El síntoma no como producto individual sino como producto cultural, históricamente determinado y dinámico.

 ​"el ​abandono por la psiquiatría de la interpretación del síntoma en favor del objetivismo positivista que pretende convertirlo en signo, dej​ó​ en manos de la antropología y de la teoría que esta genera, la responsabilidad de asumir el síntoma no ya como producto individual sino como producto cultural, históricamente determinado y dinámico en ​ethnoscapes[i] ​específicos. Si bien el autor ​era​ consciente de los diálogos entre el psicoanálisis y las escuelas psicológicas y la antropología del siglo XX, también lo era de la crisis del individualismo clínico de estas últimas al no poder trascender la dependencia de la psiquiatría del modelo médico hegemónico, algo que Foucault apuntó ya en su primera tesis​ E​nfermedad mental y personalidad, y Robert Cast​el​ en Le PsychanalismeEste mismo problema l​o​ arrastraban la psicología, el psicoanálisis y la psiquiatría clínica por las limitaciones de la teoría cultural que sus representantes manejaban, y a menudo por el desinterés de los que trabajaban en la producción de la teoría cultural en contemplar las limitaciones de la producción intelectual de los clínicos " (Comelles , 2018).

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Comelles , ​JM (2018) Signos, síntomas y promesas de futuro. A modo de prólogo. p. XI. En Martínez-Hernáez, A (2018) Síntomas y pequeños mundos. Un ensayo antropológico sobre el saber psiquiátrico y las aflicciones humanas. ​Barcelona: Antrophos Editorial; Mexico: Universidad Autónoma Metropolitana -Itzapalapa.


[i] El concepto de  ethnoscapes​ (​ paisajes étnicos​), ​creado por el antropólogo Arjun Appadurai se caracteriza por el reconocimiento de la intangibilidad de los flujos de realidades en constante desplazamiento. En Disjuncture and Diferente in the Global Cultural Economy, Appadurai lo define como “un paisaje de personas que constituye el mundo de desplazamientos en el que vivimos: turistas, inmigrantes, refugiados, exiliados, trabajadores temporales, y otros grupos en movimiento y personas que constituyen una característica esencial del mundo, y parecen afectar la política entre las naciones en un grado sin precedentes hasta hoy”.

 

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  4. Primero que todo debo mencionar que los textos citados y el video estaba todo interconectado, desde la historia misma fluida y viva, avanzó hasta hacerla evolucionar, pero no sólo un conocimiento científico, sí no también, por el avance de la sociedad y la cultura, así mismo por necesidades “políticas” (La necesidad de los Burgueses). Sin ánimos, de inventar algo, denotando nuevamente a la psiquiatría híbrida o “mixtosa”.

    Los textos que más me llamaron la atención fueron dos “La historia no sin política” y “En torno a la construcción social de la locura. Ian Hacking y la historia cultural de la psiquiatría”. Respecto al primero, sobre todo en la pregunta inicial, hace referencia a que no se puede desligar lo objetivo de lo subjetivo, no se puede “deslindar radicalmente, por un lado, el sujeto y el objeto del conocimiento y, por otro, los juicios hechos y los juicios de valor”, por lo que siempre conlleva a una “carga ideológica” y, por tanto, unas connotaciones políticas.

    Reflexionando, me explicaba, porqué la psiquiatría, o mejor dicho la salud mental, no puede descartarse de tener una influenza política clara, para poder apoyar a todos esos factores sociodemográficos y culturales, que afectan, como factor ambiental, a una persona que padece de una enfermedad mental, lo cual ya he dado cuenta en mis experiencias como medico primerizo y que se me confirman ahora como residente primerizo. Pero si seguimos avanzando, con respecto a lo que concierne a la política (polis), nos vamos dando cuenta algo asombroso de este ramo de la medicina: la psiquiatría esta viva, por que la cultura/sociedad esta viva y en la medida que esta se desarrolla, nuestra querida rama de la medicina, evoluciona, se transforma o como por generación mendeliana, reaparece un rasgo antes suprimido.

    Lo último descrito, es emocionante, ya que por ejemplos termino como Trastorno de personalidad limítrofe o borderline, o bien, trastorno de personalidad antisocial se modifican en nuevo término, sin afectar su clasificación, para avanzar a conceptos menos peyorativos y que ayuden, a una menor estigmatización de este trastorno, esto es estar vivo. También, seria más aceptable para el paciente y su entorno, una nomenclatura más aclaradora, para dar cuenta de una condición tan compleja como ella.

    Todo esto último es importante, ya que, en mi corta experiencia e interacción con pacientes, he visto a muchos pacientes que por un diagnostico de depresión o trastorno afectivo bipolar, siente de una manera muy intensa (sobre todo el último). En tanto, tomo una actitud calma y les explico sobre el contexto y la condicion de la patología. Luego que se tranquilizan y podemos conversar, y hacen denotar situaciones de su entorno cultural y social cercano. Si extrapolo esto y lo llevo a algo más macro, me doy cuenta de que hay mucho sufriendo solo por el nombre.

    Por eso que es importante que sea la enfermedad mental transitoria, para que pueda evolucionar en el tiempo, y creando, otras denominaciones (quizás con el mismo contenido), pero significadoras para el que sufre. Por esto último, esta ideología, tiene que ser llevada a las polis y sus políticas, también por los que hacen Salud mental, para impactar positivamente en esas esferas macros donde están envueltos, como todos, los paciente de salud mental, y así hacerlas evolucionar positivamente.

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