Trabajo Obligatorio del 13 al 01 de julio: ¿Qué son las enfermedades mentales?. Los problemas del diagnóstico


"Al abordar la cuestión de la enfermedad mental se imponen dos preguntas: ¿en qué condiciones se puede hablar de enfermedad en el terreno psicológico?; Y ¿qué relaciones podemos definir entre los hechos de la patología mental y los de la patología orgánica? Todas las psicologías se han ajustado a estos dos problemas: están la psicologías de la hieterogenedad, que se niegan -como lo ha hecho Blondel- a interpretar como psicología normal las estructuras de la conciencia mórbida y, en el otro extremo, las psicologías analíticas o fenomenológicas que procuran incorporar la inteligibilidad de toda conducta, aún la demente, en significaciones anteriores a distinción  entre lo normal y lo patológico. Encontramos una división análoga en el gran debate sobre la psicogénesis y la organogénesis: por un lado, se indaga la etiología orgánica -desde el descubrimiento de la parálisis general y su etiología sifilítica- y, por el otro, se analiza la causalidad psicológica, a partir de los trastornos sin fundamento orgánico, definidos fines del siglo  XIX como síndrome histérico.

Retomados tantas veces, estos problemas hoy hastían y no tendría sentido resumir los debates a que dieron lugar. Pero si podemos preguntarnos si el hastío no se debe que siempre se le da el mismo sentido a nociones tales  como enfermedad, síntomas o etiología, ya sea que se esté hablando de patología mental o de patología orgánica. Si nos cuesta tanto definir la enfermedad y la salud psicológicas, ¿no será porque no se esforzamos en vano en aplicarles masivamente conceptos destinados también a la medicina somática? La dificultad de encontrar una unidad entre las perturbaciones orgánicas y las alteraciones de la personalidad, ¿no procede de suponerles una estructura del mismo tipo? Más allá de las patologías mental y orgánica, hay una patología general y abstracta que domina a ambas y les impone, como prejuicios, los mismos conceptos y les indica, como postulados, los mismos métodos. Querríamos mostrar que la raíz de la patología mental no debe buscarse en ninguna " metapatología" sino en cierta relación, históricamente situada, del hombre con el " loco" y con el hombre verdadero.

Con todo, es necesario hacer un balance rápido para recordar cómo se constituyeron las patologías tradicionales o recientes y, al mismo tiempo, para mostrar de que datos previos debe ser consciente la medicina mental para encontrar un nuevo rigor.".

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Michel Foucault. Enfermedad mental y psicología. 1* ed .Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Paídos, 2016 (título original Maladie mentale et psychologie. Quadrige / PUF, 2011)

  

Trabajo de la quincena: 

  1. Vea el Video de la Conferencia HIBRIDISMO EPISTEMOLOGICO Y PSIQUIATRIA, del Profesor Germán Berríos
  2. Lea el artículo Manuel Desviat (2010). Síntoma, signo e imaginario social. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría30(1), 125-133. 
  3. Lea el artículo de Norberto Conti y Daniel Matusevich “Lo importante es no tomar sus textos como catecismos, sino como herramientas para pensar la locura y la psiquiatría”. Entrevista al Profesor Rafael Huertas.
  4. Lea el artículo José Carlos Bermejo Barrera.: Psiquiatría y lenguaje: Filosofía e historia de la enfermedad mental. 

Complementariamente puede 

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La sesión sincrónica será el Lunes 03 de julio desde las 19:00 hrs.

Comentarios

  1. Nunca me había detenido a considerar la historia de la psiquiatría ni mucho menos cuestionar su desarrollo y evolución, tal cual me pasó en el pregrado, tomaba toda la información como verídica, inclusive “de forma apodíctica”. Con los años, ya trabajando, fui descubriendo lo rápido que cambia la medicina, lo sencillo que me era opinar respecto a decisiones de otros colegas, y lo soberbio que se veía desde afuera cuando me tocaba ser espectador de una crítica no constructiva entre pares. Porque ¡qué rápido se pasa la micro en medicina!, es tan fácil quedarse atrás y terminar tomando decisiones médicas que hace poco parecían tan correctas y que ahora son tan obsoletas. Comencé a pensar que mientras yo trabajara con personas, no era sustentable a largo plazo la posibilidad de dejar de aprender, de no cuestionar, de quedarse parado a medio camino cuando el avance de información y los nuevos descubrimientos son como el flujo de un río, nunca se detiene. Analizando los textos, la psiquiatría como tal es mas bien reciente, y su estructura se ha ido forjando lentamente, con errores y aciertos. Me pasa que hoy en día tengo una postura de defenderla, defender la psiquiatría y la salud mental, pero ¿defenderla con qué? Desde la antigüedad se consideraron las enfermedades mentales relacionadas a etiologías que hoy en día parecen descabelladas, de causa sobrenatural, o por posesiones demoniacas, donde la religión tomaba un rol preponderante, obviamente todo esto generando un estigma y un aislamiento a las personas que se ha ido manteniendo incluso en la actualidad. Sin embargo, aún frente a la estructura actual psiquiátrica hay movimientos detractores que están en desacuerdo respecto a los cimientos de la psiquiatría, y es que históricamente ha ido quedando al debe de la sociedad. Entonces siempre cabe la posibilidad de que el actual sistema taxonómico o la nosología pueda ser una manera de ordenar (que siempre consideré para efectos prácticos de utilidad extrema), y no obstante, aún así favorezca la etiqueta, el error, y el sobrediagnóstico. En este contexto, ampliar la visión y permitir abrir la mente a certidumbres que creemos fijas puede ser una buena exposición para estar siempre cuestionando. En uno de los textos Rafael Huertas recomienda la lectura de varios autores, dentro de ellos Byung-Chul Han. Justamente hace unos meses había comenzado a leer Vida contemplativa de él, pero tuve tantas dificultades para continuarlo, dado que, de forma abrupta e insólita, sentía atacado mi don de la proactividad, donde uno de mis bienes más preciados era puesto sobre la palestra para ser desmenuzado y desestimado sin escrúpulos. Avancé un par de páginas, pero continuamente volvía sobre las mismas hojas con una postura defensiva, me recordó mucho a la sensación que tuve cuando leí Mindfulness en la vida cotidiana de Kabat-Zinn, donde el mensaje tenía un contenido parecido, apreciar la inactividad. Ahora que en estas pocas semanas de postgrado, en donde de forma constante he visto mis pilares ser derrumbados de forma continua, me parece un buen momento para retomar la lectura, y con esto no estoy diciendo que pueda abrirme sin resquemor a los brazos de la contemplación, sin embargo, la oportunidad yace en las posibilidades del cuestionamiento, porque he considerado que lo hermoso de poner en tela de juicio mis creencias, es que si las mantengo se fortalecen, pero si se quiebran se abren frente a mí miles de nuevos paisajes.

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    1. Sin lugar a dudas el camino que nos queda por delante es un constante aprender y desaprender. La forma en que se sustentan los conceptos utilizados por la psiquiatría para abordar la enfermedad mental son tan cambiantes y moldeables según la época y contexto en que surgen, que llega a ser un tanto vertiginoso el intentar formarse una opinión sólida al respecto.

      Comparto tu opinión sobre el constante derrumbar de los pilares de conocimiento sobre los que sustentamos nuestra práctica. Pero, al mismo tiempo, siento que es una invitación a seguir profundizando y abriendo los horizontes de nuestra área de disciplina; pues, solamente a través de un enfoque transdisciplinario (incorporando necesariamente la filosofía, historia y otras ciencias humanas) podremos aprehender más íntegramente los conceptos de salud y enfermedad mental.

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    2. Hola, de acuerdo con ustedes y continuando con el cuestionamiento y a mi sentir el despertar en esta disciplina que he elegido como forma de vida, efectivamente es vital "EL APRENDER Y DESAPRENDER CONSTANTEMENTE" la evolución de los tiempos y determinantes actuales han hecho pensar que la psicopatología es solo competencia del medico y nada mas, asociado a el deseo de querer encasillar con diagnósticos y tratamientos en constante evolución, realmente siento que esta parte nos invita no solo a cuestionarnos sino a la investigación, al constante intercambio de información que nos permita avanzar.

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    3. Ignacio:
      Felicitamos tu introspección y la sinceridad con la cual la expones.
      Cuando dices " ¡qué rápido se pasa la micro en medicina!, es tan fácil quedarse atrás y terminar tomando decisiones médicas que hace poco parecían tan correctas y que ahora son tan obsoletas" debes considerar que la medicina y la psiquiatría, que constantemenre reclaman estatus "científico", son campos de prácticas situadas en contextos históricos concretos y dinámicos, que plantean desafios a estas prácticas obligándolas a una readecuación constante y muchas veces alejada de "los principios", éticos, profesionales o científicos que declaramos como los fundamentos de estas prácticas.
      Por otra parte, este estatus "científico" postula una objetividad, universalismo y ahistoricidad del proceso salud/enfermedad/atención-prevención, que no guarda ninguna relación con lo que ocurre en la vida de las comunidades y los sujetos.
      Ampliar la mirada en 360° grados nos lleva a identificar "las constantes en los cambios continuos" y rescatar aspectos de tensión que se mantiene en esencia a lo largo de la historia, aunque se invisibilicen por cambios menos sustantivos.

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    4. Ignacio, que interesante lo que expones, estoy de acuerdo con lo que planteas acerca de que la nosología si bien es base para nuestro ejercer puede favorecer la etiqueta, el error, y el sobrediagnóstico, esto me refuerza lo que nos han mencionado tantas veces "el poder de los psiquiatras", finalmente el situar a alguien dentro de la locura lo marca para siempre, es por eso que estas reflexiones nos mueven a "etiquetar" a los pacientes desde una mirada humana, abrazaos

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  2. Me pareció muy interesante el tema de esta sesión, ya que se expresa la necesidad de ampliar la mirada y capacidad de análisis, más allá de la visión biomédica, hacia una visión más integradora y poder ser capaces de reconocer a esta especialidad medica no solo como tal, sino indudablemente como una ciencia social.

    Respecto a lo anterior es muy interesante como en uno de los textos incluso se cuestiona sobre si la psiquiatría es una ciencia o no y da muy interesantes argumentos al respecto. Y es que precisamente este debate sobre el que se plantea que el síntoma en salud mental no es solo aspectos biológicos, sino que se plantea una naturaleza “hibrida” junto con configuradores personales, familiares, sociales y culturales, es una de las razones por las que comencé a resonar y plantearme como una posibilidad de camino profesional y laboral a seguir durante mi formación en el pregrado. Sobre esto, es que, si bien a diferencia del “resto de la medicina” donde hacía mucho sentido el enfoque biomédico, siempre me faltó y me llamo la atención “la otra parte” donde si bien en la actualidad se hace un esfuerzo por reconocerla, siento que falta mucho para poder ponerla en practica y que cobre un sentido.

    Sobre esto es que durante el inicio de mi practica laboral en el programa de salud mental en APS, pude ver en carne propia el tan necesario trabajo en equipo, el cual encontraba era algo básico y fundamental para poder hacer bien mi trabajo, ya que me permitía tener una visión más amplia sobre lo que le estaba pasando al usuario, es que además muchas veces se me planteaba la duda sobre si esto era o no una “patología” o era el resultado de las condicionantes sociales y económicas y sobre las cuales, si se lograra intervenir, se lograría un mas favorable resultado que solo aportando fármacos, muchas veces ante los cuales me plantee si realmente estarías cumpliendo alguna función o no.

    Además, por lo mismo, si bien siempre he encontrado un rol muy importante y vital a la salud mental en nuestras vidas, siempre fue uno de los temas de conversación con amigos del programa de salud mental, el que se plantea en uno de los textos, acerca de la sobre patologización actual. Y en base a esto, es que si bien lo que se nos enseña y se nos trasmite es la importancia de manuales diagnósticos como el DSM o el CIE y por lo mismo es que en el pregrado se nos entrenó, creo incluso, a hacer un check list y lograr categorizar la queja sintomática del paciente a toda costa, es que me he sorprendido gratamente durante el poco tiempo que llevo como becado y sobre todo en este curso y tema actual de discusión, ya que es todo lo contrario al prejuicio que el resto o incluso uno tenia de la especialidad, sino como muy de acuerdo estoy con el comentario anterior de Ignacio, es que se nos plantea una invitación muy importante a cuestionarnos los pilares que pensábamos era lo “correcto o lo establecido” acerca de la Psiquiatría y permitirnos el reflexionar y mirar la historia de esta para poder tener una visión lo mas amplia posible tanto acerca sobre que es un síntoma o trastorno mental para así poder ser mejores y más integrales profesionales con nuestros pacientes.

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    1. Comparto mucho tu opinión respecto a las dudas que no generan a veces los padecimientos de nuestros pacientes. Muchas veces hace poco sentido intentar solucionar el malestar de alguien empastillándolo, si al hablar con él salta a la vista que el origen de su sufrimiento recae en inequidades estructurales y factores sociales que permanecerán inmutables independiente de si le doy o no una sertralina, por dar un ejemplo.

      Siento que ejemplos como este y como lo que tú planteas resaltan la real importancia del enfoque comunitario en Psiquiatría. Ya no es viable quedarse únicamente con la parte biomédica, sustentándo todo el sufrimiento de nuestros pacientes con la neurobiología como dogma explicativo. Si bien esta es una parte innegable y necesaria a la hora de abordar la enfermedad mental; también es igual de necesario el trabajo conjunto entre distintas disciplinas para lograr abordar al paciente de la forma más holística posible, a modo tal de realizar intervenciones con un verdadero potencial de cambio.

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    2. Muy de acuerdo con lo que ambos mencionan, el otro día conversaba con uno de los docentes el concepto de "Enfermedad Mental" a raíz de una paciente que se sentía agobiada, con alteración en el sueño y tenía el deseo constante de agredir a su pareja, quien la agredía a diario. Y ahí conversábamos algo muy similar a los que dice Sebastián de si es o no una "patología", porque al final para nosotros ella solo tenía una respuesta normal frente a una situación donde se veía en constante amenaza y en este caso considerábamos patológico el no hacer nada o no tener un instinto de defenderse. Por lo que coincido con ustedes en que siempre debemos ser capaces de ver más allá, de poder abordar a los usuarios de manera integral y ser capaces de entender como ellos viven cada síntoma.

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    3. Sebastián:
      La medicina y la psiquiatría en particular no solo apuntan a tratar los problemas de salud, sino que visto "desde afuera", desmistificando nuestros propios discursos y construcciones mitológicas, son prácticas disciplinarias de alto impacto social. Como tales están vinculadas a lógicas de poder que incluyen el identificar, nombrar, diagnosticar, prescribir y controlar a colectivos y sujetos, según criterios muchas veces muy discutibles.
      Lo que describes como prácticas en el Programa de Salud Mental en APS, resulta particularmente cuestionable. La APS debiera ser el nivel menos medicalizado en un buen sistema de salud, en el que la personalización y la contextualización de la atención fuera un instrumento clave, en donde la narrativa del usuario y su entorno fuese una herramienta central en la construcción de la salud y el tratamiento de la enfermedad.
      Pero las prácticas del médico y del equipo de APS están capturadas por una lógica instrumental, en la que el reduccionismo biomédico, la medicalización y medicamentalización son impulsadas por el managerialimo neoliberal que se ha apoderado del corazón y la razón del sistema sanitario bajo el nombre de la "gestión en salud", más apropiadamente la "gestión economicista de los insuficientes recursos asignados a los sistemas públicos de salud en el cointexto de nuestras sociedad neoliberalizada".

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  3. Resulta interesante el ejercicio de cuestionar las categorías diagnósticas que a veces vemos como algo tan férreamente establecido e inmutable. ¿Realmente están tan bien cimentadas como para tomarlas como un dogma? La poca experiencia que he tenido durante este mes y medio de beca me hace sentir que no, y es precisamente debido al carácter etéreo y voluble de los diagnósticos que debemos enfocarnos más en la esencia de la dolencia de nuestros pacientes, en lugar de entramparnos en buscar la etiqueta diagnóstica precisa, tal como a veces sucede en la práctica.

    De la mano de esta idea, me llamó mucho la atención la forma en que el contexto sociopolítico y los distintos paradigmas preponderantes en las distintas épocas determinan fuertemente las nociones diagnósticas que empleamos a diario. Es así como, influido claramente por la psiquiatría estadounidense, han adquirido gran relevancia hoy en día los manuales diagnósticos como el DSM y CIE en la práctica clínica habitual. Hay detrás de esta concepción de la psiquiatría y la enfermedad mental, un enfoque centrado en reducir toda la riqueza de la vivencia del paciente a categorías sintomáticas bidimensionales, donde no importa el cómo lo vive, sino si está presente o no. Probablemente esto venga en consonancia al modelo económico en que vivimos y desarrollamos nuestro día a día; pues, de esta forma, se transforma a la dolencia en algo computable, almacenable en bases de datos y trabajable mediante estadísticas; se transforma algo sumamente abstracto en algo artificiosamente concreto, con lo cual se pretende trabajar y obtener el mejor perfil de costo-beneficio con las intervenciones a realizar en base a estos datos.

    A modo de ejemplo, recuerdo mucho los controles de salud mental que presencié en mis internados de Atención Primaria. Teniendo de base todo este paradigma subyacente a la noción de enfermedad mental que ya comentamos, se suman además las limitaciones estructurales dadas por la falta de profesionales, espacios, recursos y tiempo en atención primaria. De esta forma dichos controles contaban, a lo sumo, con 20-30 minutos por paciente; tiempo que, claramente, es insuficiente para realizar una atención adecuada. A raíz de esto toda la dolencia, toda la vivencia del paciente se veía reducida a una plantilla tipo checklist que el médico tenía preparada con antelación (y aplicaba indistintamente a todos los pacientes de salud mental), con lo que el control se resumía en averiguar “¿Tiene esto o no? ¿Tiene aquello?”. Así, se perdía la riqueza del relato del paciente respecto al cómo vive sus síntomas, siendo condensado todo en ítems sintomáticos tipo “Ánimo bajo: Si; Llanto fácil: No; Ideación suicida: Si, 1 vez a la semana”, por dar algunos ejemplos.

    En conclusión, no es una cosa menor la relación entre el paradigma preponderante de la época y las categorías diagnósticas; pues es, precisamente, en base a estas últimas que se planean y ejecutan intervenciones terapéuticas. Por lo que resulta necesario conocer los presupuestos que subyacen a nuestro quehacer en psiquiatría, con el objetivo de identificar estos posibles puntos de conflicto y lograr abordar a nuestros pacientes de la forma más íntegra y satisfactoria posible.

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    1. Siempre sentí que APS era un lugar donde importaban más los números, y la calidad quedaba en segundo plano. Era tan difícil tratar de dar una buena atención con tiempos tan reducidos que efectivamente uno o se subía al tren o se quedaba parado en la estación de la frustración. En un comienzo pensaba que lo más importante era conseguir el diagnóstico para indicar el fármaco. Hoy en día no me parece nada más que insensible y poco profesional. Pensaba que subirse al tren era producir, ¿pero a qué costo? ¿Era tan importante completar las casillas del diagnóstico en formato CIE 10 y dejar la ficha completa, a costa de probablemente cometer errores por la premura de tener todo listo? A veces pienso que es tan fácil perder el foco, basta errar un poco la orientación, tomar otro rumbo, no cuestionar y de pronto, un día, despertar siendo alguien que hace algo que nunca quiso hacer.

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    2. Hola, no podría estar mas de acuerdo contigo Nicolás, la Atención primaria esta enfocada en cumplir estadísticamente ciertas metas que desplazan los reales objetivos de un centro de salud, los profesionales nos compartamos como robots, recuerdo que debía quedarme un poco mas tarde para llenar las fichas cardiovasculares, porque no me alcanzaba el tiempo para poder realizar una buena evaluación medica y al mismo tiempo llenar toda la ficha, pero como dice Ignacio o me quedaba en la estación o tomaba el tren. pienso que se quedo en un modelo reduccionista la atención primaria, es momento de evolucionar y avanzar.

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    3. Concuerdo con lo mencionado, la APS está conceptualizada como el primer frente para la atención de los problemas de salud mental y quien tiene a cargo la resolución de la mayoría de ellos, pero carece de los recursos y la infraestructura para esa importante labor. Falta de box, falta de horas médicas, falta de cargos de psicólogo donde hay un psicologo para cada sector, es decir para cada 10.000 inscritos (!), y los rendimientos que no son los adecuados para poder otorgar una atención de calidad. Es lamentable, y tiene la urgente necesidad de mejorar, de tener estándares mejores.

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    4. Comparto mucho tu experiencia, durante mi internado de salud familiar, ante el modelo de atención de CESFAM, era muy frecuente centrar la atención en aspectos administrativos, limitado por la disponibilidad de recursos humanos y económicos, condicionando la toma de decisiones a reducciones del tipo "depresión leve-moderada-severa", y cumplimiento de criterios diagnósticos. La parte mas triste es que bajo este modelo se resuelven el 80% de los problemas de salud mental.

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    5. A mi juicio el problema del funcionamiento de la APS no puede reducirse a la falta de recursos económicos, materiales y humanos.
      Los marcos que ordenan los usos de los recursos existentes privilegian prácticas centradas en la enfermedad, entre ellas el "discurso" (lo que se hace y lo que se dice; y lo que no se hace y no se dice). Si yo soy en enfermólogo mi diálogo privilegiado es con enfermos, o peor aún, con enfermedades que circulan transportándose en humanos

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  4. Coincido con mis compañeros en el interés que me genero leer el material otorgado, esta incertidumbre respecto al límite de la normalidad y lo patológico; la influencia de nuestro ambiente, contexto, cultura, sociedad y/o religión para poder otorgar validez a un concepto o a un conjunto de síntomas subjetivos expresados por una persona; me impresiona que bajo esa misma línea psicopatológica clínica , rica en síntomas , es donde nos hemos visto entrampados , entendiendo que un diagnostico psiquiátrico requiere tiempo, dedicación y probablemente varias sesiones, hemos querido acotar , protocolizar o agrupar dentro de un numero de criterios tal cual CIE o DSM patologías que son todo lo contrario, que van mas allá de un check list y que requieren nuestra completa atención e integración contextual para otorgar un diagnostico adecuado.
    Si tuviera que resumir de alguna forma diría que Las enfermedades mentales son un conjunto de signos y síntomas que generan malestar significativo a un individuo dentro de un contexto especifico, por lo tanto juega un rol fundamental el ambiente donde se desenvuelve esta persona y como ella misma lo vive.
    Dentro de mis experiencias actualmente me encuentro desempeñándome en el CECOSAM de Nueva Imperial, Novena Región, en esta localidad existe un Hospital Intercultural y tenemos el caso de una usuaria mapuche , adolescente, con Trastorno Ansioso Depresivo , quien tenía pesadillas recurrentes en las que escapaba , frente a lo que su familia lo asocio a un llamado Machi y se negaban al tratamiento médico inicialmente , sin embargo la usuaria sufría no solo por los síntomas , sino que porque no quería ser Machi y si quería continuar en el liceo con sus amigos en una vida “ normal”. En este caso para su familia no era una enfermedad lo que estaba experimentando, sin embargo para ella si lo era, los síntomas la incapacitaban y pese a crecer en una comunidad indígena ella no se sentía involucrada en estas creencias en su totalidad, por lo tanto podemos apreciar que para poder otorgarle el valor de enfermedad en este caso es una suma del cuadro clínico y de lo que el mismo paciente refiere que le aqueja.

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    1. hola! Me parece super interesante tú experiencia con esta usuaria mapuche. Aquí se puede reforzar lo que en los distintos artículos que hemos leído, hacen énfasis en que la persona que presenta distintos síntomas de enfermedad mental debe comprenderse desde su entorno familiar, comunitario y todo lo que esto conlleva, en este caso la cultura mapuche es muy rica en símbolos, mitos, valores, que en este caso para ellos lo que experimentaba esta persona se orientaba más hacia un aspecto mágico y/o ancestral, donde hace muy difícil poder brindar un tratamiento óptimo para lo que consulta la usuaria. Aquí se puede entender con claridad lo que Rafael Huertas plantea como perspectiva no esencialista, donde es muy importante la entidad cultural en la que esta inmersa el individuo

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    2. Hola a ambos, me llamó la atención este comentario, porque antes de ingresar a la beca de psiquiatría infantil, me desempeñé por 6 años en el Hospital de Lonquimay, en la región de la Araucanía, como médica EDF. Y efectivamente al igual que Javiera, tuvimos experiencias similares con pacientes adolescentes mapuche pehuenches, pero en nuestro caso lo que mas evidenciamos eran cuadros de agitación psicomotora, que eran considerados "episodios psicóticos" pero al indagar en la historia, eran adolescentes en su período de formación y transición a Machi, por lo que culturalmente era "normal" las manifestaciones en estas pacientes. Debo reconocer que para mi, que soy Huinca (no mapuche), en un principio me fue bastante "chocante", pero luego del tiempo fui enriqueciéndome de esta hermosa cultura y entendiendo los procesos espirituales y su cosmovisión del origen de las Mapu Kutran (enfermedades mapuches) que son muy diferentes a las Huinca Kutran y por tanto, la necesidad del trabajo intercultural para poder llegar a un tratamiento eficaz.
      Saludos a ambos y buen fin de semana largo.

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    3. Hola, super interesante los comentarios y me interesaría mucho continuar la discusión a propósito del ejemplo que plantea Javiera. Me gustaría aportar planteando la cuestión referente al ejercicio del poder por parte de la psiquiatría que se comenta en los textos revisados.
      Como se ha mencionado la definición de enfermedad mental nos permite discutir en torno a cómo se construye el conocimiento y a partir de esto las distintas categorías con las que trabajamos diariamente en nuestro quehacer, en mi caso como médico. Estas categorías, como se menciona en los textos, se construyen en un contexto histórico, cultural, paradigmático particular, por tanto, están definidas en su esencia por las relaciones sociales que a su vez definen dichos contextos. En este espacio surge la tendencia normalizadora que establecen las sociedades probablemente para mantener su propia existencia, pero que, en todo momento, resulta arbitraría y no siempre sintónica con el mundo objetivo, todo esto a propósito de la dificultad misma de acceder a dicho espacio. Es durante esa tendencia normalizadora cuando surgen tecnologías tales como la psiquiatría que buscarán abordar la cuestión de la desadaptación de individuos o comunidades que se alejan de la normalidad presupuesta como real para el paradigma dominante, y recurrirán a sus herramientas específicas (pero no necesariamente efectivas) para reconducir a los desadaptados, o por último atribuirles un espacio más amigable dentro de la sociedad normal, como sería la propia circunscripción al espacio de desadaptado pero contenido por la sociedad, a pesar de que esto involucre sufrimiento como moneda de cambio. Esto bien se ejemplifica en la interacción (o choque) de dos culturas con paradigmas distintos, como es el caso que propone Javiera, choque que se plantea en diferentes niveles, sean estos institucionales e individuales, pero que finalmente suponen una crisis en torno a los limites de la normalidad para una y para otra cultura, espacio donde ambas ponen en marcha aparatos normalizadores que no necesariamente son sintónicos con las necesidades intimas de la persona, que dentro de dicha crisis, experimenta sufrimiento.
      Todo esto nos debiese inducir a cuestionar nuestra práctica cotidiana, desde el punto de definición de las categorías que utilizaremos para clasificar a las personas, la interacción que mantenemos con la sociedad y sus distintas estructuras, así como el rol que estaremos desempeñando dentro la sociedad de la cual somos al mismo tiempo parte.

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    4. Gracias Javiera, Bernardo, Paulina y Juan Pablo:
      La situación que mencionas respecto a la adolescente mapuche que para su comunidad está recibiendo un "llamado a Machi", pero en esta coyuntura de su vida al menos no desea asumirlo es muy interesante de problematizar.
      Juan Pablo dice sabiamente "la interacción (o choque) de dos culturas con paradigmas distintos, como es el caso que propone Javiera, choque que se plantea en diferentes niveles, sean estos institucionales e individuales, pero que finalmente suponen una crisis en torno a los limites de la normalidad para una y para otra cultura, espacio donde ambas ponen en marcha aparatos normalizadores que no necesariamente son sintónicos con las necesidades intimas de la persona, que dentro de dicha crisis, experimenta sufrimiento"

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  5. Me parece muy interesante abordar la historia de la Psiquiatría, sus cimientos y distintas visiones a través de la historia. Permite elaborar un punto de vista crítico sobre las distintas visiones que rigen hoy en día la práctica profesional, ya sea desde el punto de vista de la medicina general y de la especialidad misma. Si bien, nuestro País ha ido adoptando las directrices del CIE y DSM para clasificar los distintos trastornos mentales, de tal manera que las personas puedan acceder a las diferentes prestaciones existentes en la red, cabe preguntarse: ¿qué tan útiles llegan a ser estos manuales diagnósticos?, ¿Cuán útiles son en la cotidianidad en la evaluación de los usuarios?
    En mi corta experiencia como médico he podido evidenciar distintos enfoques clínicos de la práctica psiquiátrica, donde algunos profesionales Psiquiatras enfocan su quehacer restringido hacia un polo más biológico y otro hacia lo psicosocial. Pero ambas visiones comparten un punto en común: evaluar al ser humano desde lo biopsicosocial. Al ir transcurriendo mis distintos internados profesionales, pude darme cuenta que en APS se utiliza bastante el DSM y CIE para orientar las probables hipótesis diagnósticas, en donde se deben cumplir por ejemplo, los criterios de tiempo de mínimo 15 días, más uno de dos síntomas cardinales de la depresión asociado a otros 5 más para establecer el diagnóstico, todo muy esquematizado según estos manuales, con la finalidad de poder tratar al paciente y que pueda acceder a las distintas prestaciones según lo que el GES y la red cuenten. En cuanto a mis internados de Psiquiatría pude evidenciar el enfoque principalmente biológico en el que se orientaba la práctica médica, donde se consideraba que la terapia farmacológica era el aspecto fundamental del tratamiento, sin embargo siempre se trabajo en equipo con los distintos profesionales que lo conformaban, donde existía la instancia de entrevista con el paciente y su familia, incorporando al psicólogo, asistente social y terapeuta ocupacional en el trabajo para tratar de optimizar el tratamiento de la persona que requería asistencia psiquiátrica. Posteriormente al trabajar como médico en APS, pude evidenciar la importancia de abordar a la persona como un ser social inserto en una comunidad, donde era obligatorio para que toda persona accediera al programa de salud mental del CESFAM, ser evaluado por médico, psicólogo y asistente social, existiendo un trabajo en equipo en que cada profesional tenía una labor fundamental en la atención de la persona. Lo mismo en mi actual labor como médico becado en el CDT del Hospital Barros Luco, donde la Psiquiatría Comunitaria adquiere un valor fundamental, en el desempeño médico y en la formación de postgrado impartida por la universidad.
    Todo lo anterior me ha hecho dar sentido a todo lo leído en los papers, de lo que llevamos hasta ahora en las clases de Salud comunitaria, en que los distintos síntomas por los que consultan las personas que padecen de algún trastorno mental, debe comprenderse como una realidad en la que confluyen los aspectos biológicos, psicológicos, subjetivos, la interrelación social con la familia, comunidad y sociedad. Adquiriendo importancia las distintas políticas que se imparten en la actualidad, que son un factor importante en el origen, mejora o desmedro de la enfermedad mental, donde me hace sentido la frase del paper síntoma, signo e imaginario social: “el síntoma cobra sentido en la biografía del sujeto y se hace enfermedad según el imaginario colectivo”
    Es importante y significativo no caer en perspectivas reduccionistas al evaluar al individuo con enfermedad mental, es importante englobar todo dentro del marco biopsicosocial, donde en sus distintas aristas pueden traer consigo elementos que causen sufrimiento, malestar o bien encontrar factores protectores que permitan entender y por ende ofrecer un tratamiento óptimo y efectivo para las distintas situaciones que aquejan a los seres humanos.

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    1. Hola Bernardo, coincido completamente en lo que expones y también me hace sentido esa frase ya que expone algo que en algún momento pensé pero no hubiese podido exponerlo de manera tan precisa, "el síntoma cobra sentido en la biografía del sujeto y se hace enfermedad según el imaginario colectivo". Esto es fascinante ya que es tan complejo el establecer lo que son las enfermedades mentales como lo es establecer y analizar en que se encuentra en un determinado momento este imaginario colectivo. Tengo la atemorizante pero, a la vez, agradable sensación de que es justamente ahí donde debemos mantenernos y no alejarnos ni perder el interés de actualizar aspectos coyunturales que pudiesen definir a nuestros pacientes.

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  6. Un tema que venía a mi mente mientras estaba leyendo los textos que se nos compartió, es cómo en nuestra sociedad actual, el lenguaje de la salud mental se ha masificado y popularizado de una manera que -creo- nunca antes había pasado. Hoy en día hay más información sobre salud mental disponible públicamente de la que podemos "consumir" y comprender, por lo que se comienza a interpretar desde la propia experiencia y cultura, como todo en el lenguaje, y pareciera que los trabajadores en salud mental siempre vamos atrasados. Hasta el momento, por la historia de la psiquiatria que pudimos leer, siempre eran los expertos en salud mental quienes daban las directrices de cómo se comprenden las enfermedades mentales segun cada contexto, hoy en dia, esto avanza mucho mas rapido de lo que se puede estudiar. Es por esto que parte del trabajo que se hace desde la psicoterapia es constuir un lenguaje comun con la persona, para que ambos podamos ponerle un nombre a lo que pasa.

    Desde ahí, me queda dando vuelta la cita "La manera por la cual la enfermedad se expresa en cada sujeto va a reflejar a expectativa que cada sociedad tiene sobre el comportamiento de los enfermos", y cómo esto se aplica a algunos tipos de personas y a otros no; la idea de que las personas denominadas "antisociales", como infractoras le ley, y que no se hable de su salud mental si son de clase baja, y no se problematice su consumo o su manejo de impulso, porque simplemente son delincuentes y vienen de determinados contextos sociales. Sin embargo, a personas con mas capital economico y cultural se les solicita de inmediato informes, certificados, o sólo asistir a psicoterapia (aunque no haya disposisicion para el cambio), como estrategia judicial para justificar su comportamiento. Es complejo marcar un limites ahpi de qué se considera enfermedad mental cuando no se ajusta a las reglas sociales, y cpomo esto se expresa en nuestro diario vivir, así tambien las diferencias en los sistemas carcelarios al quedarse solo en el castigo y no en la atención de adaptación social. Es por esto, como lo entiendo yo, la importancia de que se entienda que lo personal es politico, y lo individual existe en el colectivo, cada conducta viene de sistema que la crea desde el rol adjudicado a cada persona.

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    1. Estimada compañera resulta interesante la expresión manifestada, en la visión de la salud mental desde un enfoque, resulta desigual. El acceso y la oportunidad de rehabilitación es para un grupo de la población con mayor poder económico, evidenciando una carencia de oportunidades para el más débil.
      Coincido que la atención desde una enfoque integral en base a determinantes sociales es el camino para conducir a rutas de inequidad y bienestar emocional.

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  7. Es bueno revisar la historia, nos permite revisar los aciertos y fracasos en esta actividad, asi como tambien, recordar grandes pensadores que tuvieron la vision que los problemas de salud menta no los resuelve solo la biomedicina, sino tambien el involucrar el ambiente en que se desenvuelve la persona, tales como el grupo social, la cultura y el medio ambiente en que vive. Los que no fueron escuchados en su momento por apetitos personales o grupales, situacion que se nos repite actualmente frente a la dictadura del cientifismo, intereses de la industria farmacologica y politicas de salud que les interesa el resultado, numero de atenciones, y no el proceso del tratamiento.
    Considero que un buen diagnostico es de vital importancia para la busqueda del tratamiento mas adecuado; para lo cual deberiamos incluir los conocimientos ancestrales, tales como las energias teluricas y cosmicas, no olvidemos que antiguamente existia el diagnostico de "lunatico" como influia nuestro satelite en el estado de animo de las personas. Por tales motivos me gusta la definicion de biosicosocioambiental para evalar a una persona.
    Tambien he cometido el error de tomar algunos textos como catecismo y no alicar mi actitud critica.
    Me alegro de estar participando de esta fuerza renovadora que nos puede llevar mejor a nuestra meta, el bien del paciente.





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    1. Estoy de acuerdo contigo Héctor lo interesante que es aprender de la historia, también el concepto "biosicosocioambiental", donde entiendo se intenta integrar todas estas aristas que nos hacen ser "humanos" y que es mucho más amplio que solo la ciencia.
      También, compartí el escaso cuestionamiento a algunos textos (al igual que lo comentaba Ignacio), pero como tu dices, comparto la alegría de poder participar de este curso para así avanzar en lo que realmente importa, el bienestar del paciente. Saludos!

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    2. Siguiendo la línea del Comentario de Héctor, utilizaré fragmentos de un artículo que publicamos hace algunos años.
      "Si partimos de la concepción indígena de saber, ser y hacer, un primer ejercicio necesariamente debe ser considerar que el concepto de lo "mental" separado de lo físico es una categoría profundamente colonial. Como lo son también los conceptos de ser, persona y ego, los que, por decirlo de una manera simple, no tienen un equivalente semántico en las culturas indígenas, y que conforman la estructura de un sistema de colonización en salud que produce y reproduce las teorías emocionales occidentales.
      En la epistemología indígena mapuche, el ser y el bienestar se basan en el equilibrio de las relaciones sociales/acciones, por lo que son categorías en construcción permanente y en relación dialéctica con 9 dimensiones socio ambientales. La última de estas dimensiones incluye fuerzas y espíritus que viven en el mundo mapuche".
      "Las epistemologías de los pueblos indígenas surgen como una posibilidad de construir una nueva forma de entender la vida, el ser y el bienestar desde las diferencias; un camino para practicar la construcción de una "democracia de varias cosmovisiones" (Viteri Gualinga, 2000).
      Precisamente, el concepto de "Itrofill mongen" se refiere al "ser humano dentro de una cadena de seres vivos que interactúan profundamente con el resto de la naturaleza y los espíritus que existen en ellos ... una colina es un ser vivo, un arroyo, un río, el sol, son seres vivos que tienen un poder y un papel dentro de la cadena de la vida “(Quidel, 2005). En cierto sentido, se relaciona con el concepto occidental de "hábitat" o "ecosistema", pero incluye la relación social de los seres humanos con seres no humanos. Cabe destacar que "Itrofill mongen" está regulado por el "Az mapu": leyes o normas de convivencia consuetudinarias que se articulan en la vida cotidiana a través del “nutramkam”: el diálogo deliberativo y colectivo (Oyarce, 2018ª).
      En la epistemología mapuche, "Kimelkalen" o bienestar se basa en relaciones sociales igualitarias, donde la reciprocidad se convierte en un concepto clave en la construcción dialéctica del “che” -la gente- con "Itrofill mongen". Además, en el repertorio conceptual mapuche, la salud no es un estado opuesto al de la enfermedad ni una esfera separada del conjunto de la vida social; el bienestar está interconectado con otras áreas de la economía, vida religiosa, política, educativa e histórica (Boccara, 2007). Por lo tanto, el kimelkalen depende directamente del estado del Itrofillmongen, es decir de las condiciones del entorno socio-ecológico; por eso muchas enfermedades actuales están asociadas con el deterioro de los ecosistemas y el proceso de pérdida cultural o "awinkamiento", (chilenización) (aculturación) (Quidel, 2005; Cuyul, 2008).
      En este sentido, el Kimelkalen es un equilibrio que se logra (o se pierde) en la relación social con otros seres humanos y no humanos, como dioses, fuerzas y entidades vivientes que pueblan el mundo mapuche, como el "ngen" o espíritus propios de los espacios no domesticados, bosques nativos y fuentes de agua (Quidel, 2005; Oyarce, 2018 a)".
      _______
      Versión en español de párrafos del artículo cuya referencia es : Rafael Sepúlveda Jara & Ana María Oyarce Pisani (2020) New and old knowledge aimed at decolonising mental health: reflections and proposals from Chile, International Review of Psychiatry, 32:4, 334-339, DOI: 10.1080/09540261.2020.1767042, https://doi.org/10.1080/09540261.2020.1767042

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    3. Tiene mucho sentido, como Terapeutas Ocupacionales, nos ocupamos de entender a las personas desde sus diferentes contextos y mas significativos para la personas.
      Como también identificar los factores ambientales que se ven involucrados en las conductas de las personas.
      No basta con solo mirar al sujeto dentro de un box, si no que también identificar como se desenvuelve la persona en su medio natural, casa, colegio, trabajo u otro que sea significativo, lo que nos ayudará a identificar objetivos y favorecer su Desempeño Ocupacional de manera asertiva.

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  8. Primero gracias por los documentos entregados, al igual que mis compañeros en sus comentarios anteriores, esto fue para mi "como un despertar", al igual que muchos no había cuestionado hasta entonces variados aspectos que comentaré y efectivamente los textos de estudio, los consideraba sin una visión crítica, sino casi apodíctica (como dice Ignacio en este mismo blog y con el cual me identifico mucho).
    En mi quehacer como residente de primer año, hasta el momento no me había percatado del todo, cómo los profesionales de salud cada vez nos mecanizamos más en descripción de signos, en convertirnos en recolectores de información, (como el HEADSS en entrevista clínica a adolescentes), en enfocarnos en diagnosticar a base de cumplimientos tipo "check list" de criterios diagnósticos y como vamos dejando de lado el vivenciar del paciente, la sintomatología y el origen psicopatológico, para lograr un diagnóstico integrado. Hasta el momento tenía conocimiento de que los criterios diagnósticos DSM eran una orientación y siempre lo que prima es el "criterio diagnóstico", pero mi entender en esto aún era “robótico”. Ahora es cuando logro unificar comentarios de mis docentes con más años de experiencia, donde ellos enfatizaban el uso frecuente de "entrecomillas y los abre paréntesis", el uso de Karl Jaspers en vez de Capponi, seminarios de fenomenología y entrevista clínica, en vez de trastornos...
    Por tanto, siguiendo la lógica de mi comentario de la clase pasada, la persona es un ser social y como tal la psiquiatría, que se enfoca en comprender y tratar el sufrir para lograr un estado de bienestar integral, que lo inserte como ciudadano en su sociedad y cultura, necesita que los residentes comprendamos la psiquiatría no como una ciencia reduccionista, sino como una disciplina híbrida, tal como dice el profesor Berrios, con necesidad de conocimiento en ciencias sociales, como filosofía, historia, entre otras y las neurociencias, que enriquezcan nuestra aproximación epistemológica de los síntomas y los trastornos y consecuentemente nuestra intervención médica .
    El leer críticamente los textos actuales, como decía otro de los artículos, ya que muchos están teñidos por lo neurobiológico, lo farmacológico, lo estadístico, que muchas veces tienen una doble intención mercantil y de aseguradoras.
    Soy consciente de que mantener un equilibrio es difícil, por un lado la sociedad actual donde todos corren y el dinero mueve montañas, los tiempos son acotados y conlleva a la necesidad de leer manuales diagnósticos y textos científicos que nos mantengan actualizados en el comprender y quehacer actual de la psiquiatría, pero no debemos olvidar la necesidad de filosofar e integrar para una intervención eficaz, considerando la sintomatología en su localización secundaria, afecta al tiempo y a la cultura. Me recuerda esto muchos pacientes con dosis elevadas de antipsicóticos para descontrol de impulsos, sin efectos positivos, porque aun no podemos erradicar la violencia del contexto a la que están expuestos. O cuantos pacientes con depresión "refractaria", o suicidalidad que esconden disforias de género y TEA no diagnosticados e intervenidos desde temprana edad.

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    1. Agradezco mucho el ultimo parrafo de tu comentario Paulina ya que comparto la misma opinión pero no supe expresarla. En una sociedad que nos obliga a vivir con rapidez y que valora la inmediatez, muchas veces nos vemos absorbidos por la circustancia, olvidando que quien tenemos al frente es ser humano que es mucho mas que una patologia y en cual el contexto socioeconomico, religioso, cultural, etc, influye directamente en su mejoría, lo que ha llevado a tengamos un sobrediagnostico de pacientes con enfermedades psiquiatricas "cronicas", traspasando la poca respuesta a tratamiento a su condicion y no considerando nuestras propias limitaciones profesionales.

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  9. No deja de parecerme curioso y tremendamente interesante el cómo y cuánto puede cambiar nuestra visión al ampliar la mirada, revisar una bibliografía distinta y abordar las cosas desde otro punto de vista. Comparto con los comentarios previos de mis compañeros Ignacio y Paulina de cómo cuando estamos en la universidad recibimos toda la información asumiéndola de forma inmediata como verídica e irrefutable, siendo incluso mal visto por nuestros pares y superiores el cuestionar el saber de nuestros maestros, quizás porque asumimos que la experiencia los ha llenado de conocimiento o quizás porque el ego juega un papel importante y no nos atrevemos a dañar el de terceros por miedo a repercusiones.
    Es increíble como, de forma casi sistematica, en medicina tratamos de encasillar todo bajo escalas, clasificaciones, listas predeterminadas, como si toda patologia fuera enmarcable dentro de un formulario y casi bajándole el perfil a factores no cuantificables, es más, llegando incluso a no diferenciar entre “signo” y “síntoma” como expone Desviat y englobando todo en un mismo termino porque asi nos enseñaron, porque asi es mas practico, porque es mas rápido, porque no lo cuestionamos.
    Y quizás ese sea el problema, que a medida que crecemos, perdimos esa capacidad infantil de cuestionar nuestro entorno, transformándonos en maquinas de recepción de información, pudiendo caer muchas veces en generalizaciones, lo cual, en salud mental limita no solo al profesional sino también se torna en un impedimento para el paciente y su recuperación, asumiendo que solo con psicoterapia andará bien o sólo con medicamentos, sin detenernos muchas veces a considerar que es la suma de todos los factores lo que lleva a su bienestar, como plantea Bermejo, el considerar la salud mental como un sistema complejo con muchas aristas, en la que influye no solo el componente biológico sino también psicológico, social, religioso, etc.
    Conocer la historia de las patologías nos lleva a entender muchas veces el cómo se logró tal descubrimiento o por qué indicamos tal tratamiento, pero en enfermedades psiquiátricas es un proceso continuo que aun se encuentra en desarrollo y no sería extraño que en un futuro se de lo que menciona el profesor Berrios, en que las futuras generaciones van a cuestionar nuestro actuar o creencias actuales.
    Me parece relevante destacar la fundamentalidad de lo critico y que se incentive el no perder esa capacidad de cuestionarnos el conocimiento, activar el pensamiento alternativo y de esa forma lograr ampliar nuestros limites para asi lograr entregar lo mejor de nuestra profesión a nuestros pacientes.

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    1. Hola Daniela, yo también concuerdo (lo apostaría) en que no sería extraño que ocurra lo expuesto por el profesor Berríos ya que, al igual que nosotros lo hacemos con lo ocurrido en el pasado, habrán cosas inexplicables o juzgables en el futuro de nuestro quehacer actual. Es por esto que debemos mantener la reflexión como mecanismo permanente de actualización y no solo actualizarnos en guías clínicas, manuales diagnósticos o terapéutica. Es un desafío gigante pero el mantenernos insertos y activos en la sociedad y sus reflexiones me parece super relevante y necesario. Siento que la historia y como se escribe esta no nos debe pasar por el lado a lo largo de nuestras vidas profesionales.

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  10. Es difícil darse cuenta del momento cultural y social que vivimos y ser conscientes de su implicancia en nuestro quehacer profesional y también en nuestras vidas.
    Comparto con mis compañer@s la necesidad actual de la inmediatez y la obtención de un resultado sin dar importancia al proceso que desembocó el desenlace. Eso es algo que en la práctica en Atención primaria es visible y creo que también puede ser visto en la cotidianidad con la información accesible en poco tiempo, nuestra relación con la tecnología y como eso se relaciona con no querer vivir en la incertidumbre.

    Creo que darse cuenta de ello es una ventana para dudar y comenzar a entender por qué en psiquiatría esta forma de vivir y ver la vida no es posible. La psiquiatría está lejos de poder ser entendida a cabalidad por la ciencia cuando sus cimientos son construcciones en base a la observación (donde no vemos la realidad total) en un contexto de la historia. Como decía Berríos, el contexto lo determina todo y se crea un lenguaje y enfermedades que no tienen mas de 150 años y que, por lo tanto, van a cambiar y nosotros seremos participes de aquello.

    Rafael huertas y Desviat hablan de confrontar al reduccionismo biomédico y entender que en este momento de la historia lo científico es lo que tiene mayor aceptación, donde la medicalización a desplazado el componente filosófico. Yo creo que cómo muchas cosas en la vida, se debe llegar a un equilibrio, donde la aproximación sociocultural debe comunicarse con la neurocientífica.

    Desviat decía que es necesario abrir la cabeza y aprender a pensar la psicopatología más allá de las clasificaciones y la importancia del trabajo subjetivo, él no lo excluye y creo no debería, mientras se entienda la historia y como dije al principio se sea consciente del momento cultural y social que vivimos. La crisis estará si radicalizamos ambas posturas. Debemos ejercer entendiendo que ambas aproximaciones conviven en el individuo, donde el contenido del significado del síntoma no sea considerado ruido y donde la interacción entre biología y los códigos psicosociales mencionado por Berríos no deba tener una preponderancia de una por sobre la otra.

    Después de leer los textos pienso que mi deber como profesional es aprender de diversos saberes, entender la importancia del trabajo intersectorial comprendiendo el rol de contexto que rodea al individuo y que se necesitan tener diversas visiones para poder brindar una mejor atención, entender que viviremos con la incertidumbre, estaremos viviendo y siendo parte del cambio y la no pretensión de encasillar a un usuario con un diagnóstico por la necesidad sociedad actual.

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  11. Dentro de nuestra sociedad actual, imbuidos en esta vorágine instaurada por la rutina científica de la que somos parte creo que es importante el poder detenerse a reflexionar las implicancias sociohistoricas de las enfermedades. Esto logra dar cuenta de que este tipo de enfermedades son el resultado de la interacción entre los seres humanos y sus medios sociales y biológicos. Esto lleva de la mano necesariamente el entender cómo se condiciona a través de la historia el trato social dado a estos pacientes. Desde la comprensión religiosa como posesión y el chamanismo en otras culturas (que en su contexto social son considerados normales) pasando por la figura del alienado hasta la nueva instauración del concepto de ser ciudadano. Me parece muy interesante poder extender mi comprensión de la enfermedad a través de la historia de este discurso.
    Esto debido a que fundamenta él proceder histórico del afrontamiento de las enfermedades de la salud mental. Lo cual llega a reforzar la idea de que el aspecto psicológico y social llegan a ser fundamentales al momento de enfrentarnos a la salud mental.
    El enfrascarse bajo la falsa certeza de un positivismo reductor como la teoría biologista de la salud mental, puede llevar no solo a obstaculizar el tratamiento, sino también podemos caer en el mismo juego neocapitalista de las empresas farmaceúticas. De alguna forma negando que las mismas situaciones generadas por este tipo de cultura pueden generar el problema de salud mental que estamos tratando. Finalmente el síntoma cobra sentido dentro de la historia del sujeto y se entiende cómo enfermedad según su contexto.
    Esto me recuerda en mis años trabajando en un CESFAM de Valparaiso en una población con determinantes sociales difíciles de abordar. Esto debido a narcotrafico, riñas entre bandas, violencia de genero, abusos, etc. Y mi ejercicio profesional en el ámbito de salud mental, que se enmarca dentro del modelo de demanda. Era solo enfocarme de forma forzada a lo biomedico, con tratamiento farmacológico, sabiendo de antemano que lo más probable era que tendría que ir escalando en la posologia, gastando más recursos farmacológicos. Porque su biografía, su contexto, persistía siendo adversa y que perpetuaría de sus conflictos. Por lo que me resuena mucho lo leído en el texto de Manuel Desviat donde se le debe hacer frente a este reduccionismo biologico de la enfermedad, que finalmente aboga intereses fuera del recovery del paciente. Y comenzar a ver al paciente desde su autonomía, con su diversidad, desde su libertad y ciudadanía que se confluyen y mezclan con su ser social dentro de una comunidad que, en ocaciones, significa la enfermedad.
    En conclusión, luego de leer los textos, concuerdo con la reflexion de Camila Vargas, sobre la importancia de que existen distintos saberes que se intersectan en la psiquiatría. Ya no entendida como una ciencia, si no como una practica, un conocimiento que es clinico y que debe, por lo mismo, debe se transdiciplinario. Lo cual ayuda a vivir en la incertidumbre descrita que nos llama a no solo evaluar el diagnostico del paciente, si no también, a nosotros mismos frente a ese diagnostico. Cuanto de nosotros se refleja en este encasillar y tratar al paciente, cuando la realidad es diferente a ese praxis conocida. Y ésta esta en que necesitamos estas diferentes miradas con diferentes enfoques que sustentan las directrices para el verdadero recovery del paciente. Nuestro verdadero objetivo.

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    1. Hola, comparto tu frase compañero Matías Zúñiga “Detenerse a reflexionar las implicancias sociohistóricas de las enfermedades”. Es fundamental para avanzar y obtener un cambio de salud mental en el futuro.

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  12. Hola a todos! después de leer los textos presentados y las reacciones de mis compañeros, se me ocurren algunas reflexiones.
    Una de las primeras es lo estimulante y necesario que resulta el simple hecho de pensar sobre qué es la enfermedad mental, que como ha sido mencionado en los textos y durante el curso, tiene un aspecto que difiere totalmente del resto de la medicina, ya que en la enfermedad o trastorno mental, es el sujeto en su totalidad lo que sufre, no un simple elemento objetivable o cuantificable, como una amígdala, etc. Como Javiera Concha mencionaba en uno de los comentarios, la dimensión cultural y la cosmovisión que están presentes en las sociedades, cambia completamente la naturaleza y apreciación de los diagnósticos en psiquiatría (la paciente que no quería ser machi y sufría por ello). De tal manera que la enfermedad mental, no se presenta ante nosotros como un "ente" en el mundo con detalles claros y precisos (como nos pretenden hacer creer las clasificaciones psiquiátricas operacionales imperantes hoy en día), sino que es una hipótesis de trabajo cambiante y dinámica, que debe considerar de por sí aspectos biológicos y socio-históricos de manera indisoluble, no buscando la unilateralidad.

    Otro aspecto que encontré muy interesante, es que en los textos se hace patente la necesidad de incorporar plenamente a la filosofía como una herramienta fundamental en nuestra concepción de la psiquiatría, hecho que ya ocurrió en la primera mitad del SXX, pero que las tendencias biologicistas han dejado de lado de manera brutal.
    Como enunciaba Jaspers, es necesario estar consciente de los presupuestos filosóficos que siempre están presentes en Psiquiatría, uno puede ignorarlos, pero no por eso dejarán de estar ahí, así que es imperativo hoy retomar esta unión de la Psiquiatría con esta disciplina, además de junto a la historia, sociología, antropología, que nos permiten situarnos en el mundo del paciente.
    Como comentaba Berrios en su artículo editorial respecto al objeto de estudio de la psiquiatría, una cosa es plantear la correlación neuroanatómica de un síntoma (por ejemplo en un lugar donde se produce el habla), pero otra es entender por qué lo dicho tiene esa connotación en particular (el sacerdote pronunciando un matrimonio como es citado en el texto), y en eso no encontrarremos ningún correlato neurobiológico que nos haga sentido. Con la relevancia que se da a situar a la persona sufriente en todo su contexto social, no puedo evitar recordar el dasein, esto es el-estar-en-el-mundo que plantea Heidegger en "Ser y tiempo", y las aplicaciones de la filosofía existencial en psiquiatría que realiza Binswanger, por ejemplo. Por lo tanto es de esperar que la filosofía una vez más pueda volver a tener la fértil (pero no sencilla) relación con psiquiatría que una vez tuvo.

    Y finalizando otro aspecto que encontré necesario destacar de la revisión de los textos y que se menciona en los artículos (en la entrevista a Rafael Huertas) es el de la biopolítica, esto es, el cómo los mecanismos de poder, control y política actúan sobre la vida humana. Esto compete a la psiquiatría, ya que para nosotros que estamos integrándonos esta disciplina hace poco tiempo, es necesario y del todo relevante conocer el desarrollo histórico de la psiquiatría, y cómo a través de la historia los psiquiatras han (y siguen) teniendo un poder político significativo, al determinar quien tiene una enfermedad mental o no, realizando atrocidades en base a hipótesis de dudosa eficacia (lobotomías y otros procedimientos invasivos), por lo que es necesario siempre tener en cuenta al pensar en la enfermedad mental, si esta etiqueta a quién realmente ayuda, al paciente? al Estado? a una aseguradora de salud?

    En definitiva por más "ateóricos", que pensemos que somos, el hecho de ser psiquiatras reviste una toma de conducta en el mundo (una posición), y no perder nunca de vista que todo debe ser en función de la persona con un sufrimiento psíquico que acude a nosotros.

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    1. Matías, me hace sentido cuando piensas en una toma de postura como psiquiatra, porque además es lo primero que una persona asocia al malestar psíquico: el o la médico que "sana". En ocasiones, me ha tocado compartir con psiquiatras que tienden a ver a usuarios/as y a otros profesionales como accesorios del diagnóstico, y a sí mismos como protagonistas de procesos ajenos. Por esto, me agrada tu forma de ver el quehacer psiquiátrico como algo comprensivo más que mecánico.

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    2. Concuerdo en lo estimulante y necesario que es el pensar qué significan estos términos que usamos en el día a día como el de "enfermedad mental"....y lo necesario que es retomar la filosofía y la política como un componente más en la psiquiatría.
      Espero que con el avance del curso y de los años, podamos ir integrando todos estos componentes para poder entregar lo mejor de nosotros a las personas y comunidades que veamos en la práctica

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    3. Estimado Matías, coincido contigo en que la enfermedad mental no puede ser reducida a elementos puramente objetivables o cuantificables, sino que es necesario considerar la experiencia subjetiva del individuo en su totalidad. Es un enfoque holístico que reconoce la influencia de factores culturales, sociales e históricos en la comprensión y el abordaje de los trastornos mentales.

      Además, estoy de acuerdo en que la filosofía puede ser una herramienta valiosa para complementar la práctica psiquiátrica. Al considerar los aspectos existenciales y filosóficos de la experiencia humana, podemos comprender mejor el significado y el contexto de los síntomas y ayudar a nuestros pacientes de una manera más compasiva y comprensiva (sobre todo lo último).

      También es crucial tener en cuenta el poder y la política en la psiquiatría. La historia nos ha enseñado lecciones importantes sobre los peligros de abusar del poder y la etiquetación indiscriminada de las enfermedades mentales. Es fundamental mantener siempre el bienestar del paciente como nuestra prioridad y cuestionar críticamente cualquier influencia que pueda socavar ese objetivo.

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  13. Es increíble lo importante que es expandir la mirada a otros horizontes, experimentar otras formas de ver la enfermedad y detallar aquellas propiedades que creemos no son importantes, la historia de la psiquiatría es un fiel ejemplo de la famosa frase “Ensayo y Error”. Durante nuestra formación lo biológico prevalece sobre lo demás, todo es incondicionalmente cierto o irrefutable si tenia una respuesta biológica, trabajar en zonas desfavorecidas y olvidadas por el sistema político desamarró la venda que tenían mis ojos, inconscientemente entendí que otros factores ajenos a la enfermedad sea mental o no interferían directa o indirectamente en la evolución clínica de mis pacientes. Agradezco que nos hagan plantear nuevas hipótesis en este curso, al igual que mi compañero Ignacio pienso que debemos evolucionar como lo ha hecho la historia la Filosofía y la psiquiatría, debemos innovar y cuestionar nuestra forma de ver las enfermedades de salud mental, no olvidar que ellas traen consigo dolor y sufrimiento no solo de la persona que las padece sino de todo el Micro-macro-mesosistema en el que se encuentra inserto. El Dr. Berrios en su presentación argumenta que es necesario el hibridismo y estoy totalmente de acuerdo con él ,actualmente roto por la unidad de pacientes agudos del Hospital las Higueras y he visto lo complejo que es la psiquiatría, es imposible trabajar desde una sola perspectiva, se necesita si o si tener una mirada multifacética , un trabajo en equipo que ayude a abordar la enfermedad mental no solo desde lo biológico sino desde lo psicosocial y espiritual, debemos recordar que la religión cumple un papel importante en la historia y que cada cultura está sujeta a una creencia y por lo tanto cumple en la persona un ámbito importante. Como residente de psiquiatría evito hacer un check list como quizás quisiera el DSM y el CIE que lo hiciera, Prefiero darle sentido a lo que está padeciendo el paciente y lo que lo rodea. Algo que me hizo ruido en el artículo de Manuel Desviant es la lucha contra el estigma, tendremos en chile campañas que se enfoquen en cambiar el imaginario profesional y colectivo? Las redes sociales tienen un gran alcance, se aprovecha nuestro país de ese alcance para llevar un mensaje que derribe los prejuicios en Salud mental?, como consumidor de ese medio puedo decir que No, creo que falta difusión para lograr un cambio de mentalidad en nuestra sociedad.
    Puedo concluir que al igual que la psiquiatría debemos evolucionar como profesionales y como personas, dejar de limitarnos por nuestras creencias , buscar nuevos modelos de intervención, complementarnos con otras profesiones, evitar caer en él reduccionismo y al contrario expandir nuestra mente en pro del bienestar de nuestros pacientes.

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    1. Estimado Julio, yo trabajo en el hospital el carmen de Maipú y tenemos separados a los pàcientes por sector, igual que en los cesfam. Yo pertenezco al sector AHUES donde hacemos reuniones y el equipo ve a la misma población, lo que nos ha permitido conocer que hace la to, el psicólogo, el médico y tratamos de dar soluciones muy integrales, lo comento como un ejemplo seguir.

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    2. Hola Julio! me sumo a tu comentario, debido a que encontré super interesante lo que dices. Con respecto a derribar los prejuicios de la salud mental, considero que estamos mucho más avanzados, pero sigue siendo un tema "tabú" para algunas personas y eso ha llevado a que no se hable tan abiertamente del tema y no haya una llegada tan amplia a los distintos sectores. Por otro lado, con respecto a no caer en el reduccionismo, también considero que es súper importante y he tenido la suerte de ver participar a varios profesionales para un mismo paciente y me asombra el avance que se tiene cuando se trabaja en equipo. Una mirada integral siempre es bienvenida, pero en muchas partes aún no es tan usado. Saludos!

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    3. Hola Julio, me pareció muy interesante tu comentario y me hace mucho sentido a lo que estamos pasando actualmente, si bien se han derribado algunos mitos y estigmas sobre la salud mental en Chile, pero concuerdo contigo ya que aún nos queda trabajo por hacer. Me alegra mucho saber que te enfoques en ir mas allá de un check list, es muy valorable de tu parte y para el paciente y familia muy enriquecedor. Saludos

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  14. De acuerdo a los textos y a lo mencionado tambien por mis compañeros, es que en nuestra especialidad es importante incorporar la mirada de la filosofía, la historia y las ciencias sociales en el concepto de enfermedades mentales. Los textos mencionan que el concepto de enfermedad mental y sus presupuestos teóricos son influidos por las corrientes filosóficas y el contexto histórico de cada época. A diferencia de otras áreas de la medicina, donde por ejemplo podemos tener un tumor cerebral que está localizado en determinada zona de la corteza cerebral motora, que producirá una paresia del miembro superior izquierdo y se sabe que si o si el daño de esa zona de la corteza producirá ese síntoma, y que en otro sujeto con un tumor en la misma localización producirá casi invariablemente la misma sintomatología. En la psiquiatría los síntomas mentales no podemos localizarlos en una area especifica, tampoco podemos delimitarlos claramente o darles una clara causalidad. El diagnóstico de las enfermedades mentales requiere armar una hipotesis de trabajo que vamos elaborando conforme vamos explorando al paciente. En determinada epoca comenzaron a surgir los intentos de sistematizar los diagnósticos como se da en el DSM o el CIE, que establecen criterios diagnósticos en base a ítems agrupados escogidos bajo consenso de expertos. Se cae entonces en un enfoque que es reduccionista, y el diagnóstico de la enfermedad mental como un checklist, en comparación a una mirada más amplia que tenía la psiquiatría en sus orígenes donde concurrían con mayor importancia los factores filosóficos y culturales. Rellenar un checklist sin una adecuada aproximación a los síntomas mentales lleva solamente a un sobrediagnóstico de condiciones que podríamos considerar normales, como la clásica situación en atención primaria donde al aplicar la escala de Yesavage a personas mayores da que presenta una depresión, y al ser evaluado médicamente concluimos que esta cursando una crisis normativa, por dar un ejemplo. mencionan los textos, en cada momento histórico se escenifica las representaciones de la enfermedad mental, según la época y el lugar en que nos situemos dependerá de la forma de entender los síntomas y la enfermedad mental, según el concepto que se tenga de la sociedad, la sexualidad, la religión, en definitiva, de todos los relatos que conforman la interpretación de mundo de la época. Esto ha llevado a que tengamos varios ejemplos de enfermedades que han aparecido y desaparecido de los registros históricos, como la “histeria”.
    En la actualidad el enfoque biologicista, que ha sido fortalecido dado el desarrollo de la industria psicofarmacológica, y que debemos reconocer que es un pilar fundamental del quehacer psiquiátrico, ofrece una visión bastante reduccionista de la enfermedad mental, y que tampoco es un modelo explicativo por sí mismo. En el caso de un o una paciente con depresión no podemos atribuir el desarrollo de esta enfermedad mental solamente a un trastorno de la transmisión de monoaminas, se está dejando fuera la influencia de factores psicológicos, su contexto socio-ambientales, económicos, políticos, que en el fondo han participado en la genesis de ese episodio depresivo. Como dice el texto de Rafael Huertas, somos biología y somos cultura, somos naturaleza y entes sociales.

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    1. Por lo tanto, como menciona el Dr. Berrios, la psiquiatría es una disciplina rara, híbrida, donde confluyen varios saberes, y las enfermedades mentales que conocemos tienen solo 150 años de vida, y puede que en el futuro estos conceptos cambien. La cultura penetra profundamente en la formación del síntoma mental, y cada síntoma puede tener una valencia distinta según cada época o lugar, como en ciertas culturas donde los sujetos que padecían síntomas psicóticos como podrían ser alucinaciones visualeso auditivas, eran venerados como poseedores de algún poder divino y tenían un alto estatus social, versus la sociedad europea de principios del siglo XX donde eran asilados. Confluyen entonces en la psiquiatría diversos saberes: biologicista y farmacológico, el comunitario, el psicodinámico, también de otras áreas de la psicoterapia, sumado al aporte de la la filosofía, la historia y las ciencias sociales, que siempre tienen que estar presentes para no dar todo por sentado y repensar siempre nuestros conceptos, porque a medida que pasa el tiempo irán surgiendo nuevas visiones y problemáticas como menciona el dr Berríos, “y los alienistas del futuro reírse de nosotros”, tenemos por ejemplo la cada vez mayor tecnologización de nuestra vida cotidiana. Todos los saberes aportan una mirada de la enfermedad mental, y creo que no es posible prescindir de alguno, todos estos saberes son fundamentales para poder tener una visión más integradora de las enfermedades mentales y poder entregar una mejor atención a nuestros pacientes, y estar atentos y actualizados ante los cambios.

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    2. Me parece muy importante mantenerse actualizado, pero que importante entender cómo actualizarse y que mejor que leyendo sobre nuestro pasado, la historia, porque de eso depende nuestro presente y futuro, saber la evolución del síntoma para en el fondo tratar mejor a nuestros pacientes que antes que todo son seres humanos con su propia historia.

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    3. Muy de acuerdo con lo señalado Felipe, es notable escuchar a Germán Berríos, y poder tener una menta abierta intentando despejar prejuicios, y empezar asentar una nueva manera de pensar más amplia e integradora, más cercana y social, entendiendo que salud mental no podría ser solo una alteración de un neurotransmisor que se depletó, y siguiendo la misma línea nos sería difícil hacer un diagnóstico de Enfermedad mental solo con un manual DSM o CIE. Por lo tanto me parece que hay una puerta abierta en comenzar a entender realmente cual es nuestro rol, un rol que debería traspasar los convencionalismo rígidos dirigidos por un excesivo reduccionismo biológico, o por un reduccionismo psicológico, o por el reduccionismo que sea, creo más bien, que es la etapa de abrazar las distintas variables que nos puedan empezar a acercar desprejuiciadamente un poco más a un mejor concepto de enfermedad mental.

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  15. El establecer diagnósticos de enfermedades mentales es de alta complejidad, como a su vez existe una sanción social que hoy perdura en el tiempo. La salud mental se acompaña de la falta de humanización que sostiene el capitalismo, la medicina defensiva y las industrias farmacéuticas han permitido generar beneficios económicos en desmedro de las minorías. La experiencia laboral ha evidenciado la necesidad de cambiar el modelo de atención asistencial a uno de cuidado, que atienda las necesidades bajo un contexto de determinantes sociales, donde el paciente esté en centro y la sintomatología y signo de la enfermedad mental no sea oprimida bajo psicofármacos, sino más bien exista una terapia integral que aborde estilos de vida.
    Resulta desafiante buscar estrategias de atención donde el profesional de salud no esté condicionado por el rendimiento y por los incentivos monetarios en el abordaje de la enfermedad, como también en encasillar en un código las dificultades mentales que son producto de una serie de factores que influyen en el bienestar del individuo.

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    1. Me gusto mucho la postulación de avanzar hacia un modelo de cuidados y el cuestionamiento hacia los valores del capitalismo, hoy en día desde las teorias feministas se plantea el cuidado comunitario más alla del concepto de "autocuidado", y se enfatiza en el rol del estado en proteger estos cuidados, abrazos!

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    2. Me sumo a tu comentario Marcela, y también he visto el estigma emanado desde tanta gente, incluidos colegas o nosotros mismos muchas veces en contra de lo que nos parece raro o no descifrable a entender. Generar conciencia de esto creo nos permite dar un pasito más en una sana relación, para ir fomentando una más sana sociedad, que logre mirar más allá de lo inmediato con un foco de mayor integralidad.

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  16. Buenas tardes.
    Primero que nada decir que las lecturas me parecieron interesantísimas y estoy muy de acuerdo con ellas.
    Me parece que en la medicina en general hay una patologización que en psiquiatría se suma el estigma que tiene el tener un trastorno mental. En este mundo que va a 100 km / hora el que no se adapta a lo que se le pide y hablo de la sociedad es derechamente psicopatologizado; por ejemplo, el que no hace horas extras está desmotivado o padece algún problema y está bien el sobreexigirse.
    Debemos volver a sentir que todos pacientes y medico somos personas y tenemos necesidades diferentes, venimos de culturas diferentes y lo que es bueno o ùtil para uno no es lo mismo que para otros. Es verdad que los DSM y cie muestran listas de síntomas, pero no definen lo que siente esa persona, si lo problematiza o no, si esta sufriendo o no. Por ejemplo yo soy de Concepción, me vine a vivir a Santiago cuando me case el 2009. En mi barrio era normal que la señora del almacén me preguntara por mi familia y eso hacia que yo me sintiera muy a gusto, acá en santiago nadie conoce a nadie y si uno va a a comprar va a eso, claramente una diferencia cultural.
    Otra cosa que me llevan a pensar estas lecturas es cómo en nuestra formación medica como historia, el maltrato es entendido como fuerza, como resiliencia, cuando en verdad estudiar medicina debería ser un proceso de aprender más ligero, aprender en base a lecciones de personas que nos traten bien, porque seguimos siendo eso, personas.
    dentro de los síntomas más apoteósicos de la psiquiatría, las alucinaciones, son esperables en algunas culturas según algunas vivencias; sin embargo en nuestra sociedad sería hablar de algún trastorno psicótico si o si.
    Tengo pacientes con trastornos de personalidad que han sido despojados de sus mas intimas dignidades y crecen tratando de crear una personalidad que se adapte a su realidad, no quiero justificar autolesiones ni heteroagresiones, pero cuando uno ahonda en la historia personal de cada paciente el síntoma puede comprenderse y no es igual en uno u otro ser humano, por lo tanto el abordaje que debemos darle será distinto. Somos cerebro y alma, cada uno de nosotros es irrepetible y eso no sòlo lo hace la biologìa si no tambien nuestro entorno, nuestras vivenvias, nuestro andar por esto que llaman vida.
    Que importante leer sobre historia, filosofía y no sólo manuales de psiquiatría que abordan síntomas, puesto que nuestra esencia es ser mas que un constructo es ser un total, no podemos dividir nuestra vida desde un punto, somos un continuum y desde ahí hay que entender el sufrimiento humano.
    Por supuesto que la psiquiatría biológica y las neurociencias nos dan mucho sostén, pero que por favor esto no empañe nuestra linda practica que no estamos tratando circuitos cerebrales, estamos tratando personas, seres con un sin fin de experiencias que enmarcan una personalidad, un carácter, una vida.
    Recuerdo cuando era niña, era muy inquieta e interrumpía la clase se me psicopatológizó como conflictiva, sin embargo sólo era mas activa y me sirvió para ser un buen deportista, si vas a juzgar al pez por como trepa árboles nunca estarás en el lugar adecuado.

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    1. Me parece muy oportuno tu comentario sobre el tratar a personas y no a circuitos. Creo que olvidamos que quién está al frente es una persona, y no un agente pasivo (y que podemos también ser esas personas que sufren).

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  17. Estimada Ana, yo también trabaje en APS y que importante era la visita domiciliaria, el trabajo de la TS y el psicólogo para poder entender el curso de un tratamiento, por que la sertralina no está funcionando no es la solución, a veces no es todo subir dosis si no cambiar el foco de intervención, me parece que como futuros psiquiatras debemos abordar el tema biopsicosocial fuertemente, porque cambia tanto la adherencia farmacológica como el comprender el por que del síntoma y con eso ya estamos mas cerca de devolver a esa persona a su normalidad.

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  18. Me llama la atención como el primer texto titulado “síntoma, signo e imaginario social” presta atención a la demanda social actual orientada a la medicalización del malestar y a la búsqueda de soluciones terapéuticas para los problemas sociales. En este contexto se valora más el manejo de estas situaciones que la su esencia o mecanismos que llevan a su desarrollo. Si lo miramos desde ese punto, las expectativas de la sociedad sobre el comportamiento de los enfermos son reflejadas en como se expresa la enfermedad en cada individuo. Me parece que día a día nos vemos enfrentados en la práctica clínica a esta situación que debe ser abordada desde la importancia que se le entrega a la responsabilidad ciudadana y social para abordar los malestares y dificultades de la vida cotidiana, enlugar de creer que como “futuros expertos” somos los únicos capaces de contribuir. Otra mirada interesante se basa en como define el autor la diferencia entre síntoma y signo. Desde esta definición enfatiza la importancia de la integración, reelaboración y transformación de experiencias vividas en la elaboración propia de los síntomas. Esto se entrelaza con lo señalado en el texto “Psiquiatría y lenguaje: filosofía e historia de la enfermedad mental”, en donde se señala como se involucran procesos patológicos, psicológicos y sociales en el reconocimiento de la enfermedad mental, que sin duda conlleva sufrimiento con implicancias individuales y sociales (hincapié en lo social nuevamente). Esta importancia al contexto social y cultural es destacado nuevamente en la narrativa “Lo importante es no tomar sus textos como catecismos, sino como herramientas para pensar la locura y la psiquiatría” donde se valora la necesidad de estar abiertos a distintas perspectivas y comprender las enfermedades mentales como construcciones discursivas que evolucionan en el contexto social y cultural. No podemos olvidar que así como lo social infuye, el poder de la “biopolítica” donde los mecanismos de poder y control del estado sin duda nos hacen adoptar un postura crítica y explorar nuevas perspectivas sobre como la salud mental colectiva y el activismo en salud mental politizan el sufrimiento psíquico y cuestionan las concepciones tradicionales de las enfermedades mentales. Me parece que fueron lecturas que nos hacen mirar temáticas habituales desde diferentes puntos de vista, lo cual siempre se agradece.

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    1. Hola Marisabel, me parece muy interesante cómo planteas que como profesionales de la salud mental tenemos un rol más limitado de lo que la sociedad podría esperar de nosotros, cuando en realidad es la misma ciudadanía la que puede abordar gran parte de las problemáticas de salud mental al repensar qué es esta misma, y cómo podemos actuar como profesionales en pos de potenciar la capacidad de las personas de tener mayores niveles de bienestar.

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  19. Me parece muy necesario la reflexión que se nos propone en los textos y el video. Más aún, me llama la atención que estas reflexiones en torno a las categorías diagnósticas y la enfermedad mental sólo se realizan en contextos académicos, y pocas veces en el trabajo clínico. Como decía Bermejo en su texto, no existen espacios seguros donde se pueda abordar el problema diagnóstico en salud pública, ya que el objetivo es la producción y el cumplimiento de metas meramente administrativas en salud.
    En el Hospital de Día donde trabajo, reiteradamente nos enfrentamos a dudas diagnósticas por el objetivo clínico que tiene el dispositivo. Lo que más me hace sentido de la bibliografía es la necesidad de re encontrar este mismo aspecto sustancial de la enfermedad mental: el sentido. ¿Qué hacemos como equipo cuando vemos las señales (o "signos) de un diagnóstico y al usuario no le hace sentido en relación a su vivencia? Se aplica la clásica idea de la "falta de conciencia de enfermedad". Siempre me pregunto si alguien se ha sentado con ese usuario a conversar de lo que sí le hace sentido, más allá de obligarlo a adoptar un significado que le es tan ajeno.
    Si bien no trabajo desde el psicoanálisis, en mi práctica clínica le doy un lugar importante al cómo de cada usuario. En general, se realza siempre el "qué" (alucinaciones, depresión, angustia, ansiedad, etc.), pero pocas veces se pregunta ¿cómo pasó? ¿cómo entiendes tú lo que sucede?. Y es ahí donde tomo lo fenomenológico del síntoma y le agrego el conocimiento teórico que sólo ordena el significado de la persona. No le doy mi propio sentido, sino que hago explícito el de mi usuario/a.
    Evidentemente, es complejo realizar este proceso cuando hay variables que obstaculizan el espacio. Me llama la atención lo que comentaban los textos en relación a la necesidad de comprensión multifactorial de la "enfermedad mental". Lo psicológico, patológico, sistémico, biológico y cultural como aspectos igualmente relevantes en el sufrimiento psíquico. ¿Cómo intervenir en alguien deprimido con psicofármacos y psicoterapia, cuando el malestar proviene de la desigualdad económica de la cual este usuario/a es víctima? ¿Qué hacer cuando los profesionales no funcionamos como equipo sino como un grupo de personas trabajando por un objetivo sustancialmente asociado a lo biopolítico?.
    La respuesta a estas inquietudes creo que tiene que ver con lo que comenté al principio: la necesidad de cuestionarnos siempre el quehacer, y de como referían los autores, no dividir lo teórico de lo práctico ni el cuerpo de la mente. Independiente de si trabajamos desde distintas corrientes (los y las psicólogas clínicas al menos), no podemos olvidar lo integral del malestar y que es quién sufre quién le otorga significado.

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    1. Rocío, muchas gracias por tu Comentario.
      Tu apuntas al imperativo de conocer la narrativa de nuestros usuarios, cómo entienden su vida, sus experiencias y su situación. Trabajamos con sujetos históricamente situados y no con objetos de intervención técnico"científica" estandarizada por la evidencia (muchas veces ahistórica y universalista)

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  20. Me parece importante tu comentario en cuanto resignificar la visita domiciliaria y visualizar el espacio de habitabilidad, el entorno, barreras internas y externas, visualizar con el ejercicio de observación la dinámica familiar y los roles que se generan, además del factor económico del paciente y familia.

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  21. Hola a todos! He leído reflexiones y experiencias de mis compañeros muy interesantes en el blog.
    Quisiera compartirles lo que más llamó mi atención.
    En primer lugar, lo que plantea el autor Manuel Desviat sobre la psiquiatría actual y como reduce el saber sobre la enfermedad a una serie de algoritmos, lo que hace que se pierda la mirada amplia, en donde se sabe al hombre en su contexto, en su determinación histórica, social, biológica y psicológica, donde cobran sentido sus síntomas. Considero que el planteamiento anterior, logra describir la situación actual de la salud pública en Chile, en donde la presión asistencial y el poco tiempo que uno tiene con los pacientes, lleva a dejar de lado o poner en segunda categoría las dimensiones psicosociales de las personas (que es un factor contribuyente o perpetuante en la vida del paciente). Se nos llena de algoritmos y checklists que muchas veces dejan fuera muchas necesidades de los pacientes y nos hace centrarnos más en lo biológico, dejando de lado muchos determinantes de las personas.
    También me llamó la atención, ya que coincide con lo que he pensado últimamente, lo que plantea el autor de como actualmente se busca en la terapia la solución a fallas sociales, en donde se genera un proceso de medicalización del sufrimiento psíquico. Lo cual se relaciona con el paper del tema pasado, donde se abría el texto con la pregunta de por qué tratar a las personas solo para enviarlas de vuelta a las condiciones que las enfermaron y de como la desigualdad impacta en la población.

    Hay una frase que conocí en el Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau en Polonia que me marcó mucho:“those who do not remember the past are condemned to repeat it” (“quien no recuerda el pasado está condenado a repetirlo”). Por eso creo que es importante conocer la historia de la psiquiatría, como han ido cambiando los diagnósticos en el tiempo, cuales fueron los tratamientos más antiguos y las distintas corrientes y teorías que han ido surgiendo, para así poder aprender del pasado, tanto como de sus errores (para no repetirlos) y de sus aciertos.

    Creo que es importante cuestionarse las categorías diagnósticas y el DSM. En el pregrado, me los enseñaron como una realidad y LA forma de llegar a un diagnóstico de psiquiatría. Pero la realidad es que el DSM ha ido evolucionando con el tiempo, según la psiquiatría dominante de la época, y creo que es importante tener esto en consideración, para tener siempre una visión crítica de las distintas visiones que rigen hoy y de las futuras que irán publicando.

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  22. Coincido con todos, en que las lecturas lecturas y la conferencia del Dr Berrios nos ayudan a ampliar nuestro pensamiento.
    Hace algunos días estuve leyendo sobre el concepto de anormalidad y normalidad y sobre la necesidad que tiene la psiquiatría de nuevos paradigmas, lo que se relaciona completamente con estas lecturas, en el poco tiempo que llevo en la beca siento, como menciona Ignacio al principio del Blog, que mis pilares se van derrumbando y creo que lo seguirán haciendo pero para ampliar aun más el conocimiento; la psiquiatría me da la impresión, que al lado de las otras especialidades aun le falta mucho por descubrir, y seguirá en constante avance como pude concluir de las lecturas.
    En particular hay una que me llamó mucho la atención y me gustó bastante, que fue la de Manuel Desviat. Creo que menciona varias cosas que me hacen sentido como cuando habla de la crisis de la psiquiatría y menciona la demanda social, el texto dice "..busca en la terapia soluciones a las fallas sociales, y por parte de los ciudadanos, atajos a la felicidad". Meses antes de entrar a la beca estuve leyendo un libro que mencionaba a la farmacología como fin de la psiquiatría, y en ese momento igual me cuestioné que tan cierto era esto, ellos mencionaban en su texto algo que dentro de mi práctica en APS me di cuenta que era cierto, muchos pacientes podían cambiar al médico pero no iban a cambiar el fármaco porque nos veían como un medio para conseguir ese fármaco, y en base a lo que menciona esta lectura pienso que quizás era su atajo para la felicidad. Claramente esto no es aplicable a todos los pacientes, pero si vi muchos que pensaban que de esa forma iban a poder solucionar sus problemas y preferían omitir el trabajo multidisciplinario que venía de la mano del tratamiento.
    Siempre debemos tratar de ver a la persona que evaluamos más allá del "check list" que nos entrega en DSM, en estos casi 2 meses de especialidad he aprendido que los diagnósticos nos pueden ayudar a orientarnos pero no es lo fundamental, sino siempre entender como vive la persona los síntomas y llevarlos a su contexto. En este mismo texto mencionan el poder que tiene la comunidad para determinar lo normal y lo "patológico", lo pongo entre comillas porque creo que no siempre lo anormal será patológico; pero el viernes recién pasado vi en el policlínico una paciente que desde su infancia presentaba alucinaciones visuales y auditivas, pero en el contexto de una familia donde su hermana era medium, por lo tanto ella también lo era. En parte ella aceptaba esto como un don que se le había otorgado, el poder ver gente que había fallecido y que se comunicara con ella, pero a lo largo del tiempo comenzó a presentar malestar por las voces que escuchaba y que no la dejaban tranquila, lo que finalmente estaba alterando su funcionamiento. Si nos quedamos con el solo síntoma podríamos decir que la paciente estaba psicótica, pero dentro de ese contexto familiar donde para ellos era un don es complejo simplemente hacer un diagnóstico, muy similar a lo que se menciona de los chamanes en otro de los documentos.
    Es por esto que coincido con este texto, en que la supervivencia de la psiquiatría está en la clínica integradora, en que seamos capaces de ver a la persona con más de un enfoque.

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    1. Hola Gabriela, Muy interesante tu comentario, especialmente el caso que debiste abordar en el policlínico, que compleja situación, estamos adaptados a cuestionar algunos actos culturales y creencias religiosas que son impuestas a través de las generaciones, pienso que la empatía es la principal herramienta en estos casos, analizar el macrosistema donde se desenvuelve la paciente y dejar la ortodoxia a un lado permitirá encontrar esas características que nos ayuden a darle sentido al síntoma que presentan los pacientes y no quedar en el "como si".

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  24. Sigo sintiendo la fortuna de poder participar de esta instancia, y poder, a través de estos foros y las propias clases, cuestionar y aprender constantemente sobre la temática que nos permite comprender y abordar la salud mental de las personas.
    Y es que de acuerdo a las lecturas que fueron propuestas para esta clase, invita a poder comprender la evolución de la psiquiatría y salud mental de un modo diferente a lo propuesto en el pre grado, o al menos como lo entendí en ese entonces. Siendo la presentación de cómo fue moldeándose de acuerdo a modelos propuestos por teóricos que vivían un contexto particular durante esa época, ceñido igualmente a los procesos históricos y científicos de ese tiempo. Pero igualmente es interesante, cómo una ciencia que nace desde las ciencias médicas, va incorporando como elemento importante, la visión filosófica de algunos autores, y cómo la filosofía, continúa proponiendo nuevas concepciones a tomar en cuenta en nuestro camino diario.

    Lo trabajado en las dos primeras clases, sigue desafiando cómo actuamos como profesionales del área, en la tarea de "aprender y desaprender" como comentaba un compañero más arriba, y es que desde nuestra formación nos encontramos con paradigmas que buscan situar nuestros saberes desde ciertas lógicas y guías teóricas, cuando paulatinamente nos vamos encontrando con la necesidad de poder incorporar distintas materias y saberes para una comprensión más real con nuestros consultantes. Me hizo mucho sentido un extracto de uno de los textos que proponía como visión más extremista, que cada cultura va creando sus propias enfermedades mentales, y es cosa de poder ir viendo la evolución constante y cuestionada de nuestros regidores a la hora de diagnosticar, DSM y CIE, y la obligatoriedad de poder situar a cada realidad personal con uno de sus propuestas diagnósticas en los sistemas de información existentes en la red pública de salud (en mi caso, RAYEN). ¿Cómo invitar a crear un lenguaje más comprensivo con cada consultante, cuestionando los propios diagnósticos y etiquetas, si al final de cada sesión debo escribir un diagnóstico? ¿Cómo intentar comprender y trabajar algún momento crítico vivido por algunx de ellxs sin la presión de colocar un diagnóstico que no aplique a la realidad vivida ni al malestar tan intenso que está viviendo? Son preguntas muy constantes que surgen desde mi rol. Siento que el ser psicólogo y trabajar en un modelo biomédico es muy complejo y desgastante, pero al mismo tiempo un desafío muy interesante para lo que se puede proponer desde el box, hasta la visión de nuestros propios equipos.

    Lo que dejo como gran aprendizaje desde lo leído, tanto en textos como de los comentarios de compañeros y compañeras, está lo enriquecedor de trabajar en una materia (ciencia o no) que está en un constante cambio, donde la responsabilidad de actualización se hace imperante, pero también la necesidad de poder estar en contacto con la realidad en la que vivimos, conocedores de diferentes materias, pero cuestionadores de las mismas, para representar más fielmente la particularidad de cada persona que llega a nuestros box.

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  25. Me parece importante mencionar, al igual como lo han expresado los compañeros más arriba, lo que refleja el texto “síntoma, signo e imaginario social” de Manuel Desviat, respecto a la visión que existe de la salud mental, con la idea de que puede (o más bien, debe) solucionar problemas sociales que, en la realidad, escapan de su capacidad; y además, sobre la actitud inmediatista de muchos pacientes, con la idea de que una “pastilla milagrosa” les brinde felicidad instantánea para solucionar sus conflictos. Recuerdo que se hacía un poco difícil que entendieran que un problema que se desarrolló probablemente durante años, se pudiera resolver rápidamente. A esto, se suma que la visión de salud que existe desde un punto de vista administrativo, exige ver resultados desde una esfera cuantitativa (por ejemplo, cantidad de personas que se atendieron durante el año), por sobre una medición cualitativa. Recuerdo que siendo recién egresado trabajé durante dos meses en un hospital de baja complejidad, donde el rendimiento era de 12 minutos para atenciones de morbilidad, y 15 minutos para controles, ya sea en programa cardiovascular, ERA o salud mental, lo que impedía poder generar una instancia de conversación con el paciente, y se transformaba en un control prácticamente para repetir la receta del tratamiento farmacológico. En las estadísticas anuales, había cifras positivas, pero al evaluar la calidad de la atención, se podía analizar un escenario bastante distinto.

    Recuerdo que desde el inicio de la carrera en pregrado, se nos inculca que todo en medicina tiene un orden y una estructura bien establecida, con criterios diagnósticos, métodos de organización y que son sumamente importantes, ya que ayudan a ordenar, clasificar y permitir hablar “un mismo idioma” entre diferentes profesionales. Pero tiene en contra que encasilla a las personas que sufren de estas patologías, creando una etiqueta que es imposible quitar, tanto por la sociedad como por el mismo equipo de salud. Ahora, respecto a la inclusión de la filosofía en el mundo de la salud mental, debo reconocer que se me ha hecho difícil, y haciendo un análisis en retrospectiva, creo que se debe al mismo proceso de estandarización mencionado previamente, en el cual lo que escapa de lo objetivable y medible, no es útil para la valoración clínica. En relación a lo mismo, rescato lo que dice la publicación “Psiquiatría y lenguaje: Filosofía e historia de la enfermedad mental” de José Carlos Bermejo, que indica “la enfermedad mental, en primer lugar existe, pero debe ser entendida como un proceso bioquímico, anatómico, psicológico a nivel cognitivo, pero también social y afectivo”, lo que indica la importancia de una visión global o sistémica, que permita ahondar y comprender en el sufrimiento del paciente, a fin de otorgar la mejor herramienta terapéutica al problema que lo aqueja.

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  26. Los textos plantean una revisión muy interesante sobre conceptos y categorías que usamos casi a diario sin percatarnos que su origen viene de ideas y valores que reducen el estudio de la mente humana y sus malestares a las dimensiones más positivistas y estrictamente científicas, dejando de lado su riqueza cultural y dinamismo temporal. Me parece que si bien podemos hacer un esfuerzo por ampliar nuestras perspectivas e incorporar en la psiquiatría elementos que van más allá de la reducción biologicista, debemos partir de la premisa de que es inevitable que con el pasar del tiempo las narrativas que se producen desde nuestro campo de estudio van perdiendo su pertinencia histórica, por lo que deben ser constantemente repensadas y reelaboradas de acuerdo a las mentes de nuevos tiempos, aunque siempre sobre los hombros de los gigantes que les preceden. Sin embargo, esto no significa que debemos desalentarnos en la producción de nuevas teorías y formas de practicar la psiquiatría, sino que debe motivarnos a ampliar los orígenes desde los que la cultura, la salud mental, y finalmente el sentido de lo que hacemos en nuestras vidas puede ser pensado.

    Históricamente han sido grupos privilegiados quienes pueden acceder a espacios donde su perspectiva es elaborada, escuchada y posteriormente reproducida, en comparación a actores sociales más desaventajados que no cuentan con los mismos lugares para dar a conocer su forma de experimentar y leer la realidad, la mente humana y sus padecimientos. Sin desmerecer los aportes clásicos en los que basamos gran parte de nuestro quehacer, me parece que es también nuestra labor dar espacio a nuevas voces que enriquezcan la psiquiatría, tanto en su fundamento como en sus aplicaciones. Grupos desaventajados socialmente, ya sea por su pertenencia a pueblo originarios, menor nivel socioeconómico, localización geográfica o ruralidad, acceso a salud o educación, migración, pertenencia a grupos de disidencia de identidad y diversidad sexogenéricas e incluso por el color de su piel; son voces a las que les debemos un espacio. Ciertamente estos actores sociales han ido ganando campo en este ámbito, pero es innegable su desventaja y menor proporción con respecto a otros grupos favorecidos. Incluso el espacio a voces femeninas ha sido un largo camino y lucha que no ha terminado, con la clara evidencia de que una gran parte de saberes que hoy se han vuelto pilares de nuestra disciplina provienen de mujeres, derivados de sus experiencias de vida. La práctica de la psiquiatría está también afuera de los espacios estrictamente académicos, las vivencias de los pacientes y usuarios están pasando más allá las paredes de nuestras oficinas, con conocimientos instalados en las comunidades, quienes realmente pueden narrarnos sus sufrimientos y necesidades de atención.

    En resumen, me gustaría plantear que el cuestionamiento de las categorías y definiciones de las fuentes reducidas y perspectivas biologicistas sobre la psiquiatría que se describen en los textos, debe hacernos mirar también hacia poblaciones marginadas con voces históricamente silenciadas, en búsqueda de cómo estas entienden un signo, un síntoma, un malestar mental, el sufrimiento y finalmente el sentido de sus vidas, con el fin de realmente nutrir nuestra disciplina en pos de su desarrollo y fin último.

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    1. David, gracias por tu comentario.
      Lo que enfatizas puede entenderse desde la propuesta de Martín Correa-Urquiza sobre "los saberes profanos". Esa distinción habla de que hay múltiples saberes y que hay un corpus de saberes que reclama un rol central, una adhesión de "creyentes" y un a posición excluyente.

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    2. Hola David, me parece profundamente interesante tu comentario y concuerdo con la idea de que existen grupos que igualmente son parte de nuestra sociedad y que han sido excluídos históricamente debido a que la misma colectividad así lo ha considerado producto de esta definición histórica y modificable de las patologías que plantean los textos. Si miramos hacia atrás, encontraremos que existen grupos excluídos que cada vez han tenido mayor cabida en la reflexión y discusión de los "malestares" pero también van permaneciendo o apareciendo otros en estas categorías marginales lamentablemente y, probablemente, por nuestra definición valórica actual (por ejemplo poblaciones penales, trabajadores sexuales, etc). Muy interesante.

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  27. Considere muy importante los textos indicados, en donde se refuerza la urgencia de acrecentar, repasar, observar y profundizar al ser humano desde su integralidad, más allá de su naturaleza hibrida indicado por Berrios y la importancia desde las ciencias humanas, más allá de lo biomédico.
    Desde mi ejercicio profesional del trabajo social, me parece imperante resaltar la labor fundamental del diagnóstico social, que se crea a partir del enfoque médico. Dar con un diagnóstico certero permite un tratamiento más eficaz. Además, ser parte de dos equipos multidisciplinarios, sea en psiquiatría CDT u Hospital de día, en donde cada integrante de los equipos aporta desde sus conocimientos permitiendo trabajar en pos de lo mejor para el paciente, si siento que aun nos falta profundizar, sobre todo en CDT por factores de tiempos determinados por control con cada usuario.
    Desde Hospital de Día, en donde también soy parte, la dinámica de los pacientes es diaria, accediendo a trabajar junto al usuario por mayor periodo, pero tengo ciertas dudas de cuando existe un diagnóstico, en cuanto el paciente no lo tiene asumido y nuestro planteamiento es que el paciente no tiene conciencia de enfermedad o la familia se encuentra sobre involucrada en ocasiones. Según lo reflexionado, concibo que actuaría de igual forma, si fuera una vivencia personal.
    De igual modo, independiente del equipo que pertenezca es fundamental que se componga de la totalidad de los tratantes, dado que se reciente profundamente la falta tal de algún tratante tal sea; Terapeutas Ocupacionales, Psicólogos, Tens, Enfermeras, Secretarias, Trabajo Social, Psiquiatras.
    En cuanto a la pregunta que son las enfermedades mentales?. Los problemas del diagnóstico?, se me viene el recuerdo de un paciente que fue derivado para brindar la información sobre la oferta programática que existe, para enfrentar acontecimientos adversos, dado, que el paciente no cuenta con pensión de invalidez ni credencial de discapacidad. El paciente se muestra muy colaborativo y dispuesto a la entrevista y a la recepción de la información. En cuanto, se le detalla lo importante que es trabajar en conjunto para la obtención de lo indicado, se genera resistencia refiriendo que no está conforme con el diagnostico medico otorgado, pero que él tiene intenciones de trabajar en que lo apoye en una situación que presenta con la compañía de la luz. Respetando su decisión nos acomodamos en trabajar en su requerimiento, respetando los procesos. Esta situación como profesional, me permitió lograr comprender que los espacios de cada persona son distintos. Cada sesión se trabajó en la psicoeducación en cuanto a la importancia de lo no adquirido. Finalmente, el paciente decide adquirirlas desde el interés personal y no de lo impuesto. En esta ocasión, resulta favorable el resultado, pero también existen escenarios que finalmente los resultados son opuestos.
    Lo complejo es como relacionar el tiempo abordado en un paciente, con la producción y cumplimiento de metas como indica Bermejo, que me genera mucho interés, al igual que lo indicado por mismo texto en donde refiere Thomas Szasz ¨mito de la enfermedad mental¨…que si yo le hablo a Dios soy una persona devota, pero que si Dios me contesta soy un esquizofrénico. La importancia de la cultura de donde proviene una persona es fundamental, me toco estar en un ingreso de equipo de una paciente haitiana que era parte de una comunidad cristiana y al tener mayor profundidad con Dios, comenzó a tener un comportamiento extraño parala comunidad y esta, considero llevarla a un servicio de urgencias, además de tener dificultad idiomática, complejizando los abordajes y debido diagnóstico. Al momento de atención, previamente se llama a la facilitadora quien de la misma cultura pregunta si estaba relacionada con la cultura vudú, la paciente descarta dicha relación asumiendo su interés solo en lo cristiano.

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  28. Me parece muy interesante hablar sobre que son las enfermedades mentales, un concepto difícil de definir, principalmente por lo amplio que es el tema.
    Desde el pregrado y los internados se nos forma en base a lo biomédico, con una pequeña parte destinada a lo psicosocial, que generalmente pasa a segundo plano. Y si nos avocamos a psiquiatría, gran parte del ramo consistía en aprenderse de memoria los criterios del DSM y CIE 10.
    Particularmente en mi experiencia esto se mantuvo durante mi trabajo en APS, ya que aquí es muy importante encasillar los diagnósticos, cumplir con metas y ver la mayor cantidad de pacientes que se pueda en el menor tiempo posible, y aquí si que queda olvidada la parte psicosocial. Pero considero que en psiquiatría es distinto (o eso espero), aquí pasa a ser más importante este punto olvidado, prima lo psicosocial por sobre lo biomédico. Aunque como se mencionó en los textos, siempre hay corrientes que buscan hacerlo todo más biológico, buscar las ultimas actualizaciones moleculares y farmacológicas.
    Aquí igual me detengo, ya que considero por el bien de los pacientes, igual es importante fusionar ambas partes, siento que no pueden funcionar la una sin la otra de una manera equilibrada. Si bien considero un pilar fundamental lo social, cultural, familiar, religioso al momento de evaluar a los pacientes, opino que se debe complementar con lo biomédico cuando sea necesario, sobre todo en la parte farmacológica (sin negar que hay un componente económico no menor en este punto) que es muy importante para obtener buenos resultados en algunos pacientes.
    Algo que me llamo también la atención de uno de los textos, es lo importante de lo cultural, que muchas veces puede ser considerado patológico o para otros como algo divino, dependiendo de quien lo está viendo y juzgando. Durante mi EDF trabajé en la urgencia del Hospital Intercultural de Nueva Imperial y me tocó ver en varias oportunidades pacientes consultando a la urgencia por distintos cuadros psiquiátricos relacionados con “el llamado de la machi”, donde las pacientes afectadas tenían un malestar significativo por este llamado, el cual afectaba su vida diaria, amistades, estudios y calidad de vida, mientras que sus familiares, sobre todo los de mayor edad, lo encontraban algo divino, digno de admirar. Aquí vemos el distinto significado que se le puede dar a esto incluso siendo del mismo grupo cultural.
    Interesantes documentos, que sin lugar a dudad dan mucho que reflexionar.

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  30. Concuerdo con mis compañeras/os en lo complejo y desafiante que ha sido darle unas vueltas a temáticas como estas. Estoy de acuerdo igual con las inquietudes respecto al modelo biomédico basado en metas que poco tiempo nos da para cuestionarnos y finalmente nos enajena con tal de poder terminar todo a tiempo y cumplir con las exigencias laborales. A nivel personal una de las grandes decepciones una vez egresada fue encontrarme de cara con los rendimientos, las agendas poco flexibles y el acceso basado en el cumplimiento de metas.

    Respecto a los textos una de las frases potentes que destaque es aquella que aparece en el texto "Síntoma, signo e imaginario social" Manuel Desviat menciona que los gobiernos buscan gestionar por medio de la terapia el malestar que surge de las fallas sociales. Hoy en la provincia donde vivo, Talagante, mucha gente perdió casas, trabajo y animales debido a las fuertes lluvias, respecto a esto pensaba " esto va a aumentar más aún la crisis de salud mental" y nuevamente la respuesta deberá venir desde el sistema de salud, confirmo que poner sobre los hombros de los equipos de salud mental una tarea tan titánica es realmente insostenible, especialmente si esto no viene acompañado del fortalecimiento de otros derechos fundamentales como son el agua, la vivienda, educación, etc-etc. No hay terapia ni medicalización que logre aliviar el sufrimiento de la injusticia social.

    Síntomas ansiosos, estrés post traumático, depresión en el contexto actual de la sociedad, son realmente trastornos mentales o nos encontramos frente a una respuesta de supervivencia completamente normal ante estos niveles de estrés crónico? Cuando ingresa una/un paciente que cuenta la serie de vulneraciones que ha sufrido durante su vida y como esto le ha gatillado una serie de síntomas pienso si realmente esto es algo patológico o una reacción completamente sana ante tanto caos, quizás la disociación del malestar y la enajenación sean el trastorno, y me resuena otra frase de los textos " El síntoma cobra sentido en la biografía del sujeto y se hace enfermedad según el imaginario colectivo"

    En la tarea de manterme optimista, tomo la exposición del Dr.Berrios como una invitación al cuestionamiento de lo aprendido y a la reflexión respecto al rol que tiene la psiquiatría como una ciencia hibrida que esté a la altura, y más aún potencie una medicina y sociedad más igualitaria.

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    1. Muy de acuerdo contigo Tania, los gobiernos buscan gestionar por medio de la terapia el malestar que se genera por las fallas sociales, pero como tu dices, no hay terapia ni medicalización que logre aliviar el sufrimiento de la injusticia social. De hecho, solucionar problemas sociales y de desigualdad, escapan de la capacidad del médico. Aqui yace la importancia de un equipo multidisciplinario, donde se puedan abarcar todas las aristas de las personas: técnicos en rehabilitación, terapeutas ocupacionales, psicólogos, tens, enfermería, trabajo social y psiquiatras. Pero aún así, se necesita más ayuda, a nivel de gobiernos y políticas publicas.

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  31. Hola a todos.

    Primero que todo me gustaría comentar que los artículos y el video me parecieron muy interesantes y nos dejan mucho para analizar , sobre todo con respecto a la enfermedad mental, a su historia y como afecta en la vida de las distintas personas.
    Acá nos vemos nuevamente tratando de buscar una “definición” para algo que podemos llamar “Enfermedad mental” al igual que lo hicimos con el concepto de “Qué es salud mental”.
    Podemos decir que el concepto de “Enfermedad mental” es difícil de definir y como se nos enseña en estos textos, ha ido cambiando o evolucionando con el pasar del tiempo, relacionándose mucho con los procesos históricos, sociales y políticos presentes.

    Para comenzar me gustaría referirme a lo que menciona el escritor ingles Robert Burton, autor de “Anatomía de la melancolía”. El creía que los hombres deben ser dueños de si mismos y capaces de controlar sus pasiones y su “entusiasmo “ por lo que llegó a considerar cualquier pequeño fallo en el dominio de si mismo como muestra de melancolía o desorden mental. Con esto podemos ver como ha ido cambiando el pensamiento de la sociedad con respecto a ciertos temas y ciertas definiciones. Como dije anteriormente lo que antes era considerado una aberración por algunos filósofos y escritores, hoy pasa a formar parte de la “normalidad” de una sociedad.
    Otro Psicólogo nombrado en el texto de Bermejo es Paul Diel quien desarrolla una teoría de la salud mental donde comenta que en nuestra vida funcionan dos mecanismos básicos de estímulo y respuesta: la agresión del exterior y la respuesta de esta. Frente a la agresión se desarrolla el miedo como mecanismo defensivo. Si el miedo no produce la respuesta adecuada, en vez de responder contra el medio o el ser agresor, el organismo reacciona contra sí mismo- al igual que en las enfermedades infecciosas.

    Esta acumulación de miedo y agresión no encauzados explicaría según diel el origen de la neurosis y la psicosis.

    No está muy lejos de lo que pienso, debido a que cuando nos sentimos agredidos por el medio exterior, ya sea personas, situaciones o algo que nos haga daño, se produce un cambio en nosotros que puede ser expresada como sentimiento de angustia, nerviosismo, pena, ansiedad etc. Y si no conversamos de este problema con alguien o nos guardamos nuestro sentir y no pedimos ayuda, se va convirtiendo en algo que estará siempre y más aún si no tenemos una red de apoyo lo suficientemente buena, se podría llegar a convertir en algo más que un sentimiento, en una patología que indiscutiblemente traerá consecuencias a largo plazo.

    Con esto quiero enfatizar que el concepto de “enfermedad mental” no solo va a depender de el individuo o la persona en sí, si no que se relaciona mucho con el medio donde está inserto y sus redes de apoyo.

    También estoy muy de acuerdo con la reflexión que hace el profesor Berrios, donde él cree que es importante crear residentes o psiquiatras “Poliglotas”, de modo de poder hablar y entender tanto de neurociencias como de sociología, filosofía, antropología etc. Considero que como decía un compañero en comentarios anteriores, esto es muy débil en nuestra formación, debido a que estamos acostumbrados a un tipo de enseñanza más biomedica y no tanto filosófica, considerando la importancia de esta al momento de evaluar a un paciente como un todo.

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  32. Hola Ana.
    Qué interesante lo que describes, sobre todo cuando comentas que reducir la visión a sólo lo biológico al momento de evaluar a un paciente en un contexto desfavorable "nos deja cortos" y lo importante que sería verlo de un punto de vista más global con una mirada más ampliada y no solo guiándonos en un "check list" como decían los distintos artículos. Acá también se me viene a la cabeza lo que comentaba el profesor Berrios, donde nos incitaba a formarnos más como "Políglotas" en nuestro quehacer de manera no tan solo biológica, sino que también más filosófica o sociológica.

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  34. Tremenda pregunta, realmente no sé si podría estar en condiciones de responder que son las enfermedades mentales, y los problemas en su diagnóstico?
    Antes de responder, o mejor dicho, intentar dar una aproximación de respuesta, considero sensato emplear la cautela, y con esto me refiero a lo que uno puede comenzar a reflexionar luego de ver el video de Germán Berrios, y de leer alguno de los textos de la bibliografía.
    Una de las reflexiones que emergieron en mi luego de analizar esta nueva sesión comunitaria, fue en qué nos basamos para diagnosticar un enfermo mental?
    Será válido enfatizar tan rotundamente un diagnóstico o una condición, sabiendo la gran marea de cambios que a devenido en las distintas expresiones de la salud mental a lo largo de los años. ¿Será este momento en el que vivimos un momento más de la marea del cambio de las constantes etiquetas y un momento más de la gran de necesidad de dar con el clavo, al intentar descubrir la verdad de las enfermedades mentales tal como lo ha sido todos estos años pasados con itinerantes y cambiantes modelos y formas de explicar a ciencia cierta algo que aparentemente es más complejo de lo que uno podría haber pensado?
    Reitero dentro de mi respuesta, la cautela, creo muy probablemente no saber bien que es enfermedad mental, pero sí hay algo que puedo saber, y es la suerte de estar en esta etapa y poder intentar avanzar en ir dilucidando cada vez más aunque sea paulatinamente esta gran y enigmática materia llamada salud mental.
    Dentro de mi experiencia, comparto también lo que señala Ignacio, fu testigo reiteradas veces de la utilización de un término vapuleado de salud mental por parte de compañeros de universidad y colegas de trabajo, la constante que muchas veces vi, fue la de negar la real existencia de una dolencia mental, vi también muchas veces subestimado el dolor de aquellos que padecían en silencio y sin un expresión clara visible, pero cargando gran estigma a sus pesares.
    podría también estar muy de acuerdo con Berríos, cuando señala abiertamente la duda si la enfermedad mental será realmente una patología cerebral o será algo más, o tal vez será algo muchísimo más?
    A mi modo de ver, independientemente de que aún no hemos llegado a las verdades últimas de las etiologías de las problemáticas mentales, me parece que cada vez se hace más evidente una multifactorialidad etiológica, que nos dibuja un lindo desafío a desentrañar. Teniendo cada día más en consideración aspectos físicos, conductuales, sociales, políticos, y por qué no también artísticos.
    Me parece que la textura tiene algunos colores, pero faltan aún muchos todavía por dibujar.

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    1. Interesante planteamiento, comparto la cautela Francisco en cuanto a estas preguntas. También, comparto experiencias similares en las que se "normaliza" este trato ante los usuarios y usuarias con patologías psiquiatriacas, es una situación muy lamentable, en la que nos enfrentamos ante este gran desafío de informar, y trabajando en nuestros equipos, lograr visibilizar estas problematicas.

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  35. La psiquiatría, según el Dr. Berríos, es una "disciplina híbrida" que se encuentra en la intersección de las ciencias naturales y sociales. Esta disciplina se dedica a la comprensión y el tratamiento del sufrimiento humano, y en la manifestación de una enfermedad mental, se entrelazan elementos de la química cerebral con factores psicosociales, como el estrés, las relaciones interpersonales y las normas culturales.
    El lenguaje descriptivo en psiquiatría, que está fuertemente influenciado por la sociedad, asigna un valor positivo o negativo a los síntomas mentales en función de los valores culturales. Esto significa que la interpretación de los síntomas por parte de una persona está influenciada por las creencias compartidas acerca de lo que significa estar "enfermo". En diferentes culturas, las personas expresan y manejan el malestar de diversas maneras. Por ejemplo, ciertos síntomas de enfermedad mental pueden interpretarse como signos de posesión espiritual en algunas culturas, mientras que, en otras, los mismos síntomas pueden considerarse indicativos de una enfermedad biológica.
    Sin embargo, el Dr. Berríos argumenta en contra de una tendencia en la psiquiatría moderna de simplificar y estandarizar el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades mentales. Esta tendencia hacia la estandarización puede pasar por alto la singularidad y la complejidad de la experiencia individual de la enfermedad, reduciendo la riqueza de la experiencia humana.
    En lugar de una visión reduccionista que no considera la complejidad de la experiencia humana de la enfermedad, el Dr. Berríos sostiene que la psiquiatría debería ser una disciplina "políglota", capaz de hablar tanto el lenguaje de las neurociencias como el de las ciencias sociales. Además, propone que la psiquiatría debe adoptar una "mirada amplia" que incluya la interacción con la filosofía, el arte y la cultura. La filosofía puede ayudar a entender mejor las cuestiones fundamentales de la existencia humana, el arte puede proporcionar una visión de la experiencia humana, y la cultura puede ayudar a entender cómo las normas y valores sociales pueden influir en la salud mental.

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  36. A través de la historia se ha ido realizando distintos estudios en cuanto a las enfermedades de salud mental y los problemas del diagnóstico. En la historia de vida de la humanidad, estos se han ido dando según el contexto donde vivamos. No existe una verdad absoluta sobre cómo enfrentar la enfermedad de salud mental, para poder dar una respuesta en la cual nos encontremos todos de acuerdo, tendríamos que ver el mundo igual a los demás, vemos el mundo diferente a los demás por distintas variables que existe, ya sea su país, cultural, social, credo, económico, su historia, política, etc. Hasta que no se entienda y se vea a las personas cual tal son en su propio contexto, no podremos avanzar. Nuestra tarea principal seria comprender las aflicciones humanas. Las personas quieren escapar de su propia realidad. Por esta razón muchas personas transforman su mundo en mundo ficticio.
    Debemos negociar, para poder ayudar desde lo que siente el otro, saber que le pasa que quiere. Me llamo la atención sobre los síntomas primarios de los secundarios, yo visualizo como dos ramas distintas de la medicina una es capaz de probar a través de exámenes de imagen, radiológicos, sangre. En cambio, los síntomas secundarios hablan de la pena, de otros tipos de dolencia que no científicamente se pueden comprobar. Es donde en esos momentos debemos visualizar que está pasando, desde lo que me ha tocado vivir desde mi trabajo en las atenciones, las personas expresan su pena angustia, con muchos síntomas físicos, no son capaces, no pueden expresar desde donde viene este dolor principal. Es donde como profesionales en salud mental, debemos detenernos, escuchar, entender y buscar la causa principal, de lo que está pasando. No es una tarea fácil, porque no solo depende esta ayuda de una sola persona hay muchos profesionales que debemos involucrarnos, la persona es un todo, a esto también me refiero no solo son los fármacos va mucho más allá.
    Me quedare con una frase “somos biología y somos cultura”.Un claro dualismo: Cuerpo- alma Cerebro-mente Materia- pensamiento Neurotransmisor y significante. “La enfermedad es un sistema complejo, en el interviene diferentes factores que afecta la totalidad de la vida personal y social de quién la sufre” (Karl Jaspers 1993).

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  37. Sin duda mucho que pensar y reflexionar, leyendo los textos y a los compañerxs a todxs nos ha ayudado a ampliar nuestro horizonte conceptual de como entendemos esta disciplina en la que nos estamos metiendo. Hace poco me llego una frase de Marcel Proust que me parece que va muy de la mano con lo que estamos aprendiendo en este curso, "el verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos paisajes sino en tener nuevos ojos". Me gusta esta invitacion a ampliar nuestra mirada mas alla de la biologia y a la necesidad de incluir las humanidades y formas de expresion sociales y artisticas para comprender como han ido definiendo nuestras conceptualizaciones de enfermedad mental y como lo siguen haciendo. Particularmente interesante el planteamiento de german berrios de entender a los sintomas como hibridos lo que a su vez hace que la psiquiatria sea un hibrido por lo que es fundamental ser competente en las ciencias humanas para una practica realmente integradora. Debo decir que me impacto al leer sobre lauteri-laura sobre que la psiquiatria no es una ciencia, por el valor que se le otorga a la misma, sin embargo al leer el desarrollo de la idea me parece muy valida y creo que ahora estoy de acuerdo...
    Mucho mas que antes me parecen necesarias estas reflexiones que en otras areas de la medicina podrían parecer muy abstractas y sin sentido, pero tambien lo es no solo quedarse en la pura reflexión academica, si no como bien dice Rafel Huertas, aceptar la complejidad y el pluralismo explicativo, teniendo como prioridad absoluta a la persona con sufrimiento psiquico, su cuidado y acompañamiento.

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    1. Interesante opinion! Gracias por compartir la cita, y estoy de acuerdo, totalmente aplicable a nuestra situación ! Saludos!

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    2. Gracias Luis.
      Muy buen comentario. La frase que mencionas de Marcel Proust: "el verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos paisajes sino en tener nuevos ojos" sintetiza el sentido del trabajo que hemos hecho y seguiremos haciendo en este Curso.

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  38. Creo que como profesionales del área de la salud es nuestra responsabilidad estar constantemente estudiando y actualizándonos. Debemos cuestionarnos cómo y por qué hacemos las cosas y no sólo repetirlas porque nos enseñaron que así son. Concuerdo con Daniela, quien más arriba comenta que como estudiantes muchas veces asumimos que lo enseñado es "verídico e irrefutable" y ni nos atrevemos a cuestionarlo más allá. Esto es algo que debería cambiar, debemos atrevernos a plantear nuevas preguntas.
    Como comenta el profesor German Berríos, hay muchas enfermedades que son relativamente nuevas, hace 100- 150 años no existían. Y otras que han desaparecido, como la "histeria femenina". Los síntomas psiquiátricos siempre han existido, pero la manera en que los catalogamos de enfermedad podría variar.
    También como se expone en los textos esto depende del contexto histórico y cultural.
    La psiquiatría tiene un lado más bien subjetivo, ya que depende de cómo cada uno sienta e interprete sus síntomas. De la etapa del ciclo vital, del lugar del mundo en que vivimos, de la etnia a la que pertenezcamos, etc. No a muchos les llama la atención que un niño pequeño tenga un amigo imaginario, pero si un adulto de 40 años lo tiene, lo tildarían de "loco".
    También es difícil de medir y encasillar. Recuerdo el caso de una paciente adolescente de 12 años, que estaba en control hace aprox un año por supuesto trastorno bipolar. Se inicio manejo con litio, pero no pareciera haber respuesta. Finalmente los padres consultaron una tercera opinión, se descarta TAB y se plantea la hipótesis diagnósticaa de TEA. Fue un cambio en 180 grados en la vida de esta paciente, quien finalmente logró comprenderse un poco más y le encontró sentido a como se sentía.
    Por lo mismo, es importante recalcar las diferencias caso a caso.

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  39. Me pareció muy interesante revisar las lecturas, así como también las reflexiones de mis compañeros con los que concuerdo en la mayoría de los puntos.
    Por medio de las lecturas me pareció de gran relevancia ver y revisar parte de la historia de la psiquiatría, en donde se pueden apreciar los avances logrados y estrategias utilizadas por los diferentes autores con la finalidad de dar un sentido a lo que conlleva el mundo de la salud mental.
    En la lectura de Bermejo hace alusión a la definición desde la mecánica clásica sobre “los cuerpos como si fuesen sólidos contenidos en el espacio y dotados de masa”, y asimismo hace reflexión a que sucede con el resto de propiedades? Esto es lo que vemos diariamente en un paciente con un diagnóstico acompañado de sus signos y síntomas… pero que sabemos sobre su historia personal, sus sentimientos y emociones, sus principales redes de apoyo, como se sintió esa persona luego de haber sido diagnosticada?, muchas veces vemos en la práctica como se reduce la vivencia personal del paciente.
    Como decía Desviat, es de suma importancia "recuperar la clínica que además incluya un enfoque psicológico-dinámico, biológico y social". Pienso que es de suma relevancia fomentar el enfoque comunitario, crear un sello distinto y no sólo centrarnos en una “plantilla” dejando de lado temáticas que para el paciente son de gran importancia, lo que va mucho mas allá de solamente su sintomatología y diagnóstico.

    Al ser parte de un equipo psicosocial, puedo ver la importancia de nuestro rol al hacer una valoración exhaustiva de las vivencias del estado actual del paciente, su contexto biopsicosocial y así también la importancia de generar un plan y continuidad de cuidados. La invitación que nos queda es a mejorar estas instancias de modo que sean enriquecedoras para el usuario y familia, intentando por supuesto adecuarnos al espacio y tiempo con el que contamos para hacer dicha atención lo cual a veces se torna un punto crítico y que además siento va de la mano con estas atenciones tan mecánicas como menciona Desviat en su lectura.
    Realmente las lecturas nos invitan a cuestionarnos como estamos actuando frente a distintos escenarios dentro de nuestro rol profesional, y a reflexionar en cómo podemos mejorar.

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  40. En nuestro quehacer diario de diagnosticar la enfermedad mental de nuestros pacientes nos vemos obligados a aplicar masivamente conceptos destinados a medicina somatica con instrumentos biomedicos
    Olvidamos el don como seres humanos que tenemos , El lenguaje, el cual lo mal usamos e interpretamos en los demas .Nos hemos olvidado de interpretar el lenguaje del SILENCIO (en la mayoria de veces usado),el cual nos sirve para ocultar el dolor y sufrimiento y cual nos lleva a soledad y aislamiento.
    Estamos en la obligacion de tener esa sutileza de interpretar no solo lo evidente sino lo NO dicho .
    Deberemos aceptar la complejidad y el pluralismo explicativo de la persona con sufrimiento psiquico.
    Los textos recomendados en esta sesion son muy interesantes , ya que para un mejor manejo de la salud mental de nuestros pacientes se necesita enfocan a la psiquiatria como parte de las ciencias humanas y sociales .

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  41. En 2022, durante mi primer año de residencia, me tomó varios meses desprenderme de la idea tradicional de hacer medicina y adaptarme además al estudio de disciplinas varias (esas que en pregrado son tradicionalmente dejadas de lado).
    La residencia de psiquiatría infanto juvenil ha sido verdaderamente una travesía reveladora que ha transformado mi perspectiva sobre la enfermedad mental (y que lo sigue haciendo cada día). Los conocimientos adquiridos en mis primeros ramos, la experiencia compartida por mis docentes y las horas compartidas con los pacientes me han ido enseñando a ver la enfermedad mental como algo mucho más complejo que una mera manifestación psicopatológica.
    Estoy muy de acuerdo con Bermejo en su postura sobre como en el contexto de la enfermedad mental, los intentos de analizarla y explicarla han tenido consecuencias desastrosas tanto en el ámbito terapéutico como en el humano. Pero la memoria es importante y ver atrás nos debe recordar que podemos hacer las cosas diferentes, que es necesario integrar la parte científica con la humana. Como trabajadores de la salud mental tenemos una gran responsabilidad de recordarnos constantemente que a los pacientes hay que verlos más allá de las clasificaciones y etiquetas que suponen los diagnósticos.
    Como decía nuestra compañera Camila, es imprescindible integrar conocimientos de nuevas aristas con el fin de tener una mirada más amplia y poder así ayudar a nuestros pacientes de la mejor manera.

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  42. Sin lugar a dudas, concuerdo con los compañeros que las lecturas han sido muy interesantes, entregandonos perspectivas que son poco conversadas en la practica diaria de nuestra actividad clínica.
    Dentro de lo que destaque en mi lectura de los textos, me parece relevante comenzar con esta crisis que se plantea de la psiquiatría y de la psicología, dado este “reductor positivismo médico”, y como se aborda de distinta manera, queriendo expresar que hay una corriente ideologíca o más bien una tendencia, que reduce la enfermedad mental a las ciencias molecula¬res del cerebro, también algo esboza en su presentación el Dr Berrios. Pragmatismo y crisis de los oficios de la salud mental, se menciona como se ha dejado de lado la esencia de las cosas o entender los mecanismos.
    Es interesante plantearnos el contexto cultural (histórico – social), en definitiva “Es la comunidad la que tiene los criterios de lo normal y lo patológico, es la comunidad quien lo sanciona”, Berrios define muy bien la aspiración de la psiquiatría, y menciona más de una vez que esta se encuentra entre las ciencias naturales y las humanidades, es por necesario concibir el “síntoma psicopatológico como la interacción entre una tenue señal biológica” y como esta esta con “cascaras” o “capas” en las que primero esta la configuración cultural (códigos psicosociales) y sobre esta, la negociación que se hace con el clínico. Como la cultura penetra profundamente en la forma del síntoma (da igual el contenido).
    Además, la historia conceptual de la psiquiatria, debemos considerar que muchos síntomas han desaparecido, como bien lo mencionaba el compañero Felipe Solari en unos comentarios previos, la cultura a moldeado de alguna forma, se ha adaptado.

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    1. Entonces volviendo al problema de querer establecer una representación anatómica a un síntoma determinado, Dr Berrios explica estos “objetos híbridos”, y también, dos conceptos muy interesantes: a) Síntomas primariamente localizados (localización primaria), donde si es posible atribuir un determinado síntoma a una determinada afección del cerebro, y b) Las localizaciones secundarias “síntomas secundarios”, que aparecen entre un área cerebral y un objeto simbólico, estando en este “entremedio”. Estos dos términos no están relacionados a la gravedad del síntoma, pero si nos plantea el desafío en cuanto a realizar una mejor “guía” para así utilizar de forma más precisa la psicofarmacología.
      También, en los textos se plantean las necesidades de la formación en los residentes de psiquiatría, no solo un dominio neurocientífico, sino que también de filosofía, sociología y antropología, y a su vez la importancia de entender la historia de la psiquiatría. Recuperar en parte la clínica psicopatológica del ayer, para construir una “clínica integradora que considere los enfoques psicológico-dinámico, biológico y social”.
      Me parece muy interesante como se abordan estas problemáticas y desafíos, como la locura y la psiquiatría se ha intentado simplificar, pero es clara la necesidad de comprender los componentes filosóficos y el “pluralismo explicativo” de los trastornos mentales, donde lo principal siempre debe ser el bienestar del paciente, su cuidado y acompañamiento.
      Dentro de mi experiencia, debo reconocer que muchas de las problemáticas planteadas, si bien me parecen lógicas y estoy de acuerdo con ellas, son nuevas. En mi práctica clínica no había tenido la oportunidad de reflexionar sobre estos desafíos, pero siempre he intentado mantener como objetivo el bienestar de los pacientes.

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  43. Primero agradezco la oportunidad de leer y reflexionar sobre este tema. Tras este estudio, estoy de acuerdo con el profesor Huertas de lo importante que es la epistemología de la práctica (no ciencia) psiquiátrica.

    Habitualmente, los médicos creemos o queremos creer que nuestra medicina basada en evidencia y clasificaciones son 100% real y esto nos puede llevar a caer en conductas y actitudes, que he visto, bastante irrespetuosas, dogmáticas y reduccionistas.

    Muchos puntos de los textos me han hecho tremendo sentido. Algunos me llevan a conclusiones en las que no había pensado y otras reafirman lo que yo ya pensaba y creía lógico y prudente.

    No había pensado que fuera tan fuerte la influencia del capitalismo y neoliberalismo en la psiquiatría hasta leer los textos. Que nos ha permeado la necesidad de aculturación del pensamiento político neoliberal.

    En los textos se nos invita a volver a ver los síntomas como respuestas a los reveces de la existencia o como consecuencias de nuestra estructura social y a siempre mantener la mente abierta, con consideración histórica, con respeto a múltiples valores y a la diversidad del ser humano.

    Respecto a definir enfermedad mental sintonizo con la idea de que no hay ninguna explicación unilateral de la enfermedad mental en general, ni de ninguna de ellas en concreto. Por ejemplo neurotransmisores y la molécula mágica. (lo cual obviamente fuertemente impulsado por industria farmacéutica).

    Me gusta el enfoque sistémico para el entendimiento de la enfermedad mental, según el cual la enfermedad mental, en primer lugar existe, pero debe ser entendida como un proceso bioquímico, anatómico, psicológico a nivel cognitivo, pero también social y afectivo, puede dar lugar, no a una comprensión perfecta, porque eso es imposible por definición, pero sí a contemplar los diferentes aspectos de un modo complementario. Dentro de todos estos factores, volver a relevar la importancia de lo afectivo (a lo cual se le quitó importancia por mucho tiempo) me parece esencial. De igual forma a lo evolutivo y familiar.

    Me tomo de esta última idea para destacar algo dicho por el profesor Huertas: "en lo biopsicosocial, nos vendría bien tener en cuenta que lo bio, además de biológico debe ser también biográfico, pues es imposible entender la subjetividad de alguien, con o sin sufrimiento psíquico, sin tener en cuenta lo experiencial y lo relacional."

    Desde que leí y escuché al Prof. Dr. H. Maturana, resueno con la idea de dejar lugar a la incertidumbre, de manera consciente y como opción epistemológica.
    Además con esto podemos caer en la visión determinista, mecanicista, cuantitativa, formalista y lineal a lo cual en mi práctica como psiquiatra no deseo caer.

    Finalizo mis lecturas convencido de lo que dice el profesor Huertas: la psiquiatría debe avanzar hacia aceptar la complejidad y el pluralismo explicativo…y sobre todo, que tenga como prioridad absoluta a la persona con sufrimiento psíquico, su cuidado y acompañamiento.

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  44. Me pareció interesante la mirada que se ha planteado en esta ocasión mediante los textos propuestos. Interiorizo bastante el texto de Manuel Desviat, el cual enfatiza la importancia de comprender al ser humano como un sistema complejo en constante interacción con su entorno. Considero valioso conocer la historia de la psiquiatría, como han ido evolucionando los diagnósticos, los tratamientos anteriores, para guiar nuestra labor y praxis diaria. Es importante comprender que los problemas de salud mental no pueden ser solucionados únicamente a través de la biomedicina, sino que es primordial considerar lo que engloba a persona, grupo social, cultura su entorno y como se desenvuelve en este, hay variados factores que impactan en el desencadenamiento de una patología de salud mental. La enfermedad no debe perder el concepto de integralidad, el concepto salud mental es una comprensión multifactorial y es el paciente el que le entrega el significado a su sufrimiento psíquico.

    En las dos unidades del servicio de psiquiatría a las que pertenezco, Unidad Corta Estadía y Hospital de día visualizo el impacto del entorno en los pacientes en su proceso de tratamiento y la influencia de las determinantes sociales, por lo que lo biológico no engloba las necesidades del paciente. Cada integrante de los equipos aporta desde sus conocimientos y trabajan entorno a lograr el bienestar del paciente. Muchas veces se tiende a dejar de lado las dimensiones psicosociales, los determinantes sociales y como la desigualdad impacta en la población. Hay que darle sentido a lo que está padeciendo el paciente y lo que lo rodea. Se busca potenciar un trabajo en equipo que ayude a abordar la enfermedad mental con una mirada multifactorial, desde lo psicosocial y espiritual, no hay que olvidar que la religión cumple un papel importante en la persona impactando en su volición y causalidad personal. Debemos seguir evolucionando como profesionales y como personas, buscar nuevos enfoques de intervención, complementarnos con otras profesiones, expandir nuestra mirada, experimentar otras formas de ver la enfermedad con enfoque en el bienestar de nuestros pacientes, ya que, más allá de la enfermedad de salud mental misma otros factores interfieren en la evolución de mis pacientes.

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  45. Primero comentar que me gusta leer como todos tenemos una visión mas integral y menos reduccionista acerca de estos temas y de como evaluar y ver a nuestros pacientes.
    Que importante que es saber sobre la historia y filosofía para poder entender un poco mejor el concepto de enfermedad mental, tal como en la ultima sesión nos encontramos ante un termino que es difícil definir con un significado exacto. Me llamo mucho la atención que dentro de la historia de las enfermedades mentales como se comienza a ver la implicancia que tiene la cultura y el contexto social. Da como ejemplo que en la religiosidad los veían como poseídos y en contra posición a los chamanes que eran personas con alucinaciones y visiones, los adulaban en sus tribus, esto deja en ver como el contexto en donde están situados cambia mucho el como los veían y además de eso imagino que también el como ellos mismos se sentían insertos o no en una sociedad. Esto me hace sentido ya que me hizo recordar mi experiencia trabajando en Lota, un pueblo muy religioso, mas de una vez me toco escuchar familiares de pacientes que a veces rechazaban tratamiento para ser llevados a la sanación por parte de su religión.
    Bueno continuando con la historia, creo que el texto pasa por muchos matices, reduccionismo, la teoría freudiana (lo indivivual y social), luego Damasio que saca este dualismo y ve la esencia como un todo. Ademas nos da la nocion de “sistema” en donde nos hace entender que es un todo y ese todo tiene una estructura interna que esta en constante conexión con el medio externo también, hace sentido leer esto ya que creo que nosotros podemos ser ese sistema, esa estructura con miles de funciones pero que también esta expuesto a un cierto contexto social que te llena de estimulos y también es a lo que muchas veces te tienes que adaptar, por ello mismo y en consecuencia quizás a estimulos o amenazas del medio externo es que nuestro medio interno también puede reaccionar de diversas maneras.
    Me llamo la atención también como necesitamos de la imaginación para poder vivir, poder vivir esa parte de irrealidad gracias a la ficción y es “como si” estuviéramos ahí, como cuando vemos una película y nos “desconectamos de la realidad” para echar a volar la imaginación.
    En resumen como dije antes tiene muchos matices y me gusta el enfoque que le dan los autores a la definicion, en donde postulan que una enfermedad mental es un proceso bioquímico, anatómico, psicológico a nivel cognitivo, pero también social y afectivo. Creo que esto engloba todo, o al menos es muy cercano.
    Me hace sentido el texto de Desviat, en donde se va cambiando el concepto de ver el síntoma como un signo actualmente, ya no como algo subjetivo sino como ya un hecho y no solo eso sino que todo en un contexto social y psicológico.
    Me hace sentido las lecturas analizadas, ya que mas alla de lo neurobiológico que si creo que haya una base ahí, sin embargo siento que esto no es nada o no es completo sin esa estructura externa como lo es el contexto social, la cultura, política, etc.
    En mi experiencia como medico APS me toco evaluar multiples casos de pacientes en un ambiente muy hostil, lleno de drogas, abusos y machismo, en donde las consultas eran muy ligadas a la cultura o al alrededor de los pacientes. Creo que es importante evaluarlos como un todo, en todo su contexto completo, sin dejar de lado la neurobiologia pero tambien centrandonos en lo social, en su entorno, creencias, cultura para poder asi ayudarlos de una mejor manera.

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  46. Luego de la revisión de material, creo tan necesario generar estos espacios de discusión en pregrado y durante el ejercicio mismo. Lamentablemente se nos forma para resolver listas de espera, acortar días de licencia médica, siempre hablando en términos de eficacia y eficiencia. Los programas de salud son diseñados bajo el paradigma categorial y biomédico, en donde las definiciones pierden de vista las características dinámicas de los fenómenos de salud mental, donde es fácil medicalizar la vida diaria. En mi caso personal, por el tipo de trabajo que desempeñaba previo al ingreso a la beca, era imposible cuestionarse la aplicación de "criterios de inclusión" y "criterios de recuperación" para tomar decisiones entorno a la salud mental de los trabajadores, en los 18 minutos de atención se debía no solo trabajar en el vínculo, sino que también tomar decisiones farmacológicas. Es en este punto donde me pregunto, cuántas veces hemos medicado "síntomas" y no personas en su integridad, hasta dónde nos hemos ensañado en "compensar cuadros clínicos", en vez de intervenir otros aspectos relativos al bienestar del paciente. Finalmente me quedo con la idea de que es necesario integrar las distintas visiones y aportes históricos, entendiendo el contexto en el que los autores elaboraron sus teorías.

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    1. Estimada fabiola, la verdad lo que planteas es un punto muy importante, que la mirada actual de la psicologia nos hace ver más alla de los biologicos, pero sin embargo que hacemos, o mejor dicho, que ¿podemos lograr si desde el punto de los rendimiento y politicas publicasy ?, nos vemos obligados no tan solo en atender a un paciente en su totalidad en un tiempo acotado, por otro lado, que las lista de recontroles son tan lejanas. Donde se solicita al servicio, la necesidad urgente de ciertos profesionales y el protocolo de "aceptacion" de dicho paciente, es largo y engorroso.
      Gracias por algunos puntos que me hacen cuestionarme el ¿como hacer? ¿el como mejorar? personalmente y al paciente que sufre.
      saludos

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    2. estoy de acuerdo contigo
      se ha perdido la integralidad del usuario, ver a la persona como un todo, pero desde que se nace se fracciona.
      creo que el modelo de medicina familiar quiere volver a eso, ver a paciente como un todo en su integralidad, en su entorno.
      Nosotros como medicos en formación tenemos que tratar de formarnos con criterio, la idea es no hacer un check list, de lo que sale en el manual ges o metas. Ver mas alla, y al poder querer hacer mas alla de lo que el rendimiento nos pide , quizas las politicas publicas tambien vayan en esa direccion en la integralidad y no solo numeros estadisticos .

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  47. Primero que todo, me llama la atención el relato histórico de la psiquiatría que fundamentalmente tiene una ideología evolutiva y marcada, desde sus inicios filosóficos y observacionales, tendiendo a la clasificación y compartiendo entre todos, a un reduccionismo que hoy en día tiende a ser ampliado a la cultura e historia de un momento y un contexto de la circunstancia vivida tanto en lo colectivo y personal. Ya no se trata de “curar” o tratar una enfermedad sólo desde el punto de vista biológico sino también de lo “existencial”, del entender al otro.

    Haciendo un análisis retrospectivo de mi experiencia como EDF, en mi etapa de destinación, me voy dando cuenta que muchas veces trate, farmacológicamente, a un paciente paciente y pensaba que con ese esquema en particular mejoraría, pero en algunos casos no fue así o tendían a quedar con síntomas residuales, a pesar de que la terapéutica era la correcta. Yendo más allá, cuando entrevistaba, como una conversación amena, a los pacientes, me iba dando cuenta que en cada localidad que tenia tenía un factor ambiental, un estresor, en particular, y que repercutía en la experiencia e historia del paciente y me llevo a plantearme, más de alguna vez: “…como ayudar a generar un cambio en un ámbito tan particular de la persona…”.

    Inconscientemente en el relato que se generaba con el paciente podía mejorar aun más a través de la escucha activa o tratándola de motivar a generar pequeños cambios de esos aspectos que la podría afectar, pero debido los recursos míos y fuera de mi, mejoraron unos pocos, pero aun así era un logro por la larga data de sus malestares.

    Ahora en el presente, y conscientemente, puedo postularme que la intervención social, como, por ejemplo, una visita domiciliaria son necesarias, para tocar, aunque a veces tangencialmente, la realidad del paciente y tener otra mirada del amplio vivir del individuo afectado y ayudar así a apalear el síntoma o el trastornos, haciéndolo más llevadero, más que curativo. Lo anterior también se puede extrapolar a la población o sociedad, por medio de campañas publicas.

    Por lo tanto, se cumple un punto del texto “síntoma, signo e imaginario social”: “…la clínica es forzosamente un proceso adaptativo entre el paciente, su mundo y el terapeuta…”

    Por otro lado, según por lo que entendí del video, define como hibrido a “…cualquier cosa que se derive de fuentes heterogéneas y que este compuesto de elementos distinto o que son incongruentes…”. Es con esta definición que entiendo a la psiquiatría como hibrida, disciplina que ahora se entrelaza con otras profesiones (antropológica, social, filosófica, etc.) y en la practica que veo a diaria, mezcla entre lo medico (ejemplo: Hipotiroidismo), lo psiquiátrico, terapeutas ocupacionales, trabajadores sociales, etc. Que englobarían al paciente, para ayudar en su dolencia desde distintas miradas del contexto de la persona.

    Sin embargo, bajo mi mirada personal, no se puede dejar lo biológico, ya que nos podría dar este puntapié inicial, para activar este engranaje.

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  48. Concuerdo con tu vision sobre que efectivamente la psiquiatria debe tener un componente improtante en cuanto a las "ciencias humanas" ya que esto nos permitira lo muy importante que tambien planteas que es lograr ver que las "enfermedades mentales" son multifactoriales, ya que esto nos permitira ampliar la mirada para poder abarcar de mejor manera a los usuarios desde no solo el tratamiento o rehabilitacion, sino ojala desde la prevencion y promocion, estos ultimos pilares de la salud mental a mi parecer como foco a intervenir.

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  49. Creo siempre necesario reflexionar sobre los saberes y prácticas propios de la medicina, porque a veces nos olvidamos de sus cambios históricos y asumimos, pese a las múltiples razones para que no se así, que la medicina es una ciencia exacta o una profesión susceptible de ser reducida a algoritmos o protocolos diagnósticos y de manejo. Ese "asumir" lo menciono en plural y con un nosotros, que me hace parte de este análisis, por las características de la práctica médica y psiquiátrica como disciplina jerarquizada y con dificultades para aceptar los cuestionamientos disidentes.

    En base a lo anterior, los textos me dejaron dos reflexiones que me gustarían compartir:
    1. El objeto de estudio psiquiátrico vs el médico. Recuerdo el estrés generado por llegar al hospital en tercero en semiología, entrevistar a un paciente y hacer un examen físico, de ir traduciendo ese relato tanto del paciente como uno como médico en formación a un lenguaje científico y buscando ubicar la lesión física en el cuerpo. El síndrome como una guía del daño físico, que luego el examen complementario viene a decir: acá está su enfermedad. Esto es muy claro en El Nacimiento de la Clínica de Foucault, donde se explica como a finales del siglo XVIII los clínicos en los hospitales empiezan a ocupar los mismos procedimientos científicos de la hipótesis y la comprobación, con el estudio del cuerpo enfermo como un objeto natural. Pero... sorpresa, llegar a quinto, a psiquiatría y esa búsqueda del "daño físico" ahora es la expresión de un objeto intangible, el alma y su sufrimiento. Sólo al inicio de la especialidad, unos 10 años después de esa primera aproximación clínica a un paciente comprendí la diferencia del examen mental: un fenómeno del alma expresado de forma indirecta por la conducta, los pensamientos y afectos del paciente, donde la relación establecida con el entrevistador es mucho más relevante que en el examen físico, reflexión cuyo sustento teórico fue la lectura de la Psicopatología General de Jaspers al inicio de la especialidad el año pasado, y que ahora vengo a reforzar con la clase de Berrios por orientar a que la diferencia es profunda y merece ser estudiada no sólo como un tipo de "examen semiológico" diferente, sino que con una construcción del saber (epistemología) que guarda relaciones y diferencias. Siguiendo a la pregunta que guía la reflexión: tanto el método como el objeto de estudio difieren entre medicina y psiquiatría

    2. El ejercicio constante de buscar el "malestar en la cultura".
    Al egresar de médico general trabajé 4 años en el COSAM de Puente Alto, y ante la obligación de estudiar algo de las disciplinas "psi", me decanté por el psicoanálisis por un interés intelectual desde la universidad como de mi propio proceso analítico desde ese mismo tiempo. La primera lectura de Freud para mí fue precisamente el Malestar en la Cultura, donde atribuye que parte de la psicopatología neurótica observada en sus pacientes se debía a la relación individuo-cultura por medio de las exigencias morales sobre la sexualidad. Este concepto de "malestar en la cultura" creo generó una apertura mental a comprender posteriormente como las otras teorías psicológicas, y ahora, inserto en la formación psiquiátrica, constantemente está la obligación de referirnos a lo que pasa fuera del "cerebro" y sus neurotransmisores, citado extensamente por los otros compañeros que han respondido previamente con la experiencia de los pacientes en la APS, donde la pobreza y la desigualdad desborda la comprensión psicopatológica de forma reduccionista.

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  50. Muchas gracias Diego. Aportas otras fuentes relevantes a este debate.

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  51. "No hay hechos sociales sin sujeto, ni sujeto sin historia, ni una semiología del enfermar psíquico construida con signos aconductuales, sin sentido" cito esta frase, por que me hizo reflexionar sobre mi actuar como medico durante estos 11 años de mi ejercicio, por que siento que centrarse solamente en los síntomas y signos y no ver el trasfondo del sufrimiento de las personas me hizo en alguna forma, una indolente mas del sistema. La idea efectivamente no es continuar con el diagnosticar y recetar como habitualmente se hace, en mi caso en 15 minutos, donde muchas veces no alcanzo ni a ver directamente a los ojos a un paciente, por lo que esta frase tomo sentido en mi, en pensar en el otro y en su forma de sentir, experimentar y sufrir... con las inundaciones de los últimos días probablemente se requiera de apoyo psicologico y psiquiatrico para las personas afectadas y las que se sientan afectadas a ver las imágenes publicadas en distintos medios sobre lo sucedido, como poder ejemplificar este sufrimiento tan valido como el haber perdido todo, como reducirlo solamente al proporcionarle un medicamento para que deje de sentir o aminore lo que le ha pasado, si realmente lo que tal vez necesite esta persona es que sus sensaciones y sentimientos sean validados, para que pueda avanzar y generar un aprendizaje que de ningún motivo considero sea una psicopatologia.
    Creo que replantearnos la forma en como aprendemos la salud mental y ver mas allá del síntoma será el secreto para aportar en nuestros equipos y dar ese grano de area en el avance del entender al otro, del escuchar, del observar, del poder empoderar a nuestras poblaciones sobre como podremos abordar sus problemáticas sin satanizarlas.
    Sigo creyendo que no solamente nos define lo que vemos, sino nuestras memorias, nuestros sentimientos, nuestros sucesos y vernos de la forma reduccionista en que se sigue un algoritmo que si bien son necesarios, los considero ayudas de memoria, no son la verdad absoluta, esto aplica a las clasificaciones.
    Espero con ansias la próxima clase, es excitante este descubrir y poder reflexionar desde mi experiencia y leyendo sus comentarios cada una de las vivencias.

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  52. Luego de ver el video, los textos y revisar algunos comentarios de mis compañeros y compañeras, una de las cosas se me vino a la cabeza fue el libro "Después de vivir un siglo", de Víctor Herrera. Éste es una biografía de Violeta Parra, cuando leí dicho libro una de las cosas que más me llamaron la atención eran los episodios de gran creatividad que tenía Violeta, llenos de alto y bajos emocionales, pero en los cuales su genialidad llegaba al máximo y logró desarrollar gran parte de su obra plástica y musical. ¿En qué momento estos episodios comienzan a hacer un problema y dejan de ser intensa creatividad? Ella nunca logró seguir un tratamiento de manera adecuada, nunca adhirió a un tratamiento farmacológico, lo que evidentemente contribuyó a cómo terminó su vida. Pero, aquí cabe preguntarse cómo acompañamos ese síntomas, qué narrativa le damos para comprender que parte de la funcionalidad, trabajo y creatividad se veía empañado al negar y bloquear completamente la expresión de una emoción, cognición y conducta.

    Es fundamental en la psiquiatría tener una mirada social/antropológica y cultural del ser humano, de sus síntomas, de los trastornos y evidentemente las intervenciones deberían tener ese mismo enfoque. Ahora bien, en psiquiatría es fundamental, personalmente no me la imagino sin ello, sin embargo cuando se habla de la medicina como una rama más bien científica me hace pensar ¿por qué no es necesaria la formación filosófica, antropológica y social en medicina? En mi práctica como médica general el síntoma, a pesar de ser físico, también poseía una connotación social. Comprendo que existe un correlato biológico muchas veces, y que podemos sustentarnos de exámenes para certificar una enfermedad, pero cuando se trata del enfermo, creo que es otra la definición. Creo que el enfermo no se define solo por un resultado de examen, sino más bien por una experiencia personal, familiar y comunitaria de aquella persona. En ese sentido, la medicina es, con todas sus disciplinas (sin el afán acérrimo de querer incorporar la psiquiatría dentro de la medicina, sino solo haciendo el ejercicio de reflexión) una rama que la reconozco desde su base como híbrida. Ahora bien, actualmente un sistema de organización económica impulsa políticas que transforman los recursos y "optimizan" la llamada gestión en salud y empujan la reducción de la medicina a lo biológico quitándole complejidad al objeto de estudio y olvidando lo que Hipócrates ya describía como fundamental en la medicina, que el cuerpo debe ser tratado como un todo y no como una suma de sus partes.

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  53. ES COMPLICADO ENTENDER COMO SE BASA LA PSIQUIATRÍA ANTIGUAMENTE DESDE LA INTERACCIÓN CULTURAL, RELIGIÓN, SOCIAL Y HOY LA NOCIÓN QUE TENEMOS DE ABORDAR ENFERMEDADES MENTALES.
    LOS TEXTOS Y COMENTARIOS NOS HACEN SEGUIR CUESTIONÁNDONOS, ESTUDIANDO E INVESTIGANDO.DESDE LA EXPERIENCIA CLÍNICA QUE TENGO FUERA DE PSIQUIATRÍA EN QUE LOS PCTES SE LLEGAN A CONDICIONAR, SE ENCASILLAN, CUESTIONAN Y SE DAN POR HECHO ACTITUDES SOLO PORQUE SON ATENDIDOS EN PSIQUIATRÍA.
    POR ESO ES IMPORTANTE AVANZAR DESDE QUE SE DIAGNOSTICA AL PACIENTE Y EN TODO EL TRABAJO COMUNITARIO QUE SE REALIZA EN EL CAMINO. COMO PERSONAS Y PROFESIONALES EDUCAR AL RESTO Y ELIMINAR ESTIGMAS QUE ESTO SE REALIZAN SIN MEDIR CONSECUENCIAS SOCIALES QUE TODO ESTO ARRASTRA.

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    1. Así como mencionas Sandra el estigma es prácticamente igual a psiquiatría, más cercano aún en la atención primaria al solo ver que la categoría "atención de salud mental" ya que existe una predisposición de trato desde SOME y de los mismos colegas médicos, somos nosotres como sistema de salud y sociedad los que provocamos el auto-estigma factor de riesgo tan importante para el suicidio, abrazos

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  54. Como ya mencioné previamente, a partir de los textos revisados, podemos considerar la salud mental y los diagnósticos en salud mental como un constructo que establece categorías, con las cuales clasificamos a las personas, y que surgen en un contexto histórico, cultural, paradigmático particular, por tanto, están definidas en su esencia por las relaciones sociales que a su vez definen dichos contextos. En este espacio surge la tendencia normalizadora que establecen las sociedades probablemente para mantener su propia existencia, pero que, en todo momento, resulta arbitraría y no siempre sintónica con el mundo objetivo, todo esto a propósito de la dificultad misma de acceder a dicho espacio. Es durante esa tendencia normalizadora cuando surgen tecnologías tales como la psiquiatría que buscarán abordar la cuestión de la desadaptación de individuos o comunidades que se alejan de la normalidad presupuesta como real para el paradigma dominante, y recurrirán a sus herramientas específicas (pero no necesariamente efectivas) para reconducir a los desadaptados, o por último atribuirles un espacio más amigable dentro de la sociedad normal, como sería la propia circunscripción al espacio de desadaptado pero contenido por la sociedad, a pesar de que esto involucre sufrimiento como moneda de cambio. El entendimiento de los conceptos mencionados debiese ser un punto de partida que nos lleve a analizar los distintos escenarios de la práctica en salud mental, con una mira reflexiva y compasiva que nos permita reconocer la arbitrariedad con la cual observamos y clasificamos, así como también nos lleve a intentar comprender a un otro con su trayectoria y características particulares.

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  55. Camila muy de acuerdo con lo que planteas, es importante reconocer que muchas veces tratamos síntomas, pero no el origen de estos y al final el sufrimiento originario queda ahí bien atrás e invisible, llamamos a enfermad o trastorno a los sindromes que conocemos, pero al final la verdadera enfermad es todo lo que hay detrás, abrazos

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  56. Siempre he considerado la perspectiva que plantea en su entrevista Rafael Huertas de lo necesario que se hace mantener muy de cerca, o incluso recuperar, lo filosófico y el humanismo a los profesionales en el ejercicio y estudio de la salud mental. Me parece muy relevante que nuestra formación sea atravesada por temáticas que involucren fuertemente y lo más completa posible todas las áreas en que se va a desarrollar un ser humano a lo largo de su vida si nosotros tenemos, en algún grado, la pretensión de ayudar desde esta esfera. No nos debemos distanciar de lo filosófico, las artes, la educación, la reflexión global que se esté dando a nivel social, cultural y político, y que vaya a moldear a las personas de manera individual ya que esto nos enmarca un escenario específico y constantemente modificable. Es desde esta cercanía al humanismo que se puede lograr una cercanía también al imaginario colectivo que va a definir todo lo que la sociedad actual y contextual va a reconocer como patología. Por esto debemos estar ahí, para no actuar desde sesgos (que nos puede llevar fácilmente un enfoque 100% biomédico o neurocientífico) ya que como bien dice el texto de Desviat “es la comunidad la que tiene los criterios de lo normal y lo patológico, es la comunidad quien lo sanciona” y nosotros somos parte de esto, por lo tanto, debemos serlo desde sus discusiones iniciales y más profundas. Es altamente probable que varios, al igual que yo, quisiéramos tener la píldora mágica para acabar con el malestar psíquico de muchos pacientes desde una tremenda buena intención pero lamentablemente el ser humano es tan completo y complejo en toda su conformación que hasta nuestro rol e intención actual como médicos es cuestionable y modificable a lo largo de la historia según nuestro contexto y muy diferente a otros momentos históricos, de ahí que se debe siempre avanzar en un infinito cuestionamiento de las enfermedades mentales como reflejo del imaginario colectivo y que van a definir lo que también el imaginario colectivo espera de nuestras acciones o participación en esto.

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  57. Luego de revisar las lecturas hace sentido como las enfermedades mentales son el resultado de la interacción entre los seres humanos, medio ambiente y lo biológico. Es importante destacar que la enfermedad mental está vinculada a un determinante social, el que puede ser el lugar donde vivimos, familia, amigos, trabajo; los diferentes contextos donde nos desenvolvemos como sujetos. (gen, cultura, barrio, familia)
    Las personas ingresan a un servicio en busca de una respuesta ante un "síntoma" que podría ser la expresión de una enfermedad,y para ello no podemos dejar de mirar al sujeto como un todo; las relaciones familiares, como estas influyen en su sintomatología, como también de quienes percibe mayor apoyo, como estas familias ven el proceso de salud y enfermedad en el consultante y que esperan del proceso.
    El acompañamiento es de gran importancia ya que requiere del desarrollo del vínculo terapeuta-usuario y a través de estos conocer a la persona, sus necesidades y momentos históricos significativos, los que nos guiarán de alguna manera a favorecer objetivos de la persona y familia.
    Cada proceso de salud-enfermedad es diferente según historia, familia, cultura, educación entre otros espacios y momentos significativos.
    Es por ello que se requiere de una mirada Biopsicosocial, que permita abarcar todos los ambientes de la persona, si bien lo biomédico da respuesta a lo biológico, lo ambiental debe estar involucrado ya que debemos mirar a la persona como un todo para identificar los factores ambientales que están afectando su rutina, hábitos, roles que son parte del bienestar de la persona.
    El síntoma requiere la búsqueda del sentido del deseo.
    "Muy importante es la genealogía del gen, como la cultura y mítica que se transmite con el barrio y familia ascendente"

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  58. A través de los textos mencionados, videos y comentarios de mis compañeros, agradezco la oportunidad de poder reflexionar sobre el avance que a tenido en el tiempo la psiquiatría, desde una visión muy reduccionista de hacer calzar ciertos síntomas en una patología.
    Llevo 22 años como ejercicio profesional de Terapeuta Ocupacional, aún recuerdo cuando comencé a trabajar en el Instituto Psiquiátrico Horwitz, donde existía un visión limitada de establecer categorías y clasificación de las personas de acuerdo a sus diagnósticos y gravedad ,de acuerdo a una visión muy limitada, donde algunos pacientes era derivados a la Unidad de Rehabilitación, un lugar inserto dentro del hospital, pero no integrado, donde pudiese entretenerse durante el día y establecer una rutina, con pobreza de un sentido que tuviese para la persona, donde se buscaba nuevos paisajes, sin tener nuevos ojos, para poder mirar a la persona que teníamos frente a nosotros, donde no se ve el trasfondo del sufrimiento, historia de vida, contexto y que es lo que necesita la persona, tomando decisiones por ellos, ya que los profesionales teníamos la sabiduría y poder de decidir sobre el otro.
    Falta de integralidad en las miradas, una parcelación de problemáticas médicas y psicosociales pero con visión fragmentada, la rehabilitación era solo considerada para los Terapeutas Ocupacionales y monitores y se limitaba a un lugar físico. Al volver a los sectores todo lo que se pudiese avanzar se limitaba a ser la persona en una cama más ocupada.
    Debo reconocer que fue difícil desempeñarse en un lugar así, la frustración, injusticia observada, falta de respeto a los derechos humanos.
    Decidi buscar nuevos horizontes, que se trataba de un hospital general, donde la psiquiatría está inserta como una especialidad más, todo un avance para la historia de la psiquiatría, donde se comenzaban a crear nuevos dispositivos de salud mental, donde se diseñaba la.modalidad de funcionamiento y políticas de integración.
    Aún recuerdo cuando me integre a la unidad de psiquiatría ambulatoria, donde se escuchaba de la psiquiatría comunitaria, un concepto poco entendido y aceptado por diversos profesionales, donde estaba segmentado los que estaban a favor de la psiquiatría comunitaria y los que no. Dependiendo de voluntades personales para desarrollar nuevas estrategias de una visión más enfocado en la.persona y su entorno.
    Se limitaba la.atencion a un box.
    Un grupo comenzamos a abrirnos hacia la comunidad, donde vive la persona, su entorno, su centro de salud más cercano, donde se inician la formación de equipos de salud mental.
    Comenzamos a realizar las primeras visitas domiciliarias, donde se nos caricaturizaba con que éramos profesionales con bototos para sumergirnos en el barro.
    Avanzando el.tiempo.se.fueron formando los.equipos comunitarios que estábamos a.cargo de un terreno.definido por comunas, donde debíamos hacernos cargos de la.poblacion con problemas de.salud mental.
    Aún recuerdo la construcción de sábanas de listados de pacientes y su categorización, donde se fueron agregando nuevos antecedentes del.contexto social, familiar, la.historia, creencias,.individualidad de la persona. Donde el centro es el individuo, cuales son sus expectativas,sueños, visión de si mismo.
    Dando importancia que ellos mismos son los protagonistas de su vida y que puedan decidir libremente como quieran vivirla.
    Aún estamos avanzando con todas las limitaciones y rigideces que te delimita el sistema, pero avanzando para eliminar estigmas y empoderar a la persona y que deje de ser un paciente que espera que le den respuestas de de como debe vivir a personas en búsqueda de su bienestar y porque no decirlo de su felicidad.

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  59. Luego de leer estos textos y ver el vídeo, es que pienso en lo mucho que hemos avanzado en salud mental, desde inicialmente tener un par de patologías consideradas en este aspecto, hasta lo que conocemos hoy en día dentro de psicopatología, pero además nos abre el camino a pensar todo el camino que queda por recorrer como habla el Dr. Berrios en la macroepistemología dónde es hoy en el contexto y lugares donde están nuestros pacientes, ya que es aqui es dónde tenemos que comenzar a tener una visión sobre lo que ejercemos, hacemos y demostramos a nuestros pacientes, dónde podamos tener una capacidad de empatizar con nuestros pacientes, pero sin dejar de prestarle la ayuda que requiere. También es importante plantearse que si bien la explicación biológica de la sintomatología mental, no debemos dejar de lado el contecto social, cultural e histórica, ya que esto nos puede dar una explicación más rica y completa de la persona que tenemos al frente.
    En psiquiatría infantil hemos visto muchas veces pacientes que son susceptibles a tener patología de salud mental, pero que muchas veces esto se mantiene dentro de los rangos de normalidad cultural y social, pero con algún gatillante esto cambia, dónde muchas veces dónde lo predominantemente importante para cambiar o modificar este síntoma que se esta gatillando es modificar algo del ambiente (social, crianza, educacional, etc), por lo que hacer una psiquiatría enfocada en sólo el aspecto biológico es poco viable, y esto encuentro que hace mucho rico el trabajar en esta área.

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  60. Es interesante visualizar que cada uno, como participante de este curso brinda una perspectiva interesante sobre la salud mental y los diagnósticos en este campo. Es evidente que la clasificación de las personas y los conceptos de normalidad y patología están arraigados en un contexto histórico, cultural y social. Además, se destaca la importancia de mantener una visión integral de la persona, considerando factores biológicos, psicológicos y sociales.

    Asimismo, coincido con la necesidad de incorporar aspectos filosóficos, humanistas y artísticos en la formación en salud mental. La comprensión de las enfermedades mentales debe ir más allá de una visión reduccionista y considerar la influencia del entorno en la vida de las personas. El enfoque biopsicosocial permite comprender mejor las interacciones complejas entre los individuos, su biología, su contexto social y cultural.

    En conjunción con ello, todo esto debe ir de la mano con la importancia de la psiquiatría comunitaria y el trabajo en equipo, así como la necesidad de escuchar y comprender las necesidades y expectativas de los pacientes. es necesario resaltar la importancia de dejar de tratar a los pacientes como simples objetos de diagnóstico y tratamiento, y en cambio, considerarlos como protagonistas de su propia vida y bienestar.

    En resumen, es necesario seguir abriendo discusión sobre la arbitrariedad de las categorías diagnósticas, la importancia de adoptar una mirada integral de la persona y la necesidad de abordar las enfermedades mentales desde una perspectiva biopsicosocial. Es fundamental considerar el contexto social, cultural e histórico, así como escuchar y comprender las experiencias individuales de cada persona.

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  61. Es inevitable terminar de comprender que las enfermedades mentales son construcciones revisables y sujetas a cambios sociales y culturales. No se pueden definir de manera positivista o esencialista, ya que priman la subjetividad de la persona y la atención al sujeto por encima de la enfermedad. Estas enfermedades son un problema diagnóstico debido a la dificultad de establecer una clasificación precisa y objetiva de los síntomas mentales, pues depende de un sinfín de factores. Uno de los ejemplos a mi parecer, es el duelo. Pues a pesar de varios años era necesario analizar si era posible la compatibilidad, la exclusión o no con un trastorno depresivo, de qué manera el duelo podría limitarse en el tiempo, cómo era posible medirse según cada persona, de qué forma una persona puede recuperar su funcionalidad y de persistir sintomatología depresiva el cambio de diagnóstico genera cambios terapéuticos. Existe una tensión entre los enfoques biológicos y culturales en el estudio de las enfermedades mentales, lo que dificulta la definición y el diagnóstico preciso de estas condiciones. Además, el estigma social asociado a las enfermedades mentales también contribuye a su problemática diagnóstica.
    "El problema de la mente enferma solo empezará a aparecer en el lenguaje médico cuando pueda involucrarse con el dualismo cartesiano y la relación mente-cuerpo.”
    En general, la definición de enfermedad mental ha pasado de explicaciones sobrenaturales a enfoques más científicos y holísticos que consideran una amplia gama de factores. La evolución en la comprensión de las enfermedades mentales ha ayudado a reducir el estigma asociado y a mejorar los enfoques de diagnóstico y tratamiento.


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  62. Sebastian concuerdo contigo, la patologización trae consigo una ola masiva de estructuración que juega en contra a todo. Medicalización excesiva, estudios excesivos, conductas excesivas, restricciones excesivas. Conductas que deben ser parte de la diversidad humana no pueden ahora considerarse rasgos o tipos o perfiles porque son parte de una categoría o un espectro limitando un sinfín de aspectos personales, académicos y laborales y aunque médicamente se intente limitar ese tipo de diagnósticos innecesarios el paciente busca tener "algo" al menos un diagnostico, al menos ser parte de algo similar que justifique sus comportamientos, sus debilidades, sus incapacidades o sus temores.

    Ha sucedido con muchos diagnósticos como : depresión, esquizofrenia, fibromialgia, hipotiroidismo, ansiedad, TOC, TDAH y asi sucesivamente en la medida en que surjan o se den a conocer más diagnosticos. Inclusive llegando a tolerar RAM con tal de fingir los criterios y ser parte del diagnostico.

    Entender que el diagnostico es una fotografia frente a nosotros y que puede variar, nos ayuda a comprender el dinamismo de lo que estamos afrontando y como podemos cambiar el prisma de lo que tenemos frente a nuestros ojos.

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  63. Hoy revisando los materiales de este tema, tengo que resaltar varias frases:
    “Es la comunidad la que tiene Los criterios de lo normal y lo patológico es la comunidad quien lo sanciona el síntoma cobra sentido en la biografía del sujeto y se hace enfermedad según el imaginario colectivo.”
    Esto lo relaciono principalmente en el contexto de que las enfermedades mentales: son de cierta forma desviaciones de la “normalidad” Esta normalidad va cambiando y transmutando durante los años considerando de que antiguamente no era raro pensar en maldiciones ahora una persona que piensa en maldición se considera “rara”, “excéntrica” y de ahí en adelante ya vamos a categorizar a las personas como mal de la cabeza.
    “Se podría decir que la medicina del signo se ocupa del cuerpo y de sus aparatos pero entiende más su animalidad que su humanidad”.
    Bueno esta frase tan breve pero tan importante significativa para mí y considerando de que ya me dediqué 5 años a la medicina general siempre sentí que le faltaba algo a este quehacer médico tan fraccionado, considerando de que uno va al síntoma, que lo más probable es que esté asociado a un signo y que este signo nos orienta a la patología de la persona a la que vamos a tratar. ¡Llegamos a un punto donde la persona deja de ser persona, solamente un ser padece de alguna enfermedad y en el momento en que dejamos de encontrar la “causal” de la molestia que tiene esta persona la traspasamos inmediatamente uno dice AAH!...lo suyo es psicológico. Uno se desligaba ya que no es “su área” dejamos de entregarle a la persona lo que busca y como muchas veces dentro del pregrado nos decían que no sólo bastaba con sanar al paciente sino que escuchar su problemática y quizá basta con eso.
    Tratar al “cuerpo”, fraccionarlo en todas las partes del cuerpo, ya no es un concepto meramente médico incluso hasta las mismas personas “paciente” hoy se han comenzado a fraccionar: cuando les duele la cabeza van al neurólogo, cuando le duele un brazo van al traumatólogo, cuando le duele el pecho van al cardiólogo y ellos tampoco relacionan que quizás todos estos síntomas estén asociados a algo común por ejemplo estrés angustia o alguna otra condición. Y quizás bastaba con preguntar cómo estaban las cosas en su hogar en su trabajo para darse cuenta de que estaba abrumada con problemas de la vida cotidiana. “Saber del hombre en su contexto en su estar en el mundo en su determinación histórica social biológica psicológica donde cobra sentido sus síntomas”
    “Dejar lugar a la incertidumbre de manera consciente y como acciones epistemológicas permite cuestionar la visión determinista mecanicista y cuantitativa formalista y lineal de ciertos saberes”
    Siento que actualmente estamos en un mundo que no tolera la incertidumbre. La gente inmediatamente desea saber qué es lo que tiene, cuánto tiempo va a estar con tal y tal enfermedad. si tiene cura o no tiene cura. Un ejemplo común en un resfriado en la vida cotidiana una familia que consultan 5 personas en un servicio de urgencia por un resfriado común vuelve a los 3 días porque sigue teniendo los mismos síntomas… entonces estamos insertos en una sociedad actual de la inmediatez del que todo está resuelto, que todo ya tiene una respuesta y la efectividad que todo sea certero y sin derecho a errar.
    El problema es que se reduce el saber sobre una enfermedad a una serie de algoritmos y árboles de decisión haciendo que se pierda la concurrencia filosofía, el arte, la cultura que constituyó en sus orígenes la psiquiatría.
    Creo que la necesidad de criterios diagnósticos frente a algunos” síndromes o diagnósticos psiquiátricos” va más relacionado al tema de la inmediatez, de lo judicial, de los seguros médicos, es dar una respuesta a sociedad. Entregar una información entendible y universal frente a alguna situación puntual en salud mental, pero si nos regimos sólo por esto quedamos cortos.

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  64. Resulta muy interesante explorar la historia de la psiquiatría, sus fundamentos y las diversas perspectivas a lo largo del tiempo. Esta exploración permite desarrollar una visión crítica sobre las distintas prácticas que rigen actualmente tanto en la medicina general como en la especialidad psiquiátrica. Dentro de mi experiencia como médico en APS, cuando trabajaba en salud mental, siempre tenía una visión que respaldaba con los criterios del CIE-10 o DMS V, pero me iba quedando corto cuando se me presentaban casos que no siempre podía “encajar” dentro de los criterios, lo que me generaba la duda de cómo poder enfocar mejor la atención, cómo lograr que “encaje” en los criterios para poder dar un manejo según lo estandarizado. Con el tiempo me fui flexibilizando con respecto a esto, pero ahora durante la especialidad voy comprendiendo que esta heterogeneidad de los trastornos mentales no se puede encasillar en criterios como se hace en otros ámbitos de la medicina; nuestras afecciones mentales son un complejo combinado de componentes naturales (o biológicos) y ambientales/sociales, y esta complejidad requiere de un esfuerzo que lleve nuestro razonamiento en cada caso que vamos viendo, intentando utilizar las herramientas que tenemos disponibles en pos de dar lo mejor a las personas que confían en nosotros y poder darle un tratamiento oportuno y realista. Es como dice el Dr Germán Berríos, se requiere una nueva epistemología para la psiquiatría, no la que se base sólo en lo biológico o en lo filosófico, sino una híbrida que comprenda ambos lados.

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