TRABAJO OBLIGATORIO DEL 18 AL 31 DE JULIO: DESARROLLO Y APORTE DE LA HISTORIOGRAFÍA CRÍTICA DE LA PSIQUIATRIA EN ESPAÑA, EN VOZ DE RAFAEL HUERTAS
Rafael Huertas García-Alejo (Madrid, 1956), doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), es Investigador Científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y Profesor Asociado de Historia de la Ciencia en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Es, en la actualidad, Jefe del Departamento de Historia de la Ciencia del Centro de Estudios Históricos del CSIC. Ha desarrollado investigaciones y dirigido proyectos de investigación sobre Historia de la Psiquiatría y de la Salud pública, así como sobre aspectos teóricos y metodológicos de la Salud. Ha sido profesor invitado en diversas universidades e institutos de investigación extranjeros y es autor de más de un centenar de trabajos en revistas españolas e internacionales.
- Lea el artículo de Rafael Huertas En torno a la construcción social de la locura: Ian Hacking y la historia cultural de la psiquiatría.
- Lea la Entrevista a Rafael Huertas en la Revista de la AEN, entrando por AQUI.
- Lea la entrevista a Rafael Huertas en la Revista SALTOS: La historia no sin política
- Vea la clase de Rafael Huertas sobre la Historia de la Locura y de la Psiquiatría, entrando por AQUI.
- Participe en los Comentarios del Blog hasta el sábado 29 de julio
- Participe en la discusión sincrónica del lunes 31 de julio
Hay una frase muy interesante que quise plasmar de la presentación del Dr Rafael Huertas: el estudio histórico del enajenado se debe llevar a cabo teniendo siempre en cuenta el clima emocional e intelectual que prevaleció en cada periodo, los factores sociales, políticos e ideológicos que han influido en la teoría y en la práctica psiquiátrica, y el grado en que los problemas cruciales, como el definir la locura y separarla de la cordura se han formulado en contextos organizados según dimensiones morales, teológicas, legislativas y sociales más que en términos médicos (George Rosen).
ResponderEliminarConsiderando esto y lo que hemos leído de las clases anteriores, no es difícil imaginar la cantidad de atrocidades que pudieron haberse permitido siglos anteriores (como el diagnóstico de Drapetomanía mencionado en el texto), y cómo el contexto político-social marcó al rojo vivo grandes cicatrices que son difíciles obviar. Bajo ese punto es válido cuestionarse ¿estaremos haciendo lo mismo, sesgados por el contexto actual que no nos permite ver atrocidades que serán mencionadas en los textos históricos futuros?
Hasta ahora hemos conocido probablemente una pincelada de lo que ha sido la evolución del término locura, y cómo se ha ido moldeando hasta llegar a lo que actualmente vemos, influenciado de forma inherente a las normas culturales, creencias, valores y estructuras de poder que rigen en la actualidad. Entonces quizás, poniendo atención a la construcción social de cómo se realizan los diagnósticos de las enfermedades mentales se podría ampliar el enfoque y ser capaz de comprender la complejidad de la salud mental y los estigmas que se pueden generar con el simple hecho de escribir una etiqueta en una persona.
Recuerdo un caso que vi en APS hace unos años, venía una mujer solicitando ingresar a controles con psicología, no había antecedentes en las fichas, por lo que debía recabar información para enviar su caso al programa. La paciente comenzó a describir sintomatología principalmente ansiosa, pero al momento de intentar abordar las posibles causas notaba una constante reticencia a responder. Finalmente me comenta conductas agresivas de su esposo, hacia ella y sus hijos. Conversé la situación con el equipo y realizamos una denuncia para que se siguiera el caso desde diferentes áreas. Su esposo solicitó específicamente una hora de control conmigo a la semana siguiente, se sentó con una conducta hostil, y de forma agresiva comenzó a cuestionarme, sin siquiera yo haber dicho una palabra. Traté de calmarlo, pero su actitud defensiva y confrontacional dificultaron poder generar una conversación, al final de la cita me dijo: “yo sé que usted me está juzgando por lo que mi esposa dijo, pero ella es esquizofrénica, me ha hecho esto tantas veces antes”. Con esa frase realizó un movimiento inesperado, se había comportado tal cual su esposa lo había definido, pero ¿estaría efectivamente así por la significancia de tener que pasar por procesos judiciales repetidos, sin ser culpable, en contexto de quizás algún delirio de su esposa, o estaría utilizando la “etiqueta” de salud mental para desestimar inmediatamente cualquier acusación en su contra? Estábamos frente a una situación difícil, y recuerdo haber escuchado de parte de funcionarios algo como: “ah, entonces ella inventó todo”.
Parte II: La denuncia estaba realizada, pero se asentó efectivamente la duda, ¿solo por presentar un diagnóstico psiquiátrico perdía inmediatamente credibilidad la paciente? Realizando intervenciones multidisciplinarias las asistentes sociales se consiguieron el número de una hija mayor que no vivía con ellos, lograron contactarla, pero nuevamente se encontraron con respuestas evasivas, ella también parecía tener miedo, no obstante al final de la llamada sentenció: “yo me fui de la casa porque mi papá me echó, él sabía que yo podía denunciarlo”.
EliminarMe fui del CESFAM antes de saber qué sucedió con la parte judicial de su caso, sin embargo, durante mucho tiempo me llamó la atención lo fácil que fue para el esposo romper la credibilidad de una persona utilizando a su favor la etiqueta que hoy en día se usa para un diagnóstico psiquiátrico. Y si no somos capaces de salir de nuestros propios prejuicios, nosotros, quienes trabajamos de forma directa en esto, cómo podemos promover en el resto de la población una mirada empática, compasiva e inclusiva respecto las personas con un diagnóstico de salud mental. Quiero creer que poder acercarse a este lado de la psiquiatría, conocer el otro lado de la moneda, podría comenzar a desestructurar todas esas formas de discriminación que inconscientemente se han ido construyendo en el incosciente. Hace unos días escuchaba un Podcast de estigmas en salud mental donde una doctora en España comentaba “en el diario escribieron un título que decía: esquizofrénico mata a una persona”, y luego hacía la reflexión respecto a lo estigmatizante de la forma en que se redactaba esa noticia, “cuando suceden este tipo de cosas no ponen diabético mata, o hipertenso mata, es sólo en este contexto que se aprovecha la etiqueta para generar mayor conmoción”. Y claro, es cierto y sabemos que los medios de comunicación utilizan este tipo de títulos sensacionalistas para atraer más público, pero, sin comprender quizás que siguen perpetuando prejuicios en una comunidad de personas que ya tiene la idea sesgada y sobrevalorada del poder que subyace al alero diagnóstico psiquiátrico.
Me hace mucho sentido y concuerdo con tu visión Ignacio, ya que como mencionas muy bien y creo es uno de los mensajes claves de las lecturas de esta sesión es efectivamente siempre tener presente la visión de sociedad, clima político, económico y otras series de variables en determinados momentos de la historia que fueron moldeando el concepto de locura. Ahora si bien esto nos sirve para entender y aprender como se ha ido forjando el camino no tan largo de esta especialidad, rol muy importante de la Historia como nos muestra el autor, como bien mencionas esto no dejar de ser igual o más importante incluso en nuestro presente y diario actuar, ya que también se ha ido construyendo una visión de la locura y por lo tanto, la teoría y la practica psiquiátrica en la cual nos tocara desenvolvernos y ser parte de esta.
EliminarEl ejemplo de tu experiencia profesional que pones lo encontré muy acorde ya que es una buena manera de plasmar el cómo el simple hecho de un diagnóstico, pero con la connotación que aún tiene que sea de índole psiquiátrico, puede no solo afectar la visión que tiene el resto de una persona, sino de incluso de nosotros mismos como profesionales, por lo que es muy importante el ser honestos y tener claro estos prejuicios para así tener una mirada más empática, humana y cálida como sociedad de la locura.
Estimado ignacio concuerdo contigo con el estigma que se le hace a los pacientes con diagnósticos psiquiátricos, estos se también en algunos servicios de salud que los relegan al último lugar para su atención de morbilidad. Ante esto no sólo se requiere rehabilitar al paciente sino que al resto de la sociedad para que incluya y comprenda mejor a las personas que padecen estos trastornos.
EliminarEl ejemplo que tu pusiste se ve con frecuencia, lo que yo he visto hasta el momento son parejas con agresiones mutuas en los cuales ambos tienen alteraciones mentales.
Gracias por compartir tu experiencia Ignacio, lamentablemente el estigma de los trastornos psiquiatricos esta presente en todos los niveles, incluso a nivel institucional en los centros de salud de parte de los propios funcionarios, etiquetando como el "paciente de salud mental" y por lo tanto desestimando las consultas o peticiones de ayuda. Y tambien a nivel del propio paciente, el autoestigma, donde el paciente al ser conciente de esto evitara consultar por miedo a ser etiquetado o discriminado. En el caso de la paciente, pese a todas las barreras que relatas que bueno que se detectó y realizó de forma oportuna la denuncia.
EliminarEs super complejo el caso de la paciente que describes Ignacio, y creo que justamente esos casos también es cuando entra en juega el aspecto comunitario de lo que estudiamos, de la psiquiatría. La enfermedad, la locura, o la etiqueta que queramos ponerle, al fin y al cabo es algo que no afecta solo al paciente, sino que impacta de manera directa en todo su entorno. Claro, es posible que el esposo haya estado complicado y molesto por la situación reiterada de estas "mentiras inventadas por la esposa", o quizás el abusaba del supuesto diagnóstico, para enmascarar una violencia real. O quizás ni lo uno ni lo otro. Pero innegablemente, todos estamos interrelacionados, y como profesionales es importante que tengamos un enfoque comunitario en nuestros pacientes, para justamente poder entender estas dimensiones familiares de una forma mas amplia. Muchas veces nos quedamos con la visión del paciente. Que es la verdad que visualiza con sus ojos, pero que puede ser distinta a la verdad que otra persona también ve con sus ojos, habiendo varias verdades que coexisten al mismo tiempo
EliminarPARTE II
EliminarAhora en relacion a lo que se plantea si bien concuerdo con que es lamentable la situacion de estigmatizacion de la sociedad hacia los usuarios con trastornos mentales graves, y esto se puede entender viendo los textos que pudimos leer, tambien seria interesante poder reflexionar en la linea de como nosotros como agentes de salud mental quizas tambien aportamos en mantener este estigma, y tambien acerca de la que las condiciones socio economicas adeversas y que como plentea el autor muchas veces nos hacen tan proclives a ser "candidatos a la psiquiatria" tambien deberia ser considerado como un factor mas a reflexionar como componente importante en lo que se ha discutido anteriormente por mis compañeros en relacion a la construccion social de los diagnosticos.
Me pareció muy interesante y hasta en momentos diría, develadora de cierta manera las lecturas de esta sesión sobre los puntos de vista que plantea el autor. Primero, ya que, de manera muy personal y honesta, debo decir que desde pequeño en el colegio nunca me hizo sentido o me “gusto” la historia en si y siempre la abordada como un medio para lograr otros fines académicos, recurriendo a la memoria a corto plazo como estudio, sin detenerme a una mayor profundización en esta, ni pensar en su utilidad en mi formación, ni mucho menos en tener una visión crítica e interpretativa de esta en la que es mi actual profesión. Y es que en base a esto y durante mi inicio en la formación como Psiquiatría y con el desarrollo de otros cursos y sobre todo de este y del tema actual de esta sesión es que he podido irme reencantado con la historia y resonando con lo que plantea el autor sobre todo con relación a la de la historia de la medicina, la salud y la Psiquiatría, para poder entender el origen y desarrollo de las patologías en salud mental y sobre todo de la locura que es lo que se plantea en esta sesión. Respecto a esto me hizo mucho sentido lo que se menciona acerca de como que la medicina, el derecho y la teología han sido las tres grandes “disciplinas de la norma”, ya que “dicen lo que es normal y lo que no lo es” y con relación a esto y el punto de vista que plantea como que “muchos comportamientos sociales que de alguna manera atentaban contra el buen burgués del momento podían ser gracias a la medicina y la psiquiatría, patologizados y situados fuera de la norma mediante un discurso científico”. Esto luego de comenzar a desarrollar la teoría que planteaba el autor que se analiza en una de las lecturas sobre las “enfermedades mentales transitorias”. Y esto lo entendí creo como algo más allá del simple hecho de ver enfermedades que antes existían y ahora no, sino para poder entender y comprender el contexto social y sobre todo político y económico que ha ido primando en las diferentes sociedades y tiempos en que ha ido ocurriendo la construcción social de la locura con sus diagnósticos predilectos o presentes en determinados momentos históricos para el entender por qué, sus orígenes y hasta quizás su “utilidad”.
ResponderEliminarUn ejemplo que me llamo mucho la atención fue el de la “dromomanía”, ya que, si bien hay un contexto histórico y militar en Europa que hace plausible la existencia de este trastorno, quizás con algunos “otros fines”, ya que como se plantea en el texto solo en Francia se reclutaba de manera obligatoria a los soldades y los médicos eran llamados a investigar a los desertores, en la actualidad a este hecho es algo tan normalizado, frecuentemente escuchado, y hasta valorado como “tomarse un año sabático para recorrer el mundo” poniéndole un stop a la vida de esa persona, o el gusto e interés por viajar como estilo de vida, algo que personalmente comparto y por eso es que me llamo la atención, como algo que paso de ser un trastorno ahora podría ser catalogado como estilo de vida y hasta compartido y aplaudido.
Y así el autor va y plantea múltiples ejemplos de diagnósticos a través de la historia, algunos que tuvieron una gran polémica como el de la histeria, o también uno que encontré muy curioso como el de la fascinación por las telas elegantes en Francia, que sirven para reflexionar con relación a este punto de vista de “enfermedades mentales transitorias” para poder ayudarnos a tener una visión hermenéutica y critica de la génesis y construcción social a través de la historia de la locura, siempre en determinado contexto social.
PARTE II
EliminarAhora un punto que de por si calo hondo en mi al leerlo de manera tan sucinta y explicita y que de hecho me sirvió como análisis con amigos médicos de otras áreas, es el hecho de que se plantea que si bien es necesario tener en cuenta los elementos culturales que permitieron la génesis de la psicosis y los trastornos mentales mas graves, en los que la “violencia del diagnóstico” y la estigmatización siguen formando parte del construir a la persona, es el momento actual de la sociedad de consumo el que indujo unas estrategias de deseo exigentes e insaciables que generan una inestabilidad psicológica, ansiedad, intolerancia al duelo, depresión y frustración que son tan característicos de la sociedad en las que nos toca trabajar como profesionales y en la que también estamos insertos. Y esto lo viví tantas veces durante mi trabajo en el programa de salud mental de APS, donde veía y me cuestionaba el componente biomédico fundamental, ya que “debía” ser diagnosticar y obviamente tratar con medicamentos, que es para lo que fuimos formados la mayor parte de nuestra carrera, pero en la mayoría de los usuarios de atención primaria, más allá de un componente biológico, el conjunto de factores psicosociales es el que prima, donde lamentablemente en pregrado creo nos quedamos cortos y al debe, sin mayores herramientas para poder abordarlos. Esto último no será solucionado con un “diagnostico psiquiátrico” ni menos creo la mayoría de las veces con fármacos, sino con una mirada mas amplia que solo podemos entender desde los orígenes de la locura y poder entender en su creación y concepto como constructo social a través de las diferentes sociedades y en el mismismo presente, lo cual es la invitación que nos hace estas lecturas.
Y como último punto en relación con lo anterior, algo que me hizo mucho sentido es que una buena manera de entender la locura en la sociedad actual, a mi parecer, es como se plantea al final de uno de los textos: “una vez instaurado el derecho a la felicidad como una exigencia irremplazable, cualquier fallo, lentitud o tropiezo del deseo nos vuelve pacientes de la psiquiatría con excesiva facilidad”. Esto si bien inicialmente puedo ser motivo de falta de esperanzas, me hace pensar que bueno que ya se plantea y se cuestiona esto al mencionar la locura como un constructo social que por lo tanto debe entenderse desde la sociedad misma en la que nos movemos, dejando de lado el reduccionismo biomédico y tener una visión interpretativa y critica de esta para poder abordarla y generar mejoras y cambios.
Comparto mucho tu apreciación respecto a tu experiencia atendiendo en salud mental en APS. Siempre creí que, considerando los 7 años que estudiamos como médicos, es tan pobre la formación que tenemos en salud mental durante el pregrado, que siento que no salimos debidamente preparados para hacer frente a la cantidad de problemas que aquejan a las personas en esta área. Si bien siempre me llamó la atención la salud mental, recién cuando comencé mis internados de atención primaria me dí cuenta de la verdadera magnitud de lo que significa el problema de la enfermedad mental en la población general.
EliminarEgresamos formados esencialmente como prescriptores de fármacos, listos para traducir todo el sufrimiento de la persona a unos cuantos síntomas que englobaremos bajo alguna entidad diagnóstica que nos permita justificar el recetar algún fármaco. Lo cual no digo que no tenga utilidad; pero el gran problema está cuando reducimos todo el sufrimiento de la persona a una mera alteración neuroquímica, dejando de lado todos los factores psicosociales que determinan su sufrimiento.
Todo esto me recuerda mucho al comentario del Profesor Fernández Liria respecto a los encargos de la Psiquiatría (que ya revisamos la sesión anterior). En particular, el encargo de restaurar la fuerza de trabajo, el permitir que la persona siga siendo funcional para producir. Deja de ser importante el trasfondo y las causas del sufrimiento del paciente, resaltando únicamente el síntoma que trataremos para devolverlo a su funcionamiento previo.
Por ello siento que son necesarios análisis como estos, en que nos cuestionamos los sustentos de nuestra práctica y el cómo atendemos en salud mental.
Si bine el profesor Fernández Liria hizo una buena reseña histórica de la psiquiatría, el profesor Huerta amplía y profundiza en historia de la psiquiatría, especialmente en el desarrollo de la psiquiatría francesa y española.
ResponderEliminarSu énfasis en esta publicación en esta publicación está puesta en la propuesta que hace el filósofo canadiense Ian Hacking sobre las "enfermedades transitorias" e "inventar y construir personas"
Ian Hacking, filósofo canadiense defensor del "realismo científico" según la cual las teorías científicas deben ser interpretadas como descripciones aproximadas a la verdadera realidad, es decir, describir las cosas tal como suceden y considerando las teorías como existentes. (Esto me hizo recordar la frase de Lavoisier "nada se crea, nada se destruye, todo se transforma)
Concuerdo que "las enfermedades transitorias" alguna de ellas desaparecen, pero otras entran en un periodo de latencia hasta una nueva crisis, esto lo veo en mi trabajo como médico donde hay períodos incluso días en que la mayorias de las consultas son por ansiedad, otros días por cuadros depresivo, otros por trastornos somatomorfos; lo mismo sucede con las enfermedades orgánica como dolor lumbar, de cuello y de hombro. Todo esto me hace pensar, que además, de lo sociocultural y geográfico influye el clima, por ejemplo en días húmedos y fríos aumentan las consultas por problemas osteoarticulares. Tampoco puedo dejar de pensar que personas con un mismo síntomas lo puede desencadenar tanto lo orgánico como lo mental o emocional o la sumatoria de estos.
En la entrevista al profesor Huerta, este manifiesta y desarrolla:
1.- Cómo llegó a interesarse por la historia de la medicina y la psiquiatría.
2.- Desarrolla el positivismo y como consecuencia de este el degeneracionismo, que en esa época estaba regulado por un triunvirato normativo (medicina, derecho y teología), quienes definían lo que era normal de lo anormal. En la teoría del degeneracionismo describe dos corrientes:
a.-Teológica(Morel) basada en el ángel caído y en el pecado original.
b.- Materialista (Magnan) basado en el positivismo y evolucionismo
Además, describe el degeneracionismo desde el punto de vista biológico y social.
3.- La historia de la medicina y psiquiatría en Francia y especialmente en España.
Concuerdo con el autor que la historia, tanto de la medicina como de la psiquiatría tiene que ser desarrollada por un equipo multidisciplinar y no sólo basado en fuentes médicas, sino también, en otra fuentes como la alimentación, la salubridad de las viviendas, las condiciones de seguridad, la convivencia, la cultura entre otras. Además, que la información no sólo debe venir de fuentes clínicas, sino que también de documentos administrativos, de prensa, de empresarios y agrupación de trabajadores. Por lo tanto, la historia de estas terapias debe hacerse de fuentes originales más que del pensamiento
4.- El profesor huerta opina que el historiador tiene un compromiso social y ético, es decir, con su trabajo y su honestidad.
Hola Hector! Concuerdo mucho con tu reflexion sobre el enfoque multidisciplinar de los abordajes psiquiatricos como queda expuesto en el autor rafael huerta. El comienzo de tu reacción me recuerda mucho a la visión positivista que decanta en un reduccionismo biológico de la profesión. Creo que el mantenernos en esta mirada de describir las cosas tal como suceden sin reflexion mayor, puede dejarnos caer en el poder cohercitivo del tratamiento moral exhibido por el autor en sus textos. Por lo que el poder también evaluar otras fuentes como la alimentación, la salubridad de las viviendas, las condiciones de seguridad, la convivencia, la cultura entre otras ayuda a no caer el lo predicho.
EliminarA raíz de las lecturas siento que la principal conclusión que puedo sacar es que toda práctica y teoría en el ámbito de la psiquiatría y la salud mental es, en esencia, política, y determinada por el trasfondo sociocultural en que estas nacen. En este sentido, nadie es imparcial respecto a los lineamientos y las cosmovisiones subyacentes al tipo de psiquiatría que practica. Por ello, siento que es necesario asumir una postura similar a lo que plantea el Profesor Rafael Huerta al referirse al concepto de “psiquiatría crítica”: no asumir todo como dogmas 100% verdaderos, ya instaurados y que no son susceptibles de someterse a debate y continua revisión; pues es precisamente gracias a esto que se van generando cambios sustanciales que nos lleven a una mejor comprensión de la salud y la enfermedad mental.
ResponderEliminarNo obstante, desde esta misma postura crítica puede surgir muchas veces una incómoda sensación de incertidumbre. Por ejemplo, durante mi rotación en el CDT de Psiquiatría he tenido la oportunidad de pasar con distintos tutores, y no deja de llamarme la atención lo mucho que cambia la forma de abordar al paciente, comprenderlo y diagnosticarlo según con qué Dr. O Dra. esté pasando. Y es que, a fin de cuentas, cada uno tiene su propio marco valórico y sus propios lineamientos ideológicos con respecto a la psiquiatría que quiere practicar. Por ello, siento que a veces cuesta sacar en limpio con qué deberíamos quedarnos: ¿Cuál es “la verdad”? ¿Qué es lo “más correcto”? Son preguntas que más de alguna vez me he realizado durante estos 2 meses.
Para terminar, siento que no hay una verdad absoluta. Más bien hay múltiples caminos, una variedad de explicaciones teóricas y diversas prácticas que se pueden utilizar para alcanzar nuestro objetivo: el bienestar de nuestros pacientes. Precisamente por esto, vuelvo a recalcar la importancia de estudiar todo lo que leemos desde una perspectiva crítica, situando cada conocimiento en base al contexto social y cultural en que nació, evidenciando los determinantes que operaban de fondo a la hora de formularse dichas teorías, etc. Con el objetivo final de formar nuestra propia opinión (evitando solamente asimilar contenidos sin mayor cuestionamiento) con respecto a lo que es la Psiquiatría y la Salud Mental, y cómo deben llevarse a cabo como disciplinas.
Hola nico! comparto tu opinión con respecto a la importancia de la política en el abordaje de las enfermedades mentales, y como ha sido importante en el desarrollo de las distintas políticas públicas que apuntan a la promoción, prevención, tratamiento, rehabilitación de las personas con trastornos mentales. Es importante destacar para mí como Rafael Huertas sostiene que Hacking sostiene que los trastornos mentales son "construcciones" sociales y culturales que varían a lo largo del tiempo y en diferentes contextos y como implica que la forma en que se diagnostican y tratan las enfermedades mentales pueden influir en la experiencia y la identidad de las personas afectadas. Al igual que tú, he visto las distintas formas de abordar a los pacientes de los diferentes tutores y su respectivo marco valórico, y al plantearse con que uno se queda o que es lo correcto, creo, que dependerá de como construyamos nuestra realidad como futuros especialistas tanto con la experiencia del pregrado, trabajo y las distintas pasadas que tengamos en la beca, que hará que nos formemos una realidad en un futuro quehacer como Psiquiatras
Eliminarsaludos
Muy de acuerdo contigo Nicolás, respecto a adoptar una visión critica de la psiquiatría. Como planteaba Humberto Maturana, todo lo dicho ha sido dicho por alguien, entonces no deberiamos asumir de manera dogmática y absoluta los conocimientos ya instaurados, si no al revés, analizarlos y cuestionarlos, de una manera constructiva, y entender que son conceptos dinámicos que van cambiando a medida que su contexto social, político, cultural y científico va cambiando.
EliminarExacto, tal como dice Rafael Huerta, estoy de acuerdo en lo del pensamiento crítico. Creo que es algo fundamental, no solamente para el ámbito de la psiquiatría, si no que es una disciplina importantísima para el ser humano, y para el desarrollo de su pensamiento lógico. Estamos acostumbrados a recibir conocimiento, información, sin cuestionarlo, sin procesarlo, sin aplicar el filtro de la crítica, el criterio. Y eso es verdad, como personas dedicadas al área de la salud mental, psiquiatría, debemos tener la misma visión, aplicar la misma regla del criterio, para poder separar la paja del trigo, y así enfocarnos en ver al paciente de una manera mas amplia. Es importante que podamos ver el bosque en su totalidad, para poder comprender que es un bosque, si somos solo arbolito dentro de él, nunca entenderemos que estamos dentro de uno. Al tener una visión mas amplia y mas criterio se puede facilitar la comprensión y tratamiento de un paciente.
EliminarPor otro lado estoy de acuerdo con lo que dice Hacking, los trastornos mentales van a depender de la época, de la sociedad y de la cultura. Cada persona, es influida totalmente por su entorno, por las políticas, la economía, el sistema social y educacional, para recibir de manera inherente, una cosmovisión "onírica" de lo que significa estar sano. Pero eso depende del momento histórico. Si tenemos conocimiento y acuerdo, las cosas cambian. En el pasado, si una persona con alucinaciones producidas por drogas alucinógenas, o en un estado psicótico, escuchando voces, quizás podría ser el chamán de la tribu, respetado, el que recibía el mensaje de los dioses, el contactado por lo divino. El conocimiento y el acuerdo entre los humanos es distinto. Pero cambia el momento histórico, cambia el conocimiento, cambia el acuerdo, y cambia la forma de ver y tratar la misma situación. Este chamán, a día de hoy podría ser una persona con un problema de drogas, lo cual a futuro podría cambiar nuevamente. La realidad en base a reglas, se define en base al acuerdo que tenemos con base al conocimiento que manejamos.
Quiero comenzar diciendo que una de las cosas que mas me gusta de la psiquiatría es que detrás de cada paciente y familia hay una historia, como ciencia o tecnología no somos lo único que ha evolucionado en el tiempo, los pacientes y sus aflicciones o enfermedades han evolucionado con nosotros y es que desde tiempos inmemoriales, la historia ha sido el tejido que ha entrelazado las páginas del tiempo . Es más que una mera narración de hechos antiguos; la historia es una herramienta invaluable que nos permite comprender nuestro presente y dar forma a nuestro futuro. Como seres humanos, estamos destinados a ser herederos de un legado único y apasionante que abarca culturas, civilizaciones y sucesos trascendentales. El profesor Huertas en su entrevista plantea una realidad de la cual nuestro sistema de salud no puede escapar y es que “ hay una diferencia entre lo que los médicos han dicho y lo que han hecho a lo largo de la historia”, pienos que la solución para garantizar el acceso y preservación de la historia clínica y otros documentos relevantes en el ámbito de la Medicina y la Psiquiatría debe incluir no solo una digitalización y almacenamiento seguro , sino también garantizar la privacidad y confidencialidad de los datos de los pacientes lo que nos permitiría el acceso para fines históricos y académicos, sobre todo promover la investigación histórica y creación de archivos que forje la colaboración entre instituciones.
ResponderEliminarEn una de las clases de psicología del desarrollo recuerdo que una de las teorías que mas llamo mi atención fue la teoría sociocultural de Vygotsky, el cual propone que desde niños nuestro crecimiento cognoscitivo atravesaba por procesos colaborativos, es decir aprendemos por interaccionar con la sociedad, mientras que Bronfenbrenner nos incluye en sistemas… menciono todo esto porque la historia de la psiquiatría está estrechamente entrelazada con la cultura y la sociedad en la que se ha desarrollado a lo largo del tiempo. La forma en que la sociedad percibe y aborda la salud mental ha evolucionado significativamente, y estos cambios han sido influenciados por factores culturales, políticos, religiosos y científicos. Ian Hacking en su articulo me hizo preguntar cual ha sido mi actitud ante la locura y el loco? Habré cometido violencia diagnostica? En APS los tiempos son tan limitados que podemos indicar un tratamiento erróneo por el simple hecho de acogernos a la estructura de la agenda, recuerdo una joven que acudió a una hora de morbilidad con el fin de pedir una derivación a psiquiatra porque fue diagnosticada como TEA y ella no consideraba que estaba dentro del espectro, no quería ser etiquetada, no quería que la medicaran, yo solo pensaba en ese momento 15 minutos no serán suficiente para poder ayudarla, transforme 15 minutos en 45 y junto con el equipo multidisciplinario pudimos ayudarla. Creo que el sistema de salud nos puede llevar a cometer violencia diagnostica, sin embargo esta en nosotros cambiar el rumbo de las cosas, por lo que concuerdo con el autor al decir… “de alguna manera, la enfermedad no existe hasta que hemos acordado su existencia, al percibirla, nombrarla e intervenir sobre ella”
Hola, respecto a dos cosas que mencionas me surgen los siguientes comentarios: nuestro desarrollo es social, tal como ha sido el de la psiquiatría y ahora que la sociedad convive cada vez menos, que los jóvenes no conversan que todo ocurre a través de pantallas, y por ende somos menos sociales puede que en un tiempo más estemos frente a otra enfermedad "transitoria".
EliminarY lo otro es respecto a la violencia diagnóstica que mencionas, creo que sin querer más de alguna vez hemos caído en eso, tal como lo hemos mencionado antes lamentablemente nuestro sistema de salud funciona en base a metas, y el mismo sistema es violento con los usuarios al tratarlos como números. Reconozco que quizás sea la forma que han encontrado para tratar de dar cumplimiento a la alta demanda, pero el trato humano es "curativo", y como mencionas tú está en nosotros poder ir haciendo un cambio.
Hola Julio! Quiero comentarte lo grato que es leer que sí dedicaras no sólo 15 minutos a tu paciente y sí el tiempo que necesitaba. Muchas veces nos vemos envueltos en el loop de 15 minutos por paciente y no logramos llegar al fondo de su malestar. Actitudes como la tuya son las que finalmente nuestros pacientes aprecian
EliminarPrimero quisiera mencionar que me gustó mucho la presentación del profesor Rafael Huertas, tal como mencionó un compañero en los comentarios previos, en la lectura de la semana previa se hizo una idea bastante clara de como ha sido el avance de la psiquiatría pero el profesor Huertas a mi parecer profundiza o le hace un zoom a una parte de ese desarrollo.
ResponderEliminarA raíz de esto, aun hay cosas que me llaman la atención y que se mencionan en la presentación, particularmente cuando menciona que la psiquiatría es la única rama de la medicina que trata a las personas en contra de su voluntad y las encarcela si lo consideraba necesario, esto que plantea Ronald Laing creo que es en lo que se basa el inicio de la psiquiatría y el estigma con el cual seguimos luchando. Luego con el tiempo se ve que junto como evoluciona la psiquiatría, así como cuando menciona la medicalización y la humanización que surge con Tuke, también evoluciona la enfermedad. Lo que quizás me hace sentido con una frase que leí en uno de los textos que " de alguna manera, la enfermedad no existe hasta que hemos acordado su existencia, al percibirla, al nombrarla e intervenir sobre ella". Esto creo que es extrapolable a lo que muchas veces nos ocurre en la práctica en APS, el patologizar conductas que usuarios que no se adecuan con el promedio o que para algunos funcionarios son más complejas de manejar y tildamos al paciente con alguna patología de salud mental, lo derivamos a atenciones, lo intervenimos buscando quizás crear esta enfermedad que justifique lo que no nos hace sentido o no calza.
Similar a esto, otra de las cosas que se mencionan en la exposición que me llamó la atención es una de las interrogantes que plantea, si la locura es una enfermedad del cuerpo o del alma, creo que esto se relaciona mucho a lo que hablamos hace algunas semanas atrás de lo que era la salud mental, así mismo nos podemos preguntar qué es la enfermedad mental, ya que aunque impacten la mente de una persona, esto en gran parte de las veces se ve reflejado en su cuerpo. Y me recuerda a una paciente que conocí cuando recién llegué a APS, en ese momento ella tenía 15 años, provenía de una familia disfuncional y había sido abusada por su padre, al develar el abuso se activaron todas las alarmas por parte de APS, que movilizaron a la madre, pero luego de un corto tiempo ella recibe nuevamente a este padre en casa y ahí la niña comienza a presentar síntomas físicos, dolores articulares, consultas en urgencia, aumento de estos dolores y finalmente deja de caminar. Se le realizaron todos los estudios en nivel secundario y no había una causa aparente. Finalmente se hospitaliza en el servicio de psiquiatría, donde realizan un trabajo muy de la mano con el equipo de acompañamiento de APS, logrando trabajar sobre estos gatillantes, recuperando la marcha.
Entonces como podemos ver en muchos pacientes, el cuerpo generalmente también se afecta.
En este mismo caso vi mucha estigmatización, ya que era una paciente con varias consultas, que estaba en atenciones en salud mental, por lo que cuando llegaba al sapu los funcionarios no querían atenderla o lo hacían de mala gana porque venía "otra vez", pero nadie sabia lo que había detrás de esas consultas que pueden haber sido un grito de ayuda.
Hola Gabriela. me parece interesante el ejemplo que das acerca de el uso reiterado de los servicios de urgencia cuando se es una consulta de salud mental. Como lo hablamos en los seminarios, se produce una gran estigmatización con respecto a esto y es impresionante como se deja de lado a la persona y su sufrimiento. También lo comento porque trabajé muchos años en SAPU donde muchas veces hasta la persona que recepciona dejaba para el último su atención y lo mencionaba como " él/ la paciente HI".
EliminarCuando esto sucede, se de lado a una persona, su sufrimiento, su familia y probablemente una historia de muchos años.
Hola Gabriela! Que real lo que comentas respecto a tu paciente. Es algo habitual que suceda, que muchos le "hacen el quite" a los pacientes policonsultantes de salud mental. Lamentablemente esta chica que nombras no tiene "culpa" de desarrollar molestias físicas debido a su trauma vivido, pero es algo que no está exento de ocurrir. Es su mente ganándole a su cuerpo.
EliminarLo que más me impacta de tu relato es la falta de comprensión y empatía por parte de su familia, que acepta al abusador nuevamente en casa. Algo no infrecuente, pero sí trementamente lamentable.
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ResponderEliminarBuenas noches!
ResponderEliminarAl leer los textos y ver el video de Rafael Huertas continuamos viendo la evolución de la psiquiatría a lo largo de la historia. De manera muy descriptiva se habla acerca de los cambios que ha ido experimentando la psiquiatría y como ha ido avanzando hasta lo que es el día de hoy. Llama la atención los “logros” o “avances” que caracterizan a cada uno de los alienistas y que se mencionan nuevamente en cada hito, como es el caso de Pinel con la liberación de los “locos” y “locas” de sus cadenas a la pared, la medicalización de los pacientes y la posterior clasificación de la locura. En 1956 se funda el hospital general de París, donde la locura está presente en la vida cotidiana. Estos centros se transforman en centros de reclusión donde encierran sin discriminar a todo aquel que no puede justificar como ganarse la vida. Ese es el momento donde el “loco” va a ser encerrado junto a enfermos y ancianos, viciosos, pervertidos etc. Este hospital aún no es una institución médica si no que es un espacio jurídicopolicial. Una vez que Pinel funda el primer hospital psiquiátrico (1794) Foucault comienza con la reforma psiquiátrica donde se sustituye el encierro inhumano por el tratamiento humanitario y médico.
Rafael huertas nos va contando de una manera muy entretenida como a través de la historia se avanza en el paso de los manicomios a hospitales psiquiátricos, como aparecen procuradores y médicos que participan en el proceso de la locura y como esta será tratada como enfermedad a medida que pasa el tiempo. Interesante es analizar como Rafael huertas hace énfasis y da a conocer el tratamiento moral de la locura que es establecido por Pinel, donde se actúa mediante la fuerza para tratar de sacar al loco de su error, intervenir en las funciones o pensamientos alterados y también mantener las funciones que se encontraban bien.
De manera personal me llamó mucho la atención ver representaciones gráficas de las fiestas que se realizaban en el siglo XIX donde se invitaba y se pagaba por ver a los “locos” en las fiestas de los manicomios y como generaban recursos a partir de la enfermedad del otro. Lo mismo con el hecho de considerar como crónico a un paciente, debido a que era más fácil mantenerlo trabajando al interior de este manicomio que enseñarle a un nuevo paciente el actuar correcto en ese trabajo, con uso de habilidades nuevas y tiempo extra. Como bien deja claro Huertas en su relato, el espacio de escucha es muy importante. Antiguamente se usaba mucho la técnica de la mirada y como pone de ejemplo a Kaeprelin en su paso por estonia y compara con Freud, quien da espacio, dentro de otras cosas, a la escucha.
Ahora con respecto a los textos leídos, destaco el concepto de “enfermedad mental transitoria”, de Ian Hacking, la metáfora del “nicho ecológico” y los vectores para la expresión de una enfermedad mental. Cuando hablamos de “enfermedad mental transitoria” podríamos decir que este concepto va más allá de una enfermedad que aparece y desaparece.
Hola! Estoy de acuerdo , tambien me llamaron la atencion esas representaciones y me hace analizar tambien lo que pasaba antes , quizas no darse el tiempo para enseñarles otro trabajo y a la misma vez sacar de alguna forma recursos. Es algo que impacta bastante...
EliminarIan Hacking define la enfermedad mental transitoria en un sentido colectivo e histórico como “aquella que aparece en un tiempo y lugar determinado o bien desaparece sin dejar rastro o reaparece en otro lugar y en otras circunstancias, siempre por razones que tienen que ver con el ambiente cultural de la época y del país o contexto socio-geográfico en el que la enfermedad surge como tal”. De la mano de esto me gustaría destacar también el gran concepto de “nichos ecológicos” como escenarios donde se llevan a cabo diagnósticos no tan solo de manera individual, si no que también de manera colectiva. Hasta el día de hoy se pueden ver los llamados “vectores” propiciando el nacimiento de diagnósticos de nuevas enfermedades transitorias, incluso en esta época, siendo que se beneficiaria más con intervención biopsicosocial. Como ejemplo de esto y de los “nichos ecológicos” podríamos dar el que ya hemos usado en numerosas ocasiones. En el caso de psiquiatría infanto juvenil, la cantidad de padres que acuden a CESFAM o a especialista porque “necesitan” tratar a su hijo que está muy inquieto, no responde bien en clases, puede andar más agresivo según el reporte de los profesores. Es planteable en estos casos que existen condiciones ambientales para que la enfermedad puede desarrollarse. El niño está “perturbado” en el sistema en el que está inserto. ¿Entonces en estos casos nos podríamos preguntar si es el niño el problema o los sistemas educacionales son deficientes? A la fecha y con todo lo mencionado anteriormente, quizá existan muchos niños con TDAH “inventando o construidos” según la mirada de Hacking.
ResponderEliminarDespués de estas lecturas, siento que nos deja como enseñanza, lo importante que es evaluar a un paciente como un todo. Lograr un manejo abarcando no solo el individuo, si no que todo su entorno familiar y cercano.
Soy de la idea de que, si no se modifica el entorno, muchas veces no habrá avance. Además de lo anterior, la importancia de no realizar un diagnostico solo por “lo que nos cuentan” o “para dejar tranquilos a los que rodean al paciente”. Tenemos un gran desafío por delante.
Saludos.
Carolina, estoy muy de acuerdo con la apreciación respecto a los diagnósticos de TDAH, el sistema educativo que nos rige, tipo academia militar, no ha cambiado ni evolucionado en conjunto con la sociedad: la tecnología, las redes sociales, la inmediatez han moldeado las infancias de una manera en que no "encajan" en el sistema actual, finalmente la medicalización de las infancias busca adaptarlas a un sistema adultocentrista, esto a su vez lleva a la creación de nuevas etiquetas como neurotipico o neurodivergente que finalmente es el reflejo de un sistema que no ha avanzando en conjunción a la población, abrazos
EliminarHola Carolina, tambien estoy de acuerdo contigo de hecho tambien lo vi dese ese punto de vista en mi comentario en este blog. Asocio que muchos niños estan sobrediagnosticados y por algo mas ambiental , quizas por no ver mas alla. Por otra parte el darle medicamentos para todo es algo frecuente, sin embargo en practica clinica he visto como niños mejoran considerablemente solo con un manejo ambiental y educacion .
EliminarLa conferencia "Historia de la Locura y la Psiquiatría", del doctor Rafael Huertas del año 2008, es un recorrido por la evolución de la comprensión y el tratamiento de la enfermedad mental a lo largo de la historia. El doctor Huertas comienza su conferencia haciendo una revisión de las diferentes formas en las que la locura ha sido concebida a lo largo de los siglos, desde su consideración como un castigo divino hasta su interpretación como una enfermedad mental. Es un valioso recurso para comprender la evolución de la comprensión y el tratamiento de la enfermedad mental a lo largo de la historia. Es realmente valorable su aporte a la historia de la medicina. Desde el pregrado nos enfocamos en lo relacionado a la parte técnica, científica y biomédica de la carrera, pero el estudio sobre cómo la Medicina ha influenciado a las personas, qué ha provocado o cómo ha cambiado con el pasar de las décadas, es casi nulo. Jamás habría pensado en escribir la historia desde la perspectiva del paciente, indagando en fichas clínicas, documentos administrativos, en los presupuestos y cuentas de las instituciones. Sin duda que eso enriquece y le permite llegar a una visión más completa y compleja de la evolución a lo largo del tiempo.
ResponderEliminarMe gustaría también detenerme en el texto donde el Dr Rafael Huertas analiza la contribución del filósofo de la ciencia Ian Hacking al estudio de la locura. Hacking propone que la locura no es una entidad natural, sino que es una construcción social que cambia con el tiempo, es decir, los trastornos mentales son productos de la interacción entre la ciencia, la cultura y la sociedad. Y en relación con estas afirmaciones quiero desarrollar un punto. En relación con lo anterior, y haciendo una mirada en retrospectiva a cómo el contexto histórico, social y cultural de una determinada época, influye en la forma en que se ejerce la medicina en general, no sólo en psiquiatría. Por ejemplo, violencia obstétrica, o cómo se generaba rechazo y maltrato hacia madres solteras, cuando el contexto cultural hace algunas décadas, era distinto al actual. Otro ejemplo en el que me gustaría ahondar con más detalle: hubo una época, no tan lejana en el tiempo, en que la homosexualidad estaba incluida en los manuales de psiquiatría como un trastorno mental más y, como otros problemas psiquiátricos, se pensaba que esta "alteración de la conducta" podía curarse con diversas terapias y tratamientos. En 1973 la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) decidió eliminar la homosexualidad del DSM, y urgió a rechazar toda legislación discriminatoria contra gays y lesbianas. Éste sólo fue el primer paso de un lento proceso de cambio que tardaría en llegar al resto del mundo, pues hubo que esperar hasta 1990 para que la OMS retirara la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales. Sin embargo, la medida de la OMS no impidió que se siguieran practicando todo tipo de terapias para intentar "curar" a los gays y las lesbianas. La APA se vio obligada a firmar una declaración en el año 2000 en la que expresa que "no hay evidencia científica que apoye la eficacia de la “terapia reparativa” para alterar la condición sexual, por lo que no está incluida como tratamiento psiquiátrico". Lamentablemente, hasta nuestros días, todavía hay personas que consideran que los homosexuales son enfermos, y estas personas sufren graves casos de discriminación tanto escolar como laboral, lo que puede detonar o gatillar cuadros depresivos o ansiosos, y transformar negativamente la vida de esa persona. Recuerdo muchos pacientes no sólo adolescentes y jóvenes, sino de diversos rangos etáreos que debían luchar contra su contexto, el miedo a revelar su identidad, el bullying de parte de compañeros, las agresiones verbales y físicas, las amenazas y el rechazo que se generaba incluso en sus redes más cercanas.
Estima compañero de pregrado, totalmente de acuerdo en tu planteamiento del desconocimiento que existe en el área de la historia de la psiquiatría en el pregrado, a diferencia de lo que plantea el doctor en España. Muchas veces siento que el quehacer actual de la medicina, llena de rendimientos y estadística por cumplir, nos aleja de lo medular y estructural, de las bases del conocimiento.
EliminarPor otro lado, al igual de lo que hablas de la perspectiva de género, me es triste evidenciar las consecuencias de este contexto cultural y fenómeno social judicial, etc, donde los más afectados con nuestros pacientes, con suicidalidad, trastornos afectivos, ansiosos, limitación funcional, etc.
Espero de corazón, que este aprender, este caminar, nos lleve como generación a ser agentes de cambio, y a un cambio positivo de la trayectoria de la psiquiatría.
saludos y felicidades por tus logros en la beca.
Excelente comentario compañero de beca! No puedo estar mas de acuerdo contigo, nuestra formación medica se basa en solucionar el presente y promover y prevenir el impacto a futuro, en mi publicación destaque la importancia de promover la investigación histórica porque ahí yacen nuestros orígenes y lo que nos mantiene tecnológicamente activos ahora, soy un representante de la comunidad LGTBIQ+ y sin duda alguna seguimos nadando en contra de la corriente gracias al estigma y el señalamiento social, en estos tiempos la empatía es una virtud que muchos carecen y su ausencia ha generado de forma directa o indirecta daño, malestar y enfermedad mental a personas que solo buscan ser aceptadas e incluidas en la sociedad.
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ResponderEliminarDesde que ingresé a mi pregrado he estado de acuerdo con el postulado de que “es imposible una ciencia humana sin carácter ideológico”, por lo que me formé creyendo que la medicina debía estar al “servicio” de la comunidad de manera crítica y activista, cuestionando el sistema político-social hegemónico, sin embargo con esta lectura y las anteriores siento que he pecado de ingenua porque no me había cuestionado el “control social” que ejercemos y como, quizás sin quererlo, profundizamos y perpetuamos lo que queremos cambiar. Entendía que la medicina es una profesión de carácter privilegiado desde el estatus social y económico y que nuestras opiniones cuentan, por ejemplo en las candidaturas electorales los y las médicas tienden a tener muy buen rendimiento, entonces tenía una idea muy romántica del influjo de nuestra profesión y creía que esta dependía netamente de la ideología o principios individuales, es decir, tenía una posición muy desde afuera del sistema como si la psiquiatría se hubiese desarrollado de manera independiente y hermética, sin darme cuenta de que en realidad ha sido en base a las necesidades del sistema de poder.
ResponderEliminarPor todo esto, me quedo con la relevancia de conocer nuestro contexto sociocultural tanto histórico como actual, ya que de lo contrario podríamos caer en “no saber para quién trabajamos”. En esa misma línea me hace mucho sentido la frase “La forma en que se interpreta la historia y las fuentes dependen del objetivo de cada entrevistador” porque nos invita a buscar fuentes alternativas de información que complementen la versión hegemónica de la historia y que realicen a su vez un análisis crítico de ella. Esta crítica permite evidenciar cómo las políticas nuevas “ se tiñen de modernidad, pero reproducen las mismas lógicas” porque, finalmente, el sistema socio-económico preponderante no ha cambiado, sino que por el contrario se ha profundizado y modernizado.
Tomando lo anterior creo que sería enriquecedor revisar textos que desarrollen la historia de la psiquiatría en Chile y como su contexto histórico ha influenciado en la epidemiología y presencia de diagnósticos transitorios. Por mi parte me parece interesante poder analizar cómo han aumentado los diagnósticos de trastornos de personalidad, neurodivergencias y como también se ha justificado y normalizado la violencia intrafamiliar y de género a través del diagnóstico de TDP Narcisista. !
abrazos!
Estimada, lo que dices es muy importante, creo que la historia debe tener la funcionalidad de permitirnos hacernos concientes de nuestro lugar sociocultural y poder realizar cambios desde ahí, esto, aplicado a Chile. Creo que harto de lo que leimos tiene un lugar mas eurocentrista que quizas dificulta extrapolarlo a nuestra realidad, pero es importante tambien investigar, por ejemplo, el trabajo que se está realizando en el H. El Peral y cómo se están transformando los H psiquiatricos en Chile.
EliminarHola Tania! efectivamente desde el pregrado se entrega un enfoque de poder al profesional médico, tal como menciona Rafael Huerta, la medicina es una de las disciplinas de la norma, considero que es una potente causalidad para trabajarlo desde la colaboración, entendiendo los distintos aportes del equipo de salud, para salir del privilegio y el estatus económico de la profesión al altruismo del trabajo hacia la comunidad. La formación en salud habitualmente resulta alejada de la realidad y con precariedad en la empatía profesional hacia los pacientes y los trabajadores de salud.
EliminarY tal como señalas implicando el poder político en base a tu profesión con un enfoque de trabajo multidisciplinario.
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ResponderEliminarComentario Parte I
ResponderEliminarMe parece muy interesante el concepto abordado sobre las enfermedades mentales transitorias. Tiene relación a lo abordado en la sesión anterior al analizar el libro de “La Locura de la Psiquiatría”, donde se nos plantea como la psiquiatría se adapta a las demandas de la sociedad en determinado contexto histórico. Al igual que las enfermedades mentales transitorias que son una entidad que surge como una “construcción social” que se va “desarrollando a través de la interacción entre los individuos y su entorno social y cultural”. Lo anterior me lleva a visualizar la importancia de la salud mental con la historia y la política ¿por qué es tan importante esta asociación?
Tras las lecturas me pude percatar que todas las perspectivas históricas del concepto de salud mental, tienen implícita una reflexión ideológica con connotaciones políticas. Revela cómo las ideas sobre la locura, la enfermedad mental y la atención psiquiátrica han evolucionado a lo largo de los siglos, y cómo estas ideas han sido influenciadas por factores sociales, políticos, económicos y culturales. Cabe preguntarse si esta construcción socio-político-cultural de las enfermedades mentales, ¿Ha influido en cómo se configura la génesis de estos trastornos? ¿Va conformando, en cierta medida, la identidad de las personas que son diagnosticadas con alguna enfermedad mental? Claramente, sí.
A lo largo de la historia, hemos visto como las personas son estigmatizadas por padecer un determinado trastorno psiquiátrico, invalidarlas desde el punto de vista de sus competencias y el rol que desempeñan o pueden llegar a desempeñar en la sociedad. El hecho de tildar a una persona como “esquizofrénica”, para mí tiene un alto componente estigmatizador y cultural que hace que el individuo sea llevado a una categoría inferior. Conllevando a reforzar el concepto de “inventar/construir personas” abordado en los textos, al mencionar, los ejemplos de fuga disociativa y las personalidades múltiples, que lleva tanto a los “expertos” como a la sociedad en general a reforzar el concepto de “etiqueta diagnóstica”, reafirmando, a su vez, los estereotipos asociados a estas etiquetas
Entonces: ¿No será mejor decir: “el paciente que tiene esquizofrenia”? Para mí esto le quita el componente peyorativo a tal trastorno, y lo hace ver como cualquier otra persona que padece, por ejemplo, de Hipertensión arterial, diabetes y que pueden desempeñar un rol importante en la sociedad. Durante las lecturas, no pude evitar recordar, en mi corta experiencia como médico, a una usuaria que me derivó la psicóloga del sector por ciertas ideas “desorganizadas”. Al entrevistarla, me pude percatar de ciertas alteraciones de la estructura de su pensamiento y contenido, y tuve que derivarla por sospecha de primer brote psicótico. Posteriormente al comentar el caso en la reunión clínica del sector, me pude percatar como el hecho de que la adolescente tuviese una posible trastorno del espectro de la esquizofrenia, fue calificada tanto por colegas como otros miembros del equipo como “la paciente esquizofrénica” y como ésta probablemente no iba a poder terminar su educación media e iba a depender completamente de su familia. Esto me pareció muy estigmatizador y devaluador con respecto a la adolescente, puesto que ya el hecho de tener una enfermedad psiquiátrica calificada como “grave”, la invalide completamente de su autonomía y desarrollo personal-social, cuando el foco principal es la pesquisa precoz y evitar que pierda su funcionalidad, y trabajar en pro de ello.
Comentario Parte II
EliminarVolviendo al punto de la importancia de la política, creo importante destacar el avance positivo que se ha visto en el enfoque sobre la “continuidad de cuidados” de las personas que padecen de alguna enfermedad mental, como se ha ido orientando, a la importancia que adquiere el enfoque comunitario, el vínculo con el equipo multidisciplinario, dado que ha habido avances en políticas públicas que se han destinado a este enfoque, y como los diferentes gobiernos, equipos de salud y sociedad, han ido reconociendo la importancia fundamental de los determinantes sociales. Rafael Huertas, va dando atisbos de esto al ir mencionando en el video, como ha ido evolucionando el concepto de locura y Psiquiatría. Muestra ejemplos de cómo Rosen hace alusión a como los factores sociales, políticos, económicos, son fundamentales para abordar a los pacientes con enfermedad mental, o como el hecho de que Pinel libera de sus cadenas a las personas internadas en estas instituciones y reconociendo que las personas con trastornos mentales deberían estar con su familia, insertas en la sociedad, esto me pareció muy llamativo.
Si bien como sociedad se ha avanzado en políticas públicas, en cambiar la perspectiva en cuanto al abordaje preventivo y terapéutico de las personas con trastornos mentales, cabe preguntarse: ¿Ha sido suficiente?, para mí la respuesta es No, queda bastante por hacer, mejorar y depende de nosotros como futuros profesionales de la salud mental y sociedad ir aportando un pequeño grano de arena, para ir fomentando los cambios que se requieren.
En lo personal estas lecturas y video, se relacionó precisamente con nuestro primer seminario de psicopatología de la "Historia de la Psiquiatría" y efectivamente es un ámbito necesario de conocer, incluso para aquellos que no les gusta la historia o las ciencias sociales. Para mi es importante saber de dónde venimos, para entender dónde estamos y poder plantearnos a dónde queremos ir, y esto lo extrapolo a cualquier ámbito, ya sea en mis estudios de becada de psiquiatría infanti-adolescente, como en mis objetivos personales en otras áreas. En cuanto a mi formación profesional, me fue muy enriquecedor ver el video luego de las lecturas, ya que don Rafael Huertas, fue explicando de una manera sencilla y didáctica el evolucionar de las instituciones psiquiátricas, y como esto va de la mano al desarrollo de los conceptos de locura, salud mental, terapia y condición del enajenado mental, ya sea en su condición de enfermo, libre de condena judicial o merecedor de tortura. De seguro citando a las lecturas anteriores como el del Libro de la "Locura de la psiquiatría", el profesor ahondó en mayor medida lo que fue el primer y los inicios del segundo encargo social de la psiquiatría. Y de una forma muy exquisita nos mostró como el arte habla de estos momentos históricos, mostrándonos así la importancia de considerar una historia critica de la psiquiatría, que no sólo toma como marco hegemónico aquellos textos producidos por profesionales psiquiatras, sino que usa otras ciencias sociales, la sociedad y en este caso, el arte...
ResponderEliminarEn mi quehacer diario, cada vez tengo mayor convicción, cual es el futuro que queremos y el pasado que no se debe repetir, y espero que la psiquiatría con enfoque comunitario, con importancia de la inserción del paciente en su familia, en su entorno, como ciudadano digno de derecho, se mantenga en igual y mayor importancia, alejándonos de la institucionalidad y que los medios económicos y administrativos velen por esta misión, lo cual aún tiene mucho por mejorar. Y así de este modo, poder ser agente activo en este caminar, usando nuestro poder por el bien de los pacientes, y que no solo quede en buenas intenciones, sino considerando el derecho universal de dignidad de todo ser humano.
Así que luego de esto rescato, primero el saber de dónde venimos, cómo las instituciones y espacios de atención, producto de un contexto social histórico cultural, generan cambios de pensamiento y comprensión nosológica de los trastornos. Segundo la importancia de conocer el contexto histórico, cultural y social, que da cuenta de la construcción social de enfermedad y todo lo que respecta al enfermo de salud mental y tercero mantener siempre una evaluación crítica, con respeto, y consciente de mis premisas personales y de los investigadores consultados, al introducirme en los textos de estudio y por último, darle la importancia que se merece el vivenciar del paciente, su familia, la sociedad y trabajar con una mirada integrativa multidisciplinaria, ya sea en lo laboral como en lo académico.
Estimada compañera, me parece sumamente importante lo que comentas respecto a manejar nociones al menos básicas respecto a la historia de la Medicina, y en particular en nuestro caso, de la Psiquiatría. Considero que saber cómo comenzó y cómo fue el proceso evolutivo de estudio a lo largo de la historia hasta nuestros días, nos permite definir y trazar un rumbo futuro en el área de salud mental, teniendo como centro y fin ´´último, el usuario y su calidad de vida.
EliminarMe parece muy interesante la pregunta realizada en una de las entrevistas a Rafael Huertas, “¿para qué la historia?” y la respuesta es simple pero contundente "para conocer el presente”. En la sesión anterior ya abordamos aspectos históricos y cómo es que influyeron en el desarrollo de la medicina como de la psiquiatría, posibilitando su nacimiento. Como lo mencionó una compañera anteriormente el libro la locura de la psiquiatría planteaba estos aspectos desde un punto de vista más crítico mientras que Huertas es historiográfico, como se puede apreciar en el video, relata la evolución, los cambios y miradas que fueron surgiendo según la época y también la crítica hacia el actuar médico.
ResponderEliminarTal como lo comenta la importa de conocer la historia es entender cómo se llegó a lo que es hoy la psiquiatría y más que hacerlo desde un punto de vista sólo descriptivo tenemos la oportunidad de darle un enfoque crítico y analítico, interpelado lo que fue e hizo, reconociendo con las herramientas que poseemos hoy conductas normalizadas en el pasado o no lo suficientemente problematizadas, pero que ahora se abordan de manera muy diferente, como es el caso del abuso infantil mencionado en los textos. Que el conocimiento nos ayude a generar conciencia y darle voz a lo qué en alguna época se calló.
También nos ayuda a conocer cómo la enfermedad se entiende como algo más que un acontecimiento biológico, sino que se puede considerar un constructo intelectual en un contexto social, cultural definido y que esta además va a depender de la interacción de diversos vectores que posibilitan su desarrollo. Ian Hacking propuso el concepto de “enfermedades mentales transitorias” entendiendo que pueden desaparecer cuando el contexto social cambia o en algunos casos ir evolucionando con el tiempo. Me hace sentido este concepto del constructo de enfermedad, recientemente leí un artículo sobre la “ecoansiedad” que se ha visto en los últimos años, que se describe como la excesiva preocupación, angustia y tristeza derivada de los cambios evidenciado en el planeta debido al cambio climático, siendo definido como un nuevo trastorno mental. Podemos seguir encontrando ciertos ejemplos que se han desarrollado en nuestra época como también lo es el TDA, o la adicción por los videojuegos declarada por la OMS, van más allá de las más emblemáticas histeria y monomanía.
Como todo diagnóstico estas categorías afectan a los pacientes de manera directa e indirecta, esto sigue siendo aplicable en la actualidad donde se debe ser cuidadoso con el hecho de comunicar a nuestros pacientes nuestras hipótesis diagnósticas, aquí entra otro concepto descrito el de “violencia diagnóstica” que encuentro muy válido, ya sea en psiquiatría o en cualquier otra área de la medicina el diagnóstico de enfermedad produce un quiebre en la historia de la persona, ya sea porque tiene que implementar cambios en su estilo de vida, por la toma de medicamentos, tratamientos invasivos o el estigma que puede significar socialmente, que si bien hemos avanzado como sociedad aún falta mucho.
Recuerdo cuando trabajaba en APS durante un ingreso a Salud mental una paciente que presentaba angustia, tristeza y crisis de pánico luego de que a su hijo se le diera el diagnóstico de TEA, estaba muy preocupada por como iba a ser su vida, como se iba a relacionar con los demás, pero lo que más le preocupaba era la discriminación que podía sufrir, por su puesto se le explicó en que consistía el cuadro de TEA y que no necesariamente implicaba una baja funcionalidad en su hijo, pero esto muestra cómo un diagnóstico puede generar impacto no sólo en quien lo recibe sino que también en su entorno más cercano, de ahí la importancia de un abordaje integral y claro posible en pro de nuestros pacientes y su calidad de vida
Como ya hemos visto en lecturas y ramos que estamos teniendo, creo que en estas lecturas nos sigue confirmando que la enfermedad es mucho más que solo una alteración anatómica o fisiopatológica, sino que creo que hay que verla como algo más completo, asociada a un contexto histórico y social y ambiente en general. Como dice una de las lecturas “la enfermedad no existe hasta que hemos acordado su existencia” esta frase me hace mucho ruido ya que me puse a pensar como hoy en día, en la clínica y a diario, vemos niños quizás sobrediagnosticados con un TEA o con hiperactividad, TDHA, etc . Quizás solo porque tienen un comportamiento distinto en la sala… y pensar lo que significa después para la familia recibir la sospecha diagnostica, muchas veces sin nisiquiera tener una opinión de un especialista, quizás estos padres nunca lo vieron como una enfermedad hasta que se lo dijeron y todo esto en un contexto social en donde predominan las redes sociales, que quizás hiperactivan a los niños y tienen un efecto ambiental en ellos, etc. Bueno también es verdad que a veces se subdiagnostica, sin embargo, creo que es mucho más frecuente lo que ya comenté anteriormente, eso me llama mucho la atención. Y concuerdo con que al acordar la existencia de algo ya lo hacemos parte de nosotros, sea o no sea asi.
ResponderEliminarOtra cosa que me llamo la atención y a la misma vez me ha pasado en la clínica, que el abuso infantil tiene conexiones directas con el trastorno de identidad disociativo o personalidad múltiple. Hace pocos días me toco evaluar a una paciente con este diagnóstico y resulta que una de sus personalidades había nacido posterior y a causa del abuso sexual sufrido desde niña, a pesar que esto viene hace décadas, aun no podemos lograr tener las herramientas necesarias para prevenirlo totalmente, ojala se pudiera…
Por otro lado proponer este término de “enfermedad mental transitoria” , de Hacking, como algo que ocurre en un tiempo y contexto social e histórico determinado me parece muy interesante de analizar, finalmente si no tuviéramos un contexto que favorece el desarrollo de la enfermedad quizás esta no se desarrollaría. Y estoy de acuerdo con que no podemos creer 100% en su desaparición total, es decir en que sea totalmente transitoria, como nombra el texto la histeria a pesar de ya no ser diagnosticada se conservan algunas características de estas en trastornos que actualmente se están analizando, creo que todo va siendo de algún modo dinámico y la esencia del concepto trasciende. Me gusta el abordaje que da el autor al texto y lecturas ya que más que basarse en una sola visión, siento que está más cerca o intenta estar más cerca de la realidad, siendo más “objetivo” en lo que se muestra, no cegado sino con una visión expandida de la historia. Además, creo que debe sentir una pasión muy grande por la historia, como el mismo lo explica en algunas de sus entrevistas, su interés fue mucho más allá, siento que realmente le encuentra un sentido y una asociación a la medicina, psiquiatría e historia, gracias a eso nosotros también lo podemos comprender de mejor manera. Creo que fue bastante equilibrado y enseña que la historia de la psiquiatría queramos o no está ligada con ideología y política
Hola paulina coincido con tu comentario , creo que el concepto de enfermedad , lo crea la sociedad, es decir, nosotros para generar un orden, clasificacion u organizacion de la informacion, sin embargo esto genera estigma e incluso daño en algunas situaciones, que es probable que si se presentara en otra cultura la enfermedad no existiria; tampoco estoy de acuerdo con la desaparicion total al hablar de enfermedad mental transitoria, me parece que si hay crisis o situaciones que son transitorias las que personalmente las considero mas adaptativas que enfermedad en si misma, sin embargo al hablar de una enfermedad bajo el amparo de la psicopatologia, dudo en que alguna sea 100% transitoria , ya que situaciones que podrian ser mas agudas o con mejor pronostico , tarde o temprano generan consecuencias y cambios en nuestra conducta y pensamiento, dejando huellas que pueden predisponernos a otras situaciones de riesgo en un futuro.
EliminarMe parecieron muy interesantes las lecturas de Rafael Huerta , vienen a complementar lo que hemos leído durante las ultimas semanas, trayendo a la mesa el concepto de enfermedad y salud mental presente en una estructura social y política que le permite instalarse y crecer, me parecio muy interesante el como se refiere a “ enfermedad transitoria” situándo la patología en un contexto cultural, donde las condiciones del ambiente deben ser propicias para que esta se instaure, se desarolle y se acepte como tal; que las enfermedades vienen a cumplir también un objetivo, se desarollan en un periodo especifico y luego se desintegran, me llevo a pensar en el presente en como hemos y continuamos generando el ambiente para que se instalen enfermedades actuales como el cáncer, la ansiedad o la resistencia farmacológica , ejemplos muy distintos pero quizás no tanto si es que los observo desde esta perspectiva . Me sorprende el como se desarrolla la personalidad multiple , como se acepta y se valida por la comunidad, basado en un conocimiento colectivo muchas veces influenciado por los medios comunicaciones , que por supuesto no son confiables ni obejtivos, es decir, la poblacion se guía por este conocimiento o difusión colectiva en ocasiones incluso sin cuestionar.
ResponderEliminarAdemas me parecio muy interesante el como se presenta el “control social” mediante instrumentos estratégicos tales como instituciones penitenciarias, sanitarias y educativas , otorgándoles una gran importancia y difusión popular, pero a la vez asignándoles una capacidad “ política” para reordenar la sociedad, esto lo he visto representado en ciertos casos de usuarios escolares en donde se me acercaban madres con un informe escolar solicitando fármacos o tratamiento para la hiperactividad , de los cuales no todos requerían tratamiento farmacológico, me generaba pena y rabia por qué no se generaban mayores estrategias educativas para un abordaje personalizado dentro del aula , en vez de pretender que todos fueran iguales; sin embargo al leer esto me hizo sentido , ocurre y muchas veces, por lo menos en mi experiencia lo observe más en APS y en urgencias, en donde se espera solución rápida y efectiva para el motivo, muchas veces dificultándose una mayor profundización del síntoma por el rendimiento que se debe cumplir.
Muy interesante lo que planteas Javi, estoy de acuerdo que el texto nos lleva a reflexionar en torno a las instituciones y sus roles dentro de la sociedad, que pareciera ser, en su mayoría buscan mantener el orden social, lo que me parece no necesariamente puede ser malo, pero si cuando se utilizan para estigmatizar o coartar las particularidades de ciertos grupos o indivudos a través de estas mismas instituciones, como lo puede ser el aparato de psiquiatría y la generación de la locura como condición. Saludos
EliminarMuy interesantes los comentarios de los compañeros. Me gustaría aportar en torno a un concepto que me llamó la atención que es el de “nicho ecológico” en el cual se asientan los fenómenos psiquiátricos, que a mi entender lo utiliza el autor para describir al conjunto de variables que determinan la existencia de la locura y los mecanismos sociales para enfrentarla. Estos “nichos ecológicos” se componen de elementos contextuales que se pueden visualizar desde perspectivas sociales, políticas, científicas y sobre todo históricas, que para el autor son determinantes para atribuir la dimensión temporal de los diagnósticos que justifican la locura. Esto me hace mucho sentido, principalmente al revisar algunos diagnósticos que se instalaron bajo un contexto particular pero que una vez este cambia, se modifican las categorías diagnósticas e incluso algunas desaparecen o se transforman, un ejemplo pudiese ser la homosexualidad que en etapas de la historia, bajo dinámicas sociales y políticas determinadas, se problematizó e intentó controlar atribuyéndole una carácter de patología, situación que en etapas históricas diferentes, bajo contextos políticos y sociales diferentes, se modifica y elimina como diagnóstico psiquiátrico. Esto mismo nos podría hacer pensar que algunos diagnósticos aceptados actualmente en psiquiatría, podrían ser mas bien una alternativa a problemáticas que la sociedad no logra resolver bajo mecanismos propios, por lo que busca, como señala el autor, generar “remedios para los desviados” y mantener el funcionamiento social bajo las dinámicas actuales, un ejemplo de esto podría ser los trastornos de conducta, cuyos criterios puedes hablar más bien de dinámicas sociales excluyentes para un grupo social y no tanto de una expresión individual.
ResponderEliminarSaludos
Tu reflexión sobre cómo los diagnósticos psiquiátricos pueden surgir en respuesta a problemas sociales es sumamente interesante. Estoy de acuerdo contigo en que algunos diagnósticos actuales pueden ser más un reflejo de dinámicas sociales excluyentes que de problemas individuales.
EliminarMe parece muy clarificador respecto a este punto el ejemplo con relación a la homosexualidad, que en el pasado fue clasificada como un trastorno mental. Sin embargo, en respuesta a los cambios en la comprensión y aceptación social de la diversidad sexual, ha sido reevaluada y eliminada de esa categoría.
Otro ejemplo que me parece muy ilustrativo y que grafica bien este punto, se refiere a la nueva categoría diagnóstica del "síndrome de alienación parental”, que fue descrito en 1985, coincidiendo con la promulgación de la Ley de custodia compartida en los Estados Unidos. Este hecho demuestra cómo las leyes y las normas culturales pueden influir en la creación de nuevas categorías de enfermedades mentales.
Estos ejemplos nos refuerzan la importancia de mantener una perspectiva crítica como futuros psiquiatras y ser conscientes de cómo los contextos sociales y culturales pueden influir en nuestra comprensión de la salud mental.
En el ámbito de la psiquiatría Don Rafael Huertas García- Alejo señala con entereza la causalidad de la salud mental y como se manifiesta en la sociedad en base al contexto histórico y social de la humanidad, lo señala refiriendo a que “La expresión social de la enfermedad (mental) es consecuencia de los cambios culturales que se van produciendo a lo largo de la historia”.
ResponderEliminarComo menciona Huertas en la entrevista de salud mental y cultura las “Disciplinas de la norma”, señaladas como los comportamientos de carácter normal instaurados por la medicina, el derecho y la teología, es lo que entregaba definición a las acciones que no calificaban aceptables para el ciudadano. Y lo que hoy, aún persiste en ciertos aspectos, como la relación asimétrica del paciente-médico, en el cual las directrices que señala éste son categóricas, no cuestionables y muchas veces no consideran al usuario en si integridad, entre otros.
En base a mis años de experiencia en salud pública, esta conducta ha sido observada, como a su vez la formación de los profesionales que adquieren aprendizajes desde la experiencia, que no siempre involucra los cambios sociales, replicando los tratos de poder y no colaborativos tanto para el equipo de salud como hacia los pacientes.
Resulta impactante a mi parecer el efecto capitalista que afecta hoy, en el cual la felicidad es una exigencia orientando el mercado a fármacos y terapias que garantizan el bienestar, lo que tiene por consecuencia la omisión de los factores de riesgo que se involucran en estas alteraciones de la salud.
Lo que demuestra la importancia de trabajar de forma colaborativa para la salud pública, ya no tan solo con un enfoque médico, sino con un enfoque holístico para abordar los distintos determinantes que influyen en el bienestar de los individuos.
Hola a todos! Luego de leer los documentos y ver el vídeo, quiero hacer hincapié en algo que vengo pensando hace semanas desde el inicio del curso. La psiquiatría es algo tan dinámico, que es imperativo que nos situemos en el contexto cultural, social, religioso y hasta económico de los pacientes para lograr tener un entendimiento a cabalidad.
ResponderEliminarDurante los años de historia, las patologías psiquiátricas han variado de manera diversa. Situaciones que antes podrían haber sido consideradas patológicas, hoy pareciesen ser de lo más normal (como la similitud que hace un compañero más arribo respecto al año sabático y las ganas de viajar que se observaban en jóvenes franceses). Por ello es importante que nosotros como profesionales del área de la salud mental nos situemos de manera adecuada en el contexto a la hora de evaluar a nuestros pacientes.
Las "enfermedades mentales transitorias" aluden a lo anterior a mi gusto. Somos seres de cambio y en cada proceso histórico habrá situaciones que se apreciarán y por consecuencia manejarán de manera distinta. Un ejemplo que siempre me gusta recordar es el de la histeria femenina, muy frecuente en años anteriores y que hoy ya ni siquiera está considerado como enfermedad por el DSM.
Una párrafo que me llamó la atención fue el siguiente : "La sociedad de consumo indujo unas estrategias del deseo exigentes e insaciables, cuya primera consecuencia es la inestabilidad psico- lógica, la ansiedad y esa intolerancia al duelo, la depresión y la frustración que tan acertadamente nos caracteriza. Una vez instaurado el derecho a la felicidad como una exigencia irreemplazable, cualquier fallo, lentitud o tropiezo del deseo nos vuelve pacientes de la psiquiatría con excesiva facilidad”
Y esto, siento, es algo que pasa mucho hoy en día. En la sociedad estamos acostumbrados a ser felices, vernos felices, demostrar frente a los otros. Lo cual sólo hace que aumenten nuestros niveles de ansiedad y angustia, ya que "el que dirán" es lo fundamental. Debemos ser más fuertes y capaces que eso, nutrirnos como individuos y como sociedad. No todos los tropiezos significan patología psiquiátrica, si no una oportunidad para fortalecernos.
Recuerdo el caso de una paciente adolescente que fue llevada a consultar por su madre al programa de salud mental ya que su mascota de años había fallecido y estaba triste. Conversando larga y tendidamente se logró hacer entender que el duelo es un proceso normal, que debemos adaptarnos a esos cambios y seguir adelante. Que algunas veces puede ser patológico, pero éste no era el caso.
Ojo con problematizar todo nuestro vivir, no nos debilitemos deliberadamente.
Estoy completamente de acuerdo contigo Gabriela, creo que estamos cayendo en un constructo social de la "positividad tóxica", donde si no estas ahí estas enfermo, basicamente. No hay espacio a sentirse triste, no hay espacio para estar mal, no hay tiempo para altos y bajos. O estas feliz o estas enfermo. Creo e insisto en que debemos aumentar la prevencion y promocion de salud mental destacando este punto en particular, esta bien no estar siempre bien, no es estar enfermo, es ser humano. No patologicemos todo.
EliminarEl proceso de duelo es una reacción natural ante la pérdida, y nuestro papel como profesionales de la salud mental es guiar a nuestros pacientes a través de estos procesos, en lugar de considerarlos como patológicos.
EliminarComo profesionales en este campo, debemos estar alerta a las influencias sociales y culturales que pueden sesgar nuestros diagnósticos y siempre debemos asegurarnos de que nuestras acciones estén alineadas con el bienestar del paciente.
Estoy de acuerdo en que nos enfrentamos a un desafío considerable. La psiquiatría es una disciplina que está en constante cambio y es crucial que continuemos evaluando nuestras prácticas de manera crítica y nos adaptemos a las necesidades cambiantes de nuestros pacientes y de la sociedad en general.
La psiquiatría ha evolucionado a lo largo de la historia, mostrando el reflejo de la cotidianidad en las estructuras sociales, como bien menciona el Dr. Rafael Huertas en sus textos. Pienso que es evidente que la psiquiatría tiene un componente inherentemente histórico, determinándose según el trasfondo sociocultural en el que se encuentre, y en parte, esto es lo que la hace ser política.
ResponderEliminarLos diagnósticos psiquiátricos no escapan de esta realidad histórica y social. Aparecen en contextos sociohistóricos determinados y evolucionan junto a las nuevas determinantes sociales. Sin embargo, pienso que es importante ser conscientes de que los diagnósticos pueden determinar a una persona y, por lo tanto, debemos ser extremadamente cuidadosos al diagnosticar a un paciente. No podemos basarnos únicamente en los síntomas presentes; debemos considerar el contexto de esa persona, su historia y perspectiva. Escuchar y comprender al paciente nos permite tener una visión más completa de su situación, y trabajar en conjunto por su bienestar. En este sentido se puede pensar en la psiquiatría como una práctica colaborativa, en la que paciente y equipo de salud mental trabajan de la mano para lograr un bien común.
Ser psiquiatras implica un compromiso con nuestros pacientes. Ellos son la razón de nuestra existencia profesional. Sin su confianza y participación, no podemos ejercer nuestra profesión de manera significativa. Esto, junto a lo anteriormente dicho, me hace cuestionarme si podré ser agente de cambio o no. Muchas veces en el sistema actual vemos a los pacientes de forma mecánica, diagnosticamos, encasillamos, damos fármacos y listo, sin ir más allá. Y ahí está mi miedo, en caer en eso, o dejarme llevar por los diagnósticos del momento sin cuestionarme.
Las reflexiones del Dr. Rafael Huertas me llevan a buscar cuestionarme, y reevaluar constantemente nuestra práctica y enfoques. Pienso que es necesario mantener una actitud ética y responsable, garantizando que nuestro trabajo en la psiquiatría sea verdaderamente enriquecedor tanto para nuestros pacientes como para nosotros mismos.
Estimada Camila, con tu reflexión podemos llegar nuevamente a lo que hemos visto en clases pasadas, como dar un diagnostico, como influye el síntoma en una persona. Pero lo que más me llama la atención y que no creo que haya cambiado es por qué es tan mal mirado tener una enfermedad mental, acaso hacen menos a las personas escuchar voces o tener cambios de ánimo, qué hace diferente a un paciente que llega a urgencias por un sufriendo enorme luego de querer quitarse la vida a un paciente con cáncer terminal que también sufre? Creo humildemente que nuestra misión como futuros psiquiatras es cambiar el curso de la historia, aceptando y educando a la sociedad también sobre nuestro quehacer clínico y humano, porque esto tratamos, a personas que sufren con su propio contexto, con su propia historia.
EliminarCompañera, me gusta como planteas los puntos de estas lecturas y cómo llevas a la experiencia en torno al rol.
EliminarCreo que es esencial pensar cómo nuestro quehacer podría influir en el abordaje con las personas que llegan a consultar, pero también creo que tal como se planteaba en una de las entrevistas, debemos estar alertas a nuestra posición de poder.
Como plantea Huerta, parte interesante de esta materia está en la imposibilidad de separar el objeto del sujeto de este conocimiento, y por ende, se vuelve muy necesario otorgar la visión de protagonismo a los pacientes. También creo que parte del trabajo en lo que en psicología llamamos "rol del terapeuta" está justamente en deformar el rol. Trabajar en ello es algo constante y acorde a las experiencias que iremos conociendo a lo largo del tiempo. Creo que en su formación como psiquiatras aplica del mismo modo, deformar la visión experta para situar una forma de intervenir desde la colaboración. Reflexionar en conjunto el uso de los diagnósticos, que cada persona entienda por qué podría poseer alguno, pero sin volverse una guía estructural para su vida, después de ser diagnosticado.
Me parece muy importante lo que mencionas respecto a apuntar constantemente hacia el objetivo de mantenernos con una actitud ética y responsable, porque las implicancias en las distintas esferas de un paciente pueden llegar a ser catastróficas si son realizadas de forma superficial. Es fundamental tener esto siempre presente. Y aún así, a veces me genera inquietud que aún intentando mantenerse en esta vereda, las posibilidades de errores diagnósticos o de sesgarse incoscientemente siguen estando al acecho, pese al esfuerzo constante de intentar aterrizar y neutralizar los prejuicios en los que estamos circunscritos.
EliminarNo deja de llamarme la atención como seguimos hablando de un mismo tema, la historia de la psiquiatría, pero abordarlo con distintos autores y sus distintos puntos de vista hacen que esta sea completamente distinta. Si, la historia es una, pero cómo viven la historia cada uno de sus personajes es en el fondo lo que realmente conocemos como tal, en este caso, a qué fuentes acuden o qué área deciden enfocarse más profundamente.
ResponderEliminarMe gustaron mucho las lecturas de esta semana y concuerdo plenamente con el profesor Huerta en lo que plantea, la historia (ya sea de la medicina, de la psiquiatría, de lo que sea) debe ser analizada considerando el contexto histórico y sociocultural en que se plantea.
Las lecturas de esta semana plantean muchos temas diversos, la patogizacion de temas comunes, la "invencion" de enfermos (que llevandolo a la actualidad, gracias a las redes sociales como tiktok han aumentado exponencialmente porque creen que el diagnostico es tan fácil como decir que "si tienes estas 5 cosas tienes TDAH"), el efeto loop, entre otros, en esta oportunidad quiero enfocarme en uno en particular que me marcó más que todos estos anteriores: se menciona mucho de la relación entre política y la historia de la medicina y psiquiatría y cómo muchas veces se realizan políticas públicas en materias de salud pero basadas en ideología política mas que en un argumento científico, con esto no pude evitar llevar lo leído a nuestra realidad nacional y ver cómo tenemos actualmente parlamentarios incluso con título de psiquiatra velando y votando en contra de leyes por ejemplo de salud reproductiva por un tema no científico si no ideológico, pero escudándose tras su título profesional y recurriendo a argumentos tan burdos como “considerar los derechos del violador como padre” en el caso del aborto en tres causales, por no mencionar otros argumentos en otros temas más conflictivos como violaciones de DD.HH en dictadura.
A modo personal, soy feminista, creo y lucho por la igualdad entre hombres y mujeres, sin embargo, no es algo que permita que interfiera en mi labor médica de ninguna forma. Sin embargo, cuando trabajaba en APS siempre tenía sobre mi escritorio una taza con café, la que usaba habitualmente era una de la asociación Médicas Feministas que dice “esta taza pertenece a una medica feminista.” Recuerdo muy bien en una oportunidad una paciente en un control crónico me pregunta si esa taza era mia a lo que respondo que sí, me dice si es verdad lo que dice, le respondo nuevamente que si, después de una pausa me dice “le puedo contar algo?” y procede a contarme que era víctima de VIF y abuso sexual reiterado por parte de su conyuge, sin embargo, no se había atrevido a contarlo nunca porque la única vez que contó que había sido golpeada el colega le dijo que probablemente ago había hecho para merecerlo. La señora tenia una depresión severa hace años “sin gatillante aparente”, especificaba la ficha. La acogimos, la orientamos, hizo la denuncia, la tratamos como corresponde y logramos comenzar sacarla adelante.
A lo que quiero llegar, es que el profesor Huerta tiene razón cuando menciona que la historia no es objetiva, es imposible que lo sea. Nosotros como seres humanos tenemos obviamente el mismo problema, siempre tendremos una opinión sobre algo, pero no podemos dejar que nuestra opinión o nuestro creer nuble nuestro juicio clínico y afecte a nuestros pacientes. Tenemos la obligación de escuchar a la gente, saber qué les pasa, qué sienten y no podemos emitir juicios de valor basados en nuestras experiencias o proyectar nuestros problemas o inseguridades en ellos, no podemos dejar que nuestra ideología pese más. Les debemos un trato justo.
Estimada Daniela, pienso que muchos colegas aún dan su juicio de valor a muchos pacientes, cuando deberíamos ser neutros, que nuestros valores no influyan en nuestro quehacer profesional, porque el foco es ayudar a un otro con sus propios valores, pero que difícil es a veces no dejarse llevar por la propia historia, que también es subjetiva, debemos hacer, de todas maneras un esfuerzo por ser mejores personas y profesionales.
EliminarRafael Huertas, un médico formado primeramente en medicina interna que se fue interesando por la historia de la medicina y luego por la historia de la psiquiatría. Nunca pensé que la política, los medios sociales y la realidad histórica de la época fueran fundamentales para establecer las prácticas de la psiquiatría, como estos factores influyen en nuestra práctica o mal práctica, quizás en el futuro todo lo que hacemos hoy día sea cuestionado; sin embargo, me encanta lo que hizo Pinel de liberar a los locos de sus cadenas y darles la oportunidad de vivir una mejor vida, pero lo logramos el día de hoy?, un paciente que debe ir a inyectarse su modecate cada 28 días no será una especia de cadena también, pero, por otro lado, es lo mejor que podemos hacer según nuestro contexto histórico y social. En el hosital donde trabajo, recièn està llegando la pliperidona y podremos dar un tratamiento cada tres meses a los apcientes esquizofenicos, por ahora nos queda sólo citarlos una vez al mes para dar un medicamento antipsicótico típico que además tiene muchos efectos adversos tanto extrapiramidales como metabólicos. Creo que el fin último de nuestro quehacer profesional es proteger a nuetsros pacienes pero cuantos, por su agitación no están contenidos en salas que no están acondicionadas para ellos y que por lo demás simulamos a las cadenas de los antiguos manicomios?, además como sociedad aún hay un estigma muy grande.
ResponderEliminarCuando trabajaba en salud mental en APS tuve una paciente profesional, muy adecuada que tenía diagnostico de TAB III, muy compensada que estuvo a punto de perder la custodia por sus hijos sólo por tener ese diagnóstico, sin importar l compensada que estaba, ni lo trabajadora y por lo demás amante de sus hijos, pero claro tenía TAB, tuvo que defenderse con abogados en tribunales, lo mismo que al inicio de la historia de la psiquiatría donde eran los jueces que dictaminaban el futuro de los los locos. Esto me hace pensar, ha cambiado efectivamente la psiquiatría a lo largo de la historia o sólo se ha maquillado el estigma a la locura. Nos falta tanto por avanzar como sociedad, para mi la palabra locura debería estar obsoleta, porque es despectiva, por que no referirnos a nuestros pacientes como eso pacientes con una vulnerabilidad biológica y social a enfermar. Nadie juzga a un paciente con lupus, pero sí a un esquizofrénico, mientras más empático seamos como futuros psiquiatras más podremos cambiar el curso de la historia, llegando a una igualdad ideológica del derecho a enfermar de una patología psiquiátrica.
EliminarDa mucha pena cómo se repite en varios comentarios experiencias como la paciente que tuviste en APS, que sólo por un diagnostico se les estigmatiza, cuando cada persona es mucho más que esa etiqueta y la mayoría de las veces los trastornos de salud mental bien tratados permiten funcionalidad. Muchas veces pienso que somos parte de esos estigmas, por lo que creo que debe partir por nosotros el cambio, buscando ver la individualidad y características únicas a cada persona que nos crucemos.
Al leer los textos, entrevista y clase del Rafael Huertas, me hace sentido el como La Terapia Ocupacional es un agente social y político responsable, que debe velar porque los métodos de abordaje se usen criteriosa y éticamente, en beneficio de los sujetos.
ResponderEliminarProcurar que no exista abuso de poder de las diferentes instituciones sobre los sujetos de intervención, como ocurre en algunos lugares ligados a nuestra red de salud, procurar no reproducir las normas de lo instituido si no benefician a los sujetos intervenidos; de alguna forma el Terapeuta Ocupacional es el puente político y técnico entre lo normativo y el derecho, por lo que se debe estar consciente de los fines que busca cada medida.
como Terapeutas Ocupacionales se puede aplicar la terapia y la intervención siempre y cuando procuremos garantizar un respeto a los derechos y dignidad de nuestros usuarios, considerando a éstos como sujetos capaces de identificar por sí mismos su realización y autonomía personal, y para ello es necesario brindar las condiciones materiales para que esto se cumpla.
Rafael Huertas menciona a Hacking sobre como los trastornos mentales son un constructo social y cultural que varían a lo largo del tiempo y en diferentes contextos, dentro de la Unidad de Rehabilitación Psicosocial muchas veces vemos como usuarios reingresan a nuestra unidad, y cada ingreso requiere de un nuevo objetivo a trabajar junto con la persona, cada proceso es independiente del anterior y de las necesidades que se van creando, según tiempo y espacio en que la persona se encuentre y por ello es importante escuchar al usuario y contexto mas próximo y significativo para él/ella.
Estimada Karina, me parece muy linda tu vocación.
EliminarDe alguna forma, puedes trabajar intimamente con la persona que adolece, puedes conocer de cerca sus gustos, sus miedos, sus cualidades, su biografía. De cierta manera, puedes conocerlo más allá del estigma. Probablemente esa comprensión y aceptación hacia ese sujeto, sin quedar detenido en el estigma, genera una abanico de interacciones que traspasan los temores y los prejuicios.
Yo también me siento sumamente agradecido de las lecturas, y también de poder interactuar en un foro como este, y poder compartir que la salud mental no es un aspecto únicamente neuroquímico, sino que está condicionado por diversos elementos sociales, culturales, históricos, políticos, tal como menciona Huertas citando a Ian Hacking.
Karina, encuentro positivo tu comentario. Valorizo tu capacidad para interactuar regularmente con los usuarios y respaldarlos en su proceso de reinserción social. La unidad de rehabilitación psicosocial, como mencionas, desempeña un papel crucial al actuar como un puente importante, conectando a los usuarios con la sociedad y facilitando su socialización, además en escucharlos y validarlo dejando de lado todo lo que el usuario siente como estigmatizante en su vida.
EliminarEl Dr. Rafael Huertas ofrece una visión detallada y única de cómo la sociedad y la cultura pueden influir en nuestra comprensión de las enfermedades mentales. Huertas se centra en la evolución conjunta de la locura y la psiquiatría, lo que nos permite apreciar cómo nuestras percepciones y tratamientos de las enfermedades mentales han progresado a lo largo del tiempo.
ResponderEliminarHuertas destaca la dualidad entre el tratamiento de los pacientes y el control social en la psiquiatría. Aunque la psiquiatría es una disciplina médica, también ha desempeñado un papel en la regulación y control de las personas que la sociedad considera "diferentes". Este aspecto es fundamental para entender el papel y el impacto de la psiquiatría en la sociedad.
Además, Huertas señala un cambio en la historiografía de la psiquiatría. Se ha pasado de una perspectiva que celebra los logros a una que considera la locura como una construcción social. Esta visión es relevante ya que nuestras comprensiones de la locura y las enfermedades mentales están influenciadas por nuestro contexto social y cultural, y estas comprensiones pueden cambiar con el tiempo.
En el artículo, se analizan las ideas propuestas por Ian Hacking respecto a la comprensión de la enfermedad mental. Hacking propone el concepto de "enfermedad mental transitoria", indicando que los trastornos de salud mental pueden surgir y desaparecer en función de factores sociales y culturales específicos. Un ejemplo de esto podría ser la histeria, que fue un diagnóstico común en el siglo XIX y principios del XX, pero que ha evolucionado significativamente y ha caído en desuso en la psiquiatría contemporánea.
Se analizan otros dos ejemplos de estas enfermedades propuestos por Hacking: la fuga disociativa y la personalidad múltiple. Estas son consideradas enfermedades mentales transitorias porque su prevalencia y reconocimiento han variado a lo largo del tiempo y en diferentes contextos culturales. Por ejemplo, la personalidad múltiple surgió primero en la Francia de finales del siglo XIX, ligada a la histeria, y después de años de olvido, reapareció en Estados Unidos en los años 80 del siglo XX, incluyéndose oficialmente en el DSM-III.
Finalmente, se hace referencia a la idea de "vectores" para analizar cómo se crean y cambian las categorías de enfermedades mentales. La anorexia nerviosa es un ejemplo de cómo diferentes factores pueden influir en la forma en que entendemos y diagnosticamos una enfermedad mental. Las normas culturales sobre la belleza y la delgadez, la capacidad de observar y medir la delgadez, y las comunidades online pueden influir en cómo percibimos la anorexia nerviosa. Estos factores pueden contribuir a que la anorexia nerviosa sea más común en ciertas culturas y contextos.
El Dr. Rafael Huertas nos invita a reflexionar sobre la psiquiatría desde una perspectiva que no habíamos considerado antes. Nos ofrece una visión enriquecedora de cómo la psiquiatría ha evolucionado y cómo nuestras percepciones de la locura y las enfermedades mentales son influenciadas por una variedad de factores sociales y culturales.
Basándome en mi experiencia clínica, he observado cómo las presiones sociales y culturales en torno a la imagen corporal pueden jugar un papel en el desarrollo y mantenimiento de trastornos de la conducta alimentaria.
Por ejemplo, he notado que la forma en que diagnosticamos y tratamos ciertos trastornos, como la depresión y la ansiedad, ha cambiado significativamente a medida que hemos adquirido una mejor comprensión de estos trastornos y de cómo se ven afectados por factores sociales y culturales.
Hola a todos. Me gustó mucho la reflexión que planeta el autor Rafael Huertas al decir que la construcción social o cultural de la enfermedad mental se nos presenta como un elemento fundamental para entender la clínica, para interpretar correctamente los cambios conceptuales y prácticas en torno al quehacer psiquiátrico y para comprender la actitud social hacia la locura y el loco. Creo que es una frase que tenemos que tener plasmada en nuestro día a día y ver esa cara de la enfermedad mental, donde es una consecuencia directa de los cambios culturales a lo largo de la historia. Y también es importante que tengamos claro que la práctica de la psiquiatría y la teoría que la sustenta son inseparables de su momento histórico.
ResponderEliminarAhí también entra la pregunta ¿Para que la historia? Pues para pensar en el presente, ya que nos permite tener una visión critica de lo que ya se ha vivido en el pasado, del presente y de lo que estamos construyendo en el futuro.
También consideré muy interesante el análisis que realiza sobre los múltiples aspectos de la crisis paradigmática de la psiquiatría. Como el planteamiento de la psiquiatría critica de superar el diagnostico categorial e intentar comprender la complejidad del ser humano, no a través de una etiqueta estandarizada y reduccionista (que es lo que he visto muchas veces en la práctica clínica actual, donde además la falta de tiempo en las consultas no contribuye mucho), si no mediante una formulación narrativa, porque si las experiencias del sujeto se traducen de manera mecánica en síntomas o en patologías, se tiende a separar la manifestación clínica del contexto social, cultural y biográfico en que han aparecido, desestimando de este modo la búsqueda de significados que puedan tener relación con ellos. También estoy muy de acuerdo con la importancia de la dimensión social y política de la psiquiatría, en donde una de las grandes encrucijadas históricas de la psiquiatría ha sido su condición de prestación especial, con una doble condición de especialidad médica con un fin terapéutico y de su garante de la defensa social, donde muchas veces la recuperación de las personas con sufrimiento psíquico pasa también por tener acceso al empleo, a la vivienda y el respeto de sus derechos humanos, y no solo por tomarse uno o varios fármacos.
Creo que nosotros como futuras nuevas generaciones de psiquiatras o equipos de salud mental, tenemos la oportunidad de colaborar en estos momentos de inestabilidad y dudas, en esta crisis paradigmática, para que así logremos reconstruir una nueva identidad de la psiquiatría, y lograr un equilibrio dentro de la especialidad, y creo que este curso es una manera de ir aprendiendo y creciendo en esta construcción de esta nueva identidad y paradigma.
Me parece muy interesante el comentario de María Cristina, especialmente en cuanto al rol de la Psiquiatría de "prestación especial", es decir de tratar a los pacientes, pero también de cierta manera darle una "respuesta" a la sociedad acerca de ellos. Es ahí donde la frase de Sasz sobre la "singularidad" de la psiquiatría respecto a las otras especialidades médicas viene a colación, en el sentido de que somos la única especialidad médica, que "encierra" a los pacientes para su tratamiento como menciona él.
EliminarEvidentemente la psiquiatría es distinta a las demás disciplinas médicas, pero siento -a título personal- que no necesariamente puede asumirse como solamente condiciones negativas asociadas a ello. Al tratar con una persona que padece un sufrimiento psíquico, no como algo "material", si no como algo eminentemente humano, tenemos también la oportunidad de ayudar en una recuperación realmente holística, como volver a estar en su comunidad, con su familia, en su trabajo, etc. A diferencia de lo que planteaba Pinel de que los pacientes estarían mejor cuidados por extraños.
La psiquiatría como animal singular, tiene una misión y responsabilidad sustantiva, pero es posible remontar el camino de la adversidad tal como menciona María Cristina que tenemoso la oportunidad y responsabilidad de poder reconstruir una nueva identidad de la psiquiatría
Muy de acuerdo contigo Ma Cristina, impresiona lo que puede originar el estigma, impresiona como puede catapultar y sellar un curso a posteriori.
EliminarDe alguna forma, la imperante corriente reduccionista biologicista nos ha llevado a formular estigmas muchas veces sin saberlo, y ver enfermedades en sujetos, más que sujetos con biografía que adolecen de algo.
Si no bien nosotros, no sabría quienes serían, los que estamos llamados desde el mundo mismo de la salud mental a llevar a cabo un giro en la forma de ver nuestro quehacer.
Cito parte de tu comentario textual: "para que así logremos reconstruir una nueva identidad de la psiquiatría, y lograr un equilibrio dentro de la especialidad". Muy de acuerdo, me parece que este curso nos está incentivando a valorar distintos elementos que han intentado estar empañados por un enfoque político, cultural que ha emergido estos últimos años con fuerza, pero lecturas como la de Huertas dan un vuelco y comienzan a desempolvar elementos previamente eran ocultos.
Los textos y video del Dr Rafael Huertas definitivamente son un material que estimula a realizar una reflexión crítica a la historia en la que nos enmarcamos hoy, particularmente en mi caso, como residente de Psiquiatría. Tal como menciona de manera elocuente a la pregunta del por qué de estudiar historia, respondiendo que es para entender el presente, es una respuesta que inicialmente parece simple, pero esconde una importancia significativa a mi parecer. El ser humano se acostumbra a las "certezas", ej: el sol saldrá cada día y se pondrá cada noche, y no nos cuestionamos si realmente ocurrirá efectivamente eso cada día. Siento que de igual manera eso ocurre ante muchos otro tipo de conocimientos ya no relativos a las ciencias naturales, si no al ser humano en sí. Es así que personalmente antes de iniciar este curso, no me cuestionaba mayormente la historia de la psiquiatría, o más precisamente, no poseía una visión crítica de la historiografía de la psiquiatría, si no más bien de "acumular descripciones de hechos", conocer una línea de tiempo de manera más o menos superficial. Lo que se desprende del material seleccionado de esta sesión es que es francamente un esfuerzo inútil plantear el acercarse y comprender el fenómeno de la "enfermedad" mental desde un sólo punto de vista, y que al ser una ciencia desde y hacia el ser humano, nuestro objeto de estudio es complejo y multifactorial, involucrando variables sociales, económicas, políticas y religiosas, entre muchas otras.Es así que el "no tomar las cosas por hecho" y mantener una mirada crítica del pasado, para entender el presente, permite reajustar nuestros pensamientos y conductas en pos de un futuro más esperanzador para las personas con un sufrimiento psíquico.
ResponderEliminarOtra consecuencia que puedo notar acerca del material estudiado, es que -como se plantea en numerosas ocasiones durante los textos- es necesario evaluar "quiénes" son los que se pronuncian respecto a la enfermedad mental, ya que es imposible que alguien lo haga desde un punto de vista a-teórico o sin postura ideológica dicho de otra manera, por ejemplo ¿Es alguien que lo realiza desde un enfoque "altruista", "biologicista", o desde alguna postura política extrema?. El Dr. Rafael Huertas lo ejemplifica de manera esclarecedora en el artículo de la entrevista de la AEN donde menciona el estado de la psiquiatría durante la dictadura franquista, donde la visión de los psiquiatras renombrados de la época no sólo afecta a quiénes son considerados "enfermos" mentales, si no también al tipo de educación que recibían los futuros médicos en ese momento en España. Es así que desde un punto de vista que no había tenido en cuenta me pregunto ¿de qué manera influye el poco conocimiento de la historiografía crítica en la formación de psiquiatras?, teniendo en cuenta que probablemente sea heterogénea la formación en este ámbito en las residencias de psiquiatría.
Como corolario, me parece fundamental y esperanzador por qué no decirlo tener estos espacios de reflexión para conocer de dónde venimos, para saber hacia donde vamos en el futuro.
Absolutamente toda la razón Matias, yo pensé algo muy similar y me cuestiono si es que en realidad estoy tan actualizada en nuestra historia o, por lo menos, nuestra historia pasada reciente, para saber con alguna "certeza" como es que nos estamos formando como futuros psiquiatras, mucho más allá de los enfoques conocidos sino, más bien, una mirada más amplia de nuestra formación que tiene que ver con el para qué o quién estamos trabajando o algo tan básico como dónde estamos insertos en cada una de nuestras prácticas clínicas. Saludos!
EliminarGran parte de lo planteado por las lecturas de esta clase, me hicieron reflexionar sobre nuestro rol, el que a lo largo de la historia de la psiquiatría ha intentado, como ya hemos visto, construirse, de-construirse y re-construirse, en base a las situaciones que deambulan en nuestra sociedad y vida en general. Sin embargo, creo que algo que me queda de lo expuesto por el autor, es la posición de poder que infiere muchas veces nuestro trabajo, como "expertos en..." Me hizo mucho sentido una frase que cito "los saberes especializados no son exclusivos de las élites, y que cualquier reflexión sobre el poder, dominación, hegemonía, etc., debe incorporar la posición de los llamados sectores subalternos" Y si bien, no comparto el concepto de subalternos, creo estructural en el ejercicio clínico o comunitario, integrar la visión política de la persona que consulta, como propio experto de su historia y malestar.
ResponderEliminarUno de los comentarios que aparecen más arriba, habla de cómo poder aterrizar las lecturas a nuestro propio contexto socioculturall en chile, con las propias realidades que vivimos día a día, viendo como las isapres respaldan o rechazan licencias médicas de acuerdo a los diagnósticos que se dictan, y cómo los psiquiátricos suelen ser más cuestionados. Pero también cómo eso da lugar a establecer diagnósticos cuando muchas veces no lo constituye realmente la sintomatología y malestar de la persona que consulta, pero es utilizado igualmente bajo este modelo económico.
Creo que como ese se pueden utilizar muchos más ejemplos de lo que pasa cotidianamente, en escuelas y la alta prevalencia diagnóstica en niñez, en el trabajo y tasas de burnout que aumentan pero que se callan, o vulneraciones que buscan ser periciadas hasta el extremo, para "validar o invalidar" la percepción de maltrato, aludiendo a una distinción entre enfermedad profesional o común.
Creo que estas grandes de-construcciones y re-construcciones son misiones propias en el propio quehacer clínico, social y comunitario. En cómo entendemos la salud mental más allá de la episteme que hemos aprendido, y cómo podemos entender a quien llegue a nosotros, dándole un lugar de importancia y saber, cuestionando junto a ellos nuestro propio rol, no permitir la visión experta en nosotros, sino como colaboradores de una potencial agencia de cambio.
Por último, también destacar la visión de la historia, entendida como el estudio de este presente, donde es importante saber la construcción de cómo llegó a estructurarse, pero no olvidando que está dentro de la realidad actual.
Hola Marcelo, desde lo extraido a través de la lectura, han habido cambios quizás pocos enfocados en la historia de la medicina/ psiquatría en salud mental, estamos en una socidedad consumista dónde el malestar fisico / psiquico pasa a último plano, porqué sucede esto, es más facil continuar y no detenerse a buscar la causa, además para qué invertir recursos ya sean físicos o materiales. Parece que hay otras prioridades más que la salud. Nos encontramos en una sociedadad cansada enferma, enfrentar el día a día no es facil, ya que existen mucho determinantes que influyen en nuestro malestar, tampoco nos detenemos para pedir ayudar, porqué cuando la solicitamos no tenemos una buena recepcion de parte de nuestros empleadores tampoco del sistema.
EliminarSólo espero que este aprendizaje nos sirva a nosotros para ayudar a cambiar la sociedad y cada día seamos mejores personas y profesionales. Saludos.
Me hace mucho sentido lo que mencionas. Al entender la evolución histórica de nuestra disciplina, estamos mejor preparados para enfrentar los retos presentes y futuros en el ámbito de la salud mental.
EliminarComo profesionales en este campo, tenemos la posibilidad de impactar en la vida de nuestros pacientes, pero es esencial recordar que son ellos quienes poseen el conocimiento más profundo de sus propias vivencias. Por ende, nuestro trabajo debe ser en colaboración con ellos, respetando sus puntos de vista y experiencias. Esto implica que debemos mantener una actitud abierta al aprendizaje y al cambio, y estar dispuestos a adaptar nuestras prácticas basándonos en las necesidades y experiencias individuales de nuestros pacientes.
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ResponderEliminarA través de la historia de vida de cada ser, existen distintas realidades las cuales nos deberían llevar a realizar una reflexión antes de tomar decisiones dónde se encuentra en juego la vida de una persona, dónde se encuentra un sujeto y el objeto, del conocimiento. Como dice en un apartado del texto " Es imposible hacer una ciencia humana qué no tenga un caracter ideologico". Cada uno vive y se expresara según su época qué le toco vivir. Las politicas publicas seguiran tomando decisiones para su propia conveniencia, hay que seguir en la busqueda de nuevas corrientes epistomologicas dónde se debe priorizar a la persona como un ente unico se ayude/ apoye, para qué él mismo pueda resolver sus propios problemas, entregando herramientas útiles y necesarias para que pueda y sepa enfrentar el día día y tenga una mejor calidad de vida él y su entorno. También es importante mencionar qué la política en la historia han resultado imprecindible la biopolítica, biopoder y el control social, así poder tener ordenada la sociedad y bajo control. Sin importar lo que necesita realmente la persona.
ResponderEliminarPara que tenga sentido el relato del historiador, debemos escuchar los sin voz, "perpectiva " y el punto de vista del paciente.
Por un lado tenemos los juicios de hechos y los juicios con una realidad objetiva, comprobable y los juicios de valor de cada persona con sus propias creencias, culturas etc. Estas distintas formas de vivir la vida pasadas, presentes, son ignoradas. Entre el siglo XIX y pricipio del siglo XX fue asignada una capacidad política estrategica, terrible para reordenar la sociedad, donde fueron afectadas varias instituciones, sanitarias educativas etc. Lo que en relidad actual, no se aleja de este tipo de politícas, siendo ignorados enfermos, mujeres, obreros etc. Siempre enfocados en la población más vulnerable. En esta época participaron grupos Hegemonicos y Gramsci.
Tenemos que entender la cultura para no perder el sentido social o dirección política. También es fundamental la construcción social de la enfermedad, hacia las personas, nos enfrentamos a enfermos que están padeciendo algún tipo de dolencia ya sea manifestada tanto física o de salud mental, tener cuidado cuando realizamos algún tipo de interveción no ser la violentos en cuanto al diagnóstico y superar el estigma. Tenemos que buscar y encontrar apoyo interdiscipliniarios ya sea en la ciencias sociales, antropología, sociologia, psicoanalisis etc. Apoyos de tipo terapeuticos.
Según lo planteado de Rafael Huerta . Se refiere como la locura desde una construcción Socio-cultural.
Dentro de algunos intereses, habla sobre liberación de la locura, reformas antisociales, loco en la sociedad, factores politicos y religiosos. Podemos considerar en todos estos aspectos, que estamos insertos una socidad que ha sufido muchos cambios pero no los suficientes para entender la locura cómo un malestar propio de la condición fisica, psiquica de una persona. Huerta a dado énfasis a un cambio más radical de ver la locura, basandose en la historia de la psiquiatría, en la honestidad, no llegar a ser violentos, tener un sentido de modestia y generosidad intelectual. No con una mirada desde del yo. Me llamo mucho la atención sobre las pinturas que mostro en el video, cuando las mujeres locas fueron liberadas. Me impacto mucho sobre el sillón giratorio, funcionaba con poleas, su objetivo era "sacudir la locura" provocando nauseas, vomitos, de esta forma los tenias varios días. Existian muchas formas "muy crueles" de combatir la locura. Lo que sí me queda claro que estos castigos eran solo para personas de estratos sociales bajos.
Espero qué Sr. Huerta continúe con su trabajo de investigación tenga una transcendencia social, siga con el enfoque sobre los problemas y situaciones del presente en el día a día y así la psiquiatría tenga nuevos cambios positivos para la sociedad.
Concuerdo con las imágenes y que siempre los sectores pobres se han visto en desmedro.
EliminarJazmín, comparto tu perspectiva sobre el cambio en la percepción de la historia, pero observo que comprender las dolencias psicológicas no ha sido suficiente. Aunque vivimos en una realidad moderna, noto que gran parte de la comunidad aún lucha por empatizar con el dolor psíquico, lo cual me deja reflexionando después de leer tu comentario. Me inquieta pensar si en el futuro lograremos superar la brecha del estigma por completo.
EliminarEs interesante como el auto Rafael Huertas nos presenta el peso de la historia y de las condiciones sociopolíticas que la conforman, repercuten hasta el día de hoy en nuestro que hacer como futuros psiquiatras. Nos lleva a reflexionar sobre el verdadero alcance que puede tener ésta profesión, desde su posición de privilegiada de enjuiciar el estado mental de otra persona (acto que es médico, judicial y ético).
ResponderEliminarDesde mi experiencia como prestador de salud en el ámbito de salud mental en APS, y en mi pregrado nunca fue dudado el labor final de la psiquiatria como herramienta de ayuda al ser sufriente en su trayectoria biográfica de la psiquis. Sin embargo, el darnos cuenta como el poder determinar la normalidad en torno a un periodo transversal en la historia de la psiquiatria, ha sido utilizado con acciones políticas y de relaciones de poder nos lleva a expandir aún más nuestra percepción de la profesión. Ya no solo somos prestadores de salud, sino miembros y actores en una historia de poderes que aún no se termina de escribir. Desde los asilos que se compararon con los penitenciaros como bastiones representativos de poderes dominantes de la época hasta, lo que me lleva reflexionar sobre escritos leídos anteriormente, la industria farmaceútica la cual, en ocasiones, puede llevarnos a distorsionar el cómo definir la locura y separarla de la cordura en su beneficio.
En este sentido se agradece que existan personas como Rafael Huertas que puedan re significar la historia de la profesión, esta vez no desde los que la escribieron sentando vidas ejemplares y creando un yo culturalmente aceptable. Sino desde las fichas, los registros de tratamientos, de los pacientes. Generar este análisis de todos los puntos de vista (antihegemónicos), conlleva una importancia de responsabilidad histórica de nosotros con nuestro pacientes. Como comenta la compañera Marcela Orey, las disciplinas formadas en la norma, impulsadas por el derecho, la teología e inclusive la propia medicina entregan el significado a las relaciones asimétricas paciente-medico, desde esta perspectiva paternalista que aún se incuba en nuestras directrices de nuestra terapéutica.
Queda acá claro la importancia de focalizar nuestro eje, desde la perspectiva del paciente no solo ahora en nuestros tratamientos, si no desde nuestra historia. Desde el fundamento socio político histórico de lo que significa tratar con patologías de salud mental, para así establecernos de forma más clara en la dialéctica de la locura y cordura.
ResponderEliminarRafael huertas en su presentación comenta visiones de la psiquiatría, y se refiere a una de ellas, como una rama de la medicina que encarcela a sus pacientes, negándoles la libertad. Esto me hace pensar en cómo existe una doble negación de la libertad, desde la propia sociedad y también desde la concepción misma de lo que constituye la locura. Esto se me vuelve más confuso cuando el autor refiere en su texto "entorno a la construcción social de la locura” la construcción de la locura y el relativismo de la propia existencia de la enfermedad mental.
Asociado con ello, se refiere al rol que tiene el ambiente en la construcción del trastorno mental, no siendo su entendimiento completo si no se observa las condiciones, sociales, económicas y políticas; se reflexiona y crítica la categorización de ciertas enfermedades dado lo necesario de la sociedad, sin tener claro la objetividad en la denominación de lo que es una enfermedad. Relacionado a ambos puntos señalados, menciona la visión del asilo no como un lugar de sanación y recuperación si no como una casa de detención y que su existencia se asocia al control social y la defensa. Esto reafirma la vulneración acaecida por parte de los sujetos que tienen una patología de salud mental que, aunque se ha visto ciertos avances, esto persiste en la actualidad. Acá creo es importante y como el autor señala, la labor de trabajo en equipo, la entrega de conocimientos y el interés por conocer los cimientos de la y nuestra historia y cuestionarla. Esa es una labor ardua y que como profesionales de la salud debemos tener el interés y la capacidad de hacerlo por el beneficio de los usuarios. Respecto a los cambios en el diagnostico de ciertas patologías y la eliminación de ellas dentro de los manuales clasificatorios y de diagnósticos, es una realidad que vivimos y viviremos todos nuestros días. Recuerdo cuando un usuario mencionó en la consulta sobre su hijo que estaba enfermo y ante eso, pregunté que era lo que estaba ocurriendo, señalando que su hijo era homosexual. En ese momento decidí preguntar y trabajar sobre informar que ya no es una patología de salud mental. Este hecho me llevó a pensar sobre lo complejo del diagnóstico y también del rol que tiene la sociedad en entender estos cambios y cómo nosotros estaremos enfrentados a cuestionar y poner en práctica los cambios necesario por la salud de los usuarios, elementos señalado también por el Dr Berríos.
Hola! Estoy muy de acuerdo con tu comentario, es muy necesario como lo plantea Huertas la necesidad de conocer la historia para poder aplicar este conocimiento a nuestro presente, no cometer los mismos errores, conocerla no sólo desde un punto de vista descriptivo sino también desde una mirada crítica y analítica, además de eso no ser dueños de esa nueva "verdad" ya que es imprescindible el trabajo en equipo en pro de nuestros pacientes. El rol del diagnóstico también es importante, ya hemos visto en sesiones anteriores que es un área sensible para las personas que consultan saber "qué es lo que me pasa" desde ahí la importancia de la psicoeducación tal como lo comentaste, ya que el concepto de violencia diagnóstica aparece y el estigma de la enfermedad mental, que si bien ha mejorado aún existe.
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ResponderEliminarUnas agudas e interesantes lecturas de Rafael Huertas.
ResponderEliminarMe llamó la atención la manera de desarrollar sus ideas y de la capacidad de contraste entre ellas, el hacerlo de una manera fluida, sin hiatos, que provocaban en el lector una sensación de placer al ir cultivando paulatinamente el desarrollo de sus múltiples ideas.
Me llamó bastante la atención el texto del constructo sociocultural de la psiquiatría interpretado en base a Ian Hacking y sus ideas de los cuatro vectores que estarían influyendo en la generación del nicho ecológico de la enfermedad mental.
Manera sumamente interesante y original de analizar la puesta en marcha de distintas patologías mentales.
Llama la atención que el desarrollo de ciertas patologías mentales se desarrollaron en ciertos países y no en otros, y esto obedece justamente a lo que describe Hacking, de alguna forma los contextos históricos con sus diversas y particulares características van definiendo los nichos para la emergencia de ciertas patologías mentales que sean más útiles para la época, como casi la creación de un restaurant de turno según la necesidad estival.
Nos invita mediante su exposición, a pensar en que en el escenario actual que estamos inmersos, con prácticamente todo un arsenal diagnóstico para medicalizar los distintos ámbitos de la vida, podría existir la posibilidad de que estos diagnósticos sean meros constructos ideados para satisfacer necesidades sociales y culturales, y por que no, también, necesidades políticas según hemos ido analizando en sesión previa.
De alguna manera lo que parecía tan evidentemente médico, reduccionista, quizá obedezca más a otro fenómenos, más bien social, que biológico.
Recuerdo una vez, que estaba atendiendo, y en la sala de espera había un vagabundo, y había dos colegas musitando acerca de él, y dentro de su charla mencionaban que ese tipo debía estar loco, que debería ir a un psiquiatra y que no necesitaba un médico general. Ahora bien, me pregunto, hasta qué punto los constructos vectoriales según el nicho ecológico de las enfermedades mentales, han hecho mella aún en el gremio médico, sin siquiera cuestionarse.
De tal forma, parece que ha sido mucho el tiempo en que no hemos visto elementos tales de los que hemos estado inmersos, y que la corriente mayoritaria del reduccionismo biológico probablemente favorecida por políticas imperantes y por una fuerte industria farmacéutica han realizado hegemonía intelectual colectiva.
Solamente mediante el análisis crítico de lecturas como estas, es posible visualizar según otra vereda, contraria a la imperante...
Concuerdo con los colegas en destacar la importancia de la historia en nuestra disciplina. En una de sus entrevistas Rafael Huertas destaca la importancia de perspectiva historica para conocer y pensar nuestro presente, y lo importante de realizarlo críticamente, con una perspectiva de investigación-acción. En el análisis que realiza en su paper sobre la construcción social de la locura, para mi destaca que las enfermedades que etiquetamos como tales no constituyen entidades “naturales” transhistoricas que se mantienen en el tiempo sino que se pueden entender como “construcciones” intelectuales que se desarrollan en contextos sociales y culturales concretos. Tal como fue mencionado en la sesión anterior en el análisis del libro “Locura de la psiquiatría” en como distintos periodos históricos claves moldearon la forma de ver las enfermedades mentales, y la forma de poder afrontarlas, por ejemplo el periodo de los asilos, el surgimiento de la psiquiatría comunitaria, el surgimiento del DSM y la psicofarmacología, entre otros hitos importantes. Entonces,de acuerdo a lo mencionado por Rafael Huerta, la enfermedad o trastorno mental es reconocida por su descripción como “especie morbosa” o por la etiqueta diagnóstica que en nuestra cultura permita su identificación y que dicha representación estará sujeta a modificaciones diversas por las razones mas variadas: científicas, sociales, políticas, culturales, entre otros. Destaco el concepto analizado en el paper de “enfermedad mental transitoria”, que en breves palabras es aquel trastorno que aparece en un tiempo y lugar determinado y luego desaparece sin dejar rastro por razones de índole cultural o política, o se modifica hacia un nueva entidad, algunos ejemplos mencionados son la histeria, la monomanía y la lamentable y dramática descripción de la entidad llamada “drapetomanía”. Aplicado esto a nuestro quehacer diario como becados de psiquiatría, para mi esto es fundamental de tener en consideración dado que pasamos con tutores que pertenecen a diversas escuelas formativas, en mi caso mi tutora tiene una formación más basada en la psiquiatría clásica y hemos tenido oportunidad de comentar algunos conceptos nosológicos que hoy en día están en desuso y no aparecen en los libros o en las clasificaciones actuales, o aparecen de forma modificada como las descripciones de los trastornos de personalidad que realizó Schneider, pero que tienen sentido al ver que tienen una enorme riqueza descriptiva y permiten entender desde otro prisma a nuestros pacientes. Y la importancia de ir aprendiendo también de otros turores con otros enfoques para tener una formación integral.
ResponderEliminarLa noción de "enfermedades mentales transitorias" que presenta Ian Hacking resalta la influencia de factores sociales y culturales en la aparición y desaparición de ciertos trastornos. Esto podría recordar al concepto que se tiene sobre la salud mental y lo que podría haber sido diagnosticado como una enfermedad mental en el pasado, podría ser conceptualizado de manera diferente en el presente.
ResponderEliminarLos ejemplos históricos que menciona, como el automatismo ambulatorio y la locura puerperal, son ejemplos claros de cómo las interpretaciones culturales pueden dar forma a lo que entendemos y diagnosticamos como enfermedades mentales.
Considero que es esencial tener en cuenta los aspectos culturales, sociales y históricos al abordar la salud mental de los pacientes. Esto nos ayuda a evitar sesgos diagnósticos y a comprender mejor las experiencias individuales en su contexto adecuado.
De igual manera es importante encontrar un equilibrio. Si bien el constructivismo social nos da una comprensión contextual, no se pueden ignorar las bases biológicas y neurológicas de algunos trastornos mentales. La interacción entre lo biológico y lo social es compleja y ambos aspectos deben ser considerados para brindar una atención integral y efectiva a nuestros pacientes.
María Fernanda, estoy totalmente de acuerdo contigo en que la noción de "enfermedades mentales transitorias" que Ian Hacking presenta es fundamental para comprender cómo los factores sociales y culturales moldean nuestra percepción y diagnóstico de los trastornos mentales a lo largo del tiempo.
EliminarEs cierto que la historia nos ha mostrado cómo ciertos trastornos que antes eran considerados como enfermedades mentales, hoy podrían ser conceptualizados de manera diferente, gracias a una mayor comprensión de la diversidad de experiencias humanas y la influencia de la cultura en la interpretación de los síntomas.
La consideración de los aspectos culturales, sociales e históricos es esencial al abordar la salud mental de los pacientes. Al hacerlo, podemos evitar sesgos diagnósticos y proporcionar un enfoque más comprensivo y adecuado para cada individuo, respetando sus particularidades y contexto de vida.
Me parece muy interesante el enfoque de Ian Hacking cuando hace la propuesta de enfermedades mentales transitorias y la construcción socio -cultural de la enfermedad. Mental
ResponderEliminarNuestro presente social será historia para nuestras futuras generaciones y ¿ que estamos construyendo socialmente? , culturalmente estaremos , entendiendo el MALESTAR de nuestra sociedad?, nuestras construcciones verbales reflejaran la realidad de este presente?
Si nuestra sociedad CONSUMISTA como tal nos envuelve a tal punto de querer comprar hasta la felicidad, no cabe duda que cada vez se engrosara la fila de policonsultantes en área de salud. Mental , donde el motivo de consulta será la frustración de no poder encontrarla.
Estaremos generando ambientes donde se instalen nuevas enfermedades mentales, si es así creo que estamos ante una nueva yo la llamaría Insatisfacción crónica de NO ser felices.
Concuerdo con tu comentario desde la preocupación, en donde veo que cada situación se quiere resolver desde lo inmediato y eso conlleva a frustraciones. Analizando también el consumismo, que finalmente es llenar vacíos con artículos que quizás tampoco son importantes o relevantes para quienes piensan que lo necesitan me lleva también, a analizar lo ambiental y determinante para la actual sociedad y la siguiente.
EliminarTambién me gustó el enfoque de Hacking respecto las "enfermedades mentales transitorias", y es interesante entender la evolución, aparicion y desaparicion de estas. Sin duda la incertidumbre que planteas es importante a considerar, también me pregunto si llegará el día en que nos vendan estas "pastillas de felicidad" en esta sociedad de consumo.
EliminarConcuerdo contigo ante tus preguntas y las argumento. Como dejaste en mayúscula lo dejo en una asociación MALESTAR DEL CONSUMISTA. Lo último, y ante la necesidad del “todo ya…” o “todo pronto…”, más que en el plano de “comprar”, lo que me hace reflexionar es la impaciencia e impertinencia, de no saber observar un proceso y el todo cambio que el lleva (tanto lo positivo como le negativo y este último, aun así saber verle las consecuencias positivas de crecimiento). Todo este aceleramiento, que llevaría a una insatisfacción, creo y como dices, es lo que nos llevaría a la “infelicidad crónica”, por un deseo de obtener todo con prontitud y no un deseo de aprehender el proceso y llegar a buen puerto.
EliminarEs notable como en nuestra especialidad, la historia y su perspectiva de qué es el ser humano, la salud, la normalidad y la labor de la medicina marcan de forma tan considerable nuestro quehacer. Incluso, dependiendo de estas circunstancias, la especialidad médica de la psiquiatría puede siquiera tener o no existencia. Concuerdo, tal como se menciona en el material entregado, en que los trastornos mentales, son entidades construidas culturalmente y su comprensión plena solo es posible en su contexto histórico-cultural. Hasta la actualidad es absolutamente necesario el entendimiento de la realidad social en que nos insertamos para el ejercicio de la psiquiatría, así como para entender el momento histórico por el que la especialidad misma está pasando.
ResponderEliminarMe pareció particularmente interesante el concepto de “efecto bucle” de Hacking para retratar esta interesante relación entre el contexto cultural, social e histórico y la práctica de la psiquiatría, pues muchas veces se observa en el ejercicio de esta y tiene un impacto no menor en cómo los pacientes llevan sus diagnósticos. El efecto bucle hace referencia a que la interacción entre la etiqueta o diagnóstico y la persona diagnosticada puede reforzar y perpetuar ciertos síntomas o comportamientos, lo que a su vez confirma la existencia de la enfermedad mental. No es infrecuente que las personas que reciben un diagnóstico, o incluso, la sospecha de estos, comiencen a vivir sus propias características como patológicas, llegando a una suerte de la medicalización de cada aspecto de su forma de ser. Si bien hay aspectos disfuncionales que se pueden modificar para disminuir el sufrimiento del individuo que padece y su entorno, se corre en el peligro de patologizar cada aspecto de su persona.
Desde hace siglos comienza una medicalización de la locura que permite quitar las cadenas de los considerados peligrosos para la sociedad, pero pareciera que la medicalización va en vías de permear todo aspecto posible de la persona, poniendo cada conducta en tela de lo patológico, dando a todo un carácter diagnóstico y con ello considerándolo enfermo. Me parece que en este momento histórico, está entre quienes estamos más involucrados en la disciplina la tarea de no transformar todo en una manifestación patológica, pues tenemos el mayor juicio para no caer en este tipo de conclusiones apresuradas y no transformar todo en nuevas “enfermedades mentales transitorias”. Ser consientes sobre lo que denominamos como sano y enfermo en salud mental es un trabajo complejo, pues como se vió siempre va a existir un nicho para que algo pueda surgir como nuevo concepto mórbido.
David, concuerdo contigo con respecto a la particularidad y el interés que despierta el efecto bucle. Es sumamente notorio el cambio clínico, conductual, funcional del paciente al tener una sospecha diagnostica, un tratamiento enfocado en dicho diagnostico. La forma en que el paciente puede cruzar la linea delgada entre tener rasgos - sintomatología o atravesar una circunstancia a patologizar su cuadro inclusive, por referencia de terceros o accesos a la web, puede inclusive llevarnos a un estigma que genera mayor sufrimiento. He tenido muchos pacientes que han contado su experiencia como luego de tener una sospecha diagnostica, comentan a personas cercanas y crece de manera exponencial un estigma "en aras de ayudarlo" , debilitando totalmente el vinculo terapéutico. Considero a modo personal que es de suma importancia evaluar y reconsiderar la forma en que abordamos e informamos lo que está sucediendo en especial durante los primeros encuentros, cuando es un terreno movedizo.
EliminarToda vida humana surge de acuerdo con sus propias circunstancias, y esto nos debe llevar a pensar dónde está en juego la vida de un sujeto y antes de tomar una resolución. Es necesario seguir fortaleciendo las políticas públicas y se debe robustecer las nuevas corrientes epistemológicas, que prioricen al hombre como un solo ente empoderado logrando resolver sus propias dificultades diariamente para mejorar calidad de vida propia y sus circunstancias.
ResponderEliminarEs importante como nuestro rol es respetar siempre el sentir del paciente, no caer en juicios de valores y respetar sus propias creencias, culturas, etc., situación que no se genero en todos los tiempos realizando políticas publicas no aptas de orden social afectando las instituciones tales como salud, educación, habitabilidad sin entornos óptimos para la persona y familia, situación que afecta hasta nuestros tiempos en los sectores más vulnerables. Por tanto, es importante entender la cultura de cada individuo, para no perder nuestro sentido social ni nuestra orientación política. La construcción social de la enfermedad también es fundamental comprender que estamos ante un paciente con una enfermedad, ya sea que se manifieste en la salud física o mental, y debemos tener cuidado al hacer cualquier tipo de intervención que no hagamos Violencia en términos de diagnóstico, superación del estigma y proporcionar un mejor piso que pueda nivelar las deficiencias que ya se presentan, con la finalidad de ser parte de esta sociedad, que ya es compleja.
Pertenezco a dos equipos que se realizan las reuniones clínicas y se otorga la importancia de analizar al paciente, con la finalidad de brindar una atención integral y eficiente, es importante tener en cuenta cómo interactúan lo social y lo biológico, en toda instancia.
Espero que el señor Huerta continúe con su labor de investigación, que tiene trascendencia social, y que siga enfocándose en los problemas y situaciones cotidianas actuales para que la psiquiatría pueda traer nuevos cambios positivos a la sociedad.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarMe hace mucho sentido tu comentario en relación al velar siempre por el bienestar y mejor calidad de vida para el paciente, considerando no solo aspectos biológicos si no también analizar lo ambiental, contexto actual, conocer sus vivencias, escucharlos y atender a sus discursos de manera que el establecimiento de objetivos estén enfocados según la necesidad de cada usuario(a) y priorizando lo significativo para cada uno(a), no se deben reproducir las acciones violentas relacionadas con el diagnóstico. Debemos continuar con el desafío que conlleva derribar el estigma que lamentablemente aún se continua visualizando.
EliminarCoincido contigo Evelyn en la idea de ver al usuario en su totalidad, evitando realizar juicios y prejuicios. Nuestro objetivo principal es eliminar la estigmatización y ser agentes comunitarios comprometidos con la rehabilitación y el cuidado continúo, tanto para el usuario como para su familia. Una buena instancia de poder generar un acercamiento hacia el usuario es en el espacio de reunión clinica, ya que de allí podemos generar un plan de acción en pro de cuidados y porque no también en la psicoeducación tratando de dejar a un lado todo el estigma que a veces incluso los mismos familiares o redes generan hacia el usuario.
EliminarAl visualizar el video de Rafael Huertas y leer los textos disponibles, nos permite continuar observando cómo ha evolucionado la psiquiatría a lo largo de la historia, los enfoques en ámbitos de historia social y cultural de la locura, el paso de manicomios a hospitales psiquiátricos y posteriormente los avances que ha tenido la psiquiatría hasta hoy. Se visualiza como la locura será tratada como enfermedad al pasar los años. Algo importante a analizar es como se hace énfasis y se describe el tratamiento moral de la locura, siendo este una forma de intervenir sobre pensamientos, ideas equivocadas del sujeto y sacar al loco de su error. No hay que dejar fuera el entorno como un factor importante a modificar o nos quedamos muchas veces estancados, limitando avances.
ResponderEliminarLa visión de los trastornos mentales se va construyendo socialmente y varían a lo largo del tiempo. Los pacientes y sus aflicciones o enfermedades han evolucionado con nosotros. Hay que tomar en cuenta los factores sociales, económicos, culturales más allá de lo biológico que han influido en la práctica psiquiátrica.
Los Terapeutas Ocupacionales debemos velar porque los métodos de abordaje e intervenciones sean siempre orientados al beneficio de cada usuario(a), no continuar reproduciendo normas que van en contra de los derechos humanos y dignidad de cada persona, cada intervención y establecimiento de objetivos deben ir enfocados según necesidad de cada uno(a), considerando siempre la etapa de su vida en la que se encuentra, contexto actual, conocer sus vivencias y priorizar lo significativo para el usuario(a).
Estas reflexiones nos permiten estar constantemente reevaluando nuestra practica e intervenciones con los pacientes, no hay que dejar de lado la ética y la importancia de velar por su bienestar.
Javiera, es un gusto leer la forma en la que posicionas la importancia y el respeto de tu desempeño profesional. Trabajar con terapeutas ocupacionales ha sido un elemento fundamental en mi día a día, la forma en que generan un impacto en un usuario es indescriptible, el seguimiento, la evaluación constante. Y si bien es cierto pueden existir normas, pautas. Es necesario diferenciar, personalizar, reconocer al paciente como un otro que también puede expresar sus necesidades y deben ser comprendidas por nuestra parte. Su enfoque holístico y personalizado contribuye significativamente a la mejora de la calidad de vida de las personas que enfrentan trastornos mentales. De forma personal, puedo decir que parte de el seguimiento de mis usuarios van de la mano en primera instancia con las terapeutas ocupacionales de mis equipos, la calidez humana, la forma empatica de comunicarse, el vinculo terapeutico y el trabajo en equipo ha logrado resultados maravillosos y despatologizar es una de las metas que se pueden llevar a cabo educando al usuario, la familia y su entorno, aunque no sea parte de la "norma colectiva".
EliminarA lo largo de mi práctica profesional pocas veces me he detenido a pensar de esta forma en la historia de la medicina, salvo al estudiar determinadas patologías, pero no en un sentido más amplio y abstraído como lo propone el Dr Rafael Huertas o en el texto anterior estudiado “Locura de la Psiquiatría”.
ResponderEliminarCon los textos y la clase, nuevamente recordamos a Pinel como exponente de la técnica maniconial, que “libera a los enfermos de sus cadenas”, en este momento fundacional de la psiquiatría, o la ilusión de Pinel de clasificar y encontrar “la etiología” a estas patologías mentales. También, el Decreto del 16 de marzo 1790 donde se involucran otros agentes sociales (procuradores, jueces, médicos, entre otros), se establen “los locos” como enfermos, se nombran como hospitales a estas instituciones “de salud”, se garantiza la legalidad de recluir un paciente en un hospital, y la necesidad de una estructura “protocolos” que establezcan diagnósticos y eventuales tratamientos.
Además, conocer las visiones de Foucault, por ejemplo, en donde el manicomnio entrega este “tratamiento moral” como un mecanismo pedagógico disciplinario para devolver al “loco” a la sociedad. El tratamiento moral (E. Leuret), donde se define la locura, entiendose como “pasiones desordenadas” e “ideas equivocadas” con las que trabajan los alienistas, y los primeros mecanismos de contención, el aislamiento celular y el sillón giratorio de Darwin.
Entender la historia de la locura, el degeneracionismo o como el control social establecido por la medicina, la religión y las leyes, que se van desarrollando hasta lo que hoy es nuestra práctica clínica. Los primeros hospitales como auspicio o casa de detención para los pacientes de enfermedades mentales, en ocasiones, tratamiento en contra de su voluntad, nos hace reflexionar sobre este frágil equilibrio entre control social y tratamiento psiquiátrico/psicológico.
En resumen, la historia es fundamental para entender el presente, y además, es necesario entender que “cualquier investigación o reflexión histórica tiene, aunque no lo pretenda, una carga ideológica y, por tanto, unas connotaciones políticas”.
Por otra parte, comparto la idea expuesta en el texto de “la enfermedad” como un constructo biológico, político, social y cultural, y “de alguna manera, la enfermedad no existe hasta que hemos acordado su existencia, al percibirla, nombrarla e intervenir sobre ella” la estipula como un concepto que pudiese aparecer y desaparecer, o en ocasiones evolucionar a una nueva enfermedad, descrita como estas “enfermedades transitorias”, donde identificamos estos “síntomas” y establecemos lo que llamamos “enfermedad mental”, o según el punto de vista de Hacking, encontramos “Los cuatro vectores”, y a propósito de esta “nueva enfermedad” se propone un diagnóstico y tratamiento adecuado. Entonces es aquí, donde me pregunto sobre la actual polémica con el diagnostico de trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), enfermedad que hoy en día se plantea la posibilidad de un sobrediagnóstico o sobremedicación, o como se ve influida esta bajo la industria farmacéutica.
Sin ir más lejos, considero que lo que se ha discutido en base a lo expuesto por Rafael Huertas y ya lo hemos mencionado previamente, y algo destacable en lo expuesto por German Berrios, es sin duda, esta vision de la psiquiatria como un continuo en construcción. No una psiquiatria rigida. Va acorde a un momento historico. En base a esto mismo, debemos ser concientes que no somos dueños de la verdad, y si más adelante tenemos una mejor propuesta o forma de tratar a nuestros usuari@s, será esa la forma a utilizar. Siempre pensando en el bienestar de nuestr@s pacientes.
EliminarEste tema me parece fascinante ya que, nos hace reflexionar sobre nuestro quehacer desde lo formativo hasta lo clínico, pero, además, nos permite integrar nuevos autores que se enfocan en la relevancia de la historia de la medicina y de la psiquiatría desde una mirada crítica y necesariamente politizada. No es que se plantee una postura política de manera persuasiva o proselitista sino más bien, una mirada política activa que implica pararse en nuestro contexto como profesionales, con ciertas características o privilegios sociales atribuidos, y analizar desde ahí nuestro pasado y presente para poder proyectar nuestro actuar, objetivos y hasta necesidades a futuro que no disten de lo que se está considerando y se va a considerar como “locura”. Pienso inmediatamente en una conversación casual que tuvimos con algunas amistades respecto al inexistente diagnóstico de TEA que predominaba en nuestro contexto de infancia y adolescencia y como eso a algunos los hacía dudar de su existencia como diagnóstico actual. ¿Solo porque en aquellos años no existía una categorización que permitiera su diagnóstico amplio o, quizás también, porque en nuestro contexto mas bien precario y con escaso acceso a salud adecuada esto no era un tema ni una prioridad familiar o, quizás porque la lectura de ese momento histórico, respecto a la crianza y la educación tanto familiar como formal no coincidía con el crear una etiqueta en torno a estas dificultades que podían presentar ciertos niños o adolescentes, actualmente este diagnóstico no existe??? O aún peor, ¿esas personas no existían? El hecho irrefutable es que, para nosotros, en ese momento eran inexistentes. Por lo anterior, el concepto de inventar/construir personas me hizo sentido porque me atrevería a decir que ejemplos como ese hay miles y muy interesantes de analizar.
ResponderEliminarEs necesario tener esta cercanía con la historia, con una mirada crítica siempre y saber o conocer como esta se va construyendo en la actualidad ya que “quien no conoce su historia está condenado a repetirla” y creo importante tomar en cuenta esto para nuestro amplio desempeño futuro.
Hola Annette, me pasó lo mismo respecto "el inventar personas" y el TEA, estoy completamente de acuerdo contigo, pero también lo pensé desde otro punto. Siento que de alguna manera el hablar mas abiertamente sobre la neurodivergencia, también dió crédito para patologizar conductas que solo son distintas, y que en vez de abrir la discusión respecto a como las altas exigencias que vivimos como generación no permiten varianzas mínimas, hace pensar que el problema reside en uno (así sea una versión soft del TEA), entonces se va dando un discurso donde el funcionar distinto solo tiene cabida dentro de los limites de la neurodivergencia, a veces sin cuestionar el modelo de exigencias imperante
EliminarBueno Rafael huertas profundiza en su vision critica de los constructos sobre la psiquiatria en los documentos y video del trabajo en esta oportunidad, ahora profundizandola usando la propuesta de Ian Hacking sobre la "enfermedad mental transitoria" influenciada por los postulados de Charles Rosemberg y George Rosen sobre la importancia de ampliar el concepto del abordaje al trastorno psiquico tiene elementos muy validos, pero tal como el mismo lo plantea, tambien ideologicos del mismo autor, pareciera una critica necesaria pero a la vez usando ejemplos muy convenientes a sus postulados, pero bueno es imposible no hacerlo, personalmente me parece interesante como profundización de los temas vistos con anterioridad. Lo que encontre muy interesante fue sobre las 3 funciones de la historia de la ciencia, epistemologica, contextualizadora y critica. Principios a mi parecer necesarios para obtener mayor vision sobre cualquier disciplina en general
ResponderEliminarPrimero, me es innevitable no mencionar lo entretenido y amable que se me hace leer a Rafael Huertas, y luego de leer sus entrevistas entiendo por qué. Su postura ética como historiador de la medicina se logra percibir en sus trabajos (la propuesta de un cambio de pareceres de manera ágil, fluida, generosa y crítica sin ser violenta, con intención de contribuir al conocimiento desde la generosidad intelectual), luego de comparar otras lecturas que intentan discutir temáticas similares, y lo acercan a mi parecer, a una historiografía de la psiquiatría aplicable y trascendente.
ResponderEliminarDesde la sesión pasada hemos abordado lo relevante que es conocer la historia y el contexto sociocultural de las psiquiatría que hemos heredado, y cómo finalmente la psicopatología se ha ido modelando según los procesos sociales. El análisis de Huertas sobre la aplicabilidad del modelo de Ian Hacking de "enfermedades mentales transitorias", nuevamente hace referencia a que los fenómenos de salud mental tienen formulación social e intelectual, y por tanto de carácter dinámico, jugando un rol a la hora de mediar el control social, como ocurrió con patologizar los deseos de libertad del esclavo, o como a partir de esas narrativas se justifican genocidios (por todas las teorías de la degeneración). Y queda mas que en evidencia la responsabilidad ética de conocer nuestra propia historia, de no apresurarnos en etiquetar situaciones, mas bien mirar el contexto completo de cada uno de los individuos.
En el punto en donde hace referencia a "Inventar/construir personas", y la aparición del efecto buclé, me puse a pensar en como se está dando actualmente este fenómeno, y como en los tiempos actuales todo requiere de una etiqueta para justificar su funcionamiento (porque, claro, ya no hay espacio para la diversidad en bajo el modelo de rendimiento actual). Y es que en los tiempos contemporáneos, da la sensación que para justificar que una persona funcione fuera de la norma establecida se requiere de un diagnóstico, ya sea porque "el colegio lo exige" porque es incomprensible que un niño no sea capaz de sostener la atención sentado en su silla con clases expositivas (incluso haciendo uso vicioso de escalas que están pensadas en medir impacto y no diagnosticar), "porque la COMPIN permite 6 semanas de reposo, y aún no se recupera del impacto de la muerte de un ser querido", "porque el juzgado necesita saber imputabilidad”, “porque así puede postular al cupo de inclusividad” “porque así tramitan la interconsulta más rápido”, lo que muchas veces lleva a los pacientes a comportarse de determinada manera, o incluso a los mismos clínico a forzar un diagnóstico (Esto último lo he visto mucho en consultorías, donde con frecuencia ante la justa sensación de sentirse sobrepasados por las demandas de un paciente, se le deriva con diagnósticos como Trastorno afectivo bipolar, esquizofrenia, buscando soluciones a problemas sociales a través de la instalación de esquemas farmacológicos, o descarga a otros servicios). Y creo que en este punto es nuestro deber aprender a ser transparentes con nuestros usuarios y sus familias, saber centrar los discursos en el alivio, validar las vivencias que se escapen de lo normativo, psicoeducar sobre la validez de un diagnóstico, y por qué no hablar también de su historia.
Creo que la labor como historiador de Huertas y sus equipos de investigación es especialmente valiosa, por su mirada democratizadora del conocimiento, que busca darse a entender, abrir la discusión, que no busca solo los relatos de los grandes autores, sino que también se vale de los registros clínicos, administrativos, judiciales, aterrizando la discusión a la práctica misma. Me quedo con la curiosidad sobre qué diría acerca de la experiencia latinoamericana.
Hola! me parecieron muy pertinentes tus ejemplos de este bucle legitimador del diagnóstico psiquiátrico, donde etiquetas permite construir un tipo de persona cuya subjetividad se determina por dichas etiquetas. Señalaste lo del TEA (condición con importante sobrediagnóstico) y agregaría en época de redes sociales y contenidos viralizados la exigencia de los niños, niñas y adolescentes para identificarse y "auto-etiquetarse" excesivamente rápido en relación al desarrollo de su identidad
EliminarUno de los aportes de mayor relevancia que atrapó mi atención al leer cada texto fue según Hacking, los nichos de la enfermedad mental entendiéndose estos como los lugares suficientemente amplios en los que se dan las condiciones ambientales adecuadas para que la enfermedad mental pueda desarrollarse. Estos nichos son de gran relevancia pues actúan como vectores que, al interactuar en varias direcciones, generan la aparición de la enfermedad mental. Sin embargo, Hacking también plantea que estos nichos pueden cambiar o desaparecer, lo que puede llevar a modificaciones en la manera de entender y clasificar las enfermedades mentales. Los cuatro vectores que, según Hacking, ejercerían en el interior del nicho ecológico de la enfermedad mental son los siguientes:
ResponderEliminarLa nueva enfermedad debe encajar en algún sistema taxonómico, debe poder ser nombrada y reconocida de acuerdo con el lenguaje científico al uso. La enfermedad debe ubicarse entre dos elementos, lo malo y lo bueno; el vicio y la virtud, siendo a la vez objeto de admiración colectiva y de testimonio de un comportamiento degradado que crea inquietud o repulsión. Obviamente, las valoraciones éticas de la bondad o la maldad están sujetas a variaciones históricas, lo que supone una complejidad y un interés añadido. La enfermedad ha ser "visible" e identificable como desorden y/o como sufrimiento, como "comportamiento patológico" en suma, tanto para los expertos como para la población en general. Dicho comportamiento patológico debe permitir alcanzar objetivos vitales que sería imposible alcanzar de una manera normalizada, lo que ayudaría al reclutamiento social de los individuos que padecen la enfermedad.
Aunado al gran impacto de un nicho expresado en los vectores y sus roles, surge la sumatoria, el resultado final: el impacto del proceso "inventar/construir personas". Como se crea y se define la identidad de una persona a través de la interacción entre psiquiatras, médicos, psicólogos y la propia experiencia y narrativa de la persona etiquetada. Como este proceso va implicando la creación de categorías y clasificaciones que se utilizan para describir y diagnosticar a las personas, generando consecuencias en la forma en que son tratadas y percibidas por la sociedad. En la clase el Huertas resume en de un modo bastante crudo pero realista el día a día del manejo escalonado de la salud mental sin embargo nos enseña como partió la toma decisiones resumiéndolo en la siguiente frase “Intentar integrar al loco en la sociedad, posteriormente el manicomio pasara de considerarse una institución terapéutica a considerarse un depósito de crónicos cuando el tratamiento moral fracase.” Pues en primera instancia se tenía que el tratamiento moral era una suerte de terapia pedagógico disciplinaria acorde al canon colectivo, cultural. Al no cumplirse efectivamente ere pertinente considerar el depósito de crónicos, es aquí donde La sociedad desempeña un papel fundamental en la salud mental, ya que influye en la forma en que se percibe, se comprende y se aborda la enfermedad mental. La sociedad puede contribuir a la estigmatización y discriminación de las personas con problemas de salud mental, lo que puede dificultar su acceso a la atención y tratamiento adecuados. Además, la sociedad puede influir en la construcción de normas y expectativas sociales que pueden tener un impacto negativo en la salud mental de las personas.
Por otro lado, la sociedad también puede desempeñar un papel positivo en la promoción de la salud mental. Puede fomentar la inclusión social, la aceptación y el apoyo a las personas con problemas de salud mental. La sociedad puede promover la conciencia y la educación sobre la salud mental, así como la creación de entornos saludables y favorables para el bienestar mental, es decir, hacer posible la modificación o flexibilización de los vectores del nicho de la enfermedad mental.
Por medio de la lectura, entrevistas y visualización del video podemos observar como la historia de la psiquiatría ha ido forjandose de cambios a lo largo de los años. El Dr. Rafael Huertas deja plasmado un componente muy importante que es la parte sociocultural dentro de la historia, considero que en la actualidad es de gran relevancia en como el usuario se ve inserto dentro de su propia historia.
ResponderEliminarInteresante conocer como de los manicomios se intenta cambiar a una institución de salud, que quizás por mucho tiempo fue algo similar pero con distinto nombre, y que actualmente es algo a lo que no quisieramos retornar. La liberación de "los locos" de sus cadenas es una frase que sin duda me llena de mucha incertidumbre, se marcó un hito en la historia con estos sucesos, sin embargo pienso que esto siempre fue teñido del estigma que hay en la salud mental, lo cual como hemos visto hasta ahora en el curso es algo en que se ha ido trabajando pero sin duda se sigue manteniendo en el tiempo.
Comparto la idea con mis compañeros, en que la historia de la Locura o de la prsiquiatría es primordial para poder entender el presente, ya que nos permite entender como lograr brindar una atención de calidad centrada en el usuario y en su entorno social. Además nos ha permitido ir entendiendo como se llegó a la psiquiatría actual.
Por otra parte me llama la atención el concepto que da Hacking, sobre las "enfermedades mentales transitorias" la que define como aquella que aparece en un tiempo y un lugar determinado y/o desaparece sin dejar rastro o reaparece en otro lugar , destaca que estas enfermedades requieren de un nicho ecológico en el que las condiciones ambientales propicien para que la enfermedad pueda desarrollarse. Basándome en este concepto, cual sería el ambiente o nicho ideal para favorecer un buen pronóstico en el proceso de la enfermedad? Vivimos en una actualidad muy acelerada y con harta carga estigmatizante socialmente, si consideramos estos factores como vectores generaría sólo algo negativo al usuario que fue recientemente diagnosticado, viéndolo así nos vemos como principales partícipes profesionales y de herramientas en pro de la continuidad de cuidados de dicha enfermedad, considero que es de gran relevancia trabajar a favor de esto.
Hola!
ResponderEliminarDestaco dos ideas principales que desprendo de los textos.
1. La determinación de los procesos sociales e históricos en la definición del problema de la psiquiatría (como ya hemos visto, de la locura a la salud mental) su diagnóstico y tratamiento. Lo descrito como "enfermedades mentales transitorias" refleja las influencias del contexto sobre la particularidad de la atención médica en que no es posible pensar que todo depende de la relación médico-paciente enmarcada en un lugar clínico, ya que la forma de trato, si esta ocurre en un centro ambulatorio o cerrado, si el tratamiento es psicoterapia, fármacos o trabajo depende de un sustento de saber y prácticas sociales legitimando u orientando lo que hay que hacer. Teóricamente esto se explica de forma muy clara con los vectores intervinientes en la historia del diagnóstico en psiquiatría, de Haking, como el análisis de la teoría de la degeneración.
2. El autor describe explícitamente su compromiso ideológico, definiendo una postura crítica al desarrollo de la psiquiatría española y su vinculación con el Franquismo, dictadura criticada por el autor. Fue interesante en una de las entrevistas donde él señala la predilección de esa psiquiatría institucional por la fenomenología de Jaspers por provenir de un autor contrario al marxismo y al psicoanálisis. Si bien no me parece razonable, según lo anterior, establecer una mirada crítica a la fenomenología y su influencia en la psicopatología del autor es indubable que algunos discursos han sido utilizados para fines sí criticables, como el análisis al cambio del DSM III como una actualización neo-kraepeliniana que permitió hacer listas de síntomas y trastornos según trastornos definidos con sus implicancias en la medicalización de la sociedad. Por ende la teoría y la ciencia si tienen componentes ideológicos imposibles de olvidar para hacer un adecuado análisis.
Por último, varios compañeros han señalado también en ejemplos la relación de las exigencias y posibilidades que otorga la sociedad para el desarrollo de algún tipo de psiquiatría. Por ejemplo Fabiola Osorio que señala la exigencias de diagnóstico para resolver problemas escolares, licencias o documentos que los pacientes solicitan
En la lectura “En torno a la construcción social de la locura”, me gustó mucho como Rafael Huertas nos invita a reflexionar sobre la compleja relación entre la percepción social de la locura y su abordaje psiquiátrico a lo largo del tiempo. En este artículo, Huertas destaca cómo las nociones de locura han sido moldeadas por diversos factores culturales y cómo estas construcciones influyen en la conceptualización y tratamiento de las enfermedades mentales. Nos recuerda además que la construcción social de la locura ha sido un proceso complejo y cambiante, lo que nos lleva a repensar el modelo actual de atención en salud mental en Chile para garantizar una mejor calidad de vida y bienestar para todas las personas que enfrentan dificultades en este ámbito. Es una tarea de la sociedad y las instituciones trabajar en equipo para construir un enfoque más inclusivo y humanizado en el cuidado de la salud mental.
ResponderEliminarPor otra parte, concuerdo con Huertas en lo expresado en su clase sobre la importancia de conocer la historia. Es a través del estudio retrospectivo que podemos apreciar cómo las concepciones y prácticas en torno a la locura han evolucionado, influenciadas por factores culturales, sociales y políticos.
Reflexioné mucho en mi tiempo de servicio en una urgencia. Es desalentador ver cómo persisten los prejuicios y la discriminación hacia aquellos que padecen enfermedades mentales. En 2023 aún vemos como muchas personas mantienen la idea de que las enfermedades mentales no son “tan legítimas y dignas de atención” como cualquier otra enfermedad física. Son vistas como meras invenciones o debilidades personales, y no como condiciones reales que pueden afectar a cualquiera de nosotros en algún momento de la vida.
Karla, como mencionas, he presenciado situaciones en las que la atención a usuarios de psiquiatría se ve afectada debido a la falta de importancia atribuida a los trastornos mentales. Esto lleva a que algunos pacientes se sientan poco respaldados, estigmatizados o marginados por el personal. Aunque no todos los profesionales caen en este patrón, es preocupante que exista. En ocasiones, he acompañado a usuarios de psiquiatría en servicios de urgencias, y he notado que cuando están acompañados por personal de la unidad, se les brinda una mayor prioridad. Sin embargo, este acompañamiento no siempre es posible, lo que destaca la necesidad de superar estas brechas en el tratamiento, incluso entre los profesionales de la salud.
Eliminarhola karla, tambien me ha tocado presenciar situaciones en las que el usuario se ve afectado por la poca priodad que se da a los usuarios que presentar trastornos de salud mental. pacientes se sientes estigmatizados por el propio equipo de salud, sienten que molestar que " les quitan el tiempo a los funcionarios " han llegado a miniminzar sus problematicas que incluso dejar de acudir a solicitar lo que es su derecho, horas para el control medico o psicoterapeutico.
EliminarEste estigma se ve sobretodo en las atenciones de salud de urgencia donde he escuchado testimonios en los que los funcionarios han dicho que los dejan esperando aproposito sin atencion afuera para que se dejen de molestar
Primero que todo debo mencionar que los textos citados y el video estaba todo interconectado, desde la historia misma fluida y viva, avanzó hasta hacerla evolucionar, pero no sólo un conocimiento científico, sí no también, por el avance de la sociedad y la cultura, así mismo por necesidades “políticas” (La necesidad de los Burgueses). Sin ánimos, de inventar algo, denotando nuevamente a la psiquiatría híbrida o “mixtosa”.
ResponderEliminarLos textos que más me llamaron la atención fueron dos “La historia no sin política” y “En torno a la construcción social de la locura. Ian Hacking y la historia cultural de la psiquiatría”. Respecto al primero, sobre todo en la pregunta inicial, hace referencia a que no se puede desligar lo objetivo de lo subjetivo, no se puede “deslindar radicalmente, por un lado, el sujeto y el objeto del conocimiento y, por otro, los juicios hechos y los juicios de valor”, por lo que siempre conlleva a una “carga ideológica” y, por tanto, unas connotaciones políticas.
Reflexionando, me explicaba, porqué la psiquiatría, o mejor dicho la salud mental, no puede descartarse de tener una influenza política clara, para poder apoyar a todos esos factores sociodemográficos y culturales, que afectan, como factor ambiental, a una persona que padece de una enfermedad mental, lo cual ya he dado cuenta en mis experiencias como medico primerizo y que se me confirman ahora como residente primerizo. Pero si seguimos avanzando, con respecto a lo que concierne a la política (polis), nos vamos dando cuenta algo asombroso de este ramo de la medicina: la psiquiatría esta viva, por que la cultura/sociedad esta viva y en la medida que esta se desarrolla, nuestra querida rama de la medicina, evoluciona, se transforma o como por generación mendeliana, reaparece un rasgo antes suprimido.
Lo último descrito, es emocionante, ya que por ejemplos termino como Trastorno de personalidad limítrofe o borderline, o bien, trastorno de personalidad antisocial se modifican en nuevo término, sin afectar su clasificación, para avanzar a conceptos menos peyorativos y que ayuden, a una menor estigmatización de este trastorno, esto es estar vivo. También, seria más aceptable para el paciente y su entorno, una nomenclatura más aclaradora, para dar cuenta de una condición tan compleja como ella.
Todo esto último es importante, ya que, en mi corta experiencia e interacción con pacientes, he visto a muchos pacientes que por un diagnostico de depresión o trastorno afectivo bipolar, siente de una manera muy intensa (sobre todo el último). En tanto, tomo una actitud calma y les explico sobre el contexto y la condicion de la patología. Luego que se tranquilizan y podemos conversar, y hacen denotar situaciones de su entorno cultural y social cercano. Si extrapolo esto y lo llevo a algo más macro, me doy cuenta de que hay mucho sufriendo solo por el nombre.
Por eso que es importante que sea la enfermedad mental transitoria, para que pueda evolucionar en el tiempo, y creando, otras denominaciones (quizás con el mismo contenido), pero significadoras para el que sufre. Por esto último, esta ideología, tiene que ser llevada a las polis y sus políticas, también por los que hacen Salud mental, para impactar positivamente en esas esferas macros donde están envueltos, como todos, los paciente de salud mental, y así hacerlas evolucionar positivamente.
Es importante explorar la historia social de la medicina y la psiquiatría desde una perspectiva comprometida con los aspectos sociales, culturales y políticos de la salud. De la lectura de los textos concluyo que es relevante considerar la historia y las prácticas pasadas para desarrollar estrategias más efectivas y comprensivas en el ámbito de la salud mental actual.
ResponderEliminarMe hace sentido entender cómo la locura y ciertos trastornos mentales son productos de la interacción entre factores sociales, culturales y científicos en un momento histórico específico.
Según mi análisis, es fundamental tener en cuenta cómo los cambios culturales, las representaciones en los medios de comunicación y las prácticas institucionales pueden influir en la forma en que percibimos y abordamos ciertos trastornos mentales. Es esencial ser consciente del impacto significativo que pueden tener los diagnósticos y etiquetas psiquiátricas en la vida de las personas, tanto en su percepción personal como en su interacción con las instituciones. La comprensión de estos factores culturales puede ayudar a evitar la estigmatización y fomentar una visión más compasiva y humana de la salud mental. Además, nos hace conscientes como psiquiatras del poder controlador social que puede tener nuestra profesión y práctica (lo que históricamente ha llevado a aberraciones como ejemplo reciente la psiquiatría en el franquismo de España). Desde la perspectiva de la salud pública, esto también es relevante para desarrollar estrategias más efectivas en la prevención y atención de la salud mental.
Creo que en esta oportunidad las lecturas y clases de Huerta agudizaron mucho más la influencia de lo sociocultural en la salud mental. Como psicóloga, siempre es importante el cuestionamiento de la influencia de los factores sociales dentro del malestar. Los diagnósticos aparecen como una forma de explicación y lenguaje "común" en relación a un conjunto de síntomas que aquejan a un ser, diagnósticos que tienden a evolucionar constantemente. Y aquí me llamó mucho la atención la idea del looping como las consecuencias que tiene el diagnóstico como evento en la historia vital de alguien (o de grupos). Los síntomas dan cuenta de un dolor psíquico al cuál le ponemos nombre, y que consiguientemente van generando otro tipo de malestar por el mismo estigma, y así.
ResponderEliminarAlgo que me parece importante es la consideración final del texto de Huertas sobre Hacking en relación al determinante social y la enfermedad "real o construida".
En mis sesiones ha surgido muchas veces la duda sobre "qué tan inventada" es esta enfermedad o trastorno mental, o donde la misma persona siente culpa por el malestar a raíz de considerarlo poco real. Pienso que si bien es importante cuestionarnos los factores socioculturales que originan, definen e influyen en un diagnóstico, no debemos olvidar que incluso cuando esos factores sean más potentes que un desequilibrio neuroquímico (digamos por ejemplo la depresión como respuesta a angustias socioeconómicas), no significa que ese malestar sea menos real.
Me ha tocado presencial la invisibilización del dolor en salud mental justificada por diferentes profesionales ya que lo que le sucede "no es tan real". Incluso si no es en sí misma un diagnóstico preciso, ¿por qué lo dejamos de ver como un sufrimiento?
Aquí pienso en cuando Huertas habla de una creación histórica con crítica y reflexión más que acumulativa. El sufrimiento humano es parte de la historia, recibir un síntoma sin darle significado independiente de si corresponde o no a un diagnóstico hegemónico es contribuir a la acumulación de pseudoconocimiento sin sentido. Y contribuir además, al estigma tan circular que vive quién está "mentalmente enfermo": me siento mal, no quiero ser enfermo, no consulto, me enfermo más, crisis, me diagnostican y llego al punto que quería evitar: soy enfermo, lo cual me enferma aún más. Y este ciclo es meramente cultural y sociopolítico, ya que es la historia y sociedad quienes deciden cuando se está enfermo, no la medicina en sí misma como una herramienta aislada.
No debemos olvidar que nuestro quehacer clínico está inscrito en una determinada sociocultura, que nos influye y la cual construimos.
ResponderEliminarLa exposición del Dr. Rafael Huertas me ha dejado impresiones profundas y reflexivas sobre la historia de la psiquiatría y la percepción de la locura a lo largo del tiempo. Su énfasis en la importancia de considerar el contexto cultural, la visión de la sociedad, el clima político y económico, así como otras variables en momentos específicos de la historia, resalta la complejidad de los diagnósticos, tratamientos y juicios de valor morales que se han aplicado en diversas situaciones.
La complejidad de los diagnósticos clínicos y la noción de que el concepto de locura ha sido influenciado no solo por aspectos médicos y de salud, sino también por consideraciones teológicas, legislativas, morales y sociales, me lleva a cuestionar hasta qué punto la psiquiatría ha sido una entidad médica o, en su lugar, una entidad más vinculada a lo social y político. Este enfoque multidimensional plantea interrogantes sobre la necesidad real de intervenir o corregir la percepción “degenerativa de los usuarios” es mas una necesidad de la sociedad para que sea más cómoda, por así decirlo.
mi reflexión también se extiende al tema de la coerción en psiquiatría y sus posibles consecuencias. dado que ya he pasado por otras temáticas del curso antes de esta lectura por mi desfase en realizar ciertos temas me llama la atención de que el doctor manríquez que fue el último que hizo una exposición actualmente dijo de que es súper importante tomar en cuenta las posturas del paciente y en base a eso me tocó evidenciar un acto coercitivo donde un paciente está rechazando constantemente y verbalizando la necesidad de no tomar algunos medicamentos sobre todo algunos medicamentos específicos que le generan impotencia funcional en el área sexual que le está afectando rotundamente en su relación de pareja y en cada una de las intervenciones el relata esto cuenta su desconformidad en el tratamiento y solicitando específicamente que se le suspenda un fármaco qué en estricto rigor podrías cambiarse por otro o podría incluso probar la monoterapia en el caso de él ya que llevar todo tiempo compensado y tiene muy buena adherencia al tratamiento y al seguimiento tanto el equipo multidisciplinar yo como la adherencia farmacológica es muy autónoma no en tanto en la toma de decisiones eh en su inserción social el trabaja vive solo es muy independiente y aún así existe un miedo del equipo tratante de hacerle esto ajuste farmacológico eh pensando en que se puede compensar su patología él tiene trastorno depresivo bipolar y ha tenido 3 episodios hipomaníacos el último tuvo la necesidad de hospitales nación pero todos ellos en contexto de consumo que actualmente ya no tiene hp entonces yo creo que existe la posibilidad de un consenso entre el terapeuta entre su médico tratante y el paciente El relato de un caso donde un paciente expresa su resistencia a ciertos medicamentos, solicitando ajustes que podrían mejorar su calidad de vida, destaco la importancia de considerar las posturas del paciente. La resistencia del equipo tratante a realizar ajustes, incluso cuando el paciente tiene un buen insight y autonomía en su vida diaria, plantea preguntas sobre el ejercicio de poder en la toma de decisiones médicas.
EliminarEl momento crítico para mi fue cuando el médico tratante rechaza de manera directa las solicitudes del paciente, incluso dejando claro que evitará futuros controles para evitar discutir cambios en el tratamiento. Esto suscita una profunda reflexión sobre el poder que ejercemos como profesionales de la salud sobre aquellos que buscan nuestra ayuda. ¿Hasta qué punto estamos dispuestos a dialogar y compartir el proceso de toma de decisiones con el paciente, considerando las repercusiones que tienen en su vida cotidiana?
En última instancia, este episodio me lleva a cuestionar la naturaleza de la relación médico-paciente y la necesidad de una colaboración más equitativa. La reflexión persistente sobre el poder, los estigmas sociales y la conformidad con ciertos diagnósticos es esencial para garantizar que las decisiones médicas respeten verdaderamente las necesidades individuales de cada paciente, fomentando una atención más centrada en la persona.
Gracias a la historia que nos muestra el Dr. Huertas, es claro cómo el contexto político-social ha dejado cicatrices profundas difíciles de ignorar, generando secuelas en nuestra sociedad occidental y estigmas asociados a nuestra área. Esto nos lleva a preguntarnos si hoy en día podríamos estar cometiendo errores similares, sesgados por nuestro contexto actual, sin ser conscientes de posibles atrocidades que serán evidentes en el futuro.
ResponderEliminarHemos vislumbrado apenas una pincelada de la evolución del concepto de locura y su transformación hasta el presente, influenciado por normas culturales, creencias, valores y estructuras de poder contemporáneas. Así, es crucial prestar atención a la construcción social de los diagnósticos de enfermedades mentales para ampliar nuestro enfoque y comprender mejor la complejidad de la salud mental y los estigmas que pueden surgir al etiquetar a una persona.