fortalecer la salud mental pública.
EliminarMe pareció muy interesante el libro desde la explicación de los cambios que se ha visto afectada la Psiquiatría según los procesos históricos. En la actualidad, nos permite ver con mayor profundidad y analizar de manera reflexiva los desafíos y todos los pendientes que aún existen en nuestra sociedad. Generar la significación en cuanto a que la psiquiatría como disciplina no es una ciencia, porque no produce conocimiento, sino como bien social como la salud me pareció llamativo, pero al interiorizarme con la bibliografía del Dr. Alberto Fernández, que se ha mantenido siempre vinculado a los movimientos sociales a lo largo de su vida. Su constante perspectiva critica en cuanto a la salud mental y las formas de atenciones que brindamos, siendo coherente su postura y además mi real interés en seguir explorando sus contenidos.
ResponderEliminarA lo largo de la historia, se visualiza mejoras desde la salud mental, en cuanto la preocupación de personas profesionales que según su dedicación existe la atención, en donde la dedicación es a partir de un sujeto y no un objeto, pero claramente existen limitantes originadas por los intereses económicos y las estructuras codificadas en metas, que hacen que el tiempo en una sesión se vea limitada cuando se genera una atención. Las personas requieren ser escuchadas, las atenciones en crisis se deben realizar en el momento requerido por el paciente y esos tiempos se contraponen.
En cuanto a las atenciones integrales, sería interesante considerar que los equipos se conformaran por igual cantidad de profesionales. Desde mi profesión de Trabajador Social, es complejo lidiar con los tiempos cuando se debe realizar acompañamientos a pacientes que no cuentan con la red de protección social activa, complejizando el contexto del paciente y familia.
Evelyn estoy muy de acuerdo cuando dices que si bien hay mejoras, siempre nos topamos con el límite del marco socioeconómico en el que estamos. También creo que como profesionales psicosociales estamos poco valorados en relación al quehacer médico, y somos quienes funcionamos con el vínculo. Por eso nos agotamos tanto, sobreexplotar nuestras psiquis en función de "apagar incendios" de los usuarios es también una conducta capitalista y enfocada en la producción.
EliminarCompletamente de acuerdo con lo que planteas Evelyn. Si bien el modelo comunitario ha identificado otras necesidades en base a los determinantes, la dotación profesional sigue siendo vista desde el prisma del rendimiento. Lamentablemente que la salud mental sea vista como una especialidad médica más, plantea muchas veces que su funcionamiento será similar al de el resto de las especialidades, sin embargo las necesidades y planteamientos pueden llegar a ser muy distintos. En general la dotación de profesionales siempre se queda corto, y solo permite intervenir en crisis, y muy poco desde lo preventivo, y desde los determinantes mismo, entonces caemos siempre en el mismo paradigma, en el paternalista y asistencial, porque no alcanzan los tiempos, las manos ni los recursos. Saludos !
EliminarEstimada Evelyn, muy de acuerdo con lo que mencionas.
EliminarTenemos la suerte de tener acceso a lecturas como las de hoy, y el autor se ha dado el tiempo de salir del carro de la máquina a vapor donde vivimos como autómatas, para analizar y reflexionar una verdad subrepticia, que estamos viviendo constantemente siendo pacientes y siendo prestadores, siendo parte de esta sociedad, pero siguiendo una marea que muchas veces es torrentosa y turbia, donde el sistema nos lleva a seguir en él, sin siquiera cuestionarlo.
Creo, que el tomar conciencia de estos temas, nos permite replantear el automatismo al que nos enfrentamos, nos permite replantear cual es la mejor conducta terapéutica, y quizá más aún, cuál es la mejor conducta diagnóstica que aparentemente abarca más que un manual, que aparentemente abarca a una persona, a un sujeto con nombre y apellido, un sujeto con historia, con errores y aciertos, con miedos y sueños, y no un sujeto más candidato a un Prozac.
Dr Jorquera, comparto con usted muchas experiencias de vida laboral, tenemos la suerte de ser soporte de muchos compañeros de la salud, estas desgracias son cada vez mas frecuentes en nuestro lugar de trabajo, estoy de acuerdo que una alteración de salud mental no necesariamente es discapacidad ni tampoco una limitación, pero el mundo laboral exige mas y mas compromiso de parte de todos, obvio que no todos los seres humanos tenemos la misma visual y resiliencia como para soportar tanto estrés , sin contar que además llevamos a cuesta muchos otros problemas familiares no resueltos que a mi parecer es lo que mas gatilla crisis en el ser humano, siento además que hemos perdido la plataforma importante como son las relaciones familiares, nuestras redes sociales, nuestras creencias compartidas , lo que nos daba fortaleza para soportar los avatares de la vida.
ResponderEliminarHemos visto como muchos compañeros han sido excluidos del sistema por presentar diagnósticos lapidarios de salud mental, solo un porcentaje esta reubicado en sus labores, pero otro gran porcentaje prefiere renunciar que seguir soportando el estigma del diagnostico y la poca tolerancia de sus compañeros.
Nosotros como parte del equipo de salud mental de la unidad solo nos resta trabajar en conjunto por su puesto cuando lo decida el funcionario y ayudarle y mostrarle otra perspectiva y que permita visualizar otra salida.
En mi pregrado, había leído este libro desde la crítica de la psicología y fenomenología a la “frialdad” y desapego de la psiquiatría en relación con el origen y desarrollo psicosocial de las enfermedades mentales.
ResponderEliminarMe llama la atención siempre al volver a esta lectura lo difícil que es replantearse la psiquiatría y no olvidar que es distinta a otras disciplinas de la salud (y que no es en sí misma una ciencia como dice el médico en el video). Creo que un punto importante que se extrae de esta reflexión y los encargos que propone el autor, es la necesidad imperiosa de considerar la psiquiatría como una entidad más allá de la medicina y el enfoque biomédico. La psiquiatría tiene la cualidad de poder alterar la identidad de quién vive con un diagnóstico psiquiátrico, incluso de los profesionales quienes somos (a vista de la opinión pública) los que tenemos el poder de modificar y decidir sobre la calidad de alguien (“enfermo” o “delincuente”).
Me agrada la discusión que propone Fernández al problematizar el encierro de quién sufre por su salud mental, donde se argumenta que es siempre por el bien del enfermo pero, que ciertamente genera más tranquilidad en los cuerdos que en el mismo paciente/usuario/consultante.
Creo que este libro propone indirectamente que la locura resulta incómoda, y que como originalmente la psiquiatría está adosada a la medicina tradicional, se debe tratar la enfermedad mental como si fuera simplemente un desequilibrio bioquímico, obviando el carácter sociopolítico y cultural del sufrimiento. Se tiende a olvidar que detrás de este malestar hay un ser humano con una personalidad y voluntad y padecimientos no patológicos también. Es incómodo porque requiere esfuerzo de “los cuerdos” recobrar esa identidad que queda bajo la psicopatología, en vez de lo que se hace tradicionalmente: acallar el malestar para retornar a la “normalidad”.
Pienso también en como el neoliberalismo ha transformado la salud mental en un objeto de producción, compra y venta constante. La cantidad de pseudoterapias que apelan al tratamiento “alternativo” de la enfermedad mental, sin pensar en el sustrato ontológico de éstas y cobrando por una palabra vacía positiva que simplemente lleva al que sufre a cuestionarse y gastar dinero. Además, los profesionales de salud mental vivimos en esta constante contradicción: abarcar todo lo posible pero con los recursos más escuetos que se pueda, “sanar” e intervenir multidisciplinariamente a la población, pero trabajando lo más aislados y sin ruido que podamos. ¿Cómo organizarnos y construir la colectividad y cooperación que sugiere el autor en un mundo de la salud mental chilena que nos pide trabajar en solitario (más bien nos exige) y competir?
Creo que es importante no sólo reflexionar, si no que modificar el quehacer y la praxis, porque es muy sencillo escribir discusiones y comentarios desde un escritorio, para incorporarse otra vez a este sistema rudimentario de tratamiento biomédico del dolor psíquico. Lo difícil y agotador es intentar hacerlo distinto día a día.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarDespués de leer el libro propuesto para esta semana, me he quedado pensando en varias cosas que me llamaron la atención, y que no me había planteado realmente en tal grado de profundidad previamente.
ResponderEliminarEl hecho de que pudiera considerarse la Psiquiatría como una tecnología surgida y compelida por la sociedad, de manera que la medicina diagnosticase y tratase a aquellos ya previamente alineados en los manicomios; y no como una búsqueda de conocimiento "científica" ,"ateórica", que pretendiera ayudar a los que sufren psíquicamente me hizo reflexionar fuertemente, ya que no era una visión que hubiera leído anteriormente, como dice el autor ya que en general nuestra formación tiende a seguir este enfoque "neo-pineliano" que menciona.
Ya desde el comienzo de estudiar medicina, lo que me llamó mucho la atención de Psiquiatría especialmente es la importancia de las disciplinas de las ciencias sociales (sociología, psicología, historia, etc), y esto en el fondo reafirma que es fundamental en el conocer las bases de la Psiquiatría, conocer de dónde venimos, de dónde surge el concepto de síntoma mental, trastorno mental, nuestro objeto de estudio, lo que podríamos decir de otra forma, nuestra epistemología es fundamental, ya que si no , seguiremos apilando montañas de información, una sobre otra, con conceptos previos que "asumimos" son ciertos y que garantizan la estabilidad de nuestro cuerpo de conocimiento. Pero si reflexionamos sobre esto, nuestras "bases" son mucho más endebles de lo que parecieran hacernos creer las sociedades científicas.
Me parece que esta visión crítica de la Psiquiatría, tal como lo comenta el autor, es necesaria de tomar especialmente por quienes formamos parte de ella, y esto parte desde la formación de nosotros como médicos residentes de psiquiatría, ya que actuamos como agentes que buscan ayudar a personas con padecimientos psíquicos significativos.
Esto se conecta significativamente con lo que comenta el autor de desmontar las "falsas expectativas" que presentan los pacientes al acudir a nosotros como profesionales médicos, esperando que -en nuestra posición de conocedores de la "patología" psiquiátrica-podamos intervenir con lo que el cuerpo científico reconoce como efectivo en el tratamiento de los trastornos mentales.
Esto se grafica de forma importantísima en el nivel de atención primaria, con mi experiencia de haber trabajado 5 años en APS, puedo decir, que las expectativas de los pacientes, y más que eso del resto del equipo psicosocial (psicólogo, asistente social), era que cuando yo viera un paciente de Salud Mental, "interviniera" desde mi área con psicofármacos.
Esto de forma rutinaria me hizo ver, que a pesar de leer guías clínicas, optimizar psicofármacos según la evidencia de la literatura, muchas veces no se veían resultados alentadores en lo clínico, ni funcional. Pero sí, al resolverse situaciones estructurales de la vida de los pacientes, como pagar deudas, que un miembro de la familia disruptivo se fuera, cambiaba dramáticamente la situación, es así como me convencí de que el enfoque comunitario es parte de la solución, pero como menciona el autor, siempre con el resguardo de proteger aquellas redes ya existentes en comunidad y si no crearlas o fortalecerlas.
Me pareció interesante la lectura y el complemento que entrega la visualización del video, sobre los orígenes y cambios que ha presentado la psiquiatría según hitos históricos. Es importante interiorizar que la psiquiatría no es una ciencia, es producir un bien social y salud. Debemos adecuarnos a lo que la sociedad pide. La historia de la psiquiatría o de la salud mental ha sido por muchísimos años la historia del hospital psiquiátrico, tal como se describe está unido a esa institución. Se relata cómo nace la idea de crear institución para proteger a personas “débiles” de la crueldad de las personas “normales”. Durante un tiempo no eran instituciones sanitarias, sino que tenían que ver con orden público. Es interesante analizar que por mucho tiempo los hospitales no contaban con médicos, siendo instituciones de caridad, esto queda bastante clarificado con los ejemplos relatados en el video. Según esta tesis los objetivos cambiantes a lo largo del tiempo de la psiquiatría solo pueden entenderse comprendiendo las sociedades a las que ha servido como resultado de un cambio en los encargos que definen una función social. Los que han conducido a prácticas cambiantes no son los avances en las teorías o en los instrumentos de la psiquiatría, sino que son los cambios en las sociedades los que explican cambios de teorías surgimientos y la expansión de nuevos instrumentos, enfocando nuestras prácticas en base a lo que nos pide la sociedad. Lectura que nos invita a reflexionar, se destaca la necesidad de modificar la psiquiatría, que sea diferente, útil para la sociedad y no caer en prácticas contraproducentes.
ResponderEliminarMuy de acuerdo contigo con la riqueza que nos da la lectura empeñada de su autor. Es notable ver como va narrando de una manera clara y limpia, los encargos a los que se ve presa la Psiquiatría, también es notable ver cómo va obedeciendo a un sistema Político económico. También concuerdo contigo en lo impresionante de la génesis de la especialidad, que surgió como una necesidad social, más bien a modo de hacerse cargo de lo que otros desecharon, y poder ver como el sistema asilar fue transicionando a un modelo más comunitario pero a la vez fuertemente farmacolizado e hiperdiagnosticado. Considero que entender la historia, visualizar los eslabones, nos permite anticipar y modelar unos eslabones que puedan estar más en sintonía con las dolencias más propias de los sujetos, y poder objetar cuando sea necesario ese tren de un sistema externo Político-económico, que como hemos visto en diferentes momentos ha tomado un protagonismo inadvertido, sesgado e interesado.
EliminarPosterior a terminar de leer el libro y ver el video que por cierto es del mismo autor y que durante el video cita una conversación con el Dr. Sepúlveda, quede impactada y a la vez un poco discordante por que si bien la psiquiatría ha ido cambiando en torno a las necesidades de la sociedad como muchas cosas sobre todo en el ultimo tiempo, creo que si es un disciplina que cumple con la función de adaptarse al tiempo en el que esta y evolucionar junto a el.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en que su objetivo es generar un bien social, somos llamados como personal de salud mental a buscar el bien social de nuestros pacientes, creo firmemente que mas allá de medicar a los pacientes escuchar activa y empáticamente su queja y/o sufrimiento, ya alivia aunque sea una mínima parte del problema y nos vuelve mas humanos en estos tiempo donde la mayoría de cosas son tan deshumanizadas, en torno a esto debo también reconocer que Ignacio al generar su reacción inicial en el blog... wow!!! efectivamente esa adolescente, no necesitaba una pastilla, necesitaba mejorar sus determinantes sociales, y sus acciones generaron eso y creo que fue una intervención maravillosa.
El día de hoy durante mi turno, tuve que evaluar a un paciente masculino de 39 años con aparente ideación suicida referida al ingreso, este paciente solo lloraba y gritaba cuando ingrese al box, yo al ver el estado en el que se encontraba, decidí sentarme junto a el y decirle que estaba para escucharlo, con eso logre entablar una conversación que duro aprox 40 minutos, en donde entendí la razón de estar así, valide sus sentimientos y me di cuenta que su problema realmente no era que hubiese pensado en desaparecer en ese momento, su problema era que escasa red de apoyo por parte de su jefatura y encima esta era disfuncional por que frente a la confesión de mi paciente de haber tenido un episodio depresivo en el pasado ya tratado y de alta fue duramente estigmatizado y separado de su cargo, lo que significo que no pudiera sostener a su familia y siendo extranjero con sus documentos en tramite era muy entendible que estuviese sobre pasado.
Durante el tiempo que compartí con el entendí que hay mucho que trabajar, mucho que aprender, mucho que escuchar, muchas veces no tenemos el tiempo de escuchar al otro y al darme ese tiempo junto a mi paciente sentí que le ayude mas que enviándolo a hospitalizar.
También ahora mientras escribo reflexiono sobre la psiquiatra que quiero ser y como este curso a empezado a darme herramientas para ver un poco mas allá del diagnostico, por lo que me siento complacida de haber sido aceptada en este curso que me ha significado un tremendo aprendizaje para la vida.
PARTE 1
ResponderEliminarPrimero me gustaría hacer referencia a como me sentí en lo personal durante la lectura del libro, en cuanto a mi rol profesional, y luego hacer referencia a experiencias personales en donde he visto reflejados los encargos mencionados a través de la historia.
En los primeros 2 capítulos, que hacen referencia a tiempos pasados cargados de mitología, me sentí intrigada ante la revelación y reflexión en torno a que la historia de la psiquiatría, posteriormente denominada salud mental, gira entorno a encargos sociales. Si bien conocía someramente la historia de Philippe Pinel, no sabía que la reclusión social existió 400 años antes de que los psiquiatras arribaran. En algún momento pude imaginar de manera más romántica como debió ser hacer clínica, pero también observar inocentemente el comportamiento de estas personas que hasta momento habían sido marginadas y maltratadas. Tristemente, si bien el método científico llegó a despejar dudas en muchas de las condiciones de salud somáticas, en términos de salud mental se quedó absolutamente "corto". Hasta ese punto la lectura se me hizo amable, sin embargo, con la llegada de los siguiente 2 capítulos u encargos, la lectura se me hizo un poco más difícil de seguir, no por un tema de comprensión, sino por un tema de confrontación. Sin darme cuenta había cierto grado de resistencia de mi parte ante las ideas propuestas. Me di cuenta que en algún punto me ví reflejada en dichos encargos, sin tener noción del trasfondo histórico, solo "heredé" esa manera de hacer medicina (que además prima bastante en otras especialidades, y por tanto en la medicina general), incluso intentando tener en cuenta las dimesiones biopsicosociales.
Y acá es en donde veo mi experiencia reflejada. Por un lado como individuo social, también soy parte de este modelo socioeconómico, por tanto me he desempeñado como médico bajo esas exigencias. Esto quiere decir que me he tenido que apegar a tiempos de atención y rendimiento, y por tanto no pudiendo hacer mayor reflexión con cada caso en particular, porque detrás del paciente, viene otro con sus propios pesares. Me he visto haciendo esfuerzos por reestablecer la capacidad de trabajar, con una gran presión institucional detrás (llámese compin, contralorías médicas, isapres), y por tanto haciendo esfuerzos por aliviar "síntomas", haciendo tolerable situaciones que son dolorosas o desagradables a punta de fármacos y sobreintervenciones.
PARTE 2
EliminarAfortunadamente con el tiempo me he ido dando cuenta que el dolor, la incomodidad, y el sufrimiento también han sido mecanismos de superviviencia por excelencia, y que cada persona tiene sus tiempos para estar bien y preparados para enfrentar el mundo. Pero me pregunto, que pasa con los que no, con los que el mundo nunca va a estar preparados para recibirlos, para los que su funcionamiento siempre va a ser insuficiente o disfuncional.
En ese contexto recuerdo a un paciente que vimos hace poco que nos decía "Tengo ganas de estar con mas gente, de conocer gente", entonces se le ofreció participar de los talleres de la URP, el paciente respondió "Pero quiero estar con gente normal, no gente enferma", y es que aún queda abrirnos a espacios compartidos con el resto de la comunidad, que no carga la etiqueta de un diagnóstico. Haciendo referencia a la historia anterior, hice una observación en mi barrio, ya no como médico, sino como una vecina más. Siempre deambula por mi calle un hombre que aparenta unos 40 y tanto años, en general deseaseado, suele hablar solo, rubicundo de alcohol y bronceado, en general habla solo, suele gritarle a transeúntes que solo pasan por su lado, por lo que seguridad ciudadana llega con frecuencia a revisar la situación. Desde hace 1 mes aproximadamente que veo que locatarios del lugar le han encomendado tareas como barrer la calle, limpiar los vidrios, regar, entre otros, y sorprendentemente lo he visto establecer diálogo con los trabajadores de los locales, a veces incluso sacando risas, no lo he visto agredir ni gritar a nadie. No sé cuanto tiempo mas dure esto, menor idea tengo si hubo intervención médica institucional, lo que si me queda claro, que el funcionamiento y fortalecimiento de la trama social es fundamental para desmonopolizar el cuidado de la salud mental.
Finalmente, luego de pasar por distintas emociones durante la lectura, estando de acuerdo con algunas ideas, y no tanto con otras, creo que contribuyó sin duda a definir mi postura ética ante el ejercicio de la salud mental.
Concuerdo con las opiniones escritas por las y los colegas en este foro. Personalmente para mi fue una lectura muy interesante, ya que nos plantea una mirada de la psiquiatría que en lo personal (y por lo visto a muchos) es muy reveladora sobre el desarrollo de nuestra especialidad, su estado actual y poder así analizarla críticamente. Tal como han mencionado, siempre me había parecido un poco impactante cuando desde otras áreas o desde la misma medicina han dicho que la medicina como tal, y la psiquiatría también en este caso particular, no son una ciencia, tal como argumenta el libro es lógica esta distinción, definiendo la psiquiatría como una tecnología dado que su fin es producir un bien social, aplicando conocimientos que pertenecen a las disciplinas científicas, sumado a que como hemos visto a lo largo del curso también integra a disciplinas humanistas como las ciencias sociales y la filosofía. El libro describe como la psiquiatría, definida como una tecnología, se ha organizado de modo necesario para dar satisfacción a unas demandas que son producto de los cambios sociales de cada periodo histórico, pero que nacen también de los grupos de poder dominantes, y que constituyen los encargos que asume la psiquiatría desde su nacimiento y que han moldeado en como se ha estructurado la especialidad y los servicios de salud mental.
ResponderEliminarEl primer encargo fue justificar y gestionar un espacio de exclusión para aquellas personas que se consideraban que entorpecían la convivencia en las crecientes ciudades, que eran las personas con trastornos psiquiátricos mayores, los cuales fueron llevados a vivir en condiciones indignas, encerrados la mayoría por toda su vida. En una época sin mucha noción de derechos humanos, se logró el objetivo de excluir fuera de la vista de las ciudades (y de la sociedad burguesa) a quienes padecían estos trastornos. Es en este contexto, cuando los médicos son llamados a gestionar estos espacios, que nace la psiquiatría.
El segundo encargo fue la restitución de la capacidad de amar pero sobre todo de trabajar. De mucho interés esta última para los mecanismos de producción capitalista. Previamente, las condiciones de las clases trabajadoras eran duras, los trabajadores no tenían ninguna cualificación, con salarios que apenas lograban mantener la susbsistencia de ellos y sus hijos, y donde los trabajadores que sucumbían por algún infortunio eran rápidamente reemplazados, por lo que para los gobiernos y dueños del capital no había aliciente para preocuparse de la salud. Sin embargo, dado que durante la revolución industrial los trabajadores requerían cualificación y no era fácil de reemplazar un trabajador, es que surge esta preocupación y nacen los mecanismos de solidaridad. Paralelamente destaca el aporte de Freud, con la aparición del psicoanálisis y la inclusión de los trastornos de salud mental “menores. En este contexto es que la Psiquiatría asume la función de proteger la salud mental y se toman en cuenta los factores sociales que contribuyen al mantenimiento o pérdida de la salud mental. Se eliminan los hospitales psiquiátricos y la atención de salud mental se plantea que debe ejercerse desde los centros de salud mental comunitarios, desplazando el sistema antiguo. Como se sumaron nuevas patologías, la prevalencia de trastornos de salud mental aumentó a un 20-30%,por lo que se sobrepasó la capacidad la capacidad de los profesionales y centros especializados y se integró a la atención primaria como un pilar fundamental en los sistemas sanitarios. En mi experiencia como medico EDF en el CESFAM, tal como muchos colegas acá presentes, es que pude vivenciar como un centro de atención primaria hace de primera línea frente a la desbordante demanda de atención, pese a los escasos recursos que cuenta la atención primaria para hacer frente a esto y que hemos mencionado en varias ocasiones en discusiones anteriores.
EliminarQuería destacar algo mencionado también en el tercer encargo, que es como está interiorizada la creencia de que el manejo de las emociones depende de un fármaco (o de alguna otra tecnología/terapia) y como el discurso psiquiátrico se orienta a ese propósito con la creación criterios diagnósticos y guías clínicas que facilitan o incluso, a mi parecer, automatizan esa labor. Menciona el libro la presión de la industria farmacéutica. Muchos pacientes que eran derivados para atención médica de salud mental desde otros profesionales del equipo, ya sea asistentes sociales y psicólogos, eran directamente para la prescripción de un fármaco, informándole al paciente que ese era el motivo de la derivación, obviando que previo a ese paso hay que evaluar primero si realmente es necesario. Muchas veces eran crisis normativas, o problemas que no dependían de un fármaco para su resolución. También era común la aplicación de los criterios DSM tipo checklists por parte de colegas con la consecuente apertura del GES de depresión y la prescripción de Sertralina o Fluoxetina, con no buenos resultados porque finalmente no eran depresiones sino otras situaciones como mencionaba, se habían obviado todos los demás factores que inciden en los problemas de salud mental. Por lo tanto, este libro nos invita a reflexionar sobre como se han instaurados estos discursos en nuestra especialidad y en la salud mental en general, y contiene varias propuestas de como podemos sortear estos obstáculos. Es una interesante e importante lectura para todos los que trabajan en el área.
EliminarPARTE i
ResponderEliminarPrimero que todo debo indicar que mis percepciones y creencia, de la psiquiatría, se fueron “destruyendo” y “reconstruyendo”, principalmente por lo que concebía sobre la parte biología, que la consideraba relevante y fui tomando notas justificantes ante ella, ya que sería mi defensa a la ciencia netamente una ciencia, innegablemente me di cuenta, que ya no era así, pero tampoco era 100% evitable no verlo de tal manera.
Primeramente, mi argumento para defender lo científico y como lo describe en el libro, inicialmente, es que la psiquiatría si ha generado conocimiento, a través de la observación, razonando la observación (fenomenología) y usando la matemática aplicada en formas estadísticas para poder llegar a una conclusión más cercana a la verdad (escalas de probabilidades, IC, valor p, etc.). Sin embargo, la comparación con lo que busca verdad o es más exacto (física, química, biología, etc.) también son estadísticas, probabilidad y teorías, que se van concretando en la medida que la tecnología, que depende del desarrollo de una sociedad, va generando. Lo último, lo podemos ejemplificar de la siguiente manera: nadie ha visto un átomo, nadie lo ha podido pesar o medir, nadie ha visto una nube de electrónicos y lo único más cercano a verse es a una molécula de benceno, como tampoco nadie a podido ver a su célula y su estructura real; entonces, ¿cómo poder decir que son verdades lo que propone por estas ciencias?, ¿Cuál es el encuentro con la verdad, si tienen sesgos?, por tanto, ¿por qué la psiquiatría, está lejos de ser una ciencia?
Siguiendo la línea de aparición de mis dudas con el texto, busque matemática y sus dogmas, para justificar, sin embargo encontré que estas no tienen dogmas fijo e inmutables, sino un proceso de investigación, de las afirmaciones matemáticas basado en la lógica y el razonamiento. Ambos hechos que se han dado en psiquiatría, la única diferencia entre una y otra, es que la psiquiatría, sus comprobaciones y las respuestas a sus teorías, siempre son de largo aliento en el tiempo.
PARTE II
EliminarOtro punto que tome, para pensar en cómo contraargumento, de la primera parte del texto, fue “…la Psiquiatría es producir bien social…” Constantemente me repetía ¿Cómo logro genera un bien, si para ello necesito el saber?, además, ocupar la observación, la razón y estudios experimentales y clínicos, con estadística, para poder aseverar un punto con un criterio que no de dudas- Llegado a otro respuesta muy similar a lo planteado aquí, quiero ayudar, para ayudar necesito saber, pero esto no es una reacción química bidireccional, en mi forma de sentir, va en una sola dirección.
También se hablaba de eficacia y eficiencia (por tanto efectividad), como “el primero de sus fundamentos: la aplicaciones de soluciones de eficacia probada en la resolución de problemas conocidos”. Personalmente esto me resuena como, planteamiento de un problema matemático que tengo que dar respuesta de forma lógica y ordenada, para llegar a un resultado. Nuevamente, tal y como se da en la psiquiatría, para resolverlo, y uso y soy ciencia.
Ahora viene la parte que me hace cuestionar todo lo expresado anteriormente: “…la psiquiatría viene definido por la sociedad en cada momento histórico…” El hecho de darme cuenta como evoluciona la psiquiatría desde los cuatro momentos: el concepto de asilo y del Gran Encierro (referenciado de Foucault), el enfoque capitalista que toman las enfermedad, y sobre todo la salud mental, ya sea por el concepto de “reparación de la capacidad de trabajar” y su necesidad para incorporar “sustancias o tecnologías por expertos” para “curar” y el cuarto momento “….definido por la necesidad de la desregulación total y de la práctica desaparición de las funciones de los estados en la vida civil y, entre otras muchas cosas, como garantes de la seguridad de los ciudadanos” Que, por lo que comprendí, terminan vertiendo en los 4 encargos a la “psiquiatría: (1) creación del hospital por hospitalidad del Padre Jofré, tomar al “loco” como infrahombre que no posé libertad (Definido por medicina), toma de cargo de los médicos de los “asilos” sustituyéndose también la iglesia por caridad; (2) El concepto de la fuerza de trabajo en la revolución industrial y la necesidad que surge de mantener a la población “sana” para generar, o mantener, la producción, ya que no se podía ya reemplazar una mano de obras por costos para el “sistema o empresa”, los movimientos obreros/sindicalistas, perdida de salud como perdida de “amar y trabajar”, , la rehabilitación psicosocial, etc.; (3) Formación de la OMS en post-II-guerra mundial, formación de la terapéutica química y su negociado farmacéutico, el psiquiatra como experto que perpetuaría un modelo económico, el sistema comunitario como perpetuador del sistema capitalista, aparición de CIE/DSM, etc., y finalmente, (4) el neoliberalismo con su necesidad de expansión de mercado, enmarcar la reivindicación de personas con “discapacidad” de la ayuda entrega la auto-ayuda basándose en definiciones que el mismo texto referenciaba como mal utilizadas por el sistema actual.
PARTE III (FINAL)
EliminarTodos los puntos, descritos, que me llamaron la atención, como también el del rol del enfermo, me hicieron eco, en el sentido de que es cierto, la psiquiatría es una “ciencia”, práctica y/o aplicada, que se enfoca en el bien del otro, pero ¿Se está logrando? ¿Habrá que “destruir lo viejo y construir algo nuevo” contrario y que remplace lo antiguo? Llegando a pensar la psiquiatría de la ciencia no lo logro, por tanto no es pura ciencia, sino ya hubiese rozado alguna verdad, pero tampoco es pura historia o actitud, porque si no el gremio hubiese tenido razones de peso para intervenir aun con el reinante estilo liberal. Es aquí donde, en mi ignorancia e ingenuidad me plante: ¿Si en vez de destruir, transformo y mezclo? De alguna manera “infantil” como el título de la canción de chancho en piedra “huevos revueltos”. Crear un concepto mixto, pero no una psiquiatría mixta de conceptos complementarios, si no de enfoques científico-humanista-social.
En lo personal, creo que se puede hacer, creo que se está haciendo, pero de manera inconsciente e iniciándose de manera microscópica, enseñándonos a fijarnos en la vida o biografía de la persona, haciéndonos entender que hay que buscar un fármaco con evidencia y más que tratar una patología ajustarlo al padecimiento/dolencia del paciente. Ahora la pregunta que me hago ¿Cómo llevarlo a una mirada más macroscópica? Mi respuesta, insisto desde mi ingenuidad e ignorancia, es en la comunidades, además, es en la influencia en lo política (polis) que debe actuar, en general, la medicina, exigiendo más presencia pera influir en este tipo de decisiones, donde un colegio médico, en tiempos de crisis (Ej.: pandemia) sea más considerado y escuchado, donde no hayan intereses políticos al momentos de elegir a un ministro, entre otras ideas. Todo esto último, apoyado del saber científico e historio que la psiquiatría a acumulado en sus bibliotecas.
Es impresionante Diego, ver como la Psiquiatría ha surgido, más como una necesidad de obedecer a los estándares de producción del sistema capitalista, carentes de mano de obra. Como una solidaridad aparente está tan fuertemente influenciada por intereses Capitales.
EliminarResulta ser casi aplastante ver los sentidos que antes parecían escondidos. Cito textual:
"El concepto de la fuerza de trabajo en la revolución industrial y la necesidad que surge de mantener a la población “sana” para generar, o mantener, la producción, ya que no se podía ya reemplazar una mano de obras por costos para el “sistema o empresa” ".
Ahora la pregunta es, dónde y qué estamos haciendo?
Me parece muy adecuado e interesante contextualizarnos en los hechos históricos que han influido en la psiquiatría para que sea lo que es hoy en día.
ResponderEliminarComo comenté más arriba a Paulina, también me llamó la atención el hecho que el dr. Fernández exponga que la psiquiatría no es una ciencia. Y tiene razón, ya que el fin de la psiquiatría es bienestar social. Lamentablemente hay momentos en los que olvidamos eso y caemos en el diagnóstico y tratamiento rápido que caracteriza a la medicina hoy en día.
Leer como evolucionaron los hospitales psiquiátricos, siendo en un principio prácticamente casas de acogida hasta que los médicos comenzaron a tomar un papel fundamental, también hace pensar respecto a nuestro rol frente al paciente psiquiátrico. No podemos olvidar que nuestra función es contener, ayudar y no juzgar.
Y con el comentario anterior quiero hacer hincapié en la historia de Josef Fritzl, que bien comenta el dr. Fernández en el libro. No toda persona con comportamientos no adecuados para la sociedad corresponde a alguien que sufra una patología psiquiátrica. Por lo tanto, concuerdo con la nota titulada "no hay maldad". El "paciente psiquiátrico" no tiene un manejo adecuado de la realidad (tomando como ejemplo el caso de Josef), por lo tanto no sólo por tener conductas que no coinciden con lo socialmente aceptado, podemos apuntar y diagnosticar a cualquier persona.
Refiriéndome a otro punto, quiero hablar del gran desarrollo que ha tenido la empresa farmacéutica. Es el boom de los antidepresivos, ansiolíticos y psicoestimulantes. Esto no debe hacernos perder el norte sobre qué es lo adecuado para nuestros pacientes. La psiquiatría si bien se beneficia del uso de medicamentos, debemos ser cautos en su administración. Como comenté más arriba, no es una ciencia exacta, por lo tanto se debe considerar el contexto personal de cada paciente.
Me recuerda a la historia de una paciente adolescente de 18 años, a quien yo atendí desde los 16. Desde los 12 años había sido diagnosticada con trastorno ansioso y era dependiente a benzodiacepinas. No había recibido terapia psicológica adecuada, ya que fue más fácil para ella, sus padres y tratante previo manejar el cuadro con "una pastilla mágica". Lograr un manejo adecuado de sus emociones y suspender el uso de clonazepam requirió de mucho trabajo en conjunto con psicólogo hasta que finalmente lo logró. Muchos de los pacientes y sus familiares creen que la atención con psiquiatra es útil sólo para medicar. Una de mis metas como becada de psiquiatría infantojuvenil es lograr el apoyo necesario para mis pacientes y evitar la polifarmacia y medicación a menos que esta sea necesaria.
Antes que todo, agradecer la posibilidad de acceder a este texto y video.
ResponderEliminarDe alguna manera, sirve darnos cuenta que tenemos puntos ciegos, que tenemos un historia, y que a veces estamos inmerso en un sistema del cual no nos hemos detenido seriamente a analizar.
Recuerdo que desde chico, antes de estudiar medicina, mi padre me incitaba a estudiar la carrera, principalmente por el bien social y la ayuda que podría prestar a mis futuros pacientes.
Y sin cuestionar mucho esa sentencia, fue una sentencia que se repetía en el colectivo de la gente, y en un ideal propio también compartido.
Me asombro de cada día más, de lo que voy descubriendo en esta especialidad. Que por lo demás, considero sumamente peculiar y distinta a las demás. EL hecho de poder tener estas instancias de análisis y reflexión, nos permite ya no solamente ver el panorama de una manera monofocal, sin que se comienzan a abrir de a poco los otros focos que también forman la estructura del escenario, pero que eran unos focos inadvertidos.
Creo que este libro me ha ayudado, a ir descubriendo otros focos.
Nunca pensé que esa aseveración tan linda que en algún momento me impulsó a albergar la idea de estudiar medicina, pudiera ser una cara que implicara otras distintas.
Impresionante como el autor va narrando y exponiendo exquisitamente cada capítulo, y como va desarrollando y argumentando una idea tan potente e encubierta de como un sistema político social como capitalismo ha estado permeabilizando sin si quiera dar luces tan evidentes, nuestra sociedad y nuestro sistema de salud, y más específicamente la salud emocional de nuestros pacientes, junto a ello a nosotros los prestadores de la salud.
Hemos sido parte de este sistema que ha difundido un marketing de box a box, de paciente a paciente en el aspecto farmacológico. Hemos avalado y dando nuestra aceptación a la prescripción médica, sin si quiera detenernos a pensar en las raíces de nuestro quehacer.
Creo encontrarnos en una especie de paradoja, siendo impulsores de dar salud, pero a la vez de una manera casi ambivalente pero sin haber sido previamente perceptible, fomentando la antisalud, fomentando un consumo que se basa en la Pastillología. En la generación de categorizaciones patológicas, quizá donde no las hay, en la ayuda oportuna a sujetos que creemos necesitados de un sistema salubre, pero sin mediar ni sin tener la multifocalidad para apreciar que realmente podríamos estar siendo parte de los venderos de la industria farmacéutica.
Me gustaría compartir una experiencia, que en su momento no entendí, pero hoy, ahora, mirando retrospectivamente, con un foco más multifocal, puedo comenzar a entender.
Recuerdo una vez que trabajaba en APS, y fuimos los médicos de ese entonces, sumamente presionados por los directivos de aquel establecimiento, para comenzar a diagnosticar mayor cantidad de patologías de las que lavábamos diagnosticadas. El motivo era que habían metas monetarias que cumplir de acuerdo a la cantidad de diagnósticos que se hicieran.
Resulta triste ver, como podemos irónicamente ser parte de un sistema que brinde antisalud, y con ello creo que de alguna manera, al ser conscientes de cuestiones que previamente nos comprendíamos, se nos hace un llamado a la acción social, a la movilización de ideas, al actuar coordinado, y al hacer cambios cuando sea debido.
El lente que inicialmente parecía empañado, comienza lentamente a evaporar esas nubosidades de vapor...
Al igual que mis compañeros considero que el libro tiene una mirada bastante controversial, desde su inicio en donde se refiere a la psiquiatría como una tecnología y no una ciencia generadora de conocimiento me genera cierto rechazo pero a medida que se avanza y se leen sus argumentos genera una instancia de reflexión aún cuando no comparto esta mirada. En lo personal me lleva a un tema cotidiano el área médica en donde se suele ver a la psiquiatría como una especialidad con menos valor que otras basadas en lo "cientifico y biológico", sin embargo para los que la estudiamos y ejercemos nos gusta defender su relación orgánica e importancia en la ciencia planteando a la persona como una unidad y no separando mente y cuerpo por especialidad. Sigue siendo interesante el cómo el desarrollo histórico va generando cambios en la psiquiatría y en la medicina general, cambios sociales y culturales que no son inherentes a nuestra labor en salud por lo que siempre estaremos en la lucha de ser parte del sistema, tener autonomía en nuestra forma de ejercer la medicina consciente y cuestionar críticamente las exigencias de la sociedad.
ResponderEliminarEste libro me pareció un texto muy crítico, uno que pone en duda los fundamentos de la psiquiatría como disciplina científica. Y ya que el autor invita a pensar críticamente sobre la psiquiatría y su papel en la sociedad, no pude evitar pensar en la realidad de nuestros países en Latinoamérica.
ResponderEliminarEn América Latina, la realidad de los profesionales de la salud mental es muy diferente a la de los países desarrollados. Muchos de nosotros, en Centroamérica, por ejemplo, no tenemos acceso a los mismos recursos y medicamentos que en países desarrollados, lo que hace que sea más difícil abordar a los pacientes con una enfermedad mental grave. Lo anterior me hace recordar mi tiempo como médico general y la frustración de tener frente a mí a niños y adolescentes con patologías de salud mental complejas que, debido a la mala gestión de nuestro gobierno, no tenían acceso a atenciones especializadas. Muchas veces me daba la sensación de que los padres de estos pacientes asumían un sentimiento de desesperanza y una idea de que "es lo que les tocó vivir".
El autor tiene mucha razón al decir que la psiquiatría está fuertemente influenciada por las estructuras políticas y que las decisiones sobre quién es diagnosticado con una enfermedad mental y cómo debe ser tratado están influenciadas por los intereses económicos y políticos de las instituciones que controlan la psiquiatría.
Al leer el libro me transporte a los inicios de mi vida laboral, como hacerlo en Hospital Psiquiátrico El Peral, donde existían casos de los que habla el autor: personas hospitalizadas, fueron trasladadas de un lugar llamado hospicio, lugar que alojaba a los que no contaban con una vivienda, redes, los que estaban en situación de calle,en fin los más desvalidos de la sociedad, luego fueron trasladados e institucionalizados en el Peral. Muchos de ello hospitalizados en pabellón 7, donde se encontraban "los más peligrosos"
ResponderEliminarDespués de muchos años, estas personas peligrosas salieron a la comunidad, a tratar de hacer una vida en esta sociedad, estigmatizadora, con nuestros pacientes,.y aún siguen tratando de ganar espacios, que poco a poco los están siguiendo
Lo otro que me llamo la atención, es que el autor describe la psiquiatría como una tecnología , y sí concuerdo con ello, que es un bien social. Cuando llegan nuestros pacientes y sus familias necesitando ser escuchados y que le entreguemos una respuesta, aunque no sea una solución inmediata, el hecho de que se sientan escuchados y comprendidos, para ellos es muy valioso, se sienten respetados, dignos y sobre todo valorados. Siento que debemos humanizar la salud en todas sus especialidades. Como dice nuestro compañero Héctor ¿Tenemos algún poder para lograr un cambio? si tenemos poder, siento que los que trabajamos en psiquiatría vamos unos pasos más adelante que el resto, porque sabemos escuchar, sabemos los nombres de nuestros pacientes (Hospitalizados) no son sólo un numero, sabemos como se llama su madre, sus hijos, sus mascotas, no tan solo sus síntomas. y que valioso es para ellos es esto.
Siento que el libro fue una apertura de mente enorme para poder ajustar las tuecnas sobre lo que consideraba un buen sistema de salud. Es cierto que toca diversas temáticas y áreas, pero creo que una de las cosas mas importantes de las que habla es de como finalmente, nosotros mismos, hemos ido construyendo, y hemos permitido que el sitema económico, político y social influya de principio a fin en lo que es la concepció del concepto de salud, y en la forma en la que tratamos las enfermedades.
ResponderEliminarComo dijo hipócrates "primum non nocere", lo primero es no hacer daño. Creo que es una buena forma de poder resumir en una linea el concepto de las ideas del libro. Si bien es importante comprender que existe un componente social, histórico, personal, influenciado también por el mercado y que nos dice sobre lo que debemos hacer y no hacer. Que exísten guías clínicas que en teoría nos dicen que es lo mejor y que no es lo mejor para el paciente, debemos antes que todo volver a lo básico. Antes de hacer cualquier diagnóstico o dejar cualquier tratamiento, quizás debamos preguntarnos del riesgo beneficio de lo que estamos haciendo como médico, y tratar de entregar la solución mas adecuada. Como médicos, nos encargamos de la salud de los pacientes, y eso no pasa por dejar medicamentos. Eso es solo una parte de todo nuestro trabajo. Que de hecho, es irrelevante si es que preescribimos un medicamento en alguien que no tiene el contexto como para poder realmente tener una adherencia. La utopía de generar una medicína mecánica, sobre un diagnóstico, un tratamiento farmacológico, y repetir el proceso, es algo no solo inadecuado, sino también ridículo e irresponsable.
Dentro de mi experiencia personal, me ha ocurrido que muchos pacientes me han preguntado. Tras estar mucho tiempo en tratamientos de salud mental por ejemplo, o cuando llevan mas de 10-20 años con fármacos, y me dicen "Dr, y realmente cuál es mi diagnóstico?, usted cree que yo me pueda recuperar?, algún día podré dejar de usar los medicamentos para poder funcionar bien?". Y si indagamos un poco en estos pacientes, ocurre que en varias ocasiones, existe una confusión, una idea fantasiosa de que tienen un diagnóstico lapidario, incurable que es de por vida y que los incapacita para siempre. Cuando en realidad puede ser que incluso su diagnóstico ni siquiera haya sido tan certero en primera instancia, o incluso necesario. La sociedad ha moldeado la saluda para que el mismo paciente y el mismo médico, necesite de un diagnóstico, necesite encasillar al pciente en un lugar, para que ambos se sientan cómodos poniendole un nombre patológico a lo que ocurre, para así poder preescribir un fármaco. Y que pasa si lo que le ocurre al paciente es normal? Que pasa si el paciente confunde su tristeza normal, lógica y esperable, como una depresión, y siente que nunca se recupera, y que debe tomar fármacos de por vida?, qué pasa cuando una persona que podría haberse mejorado de una vez por todas de su síndróme metabólico con dieta y ejercicio, decide en cambio, no realizar los cambios de hábitos, y solo tomar metformina?. Pasa que nos hacemos esclavos del diagnóstico, y así esclavos en espiral, de un sistema que actualmente quiere que te mejores, pero a la vez, también de una manera curiosa, te lo impide. Y eso hace que en cierta forma todo esto sea "loco". no?
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ResponderEliminarLa frase que sostiene que la psiquiatría no es una ciencia debido a que su objetivo es la salud, mientras que la ciencia busca producir conocimiento, plantea una interesante dicotomía. La psiquiatría, al ejecutarse como constructora de bien social, se adentra en el terreno de la terapia cognitivo-conductual. Sin embargo, esta puede verse afectada por sesgos negativos, apreciaciones falsas del entorno y predicciones poco funcionales.
ResponderEliminarLa dicotomía entre salud mental y psiquiatría se torna caprichosa, vinculando la diferenciación a la urbanización y la protección de personas con trastornos mentales en núcleos urbanos. La calidad de vida parece ser mejor en entornos rurales para quienes padecen trastornos psicóticos.
Históricamente, la psiquiatría se ha adaptado a demandas sociales, como la iniciativa del Padre Jofre y las instituciones de la iglesia que compartían arquitectura con ella. La definición de enfermedad mental es producto de la sociedad en un momento histórico dado. La catalogación de condiciones como enfermedades y la percepción de enfermo conlleva eximir ciertas responsabilidades sociales y establecer la necesidad de ayuda.
Los encargos a la psiquiatría a lo largo del tiempo revelan una conexión entre la atención de salud mental y la preservación de la fuerza de trabajo cualificada. La atención se volcó en restituir la capacidad de amar y trabajar, contribuyendo indirectamente a mantener la funcionalidad del sistema capitalista de la época. Esta perspectiva utilitaria resalta que la atención de salud mental no solo se orienta a ayudar al individuo, sino a mantener el funcionamiento de la maquinaria social.
La búsqueda de remedios específicos para cuadros bien definidos ha tenido desafíos, y los programas de rehabilitación han centrado sus esfuerzos en la recuperación de la capacidad laboral. Sin embargo, la atención se ha desviado hacia la gestión del malestar como un mercado, influido por la necesidad capitalista de expansión y crecimiento.
La atención de la salud mental ha asumido un papel central, pero la desvalorización de otras formas de atención, como la psicología, refleja una preferencia arraigada en la sociedad actual. La búsqueda de soluciones rápidas, como los psicofármacos, ha eclipsado en muchos casos el valor de abordajes más complejos y contextualizados.
La eliminación de mecanismos de protección colectiva en pos de la autonomía y la gestión clínica destaca una perspectiva que prioriza la libertad individual sobre la solidaridad. Este enfoque, aunque aparentemente progresista, puede cuestionarse desde la mirada de cómo impacta en la cohesión social y la equidad.
En conclusión, la psiquiatría, lejos de ser una ciencia pura, se entrelaza con las demandas y valores de la sociedad en cada época. Reconocer estas conexiones permite reflexionar sobre la necesidad de cambios en los paradigmas de salud mental, buscando un equilibrio entre las demandas individuales y la solidaridad colectiva.
Leer este documento brinda la oportunidad de reflexionar sobre la imperante necesidad de implementar cambios reales. Resulta innegable que existen considerables obstáculos que dificultan su materialización. El simple hecho de ser conscientes de esto podría permitirnos adoptar posiciones distintas ante los desafíos, marcando un cambio significativo en la actitud actual y en la forma en que comprendemos y nos relacionamos con los demás.
Encuentro fascinante y relevante para nuestras responsabilidades actuales en psiquiatría poder abarcar toda la historia y los conceptos analizados en la lectura. Esto nos proporciona una perspectiva más amplia de lo que enfrentamos diariamente en el campo de la salud mental.
ResponderEliminarSe destaca claramente en la lectura los desafíos que enfrenta la Psiquiatría y cómo se ve influenciada por un sistema político-económico. La historia revela cómo esta especialidad surgió cómo respuesta a una necesidad social, inicialmente encargándose de lo que otros rechazaron. Observar la evolución de los hospitales psiquiátricos, desde ser refugios hasta que los médicos asumieron un papel crucial, nos lleva a reflexionar sobre nuestro rol comunitario frente a los pacientes psiquiátricos. Es esencial recordar que nuestra tarea es brindar atención integral, ofrecer apoyo y proporcionar herramientas para la recuperación y reinserción social de los usuarios.
Entiendo la importancia de comprender la función de cada uno de estos roles. Coincido con el autor en la necesidad de reflexionar sobre estos temas, mantener una postura crítica y reconocer tanto nuestros éxitos como las prácticas que hemos continuado. Considero que este curso nos ofrece esperanzas y la posibilidad de avanzar hacia un modelo solidario, empático y respetuoso para nuestros usuarios.
Primero que todo, es importante destacar lo necesario que se hace esta lectura para poder entender, de una vez por todas, cómo es que la psiquiatría (y la salud en general) no es un sistema alejado de la realidad contextual o contingente de la que todos somos parte. Muchas veces, durante el pregrado, se me hacía difícil entender que la psiquiatría tuviese que responder farmacológicamente a necesidades que parecían venir de un sistema neoliberal que provocaba malestares y no de “patologías” como uno acostumbra a ver durante la formación en las otras especialidades. En su libro "Locura de la Psiquiatría", Alberto Fernández plantea desde el inicio una crítica importante al considerar que la psiquiatría no es una ciencia en el sentido tradicional, con argumentos y reflexiones tan contundentes que es difícil no apoyar esta idea. El hecho de que se considere como una tecnología que lo que persigue es el bien social como objeto a través de criterios de eficacia y utilidad, más la subjetividad inherente de las personas, la subjetividad de los diagnósticos y tratamientos, contrastado con la necesidad de generar conocimiento, hace imposible no estar de acuerdo. Solo partiendo con esta provocadora perspectiva me lleva a un cuestionamiento que es esencial para entender mejor el papel de la psiquiatría en nuestra sociedad y sus implicancias, especialmente dentro del ámbito de nuestra formación en psiquiatría comunitaria.
ResponderEliminarAdemás de cuestionar su estatus como ciencia, este libro nos demuestra que no solo se trata de una crítica a la psiquiatría “clásica” sino que, también, de entregar una justificación a la historia y como es que se han dado las líneas de acción de la psiquiatría a lo largo de esta para poder responder a cosas que son de una mayor magnitud (como los cuatro encargos). No se debe demonizar el pasado porque el contexto histórico y material era diferente, por lo tanto, sus determinantes también y aquí, con un análisis claro, nos da un potente ejemplo de esta consideración. Pero es importante conocer lo que ha influido en la historia y es así como se llega a que actualmente, la psiquiatría comunitaria esté centrada en que entiende que la salud mental es un fenómeno profundamente arraigado en la comunidad y que, por lo tanto, los encargos de la sociedad a la psiquiatría no deben limitarse al tratamiento de enfermedades mentales individuales, sino también a la promoción del bienestar colectivo para poder apuntar realmente al beneficio social que la psiquiatría clásica no ha perseguido, fortaleciendo el tejido social, promoviendo la salud mental y abogando por una sociedad más justa y equitativa.
En "Locura de la Psiquiatría", nos ofrece una visión más crítica y reflexiva con respecto a la práctica de nuestra psiquiatría, intentando mirar más allá de encerrar los trastornos mentales en síntomas y diagnósticos, y evaluar a las personas en su totalidad, incluyendo su contexto social, cultural y personal; buscando mejorar la calidad de atención y del cuidado de quienes confían en nuestra labor, y también empodera a los pacientes a tener una participación activa en su propio proceso de recuperación, promoviendo intervenciones más efectivas y significativas.
ResponderEliminarEs interesante como el Dr Fernández muestra cómo el modelo biomédico en la psiquiatría tiende a simplificar los problemas de salud mental, que reduce estos trastornos a desequilibrios químicos o alteraciones biológicas, sin negar que ha traído avances importantes, pero dejando de lado lo complejo que es un ser humano y la experiencia que viven. Nuestra área trabaja con problemas que consideran factores psicológicos, sociales y culturales, por lo que limitar una intervención sólo a un área como farmacológico puede ser insuficiente, incluso perjudical. Como dice en la charla, evaluar bajo un modelo científico los trastornos mentales, trae sesgos que vienen con nuestra forma de ser, por el hecho de ser seres complejos. Es interesante como usa el término de ciencia y como indica que la psiquiatría en sí no es una ciencia, porque no es posible incluirla en ese término tan estricto.
Me quedo con lo positivo de lo que se intenta hacer ver, evaluar y enfrentar a los pacientes considerando este individuo complejo, con su contexto, su ambiente, sus relaciones, sus creencias, etc, considerando su opinión e invitarlo a hacer partícipe de su propio tratamiento, que sepa lo importante que es la propia persona dentro de todo el proceso terapéutico, y que es un trabajo en conjunto entre el equipo, el paciente y su ambiente.